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jueves, noviembre 26, 2009

Documentos de I.C.

2 congreso de Iniciativa Comunista
Septiembre-2009
ESTRATEGIA
Las cuestiones tácticas son de vital importancia para “hacer pie” sobre la realidad del día a día. Una organización política se desenvuelve y se forma en ellas. Pero esta actividad no vale nada si no está guiada por unas normas de mayor perspectiva que conecten coherentemente con los objetivos políticos finales: es lo que denominamos estrategia. La estrategia debe diferenciar bien entre contradicciones principales y secundarias. Si la estrategia está descuidada o es poco definida, la táctica hay que improvisarla y se convierte en errática o en un fin en sí misma – tacticismo-, quedando minada así nuestra credibilidad y eficacia. En última instancia, los intereses revolucionarios de la clase trabajadora son la única traba moral para la puesta en práctica de la estrategia.

Aunque lejano, el objetivo como organización comunista es la toma de poder, como punto final del proceso revolucionario, esto no es viable si no se consigue la hegemonía política-cultural. Por eso, vemos la importancia de trabajar en los barrios, organizaciones sociales y centros de trabajo, creando conciencia de clase y llevando los planteamientos marxistas a las luchas concretas.

Iniciativa Comunista sostiene que no existe proyecto revolucionario sin política de alianzas ni lucha de masas. Iniciativa Comunista diferencia dos planos de la política de alianzas: unidad popular y unidad comunista. Iniciativa Comunista asume el estilo comunista de trabajo que lo define tanto por la equivalencia entre los intereses de los comunistas y los intereses del movimiento real como por ser subvertidores del orden establecido y en esa medida no esperamos a que cambien las condiciones objetivas para desarrollar nuestras acciones contra dicho orden con el objetivo permanente de la acumulación de poder popular.

Unidad Popular – Frente de Izquierdas

Iniciativa Comunista promoverá, sin realizar concesiones sobre los principios, en el marco de la táctica revolucionaria, un proyecto de unidad popular, donde se logre aglutinar el máximo de sujetos políticos y sociales comprometidos con la ruptura de la constitución del 78 y la lucha por una tercera república popular y democrática. Es decir, que establezca un marco favorable a los intereses de los trabajadores y la autodeterminación para los pueblos que así lo deseen
desde una perspectiva revolucionaria.

La creación del Frente de Izquierdas, nombre que ponemos a dicho proyecto de unidad popular, debe tener cimientos sólidos. Cuando hablamos de FI, estamos señalando implícitamente la construcción de una base social anticapitalista que cree poder popular. De poco sirven los “bloques de sectas” o las coaliciones electorales, si paralelamente no se va formando un aglutinante social que dé asiento al proyecto político, pues sin éste sustento social caeríamos en el absurdo de representarnos a nosotros/as mismos/as. La experiencia de IU nos enseña como la dependencia financiera, parlamentarista y mediática con el sistema hace inviable cualquier proyecto mínimamente transformador. Nuestra aspiración nada tiene que ver con bases electorales o el marketing del voto, sino con la ardua tarea histórica de la construcción de un tejido social unitario y desconectado de la superestructura del sistema. A pesar de un primer revés en la puesta en práctica de dicho Frente, Iniciativa Comunista sigue persiguiendo la conformación del FI sin caer en una visión cortoplacista. Para que el FI sea una realidad, tendremos que dinamizar colectivos de base vecinales, juveniles, estudiantiles, ecologistas, republicanos, sindicales, antiimperialistas y antifascistas, para ir trabajando juntos, unificando la estrategia revolucionaria y transmitiéndoles la necesidad de una coordinación en torno a un futuro FI.

Más allá del mero agregado de siglas, se trata de construir un sólido bloque popular, bien estructurado programática y organizativamente. Para lo primero es fundamental desarrollar los medios de comunicación propios, y para lo segundo crear e impulsar asambleas locales de dicho poder popular. En consonancia con esta estrategia, la actividad y relación con las instituciones burguesas y la participación electoral, tienen un sentido táctico – instrumental-, de ayuda al fortalecimiento del poder popular.

No planteamos la equidistancia socialdemócrata entre lucha institucional y lucha movilizadora, sino que la lucha revolucionaria toma asiento sobre la clase obrera y no sobre un parlamento burgués, dado que estas instituciones per se son ajenas a nuestros intereses. Sin embargo, todo aquello que pueda constituir un altavoz o cualquier otra posibilidad legal favorable que nos ayude a avanzar nuestras posiciones, la utilizaremos bajo el principio de “conveniencia revolucionaria”.

Unidad Comunista

Como se ha dicho anteriormente, Iniciativa Comunista diferencia dos planos de la política de alianzas: unidad popular y unidad comunista. Mientras que el plano de la unidad popular (FI) tiene un carácter táctico-programática, el plano de la unidad comunista contiene un carácter estratégico-ideológico. En cuanto a la unidad comunista, nuestra experiencia de fusión nos ha dado la clave para avanzar. Esa clave no es otra que la experiencia mutua en luchas del día a día, donde la aproximación de organizaciones comunistas se haga sobre la base de la renuncia al partidismo y la eminencia de las cuestiones estratégicas. Iniciativa Comunista defiende la coordinación entre las organizaciones comunistas para la acción conjunta. Sin embargo, esto no nos ata de pies y manos para acercarnos a otras organizaciones revolucionarias que compartimos luchas aunque no se definan comunistas.

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