
Antonio Maceo Grajales y Ernesto Che Guevara representan esos ideales revolucionarios, que desde el primer toque de “a degüello” y hasta la actualidad, sustentan a Cuba Libre.
El Titán de Bronce, de origen muy humilde, alcanzó a fuerza de valor y victorias los máximos grados militares y demostró en la Protesta de Baraguá la dignidad del pueblo cubano.
El Guerrillero Heroico traspasó fronteras y se unió a ese sueño grande llamado América; hechó sus suerte junto a los oprimidos del mundo y a cada paso demostró el hombre nuevo que demandan los tiempos actuales.
El resistente bronce y la estrella rebelde se unen más allá del calendario, en cada pequeño, mujer u hombre que cada jornada dan lo mejor y se afanan para hacer, de la nuestra, una sociedad del mañana.
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