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miércoles, abril 01, 2009

¿refundacion de IU?


NO, MAQUILLAJE EN TIEMPOS DE CRISIS.

La IX Asamblea de Izquierda Unida ha finalizado. Cayo Lara, miembro del PCE, ha sido elegido coordinador con el apoyo del 55% del Consejo Político de la federación. Ha llegado la hora de analizar las consecuencias que tendrá el resultado del proceso congresual de la organización reformista. ¿En qué política se basa la “refundación” de IU?
Raul M.T.-Unidad y Lucha

La Asamblea de IU ha ratificado la llamada Declaración de Rivas. En la práctica poco importan las tesis aprobadas, pues como cualquier militante honesto de IU no dudaría en reconocer, en realidad la política aprobada no deja de ser una mera referencia que suele convertirse en papel mojado. Para los comunistas, sin embargo, es determinante prestar atención a las propuestas que el reformismo realizará a los sectores populares, caracterizando sus políticas y clarificando las repercusiones que tendrán en la clase obrera.

Adelantamos ya que el “nuevo” camino emprendido por IU conduce a la clase obrera española a un callejón sin salida. Y es que su propuesta económica, al margen de las palabras elegidas para expresarla, ni siquiera desborda el programa socialdemócrata clásico: mayor intervención del Estado en la economía y mayor peso del sector público. Todo ello sin ligar su programa de reformas a un objetivo revolucionario superador del capitalismo, lo que únicamente favorece al sector de la oligarquía (representado por el PSOE) que busca en la socialdemocracia la receta para superar la crisis dejando intactas las bases del modelo de acumulación capitalista. Y en ese sentido se han propuesto agitar: “En fin, esta Asamblea decide que el primer Consejo
Político de IU discuta y precise ese Plan de Acción contrato: “para una salida de izquierdas a la crisis””.

El mejor ejemplo de esa política no ha tardado en darlo el nuevo Coordinador General, Cayo Lara, quien a la pregunta sobre un supuesto giro a la izquierda de IU no duda en contestar lo siguiente: “No vamos a pedir la luna sólo por estar en la oposición. No exigiremos, por ejemplo, que se renacionalice REPSOL, sí que se pueda rescatar un 20% de la compañía”

En el plano intencional, IU continúa propugnando la pertenencia de España a la Unión Europea. Nada mejor que citar sus propias tesis al respecto: “La UE podría ser referencia de una recuperación del papel de la política, del protagonismo de las poblaciones, del retorno a la economía real, del impulso a nuevas reglas del juego en la esfera internacional; de la voluntad política para acometer la crisis ecológica con la misma determinación y recursos que la financiera, etc.”.

La política aprobada por IU no sólo oculta la naturaleza imperialista de la UE, sino que edulcora sus más agresivas políticas contra el pueblo trabajador y apuntala lo que denominan “culminar la integración europea” defendiendo la aprobación de un nuevo Tratado de la Unión Europea. Nuevamente preferimos sus propias tesis: “En este sentido, y como objetivos inmediatos, consideramos la lucha por la modificación de las Directivas sobre jornada máxima de trabajo (65 horas) y la Directiva sobre servicios (Directiva Bolkestein) y como objetivo estratégico el logro de un nuevo Tratado de la Unión con los contenidos que los pueblos de Europa demandan”.

(El subrayado es nuestro).

La aparente ingenuidad reformista de IU se reproduce más allá de la escala europea. Ante la ola de devastación impulsada por el imperialismo en las últimas décadas merece la siguiente solución por parte de IU: “Los organismos económicos internacionales (FMI, Banco Mundial y otras Instituciones Financieras Multilaterales) deben ser radicalmente reformados para evitar la supremacía que en los mismos tienen Estados Unidos y otros países de la OCDE y puestos bajo dependencia de las Naciones Unidas.”

Al margen de bravuconadas que no trascienden más allá de los muros de esa “santa casa”, como el brindis al sol de la huelga general –sin la mínima confrontación con la burocracia sindical al servicio del sistema- o el pretendido referéndum Monarquía vs República –verdadero analgésico dirigido al corazón de quienes aún mantienen en el seno de la federación alguna esperanza-, lo cierto es que IU propone a la clase obrera un programa de mínimas reformas que amortigüen los efectos de la crisis capitalista y permitan reemprender el ciclo económico sobre la base del manual socialdemócrata clásico. Y todo ello en el marco de una Unión Europea reformada que sirva de contrapeso internacional a los desmanes de Estados Unidos.

Por supuesto las alianzas de IU en el plano europeo pasan inevitablemente por el domesticado Partido de la Izquierda Europea, y más allá de la UE por el entramado constituido al calor de los Foros Sociales y las fuerzas que trabajarían por el siempre ecléctico “Socialismo del Siglo XXI” y la “Democracia Participativa”, de lo que nos ocuparemos más adelante.

Resumiendo. El programa de IU se dirige objetivamente a arrojar arena a los ojos de la clase obrera, tratando de supeditar la lucha a estrechos objetivos socialdemócratas en el marco del polo imperialista europeo.

El PCE: Del “socialismo en libertad” al “socialismo del siglo XXI”.

Los monopolios mediáticos han coincidido en afirmar que la IX Asamblea de IU ha devuelto el poder interno al PCE, cuyo Secretario General ha declarado que han ganado para IU una política anticapitalista. Una vez aclarado de qué tipo de política “anticapitalista” se trata, estamos obligados a analizar esta supuesta victoria del PCE.

En primer lugar debemos destacar que resulta sumamente difícil desmentir que el PCE haya ganado la Asamblea de IU, pues en todas las listas que entraron en liza figuraban militantes del PCE.

Si por PCE nos referimos al amorfo conglomerado dirigido por una cúpula de viejos eurocomunistas que juegan al parlamentarismo interno y a conciliar las posturas de sus múltiples y variadas fracciones, entonces, y sólo entonces, puede decirse que el PCE ha ganado la Asamblea.

Por tanto, no debe sorprender que la predicada “refundación de IU” se salde con la presencia en la máxima dirección ejecutiva de personajes políticos siniestros como Rosa Aguilar (nombrada Coordinadora Institucional, aunque haya reconocido haber votado al PSOE en las últimas elecciones); Ángel Pérez (Secretario de Comunicación Externa y Electoral); Joan Josep Nuet (Coordinador Interno) o Enberhard Grosske (Secretario de Política Municipal), por poner algunos ejemplos. Y todo el mundo contento.

Sin embargo, si por PCE entendemos a quienes en su seno continúan considerando que aún es posible cierta recuperación del PCE como Partido Comunista digno de tal nombre y tratan de actuar honestamente en esa línea, su derrota no ha podido ser más aplastante.

La dirección eurocomunista comenzó por negar a su militancia más combativa la convocatoria de un Congreso Extraordinario para definir la posición del PCE ante la Asamblea de IU, como a cualquier persona sensata le hubiera parecido lógico y normal.

Continuó por consentir e impulsar la elaboración en cascada de documentos de cara a la Asamblea de IU (cada fracción aportó su propio documentito al proceso) al margen de toda organicidad comunista. Más tarde, cerró filas entorno a las tesis promovidas por Julio Anguita, aunque éste redactase en paralelo un documento, que fue y es ocultado a la militancia, en el que venía a proponer la mutación del PCE en un club de debate interno con cambio de nombre incluido en aras de la “modernización”.

Después se consintió que cientos de militantes del PCE fueran excluidos del proceso asambleario, incluidas federaciones enteras como en Partido Comunista de Asturias, sumido en una crisis definitiva y encerrado en un laberinto sin salida.

Finalmente, y como siempre, llegaron los pactos cupulares y la traición a lo prometido a los minoritarios sectores comunistas, que han quedado nuevamente aislados y a los que trató de consolarse en el cierre de la Asamblea de IU a golpe de consignas y con una menguada internacional salida de la ridícula cajita de música de Cayo Lara.

El XVIII Congreso del PCE, que la dirección eurocomunista no dudará en retrasar todo lo posible, se convertirá en el nuevo campo de batalla para los sacrificados comunistas que más por fetichismo y nostalgia que por convencimiento, intentarán por enésima vez modificar la naturaleza de clase y la fisonomía de un Partido que ha mutado definitivamente a sistémico.

El PCE está transitando en lo ideológico, como forma de justificar su propia supervivencia formal, de la consigna eurocomunista de “socialismo en libertad” a la posmoderna y ecléctica consigna de “socialismo del siglo XXI”.

La bandera del Partido sólo hondea cuando las filas deben unirse para librar importantes batallas, eso sí, siempre internas, siempre por el reparto de poder en una maltrecha Izquierda Unida y siempre sin saltarse los márgenes levantados en su día por el eurocomunismo.

Frente a la “refundación” de IU, debe imponerse la unidad comunista.

Los dirigentes de IU han anunciado un nuevo proceso asambleario en el plazo de 18 meses. Se trataría en esa segunda vuelta de “lanzar una nueva convocatoria a la izquierda alternativa”, un proceso a culminar durante el año 2010 “para encarar mejor las próximas citas electorales a nivel nacional”.

Los comunistas no debemos menospreciar el envite que constituye este anuncio por parte de IU. Tanto el PSOE como los viejos socios trotskistas del PCE (nos referimos a Espacio Alternativo) ya maniobran de cara a ese proceso. El PSOE necesita tener controlados los posibles movimientos que se suceden a su izquierda, pues la fracción de la oligarquía que representa Zapatero conoce la importancia del papel que algunas organizaciones pueden jugar como tapón de contención de la lucha de clases, más aún en condiciones de grave crisis económica que amenaza en convertirse en una crisis general de carácter político. Para intervenir en ese proceso su aparato mediático, encabezado por el diario Público, ha tratado de influir en la IX Asamblea de IU y, al mismo tiempo y por diferentes medios, ampara el surgimiento mediático de un nuevo partido denominado Izquierda Anticapitalista.

Los antiguos dirigentes de la LCR continúan aplicando con maestría la estrategia dentro – fuera. Por un lado impulsan el nacimiento de Izquierda Anticapitalista, que poco aporta de novedoso al panorama político y cuya marca electoral probarán en las próximas elecciones europeas. Pero al mismo tiempo antiguos dirigentes trotskistas continúan ocupando importantes puestos de responsabilidad en la nueva dirección ejecutiva de Izquierda Unida.

¿Movimiento táctico? El tiempo y la práctica dirán la última palabra.
La oligarquía representada por el PSOE juega en una doble dirección.
Tratan en de recomponer una izquierda que sirva de apoyo al PSOE en caso de ser necesario, la fórmula más acabada de ese tipo de organización la encuentran en el modelo que representa el Bloco de Esquerda en Portugal o la coalición SYRIZA en Grecia. Su objetivo es impedir que en España avance una opción netamente de clase, netamente comunista, al estilo del Partido Comunista de Grecia (KKE) o del Partido Comunista Portugués (PCP).

Y frente a ese modelo de “refundacion, fuertemente anclado en el PIE, es frente al que deben imponerse con urgencia la unidad de los comunistas en España. Ni en los proyectos fracasados como como IU ni novedosas versiones “anticapitalistas” basadas en el ecleticismo y el marketing serviran de nada a los trabjadores de este pais.

La unidad comunista es el instrumento politico indispensable para levantar en un partido comunista capaz, organizar, unificar y orientar la lucha de la clase obrera y otros sectores populares del campo y la ciudad por sus intereses inmediatos frente a la crisis y por el socialismo. Un partido capaz de defender la soberania de nuestro pais, capaz de romper con la Union Europea capaz de organizar el contraataque popular para organizar la III republica y abrir el transito interrumpido hacia la revolucion socialista en la España de nuestros dias conquistando las mayores libertades para los pueblos y naciones de nuestro pais. Un Partido que combata junto a otros pueblos contre el imperialismo, contribuyendo a poner en pie un Frente Antiimperialista Mundial, y que defienda con intrasigencia a los paises socialistas armado con las banderas del internacionalismo proletario y que apueste por la reconstrucción del Movimiento Comunista Internaciona.

Un Partido Comunista que, para tales propositos, debe encontrar en el centralismo democratico su metodo organización, y en el marxismo-leninismo y el internacionalismo proletario sus señas irrenunciables y que, en su practica diaria, plenamente insertada en el conflicto social que nace de la contradicción capital-trabajo, muestre ya los valores de la nueva sociedad por las que lucha. El PCPE esta reconociendo ese camino. Con aciertos y errores ( nota del blogmaster: un sector del PCPA ha degenerado de forma irremediable en planteamiento opuestos al leninismo esto lo abordaremos en articulo propio), con critica y autocritica , pero con el irrenunciable compromiso de su militancia y con la responsabilidad de sentimos herederos del glorioso Partido de José Diaz, del quinto regimiento y de la lucha clandestina contra el fascismo. Desde estas lineas llamamos a todas y todos los comunistas de España a reforzar las filas de nuestro Partido ante el brutal ataque del capitalismo. No dudamos que muchos seran todavía los obstáculos y las agresiones a superar, pero hemos aprendido de Lenin la sana costumbre de contestar a cada ataque, no con la defensiva, sino con un contraataque.

Por eso llamamos a todos los camaradas marxistas-leninistas, independientemente de su militancia actual, a romper definitivamente con el reformismo en sus diferentes formas y a emprender el camino de la unidad en base al marxismo-leninismo.
Camaradas, nos estamos preparando, nos seguiremos preparando y terminaremos por estar preparados, pues como decia José Diaz “la semilla de los revolucionarios no mueren ni moriran nunca”. No hay tiempo que perder.

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