Por Salim Lamrani
23 de junio de 2025 Rebelión
Ahogada por un bloqueo económico durante más de seis décadas, Cuba enfrenta una situación extremadamente grave. China, socio estratégico y aliado histórico de la isla, está en condiciones de brindar un apoyo más sólido para ayudarla a afrontar los desafíos actuales.
Una relación duradera basada en la solidaridad
Las relaciones entre Cuba y China son excelentes. En 1960, La Habana fue la primera capital estadounidense en reconocer a la República Popular China, estableciendo lazos diplomáticos a pesar de la presión de Estados Unidos. Desde el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, Fidel Castro ha defendido la integración de la República Popular China en las Naciones Unidas, objetivo alcanzado en 1971.
Los lazos entre ambos países son ahora sólidos, tanto política como económicamente. Pekín y La Habana comparten la visión de un orden internacional multipolar basado en el respeto a la ley, la soberanía y la no injerencia. Cuba siempre ha apoyado el principio de una sola China, mientras que Pekín se ha opuesto sistemáticamente a las sanciones unilaterales impuestas a la isla desde 1960, denunciando su carácter ilegal e inhumano.
En el ámbito económico, China es el principal socio comercial de Cuba, representando más del 20% de su comercio. La isla importa numerosos productos chinos, como ropa, electrodomésticos, equipos tecnológicos y maquinaria industrial. China también ha invertido en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, así como en telecomunicaciones e infraestructura. En el sector médico, Cuba ha establecido alianzas en biotecnología, un campo en el que es pionera.
Tras varios años de estancamiento, el comercio se recuperó en 2024: las exportaciones chinas a Cuba aumentaron un 45%, alcanzando los 75 millones de dólares, mientras que las exportaciones cubanas a China crecieron un 80%, alcanzando los 30 millones de dólares. Estas cifras son alentadoras, aunque aún están por debajo de los niveles de 2017. En cuanto al turismo, Air China inauguró un vuelo directo entre Pekín y La Habana en 2024, lo que provocó un aumento del 50% en la llegada de turistas chinos.
La crisis energética cubana: una emergencia humanitaria
Uno de los problemas más graves que enfrenta Cuba actualmente es la crisis energética. Al no poder modernizar sus centrales termoeléctricas debido a las sanciones estadounidenses que impiden la compra de repuestos, la isla sufre apagones prolongados y frecuentes que afectan gravemente la calidad de vida de la población.
Cuba está comprometida con el desarrollo de las energías renovables. Actualmente se construyen alrededor de 50 parques solares, con planes para construir cien más para 2028. Sin embargo, esto aún no es suficiente: se necesitarían 150 de inmediato para satisfacer la demanda actual.
China, potencia tecnológica líder, cuenta con los recursos materiales y financieros para apoyar a Cuba en esta transición. Ofrece precios competitivos, plazos de entrega cortos y préstamos ventajosos sin condiciones políticas, a diferencia de instituciones como el FMI. Por lo tanto, está bien posicionada para desempeñar un papel central en la resolución de esta crisis energética.
Con una población de 9 millones, Cuba equivale, a escala china, a una ciudad como Xi'an, apenas la décima más poblada del país. Para Pekín, brindar ayuda a Cuba sería un esfuerzo modesto. Pero para la isla, dicho apoyo sería vital.
Además, debido a su inclusión injustificada en la lista estadounidense de países que apoyan el terrorismo, casi un centenar de bancos internacionales han cesado toda cooperación con Cuba. La isla necesita financiación urgentemente. China podría, en un gesto contundente, otorgarle un importante préstamo sin intereses a 50 años para garantizar las necesidades esenciales de su población.
Cuba y los BRICS: un socio con alto valor moral
Cuba es, ante todo, una potencia moral. Durante 65 años, ha resistido la presión de Estados Unidos sin renunciar jamás a sus principios. Esta valentía le ha granjeado un inmenso prestigio, especialmente en el Sur Global. Su pertenencia al BRICS encarna los valores que este grupo defiende: soberanía, equidad, reciprocidad y solidaridad.
Cuba también es una potencia médica.
Cuenta con ocho médicos por cada 1.000 habitantes, casi tres veces más que Francia. Desde la década de 1960, ha exportado sus servicios médicos a más de 50 países. La Brigada Henry Reeve, compuesta por médicos especializados en situaciones de emergencia, ha intervenido en Haití, en África durante la epidemia de ébola y en Europa durante la pandemia de COVID-19. Actualmente, varios cientos de profesionales sanitarios cubanos trabajan en Italia.
La isla forma a miles de médicos extranjeros a través de la Escuela Latinoamericana de Medicina, con casi 5.000 graduados al año. Su sector biotecnológico de alto nivel ha desarrollado medicamentos innovadores: Cimavax contra el cáncer de pulmón, tratamientos para la diabetes y varias vacunas contra la COVID-19.
Un llamado a la responsabilidad histórica de China
Hoy, Cuba merece apoyo. La isla siempre ha mostrado solidaridad con los pueblos que luchan por su emancipación. Es hora de que, a su vez, reciba una solidaridad activa, concreta y duradera.
Una gran revolución, como la Revolución China, tiene la capacidad y la legitimidad para brindar dicha asistencia. No solo sería un acto de amistad, sino también un gesto de justicia histórica.
Salim Lamrani es profesor, historiador y ensayista en Francia, y sus libros se han traducido a varios idiomas. Es profesor de civilización hispanoamericana en la Universidad de La Reunión, investigador en CRIMIC de la Sorbona y en GRIHAL de la Universidad de Versalles-Saint-Quentin. También ha sido profesor en la Universidad París-Sorbona.
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