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viernes, diciembre 18, 2009

Debate sobre el Foro Social de Sevilla

Otro foro social es imposible y necesario (sobre foro social Sevilla 2009)

¿Quién puede y quién debe estar en un foro social? Una modesta valoración desde la inexperiencia y la perplejidad.

Daniel López
“La política empieza cuando uno se propone, no representar a las víctimas (…) sino ser fiel a los acontecimientos en los que las víctimas se pronuncian” A Badiou, ¿se puede pensar la política? (B Aires, Nueva Visión, 2007)

Han sido muchas y encontradas las impresiones que, en calidad de forero virgen e inexperto, he podido recabar de mi asistencia al foro social mundial sobre espiritualidades y éticas para otro mundo mejor posible, de reciente celebración en Sevilla. Mi propósito ahora es solo destacar, de entre ellas, las que todavía hoy, tras la vuelta a la rutina de mis precariedades cotidianas, me siguen despertando una sensación de malestar demasiado grande como para encerrarla bajo un manto de feliz olvido. Dicho con suma brevedad, un foro social no puede costar 23 euros.

Lo siento, señores organizadores y responsables de su implementación. Por supuesto que desecho por “imposible” (e impensable) la “posibilidad” de que el señalado acontecimiento haya supuesto ocasión directa de negocio para alguien (entendiendo que los negocios indirectos escapan al control de las buenas voluntades, y por tanto, a esta nuestra valoración –ética- de un encuentro sobre ética y espiritualidad) De modo que, supuesta la intencionalidad radicalmente altruista del comité, no puedo sino darle vueltas una y otra vez a cuál pueda ser el desglose en gastos de tan incómoda suma:
Si los conferenciantes cobran, aunque sólo sean dietas, es un escándalo que se debe denunciar, además con la suficiente urgencia, antes de que aquellos que pagamos sus lentejas de hoy por oír nuestro bien de mañana (y nuestro mal de hoy) creamos que a nuestro “imposible” ejercicio le está correspondiendo algún sacrifico de generosidad por parte de nuestros gurús. Sea como fuere, debe saberse y hacerse público.

Si algún miembro del comité permanente organizador ha cobrado, aunque sólo sea la dieta, es un escándalo que se debe denunciar también, además con la suficiente urgencia, antes de que los que pagamos sus lentejas de hoy, nos creamos ese imposible del poder metabólico del Amor. (O “poder transformador”, según rezaba en la Declaración de Sevilla, díptico que circulaba de forma “gratuita” entre los foreros y que se presentó como el ideario de dicho comité y, por extensión, de todos los asistentes).

Si algún tallerista ha cobrado, aunque sólo sean las dietas, es un escándalo que se debe denunciar también, antes de que todos los asistentes, una vez más, nos creamos el espejismo de que toda acción social transformadora sirve únicamente a la meta de dicha transformación.

La promoción y difusión de su labor en un entorno como éste, debería ser apreciada por los talleristas como su mejor contraprestación. Si no recuerdo mal, entre los objetivos más firmes del comité estaba el promocionar un verdadero intercambio, no ferial, de ideas e iniciativas. Unos mínimos capitalistas son inexcusables para criticar al capital, hasta ahí parece que todo forero de bien podría convenir. El problema es quién piensa, determina o establece el límite en que dichos mínimos dejan de resistir a la bestia y continúan dándole de comer. Mi respuesta personal, como excluido y subsidiado a la fecha en que escribo, es, además de las denuncias ya presentadas, que dichos límites deben ponerlos los limitados no los limitantes.

Por supuesto que, como juzgarán los sensatos, estamos pidiendo un imposible. Una fatua ocurrencia de algún demagógico demente ¿Un imposible? Desde luego, pero bien necesario. Un imposible capitalista para poder oír la verdadera indigencia o necesidad a la que me refiero. ¿Dónde quedan todos los colectivos que simplemente a nivel local apenas tienen un consumo de cuatro/cinco euros-día como máximo, seguramente mucho menos? Desempleados, jóvenes, pensionistas, importantes sectores de la inmigración… O dicho de otra manera, ¿Hasta cuando un foro social de profesores, técnicos sociales y otros especimenes de buena voluntad, sacando brillo dialéctico a su última fórmula para la esperanza, mientras disfrutan plácidamente del café, la charla de sobremesa y el aire acondicionado? ¿Queremos un foro-satélite de nuestras universidades-entidades-editoriales-y “egos” en general o un foro de esa muda necesidad por la que, según parece, peleamos? ¿Pero quienes nos escondemos tras este nosotros colectivo que por ciega inercia reitero? En el fondo, quizá sea ésta mi mayor inquietud, además de los prohibitivos 23 euros que adeudo.

Señores miembros del comité permanente, la amorosa humanidad o ciudadanía con mayúsculas a la que interpelan con su declaración y de la que se sienten partícipes, ¿acaso no entiende de clases sociales? ¿Acaso desaparecen con ocasión de su convocatoria los pobres y faltos de recursos?

¿Es ésa la prestidigitación que debe obrar el amor? Desde luego muy poco o nada amorosa resultaba la mirada de sus colaboradores-controladores de acceso, los cuales, amables y policialmente, te conducían a hacer el amoroso depósito el día de la inauguración. Señores miembros del comité permanente, una publicación de los gastos del foro silenciaría la maledicencia de algunos insatisfechos, pero, además, nos explicaría a sus excluidos, a los olvidados del foro, la legitimidad de esta su enésima exclusión.

De modo que los que necesitan el cambio no tiene foro y los que lo proclaman no lo necesitan. Si yo he podido vencer esta dialéctica con mi modesta deuda, y con la asistencia a un foro que por mi situación me estaba vetado ¿qué no podrían hacer ustedes?, es la pregunta que más me persigue, junto a la terrible inquietud sobre la fortuna contable de esos dichosos 23 euros. Pues hay quien habla de estos foros como el nuevo sujeto político del siglo XXI, y otras sentencias por el estilo, de ahí mi incertidumbre respecto al nosotros, que antes apuntaba ¿Están claras de verdad nuestras urgencias y nuestros objetivos? Señores organizadores, no lo sabremos mientras su rebeldía se siga pareciendo tanto a su conformismo. Mientras su otro mundo mejor posible se siga olvidando de los necesitados de un mundo real para los que otro mundo no sólo es imposible e impensable, sino, a juzgar por los precios, ni tan siquiera efable en un foro social como el de su organización. Por un foro colapsado, de imposible ejecución, demagógico, villano, canalla y verdaderamente de nadie. Un foro verdaderamente imposible Pero el foro que necesitamos los que necesitamos un foro, y, por tanto, el único foro necesario.

Igual, quién sabe, de sus sucesivos fracasos, de sus taras y malformidades, o de su insoportable olor a orín, conseguimos, poco a poco, dar de nosotros ese diálogo y acción conjunta- por más precaria que sea- digna de poder llamarse nuevamente política. Entretanto, señores miembro del comité organizador, acaso puedan dejarme esos 23 euros con los que poder saldar mi deuda. Daniel López

4 comentarios :

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

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