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sábado, marzo 03, 2007

Cuba, mas energia y menos costo

Cuba, mas energía y menos costo
Roberto Salomón (*)

Los cortes en el suministro de energía y sus consiguientes apagones han sido una constante en los últimos años en Cuba. La reducción de este problema hasta su práctica desaparición ha traído una mayor calidad de vida a sus ciudadanos, lo que, según el autor, evidencia que la revolución energética puesta en marcha por La Habana, con el reparto de utensilios y efectos electrodomésticos, la instalación de grupos electrógenos y la reparación de las redes de distribución avanza. La disminución en Cuba en 2006 de más del 90% de la energía eléctrica dejada de servir por falta de generación (los apagones) en comparación con 2005, es vista por la población como una signo inequívoco de que la revolución energética avanza por un camino cierto.

Además del beneficio obtenido por la virtual desaparición de esas interrupciones con frecuencia de largas horas­, los cubanos aplauden el programa aplicado, porque éste ha redundado en la elevación de su calidad de vida. Como resultado de la revolución energética, hoy cerca de un 80% de los núcleos familiares en Cuba cocinan con electricidad, debido a la entrega de modernos módulos de cocción en reemplazo de otros consumidores de combustibles de alto costo y nocivos para la salud, como el queroseno.
El ministro de Economía y Planificación, José Luís Rodríguez, al informar al Parlamento sobre los resultados en 2006, precisó que se han comprado y distribuido más de 29 millones de utensilios y efectos electrodomésticos que permiten ahorrar energía, en tanto aportan a una mejor calidad de vida.

Grupos electrógenos

Ante la crisis que sufrió en 2004 el Sistema Electro energético Nacional (SEN), apoyado entonces en grandes plantas con elevados índices de consumo de combustibles y redes de transmisión y distribución en mal estado técnico, surgieron las ideas del nuevo programa. Este consiste en un sistema basado en el uso de grupos electrógenos dislocados por casi todo el archipiélago y el empleo de medidas concretas para el ahorro de portadores energéticos.
Se trata de un esquema de generación eléctrica mediante la instalación de baterías de esos grupos electrógenos, que operan con diesel o fuel oil, sincronizados al SEN, lo cual constituye uno de los más profundos cambios conceptuales en la esfera. Es decir, equipos con bajo consumo energético, alta disponibilidad, facilidad para su instalación y niveles de potencia utilitaria inferiores a las termoeléctricas.

De acuerdo con expertos, la salida de funcionamiento de algunos de esos grupos no crearía nunca una crisis como la ocurrida en el 2004 cuando se averiaron las centrales termoeléctricas Lidio Ramón Pérez y Antonio Guiteras, esa última, la mayor del país. Recientemente se anunció la conclusión oficial del Programa de Grupos Diesel en el país, que aportan en conjunto más de mil 300 MW de potencia, tarea realizada en menos de un año.Este avance es considerado por analistas de importante paso en las transformaciones que registra el sector energético en el archipiélago.
Las autoridades en la materia argumentan que mediante la producción de electricidad desde múltiples puntos de la ínsula, se garantiza la vitalidad económica y social de la nación ante cualquier clase de adversidad.

Gran potencial de ahorro

Sólo la implantación de programas y estrategias para enfrentar las crecientes necesidades de energía, analizadas en el contexto de cada país y el establecimiento de programas de colaboración entre naciones, permi- tirá atenuar la situación de crisis energética en el orbe.
Como señaló el presidente de Cuba, Fidel Castro, lo único que evitará el agotamiento cercano del petróleo, a los ritmos actuales de consumo, es cambiar el irracional modo de consumo de las sociedades desarrolladas e ir a otro sistema.

Al calor de la revolución energética que lleva a cabo, Cuba invirtió cientos de millones de dólares para adquirir grupos electrógenos y otros medios, entre ellos electrodomésticos, aires acondicionados, refrigeradores y ventiladores. Se incluyen hornos eléctricos para panaderías, bombas de agua e insumos para la reparación de las redes de distribución de electricidad, todo lo cual conduce a un elevado ahorro de recursos, principalmente de portadores energéticos.
Además, el sistema comprende la instalación de más de 2,3 millones de breakers (interruptores) en las viviendas, lo que se realiza por primera vez en forma masiva, así como el incremento sustancial de la cantidad de transformadores de fabricación nacional.

De igual modo, se implementaron facilidades bancarias para que toda la población tenga acceso a esos beneficios.

Actualmente, el sector residencial en Cuba consume el 45% de la electricidad.

Esto indica que cualquier medida de carácter masivo para favorecer el ahorro en ese contexto tiene elevada significación
económica.

El primer emplazamiento de grupos electrógenos fuel oil en la capital, está situado en el municipio de Regla (...) En el territorio capitalino ya se colocaron 595 kilómetros de cables nuevos en las redes de distribución, de unos mil 300 que deben ser renovados. Simultáneamente se produjo el reemplazo de más de 112 mil acometidas (alimentación eléctricas de las viviendas), de más de cuatro mil postes en igual situación de deterioro, mientras fueron instalados 380 mil breakers en casas.

Como informó recientemente la ministra de la Industria Básica, Yadira García, la inversión prevista en las redes, aunque es alta, permitirá mejorar la calidad de la electricidad.

La importancia de los grupos electrógenos (ya existen en 116 de los 169 municipios del país) se puede apreciar, además, al tener en cuenta que estos pueden generar cerca de la mitad de la electricidad demandada en horario pico.

Asimismo, prosigue la instalación de grupos electrógenos de emergencia en objetivos sensibles de la economía y los servicios, para proporcionar el fluido, aún en caso de fenómenos meteorológicos y otros imponderables.

(...) Ellos garantizan la protección de hospitales, policlínicos, bancos de sangre, hogares de ancianos y de impedidos físicos y mentales, farmacias, panaderías, clínicas estomatológicas, centros de alimentos, frigoríficos, sistemas de bombeo y otras objetivos vitales.

El programa energético que implementa Cuba no es ajeno al aumento de la producción nacional de petróleo y gas, y tampoco al empleo de otras fuentes renovables de energía, entre ellas la eólica y la biomasa.

De acuerdo con los resultados de la revolución energética en 2006, el consumo eléctrico de la población por el empleo de equipos más eficientes y la venta de medios eléctricos para la cocción, aportaron una reducción notable del volumen de combustibles.

(...) El consumo de electricidad aumentó sólo 7%, pese a que el PIB del país se incrementó en 12,5% mientras al SEN fueron conectados unos 120 mil nuevos clientes. -


(*) Periodista de la Redacción Económica de Prensa Latina

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