Defender hoy los derechos elementales a
PAN, TRABAJO y TECHO exige romper con el régimen, luchar por la República
Hace algo más de un año, cientos de miles de personas, trabajadores, jóvenes, jubilados, mujeres, se movilizaban en Madrid en las Marchas de la Dignidad, en las que ondeaban miles de banderas republicanas. En el mes de junio, ante la abdicación del Borbón heredero de Franco, de nuevo miles nos echamos a las calles contra la coronación de Felipe VI a espaldas del pueblo. Hace menos de un mes, en las elecciones andaluzas, se expresaba de nuevo el repudio de este pueblo a los franquistas del PP, que han perdido 500.000 votos con respecto a las anteriores elecciones.
Un inmenso rechazo a este régimen, que niega al pueblo las necesidades más elementales, y que recorta gravemente sus derechos, sus conquistas sociales y democráticas, busca cómo expresarse, en las urnas y en las calles.
Un inmenso rechazo a este régimen, que niega al pueblo las necesidades más elementales, y que recorta gravemente sus derechos, sus conquistas sociales y democráticas, busca cómo expresarse, en las urnas y en las calles.
El Tribunal Constitucional, guardián de la legalidad monárquica, ha aprobado todos y cada uno de los recortes. Ha negado reiteradamente los derechos de los pueblos, y en especial el derecho a decidir libremente. Ha legalizado la Reforma Laboral que arrasa los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
Nos llevan a la miseria mientras 38.000 millones de euros, la mayor partida de los Presupuestos del Estado, se destina a pagar los intereses de una Deuda Pública que no han contraído las personas trabajadoras.
El régimen monárquico establecido en el año 1978 bajo la corona del heredero designado por Franco se enfanga en la corrupción, que afecta desde la propia “familia real” a muchos ayuntamientos, pasando por las cúpulas de los dos principales partidos que lo sustentan. Pero quiere morir matando, aplicando la represión a toda movilización social, destruyendo todas las conquistas sociales, enfrentando a unos pueblos con otros.
Hoy, la supervivencia de la población trabajadora, de la juventud, de los pueblos del Estado Español, la defensa de los derechos democráticos elementales y de las conquistas sociales exige un urgente cambio político y social, que no es posible bajo el marco de la Monarquía súbdita de la Troika. No es posible ninguna regeneración democrática, ninguna lucha contra la corrupción, dentro del marco podrido de la Constitución de 19788.
Las próximas elecciones municipales deben convertirse en una expresión más de ese rechazo a la Monarquía. Hay que llenar las urnas de papeletas de candidaturas que defiendan la ruptura real con el régimen, la República. Las municipales deben ser un nuevo 14 de abril que coloque contra las cuerdas al régimen, con o o sin “regeneración” supuestamente democrática.
Hoy, levantamos las banderas tricolores para reivindicar una Asamblea Constituyente Soberana que proclame la democracia, el gobierno por y para la mayoría, del pueblo y para el pueblo, la aplicación efectiva del derecho al trabajo, a la vivienda, a la sanidad y a la educación pública, la convivencia fraternal de todos los pueblos y naciones, es decir, la República.
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