Translate,translator,traducteur,Übersetzer, traduttore,tradutor,переводчик

jueves, noviembre 26, 2009

Gripa A: sanar y privatizar es empezar

Detrás de la Gripe A se esconden y confluyen los espurios intereses del capital internacional. Ex secretarios de Defensa de Bush, compañías farmacéuticas, compañías productoras de carne Porcina, todos unidos en un mismo objetivo: ganar dinero gracias al miedo y a las muertes ajenas.

Oficialmente, la pandemia AH1N1 2009, o Gripe A, comenzó en el último trimestre de 2008. Según los virólogos se trata de una antropozoonosis, es decir, una enfermedad común a los animales y las personas y transmisible entre unas especies y otras. Es una mezcla de cepas de gripe aviar, gripe humana y gripe
porcina de Norteamérica y Eurasia.

Según los expertos es tan difícil que una combinación de ese calibre pueda darse de forma natural que lo más probable es que se trate de un virus creado en un laboratorio y que escapara al control de sus creadores (o que directamente se propagara de forma intencionada, como afirman algunos).

El origen de la pandemia
Lo cierto es que el origen de la pandemia hay que buscarlo en México. En los criaderos de cerdos
de La Gloria, México, propiedad de la empresa Smithfield Foods Inc., la mayor productora de carne porcina del mundo (controla el 24% del capital de Campofrio). Pues bien, las condiciones
de hacinamiento de los animales, el estrés, las frecuentes vacunaciones, las exposiciones a plaguicidas, son el mejor caldo de cultivo para toda clase de pandemias. Pero lo que ocurre en La
Gloria no es una excepción. Es la práctica habitual de este tipo de empresas, que, incapaces de contrarrestar el continuo descenso de la tasa de ganancia, deciden sacrificar las condiciones de estabulación por pingues beneficios. En 2003, por ejemplo, la prestigiosa revista científica Science
advertía que la gripe porcina estaba evolucionando muy rápido por el aumento del tamaño de los criaderos, por el uso generalizado de antibióticos y vacunas, avisando específicamente a
México y EEUU que las prácticas de las empresas cárnicas iban a ocasionar, tarde o temprano, una situación como la actual.

Sin menospreciar los efectos que la Gripe A puede ocasionar, parece evidente que su carácter de pandemia global ha sido interesadamente exagerado. Según los datos—y la opinión de los médicos—la incidencia de las muertes por Gripe A no es mayor que la de la gripe estacionaria. De hecho, esas muertes van indisolublemente unidas a personas que presentaban cuadros clínicos muy comprometidos.

Tamiflu
Y, así, llegó el Tamiflu a nuestras vidas. Fue descubierto por Gilead Sciences Inc., quien vendió los derechos de fabricación y comercialización a Roche, a cambio del 22% de los beneficios
por las ventas de Tamiflu. Desde 1997 a 2001 el presidente de Gilead Sciences Inc. fue Donald Rumsfeld.

En 2001, Rumsfeld abandonaba la presidencia de la compañía para hacerse cargo de la Secretaría de Defensa del Gobierno Bush, aunque, eso sí, conservando una muy importante cantidad de
acciones. Las cosas no suceden por casualidad y una de sus primeras medidas al acceder al cargo fue declarar obligatorio el uso del Tamiflu en las fuerzas armadas de EEUU...y el dinero le llovió a espuertas.

Detrás del pánico generado se esconde la mano de las compañías farmacéuticas. Ellas son las grandes
beneficiadas de la Gripe A. Compañías como Baxter Internacional, GlaxoSmithKline, Novartis, Sanofi-
Aventis, AstroZeneca y Roche trabajan a toda máquina en la producción y comercialización de vacunas y medicamentos como el Tamiflu. La ecuación es muy simple: se genera el pánico entre la población, se venden más vacunas, se gana más dinero. La compañía Roche, por ejemplo, ha declarado unos ingresos
por la venta de Tamiflu entre enero y junio de 2009 de 937 millones de dólares. La GlaxoSmithKline, por su parte, espera ganar no menos de 1.600 millones de dólares por la comercialización de su vacuna.

La conclusión está clara: si avanza la privatización en sanidad, investigación y desarrollo de medicinas, producción de alimentos, etc., perdemos los ciudadanos.

Si el capitalismo necesita la conversión en mercancías del producto del trabajo con vistas a la obtención de ganancias, sería iluso pensar que la vida humana está al margen de ese cálculo económico.
Armiche

1 comentario :

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.