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sábado, marzo 08, 2025

La memoria histórica de los comunistas españoles

En la Hemeroteca digital del Arxiu historic de la ciutat de Barcelona: Se pueden consultar y descargar los periódicos del Mundo Obrero (Comité Central Madrid) órgano oficial del Partido Comunista de España desde 1948 hasta el 15-09-1977.

 Por otro lado también se puede consultar y descargar los periódicos del Mundo Obrero(Comité Central) órgano oficial del Partido Comunista de España(VIII-IX Congresos) ,escisión prosovietica,desde 1970 hasta 1980.

¡Por la liberación de la Mujer!

Clara Zetkin Pronunciado Ante el Congreso Obrero Internacional de Paris, el 19 de julio de 1889. Protokoll des Internationalen arbeiter-congresses zu Paris : Abgehalten vom 14. bis 20. juli 1889Deutsche Uebersetzung. Nürnberg : Wörlein & comp., 1890; pp. 80-85[2]
Traducción al castellano: Juan Miguel Salinas Granados, en base a la transcripción del artículo en alemán, «Für die Befreiung der Frau! Rede auf dem Internationalen Arbeiterkongreß zu Paris (19. Juli 1889)», publicada en marxists.org
Edición en marxists.org: Marzo 2018.

(Ciudadana Zetkin, diputada de las trabajadores en Berlín, asume bajo el aplauso ardoroso la palabra sobre la cuestión de las mujeres trabajadores. Ella aclara que no quería dar parte de ningún informe sobre la situación de las trabajadoras, porque este es el mismo que el de los hombres trabajadores. Pero en acuerdo con sus comitentes enfoncará la cuestión de la mujer trabajadora desde un punto de vista básico. Sería absolutamente necesario que se pronunciara sin rodeos un congreso internacional de trabajadores, en el que se tratara las cuestiones principales, porque sobre esa cuestión no domina ninguna claridad).

No es de extrañar - expone la conferenciante – que los elementos reaccionarios tienen una concepción reaccionaria del trabajo de la mujer. Pero es en el grado inesperado mas alto que también se encuentra una concepción equivocada la situación socialista, en la que se exige la abolición del trabajo de la mujer. La cuestión de la emancipación de la mujer, esto es, en última instancia la cuestión del trabajo de la mujer, es una cuestión económica, y con derecho se espera por parte de los socialistas una elevada comprensión de cuestiones económicas como estas, la cual se manifiesta en la justa demanda alegada.

Los socialistas deben saber que en el dearrollo económico actual el trabajo de la mujer es una necesidad; que la tendencia natural del trabajo de la mujer, o será disminuido, el tiempo de trabajo, al cual cada individuo de la sociedad debe consagrarse, o que la riqueza de la sociedad crecerá; que no es el trabajo de la mujer en sí, el cual a través de la concurrencia con la fuerza de trabajo masculina presiona hacia abajao el salario, sino la explotación del trabajo de la mujer a través de los capitalistas que ellos mismo se apropian.

Los Socialistas deben ante todo saber que la esclavitud social o la Libertad radica en la dependencia o independencia económica.

Aquellos que han escrito sobre su estandarte la liberación de todos los que portan rostro humano, no deben condenar a toda una mitad del género humano por medio de la dependencia económica a la esclavitud política y social. Así como el trabajador está subyugado al capitalista, así está la mujer subyugada al hombre; y ella quedará subyugada en tanto no se alze en pié económicamente independiente. La condición obligada para esto, su independencia económica, es el trabajo. Si se quiere hacer de las mujeres un ser humano libre, como miembro de la sociedad en igualdad de derechos, como los hombres, pues no se necesita ni abolir ni limitar el trabajo de la mujer, excepto en determinados casos, casos aparte muy aislados.

Las trabajadoras, aquellas que aspiran a la igualdad social, no esperan para su emancipación nada del movimiento de mujeres de la burguesía, que supuestamente lucha por los derechos de las mujeres. Ese edificio está construido sobre arena y no tiene ningún fundamento real. Las trabajadoras están absolutamente convencidas de ello, de que la cuestión de la emancipación de las mujeres no es una existencia para sí aislada, sino una parte de la gran cuestión social. Ellas se van con las cuentas totalmente claras sobre ello, que esta cuestión en la socieidad de hoy ahora y nunca más será solucionada, sino después de una remodelación fundamental de la sociedad. La cuestión de la emancipación de la mujer es una criatura del nuevo tiempo, y la máquina ha dado a luz a la misma.

Emancipación de la mujer significa la transformación integral de su posición social fundamentalmente, una revolución de su rol en la vida económica. La vieja forma de producción con sus medios de trabajos incompletes aprisionó a la mujer en la Familia y limitó su circulo de acción sobre el interior de su casa. En el seno de la familia representa la mujer una fuerza de trabajo productiva extraordinaria. Ella produjo casi todos los objetos de uso de la familia. Al estamento de producción y comercio de antaño le hubiera sido muy difícil, cuando no imposible, producir esos artículos fuera de la Familia. En tanto que fueron fuertes esas viejas relaciones de producción en fuerza, fue la mujer productiva económicamente…

La producción maquinaria ha matado la actividad económica de la mujer en la familia. La gran industria produce todos los artículo más baratos, rápidos y masivos, que a la industria aislada le fué posible sólo trabajar con las herramientas incompletas una pigmea producción. La mujer debía a menudo pagar mas caro la materia prima, que compró en lienzo, que el producto listo de la gran industria maquinaria. Ella debía de sacrificar además de su precio de compra (de la materia prima), su tiempo y su trabajo. Por consiguiente la actividad productiva dentro de la familia sería un sinsentido económico, un despilfarro en fuerza y tiempo. Aunque sí individuos aislados en el seno de la Familia prefieren ser mujeres productivas de utilidad, este tipo de actividad significa, no obstante, una perdida para la Sociedad.

Este es el fundamento por el que las buenas económicas procedentes de los buenos viejos tiempos ha desaparecido casi todas. La gran industria ha hecho inútil la producción de mercancías en casa y para la familia, esta ha retirado del suelo las ocupaciones hogareñas de la mujer. Simultáneamente ha logrado también el suelo para la ocupaciones de la mujer en la Sociedad. La producción mecánica, la cual puede renunciar de la fuerza muscular y del trabajo cualificado, hizo posible colocar a las mujeres sobre un gran campo de trabajo. La mujer ingresó en la industria con el deseo de incrementar los ingresos en la familia. Las mujeres trabajadoras en la industria fueron una necesidad con el desarrollo de la industria moderna. Y con cada mejora de los nuevos tiempos el trabajo de hombres, de ese modo, estaba de sobra, miles de trabajadores fueron arrojados sobre el empedrado, fue así creado una ejercito de reserva de pobres, y el salario disminuyó constantemente siempre más hondo.

Antiguamente había bastado la ganancia de los hombres, bajo la ocupación productiva simultánea de las mujeres en la casa, para asegurar la existencia de la familia; ahora apenas alcanza para sustentar a los trabajadores solteros. El trabajador casado debe contar de modo necesario con el trabajo pagado de la mujer.

A través de este hecho la mujer fué liberada de la dependencia económica del hombre. La mujer activa en la fábrica, que de ningún otro modo podía estar exclusivamente en la Familia como un mero apéndice económico del hombre – ella aprendió a bastarse por sí misma como fuerza económica que es independiente de los hombres. Pero cuando la mujer no dependió más económicamente del hombre, así no se dio ningún fundamento razonable para su dependencia social de él. No obstante esta independencia económica no benefició evidentemente en el instante mismo a la mujer, sino a los capitalistas. A fuerza de su monopolio de los medios de producción se apoderó el capitalista de los nuevos factores económicos y le dejó entrar de su ventaja exclusiva en la actividad. Las mujeres liberadas, frente aquellas que dependían económicamente de los hombres, fueron sometidas al dominio económico de los capitalistas; de ser unas esclavas de los hombres pasaron a ser éstas de los patrones: ellas sólo habían cambiado de dueño. Después de todo ganaron por ese cambio; ella no es por más tiempo frente al hombre económicamente inferior y subordinada a éste, sino su igual. El capitalista no se conforma con esto, explotar a la mujer misma, el se aprovecha de la misma además, con ello que valiéndose de su ayuda explota aún más a fondo a los hombres trabajadores.

Las mujer trabajadora fué desde el comienzo más barata que el hombre trabajador. El salario de los hombres fué originariamente calculado por encima para cubrir la manutención de toda una familia; el salario de la mujer representó desde el principio sólo los costos para la manutención de una única persona, y este mismo sólo por parte, porque se contaba por encima, que la mujer también continuaba trabajando en casa además de su trabajo en la fábrica. Sólo una pequeña cantidad de trabajo social medio, comparados con los productos de la gran industria, correspondió de lejos aquellos productos fabricados por la mujer en casa con primitivos instrumentos de trabajo. Ello será tratado para deducir una esaca actividad laboral de la mujer, y esa consideración dispensará a la mujer una escasa remuneración por su fuerza de trabajo. Además de ese motivo de la barata remuneración, vendrá aún la circunstancia de que la mujer tiene en todo menos necesidades que el hombre.

Pero lo que hacía muy particularmente valioso a los capitalistas de la fuerza de trabajo femenina no fué sólo su escaso precio, sino también el gran docilismo de la mujer. El capitalista especulaba sobre ambos momentos retribuir tan mal como le fuera posible a las trabajadoras y deprimir tan inténsamente como le fuera posible el salario del hombre. De igual modo se aprovecho del trabajo de los niños para deprimir el salario de las mujeres; y del trabajo de las máquinas para deprimir ante todo la fuerza de trabajo humana. El sistema capitalista es sólo el causante de que el trabajo de la mujer tenga un resultado directamente opuesto de su tendencia natural; que la dirige hacia una duración más larga de la jornada de trabajo, en lugar de operar un reducción esencial; que esta no es equivalente con una proliferación de la riqueza de la sociedad, esto es, con un mayor bienestar de cada miembro aislado de la Sociedad, sino sólo con una subida de las ganancias de un puñado de capitalistas y al mismo tiempo con un siempre mayor empobrecimiento de las masas. Las consecuencias nefastas del trabajo de la mujer, que hoy se hacen tan dolorosamente apreciables, desaparecerán sólo con la desaparación del sistema de producción capitalista.

El capitalista se debe esforzar, para no sucumbir a la concurrencia, en hacer tan grande como le sea posible la diferencia entre el precio de compra (producción) y el precio de venta; y buscar así producer tan barato como le sea posible. El capitalista tiene, por ende, todo interés en ello, en prolongar la jornada de trabajo continuamente y despachar con tan sólo irrisorio escaso salario como le sea posible. Este empeño está en oposición directa con el interés de las trabajadoras, lo mismo como de aquellos interéses de los trabajadores varones. No hay, por tanto, una oposición real entre los interéses de los trabajadores y las trabajadoras; pero más bien existe una oposición irreconciliable entre los interéses del capital y aquellos del trabajo.

Fundamentos económicos hablan en contra de demandar la prohibición del trabajo de la mujer. La situación económica actual es así, que ni el capitalista, ni el hombre, pueden renunciar del trabajo de la mujer. El capitalista debe mantener este en vigor para mantener una apta concurrencia, y el hombre debe contar con este si quiere fundar una familia. Si nosotros mismos quisieramos poner el caso de que el trabajo de la mujer fuera eliminado por vía legislative, entonces no sería mejorado el salario de los hombres. El capitalista cubriría la pérdida de la fuerza de trabajo barata femenina muy pronto a través de la aplicación de máquinas perfeccionadas en extensa medida, y en poco tiempo todo volvería a ser como antes.

Después del gran cese del trabajo, cuya resultado fue favorable para los trabajadores, se ha visto que los capitalistas han destruido, con ayuda de las máquinas perfeccionadas, los éxitos conseguidos de los trabajadores.

Si se demanda la prohibición del trabajo de la mujer en virtud de su crecida concurrencia, entonces esta por lo mismo lógicamente fundamentado demandar la abolición las máquinas y la restauración del derecho de gremio medieval, la cuál implató el número de aquellos en todas las empresas de oficio por trabajadores empleados.

A solas hablan aquellos contra una prohibición del trabajo de la mujer, prescidiendo de los fundamentos económicos son ante todo fundamentos por principio. Justamente por fundamento de las partes principals de la cuestión deben ser cautelosas de ello las mujeres, protestar con toda las fuerzas contra todo intent de tal índole; ellas deben oponerle la resistencia más ardorosa y al mismo tiempo la más fundada, por que ellas saben que su equiparación política y social con los hombres depende únicamente de su autonomía económica, de las cuales posibilitan su trabajo en la sociedad fuera de la familia.

Desde el punto de vista de los principios, nosotras las mujeres protestamos insistentemente contra una limitación del trabajo de la mujer. No formularemos ninguna demanda en particular porque nosotras no queremos separar en absolute nuestra causa de la causa de los trabajadores en general, no exigimos ninguna otra protección que aquella que demanda el trabajo en general contra el capital.

Sólo consentimos una única excepción a beneficio de las mujeres embarazadas, cuya condición require medidas de protección particular en interés mismo de la mujer. Nosotras no reconocemos para nada ninguna cuestión de mujer en particular, - nosotras no reconocemos ninguna cuestión de trabajadoras en particular! Nosotras no esperamos nuestra total emancipación ni de admission de lo que se llama oficio libre, y enseñado por uno de los mismos hombres – aunque la demanda de ambos derechos sólo es natural y justa – ni de la concesión del derecho politico. Los países en los que supuestamente, por lo general, existe drecho al voto libre y directo, nos muestran como de escaso es el mismo derecho. El derecho al voto sin libertad económica no es más ni menos que un cambio que no tiene ningún rumbo. Si la emancipación social dependiera de los derechos politicos, no existiría en los países con derecho al voto universal ninguna cuestión social. La emancipación de las mujeres, como la emancipación de todo el género humano, será exclusivamente la obra de la emancipación del trabajo del capital. Sólo en la sociedad socialista conseguiran las mujeres, como los trabajadores, la totalidad de su derecho.

En consideración de este hecho, la mujeres que van en serio con el deseo de su liberación, no les resta nada para aliarse con el partido de los trabajadores socialista, el único que aspira a la Emancipación de los trabajadores.

Las mujeres han llegado bajo la estandarte socialista sin la ayuda de los hombres, incluso a menudo contra la voluntad de los hombres; se debe incluso incumbir a que ellas mismas, en determinados casos, han sido derivadas irresistiblemente contra su voluntad hacia allí, sencillamente a través de una clara captación de la situación económica.

¡Pero ahora ellas están bajo esa estandarte, y ellas quedarán bajo ella! Lucharán bajo ella para su emancipación, para su reconocimiento de igualdad de derechos humanos.

Mientras ellas vayan mano a mano con el partido de los trabajadores socialistas, están preparadas preparadas para participar en todas las labores y sacrificios de los luchadores, pero ellas están solidamente decididas en demandar después de la victoria, con buena razón, sus derechos correspondientes. Con relación al sacrificio y al deber como al derecho, ellas no quieres ser ni más ni menos que camaradas de armas que han sido acogidas bajo las mismas condiciones en las filas de los luchadores.

(Ardoroso aplauso que se repite, esta polémica ha sido traducida al inglés y al francés por parte del ciudadano Aveling).

______________________

[1] Este sería el congreso fundacional de la II Internacional, la Internacional Socialista. (Nota de marxists.org)

[2] Ver facsímil en:  https://books.google.com/books?id=IR4OAAAAYAAJ  (Nota de marxists.org)

 


En Vídeo/ La intervención de Silvia Intxaurrondo en TVE que destroza el discurso Otanista sobre el origen de la guerra en Ucrania

 La voz de Morón.


Atención a la respuesta de la periodista Silvia Intxaurrondo en la TV pública española respecto al discurso otanista que toda la mesa estaba manteniendo.

El silencio intermedio es devastador.

Hace dos años habría sido señalada de Pro-Putin, como nos pasó a todos nosotros

A los pueblos de nuestra indoamerica

 

De; Claudia Sheinbaun, Presidenta de Mexico 

¿Por qué el imperialismo quiere vernos divididos?*

Porque sabe que juntos somos invencibles. Estados Unidos, potencia que se viste de democracia mientras exporta golpes de Estado, ha clavado sus garras en nuestra tierra con una estrategia clara: *dividir para saquear*.

En Chile, financió el golpe contra Allende para imponer a Pinochet y regalar el cobre a sus corporaciones.

En Nicaragua, armó a los Contras para ahogar en sangre la Revolución Sandinista.

En Venezuela, desató una guerra económica y sanciones criminales para robar el petróleo y doblegar a un pueblo que se atrevió a mirar al futuro con soberanía.

En Brasil, utilizó la Lawfare para encarcelar a Lula y frenar el ascenso de los pobres.

En Bolivia, apoyó un golpe contra Evo Morales para entregar el litio a sus transnacionales.

En Cuba, mantiene un bloqueo genocida por seis décadas, castigando a un pueblo que eligió ser dueño de su destino.

Desde las tierras ardientes del Río Bravo hasta las aguas embravecidas de la Tierra del Fuego, somos un solo pueblo, una sola alma tejida con los hilos de la resistencia, la dignidad y los sueños compartidos. La *Patria Grande* no es una utopía: es el latido de nuestra historia, la memoria viva de quienes lucharon por vernos libres, desde Túpac Amaru hasta Bolívar, desde Martí hasta la Che Guevara. Es el territorio sin fronteras donde el quechua, el español, el portugués, el guaraní y todas las voces originarias se funden en un coro que canta: *¡Unidad!*

*Cada herida abierta en un país es un ataque a todos.* El imperialismo no teme a gobiernos aislados: teme a los pueblos unidos. Nos han impuesto tratados que privatizan el agua, la salud y la educación; han militarizado nuestros territorios para controlar recursos; han manipulado medios de comunicación para sembrar el miedo y el individualismo. Pero su arma más letal es hacernos creer que somos enemigos, que la pobreza de uno es culpa del otro, y no del sistema que nos desangra.

*La Patria Grande es la respuesta.* Es el abrazo solidario entre el obrero argentino y el campesino colombiano; entre la maestra mexicana y el ingeniero de venezolano; entre los jóvenes que en las calles de Perú, Ecuador o Honduras exigen justicia. Es entender que la independencia de Haití, lograda con sangre en 1804, es tan nuestra como la victoria de Ayacucho. Es saber que cuando Paraguay fue masacrado en la Guerra de la Triple Alianza, no perdieron solo los paraguayos: perdimos todos.

*Unidos no somos víctimas: somos titanes.* La Zamba de Vargas, la batalla de Carabobo, el grito de Dolores, la resistencia mapuche, las Madres de Plaza de Mayo, los zapatistas alzando la voz en Chiapas… Cada lucha es un eslabón de la misma cadena que hoy nos llama a romper las cadenas. La soberanía no se negocia: se defiende. Y para defenderla, necesitamos una unión política, económica y cultural que nos permita intercambiar sin depender del dólar, producir alimentos sin agrotóxicos, educar con pedagogías liberadoras y proteger nuestra Amazonía como pulmón del mundo.

*Hermanos, no nos equivoquemos: el enemigo es el mismo.

* Mientras Wall Street especula, nuestros pueblos hambrean. Mientras Hollywood nos vende falsos ídolos, entierran nuestras identidades.

Pero tenemos algo que ellos jamás tendrán: *la certeza de que la historia la escriben los pueblos*.

Hoy, cuando el neoliberalismo recicla su rostro con falsas promesas, cuando la Cuarta Flota estadounidense vigila el Caribe y las bases militares se multiplican en Colombia y Brasil, es hora de gritar con una sola voz:

*¡Basta de injerencia! ¡Basta de saqueo!*

Que resurja la UNASUR, que crezca el ALBA, que el CELAC sea nuestro escudo. Organicemos asambleas populares, redes de comunicación propia, monedas regionales, ejércitos de maestros y artistas que despierten conciencias. Porque la verdadera independencia se conquista con educación, organización y amor al prójimo.

*Somos la generación que puede hacer realidad el sueño de San Martín y Manuelita Sáenz.

* No esperemos a que nos rescaten: seamos nosotros la trinchera, el poema, la semilla. Que cada barrio, cada fábrica, cada aula sea un territorio libre de la Patria Grande.

*¡Que viva América Latina unida! ¡Hasta la victoria siempre!*

*Porque en nuestra unión está la fuerza, y en nuestra lucha, la libertad...

Aníbal Malaparte y el poder de la palabra Ayotzinapa

 



Por Avendaño[1]

 

Pues espero poder mostrarles que el concepto de tendencia, en la forma sumaria en que se encuentra generalmente en el debate mencionado, es un instrumento completamente inadecuado para la crítica política de la literatura. Quisiera mostrarles que la tendencia de una obra sólo puede ser acertada cuando es también literariamente acertada. Es decir, que la tendencia política correcta incluye una tendencia literaria. Y, para completarlo de una vez: que es en esta tendencia literaria — contenida implícita o explícitamente en toda tendencia política correcta — , y no en otra cosa, en lo que consiste la calidad a la obra.
Walter Benjamin

 

I

 

Hace unas semanas tocaron a la puerta de mi departamento y me encontré a uno de los viejos anarquistas de la universidad que al grito de marxismo-leninismo la otra cara del fascismo cuando desaparecieron a los 43 normalistas hicieron estridentes llamados a sabotear marchas y reventar asambleas, que se infiltró en manifestaciones usando a los activistas como escudos humanos para lanzar piedras a la policía, que rayaba su (A) de anarquía sobre carteles y pintas exigiendo la aparición con vida de los desaparecidos, que drogado despotricaba contra los stalinistas que no le permitían vender perico en los espacios autónomos construidos durante las huelgas y que para sorpresa de nadie cuando la represión llegó actuó como soplón de rectoría para evitarse la muerte académica… la absoluta no ironía del asunto es que llegó repartiendo propaganda de un partido reaccionario, burgués y con un leve (pero aun así odioso) rastro de fascismo.

Este cambio de enfoque, de pasar de un anticomunista “de izquierda” a un simple anticomunista convencional no fue algo inesperado para muchos de los jóvenes que salieron a las calles aquel otoño del 2014, cuando el ejército se llevó a 43 militantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México al cuartel del veintisieteavo batallón de infantería y jamás volvimos a saber de ellos. Hoy muchos de esos antiguos radicales al vapor que aprovecharon las marchas y manifestaciones para sus hedonistas expresiones de sesgado antiautoritarismo se encuentran plenamente integrados al sistema burgués que desapareció a los normalistas y mantiene la impunidad de los militares y burócratas. Este libro no fue escrito por uno de ellos.

La obra de Aníbal Malaparte tiene una calidad literaria impresionante, a la cual se le suma su tendencia política de denuncia antifascista, anticolonial y anticapitalista, lo cual hace eco de la tesis de Walter Benjamin cuando afirmó que cuando la tendencia literaria de un autor es la correcta, la obra tendrá cualidades literarias ya que la cualidad literaria se encuentra dentro de la tendencia política.

Esta tesis nos permite comprender tanto al autor del libro como al propio libro.

Toda su carrera literaria Aníbal Malaparte ha sido un poeta comprometido con la revolución proletaria. Y antes de ser poeta ha sido también un militante de la misma tendencia. Como militante ha sido acosado, criminalizado, arrestado, torturado, sometido a simulacros de ejecución, la lista es larga. Este compromiso con la causa de los explotados y oprimidos por sí misma es admirable, mas no debe de cegarnos a la abrumadora calidad literaria que se reinventa y redescubre constantemente en sus poemarios, desde textos profundamente influidos por la contracultura urbana y el surrealismo como Delirios Nihilistas (Mandrágora, 2020) o la fiereza futurista o el descarado realismo sucio de Conversaciones de odio (Mandrágora, 2023) pasando por obras más maduras como La asamblea de los fantasmas (Valparaíso, 2023) donde converge un estilo único de vanguardia literaria con remembranza de la política radical juvenil. Esta constante y profunda evolución que a lo largo de los años le ha llevado experimentar su forma de entender tanto la militancia como la política lo ha llevado a escribir este poemario-collage que manifiesta la tristeza convertida en rabia de toda una generación que no quiere repetir los versos que escribe el poeta en el libro.

 

Peor aún, habremos de envejecer

y decir con culpa,

nostalgia y resignación a partes iguales

¿sabes? Yo alguna vez también fui revolucionario.

 

II

 

El punto de partida de Malaparte como militante fue La Otra Campaña, lanzada en 2006 por la dirigencia de un EZLN cada vez más distanciado de sus orígenes urbanos, mestizos, leninistas y althusserianos. El liderazgo de la izquierda en ese momento fue para el neozapatismo que habló de construir una coalición de izquierdas que fuese incluyente, heterogénea y flexible, esta supuesta nueva izquierda posmoderna resultó ser bastante autoritaria al interior y si bien cumplió sus promesas de integrar sectores abandonados por otras organizaciones tradicionales (como personas trans, trabajadores sexuales o afro-mestizos) hizo más bien poco para construir realmente una coalición: terminó condenando a prácticamente cualquier grupo que quiso acercárseles ya que entendían cualquier alianza como subordinación: al igual que MORENA 12 años después chantajearon y condenaron  a cualquiera que no se ciñera acríticamente a sus discursos… añadiría a sus prácticas, pero en ese aspecto el EZLN repitió el error del magonismo al llamar a la lucha y después hacer lo posible por desorganizar la lucha.

Esta presentación posmoderna de lucha creó la gran popularidad del neozapatismo pero también la línea zigzagueante y a tientas de La Otra que terminó convertida en una ensalada mal mezclada de reformistas y ultras sin nada en común entre si aparte de la ambición de parasitar la fama del subcomandante Marcos (ahora Galeano) y su deseo general de marginar a los comunistas del panorama político de la izquierda mexicana.

Este llamado a la lucha donde cada quien lucharía acorde a sus propias prácticas, geografías y calendarios fue la razón de tantos adherentes que logró el EZLN y al mismo tiempo por lo que tantos lo abandonarían con la misma facilidad. La falta de una línea ideológica coherente más allá de construir una izquierda antistalinista o construir una izquierda que no aspira al poder en más de un sentido es la causa de la derrota ideológica del EZLN ya que no creó ninguna rigurosidad intelectual ni programática. Lejos de encontrar una independencia política para las clases explotadas mexicanas se creó una alianza informal donde se mezclaron nacionalistas, socialdemócratas, anarquistas y autonomistas incapaces de coordinarse entre sí más allá de hacer acciones los días convocados por la dirigencia neozapatista.

No es casualidad que estas coordenadas ideológicas y políticas del neozapatismo terminasen por verse reflejadas en los artistas que se acercaron a su campaña política: fuera de algunos con lecturas propias la mayoría de los artistas neozapatistas se centraron en una denuncia nacida desde el sentido común liberal que denuncia los excesos pero no comprende las causas y crearon críticas incoherentes en todo excepto en su constante incoherencia: un día clamaban por la muerte del Estado y otro por defender PEMEX de las privatizaciones, una mañana se despertaban afirmando que el proletariado había sido sustituida por el precariado y al otro hablaban sobre las inherentes virtudes de la raza de bronce (idea articulada por el fascista de José Vasconcelos encantado de desarticular cualquier expresión indígena que no abonara al nacionalismo mexicano y mestizo).

El arte en La Otra Campaña estaba absuelto de responsabilidad en su crítica, su línea ideológica era tan vaga que sus artistas podían elevar casi cualquier concepto a la categoría de revolucionario. ¿Crearon piezas artísticas? Sin duda, pero era arte que no modificaba las opiniones de los espectadores, sino que las reforzaba con emociones, catarsis y tradición. El arte del neozapatismo no creó nuevas formas estéticas, sino que se limitó a repetir las tradiciones (con toda su belleza y carencias) del publico afín al EZLN.

 

Llamar revolucionario,

subversivo o vanguardia cualquier estupidez

es el capitalismo vendiéndonos nuestras propias demandas

solo que descafeinadas, carentes de contenido real

y sin aquello que alguna vez

lo hizo realmente

un peligro antisistema.

 

Esta inteligencia artística al servicio del arrebato emocional del neozapatismo hizo poco para cuestionar las diversas praxis que se reclamaban anticapitalistas, solo las mimó en demasía: no eran sino una definición politizada de lo cursi, es decir, aquello que acríticamente defiende y repite las convenciones estéticas tradicionales y seamos sinceros, lo cursi no puede bajo ninguna circunstancia ser revolucionario ya que no modifica ni la conciencia del artista ni la del militante reducido a mero consumidor.

Andando el tiempo, esto ayuda a explicar como es que tantos antiguos participantes de La Otra Campaña terminaron buscando nuevos derroteros: un sector se encuentra ahora militando en diversos partidos, frentes, sindicatos y ligas marxistas, pero en su mayoría no es raro encontrarlos en MORENA o el PT, los partidos de la izquierda de la burguesía.

 

III

 

El paso del zapatismo al marxismo-leninismo para muchos jóvenes como Aníbal irónicamente se dio a causa de inefectividad de La Otra Campaña, que terminó por desvanecerse. Esto permitió el redescubrimiento no del viejo revisionismo soviético, anquilosado desde los tiempos de Jruschov y Brézhnev o en nacionalismo pintado de rojo de Lombardo Toledano sino la viva teoría de revolucionarios como Vladimir Lenin, Antonio Gramsci, Rosa Luxemburgo, Frantz Fanon, Ernesto Che Guevara, José Revueltas o Roque Dalton que pese a sus errores y sus tergiversaciones posteriores tuvieron un aporte indeleble a la causa revolucionaria y a la polémica dentro de las filas de la izquierda mexicana sobre la táctica y la estrategia que les permitió superar tanto la falta de coherencia del zapatismo como también el dogmatismo de organizaciones comunistas influidas por este revisionismo como el Partido de los Comunistas que nunca logró superar el ser el segundo violín del EZLN en las ciudades donde tuvo presencia mientras iba de ridículo en ridículo: desde Salvador Castañeda O´connor llamando a la organización porril paramilitar de la FEG luchadores por el socialismo hasta pasar por la Juventud Comunista de México donde el mencionado partido impuso a Antonio Ortiz como secretario de formación política: un puesto tan fundamental para la militancia llevado por un analfabeta funcional incapaz de distinguir entre campesino y proletario más allá de que ambos son pobres.

Como muchos otros jóvenes Aníbal participó en movilizaciones masivas como el movimiento contra la imposición de Peña Nieto, la lucha contra la reforma laboral disfrazada de reforma educativa y especialmente en la ola de tomas, marchas y paros exigiendo la aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, lo que los hizo comprender la teoría a un nuevo nivel al verla reflejada en la realidad, como menciona Malaparte en uno de sus poemas introductorios:

 

Tu herida encarna nuestro tiempo y enseñaste

una vieja verdad que muchos sabían

pero pocos comprendían.

 

En el contexto del redescubrimiento del marxismo-leninismo y su aplicación en México todas estas experiencias sirvieron para crear a Aníbal Malaparte y eventualmente convertirlo en el poeta cuya misión no se reduce a repetir poéticamente las petrificadas ideas de una izquierda que abandonó la lucha de clases sino en descubrir esta lucha para el mismo y para los demás.

Esta transformación generacional de la cual el poeta es parte crea a consecuencia una iconoclastia que a punta de versos nos obliga a cuestionarnos nuestro lugar no en el sistema promotor a la desigualdad sino más importante: nuestro papel a la hora de rebelarnos y destruirlo.

Esta falta de limites es lo que hace tan intensa la poesía de Aníbal, que en este libro reencuentra la mejor tradición poética-revolucionaria-latinoamericana al revivir el poema-collage en el más radical estilo de Roque Dalton. Al igual que el poeta salvadoreño, el libro subvierte lo poético para concentrarse en el tema de la revolución, pero mientras que Dalton escribía en el auge de las guerrillas que se separaban de los partidos revisionistas durante la Guerra Fría, Malaparte escribe en plena posmodernidad donde redescubrimos conceptos que se creían superados. En esta obra Aníbal alcanza nuevas alturas al pasar por encima de la convencionalidad burguesa: la poesía como genero más que capaz de convivir con la prosa, el ensayo y el manifiesto y el poeta como sujeto que rompe con la especificidad de la poesía. La apuesta de Aníbal similar a la de Juan el Bautista cuando describe a Jesús de Nazaret es necesario que él crezca, pero que yo mengüe. (Juan, 3:30), solo que el poeta no inmola ante el altar de otro poeta sino a las ideas colectivas nacidas de la práctica revolucionaria. El autor desaparece ante el collage que se convierte en manifiesto de una generación dispuesta a contestar al terror de la burguesía con terror proletario. Es en Lo que aprendimos en Ayotzinapa donde el autor escribe una poesía no para susurrar al ser amado sino para leer con una computadora al lado necesaria para navegar en internet y captar todas las inmensas referencias a la tradición revolucionaria marxista, es una poesía de ideas, no de emociones, pero no niega las emociones, más bien refuerzan al poema con toda su rabia. Es una poesía de hiperbóreos sacrificios, de lucha antifascista, de clandestinidad, de masas, vanguardias, guerrillas, deseos…

 

Que tus enemigos

mueran gritando sin aire

y que, aquellos a los que amas

siempre perdonen

tu fuga hacia adelante.

 

Es poesía para transformar el mundo. Poesía para iniciar la Guerra Revolucionaria. Poesía para comprender que nos perdimos una oportunidad revolucionaria pero que podemos prepararnos para la siguiente. Como bien deja en claro el poeta:

 

Vayan a la guerra,

y si no encuentran una:

                                           inícienla,

sí hay lucha de clases

existe la posibilidad del

                                           arte;

cada época

tiene su oportunidad

                                       revolucionaria,

 

La poesía de Malaparte es rupturista no solo en sus formas, sino en su capacidad propagandística: comunica verdades desconocidas, conocimiento que modifica la forma en la cual nos comprendemos a nosotros mismos y al mundo. Así, no es casualidad que sus libros sean odiosos no solo para quienes no quieren cambiar al mundo porque se sienten cómodos como parásitos (o aspiran ellos mismos a convertirse en parásitos) sino para quienes no saben absolutamente nada de literatura pero en su arrogancia creen saber al respecto. Su poesía existe para confrontar nuestro impuesto conformismo, no para alentarlo. Al igual que Lenin desde la clandestinidad escribe para enfrentar a los prejuicios más arraigados de la socialdemocracia europea, Malaparte escribe contra la izquierda que ya no aspira sino a la superioridad moral.

 

IV

 

Han pasado 10 años y con ello quedan solo dos opciones para quienes no han roto con el ciclo de movilizaciones considerándolas apenas un error de juventud: reparación del daño o verdad y justicia. Para quienes nos aferramos aun a la verdad y justicia, Aníbal Malaparte hace de este libro un referente ya no solo de la venganza por el pasado sino de la justicia para el futuro.

Malaparte ha dado el paso a escritor sin romper con su pasado comunista, a diferencia de tantos ex anarquistas no se ha reconciliado con la sociedad burguesa, pero el valor del libro no se reduce a su terquedad sino a su capacidad crítica: como Karl Marx antes que él, Aníbal descubre que la crítica no significa el abandono al compromiso político sino su radicalización. Cada parte del poemario-collage en todos sus múltiples aciertos literarios, históricos y filosóficos encarnan una lección de sabernos parte de un instante histórico y no tener más opción que tomar conciencia de ello y buscar un modo de intervenir. El libro en el más salvaje compromiso sartreano no nos permite otra opción que hacernos responsables de lo que somos y pagar el precio por ello.

En resumidas cuentas, creo que la profundidad y la coherencia literaria y revolucionaria de Aníbal Malaparte son más que suficientes para hacer de este libro no solo una de las más acabadas expresiones por los 10 años de la desaparición de los 43 normalistas rurales de Ayotzinapa sino también una carta para los futuros combatientes que vendrán, que oprimidos y explotados habrán de explotar con toda su valentía e inteligencia en la insurrección que ha de venir.

 

Como todas las cosas efímeras

(danza de fuego salvaje)

(regocijo de explosiones en otoño)

me encontraste en inmensas soledades,

entre manuales de guerrilla urbana,

prácticas de tiro e interminables debates

sobre la visión materialista de la Historia;

deja que los débiles,

malogrados y cobardes,

hablen de nosotros,

ya que, al fin y al cabo

somos aquello que ha de venir,

preludio de la venganza por el pasado,

la justicia para el futuro

y el fin de la historia en prosa.

 

 

 

 

 

 

[1] Soy Avendaño. Militante comunista sin partido por el momento, lector de Rousseau, Gramsci y Althusser. Estudiante de Trabajo Social en la Escuela Nacional de Trabajo Social. Señor de las plantas con especialidad en cactus, suculentas y de otras plantas de climas cálidos. Disfruto de toda la obra de Franco Battiato (lo shippeo con Raffaella Carrà). Amo a Banda Bassotti como buen chairo comunista que fue a la Escuelita Zapatista. Ciclista sin bicicleta. Tenía mi propio fanzine. Tengo una biblioteca de poco más de 300 libros usados, pero siempre releo los mismos 15. Le podría confiar mi vida al carbón activado. Colecciono datos curiosos, aunque no recuerdo ninguno en este momento. Me gusta cocinar y la astronomía, elijo creer que hay vida allá afuera, pero jamás podremos contactarnos, desgraciadamente, pero por suerte. Instagram: @ alexeikalashnikov

 

 

No lloremos por USAID

DIARIO ITINERANTE

Parte de la izquierda defiende la agencia de desarrollo estadounidense, pese a que haya sido un colaborador de la CIA en la desestabilización de gobiernos de izquierda en América Latina

Andy Robinson 14/02/2025


Paquetes de suministros preparados para enviar a Haití (2010). / USAI

Londres. ¿Quién no puede estar de acuerdo con las dos jóvenes estrellas de la izquierda demócrata estadounidense, Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) e Ilhan Omar, cuando lamentan el desmantelamiento de la agencia estadounidense para la cooperación internacional USAID a manos de Elon Musk y Donald Trump?

Musk calificó a la agencia como “un nido de víboras de ideas marxistas de la izquierda radical”

“Yo viví en un campo de refugiados y los programas esenciales de USAID eran los que salvaron a mi familia del hambre”, dijo Omar, nacida en Somalia, en una protesta contra el plan de cierre delante de la sede de USAID en Washington, horas antes de que dos funcionarios colocaran una cinta adhesiva negra para tapar el letrero de la enorme agencia de ayuda al desarrollo, con 10.000 empleados y 50.000 millones de dólares anuales de presupuesto. “USAID es nuestro soft power”, elogió la diputada musulmana por Minnesota.

Cuando llegaron las noticias del impacto inicial de la suspensión de los programas humanitarios de USAID en África –distribución de vacunas esenciales para niños en Asia, despido de miles de expertos en sanidad y ayuda alimentaria…– ¿quién podía oponerse a los llamamientos de la izquierda demócrata en defensa de USAID? Aún más cuando Musk calificó a la agencia como “un nido de víboras de ideas marxistas de la izquierda radical”. 

Pero nada es fácil en este momento políticamente complejo en el que el horror que se siente ante la llegada al poder de la derecha populista nubla la percepción del resto. Al margen de sus actividades humanitarias, USAID ha sido un arma de la política exterior neoconservadora de Estados Unidos: ha participado activamente a lo largo de décadas en intentos de golpe en América Latina y abonó el terreno para la guerra en Ucrania. 

Tiene una larga historia de colaboración con la CIA mediante la promoción de los supuestos grupos pro-democracia, el inicio de todas las estrategias golpistas de Estados Unidos en América Latina, desde Guatemala en 1954 y Chile en 1973 hasta Venezuela, Bolivia y Brasil en este siglo. USAID ha sido el perfecto socio de la llamada National Endowment for Democracy, un organismo creado en 1983 pomposamente para promover la democracia, que ha participado en diversos golpes e intentos de golpe en América Latina, desde Centroamérica como parte de las sangrientas políticas contrainsurgentes en Nicaragua, en los ochenta, hasta Haití y Venezuela en este siglo. 

Asimismo, la agencia de ayuda al desarrollo fue utilizada para impulsar las fuerzas antirrusas en Ucrania, donde el 80% de los medios supuestamente independientes sobrevivían gracias al dinero de USAID. En Rumanía, USAID también ha ayudado a grupos opuestos al candidato prorruso. 

Increíblemente, según se ha logrado averiguar esta semana tras la auditoría relámpago de Musk, 700 medios de comunicación a escala mundial –entre ellos la BBC y el medio Politico– habían recibido financiación de USAID, bien fuera por subvención directa o por suscripciones a sus servicios. Según Wikileaks, USAID canalizó más de medio millón de dólares a una ONG estadounidense, Internews Network, que ha “entrenado” a más de 7.000 periodistas en África, Asia y Europa para que estos entiendan bien cuáles son los “valores occidentales”. Este, desde luego, es el “soft power” elogiado por Omar, sumamente necesario para allanar el camino al “hard power” del golpe. 

La utilización neoconservadora en los programas de USAID del discurso del feminismo, antirracismo, solidaridad con indígenas, o defensa de derechos LGBTQ ha formado parte del plan. De ahí los sorprendentes programas de USAID de financiación de grupos trans y raperos afro en Bangladesh y Cuba, a proyectos como la enseñanza de finanzas a mujeres en Afganistán. No hay mejor ejemplo de lo que algunos califican como imperialismo woke.

Sheinbaum sabe que la agencia intentó desestabilizar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador mediante la financiación de oenegés

De ahí la diferente reacción entre demócratas, incluso los de la izquierda como AOC o Omar, así como otros progresistas pro USAID en Europa, y los líderes latinoamericanos de gobiernos de izquierda. Estos ven más allá de la fachada de la ayuda al desarrollo del hegemon. “USAID tiene tantas cosas que la verdad es mejor que la cierren”, dijo la semana pasada Claudia Sheinbaum, la presidenta mexicana. Sheinbaum sabe que la agencia intentó desestabilizar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador mediante la financiación de oenegés como la llamada Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), creada por el empresario millonario, vinculado a la derecha mexicana, Claudio X. González, quien ha montado una campaña implacable contra López Obrador y Sheinbaum. 

En Cuba, USAID ha apoyado a la oposición al gobierno socialista. En 2010 intentó crear una plataforma digital al estilo de Twitter para facilitar una “primavera cubana” similar a la primavera árabe. La agencia ha esponsorizado a diversos raperos cubanos con el fin de desestabilizar al gobierno, otro ejemplo de la apropiación cultural por el golpismo de Washington. En Haití, que es el segundo país beneficiario de USAID, después de Colombia, la agencia financió a principios de esta década a oenegés que desempeñaron un papel clave en el golpe contra Bertrand Aristide.

En 2010 intentó crear una plataforma digital al estilo de Twitter para facilitar una “primavera cubana” similar a la primavera árabe

Omar tiene toda la razón cuando destaca la importancia del “soft power” de USAID. Por eso precisamente la izquierda debería denunciar enérgicamente las actividades encubiertas de la agencia. Ese poder blando fue utilizado, por ejemplo, para entrenar a una nueva generación de activistas antichavistas en Venezuela –entre ellos Juan Guaidó y Leopoldo López– que participaron en las violentas protestas guarimbas contra los gobiernos democráticamente elegidos de Chávez en la primera década de este siglo. La oposición venezolana ha sido uno de los principales beneficiarios de la financiación de USAID: se embolsó más de 200 millones de dólares en 2023. Trump, con sus amenazas de invasión de Panamá, Groenlandia, México y Canadá, solo entiende del poder duro. Pero todo indicaría, por el papel demócrata en sucesivas guerras y genocidios, que el poder blando es un complemento necesario del poder duro.

Yo personalmente, conocí el endurecimiento del poder blando de USAID en la ciudad colombiana de Cúcuta en febrero de 2019, cuando la agencia coordinó un intento de golpe contra el gobierno de Nicolás Maduro en un plan conocido como el “cerco humanitario”. Tras celebrar el infame concierto Venezuela Aid organizado por USAID y Richard Branson, se intentó sin éxito cruzar la frontera forzosamente en camiones cargados de ayuda de la agencia de ayuda estadounidense. Los millones de dólares transferidos desde USAID al gobierno interino del autoproclamado presidente Guaidó han sido despilfarrados y malversados, según las denuncias de otros segmentos de la oposición

Según se supo por una filtración de Wikileaks del embajador estadounidense en Caracas, William Brownfield, los objetivos de USAID en Venezuela durante aquellos años consistían en “penetrar la base del chavismo” y “dividir a los chavistas”. La agencia canalizaba el apoyo hacia oenegés, grupos de la sociedad civil y algún partido político.

Para entender del todo el papel que desempeñaba USAID para convertir el poder blando en poder duro, hablé el jueves pasado con Tim Gill, de la Universidad de Tennessee, quien realizó cientos de entrevistas a funcionarios de USAID en Venezuela para investigar el papel de la agencia en la desestabilización de Chávez. 

“Formaba parte de un mosaico de fórmulas de ayuda al desarrollo iniciado tras la Segunda Guerra Mundial”, me explicó. “La idea que guiaba eso en aquellos años era que, si los países podían básicamente emular a Estados Unidos mediante el desarrollo económico, serían capaces de combatir el atractivo del socialismo. Porque la Unión Soviética proporcionó su propio modelo de desarrollo. Y Washington quería combatirlo”.

Pero, tras la caída de la URSS, en los años noventa del siglo pasado “comenzaron las críticas de senadores conservadores, entre ellos, Jesse Helms y Mitch McConnell, como sucede ahora. Atacaron la burocracia gubernamental sobredimensionada. Estos grupos conservadores exigieron que se incorporara un criterio más político para forzar a USAID a apoyar a gobiernos amigos y desestabilizar a gobiernos considerados enemigos. En el caso de Venezuela y Bolivia, por ejemplo, se estableció el objetivo de quitar de en medio a Chávez y, luego, a Evo Morales. Hubo directivos del Departamento de Estado que dejaron claro que el trabajo de USAID iba más allá del desarrollo económico, y buscaban resultados políticos. En el caso de Venezuela, era sacar a Chávez de la presidencia”, dijo Gill. 

Eso provocó rupturas con los economistas de desarrollo que aún creían que la agencia era un vehículo de ayuda. “Yo hablé con gente en USAID que en ese momento estaban furiosos porque se sentían comprometidos con el desarrollo económico. Estaban motivados por el deseo de mejorar la vida de la gente sobre el terreno y no por el espionaje político. Hubo mucha guerra interna”.

La lectura más clara de lo que ha ocurrido en los últimos días es que ya no se considera que la apariencia de poder blando sea necesaria

USAID ya era el principal organismo estadounidense responsable de desestabilizar a Chávez y acabar con su proyecto de democracia participativa. “Ya sabes, la USAID estaba trabajando con los grupos de estudiantes y opositores –entre ellos, Leopoldo López y Juan Guaidó– que estaban protestando en la guarimba, alrededor de 2007 y 2008. Organizaban seminarios para ellos, USAID creaba estos grupos comunitarios falsos en los barrios de Venezuela, escribía todos los materiales y trataba de hacer que la gente diera la espalda a Chávez”, sostiene Gill. Se hizo lo mismo con Evo Morales, que terminó expulsando a la agencia del país en 2013. 

Más allá de América latina, USAID se empleó a fondo en Oriente Medio, Asia y Ucrania, donde se aplicó la misma fórmula que en Venezuela: financiar a los medios de comunicación y think tanks afines para poner en entredicho las credenciales democráticas de los gobiernos que no apoyaban a Estados Unidos. También proporcionaron cursos de entrenamiento a estudiantes de la oposición y financiaron grupos llamados pro-democracia. “Son estrategias a largo plazo; no esperan resultados inmediatos”, explica Gill. Pero el resultado fueron golpes de Estado o intentos de golpe contra gobiernos desde Kiev hasta La Paz.

Ya en la primera administración Trump, con el fanático John Bolton al mando de política exterior, se decidió convertir USAID directamente en una herramienta golpista tal y como ocurrió en Cúcuta en 2019. La lectura más clara de lo que ha ocurrido en los últimos días es que ya no se considera que la apariencia de poder blando sea necesaria. “Trump ve todo como poder duro”, dice Gill. “Él está usando descaradamente un discurso: vamos a invadir Groenlandia, vamos a apoderarnos del Canal de Panamá, vamos a anexionar Canadá. Ya sabes, no le importa el poder blando”. Pero, lo que la izquierda demócrata y sus aliados en Europa tienen que entender es que bien sea blando o duro, el poder de la superpotencia siempre tiene los mismos objetivos. Una manera rápida de aprender es leer El americano impasible de Graham Greene, cuyo protagonista, Pyle, trabaja en Saigón para la American Aid Commission, una tapadera de la CIA en la guerra contra el comunismo en Indochina.



Andy Robinson

Es corresponsal volante de ‘La Vanguardia’ y colaborador

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