Translate,translator,traducteur,Übersetzer, traduttore,tradutor,переводчик

domingo, abril 25, 2021

Necesidad de la republica federal en el 90 aniversario de la segunda

 

Ilustración de Fernando Francisco Serrano.

Es más necesario que nunca alcanzar la República Federal a través de un proceso constituyente de ruptura democrática.

En España, el régimen del 78 sustituyó la dictadura franquista por la monarquía constitucional, una operación política de la burguesía interesada en sostener una vieja institución de origen feudal en la defensa de sus intereses de clase y en la persona designada por el dictador.

A través de una reforma política, la burguesía española, con el respaldo del imperialismo, dirigió un proceso de transformación política que ponía término a la dictadura y promulgaba una constitución de derechos y libertades limitados y rescatando del pasado una institución del antiguo régimen que ya había sido decidida antes por el dictador. La operación, que tuvo mucho de cosmética, dejó intacto el viejo franquismo incrustado en todo el aparato del Estado: ejército, judicatura, policía, etc. La reforma política aseguró además la impunidad de los autores de numerosos crímenes cometidos por el franquismo, con una Ley de Amnistía para todos, incluyendo a los responsables de aquéllos.

La reforma constituyó un acuerdo entre las fuerzas franquistas, la derecha nacionalista vasca y catalana, la socialdemocracia de un PSOE renovado  y  los eurocomunistas que entonces encabezaba Santiago Carrillo.

Nos encontramos, por tanto, con un Régimen que dejó intacto los poderes de facto y de derecho que arroparon y sostuvieron a la dictadura franquista durante décadas, protegidos, además, como hemos dicho, con una ley de punto final. Esos poderes, que son la oligarquía de entonces, también son la oligarquía de ahora aún más fuerte si cabe. La banca, la jerarquía eclesiástica, las grandes corporaciones, los altos mandos militares, los terratenientes, las instancias judiciales más elevadas y, desde luego, la corona constituyen una muralla que, amparada en una transición inmodélica, mantiene los mismos privilegios o más que los que gozaron en épocas anteriores. Con esta constitución y con este régimen es del todo imposible, por tanto, dar respuesta adecuada a tanta justificada indignación.

En este 90 aniversario de la Segunda República es más necesaria que nunca la recuperación de la República Federal a través de una ruptura democrática con la amplia movilización de la clase trabajadora y capas populares que determine la elaboración de “un proyecto de país que abra el camino de la democratización política, de los derechos y libertades, de la derrota de la oligarquía y la soberanía económica, del reconocimiento de los derechos de los pueblos y la plurinacionalidad del Estado, en definitiva, el camino al socialismo«[i].

Para trabajar en pos del objetivo de la República Federal, el complejo proceso que llevó a la proclamación de la Segunda República con la gestación y formulación del Pacto de San Sebastián constituye una referencia histórica fundamental. La convergencia social y política para intentar traer la República a España no fue fácil por varias razones. Las divergencias entre los republicanos eran grandes y los socialistas estaban divididos en relación con una posible alianza con el republicanismo, también estaba fraccionada la clase obrera y capas populares.

El 28 de enero de 1930 cayó Primo de Rivera bajo el peso de la lucha antidictatorial en la que participaban las principales fuerzas del país. Frente al dictador se establecía una coincidencia nacional en las batallas de la clase obrera y de los campesinos, en las protestas de amplios sectores burgueses, en las acciones de los estudiantes y de intelectuales como Miguel de Unamuno, Ramón del Valle Inclán, los hermanos Ortega y Gasset, Vicente Blasco Ibáñez, Ramón Menéndez Pidal, Antonio Machado, Ramón Pérez de Ayala, Gregorio Marañón y otros más. Volvieron la espalda a Primo de Rivera hasta los capitanes generales que siete años antes habían apoyado la dictadura.

Las clases dominantes españolas trataron de evitar que la crisis política del régimen desembocara en una situación revolucionaria. Creyeron salir del paso con un cambio de fachada que dejara intacto el edificio de la monarquía. El gobierno Berenguer, que sucedió a Primo de Rivera, restableció parcialmente las libertades públicas, autorizó el retorno de los emigrados políticos, devolvió a la labor docente a los catedráticos sancionados por la dictadura, amnistió a los presos políticos y anunció su propósito de convocar elecciones legislativas, retornando a las normas constitucionales. Pero estas medidas no habían de zanjar la crisis política que se desarrollaba en España. Esta alcanzaba de lleno a la monarquía.

Berenguer toleró la actividad de los partidos republicanos, de las centrales sindicales y del Partido Socialista, pero mantuvo todo el rigor prohibitivo contra el Partido Comunista de España. La policía secuestraba las ediciones de la prensa del PCE, prohibía sus reuniones y actos y nuevamente llenaba las cárceles de comunistas. A principios de marzo de 1930, la organización comunista celebró clandestinamente, en Bilbao, una Conferencia Nacional.

Esta Conferencia dedicó especial atención al problema sindical; se pronunció por la creación de una sola central sindical que abriese sus puertas a todos los trabajadores, fuesen cuales fueren las ideas políticas que profesaran; una central única, regida democráticamente y ligada por lazos solidarios al movimiento sindical revolucionario de todo el mundo. Se proponía la creación de comités obreros en los lugares de trabajo, a fin de facilitar un movimiento de Frente Único entre las masas.

Por el Frente Único Revolucionario.
Por el Frente Único Revolucionario. Fuente: web UCM. Archivo Histórico del PCE.

En marzo del año 1930 se publica en Barcelona un manifiesto firmado por republicanos de izquierda como Companys, Aiguader, Botella Asensi, y de líderes obreros como Peiró, Arquer y Campalans. La proclama abogaba por el establecimiento de una república federal y por la aplicación de políticas sociales. Este documento tiene su importancia histórica porque supone el inicio de la movilización de los republicanos en la época del gobierno Berenguer.

En mayo se produjo una serie de incidentes relacionados con la vuelta del exilio de Unamuno, que había sufrido la represión de Primo de Rivera. Estos incidentes fueron protagonizados por los estudiantes de la FUE con la policía, provocando que las autoridades cerrasen las universidades. Eran un ejemplo de la creciente movilización social hacia un cambio político profundo, con los estudiantes ejerciendo un papel activo.

Efectivamente, la primavera y el verano de 1930 fueron testigos de huelgas y manifestaciones. Había un claro descontento popular con una raíz económica, ya que comenzaban a sufrirse los efectos de la crisis económica mundial. Los sectores más afectados eran la agricultura y la industria extractiva, que trabajaban, en gran medida, para la exportación. Al mismo tiempo se agravaba la situación de las finanzas del país, desfondadas ya por la dictadura. La baja de la peseta adquiría caracteres alarmantes. La economía española, ya de suyo precaria, se vio atenazada por el comienzo de una triple crisis: agrícola, industrial y monetaria. El movimiento obrero pasó a la ofensiva; las consignas económicas dominantes al principio, fueron cediendo el paso a las consignas políticas antimonárquicas. Con el incremento de la actividad de la clase obrera, la crisis política del régimen desembocó en una situación revolucionaria. En el verano de 1930 se hallaba en la cárcel la mayoría de los miembros del Buró Político y del Comité Central del PCE.

La contradicción que en aquel tiempo aparecía en primer plano, el eje en torno al cual giraba la lucha política, era entre la aristocracia latifundista, estrechamente entroncada a la oligarquía financiera –y cuya dominación encarnaba la monarquía–, y el pueblo español en su conjunto. Este antagonismo, que ya había provocado la situación revolucionaria de los años 1917-1920, fue también la causa generadora de la iniciada en 1930. El Partido Comunista había subrayado que solo bajo la dirección de la clase obrera, aliada a los campesinos y a otras capas populares, podría la revolución democrática triunfar plenamente. Pero el Partido no había conquistado la suficiente base de masas para hacer triunfar su punto de vista.

La clase obrera estaba en su mayoría bajo la influencia de los dirigentes socialistas y anarcosindicalistas, que ni siquiera se plantearon disputarle las riendas del movimiento contra la monarquía a la burguesía. Esto explica que los partidos republicanos burgueses lograran la dirección del movimiento revolucionario en 1930 y mientras las fuerzas obreras permanecían divididas, la burguesía se apresuró a agruparse en torno a una plataforma común. El 17 de agosto tuvo lugar en la capital guipuzcoana una reunión que constituyó un  hecho político muy importante, por cuanto creaba una amplia coalición de fuerzas para la lucha contra la monarquía firmándose el célebre Pacto de San Sebastián.

En el seno del PSOE se libraba una fuerte pugna en torno a la cuestión de participar o no en el movimiento contra la monarquía, imponiéndose la corriente encabezada por Largo Caballero, Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos, que abogaba por la colaboración con los partidos del Pacto de San Sebastián y estos tres líderes entraron a formar parte del Comité Revolucionario en el mes de octubre. También se incorporó la UGT acordándose la convocatoria de una Huelga General cuando se desencadenase el movimiento insurreccional. El acuerdo entre republicanos y socialistas pretendía establecer la República sobre la base de la soberanía nacional representada en una Asamblea Constituyente, como se hizo público en diciembre de 1930.

En septiembre de 1930 tuvieron lugar huelgas generales, en Barcelona, Sevilla, Bilbao y Madrid. En octubre estalló otra vez en Bilbao una huelga general de abierta factura política, mientras una ola de huelgas recorría Galicia. En Sevilla, Málaga y Huelva, Valencia, Murcia, Vitoria, Logroño, Barcelona y Badalona, se producían movimientos de marcado matiz revolucionario. Si de febrero a abril de 1930, el número de huelguistas había sido de 50.000, en septiembre ascendió ya a 200.000, en octubre, a 250.000, en noviembre, a 600.000.

Pero la Huelga General no se produjo al frenarse la acción revolucionaria de masas a favor de la táctica del complot militar que se precipitó por parte de los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández que se sublevaron el día 12 de diciembre cuando debían haberlo hecho el 15, fracasando la sublevación de Jaca lo que le costó la vida a sus protagonistas. Algunos miembros del Comité Revolucionario fueron detenidos, mientras que otros pasaron a la clandestinidad. Ello, sin embargo, no impediría que la República llegara unos meses después, ya que las elecciones municipales del 12 de abril, fueron hábilmente convertidas por las fuerzas republicanas del Pacto de San Sebastián en un plebiscito sobre la monarquía. Las candidaturas republicano-socialistas ganaron en 43 de las capitales de provincia, posibilitando que el Comité Revolucionario, con un fuerte respaldo popular, lograra el propósito de proclamar la República bajo los parámetros ideológicos y de clase del Pacto de San Sebastián que continuaron con la agudización de la lucha de clases que se desarrolla aún más en el nuevo escenario político.

Segunda República: la alegría popular.
Segunda República: la alegría popular. Fuente: Revista De Frente. 14.04.20

En el contexto actual, la lucha por la República pasa por la formación de una amplia alianza política en favor de la ruptura democrática y la apertura de un proceso constituyente republicano. Una tarea que requiere de mucha organización, de mucha constancia, de mucha voluntad revolucionaria, de mucho sindicalismo de clase combativo, de mucha confianza en la potencialidad revolucionaria del conjunto de los oprimidos, así como de una adecuada estrategia y táctica política y de unos dirigentes políticos que sepan estar a la altura de sus responsabilidades.

¡Viva la República Federal!

Redacción


[i] Documento Político del XX Congreso del PCE, páginas 16, 17, 18, 28 y 57.

martes, abril 20, 2021

Las procesiones de semana santa

  

Las procesiones de semana santa

"Susana Diaz, de morena y confrade con Fran Rivera". Fuente: Amazing

«Susana Diaz, de morena y confrade con Fran Rivera». Fuente: Amazing

Estas manifestaciones religiosas eran muy utilizadas para luchar contra la peste, celebrándose con ocasión de la que se sufrió en Cádiz y Sevilla las rogativas, ante cuyo fracaso se pidió elevar el Lignum Crucis (La Vera Cruz) en lo alto de la Giralda, para ahuyentar la plaga.

Acaba de finalizar la semana santa de 2021. Uno de sus elementos más característicos son las procesiones, que este año no se han podido celebrar por la pandemia.

Estas manifestaciones religiosas, mediante las cuales se pretende evocar la pasión de Cristo, partiendo de la cruz como eje central de la representación, están ligadas esencialmente al fenómeno de la «Vera Cruz», aquella en la que la tradición indica como la cruz en la que fue crucificado Jesús de Nazaret. Desde el  inicio de sus celebraciones,  trozos de madera que se decían pertenecían a la cruz auténtica en que expiró «el crucificado», procesionaban en diferentes lugares. Las reliquias se traían como bien preciado por parte de los cruzados y  peregrinos de Tierra Santa. Se vendían también en muchos mercados de Bizancio. Todas se decían veras.

Está admitido generalmente por los historiadores que el fraile dominico San Vicente Ferrer, considerado como uno de los antisemitas más nefastos que han existido en España, fue uno de sus grandes impulsores, pues se desplazaba seguido por una gran cantidad de personas que lo acompañaban flagelándose la espalda y el pecho, ya entonces procesionando, como se dice ahora, término recogido en la última edición del Diccionario de la lengua española, que normaliza el fenómeno con un verbo, para darle carácter todavía más general e incluso familiar y  usual,  a la estacional  actividad a que se refiere… por ahora, ya veremos si esto sigue así y los fieles se pasan el día «procesionando».

Este Santo -elevado a los altares por su paisano Calixto III-,  está representado por «las alas» pues se le considera identificado con  los ángeles del apocalipsis, y de hecho anunciaba continuamente en sus discursos la llegada del Anticristo, el fin del mundo, como consecuencia de los pecados sobre todo de tolerancia con la herejía, llamando a continuación a aplicar el que era su lema, bautismo o muerte.

Nuestro Santo varón decía que «los judíos son animales con rabo, y menstrúan como las mujeres», y según el jesuita Gareu, descubrió este Santo que «los judíos tienen entre otros el más oculto y abominable oprobio pues les sale de la cara aquel exangüe olor y amarilla tez… la señal de Caín está puesta sobre ellos».

Se le considera el impulsor intelectual del pogromo de Valencia de 1.391, originado para frenar el castigo divino de la peste, que habría sido enviada por nuestro señor  por permitir  la presencia de la  «raza deicida».

El gran intelectual liberal sevillano Jose M. Blanco White (1775-1841), que fue canónico de la Catedral de Sevilla y acabó huyendo de España a Inglaterra  asfixiado por la presión que le resultaba insoportable del catolicismo español, escribe en sus Cartas sobre España, de 1.822, sus impresiones sobre el Jueves Santo sevillano, señalando que hacía escasamente 40 años que habían desaparecido los flagelantes de sangre, que efectuaban «una repugnante exhibición de gente bañada en su propia sangre», «antes de incorporarse a la procesión se herían la espalda, y ya en ella se azotaban unos a otros». Aludiendo a la del Corpus, en Sevilla, señala que se paseaban las reliquias, entre ellas, la muela de S. Cristóbal, parte de la cabeza de San Laureano, del brazo de San Bartolomé y los huesos de San Florencio, S. Servando y S. Germán.

Estas manifestaciones religiosas eran muy utilizadas para luchar contra la peste, celebrándose con ocasión de la que se sufrió en Cádiz y Sevilla las rogativas  durante nueve días en la catedral, ante cuyo fracaso se pidió elevar el Lignum Crucis (La Vera Cruz) en lo alto de la Giralda, para ahuyentar la plaga.

Indica Blanco en sus Cartas que «ciertamente, no conocerá España el que no tenga idea de las poderosas fuerzas morales que influyen en este país». «La religión, o mejor dicho, la superstición está íntimamente unida a la vida española, tanto pública como privada». «La influencia de la religión en España no conoce límites, y divide a los españoles en dos grupos, los fanáticos y los hipócritas».

Después de San Vicente, el otro momento clave en la expansión de tan inveterada costumbre se encuentra en la Contrarreforma.

Recordemos que precisamente el gran impulsor de la reforma religiosa, Lutero,  partiendo en gran medida del escándalo que le producía el asunto de las reliquias, tantas y tantas veracruces, ligadas a las indulgencias, por las que se cobraba dinero, publica sus famosas 95 tesis sobre ellas, señalando destacadamente que eran objeto de un malvado y deshonesto mercado.

Las procesiones experimentan un gran impulso como consecuencia del Concilio de Trento (1544-1565) y la Contrarreforma, cuya resolución numero 25 sancionó el uso de imágenes para catequizar. Esta fue una de las respuestas que la Iglesia Católica dio a la Reforma Protestante luterana, impulsando a los flagelantes, que se azotaban unos a otros para que  la sangre corriera por sus hábitos, no siendo de menor importancia el que la vanidad se sentía halagada por los aplausos con que el público premiaba a los más sangrantes y una pasión todavía mayor buscaba impresionar a los sectores populares, según sigue explicando Blanco en sus Cartas.

El espectáculo de la exteriorización de la fe era tan dantesco, los flagelamientos tan salvajes, con la presencia de empalados, que precisamente en 1.777 un gobierno ilustrado de Carlos III los prohibió.

Y a día de hoy, en nuestra católica España, tierra de Maria Santísima, casi todos los mecanismos celebratorios se revisten de simbologías e iconografías religiosas, tales como romerías, celebraciones navideñas, bodas, bautizos, comuniones, calendario festivo, y como no, semana santa.

Desde el siglo XVI  se consideraba que  existía una gran pasión «por el figureo», asunto importante para la participación en las mismas de diversos sectores sociales, con gran protagonismo sevillano, como nos enseña por ejemplo lo ocurrido con motivo de la celebración de los funerales de Felipe II, y el espectacular túmulo que se erigió  para durar una semana, con inmenso coste, pero que a consecuencia del figureo permaneció en pie dos meses, por la pugna que surgió sobre quien ostentaba más primacía, si el representante de la Audiencia, el del Cabildo o el del Tribunal de la Inquisición.

El asunto del túmulo dio origen al célebre soneto de Cervantes.

Según indica el diario El Mundo en 15 de agosto de 2015,  «la representación civil en las procesiones religiosas siguió siendo un asunto muy serio en España; en Sevilla cada año se elaboraba una Rueda de Festividades a las que habían de asistir los capitulares de turno, saliendo y entrando de las Casas Capitulares bajo sanción de 30 días de suspensión de oficio y 4 ducados de multa», teniendo que asistir la representación municipal a 24 procesiones en 1.772, figureo que se prolonga durante el siglo XIX», destacando ya en el siglo XX «la del 15 de agosto de 1936… En la festividad, Queipo de Llano y Franco  repusieron la bandera monárquica en uno de los primeros territorios reconquistados», sin olvidar el grave conflicto de 1.983 entre PP y PSOE llamado «la guerra de los chaqués», surgida porque los munícipes del PP asistían con esta vestimenta y los del PSOE con traje oscuro, hasta que el alcalde  Manuel del Valle, del PSOE, impuso el chaqué como obligatorio en el Corpus, El Santo Entierro y la Virgen de los Reyes.

Antes,  los ilustres cofrades Queipo de Llano, el represor Diaz Criado, que junto con el auditor Bohórquez, en palabras del diario Público de 2 de abril de 2.021 compusieron el trío más sádico de la Sevilla del 36, pues habían pasado a descansar en la Macarena, donde continúan enterrados con todos los honores desde entonces.

"El coordinador federal de IU fue varios años hermano del Rescate. Fuente: Sur 14/04/2019
«El coordinador federal de IU fue varios años hermano del Rescate». Fuente: Sur 14/04/2019

Precisamente, algunos asuntos de actualidad están sin duda relacionados con tan ejemplar historia y el gran arraigo de estas manifestaciones, como por ejemplo, la búsqueda por parte de las dirigentes nacionales del PSOE de una alternativa en Andalucía a Susana Díaz, cofrade de la Esperanza de Triana y seguidora del torero fetiche de Vox, Morante de la Puebla, que han tenido que elegir como tal al alcalde sevillano Juan Espadas, que en su fervor ha obviado los cierres perimetrales para visitar diversas cofradías en Málaga, tal como nos indica el periódico El Español,  de 2 de abril de 2.021, y que quizás gracias a estas populares actividades podrá presentar batalla a la anterior lideresa, para enfrentar en su día a Juanma Moreno, quien debe estar encantado ante los rivales que le presenta el PSOE.

Pero no se ha quedado atrás la eximia lideresa de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, defendiendo (quizás pensando en combatir la pandemia) con vehemente apasionamiento las procesiones, aludiendo a su  historia y tradición, (no sabemos si pensaría en San Vicente, lo que no sería de extrañar, pues tiene acreditados en su proceso de canonización 860 milagros, o en la Contrarreforma), señalando que no solo hay que participar en ellas, sino potenciarlas, pues constituyen la identidad andaluza, causando consternación en los laicos que quedan en nuestra comunidad que por serlo habíamos sido tildados durante 40 años de antiespañoles y ahora lo seremos quizás de antiandaluces, debiendo permanecer en una especie de exilio civil, si no queremos imitar a Blanco White y largarnos a Manchester. Afortunadamente, el también cofrade señor Garzón no defiende opiniones tan extremas.

Cumplida respuesta a los disparates de doña Teresa le ha dado Andalucía Laica, cuya lección de laicismo recomiendo encarecidamente a los lectores.

Mucho antes que la líder de Adelante Andalucía, cuando estas manifestaciones religiosas estaban muy decaídas en los primeros años de la inmodélica transición, los gobiernos progresistas del PSOE y el Canal Sur se encargaron de revitalizarlas.

En fin, esperemos que doña Teresa recapacite y opte por establecer como base de esa identidad andaluza que pregona, en lugar de las procesiones, los laicos carnavales de Cádiz.

Alberto García

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

 

 

Hojas de Debate le informa que los datos de carácter personal que nos proporciones rellenando este formulario serán tratados por Asoc. Cultura y Análisis para la Transformación Social, como responsable de esta web.

La finalidad del tratamiento es la moderación de los comentarios.

Los datos no serán cedidos a terceros salvo obligación legal.

Los datos que nos facilita estarán ubicados un servidor situado en España, garantizando unos niveles de seguridad adecuados.

Podrá ejercer sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición al tratamiento de sus datos según se indica en nuestra política de privacidad.