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viernes, junio 27, 2008

la lucha por la tierra en Brasil-II

NACIMIENTO DEL MOVIMIENTO SIN TIERRA


Antes de explicar como nació el Movimiento Sin tierra, se puede preguntar: ¿quienes son los sin tierra? ¿Cualquier persona que no sea propietaria de tierra puede ser considerada corno un sin tierra? En la practica, el término sin tierra fue un mote Popular dado a una clase social que vive en el campo, que los sociólogos llaman jornaleros ya que trabajan la tierra sin ser propietarios de ella. Esta clase está dividida en varias categorías sociales según la forma en que participan en la producción. Así, están incluidos corno “sin tierra” a las siguientes categorías: Aparcero: es aquel agricultor que trabaja con su familia, alquila una tierra de otro y hace una aparecería; el entra con trabajo, con las herramientas, y a veces con las simientes.


El propietario con la tierra y a veces con las simientes, abono etc... En la cosecha dividen la producción: cuando la mitad es para cada uno, son conocidos como ‘medieros’. veces el aparcero paga el 30% de lo que coge al propietario y así en aumento. Pero el pago es siempre parte del producto recogido. Y las divisiones y condiciones son las más variadas posibles. Arrendatario: Es aquel agricultor que trabaja con su familia y alquila una tierra por un precio fijo combinado, que puede ser el pago en dinero en un producto. Independientemente del volumen de la cosecha en esa área. Existen también grandes arrendatarios, que alquilan grandes extensiones de tierra, para cultivar con máquina etc.


Estos son conocidos como arrendatarios-capitalistas y, obviamente, no son considerados “sin tierra”. Posseiro: Es aquel agricultor que trabaja con su familia en una determinada área, como si fuese suya, pero que no posee el título de propiedad de la tierra. La mayoría de las veces la tierra es del estado pero también, sin que el «posseiro» lo sepa, puede ser de un propietario desconocido. La mayor parte de esta categoría se encuentra en la región Norte del país, en las regiones de frontera agrícola. Jornalero Rural: es aquel agricultor que no trabaja por cuenta propia, solo vende sus días de servicio a un hacendado cualquiera. Existe un gran numero de arrendatarios, parceiros, pequeños propietarios, que para poder sobrevivir, también se van de jornaleros en algunas épocas del año.


Según algunos estudios, una gran parte de los jornaleros, alrededor del 60%, quería tener tierra propia y lucha por la reforma agraria. Pequeño Agricultor: Es aquel agricultor que trabaja con su familia y que posee una pequeña parcela de tierra, por ejemplo, menos de 5 hectáreas de tierra, y con esto no consigue sobrevivir y sustentar su familia. Por esto, desea más tierra y es considerado un “sin tierra”. Hijos de pequeños agricultores: Son aquellos agricultores hijos de pequeños propietarios, que pueden poseer hasta 50 hectáreas pero que no tienen condiciones de mantenerse como pequeños propietarios y, por tanto, pasan a ser “sin tierra”, cuando constituyen nuevas familias. Sumando todas estas categorías sociales que componen los “sin tierra”, según datos oficiales del IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística), totalizan unos 4,8 millones de familias de trabajadores rurales, que son los “Sin Tierra”.



HISTORIA DEL MOVIMIENTO SIN TIERRA


La historia del Movimiento Sin Tierra no tiene una fecha específica de inicio. Por ser un movimiento social, que reúne a millares de trabajadores rurales, su inicio tuvo varios orígenes, en varios lugares, y su historia esta compuesta por la suma de varios acontecimientos que se desarrollaron especialmente a partir de 1978. A partir de esta fecha, se dieron en varios estados muchas luchas de agricultores sin tierra, que se reunían, discutían sus problemas y se organizaban para, de forma colectiva, conquistar una área de tierra, Así, se fueron multiplicando innumerables ocupaciones de tierras, en diferentes regiones.



Para poner un ejemplo de los mas conocidos: En Río Grande do Sul, las primeras ocupaciones se dieron cuando cuando cien familias ocuparon la Hacienda Macali, en Ronda Alta y , en seguida, otras 240 familias ocuparon la Hacienda Brilhante. La mayoría de estas familias eran oriundas de otro conflicto de tierras: los indios Kaingang habían expulsado de su reserva de Nonoai, cerca de 1400 familias que vivían como «posseiros». Una parte de estos se fueron para Mato Groso, otra fue para las ciudades y el resto decidió entonces luchar por tierras en Río Grande do Sul.





En Santa Catarina, la primera ocupación se dió en el municipio de Campo Eré, en la Hacienda Burro Branco. En el estado de So Paulo, había un conflicto en la Hacienda Primavera, en el municipio de Andradina, que entonces fue ocupada por más de trescientas familias. En el Mato Grosso de Sul también proliferaron los conflictos, en los que los hacendados intentaron desalojar centenares de familias que vivían como aparceros en las haciendas y pasaron a ocupar las tierras.



En el Paraná, el origen de la vuelta a la lucha por la tierra se debió a la construcción de la hidroeléctrica de Itaipu, que inundó las tierras de más de diez mil familias en la región fronteriza con Paraguay. La única propuesta de Itaipu era la indemnización en dinero. Muchos aceptaron; pero un gran número de familias inició entonces un movimiento: “Tierra justa”, con el cual reivindicaban el pago de la indemnización en tierras, en el Estado de Paraná, y mejores precios por sus trabajos realizados en las áreas inundadas. En otros Estados, como Bahia, Río de Janeiro, Goiás, también se dieron ocupaciones de tierras, por parte de familias que se organizaban para esto, juntándose centenares de personas. Todas estas luchas fueron victoriosas y conquistaron la tierra. Sin embargo, estas iniciativas eran aisladas. No había ningún contacto entre una ocupación y otra. A partir de 1981, se sucedieron encuentros entre los dirigentes de estas luchas localizadas.


Estos encuentros eran promovidos por la Comisión Pastoral de la Tierra. Algunos encuentros eran en el propio Estado, otros a nivel Regional y, finalmente, como resultado de estas articulaciones de las diferentes luchas que se estaban dando, se realizó en enero de 1984, en Cascavel (Paraná), el 1° Encuentro Nacional de los Sin Tierra. Este encuentro nacional representó entonces la fundación y la organización de un movimiento de campesinos sin tierra, a nivel nacional, que se iría articulando para luchar por la tierra y por la reforma agraria. Así nació el Movimiento Sin-Tierra, como una articulación de los diversos movimientos locales. Y fue entonces bautizado como Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra.


La inclusión de la expresión <(trabajadores rurales» en el nombre ayudó a caracterizar que se trataba de un movimiento de agricultores, de personas que trabajaban en la agricultura. Sin embargo, hasta hoy, existe mucha confusión en la prensa, en la televisión, en la sociedad en general, especialmente en las ciudades, confundiendo el movimiento de los trabajadores rurales sin tierra, que ocupan tierras para trabajar, con las acciones del movimiento sin tierra urbano, que ocupan tierras para con struir sus casas.


El movimiento de los sin tierras urbanos es, verdaderamente, un movimiento popular por la vivienda y, en muchos lugares, ya existe con la denominación más correcta de Movimiento de los Sin Techo. El Movimiento de los Sin Tierra es, por lo tanto, una abreviación más popular del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, que también adopta la sigla MST. Después de su fundación, en 1984, el MST pasó a articularse en distintos estados realizando el Primer Congreso Nacional de los Sin Tierra, en Curitiba (Paraná), en 1985, y el Segundo Congreso Nacional, en 1990, en Brasilia. El MST reúne a 19 estados especialmente en el sur y nordeste, donde están también concentrados el mayor número de trabajadores rurales sin tierra del país. Más del 65% de los sin tierra viven en esas regiones.


DETERMINANTES DEL SURGIMIENTO DEL MST



Analizando las circunstancias históricas en que nace y se desarrolla el Movimiento Sin Tierra, se observa que su organización aparece determinada por varios factores de la realidad brasileña. En primer lugar fueron factores de orden económico. Durante la década de los 70 hubo una gran concentración de la propiedad de la tierra y una expansión de la mecanización de los cultivos, de la utilización de los llamados insumos industriales. Así, muchas haciendas que antes utilizaban mucha mano de obra en forma de aparcerías y arrendamientos la reemplazaron por maquinaria.


Esos trabajadores resultaron expulsados de las tierras. Simultáneamente, el estímulo al monocultivo de la soja y del algodón destinados a la exportación, una reducción de cultivos permanentes como el café, y más tarde, la implantación del Proalcohol, agudizaron la reducción de la mano de obra en esas haciendas. En segundo lugar; hubo factores sociales. Hasta finales de los 70, los trabajadores rurales excluídos de la agricultura buscaban dos salidas básicas: la emigración hacia las regiones amazónicas o el éxodo rural hacia las ciudades.



Al constatar que la ocupación de la frontera agrícola de la Amazonía se revelaba inviable millares de trabajadores desistieron y regresaron disuadiendo a otros. La colonización fracasó. La llamada del empleo urbano también había acabado pués el llamado «milagro brasilefio» de la industrialización se agotó originando su propio desempleo. Y hubo factores políticos. Como el trabajo pastoral de la iglesia católica, a través de la CPT, y de las pastorales rurales, que concientizaron a los campesinos sobre sus derechos a la tierra, despertándoles una visión de la realidad ni sumisa, ni conformista, como predicaba anteriormente la iglesia tradicional. Este trabajo tubo una influencia enorme entre los campesinos para que entendieran la necesidad de organizarse. También el surgimiento de un nuevo sindicalismo.


El sindicato, en el interior, era sinónimo de Funrural. Con las huelgas en el ABC y el surgimiento de un sindicalismo combativo en las ciudades, estas ideas llegaron al campo y se generó también una corriente de transformación en los sindicatos rurales que se volvieron más combativos, de lucha, que pasaron a estimular y apoyar la lucha por la tierra. Finalmente, el proceso de apertura democrática y la derrota del régimen militar, durante el gobierno de Figueiredo, influyó decisivamente en las posibilidades de que los campesinos sin tierras se organizasen en sindicato y en movimiento, ya que perdieron el miedo a la represión política. La ampliación de las libertades democráticas en la sociedad permitió que se ampliasen y proliferasen nuevas formas de organización social, antes prohibidas y reprimidas.

El conjunto de estos factores permitió el surgimiento de un vigoroso movimiento social entre los campesinos sin tierra: el MST.



OBJETIVOS DEL MOVIMIENTO SIN TIERRA


El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra tiene en sus principios, definidos en el encuentro fundacional, tres grandes objetivos por los que lucha: la tierra, la reforma agraria y una sociedad más justa.


El objetivo de luchar por la tierra busca atender a una necesidad económica de supervivencia de cada familia que no tiene tierra. El «sin tierra» aspira a la tierra como una oportunidad de trabajo. Como una garantía de supervivencia para él y para sus hijos. No piensa en el enriquecimiento ni en la especulación, no tiene intención de venderla más adelante, ni conservarla como una reserva de capital. En este sentido, la tierra es una forma de supervivencia económica, tiene un carácter de lucha corporativa, sindica; igual que cuando los obreros industriales luchan para mejorar los salarios, luchan apenas para mejorar sus condiciones de supervivencia. Por lo tanto, la primera motivación del movimiento es conseguir resolver el problema económico, el problema de la supervivencia de millares de familias de agricultores, que se encuentran sin perspectiva de trabajo y que desean continuar trabajando la tierra.


El segundo objetivo, que es la Reforma Agraria, es un objetivo amplio. Se entiende por reforma agraria un conjunto de medidas que tienen que ser tomadas por el gobierno para cambiar la estructura de los fundos del país, y garantizar la tierra a todos los agricultores que la quisieran trabajar. Además de ello, medidas complementarias de política agrícola, como créditos, precios, asistencia técnica, seguro rural, etc., necesarias para garantizar la viabilidad y la rentabilidad de la pequeña producción. Por lo tanto, luchar por la reforma agraria es luchar por muchos cambios en la agricultura brasileña que van a repercutir a todos los trabajadores rurales, y no sólo a aquellos que están luchando ahora, de forma inmediata, para resolver sus problemas de supervivencia. Se trata, pues, de un objetivo de mayor amplitud, de ámbito social, que interesa no solamente los «sin tierra», sino a todos los trabajadores rurales, y también a los trabajadores urbanos, por razones que veremos más adelante. Al luchar por la reforma agraria, el movimiento adquiere una amplitud social mayor que las reivindicaciones del campo sindical.


No se restringe, en absoluto, a los conflictos localizados de la lucha por la tierra. El tercer objetivo del Movimiento Sin tierra es luchar por una sociedad más justa. Una sociedad sin explotadores ni explotados, como dice su carta de principios. Como se ve, este objetivo tiene un claro carácter político, pues está relacionado con la organización de la sociedad y con el poder político dentro de ella. ¿Cómo puede un movimiento de campesinos sin tierra incluir un objetivo político entre sus aspiraciones? El argumento es simple. La implantación de una reforma agraria amplia, que realmente haga cambios en la estructura de la propiedad de la tierra y en la forma como está organizada la producción de la agricultura, solamente se podrá dar con un cambio en el actual poder político, con importantes cambios sociales. Una reforma agraria depende, esencialmente, de la voluntad y la fuerza política por parte del gobierno. Y seguramente, solamente será realizada por un gobierno claramente identificado con los intereses de las clases populares, especialmente los trabajadores rurales y urbanos.


De esta manera, luchar por la reforma agraria en el Brasil, es también luchar por los cambios sociales y políticos en el país. Partiendo de la naturaleza de los tres grandes objetivos que el Movimiento Sin Tierra persigue, puede clasificarse la naturaleza del propio movimiento. Muchos estudiosos y periodistas se preguntan con frecuencia: finalmente, ¿cual es el carácter del Movimiento Sin Tierra? ¿Es parte del movimiento sindical? ¿Es parte del movimiento popular? ¿No será un partido político campesino disfrazado, ya que lucha por cambios sociales?. La respuesta viene de la autodefinición del MST. El MST se considera un movimiento social de masas cuya principal base social son los campesinos sin tierra, que tiene un carácter, al mismo tiempo, sindical (porque lucha por la tierra para resolver el problema económico de las familias), popular (porque es amplio, participan diferentes categorías y porque lucha también por reivindicaciones populares, especialmente en los asentamientos) y político (no en el sentido partidario, sino en el sentido que quiere contribuir a los cambios sociales). La dificultad en entender su carácter es porque no se encuadra en las formas tradicionales de clasificar a los movimientos sociales, reuniendo en un sólo movimiento tres características complementarias: sindical, popular y político.


LAS FUÑDAMENTALES


El MST ha discutido y presentado varias pautas de reivindicaciones. 1as principales discusiones sobre reivindicaciones fueron hechas en los eventos nacionales. El encuentro de su fundación, en 1984, en el lcr. Congreso Nacional, en 1985. En 1987 el MST elaboró, en conjunto con la CUT y la CPT, una propuesta de proyecto popular para una Asamblea Constituyente, sobre la reforma agraria, discutiendo en casi todos los municipios del país, reuniendo nada menos que 1.600.000 firmas de electores campesinos. En mayo de 1990, en su 2° Congreso Nacional, presentó una nueva lista de reivindicaciones al gobierno. A nivel de los estados, en eL desarrollo de las luchas y movilizaciones, fueron presentadas reivindicaciones específicas que fueron negociadas con los gobiernos estatales y con las superintendencias estatales del INCRA.


Este conjunto de reivindicaciones, en especial las que fueron discutidas y presentadas a nivel nacional, representan la propuesta de reforma agraria que el MST desea para ser aplicada en la agricultura brasileña, A pa1ir de las reivindicaciones presentadas a nivel nacional, en sus dos congresos y en el proyecto popular constituyente, se pueden resumir las principales reivindicaciones que caracterizan la propuesta de los Sin Tierra para la reforma agraria en Brasil. Expropiación de los latifundios Por la ley del estatuto de la tierra, cada inmueble rural clasificada como latifundio se caracteriza como una propiedad mal aprovechada y, por lo tanto, por ley, es posible su expropiación. Existen en el Brasil 600 millones de hectáreas en manos de propietarios privados. De éstas, 180 millones de ha. son clasificadas como latifundios.



Solamente considerando el mayor latifundio de cada estado, la suma de sus hectáreas llega a los 15 millones. En 1990, la Secretaría de la Presidencia de la República realizó un estudio, basándose en los datos del IBGE y de INCRA, y identificó que 44 % de las tierras en el Brasil estaban ociosas. Solamente 264 de los inmuebles rurales clasificados como latifundios y con una área superior a 100 mil hectáreas controlan 33 millones de hectáreas. Si fuesen expropiados solamente estos terrenos, se podría asentar a 1,5 millones de familias de trabajadores rurales sin tierra.



Expropiación de las tierras de propietarios multinacionales Según estimaciones basadas en datos oficiales, las empresas extranjeras poseen más de 30 millones de hectáreas de tierra en Brasil. Esta cantidad es superior al tamaño de diversos países de Europa. La expropiación de estas áreas permitiría el asentamiento de casi un millón de familias sin tierra. Por otro lado, es importante señalar que la mayor parte de estas empresas se dedica a otras actividades completamente diferentes de la producción agropecuaria, con excepción de algunas que utilizan la tierra para la extracción de madera. La mayor parte de las tierras son solamente para especulación o reserva de valor.



Definición de un tamaño máximo para la propiedad rural Se debe crear un límite máximo para el tamaño de las propiedades rurales en el Brasil. Existen algunas propiedades con más de un millón de hectáreas. La JARI AGROFORESTAL y MANASA poseen más de 2 millones de hectáreas cada una. Es una área superior a Holanda, en manos de una sola empresa. El tamaño máximo de una propiedad rural en el Brasil debería ser de 750 hectáreas, partiendo de la base que ninguna familia que vive de la agricultura, aunque sea de una forma capitalista, necesita de una área superior a ésta para progresar. Esto es también coherente con la propuesta que ninguna propiedad menor de 750 hectáreas sea expropiada. Por otro lado, se sabe que el 85 % de toda la producción agropecuaria nacional es producida en áreas inferiores a 750 hectáreas.



Esta propuesta, a pesar de parecer radical, tiene precedentes en la propia historia de Estados Unidos, que al colonizar sus tierras limitó, por ley, la distribución de un máximo de 100 acres de tierra por familia. Contra la colonización La experiencia de colonización oficial dirigida y practicada por el gobierno tuvo un enorme fracaso en los últimos treinta años. La colonización que tuvo éxito fue la colonización espontánea de la propia población, que va alargando las fronteras económicas del país, llevando, junto a las carreteras, la educación y la producción. Así fue la ocupación del oeste de Santa Catarina, Paraná, Mato Grosso del Sur y Maranho. El gobierno adoptó un modelo irracional, primero abriendo carreteras en medio de la selva, y queriendo llevar ahí personas de un lugar extravió a su cultura y a su hábitat. El MST defiendo que se preste atención especial a las familias que ya estaban en proyectos de colonización para que puedan sobrevivir, progresar o cambiar, y que se ponga fin, de aquí en adelante, a cualquier proyecto de colonización con transferencia de poblacion.

Cada región debe resolver sus propios problemas, pues en cada una hay tierras ociosas y familias sin tierra. No resuelve nada ofrecer tierras del Mato Grosso a los gauchos, ya que permanecen millares de familias matogrosenses sin tierra. O querer transferir familias de sin tierra norteñas, cuando permanecen intactos e improductivos los latifundios en el nordeste. Una política agrícola pensada para el pequeño productor. Una Reforma Agraria incluye un conjunto de medidas gubemamentales. No basta solamente distribuir las tierras. Para ello es necesario tomar medidas en el campo de la política agraria, de apoyo y estímulo a los pequeños agricultores, tanto a los que fueron asentados, como a los actuales pequeños agricultores que abandonan, millares cada año, sus pequeñas parcelas por falta de apoyo gubernamental.


Una política pensada para la pequeña producción tiene que garantizar: crédito rural accesible, seguro agrícola contra posibles catástrofes naturales, una política de precios que garantice una renta mínima a cada agricultor y que posibilite su progreso económico y social, y asistencia técnica adecuada. Autonomía para las áreas indígenas El pueblo brasileño y el gobierno tienen una deuda histórica con los pueblos que originalmente habitaban nuestro país: los indígenas. Que a lo largo de estos quinientos años fueron masacrados. Existen actualmente 250 mil indígenas que necesitan sus reservas demarcadas y con autonomía para poder sobrevivir. La mayor parte de áreas indígenas ahora no está demarcada y precisa ser demarcada urgentemente, como condición de su autonomía y supervivencia. Existen muchas reservas indígenas que fueron ocupadas por colonos pobres y por hacendados ricos.



El MST defiende que se expulse a los hacendados ricos que se adueñaron de estas tierras indígenas y que se aplique una política de transferencia de los colonos y arrendatarios pobres hacia áreas expropiadas en regiones próximas. Hay también muchos problemas de invasión de tierras indígenas por madereros, garimpeiros y empresas mineras, que tienen que ser retirados inmediatamente, para evitar la dilapidación de un verdadero patrimonio nacional que sólo está a salvo en manos de los pueblos indígenas. Áreas de irrigación en el Nordeste Expropiación de todas las áreas próximas a las presas y embalses públicos en el nordeste, para asentamiento de trabajadores rurales. Hoy existen centenares de presas y embalses que fueron construidos con dinero público y con mano de obra hambrienta.


Y, a pesar de ello, sirven solamente a los intereses particulares de media docena de «coroneles» latifundistas que muchas veces prefieren dar de beber a su ganado, que ceder agua a la población rural sedienta. En el nordeste hay necesidad de democratizar el agua y crear condiciones para que sean irrigadas todas las áreas de asentamiento de la reforma agraria, viabilizando la producción y garantizando la establecimiento de los hombres del nordeste, evitando su migración para las ciudades o para otras regiones.


Investigaciones y castigo para los asesinos de los trabajadores rurales En los últimos años, más de mil trabajadores rurales fueron asesinados, especialmente líderes y personas que apoyaban sus luchas, en manos de los latifundistas. Solamente catorce casos fueron juzgados, y tres condenados. Forma parte de la lucha por la justicia social en el campo la investigación de todos los crímenes y el castigo de los responsables e instigadores. El MST defiende, ahora, que toda las haciendas en que se constate la existencia de trabajo esclavo sea automáticamente expropiada, sin derecho a indemnización.



Son frecuentes las .denuncias en periódicos, localizando haciendas con trabajo esclavo, en pleno siglo XX. Cobro sumario del Impuesto Territorial Rural - ITR El Impuesto Territorial Rural pretendía penalizar a las grandes propiedades ociosas y revertir los recursos recaudados para los proyectos de reforma agraria. Actualmente, el impuesto es irrisorio y no hay ningún mecanismo de penalización para los que se atrasan o no quieren pagar. Según las investigaciones oficiales, cerca del 80 % de los grandes latifundistas no pagan el impuesto. El MST defiende el cobro sumario, como un impuesto de renta y que, en los casos de atraso o de reincidencia, el gobierno recaude el valor del impuesto en tierras y las distribuya en proyectos de reforma agrarias.

LAS FORMAS DE LUCHA POR LA TIERRA

El Movimiento de los Sin Tierra lucha por la reforma agraria y por la transformación del tipo de sociedad en que vivimos. Mas esta lucha se hace concreta en la lucha inmediata por la tierra. Es esta lucha que esta frente a nuestros ojos, palpable, que lleva a millones de trabajadores rurales sin tierra, en diecinueve estados del país, a movilizarse, organizados en la búsqueda de la tierra para cultivar. Cuando algunas luchas han obtenido resultados concretos y los trabajadores conquistan latifundios, pasando a producir, dejando de padecer hambre y mejorando sus condiciones de vida, otros se animan a seguir el mismo rumbo. En esta trayectoria de más de doce años, el MST desarrolló varias formas de lucha para enfrentar el poder político y económico de los latifundistas y presionar a los gobiernos federal y estatal a distribuir tierra entre los agricultores.

El primer paso de cualquier grupo de sin tierras que se organiza, es realizar audiencias con las autoridades, buscando la negociación con los órganos de gobierno. Normalmente, de estas audiencias, se marchan habiendo escuchado muchas promesas, y «la garantía de que el asunto va a ser estudiado con cariño». Días después, vuelven para cobrar las promesas y los compromisos. Así se inicia un proceso de negociación que puede durar años antes de tener un desenlace positivo. Dos características marcan las audiencias del Movimiento de los Sin Tierra con las autoridades: 1.- Los agricultores siempre negocian en grupos grandes. Algunas, con verdaderas multitudes, son llamadas de "negociaciones masivas".

2. Los trabajadores cobran punto por punto las promesas de los gobernantes. No olvidan nada de lo prometido. Aplican el dictado popular de que "el pez muere por la boca". Los politicos en el poder prometen pensando que "el dulce va a desmovilizar al grupo y después las promesas se olvidan". Pero los militantes del MST no se olvidan y vuelven.

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