Viejo Topo.
1. En relación con la

La historia de España no es la de Suecia, Holanda o Dinamarca: es la historia de un “país de todos los demonios”, como dijo el poeta, y uno de esos “demonios” es la monarquía. La aspiración al restablecimiento de la Republica debería se el deseo de todo demócrata sincero y mucho mas de todo aquel se sienta continuador de las tradición emancipatoria de los siglos XIX y XX (la de comunistas, socialistas y anarquistas).
Por otra parte, al actual sistema político de claros síntomas de fatiga.
Por otra parte, al actual sistema político de claros síntomas de fatiga.
El paso a una fase de bipartidismo casi perfecto lo hará en lo inmediato mas gobernable porque facilitara los consensos por arriba sobre las llamadas “cuestiones de Estado”, pero eso también lo hará mas impermeable a las demandas populares. Eso se puede traducir en un aumento de la despolitización o bien en una insatisfacción que desemboque en una petición de reformas estructurales.
2 Respecto a la monarquía en concreto, el primer paso debería ser acabar con la censura existente a la hora de informar o de opinar sobre la familia real: al rey y a su familia se le debe poner criticar o ridiculizar como ahora se critica o se ridiculiza al presidente del gobierno, al presidente del Tribunal Constitucional o a los presidentes autonómicos. La reivindicación de la republica, no obstante, no se limita a la abolición de la monarquía: se trata de alcanzar una republica mas democrática que la actual monarquía parlamentaria.
Esto depende de que eso llama la “correlación de fuerzas” y esta por ahora, no parece favorable a una reforma constitucional de esa naturaleza. Pero lo de la republica no puede ser un proyecto apoyado por la inmensa mayoría de la población. Para que esto llegue a suceder es preciso iniciar el camino poniendo primero un pie y después el otro, sin impaciencias que lleven a plantear batallas a vida o muerte que en este momento por desgracia, no se pueden ganar.
Esto no es incompatible con las iniciativas para abrir un nuevo proceso constituyente.
Este puede tener la virtud de generar una discusión programática de largo aliento que vaya mas allá de lo que hay que proponer en las próximas elecciones para conseguir tres o cuatro diputado mas.
3. Se puede sopesar la conveniencia de convocar una Convención en la que discutir y presentar un proyecto de Constitución republicana que comporte una recuperación de soberanía frente a EEUU, la globalización empresarial y el Banco Central Europeo y que incluya, como mínimo, una propuesta de Estado federal, una neta separación entre la Iglesia y el Estado, un sistema electoral realmente proporcional no como el actual, que fue pensado para ningunear al PCE y la izquierda radical que concentra sus apoyos en las áreas urbanas), diversos mecanismos de democracia directa: referéndum abrogativo, iniciativa legislativa popular sin obstáculos etc, y desde luego una declaración soléenme de que España renuncia a la guerra como instrumento de política exterior (que sigue siendo una conquista no superada de la Constitución de la Segunda Republica).
Desde un punto de visto practico, es preciso concentrar los esfuerzos militantes en impulsar el tejido asociativo y en la creación de medios de comunicación alternativo, considerando secundario el trabajo en las instituciones. No estarían mal pensar en la articulación de una red de ateneos republicanos abiertos a todo el mundo y concebidos como espacios para el debate político, la difusión cultural y el ocio. Y, desde luego, el día de la coronación de Felipe de Borbón debería haber manifestaciones republicanas en todas las ciudades del Reino.
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