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miércoles, octubre 01, 2008

Vencedores de Negrin-XI

Edmundo Dominguez Aragones.

Azaña dimite. El gobierno se prepara para vencer a los que lo combaten.Manifeste al comisario geneal mi propósito de salir para Valencia dos o tres días, para asuntos ajenos al Comisariado.Me advertio que malos eran aquellos momentos para sallir de Madrid, pero que me autorizaba con la condición de que regresara en seguida.Así lo prometi. Juntamente con Vega, Claudina y Pérez, marche a la capital levantina donde habíamos de reunirnos con los compañeros representantes de Federaciones Nacionales que residian en Valencia.Rodríguez Vega quería informar a estos compañeros de lo sucedido en Cataluña, y después escuchar su opinión para que nos sirviera de orientación en las propuestas que pensabamos hacer al jefe del Gobierno.Además, les comunicaríamos nuestro propósito de buscar alojamiento para las federaciones que residian fuera de Levante, a fin de concentrarlas en estas provincias, ante la posibilidad de una ofensiva por el Centro, toda vez que esta mudanza, hecha en momentos de calma, no podía causar extrañeza ni daría lugar a criticas desmoralizadoras.

Nos reunimos en “Luís Vives”, adonde acudieron unos doce o catorce miembros del Comité Nacional de la U.G.T. En su mayor parte, estas federaciones eran las que habían seguido adheridos a la línea de Caballero y por tanto enemistades con nosotros. Pascual Tomas, Fernández Riego Velez, Zabalza, y Sobrino, eran los que con mas pasiones combatían.Vega hizo un relato de todos los episodios ocurridos en Cataluña, destacando el papel que habían jugado los sindicatos. Flojo y sin sentido de la realidad, en esta critica no quedaban muy bien parados ni dirigentes ni dirigidos.Del Ejercito hizo algunas exclusiones fundadas en el conocimiento de muchas faltas que determinaron tan rapida catastrofe.

Y, por ultimo, manifestó que en las reuniones de la U.G.T. en Figueras se acordo que los demás compañeros de Comisión Ejecutiva, con los del Comité Nacional, regresaran a España.Pascual Tomas intervino:-Esta bien el informe que usted nos ha proporcionado y lo agradecemos. Pero esto no basta. La U.G.T. tiene que marcar una dirección. De una parte se habla de negociaciones para terminar la guerra, de otra se quiere mantener la consigna de nuestra resistencia. Yo puedo asegurar que nuestros compañeros en las fabricas de Industrias de Guerra no tienen material para trabajar. Estos hombres serán los últimos en marchar, sin ellos faltarian municion y elementos para combatir, y cuando se habla de terminar hay que darles garantías para que el temor de quedarse expuestos a las represalias de Franco no les produzca desaliento.

Zabalza era partidario de que se pidiese facilidades para sacar de España productos, valores, y que se utilizaran militares de prestigio para negociar la paz.-Yo-ofrecía- conozco a quien se puede encomendar esta misión.La discusión se generalizo, en el fondo todos pedían claridad en los propósitos del Gobierno.Interviene para puntualizar bien la situación.-Tened en cuenta-manifeste- que son dos acciones contradictorias, si nuestra posición es de resistencia.Para mantener la moral y la conciencia de la gente, para soportar nuevos sacrificios solo puede conseguirse no hablando de negociaciones con el enemigo, ni de realizar ningún acto que desmoralice, y en camino hay ambientar esta dirección.

Si se gira alrededor de posibles o convenientes negociaciones, su solo anuncio repercutira extraordinariamente en los sindicatos, en el Ejercito y en los que trabajan para abstacerle; entonces rápidamente habrá que buscar los medios para la evacuacion.Mi criterio es que se mantenga la moral y que restablezcamos el equilibrio de nuestras defensas.-Una cosa u otra-interrumpio Pascual Tomas- lo que sea. Pero que lo conozcamos. Centenares de personas acuden al Gobierno Civil para procurarse pasaporte. El Gobernador los facilita a quien los pide, y los que están en los frentes saben esto, y se alarman.

Como todo esto hay que esclarecerlo, yo propongo que se nombre una Comisión que visite al Jefe del Gobierno.Vega se opuso. “La comisión Ejecutiva tiene esa propósito. Mañana saldremos para Alicante con este objeto, pero comisiones no, porque ello representa una desconfianza hacia nosotros”.-Desconfianza no-añadió Pascual Tomas-, yo deseo hablar directamente con Negrin, para decirle cual es el estado de las fabricas de material de guerra, y conocer por mi parte sus propósitos. Necesito que se nos den garantías.-Y yo también-repuso Vega-.

Por ello manifestamos el propósito de entrevistarnos con Negrin y os comunicaremos lo que la U.G.T. debe hacer.A todos pareció bien nuestra propuesta de que las federaciones que residian en Madrid se trasladasen a Levante, tanto por lo que pudiera suceder como para la facilidad de nuestras reuniones.Valencia, en los pocos días que habían transcurrido desde mi ultima estancia, se había transformado.La indiferencia de los primeros días por la perdida de Cataluña, se había convertido en una honda inquietud.Partidos y organizaciones comenzaban a prepararse, sin recato y sin miramiento, para poder marchar fuera de recato y sin miramientos, para poder marchar fuera de España. Algunas pequeñas expediciones habían salido ya.Este cambio obedecia a las campañas derrotistas de los partidarios de negociar.

De Madrid, igual que en otros días se habían extendido la emulación de su heroica conducta, de ahí venia ahora esa corriente de influencia desalentadora.Saldriamos al día siguiente Claudina y yo para Alicante, y convinimos con Vega en reurnirnos con él en Elche.Antes de salir de Valencia, visite a Jesús Hernández para informarle verbalmente de mis ultimas observaciones sobre lo que en Madrid acontecia.Varios comisarios del Ejercito de Levante estaban reunidos con él.

El optimismo de todos ellos y su buen humor demostraban que los reveses de la guerra y la gravedad de los momentos que viviamos no les hacia mella.-Caramba, Domínguez, cuentanos algo de Madrid, ¿Qué pasa?- Y me saludaron con muestras de afecto.-Muchas cosas-conteste riendo.-¡A ver! Que cuente ¡que cuente!-Y me hicieron corro.-¿Qué comenzais nuevas operaciones para desquitaros de lo de Brunete?-me interrogo mortificante uno de ellos.-¡Vamos calla!-le ordeno Hernandeza. Y diriendose a mi me dijo-: Vengo, que nos gusta oirte.-He regañado con el Comisario general, pero hemos hecho las paces.-¡Hombre!, esto es interesante. ¿Qué te hizo Tafall?-Decid mejor, que le hice yo- conteste--Bueno, ¿Qué le hiciste?-Me pidio un coche y se lo negué--¿Por esa futesa?-pregunto Hernández.-Por eso. Fue una cuestión de amor propio, que yo no se aun quien de los dos tenia razón. Lo cierto es que me enfade y le dije que no, de palabra, y le repeti que no, por escrito.-¿Qué mas?-Lo demás es serio, mejor dicho,trágico-dije cambiando de tono y poniendome formal.-No nos asuste-exclamaron, componiendo su rostro con fingido espanto.-No lo tomeis a broma. Repito que es serio.-Conocemos todo lo serio-me dijo el ayudante de Hernández, y añadió:-Si, hombre, todo. Casado conspira, te trae frio, no deja que los comisarios celebran actos públicos.

Disputas con el. Y una serie de noticias, con las que pensaba sorprenderlos, me fueron comunicadas a mi, en tono festivo.-¡Ah! ¿tomais esto a broma?-les interrogue.-No, a broma, no, pero creo que ese peligro puede ser dominado-me contesto Hernández.Muy a la ligera tomais la cosa, y mucha confianza mostrais-manifeste seriamente.-Hablas como Dios-me dijo otro comisario.-Veo que es inútil que te diga nada-manifeste a Hernández un poco picado.-No te enfades. Si hubiese venido un poco antes, conocerias los motivos de nuestro regocijo y de nuestras confianza-conteste este.-¿Qué es ello?-pregunte.-Pues que el Gobierno conoce ya a los conspiradores y a los derrotistas. Nos defenderemos y lucharemos hasta agotar al enemigo. Por eso es nuestra alegría.-Eso es bueno-les manifeste satisfecho-.Pero que se haga.-Si, si, se hará y quizás muy pronto.-Ya veremos-insisti incredulo.

-Te lo aseguramos-manifestaron a coro los comisarios que me rodeaban.-Muy confiados estais: si conocieseis los detalles ya me lo diriais. Además desconfio de que las cosas se hagan, como decis; para ello se precisa mucha energía y decisión. Una vacilación bastara para que lo se intenta no de resultado.-Los detalles, ahora que vamos a echar a estos pelmas, me los diras-dijo Hernández.-Rompan filas-dijo el comisario del 22 Cuerpo de Ejercito, que era uno de los presentes. Y con exagerada marcialidad salieron de la estancia aquellos hombres a quienes la promesa del mantenimiento de la lucha les hacia estar alegres.Cuando nos dejaron solos, informe a Hernández de todo lo que había observado y comprobado: los manejos y propósitos de Casado, y cuando termine de informarle, me repitio las seguridades que tenia de que eso quedaría terminado. Se abstuvo de informarme en que consistía la solución.

Supuse que en el relevo de Casado y le manifeste mis reparos.-Si es el relevo, te aseguro que para se lleve a efecto no bastara una simple orden--No, se tomaran medidas-me aseguro.-No se-le conteste descofiado.-Ten la seguridad de que se hará- me confirmo rotundo.-Bien. Pero yo, hasta que no lo vea, no lo creo. Tiene mucho prestigio, y movilizara todo lo que pueda. Yo aseguro que ofrecera resistencia.Cambiamos de tema y manifeste mi pesar por las perdidas de Extremadura.-No hemos tenido suerte en los mandos.

Si se hubiese llevado a cabo nuestro plan, se habría entrado en Córdoba.Si a pesar de la bolsa que había formado el ejercito de choque, este avanza, todo ese frente se viene abajo. Pero nada, que cuando se llega hasta Fuente ovejuna, nadie quiere avanzar mas ante el temor de que nos cierren la bolsa, cuya cabeza era de unos doce kilómetros.-La cosa era arriesgada. No se que opinar. Si encierran allí los 90,000 hombres, lo hubiesen pasado muy mal.-Conformes. Pero es que ese temor desaparecia en cuanto se hubiera avanzado mas. Para esto se necesitaba audacia y seguridad, y no las hubo.-¿Muchas perdidas?-le pregunte.-Muchas, me contesto.-Si a esa ofensiva se desarrolla, habría sido la mejor ayuda a Cataluña.-¡Ah claro! Ese era el propósito. Pero ya hablaremos del porque de muchas deficiencias.

-Lo mismo nos ha pasado en Brunete. Parece que se tiene interés en que nos derroten. Yo no digo que se haya podido hacer mas, pero hay errores sospechosos; todo lo atribuyo a los que simulan mas pesar por el sacrificio de vidas que la guerra cuesta.A nosotros llegaban las risotadas y las voces de los comisarios que fuera seguían en amigable reunión. Alguno de ellos llevaban impresas en su cuerpo las huellas de las heridas recibidad frente al enemigo. Gente animosa y decidida, enfervorecida por la causa de la Republica.Al despedirme me dieron muestras de camaderia y de amistad, en sus palabras y en sus abrazos.

No todos han podido librarse de la muerte o de los campos de concentración de la España fascista, pero tengo la certeza de aquel puñado de muchachos, briosos y conscientes en donde estén seguiran ya en la prisión o en el exilio, trabajando y luchando por la democracia y por España; su sentimiento y su educación estaban muy curtidas para que faltasen a su deber como españoles y como revolucionarios.Buscando al gobernador que vivía en las afueras de Alicante, nos encontramos a Ramon González Peña, que hacia dos días ocupaba un hotelito próximos a la ciudad.

Peña acababa de levantarse y a medio vestir nos recibió.-¿Qué hay de nuevo?.-Hay, que precisamos conocer lo que piensa el Gobierno.-El Gobierno piensa muchas cosas-nos contesto,eludiendo una respuesta concreta.-Pues algunas de esas cosas es lo que queremos conocer-pidio Claudina.-¿Y Vega?-proseguia sin querer contestar a lo que preguntabamos, defecto que he observado en él cuando desea saber y no ser preguntado.-Esperemos que acierte a encontrarle. Nosotros le hemos hallado a usted por casualidad.-Si, hay muchos casualidades en la vida.-Y se sonreia. De pronto exclamo-: ¡Pero esta chaqueta me esta mal! ¡Vamos!, ¿vosotros habeis visto un traje sin chaleco?.Y continuo:-¡Que demonio de sastres! Yo no se que sastres son estos-Se puso de pie, y paseaba por la habitación, mirandose el efecto de los pantalones.-Bueno, Peña-le dije- hemos venido para hablar con usted y no a señalar defectos en su ropa.-¿y a quien os impide que hableis? Habladme.Me disgustaba que de manera tan ligera y falta de consideración nos atendiese. Le informamos de lo tratado en Valencia.Nos aconsejo que hablasemos a Negrin.-Pero ¿usted no puede orientarnos?-Hace días que no veo al jefe del Gobierno--Pero ¿no están ustedes juntos?-Ahora, no.Me desesperaba este hombre.-Ya lo veremos, pero los demás días lo estaran, se reuniran ustedes-le conteste enojado.-Yo en cosas de guerra no me meto, eso es cosa del Presidente.-Pero, y de la política en general, ¿si?Contestaba lo que quería, y con sus salidas en las que aspiraba a mostrar sagacidad e ironia, no conseguiamos sacar nada en limpio.

Por fin se sento a nuestro lado y le manifestamos nuestro propósito de entrevistarnos con la Federación Provincial de Alicante, para que ella nos proporcionase direcciones de pueblos donde instalar las comisiones ejecutivos de las Federaciones Nacionales que residian en Madrid, si como se esperaba el Gobierno fijaba su residencia en Alicante o Valencia.-No, esta del todo decidido, porque en estas capitales no hay posibilidad de estar todos juntos. Yo me instalare en Elche, nos informo.-En ese sitio podrá instalarse la U.G.T. y así mantendremos el mas estrecho contacto con usted-dije.Si. A Pérez le he buscado un alojamiento, y usted, Claudina, puede estar en el Caudillo y podrá traerse a su hermana.-No me parece mal. ¿Y Vega?-Vega, con nosotros.

No le faltara sitio porque tu quedaras en Madrid, ¿no es eso?Claro-conteste-. A propósito de Madrid-añadí-¿usted conoce lo que Casado proyecta?-Si, me han dicho algo, pero ¡bah!, no hay que hacer mucho caso de esas hablidurias.-No son habladurías, Peña-Y aunque muy sucintamente, le señale lo mas saliente de mis observaciones.-Bueno, nosotro, en todo caso, veremos-me contesto.-Pero ¿Qué veremos?-Le pregunte extrañado.-Se trata de un buen jefe, al que no se puede disgustar-me manifestó.-Pero si no es eso, Peña, si es que conspira-le asegure.-¿Y tu te alarmas porque conspire? Todos somos un poco conspiradores-Y nuevamente empezó con su lenguaje de reticencias y de salidas de tono.-No es bastante suponerlo-Manifestó.-Es que no son supuestos-le afirme.Movía la cabeza, y mirandome desconfiado y ceñudo me contesto.-¡No se!En Alicante nos detuvimos poco tiempo, para no retrasarnos en la cita que habíamos dado a Rodríguez Vega en Elche.Estando comiendo con unos amigos, recibimos una funesta noticia, que añadía a nuestra critica situación una nueva difícil.

Azaña, desde Francia, friamente, y a cubierto por la distancia, cuando aun nos quedaban diez extensos provincias, alguna aviación, la escuadra y un ejercito de mas de 700,000 hombres, cobardemente heria a la Republica con su renuncia.Abandonaba el poder legitimo del Estado con desprecio y traicionado alevosamente a 8 ó 9 millones de republicanos que le habían guardado un respeto que no había merecido.Eludia, desde un luego seguro para su persona, responsabilidades y riesgos, notificando su renuncia por medio de una carta dirigida a Martínez Barrio, y en la que descubrir al enemigo, con su publicidad, la opinión del Estado Mayor Central, declarando perdida la guerra.Desde Francia adoptaba esta actitud y lo hacia muy pocos días después de haber firmado el decreto del traslado del Gobierno fijando su residencia en Madrid.

Si ese era su pensamiento, ¿Por qué aceptar, sin participar de ellos los peligros que corria el Gobierno que con su consentimiento se había trasladado a España, y cuyo poder quedaba expuesto a ser disputado de manera violenta?.Este hombre, en su egoísmo, abandonaba a su suerte sis gallardia y sin conciencia, a millones de hombres que aun no habían renunciado a defenderse.El texto de la renuncia de D. Manuel Azaña dice:“A los trece horas de hoy, 28 de febreo, el Sr. Rivas Cherif, Jefe del Protocolo en la Presidencia de la Republica Española, leyó a la prensa internacional una carta que contiene la dimisión del Presidente de la Republica Sr. Manuel Azaña.

La carta va dirigida al Sr. Martínez Barrio, Presidente de las Cortes, y esta concebida en los siguientes términos: “Desde que el General en Jefe del Estado Mayor Central, director responsable de las operaciones, me hizo saber en presencia del Consejo de Ministros, que la guerra estaba irremediablemente perdida para la Republica, y aun antes de que como consecuencia de la derrota, el Gobierno aconsejara y organizara mi salida de España, cumpli con el deber de recomendar y proponer en persona, al Gobierno y a su Jefe, la concertación inmediata de la paz, condiciones humanitarias a fin de ahorrar a los defensores del régimen y del país, nuevos y esteriles sacrificios. El reconocimiento legal del Gobierno de Burgos e Inglaterra, me priva de la representación jurídica internacional necesaria.

Me falta, ademas, el aparato político del Estado, el Parlamento y la representación de los Partidos, del mismo modo que los órganos de consejo y acción indispensable para la función presidencial. En estas condiciones me es imposible conservar, aun de nombre, el puesto que no había renunciado porque esperaba aprovechar este lapso en bien de la paz. Pongo, pues, en manos de Vuestra excelencia, mi dimisión como Presidente de la Republica, rogando a Vuestra Excelencia que se sirva darle el tramite necesario”.

La carta esta fechada en Collenges-sous-Saleve, el 27 de febrero de 1939.El gobierno comunico a Martines Barrio como sustituto del sr. Azaña, que se ponía a sus ordenes. Pero Martínez Barrio se limitaba a decir:“Tuve conocimientos del acuerdo adoptado ayer en Consejo de Ministros, según el cual se indica mi nombre como sustituto del Sr. Manuel Azaña. Al cumplir los tramites reglamentario, el Gobierno ha pensado naturalmente, en reunir las Cortes, de acuerdo con lo que indica la Constitución y el Reglamento de la Cámara, para que ante ella se da cuenta de la dimisión del Sr. Manuel Azaña y se pueda designar Presidente interino que ha de ser el de las Cortes. Ante las Cortes se ha de presentar la promesa de fidelidad a la Constitución, para tomar posesión del cargo.

El Gobierno republicano comunico la decisión del señor Azaña al pueblo español, y nada tengo que decir de su nota, si no es darme por enterado de la misma. Los tramites se están cumpliendo legalmente, como lo han sido en todo momento, aun en aquellos mas difíciles.Las radios facciosas aclarana el problema…”Se dicen que Negrin, mañana viernes, dirigira una arenga por radio.“Se han interceptado radiogramas rojos diciendo que Diego Martines Barrio sigue negándose a asumir la Presidencia de la Republica después de la renuncia de Azaña, y que Negrin le insto solemnemente para que regresara a la España Republicana”.

Martines Barrio no volvió mas a España ni a pesar de que todos los partidos le ofrecieron que le acomparñaria un diputado por cada uno de estos partidos.La Republica, sin jefe de Estado, sin mas autoridad que el Gobierno, entraba en el periodo agudo de su descomposición.En Elche, teníamos que buscar locales para la oficina de U.G.T. y alguna Federación Nacional que nos había hecho el encago de dejarla instalada en este pueblo.

Tanto el alcalde como los compañeros de la U.G.T. de la localidad, nos ofrecieron su ayuda, y convinimos montar nuestra oficina en la Casa del Pueblo.Rodríguez Vega no llego hasta el día siguiente, y con el ultimamos todos los detalles de nuestra instalacion.Cumplida nuestra misión, determinamos regresar a Madrid.Seguiríamos itinerarios distintos. Vega marcharia a Elda a entrevistarse con Negrin, y Claudina y yo pasariamos por Orihuela y Murcia para preparar alojamientos para otras federaciones.-Puntualizale a Negrin-le dije a Vega-todo lo que sucede en Madrid.-Tengo hecho varios apuntes-me contesto.-Me parece lo mas importante entre todas las cosas que tienes que decirle, mis impresiones.-Descuida, que no lo olvidare.-El lunes, en Madrid todos-propuse.-Si-contesto Vega-,¿Qué mas?-Nada-manifeste.En direcciones opuestas partieron los dos coches.

Vega, solo a señalar a Negrin lo que ocurria en Madrid, para darle nuestro parecer sobre unos cuantos problemas que habían de resolverse rápidamente, y para conocer con exactitud cuales eran las intenciones del Gobierno sobre la continuidad de la guerra, o sobre las negociaciones, para que los acontecimientos no nos sorpredieron, sin tener preparados nuestros cuadros sindicales de mas responsabilidad.Nuestras gestiones en Orihuela, fácilmente conseguidas, nos permitieron llegar por la tarde a Murcia.

La secretaria de la Provincial estaba instalada en la Cámara de Comercio, en donde encontramos a Candel.La efervescencia era muy intensa.Aquella mañana había aparecido en un semanario comunista, la noticia de los ascensos de Modesto y Lister y de nuevos destinos militares.Se suprimia el Grupo de Ejércitos; la Subsecretaria de Guerra, ejercida por Cordon, asumiria una parte de esta función y la del Estado Mayor del Ejercito, cuyas designaciones aun no se conocían.Se nombraban comandantes militares de las plazas de Albacete, Murcia y Alicante , a tres comunistas, y de la base naval a Galán.Candel1 con aire indignado nos enseñaba el recorte del periódico donde había aparecido la noticia.-¡Esto es inaguantable! Pero es inútil, estamos dispuestos a que esto no prospere y no será.-¿Quién es el comandante militar de aquí?-pregunte.-Pues un hombre bueno, republicando, de confianza y del que estamos satisfechos.-Y, ¿Qué pensais hacer?-Esta noche se reúne el Frente Popular, y acordaremos no permitir que se de posesión al que ha nombrado el Gobierno mejor dicho, el Gobierno, no, Negrin y sus colaboradores.-Eso es una rebeldia cuyas consecuencias debeis meditar.-Están examinadas. Ni como socialistas, no como representante del Frente Popular, tolerare este exceso. Además ¿Cómo es que los demás periódicos no publican nada? Se reserva todo a estos elementos.-Y su irritacion era tal, que sus palabras, rapidas y cortantes, salían con violencia de sus labios.-Veremos que pasa-le dije.-No, si no hay nada que ver, estamos resueltos a no dar posesión al nuevo comandante militar.-De todas formas, este procedimiento no lo aconsejamos-adverti.-




Bueno. Iremos a Madrid y allí trataremos de todo, no solo de lo de Murcia. Esto ya no se puede aguantar.-Y a Madrid, ¿a que?-¡Ah!, porque en Madrid esperamos que tenga solución.1 Francisco Candel. Presidente de la Casa del Pueblo de Murcia y de la Agrupación Socialista de esta capital.El partido debe intervenir, pero entre tanto, que un acto de energía le advierte a Negrin que no se juega con nosotros.Me parecía muy seguro de sus afirmaciones, y esto me indujo a pensar que algo mas que el Frente Popular de Murcia le daba esta seguridad.-De todas maneras, si no se cuenta mas que con el Frente Popular, no creo que podais impedirlo.-El Frente Popular solo, no. Ni estamos solos, ni nos faltan medios.-Eso es otra cosa, y compruebo que este suceso no es el que improvisadamente os haya dado esta fuerza, sino el resultado de un trabajo anterior.Quedo un momento cortado, pero rehaciendose con rapidez me grito:-¡No saques consecuencias! Además, es igual. Natural que desde hace tiempo nos prevengamos, son muchas las injusticias y las arbitrariedades de Negrin.Era indudable que su actitud la motivaba la destitución de Piñuela, al que unía una gran amistad.-¿os quedais aquí?-nos pregunto.-No se-contesto Claudina mirandome en espera de mi opinión.-No, un momento, Candel-conteste, y apartandome hacia un lado del salon, manifeste a Claudina:-Mire usted, después de lo que estamos oyendo, debemos salir inmediatamente para Madrid.

Esos nombramientos y la actitud de Candel me hacen sospechar muchas cosas.-Como usted quiera-me manifestó conformandose.-Bueno, Candel, nuestro breve cambio de impresiones da por resultado que ahora mismo regresemos a Madrid.-¿Tan tarde?-dijo extrañador.-No importa, llegaremos mañana domingo, de madrugada.-Pero ¿no cenais aquí?-insistió.-No. Cenaremos en el camino si podemos, y si no, ya veremos ¡que les vamos hacer!Nos despedimos y marchamos a tomar el coche.Al llegar a la plaza de la Catedral, encontré conversando a los de mi escolta con otro motorista del Comisariado, que estaba al servicio del Comisariado general.-Vamos-ordene-¡a Madrid! Y dirigiendome el motorista del Comisario general le pregunte extrañado.:-¿Y el Comisario general, esta aquí?-Si señor. Con el gobernador, y mientras despacha sus asuntos he venido a hablar con Paco.-No, si no te reprendo-le dije tranquilizandole-. Te pregunto, porque me ha chocado verte aquí.-Es que venimos de Cartagena.-¡Ah!-Si usted no me descubre, le contares lo que ayer le ha sucedido a mi jefe-me dijo confidencial.-Cuesta, hombre, y sobre la advertencia de mi reserva.-Pues vera usted. Todo ha sucedido delante de nosotros-e hizo una pausa.-Pero, bueno, ¿Qué ha pasado?-pregunte impaciente.-El Comisario general fue a Cartagena a entrevistarse con el Comisario de la Flota.-¿Con Bruno Alonso?1-Si, señor.-Cuenta. Alguna rebotada de Bruno, ¿no?Se sonrio el motorista.-Si, una cosa así, pero le ha desacatado.-¿Cómo es eso?-interrogue alarmado.-Primero llamo por teléfono y no le obedecia, insistió en que quería subir a bordo para hablar con el Comisario de la Flota, y como se negó, pidio que interviniera un general que no se como se llama, y por fin le dejaron subir.-¿Y que paso en esa entrevista?, ¿lo sabes?-Si, porque después el señor Mantecon y el lo comentaron.-Dime.1 Bruno Alonso.

Diputado a Cortes de significación socialista y líder del movimiento obrero en Santander.-Pues que el señor Bruno Alonso le dijo que para el no era Comisario general ni nada, y que el no obedecia ordenes del Gobierno de Negrin. Y regañaron, y el señor Bruno Alonso le dijo que saliera del buque o que si no le mandaria echar violentamente.-¿Eso dijo, estas seguro?-Si, señor, y ahora ha venido a hablar con el gobierno y después a ir a donde esta el Gobierno.-Bien, muchacho, reserva esa información y no la divulges.Después le dije a Claudina:-Ve usted, necesitamos estar en Madrid cuanto antes, Temo que suceda algo grave.-¿Qué tema usted?-Después de lo que nos ha dicho Candel, esto de Bruno me indica que se ha de producir un movimiento contra el Gobierno dentro de pocas horas. Ya lo vere usted como acierto.

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