Aún hay camino por recorrer en el Paro Nacional.
Iván Duque anunció este domingo 2 de mayo el retiro del Congreso de la República del nefasto proyecto de reforma tributaria, una de las razones por las cuales el pueblo colombiano se ha movilizado multitudinariamente desde el pasado miércoles 28 de abril de 2021, día desde el cual la población ha sido objeto de una brutal represión por parte del gobierno nacional.
Las acciones de violencia oficial han tenido la connivencia de Jorge Iván Ospina, alcalde de Cali, quien en campaña electoral se presentó como una opción de “progresismo”, pero que con su actitud atroz y cómplice demostró que no es más que un mandadero del establecimiento.
La represión desatada en Cali, con el resultado de más de diez muertos y cientos de heridos a lo largo de los días del Paro, es evidencia del carácter dictatorial del régimen uribista, que no tolera la protesta social.
En Cali y en varios municipios del Valle del Cauca los bloqueos han perdurado y han evidenciado que el repudio al uribismo es inmenso, pues estos tres años de gobierno de Duque solo han traído el crecimiento abismal de la pobreza y de la desigualdad, lo que ha originado en las comunidades el repudio a los grandes poderes económicos del país.
La juventud que desde el 28 de abril ha permanecido movilizada activamente en las calles de Cali, Jamundí, Yumbo, Palmira, Buga, Vijes, Pereira, Popayán, Bogotá y en muchas ciudades, pueblos y carreteras de Colombia, es evidencia de una nueva generación que repudia a un sistema que con sus políticas solamente favorece a la clase más adinerada.
Son los dueños del país quienes, a pesar del virus de la covid-19, no han sufrido ningún revés, pues el régimen se ensaña contra la clase media y contra los pobres, pretendiendo imponerles más gravámenes, subiéndoles el precio a los servicios públicos, a la gasolina, entre otra serie de absurdas medidas tributarias en medio de la pandemia.
Ante el anuncio de retiro de la reforma tributaria del Congreso de la República no hay que caer en el júbilo.
Aún estamos con diversos proyectos lesivos para la ciudadanía, como el de la reforma al sistema de salud, el cual precarizará aún más la posibilidad de acceder a un servicio médico efectivo, pues se sigue priorizando la salud como negocio y no como un derecho fundamental.
Igualmente, Iván Duque y Jorge Iván Ospina deben responder por los muertos que han dejado estas jornadas de movilización a manos de la Fuerza Pública, una masacre que no debe pasar a segundo plano bajo ninguna circunstancia.
Debemos seguir en alerta máxima, no descansar en la protesta y en la movilización, entendiendo que con el vigoroso Paro Nacional que aún sigue no se ha obtenido una victoria definitiva.
En 2022, cuando tengamos uso del derecho al voto, estamos en la obligación de convertir esta masiva movilización en la posibilidad de elegir un Congreso con más elementos de cambio, y conseguir una Presidencia que permita iniciar un proceso de transformación social en Colombia, donde haya un gobierno que realmente se preocupe por la inmensa mayoría de la población colombiana.
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