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sábado, abril 15, 2023

Intervención de Paulo Raimundo secretario general del PCP.

EN El ALMUERZO CONMEMORATIVO POR LOS 102 AÑOS DEL PCP

«Todo sirve de excusa y justificación para el aumento de las desigualdades, para la concentración de la riqueza»

26 marzo 2023, Corroios, Seixal



Un saludo a todos los presentes, compañeros y amigos, y en especial a todos los que aportaron su tiempo, su esfuerzo, su militancia, para este hermoso almuerzo.

Una gran iniciativa de nuestro Partido, de este extraordinario colectivo partidario que responde a los tiempos exigentes que enfrentamos.

La política de derecha no da descanso a los trabajadores y al pueblo, pero es cierto que tampoco les damos descanso.

PS, PSD, CDS, IL y Chega están alineados en todo lo que es central y decisivo.

Más gritos, más azotes o teatralidades, menos abstención, ahora vas tú, ahora voy yo, esencialmente ahí van, realizando los objetivos de quienes efectivamente determinan y deciden por ellos, los grupos económicos. Cada uno cumple su papel en esta orquesta que hace la vida de la gran mayoría de la población un infierno.

Una orquesta que toca siempre la misma melodía afinada por el diapasón de una ínfima minoría.

Unos toman el turno de gobierno, otros lo anhelan, otros golpean los címbalos y otros tocan el violín. Unos más rápidos, otros más comedidos, pero la música es la misma y las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población se deterioran.

Pero cada vez hay más personas que se dan cuenta de que esto no va con alternancias y que esto es música para nuestros oídos.

Por ejemplo, la especulación en los precios, de la que advertimos hace mucho tiempo y que ya no pueden ocultar. Ver las opciones de PS, alineadas con la matriz PSD, Chega e IL, para enfrentar este problema.

Pasan de forma oportunista junto a los beneficios de la gran distribución, ni un céntimo que se proponen cobrar.

IVA cero en bienes esenciales, lo admitimos, aunque sabemos que esta medida por sí sola no resolverá el problema central de la especulación. Ya fue así en la rebaja del ISP en carburantes, así fue al lado en España en el IVA en alimentación.

El Gobierno dice que está en negociación con la distribución, es un caso decir que el Gobierno tiene un gran logro en la sensibilidad social de la gran distribución.

Una moda que no tiene sustento en su práctica en términos de precios y mucho menos en términos de salarios de sus trabajadores. La medida que confronta la especulación, la medida que confronta las ganancias obscenas, la medida que frena el aumento de precios es el control de precios y la fijación de precios.

Pero si el Gobierno está disponible para tasar ese impuesto ciego que es el IVA, entonces implementar, como hace tiempo que propone el PCP, la rebaja del IVA de la luz, el gas y las telecomunicaciones, a ver si el Gobierno da ese paso. El Gobierno también está avanzando con más apoyo a los más vulnerables. Apoyo limitado, pero naturalmente importante para quienes lo reciben.

Pero hay dos problemas de entrada, el primero es que las facturas cada vez mayores, de agua, luz, alquiler, comida, guardería, etc., no se pagan cada 3 meses, se pagan cada mes y luego el tema central, que quien hace funcionar al pais, quien produce riqueza, quien determina la marcha de la economia son los trabajadores y si es asi no necesitan apoyo, lo que necesitan es mas salario, mas salario es lo que se necesita , es, como hemos dicho, una emergencia nacional.

No hay sector de actividad que no tenga motivos de denuncia.

¿Qué trabajador, qué pensionado, qué joven, qué micro, pequeño y mediano empresario o productor es que no siente las crecientes dificultades, el fin de mes cada vez más lejano?

El grado de injusticia y desigualdad en el que vivimos es tal que mientras 3 millones de trabajadores, el 70% de todos los trabajadores, ganan menos de mil euros brutos al mes, y 2 millones de personas están en la pobreza, de los cuales más de 300 mil niños, el 5% más rico concentra el 42% de toda la riqueza creada en el país.

No es de extrañar que algunos hayan calificado el año 2022 como fantástico. El banco tenía, por día, unos 5 millones de euros de beneficio. Continente y Pingo Doce tuvieron un beneficio diario de 2 millones de euros.

Los principales grupos económicos tuvieron un beneficio diario de 20 millones de euros. Son estas personas las que están ganando con la guerra y las sanciones, son estas personas las que no quieren oír hablar de paz, si pudieran.

Son estas personas las que se comprometen con fuerza y ​​con los medios que tienen a mantener y prolongar la guerra. Gasolina en el fuego, ganancias en las arcas, están bien. Porque para nosotros todo está mal, poner fin a la guerra, buscar soluciones de paz. Es la paz lo que la gente necesita, no la guerra o la destrucción.

La guerra no es, la guerra no puede seguir siendo el pretexto.

Siempre hay motivos para profundizar las injusticias, fue la crisis, fueron las troikas, fue la epidemia, ahora la guerra. Todo sirve de excusa y justificación para el aumento de las desigualdades, para la concentración de la riqueza.

Se requieren sacrificios, siempre, siempre de las mismas personas. Siempre hay quien gana, y mucho, por el sacrificio de muchos.

¿Qué tiene que decir la orquesta de la derecha política sobre todo esto? Tiene que decir lo mismo de siempre.

Que cada uno haga el ejercicio y vea por sí mismo.

Siempre que están en juego los intereses de grupos económicos, sean los que sean, entra en juego esta aparentemente extraña alianza.

Cada vez que están en juego los derechos de los trabajadores y los salarios, vean cómo se comporta esta aparentemente extraña alianza.

Así ocurrió, entre otras materias, en la revocación de la caducidad de la negociación colectiva; a las 35 horas; en el control de precios de la canasta de alimentos; cambiar el estatus del Servicio Nacional de Salud; en hacer que las ganancias de los bancos paguen el aumento de las tasas de interés, poniendo fin a la ley de desahucios; la tarifa especial para paraísos fiscales; en la aportación extraordinaria de beneficios.

Frente a esta realidad, los trabajadores, el pueblo y los demócratas se encuentran ante una elección que marcará el rumbo de quienes aquí trabajan y viven y el rumbo del país.

Mantén la alternancia con las consecuencias que se vislumbran, o toma en tus propias manos la construcción de la alternativa.

Mantener las cosas como están, más o menos aceleradas, o romper con este camino. Mantener el mando de todo esto en manos de los grupos económicos y sus intereses o tomar el destino de nuestras vidas en nuestras propias manos. Estos son los retos que se plantean.

O avanzamos hacia un aumento de la explotación, para lo cual siempre habrá justificación, o abrimos un nuevo camino para una alternativa que esté al servicio de los trabajadores, del pueblo y de la mayoría de la sociedad.

O paramos esto, o esto va a terminar mal.

El PCP es el portador de la alternativa, somos la verdadera oposición al Gobierno y su política, somos los que plantamos cara a los reaccionarios, trauliteiros y viejos proyectos que quieren imponerse.

Somos el polo de esta alternativa urgente y necesaria, sabemos que no la construiremos solos, sabemos y no queremos construirla solos.

Esta es la alternativa de los trabajadores, del pueblo, de todos aquellos que son el blanco de la política de derecha y como tales son todos los constructores de su alternativa.

La política patriótica y de izquierda, la nueva política, interesa a la gran mayoría de nuestra sociedad.

Esta nueva política que se confronta a diario con la vieja y caducada política. Porque el futuro y lo nuevo son derechos y la construcción de una vida mejor.

Anticuado y viejo es el empobrecimiento, es el robo de salarios y pensiones y la precariedad del trabajo y de la vida.

Tenemos propuestas, tenemos soluciones y luchamos por ellas, porque son justas, porque corresponden a las necesidades de los trabajadores y de nuestro pueblo. Movilicémonos para ganar a los demás y con ellos, con su implicación y participación, construyamos y llevemos adelante todas y cada una de estas propuestas.

Una movilización que exige compromiso, creatividad, participación y construcción por el aumento de salarios para reformas y pensiones, porque no hay futuro con salarios de miseria y precariedad laboral; por los derechos de los niños y los padres, porque la alegría y el aprendizaje no son posibles sin derechos y es dramático que los padres tengan que elegir entre poner comida en la mesa o jugar y aprender con sus propios hijos; por la defensa y exigencia de más y mejores servicios públicos, porque lo público es de todos y lo privado de unos pocos; por la paz, porque el pueblo la exige y tiene derecho a ella; por la producción nacional y el control público de los sectores y empresas estratégicas, porque un país cada vez más dependiente es un país cada vez más condenado; por una política fiscal que alivie a trabajadores y micro,

Los desafíos que tenemos por delante son muy exigentes. Pero nuestra alegría y nuestro espíritu no son menos.

La alegría y el coraje de quien sabe que la causa por la que lucha es justa e invencible.

Alegría y entusiasmo que tenemos que aplicar en todas y cada una de las líneas de trabajo decididas en nuestro último Congreso Nacional y que tenemos que poner en práctica. Todos nos damos cuenta de que el descontento crece y es justo y necesario que crezca.

Pero no pensemos que la gente vendrá naturalmente a nosotros.

En primer lugar, porque no podemos desvalorizar la fuerza y ​​la intensidad de la ofensiva ideológica, que debemos contrarrestar con trabajo, paciencia e ilustración. Y es en las luchas por mejores condiciones de trabajo, por mejores condiciones de vida, en defensa de los servicios públicos, junto a los trabajadores, usuarios, poblaciones, que tenemos que seguir estando y cada vez con más intensidad, y ninguno de nosotros está exento de ello. trabajo fundamental y urgente.

Está en marcha una lucha poderosa, una lucha justa que crece y se expande en diferentes sectores y capas, como lo fue hace unos días el accionar de los estudiantes de educación superior y media.

El día 18, la manifestación nacional de la CGTP, en Lisboa, fue un momento de extraordinaria significación y enorme dimensión.

Una lucha que sigue y una manifestación nacional que hay que seguir valorando, valorando mucho por su significado y sobre todo por lo que revela sobre la fuerza de los trabajadores, el movimiento sindical unitario y lo que abre para el futuro.

Un futuro que ya está ahí.

El 28, día de la juventud, hay que volver a las calles. Movilizar a todos los jóvenes para el viaje de Lisboa es una tarea de todos nosotros.

Sabemos que la justa indignación y lucha en curso no significa directamente una identificación inmediata de los responsables, incluidos los políticos, del estado en el que nos encontramos.

Pero también sabemos que es a través de la lucha y la movilización que los trabajadores, las poblaciones y otros estratos adquieren las herramientas para entender quiénes los explotan, quiénes son los responsables de las injusticias de las que son objeto. Estamos en campaña “Más fuerza a los trabajadores”. Hemos hecho numerosos contactos con los trabajadores y hay mucho potencial para ir más allá en el contacto.

Pero para que esto sea una realidad y se materialice, no hay vuelta atrás, realmente tenemos que seguir estando ahí, ir ahí, hablar ahí, aclarar las cosas, movilizarnos ahí. A más contacto, más conocimiento de la realidad tenemos. Con más conocimiento, más esclarecimiento, estamos en condiciones de hacer, en cuanto a nuestras propuestas, nuestras posiciones, nuestro programa, sin temor a la confrontación y al debate de ideas.

Con más ilustración, más reclutamiento, con más reclutamiento, más fuerza organizada.

Con más contratación, más responsabilidad del personal, etcétera, más respuesta a las tareas a realizar, transmitiendo conocimientos y contribuyendo a su necesaria formación teórica y práctica, que deben ir siempre de la mano.

Con más responsabilidad del personal y más capacidad de respuesta, estamos en posición de hacer más contactos. Conocer y dar a conocer nuestra publicidad y nuestra prensa, en particular ¡Avante!; dotar al Partido de más medios económicos, en particular a través de las cuotas, son dos aspectos especialmente importantes de nuestra actividad que deben ser valorados por lo que representan en términos de mayor capacidad de intervención.

Intervención para tomar la iniciativa, fomentar la lucha, la organización y los movimientos de masas, ampliar las conexiones y trabajar con otros demócratas.

Este es el Partido de la clase obrera, de todos los trabajadores y de todos aquellos que son víctimas de la explotación y la opresión en sus más diversas formas.

Este es el Partido Comunista Portugués, un partido de 102 años que tiene más futuro que historia, tu caravana seguirá pasando, los perros seguirán ladrando y este Partido seguirá vivo, muy vivo y creciendo y expandiéndose. .

A los trabajadores les decimos vengan con la confianza que esta es su fiesta. Este es el partido que te representa. Este es el partido que lucha contra el capitalismo, la causa estructural de la explotación y la opresión. Como afirma la JCP, el capitalismo no es verde, el color del capitalismo es el color de la explotación, la injusticia, la desigualdad, la miseria, el único color del capitalismo es el color de la destrucción y la guerra.

Aquí estamos, conscientes de nuestras dificultades pero con voluntad revolucionaria de superarlas, con voluntad y determinación de reclutar más, enmarcar más, responsabilizar más, luchar, intervenir y movilizar más. Aquí estamos con esta alegría y con esta confianza porque nuestra lucha es justa, porque es la lucha de nuestro pueblo, es la lucha de los trabajadores, es la lucha por la sociedad y por la Patria de Abril a la que tenemos derecho.

Sí, la Libertad, la Democracia y el Socialismo son el futuro, y el futuro por el que vale la pena luchar.

Aquí seguimos convirtiendo el sueño en vida. Aquí estamos, como en todos los 102 años de historia de nuestro Partido, con el entusiasmo de quien no se doblega ante las dificultades y sabe que la causa por la que luchamos es justa e invencible.

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Un debate sobre Cuba


Original

Karima Oliva. Febrero de 2023. Audiochat en La Manigua.February 25, 2023

Habana Vieja.

Esta es la transcripción, con algunas reflexiones incluidas a posteriori, de un intercambio más (de los tantos audiochats en que he participado en La Manigua) que tuve recientemente sobre algunos temas de nuestra realidad nacional. Quienes deseen escuchar la versión en audio original tb será compartida.

Karima. Gracias por la invitación que ustedes me han hecho a los espacios de audiochat de la Manigua. Desde la percepción que tengo, que no estoy allá y es a través de las redes sociales que trato de estar al tanto la mayor parte del tiempo de los temas y debates y también participar, creo que estos audiochats son hoy de los espacios más serios donde se discuten, con un grado de análisis y rigor bastante alto, cuestiones que muchas veces es entendible que no puedan ser debatidas o analizadas en nuestros medios oficiales porque, obviamente, son cuestiones polémicas que tienen atravesamientos muy complejos.

Al menos para mí, siempre ha sido positivo poder participar de estos audiochats, para debatir con un sentido político e ideológico. Me identifico con el tipo de debates que hace el grupo porque los principios que se defienden en los análisis están más apegados al pensamiento de Fidel y a la defensa de los valores por los que se hizo la Revolución cubana que lo que percibo en otros colectivos.

Otra cosa que me agrada es que en el grupo no exista la pretensión de constituirse o institucionalizarse. Porque creo que en Cuba el compromiso mayor que tenemos quienes somos revolucionarias y revolucionarios es apoyar a nuestras organizaciones, lo cual no quiere decir que una siempre esté de acuerdo con cómo están funcionando las organizaciones, que no sienta la necesidad de hacer críticas, o no piense que las cosas se pudieran hacer mejor. Pero eso es motivo para acercarse más a las organizaciones, para dialogar con ellas.

Por ejemplo, a mí misma que me inquietaban las cuestiones de género, cuando me di cuenta de que el tema del feminismo era un tema que no era abiertamente abordado por la FMC, que habían cuestiones en las que a lo mejor se podía dar un paso adelante, porque era un tema que estaba siendo secuestrado por el feminismo liberal del #YoSíTeCreo y otras corrientes por el estilo, no se me ocurrió crear entonces mi grupo feminista, lo primero que se me ocurrió fue, bueno, pues voy a escribir sobre el tema y voy a brindar el libro a la FMC. Porque es la forma, de alguna manera, no solo de hacer una crítica, sino también de contribuir a resolver un problema y me fui a la FMC a presentar el libro.

No es que tengamos que estar siempre de acuerdo, no es que tengamos que renegar del pensamiento crítico respecto a la institucionalidad, al contrario, creo que es momento de ejercer la crítica, porque hay muchos problemas en nuestra institucionalidad, pero desde el compromiso de defender lo que representan y lo que pueden llegar a ser.

Entender que si la Revolución cubana se ha sostenido es porque las organizaciones han trabajado la unidad y porque las organizaciones han traído los principios de la Revolución hasta aquí, y si en algún momento llegamos a sentir que las organizaciones no están a la altura de los tiempos que estamos viviendo, pues más motivos para comprometernos con su transformación, calibrarlas, ver qué se está haciendo mal, pero no pensar que ellas son desechables, porque todavía tienen potencial para dar las batallas que hay que dar.

Por último, decirles que creo que vamos a ver con más fuerza tendencias en Cuba presionando para desmovilizar el pensamiento revolucionario y la crítica comprometida con la Revolución; para descaracterizar, desacreditar, las posturas que sean más radicales (en el sentido de ir a la raíz de los problemas) en defensa de determinados principios que resultan incómodos para quienes empiezan a pensar más en intereses económicos o sectarios, que en los costos de los cambios en materia de justicia social. Se intentará estigmatizar estas posturas, marginarlas, dejarlas en solitario.

Me sumo a este llamado de la unidad que han hecho nuestras organizaciones, pero también con la claridad de que la unidad hay que defenderla sobre la base de defender los principios por los que se hizo la Revolución y los de la continuidad del socialismo. Eso es muy importante. No se puede desmovilizar el ejercicio del pensamiento revolucionario y la crítica hacia aquellas tendencias que, de alguna manera, puede que no sean contrarrevolucionarias, pero invitan a pensar en todas las contradicciones que estamos viviendo en la sociedad cubana. Y ante esas contradicciones considero importante asumir posturas firmes, claras.

Ustedes saben más o menos los temas que a mí siempre me preocupan: me ha preocupado la ley de comunicación social, me preocupan, por ejemplo, las ansias de determinadas partes del sector privado de tener una representación como grupo dentro de la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuando ella representa los intereses del pueblo trabajador y no los intereses económicos de una emergencia socioclasista X. Es un instrumento del pueblo, no de la clase burguesa, ya eso lo superamos hace sesenta años. Me preocupa cuando percibo la falta de un discurso ideológico más claro sobre algunos temas, porque eso genera desorientación y confusión entre los propios revolucionarios. Respecto a estos temas tienen que seguir habiendo espacios para debatir, para tomar partido, para sentar posiciones claras.

Sin personalizar ningún ataque, con ética y argumentos. Los que se sientan comprometidos con el proyecto socialista tienen que defenderlo ahora más que nunca. Y ojalá la Manigua siga siendo un espacio para defenderlo y podamos irnos encontrando por ahí en todos los foros que sean posibles para defender los principios de la Revolución. __________________________________________

Rodrigo: Karima, si me permites, no te vayas todavía, me motivaste a pensar algunas cosas aquí y me gustaría conversar contigo si tienes unos minutos. Tú mencionaste que te preocupaban tres cosas. Una de ellas, el asunto del sector privado, el proyecto de ley de comunicación, y la tercera, la necesidad de un discurso más claro. Podrías elaborar eso?

Karima. El gobierno dirige un país de once millones de cubanas y cubanos. Su postura tiene que ser mucho más conciliadora. Eso es algo que todos podemos entender. Ahora, el Partido, constitucionalmente, tiene la misión de conducir políticamente a la nación.

Estamos viviendo en Cuba un momento de muchísimas contradicciones. Estas contradicciones tienen en su base el bloqueo, pero también tienen que ver con los cambios que se están poniendo en curso. Y esto no lo digo categóricamente, porque no lo he investigado, pero intuyo que puede estarse dando una reconfiguración socio-clasista de la sociedad cubana, o sea, que estén emergiendo grupos con determinados estilos de vida, determinados ingresos, determinadas propiedades, intereses, prácticas e, incluso, imaginarios, que pueden estar desmarcándose de la mayoría del pueblo en Cuba, del pueblo que vive de un salario, más si es un salario del sector presupuestado, donde se concentran actividades sustanciales para la vida material y espiritual de la nación. Esto tiene que ver, a lo mejor, con las fuentes de ingresos que tienen, por los negocios que están surgiendo al reconocerse las nuevas formas de gestión económica y otras causas, los procesos sociales son complejos, nunca lineales.

Entonces, todo ese proceso es tan complejo que surgen contradicciones, porque la construcción del socialismo debiera apuntar a la superación de un modelo clasista de sociedad y no a otra cosa. Todo esto tiene un impacto en el plano político_ideológico_subjetivo de la sociedad. Se refuerzan tendencias, grupos y sectores que pueden, incluso, estar sintiendo que son revolucionarios, pero que defender la Revolución no quiere decir necesariamente ser comunista o ser socialista. Y que podemos tener patria sin socialismo, y que podemos tener soberanía sin socialismo, incluso, yo no dudo que puede haber sectores en Cuba que estén pensando que puede existir un capitalismo con rostro noble, si el estado continúa manteniendo determinado control y de, alguna manera, no se llega a los excesos del neoliberalismo.

Puede haber, incluso, sectores que estén dispuestos hasta a convivir con una burguesía nacional, mientras sea nacionalista. Esta idea que vino con Cuba Posible (proyecto para el cambio de sistema), de crear una oposición al socialismo que se siente a dialogar con el gobierno revolucionario, que no tenga en pauta una agenda golpista como la de la contrarrevolución rancia de Miami. Es lo que se ha descrito por ahí como una oposición al socialismo, pero leal, de alguna manera, al gobierno.

Con el obamismo llegó la demagogia neoliberal de que el proceso histórico revolucionario cubano de horizonte socialista debía superarse por obsoleto, si se quería alcanzar el progreso económico. En el nuevo escenario, en la idea de la administración estadounidense, el sector privado y un modelo de prensa libre", que encontraría condiciones propicias para consolidarse en Internet, deberían ser la vanguardia en el camino hacia una sociedad mejor. Con matices, este pensamiento está presente hoy en algunos sectores de nuestros medios, nuestra intelectualidad y nuestra academia.

Hay quienes pueden estar pensando en esto, incluso, de buena fe, o sea, creen realmente que ese pudiera ser el camino ante la agravada crisis económica que sufre el país. Lo que pasa es que la historia ha demostrado que ese camino no va a ser viable para la mayor parte del pueblo en términos de sus derechos, en términos de la justicia social y de la igualdad, en términos de mejorar las conquistas de la revolución socialista, que no han sido pocas. La restauración del capitalismo en Cuba va a conllevar, necesariamente, querámoslo aceptar o no, a una degradación tremenda de la sociedad, que es lo que estamos viendo en muchos países de América Latina y en otras regiones del sur de manera general. Tampoco entre los países capitalistas más desarrollados el estado de bienestar es lo que fue décadas atrás, porque las políticas neoliberales han llegado a estos.

Van surgiendo grupos con intereses económicos específicos, que están preocupados por garantizar la viabilidad de poner un negocio, de hacer esto o lo otro para buscar o acumular dinero y, en ese ímpetu, tal vez no tengan la conciencia de las consecuencias que la defensa de esos intereses particulares puedan tener para el sistema de manera general. No estoy hablando de que necesariamente sean contrarrevolucionarios, pero seguramente en el mosaico que es nuestra institucionalidad sí existan contrarrevolucionarios por convicción, aunque no lo asuman públicamente.

Los cambios y las contradicciones objetivas en las formas de organización económica traen como consecuencia en el imaginario, en la forma de pensar de la gente, de sentir, agravado por esa cantidad de carencias producidas por sesenta años de bloqueo, justamente que haya confusiones, que haya gente tirando para un lado, otras para otro._______________________________________

Entonces, en ese contexto es muy importante contar con ese rol que desempeñó Fidel de dialogar con el pueblo para explicar las contradicciones que se estaban viviendo, las consecuencias de las medidas que se iban a tomar y cómo teníamos que entender esas medidas. Porque si nosotros no explicamos se va a imponer la narrativa que ellos quieran imponernos. Esa función que hacía Fidel los revolucionarios debiéramos asumirla ahora.

Hace falta un pensamiento que explique, desde una perspectiva revolucionaria, el momento actual y ese pensamiento tiene que ser necesariamente un discurso de clase, para argumentar por qué habría que defender el socialismo en Cuba, denunciar cuáles son los peligros de retroceder al capitalismo, explicar por qué en medio de todos los cambios hay que salvaguardar las conquistas de la Revolución en materia de justicia social y hay que seguir llevando hacia adelante un proceso para el pueblo. Ese discurso político para explicar lo que está pasando necesariamente no tiene que hacerlo el presidente, pudiera ser una producción colectiva, pero de lo que no se duda, es de la necesidad del liderazgo del Partido.

Es buena, por una parte, esta estrategia de la comunicación política en Cuba de mostrar un rostro más amable a unos y a otros, la evasión de temas polémicos, la prédica del amor, etc. A nivel de gobierno permite llegar a la mayor cantidad posible de gente que pueden o no estar con el sistema, pero no podemos sustituir todo el discurso político por la retórica del amor, porque una revolución socialista no es cualquier revolución, necesita de un pensamiento para defenderse en el plano de las ideas. Eso lo hace toda formación económica social. Si no se genera un discurso político para explicar todos estos procesos que estamos viviendo desde un referente socialista, se va produciendo un vacío en el imaginario social que no tengo que explicar quién lo va a llenar. 

Desgraciadamente, con campañas como #MejorEsPosible solamente y con la retórica del amor, no se defiende el socialismo. Se logra, de alguna manera, proyectar un ambiente de armonía, pero la conflictividad social va a seguir estando ahí y va a seguir manifestándose cada vez más, de diferentes maneras. Entonces, hace falta que cuando alguien diga #MejorEsPosible, haya quien diga, solo es posible que sea mejor si es en socialismo y lo explique. Ese es un terreno que hoy se está dejando vacío.

Exceptuando al presidente, a algunos líderes de nuestras organizaciones no los vemos pronunciarse, de otros lo sabemos todo por las redes sociales, cuándo se reúnen, con quién, cuáles son sus personas favoritas, sus gustos personales, etc, pero uno se queda preguntando, qué piensan sobre las contradicciones que está viviendo la sociedad cubana hoy, cuál es su perspectiva de los temas difíciles.

La imagen pública de los liderazgos mediáticamente se basa en el principio de que para llegar a mayores audiencias, se debe neutralizar el contenido político e ideológico de su función y quedar bien con todo el mundo al mismo tiempo. Eso ha traído como consecuencia un vacío de liderazgo importante en uno de los planos en que es más dura la batalla que se nos hace, el plano ideológico.

Por la importancia que se le concede a lo mediático, no se sabe si estamos ante un influencer, un cuadro político, lo cual no tiene que ser excluyente, pero sí nos llevaría a analizar, si nuestros cuadros, funcionarios del estado, servidores públicos, van a ser influencers, qué tipo de influencers necesitamos que sean. Aquí debiera estar diseñada una estrategia de comunicación política.

No basta con un discurso ideológico claro para cuando nos vayamos a reunir con invitados de la izquierda internacional o sentarnos a teorizar en abstracto sobre la colonización cultural. Se necesita un pensamiento para explicar lo que pasa en Cuba hoy, para elaborar las contradicciones que se viven, los riesgos muy objetivos que enfrenta el socialismo y para desarrollar el socialismo.

Recuerdo a Chávez que hacía Aló Presidente los domingos. No es que tengamos que hacer lo mismo, pero evidentemente estamos ante una realidad frente a la cual hay que elaborar lo que se está viviendo desde un pensamiento marxista y comunicárselo von convicción a la gente __________________________

Por ejemplo, hay que explicar por qué una ley de comunicación debiera tener tales características y no otras. Esto no es una cosa que remita solamente al trabajo de un gremio, una ley de comunicación social en Cuba es una ley de seguridad nacional. Ese debate lo pudiera estar conduciendo nuestro Partido, el debate sobre hacia dónde nos tienen que llevar estas leyes, qué tenemos que esperar de estas leyes, qué ley de comunicación le hace falta a Cuba para dar la guerra mediática y defender el socialismo.

Y no es que el partido sea quien vaya a tomar la decisión sobre la ley, para eso está la Asamblea, pero sí pudiera educar sobre cómo pensarnos la comunicación social desde un enfoque revolucionario, que es lo que en Cuba se necesita. Como mismo se educó a la gente sobre por qué un Código de las Familias revolucionario. Y algunas de estas cosas puede que estén escritas en los documentos del Partido, pero no están comunicadas suficientemente.

Estas cuestiones son de una conflictividad tremenda y se ha abogado por no polemizar, porque es un momento muy complejo y hay que abogar por la unidad. Pero, justamente pensando en esa unidad, no podemos eludir las contradicciones que se están presentando en la construcción del socialismo, ni dejarle la responsabilidad a un programa de televisión, ni a otro. Está faltando una estrategia de comunicación política que sirva para orientar.

Eso va a eliminar muchos de los protagonismos individuales, que ahora vemos emerger en redes, que avivan conflictos, en la medida en que se hacen voceros de intereses sectarios de grupos muy particulares, y comienzan a velar más por defender al grupo donde tienen invertido su capital político, que por el proceso.

Parte de las redes sociales del activismo político revolucionario se estructuran sobre la base de grupos con enconados conflictos, distantes de un debate político que pudiera fortalecer la nación.

Creo que uno de los elementos que está marcando la conflictividad es justamente que no hay un discurso ideológico claro frente a una militancia que siempre estuvo acostumbrada a ese tipo de posicionamiento. Se ha optado por catapultar la ideología bajo el cliché de que es "muela", en lugar de reinventarse su narrativa, sus usos y sus modos. Esa no es una responsabilidad que tenemos que cargarle al presidente, que lo está haciendo bien, enfrentando cada problema. Esa es una responsabilidad colectiva, de todos los revolucionarios y, sobre todo, es una responsabilidad del Partido, su razón de ser.____________________________

Rodrigo: Cuando hablas de estos grupos y sectores que pueden tener la idea de que se puede construir una patria sin socialismo, se puede construir un capitalismo con un rostro noble, ¿tú piensas que solamente estos sectores han surgido como parte de nuestras contradicciones o existen otros factores que han liderado un poco, han empujado un poco esta situación?

Karima: Trato de ser siempre objetiva en mis análisis sobre Cuba. Y en ese sentido, no sé quién está detrás o si hay alguien detrás, no tengo ningún vínculo con la seguridad del estado cubano (que yo sepa), no realizo una labor de inteligencia, además, tengo en estos momentos una postura totalmente periférica. No voy a especular sobre si hay detrás de estas tendencias gente asalariada a no. Estoy hablando desde mi formación en el tema de la psicología social, en la cuestión de los imaginarios colectivos, etc. o sea, desde mi formación profesional y alguna que otra práctica por el activismo de los últimos tiempos, del análisis del contenido que se mueve en la red. 

El sentido no debiera ser señalar personas como contrarrevolucionarios sin tener evidencias o como dicen, linchar. Aunque, fíjense, todos los ataques no vienen de las cuentas alternas, con algunas de las que he tenido profundas diferencias.

Cuando algunos compañeros levantamos nuestras voces con una perspectiva crítica sobre la ley de comunicación social, fuimos linchados, según quienes nos lincharon (por tener un pensamiento crítico que no les conviene), por ser fundamentalistas, extremistas. Fuimos linchados por algunos de quienes ahora lideran la campaña contra el linchamiento y se presentan como víctimas.

No me gusta estigmatizar en el sentido de personalizar la cuestión, porque creo que son tendencias que, si no fuera fulanito, fuera esperancejo, los procesos sociales tienen esas características. Lo más sano sería identificar cuales son esas tendencias que tienen que ver con el surgimiento de nuevos actores económicos, etc.

Por ejemplo, ya había un representante del sector privado que tiene un protagonismo importante diciendo que un diputado a la Asamblea Nacional dueño de una pyme iba a representar a la organización de los empresarios privados. Entonces, yo digo, ¡Dios mío! Fíjate, ese fue un representante del sector privado, no el diputado, el diputado a lo mejor ni le pasó eso por la cabeza, o al menos no se le ocurrió decirlo. A lo mejor es un excelente compañero, incluso, a lo mejor hasta revolucionario, y ni le pasó por la cabeza que él iba a la Asamblea Nacional del Poder Popular a representar al sector privado, a lo mejor él tiene la conciencia que debe tener todo diputado de que él va a la Asamblea a representar al pueblo que lo eligió, no los intereses de ese sector.

Muchos me dicen, pero el tema de representar al sector se entiende. Está representado el sector juventud y el sector de la educación y el sector agricultura. Aquí vuelvo a tomar de la teoría de las ciencias sociales, no es lo mismo un sector sociocupacional, en Cuba hay diferentes sectores socioocupacionales, que un sector socioclasista. No es lo mismo hablar de una ocupación, que de una clase social. Entonces, si estamos viendo que van emergiendo grupos que van desarrollando o pueden llegar a desarrollar una conciencia de clase y comienzan a aspirar a que la Asamblea Nacional del Poder Popular no es un órgano para la única clase que puede tener poder político en Cuba, que es la clase obrera, trabajadora, sino que empiezan a sentir que si la Asamblea defiende a la clase trabajadora, también ahora tiene que defender los intereses de una burguesía emergente, eso sería retroceder sesenta años en la historia de la Revolución cubana realmente.

Entonces, a mí no me preocupa tanto quién dijo eso, si es fulano o mengano, no me corresponde ver el tema desde una perspectiva policial, que es a dónde a algunos les conviene conducir el debate. A mí me preocupa entender que hay una serie de tendencias que hay que comenzar a analizar, sin llegar a su estigmatización, analizar qué significarían para el proceso, pues significarían un retroceso.

En ese sentido, hay que explicar y anteponer ante esa realidad otro tipo de perspectiva y decir con firmeza que la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba, independientemente de los nuevos actores económicos que surjan, va a seguir siendo un órgano en la defensa de los intereses del pueblo y si va a defender los intereses de una clase, va a ser de la clase trabajadora, de los obreros, del que va a seguir viviendo de su salario, ya sea de un salario presupuestado, ya sea trabajándole a un dueño de una PYME, o de lo que sea.

El pueblo revolucionario tiene que tener esa confianza y en defender ese tipo de posturas con claridad es que pienso cuando leo en nuestra constitución que el Partido es la guía. Hoy lo está haciendo? Me refiero en la arena de la comunicación política.

Las esencias por las que se hizo la Revolución socialista están puestas ahora en tensión y la tensión irá escalando. Quienes dirigen nuestro país son personas inteligentísimas, tengo una confianza tremenda en quienes dirigen el país y estoy casi segura de que todas estas cuestiones se analizan, se estudian y se conocen. Entonces, por qué no estamos comunicando lo suficiente? Hay que comunicar por parte de nuestras organizaciones, para poder encausar el debate político sobre los temas esenciales, para poder marcar una pauta, para que los revolucionarios digan, hay problemas pero seguimos defendiendo el modelo que garantiza la mayor justicia social. 

No decir socialismo sí de manera retórica. Eso no se resuelve citando a Fidel o con hashtags comunistas. El socialismo hay que irlo defendiendo en la manera como seamos capaces de neutralizar, afrontar, estas tendencias de retroceso, que si no las acotamos irán ganando más fuerza.

Cuando la ley de comunicación social, lo que vivimos algunos compañeros fue un linchamiento. Cuando algunos de los compañeros de la UPEC en los artículos de CubaPeriodistas y en publicaciones personales nos han acusado de fundamentalistas y alegan que la ley ha encontrado muchos obstáculos porque un grupo de extremistas la secuestraron, yo no he sabido si me lo estaban diciendo a mí, a Ernesto Estevez, a Javier Gómez Sánchez, a Teresa Melo, que en paz descanse, desgraciadamente ya no está con nosotros, o si se lo estaban diciendo a los diputados de la Asamblea Nacional que han parado el proyecto de ley. Porque realmente uno podrá decir lo que quiera, pero uno está al margen, los que toman la decisión son los diputados. Es decir, fueron los diputados los que decidieron posponerla, no fuimos nosotros.

Y pongo el ejemplo de la Ley porque es una expresión justamente de estas contradicciones de las que empecé hablando y de cómo ellas, que tienen un sustento objetivo ligado a los cambios en la formación económica, porque en esa ley se están colocando y defendiendo intereses del sector privado, no sólo se expresan en el espacio virtual, ya están tocando las puertas de nuestras estructuras de poder político y nuestras leyes.

En nuestras organizaciones, en este tipo de espacios entre revolucionarios, debiera existir y, en ese sentido sí cabría en nuestros medios oficiales, un pronunciamiento sobre qué tipo de ley, por ejemplo, necesita el país. Como Fidel lo hizo en su tiempo. Fidel, por cierto, fue tomado como referente para el congreso de la UPEC, lo cual me parece muy bien. Pero lo más importante no es citar una frase aislada como esa de los cambios, sino analizar su pensamiento y cómo la ley resuelve los riesgos de los cuales nos habló.

Por ejemplo, dijo que en Cuba no iba a haber medios privados y ese es uno de los puntos más polémicos de la ley. No creemos en la libertad de expresión burguesa, no creemos en la existencia de medios privados, son sus palabras, por qué no citamos esa frase también? Dijo, cuando alguien es el dueño del medio, hace lo que quiera y va a empezar a producir contenidos en función de sus intereses particulares, sean buenos o no, pero no necesariamente en función de los intereses del pueblo. ¿Por qué Fidel explicaba eso? Bueno, porque estaba ante un escenario de contradicciones donde había quien criticaba a Cuba por no tener una prensa libre entre comillas, entonces él sentía la necesidad de explicar por qué en Cuba no íbamos a tener una prensa libre al estilo burgués. Ese tipo de cuestiones a mí me parece que son cuestiones que hay que debatir entre revolucionarios, sin que nos linchen en las páginas de Cubaperiodista, porque los peligros que él vio, no están superados en el texto actual de la ley. Nuestro partido pudiera marcar una pauta en ese debate, por ejemplo.

Si un movimiento de solidaridad con Cuba quiere entender el conflicto de Cuba con Estados Unidos como "Estados Unidos es un padre y Cuba es una madre" y desideologizar todo en lo adelante, bueno pues que ese movimiento diga lo que quiera decir, nosotros no tenemos nada en contra de eso, siempre y cuando colabore en la lucha para eliminar el bloqueo y jamás le pase por la cabeza acumular capital político en Cuba para influir en procesos internos. Ahora, yo no tengo como revolucionario por qué asumir ese mismo discurso y posicionar ese tipo de discurso en nuestros medios y empezar a repetir prácticamente lo que dice ese movimiento en los canales oficiales y además demonizar a quien no se identifique con tales posturas.

O sea, si alguien nos quiere ayudar desinteresadamente y no tiene nuestra misma ideología y comparte otro referente y además quiere decir que el mundo se divide en los que aman y en los que odian, esa frase de tremenda impronta martiana. Bueno, está bien, nosotros estamos de acuerdo con eso, completamente de acuerdo con eso. Pero para nosotros los que odian son los explotadores, son los reinstauracionistas, porque el capitalismo, dijo el Che, es el peor genocida de la historia, los que odian no los podemos volver a dejar tener el poder político en Cuba. Y para los revolucionarios los que aman son el pueblo trabajador, los obreros, los científicos, los maestros, esos que hacen la Revolución, son los que construyen, los que defienden una alternativa económica y política diferente al capitalismo, en todas sus variantes, incluida la socialdemocracia.

No tenemos por qué comprarnos una versión desideologizada para entender el conflicto entre Cuba y Estados Unidos, el problema del bloqueo, ni el presente del país. Si nosotros aceptamos ese movimiento con sus características, que supongo que también tenga que ver con enfilar un discurso hacia la sociedad estadounidense etc, lo respetamos, pero respetar no quiere decir transmutarnos en una cosa que no somos por agradar a determinados sectores.

Hay un discurso político que va para acá y para allá, que frente a unos sectores es de un tipo, en otros escenarios es de otro tipo, que la mayoría de las veces elude el factor ideológico y entiendo que forme parte de una necesaria estrategia para la conciliación y la unidad, pero creo que debiéramos calibrar mejor los énfasis, porque por el ansia de articular diferentes tendencias pudiéramos estar dejando fuera y sin liderazgo o referente, al grupo más importante para la continuidad del socialismo, el sector militante que aún se siente revolucionario, que no flirtea con la socialdemocracia, fidelista y que está dispuesto a todo por defender su Revolución. Creo que está haciendo mucha falta más claridad en ese sentido

Apuntes sobre un golpe, los medios y una embajada

 


✍️ Portal #CUBASÍ


El jueves 11 de abril de 2002 Venezuela sufrió un golpe de Estado con la intención de acabar con el gobierno de Hugo Chávez Frías. Se llevaron secuestrado al Presidente, mintieron sobre su renuncia, y comenzó la persecución a su gabinete, aliados y militantes.


En esa jugada macabra no solo participaron grupos de la extrema derecha de la nación bolivariana; también los medios de comunicación fueron parte fundamental del complot, al parcializarse por completo, manipular la información, ocultar parte de la verdad que ocurría en las calles, y posicionar criterios que promovieron acciones violentas desde mucho antes de esas jornadas efervescentes.


El antecedente se cocinó con tiempo. Desde el inicio, Chávez era la piedra en el zapato, tanto para opositores a su gestión política como para oportunistas del mercado. El proyecto social chavista, su modelo sociopolítico y económico, molestaba. La idea de compartir las riquezas obtenidas de los recursos naturales enfurecía.


El país del petróleo vivía entonces profundos contrastes basados en la desigualdad. Por tanto, era inconcebible una nación tan rica, con tanto pobre. Los grandes capitales se concentraban en las élites, o sea, en dos o tres, de modo que el gobierno chavista empezó a implementar medidas que tuvieron rápida respuesta mediática, además de marchas, huelgas, protestas y paros, con saldo de descontento, desorden, muertos y heridos. Pero todo era una patraña bien orquestada.


Parte del plan era conseguir un ambiente caótico y responsabilizar al presidente Chávez de los hechos desatados esa semana de abril de 2002, con enfrentamientos entre pueblo y distintas fuerzas del orden, y así sucedió, seguido de la desobediencia militar con apoyo de sectores de la oposición, de la cúpula empresarial, la Iglesia y civiles de derecha. Rapidito se repartieron las funciones e intentaron suspender los poderes públicos. Se juramentó Pedro Carmona Estanga, un empresario y político que durante 47 horas asumió la presidencia de facto de Venezuela.


Embajada sitiada

Desde las diez de la noche del mismo 11 de abril fue interrumpida la señal del canal estatal Venezolana de Televisión, y de ese modo solo los medios privados estaban al aire. Al día siguiente, el programa 24 horas, de Venevisión, abrió sus transmisiones a las seis de la mañana con un primer plano del conductor Napoleón Bravo diciendo: «Buenos días, tenemos nuevo presidente». Y lo dijo con total desfachatez, con una alegría y un triunfalismo tremendos. Por supuesto, así se enteró el país. Eso indignó a los chavistas, que no entendían ni creían la dimisión de su mandatario y, al mismo tiempo, envalentonó a la ultraderecha venezolana para continuar en su sed de violencia.


Mientras los seguidores del oficialismo se movilizaban para exigir la devolución de su presidente, pocas horas más tarde del viernes 12 de abril, una turba de gente enardecida acudió a la Quinta Marina, en la calle Roraima de la urbanización Chuao, al Este de Caracas, donde se ubica la Embajada de Cuba en ese país. Dentro se encontraban funcionarios y algunos de sus hijos pequeños.


Desde antes del mediodía allí quedaron cercados, sin comunicación, nadie podía entrar ni salir, tampoco recibir suministros. Afuera gritaban todo tipo de injurias, y con altoparlantes exigían entrar para revisar la instalación y buscar a funcionarios del gobierno de Chávez que suponían allí refugiados, como el entonces vicepresidente, Diosdado Cabello. Destruyeron las cámaras de seguridad y también todos los autos diplomáticos estacionados en la calle, cortaron los servicios de agua y electricidad, pintaron carteles ofensivos en los muros de la fachada, y hasta pisotearon una bandera cubana.


No fue un hecho aislado, no salió de la nada. Con antelación, la campaña anticubana se gestaba de boca en boca, en los medios, en las tribunas. Se hablaba de la cubanización de Venezuela. Y justo poco antes, mientras la oposición aseguraba estar a favor de la paz, extremistas de la derecha vociferaron en varios escenarios que de la embajada cubana salía armamento, como dejando entredicho que participaba activamente en la masacre en el centro de Caracas. Los medios privados se hicieron eco, faltaron a la ética periodística y no contrastaron fuentes, no verificaron los hechos, no mostraron pruebas de lo que repetían.


Desde antes del 12 de abril la sede diplomática ya era agredida, incluso, con explosivos. Y los hechos vandálicos posteriores fueron también acometidos ante la mirada de la prensa y la policía. Los medios registraron cómo las personas allí congregadas violentaban el lugar. Nunca mencionaron que tal hostigamiento era penado por la ley, ni condenaron los sucesos de resquebrajamiento de las normas internacionales, que, de acuerdo con el artículo 22 de la Convención de Viena, establece que es delito irrumpir por la fuerza y maltratar las instalaciones de una embajada, así como sus medios; bajo cualquier concepto es inviolable y condenable. Y lo peor es que ni la prensa, ni los agentes del orden, ni las figuras allí presentes con capacidad para decidir y movilizar, actuaron por cesar la cólera in situ.


Un dato interesante es que en las imágenes divulgadas se ve perfectamente al frente de la muchedumbre al opositor y en aquel momento alcalde del municipio de Baruta, Henrique Capriles Radonski. No estaba todo el tiempo, pero se nota que lideraba, y participó en el diálogo con el entonces embajador cubano, Germán Sánchez Otero. Tampoco Capriles movió un dedo para calmar la euforia. Además, analistas refieren que Estados Unidos colaboró con el golpe fallido, quizás también estuvo detrás de los hechos en la sede diplomática. Existen las pruebas de que allí, en la multitud, de manera activa, se encontraban personas con comprobados lazos con la mafia miamense, como el disidente cubano Salvador Romaní.


El bloqueo a la embajada cubana en Venezuela transcurrió durante aproximadamente 36 horas, fue violento, bajo amenazas, y muy complejas las condiciones para su personal, que vio vulnerados no solo las leyes internacionales, sino sus derechos humanos. En la radio y la televisión nacional varios opositores pedían suspender las relaciones diplomáticas con Cuba aludiendo intromisión en sus asuntos. No obstante, no solo nunca se comprobó, sino que, después de restablecerse la calma, lo acontecido quedó prácticamente impune, pero dejó enseñanzas.


Golpe fallido

Al mismo tiempo, en el Palacio de Miraflores reinaba el desconcierto. Chávez estaba recluido, y el pueblo emplazado en la sede presidencial era cada vez más numeroso y exigente con el regreso de su Jefe de Estado. Eso tampoco lo televisaron. Fue silenciado en los medios nacionales privados y también en los internacionales, reportaban calma en las calles venezolanas, cuando en realidad miles de personas se manifestaban por la restitución de la democracia y del orden constitucional.


Si algo aprendí del venezolano es sobre su carácter explosivo cuando se cierra, tanto para bien como para mal. Ante tal escenario, muchos no fueron suspicaces y decidieron confiar en la prensa; no se detuvieron un segundo a analizar el contexto, a verificar las informaciones, a cuestionarse el origen y la intención de lo divulgado, y se dejaron llevar por sus propios impulsos. Y todo sucedió demasiado rápido. Se creyeron el cuento a conveniencia, porque, claro, supuestamente los medios y los políticos manejan información privilegiada.


Se trató de un perfecto golpe mediático. Usaron la tremenda fuerza que tiene el cuarto poder como formador de opinión para, además, legitimar el desorden, que tuvo su detonante en una sociedad polarizada y marcada por una real crisis política, económica, incluso, militar. Sin embargo, el golpe de Estado fracasó, duró alrededor de 48 horas hasta que Chávez fue devuelto el sábado 13 de abril de 2002, y tan pronto cuando llegó a Miraflores, reasumió sus responsabilidades. Sin respaldo de los medios, pero con todo el apoyo popular, fue el pueblo quien lo rescató, y se mostró todo el tiempo en contra del fascismo y a favor de la revolución bolivariana iniciada por su dignatario.


También fue encomiable el esfuerzo de Fidel Castro, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba y la prensa cubana en mediar, denunciar y darle visibilidad al hecho para que no hubiera más derramamiento de sangre y se respetara la vida del presidente constitucional de Venezuela.


Chávez vivió en carne propia el gran poder que tiene la prensa, que en ese caso fue capaz de demonizar su proyecto progresista con una agresividad sin igual. De la escaramuza salió, afortunadamente, airoso, pero, sobre todo, fortalecido, y sabiendo de lo que adolecía su administración, lo que debía reforzar, hacia dónde dirigir esfuerzos, qué atender con especial ahínco, como los medios y las fuerzas armadas.


✍️ #Cuba 🇨🇺

Analisis sobre Brasil.

 Jacobin 

 

EL PRESIDENTE BRASILEÑO LUIZ INACIO LULA DA SILVA (FOTO VÍA WIKIMEDIA COMMONS)

¿Lula debe gobernar «en frío» o «en caliente»?

El bolsonarismo no es un tigre sin dientes y sigue siendo necesario construir una nueva relación social de fuerzas. Para ello, el gobierno de Lula necesitará de la movilización social, porque «en frío», Brasil no cambia.

Nunca confíes en los que una vez te engañaron
Nunca cantes victoria antes de tiempo.
Más vale una palabra antes que dos después.
Refranes populares portugueses.

 

1 – La orientación del gobierno Lula, incluso antes de la toma de posesión a finales de 2022, cuando se negoció la aprobación de la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) de transición, fue la búsqueda de un acuerdo con Arthur Lira y el Gran Centro para garantizar la gobernabilidad. Lo que podría haber sido una maniobra táctica plausible, dada la emergencia impuesta por la necesidad de garantizar fondos para el programa Bolsa Familia que no existían en el presupuesto público dejado por el gobierno Jair Bolsonaro, se consolidó como una opción estratégica. Es cierto que hay realidades que se imponen y que no dependen de nuestra voluntad. Pero también es cierto que, tras la victoria electoral de 2022, aunque sea ajustada, se abrieron nuevas posibilidades. Tenemos una mayoría reaccionaria en el Congreso Nacional, pero es posible presionarla de «afuera hacia adentro».

2 – Un análisis lúcido debe necesariamente evaluar que cualquier acuerdo con Lira y el Gran Centro es frágil y, por lo tanto, transitorio. Aunque consideremos que el proyecto del gobierno Lula debe centrarse, en la coyuntura actual, en combatir el peligro del bolsonarismo y en la necesidad de evitar una recesión impuesta por la política monetaria de tasas de interés reales exorbitantes, lo que está en juego es más grave. Una gobernabilidad «fría» descansa en el afán de construir una mayoría en el Congreso, con un costo muy alto.

3 – El precio más inmediato de la concertación son las enmiendas parlamentarias y en comisión que han sustituido a las «enmiendas del ponente», pero son de la misma naturaleza. El problema no se reduce a las decenas de miles de millones de reales distribuidos entre diputados y senadores. Aunque este gasto no es irrelevante, la cuestión de fondo permanecerá intacta e inevitable. El gobierno estará bajo el chantaje permanente de un Arthur Lira buscando imponer el veto a cualquier propuesta de reforma que vaya contra de los intereses de clase que el Gran Centro representa.

4 – ¿Es posible pensar en una estrategia diferente? ¿Hay otro camino? Sí, lo hay, pero tendría que ser con una gobernabilidad construida a partir de la conquista de una mayoría social y no sólo con una parlamentaria. Una mayoría social sólo puede forjarse con mucha lucha. La lucha pública exige del gobierno un papel protagónico en la promoción de la movilización de masas, por ejemplo, para que la extrema derecha sea aislada e investigada, y para que Bolsonaro también sea castigado a raíz del escándalo de las joyas. Una lucha pública para que el castigo a las empresas que aprovecharon la desregulación de la reforma laboral para contratar tercerizadas que utilizan mano de obra esclava no se reduzca a multas. No pueden ser sólo el Frente Brasil Popular y el Frente Pueblo Sin Miedo, o las centrales sindicales, los que apoyen la salida a las calles.

5 – La cuestión de fondo es que la derrota electoral de Bolsonaro ha cambiado favorablemente la relación política de fuerzas, pero aún no ha cambiado cualitativamente la relación social de fuerzas. La primera se refiere a las condiciones de disputa entre instituciones y de lucha partidaria. Ha mejorado, porque el Gobierno es la principal institución del régimen. Tiene más peso que los Tribunales Supremos, los órganos no electos y que el Congreso, donde hay una pulverización del poder. Pero la segunda, que debe ser evaluada en un mayor grado de abstracción, se refiere a las respectivas posiciones de fuerza de las clases, fracciones de clase y grupos sociales. En este terreno, el de la lucha de clases desnuda, cruda y dura, aún no hemos salido de una situación defensiva.

6 – El desafío más complejo es encontrar el camino para la reunificación de la clase obrera. Salimos del proceso electoral con una enorme parte de los que viven del trabajo dividida. La mayoría de los asalariados que ganan hasta dos salarios mínimos, de las mujeres y de las personas LGBT, de los jóvenes y de los nordestinos votaron por Lula. Pero la extrema derecha tuvo la mayoría de los votos de los que ganan más de dos salarios mínimos, del voto masculino y del sur y sureste. Esta división es una tragedia. Sin superarla no es posible alcanzar un mayor nivel de voluntad de lucha.

7 – Sin elevar la «moral» o el estado de ánimo de la clase trabajadora, no es posible construir una nueva mayoría social que garantice el apoyo a la movilización de masas. Los actos de «vanguardia», incluso a escala de decenas de miles, son útiles y cumplen una función, pero no son suficientes. «En frío», Brasil no cambiará. Sin el compromiso del gobierno, y especialmente de Lula, no son posibles acciones a la escala necesaria para cambiar la relación social de fuerzas. ¿Son posibles? Sólo podemos saberlo probando. Será necesario confiar en la clase trabajadora y en los movimientos sociales populares y rurales, de mujeres y negros, estudiantiles e indígenas, ecologistas y culturales.                                                          

8 – Debemos aprender las lecciones de Chile y Colombia. Hasta ahora Boric ha hecho una apuesta y Petro ha hecho otra. Boric decidió intentar gobernar «en frío» para no provocar a sus enemigos de clase y a las Fuerzas Armadas. El resultado: el gobierno chileno tuvo una grave derrota política porque no se aprobó la nueva Constitución, que recogía el impulso de cambio de las imponentes movilizaciones de 2019. Petro decidió gobernar «en caliente». El gobierno colombiano tomó la iniciativa de destituir a la cúpula de las Fuerzas Armadas, con lo que se fue «para arriba» y ha venido convocando a las calles sucesivas manifestaciones masivas pidiendo apoyo para reformas que van en contra de los intereses empresariales. Son dos caminos tácticos distintos.

9 – Tampoco podemos olvidar las lecciones del segundo mandato de Dilma Rousseff. Cuando la mayoría de la clase dominante se unificó, entre finales de 2015 y 2016, y decidió convocar movilizaciones reaccionarias a las calles, el gobierno tardó en reaccionar e, incluso acosado por el peligro real e inmediato de un golpe parlamentario disfrazado de impeachment, no convocó a su base social a las calles. Se produjo una «división de tareas». Correspondió esencialmente al PT y a la CUT intentar responder a los millones de personas que gritaban en las calles «nuestra bandera nunca será roja» e «iros a Cuba». Fue un grave error estratégico. No podemos saber si el resultado habría sido diferente, por supuesto. Pero habríamos resistido en mejores condiciones.

10 – Hoy no existe un peligro real e inmediato similar, sobre todo después de la derrota del levantamiento golpista del 8 de enero, pero Bolsonaro, aunque sea derrotado, mantiene una enorme audiencia. El bolsonarismo no es un tigre sin dientes. El gobierno de Lula necesitará movilización social. «En frío», Brasil 

Maquillando el cadaver del capitalismo.

 _*Luis Britto García*_

                                                        _*1*_
Ya nadie habla de capitalismo. Capitalismo implica capital, que posee otro y tú no tienes.
Capitalista es dueño, patrono, tipo que impone hacer lo que a él le da la gana. Ahora se habla del Mercado.
Mercado suena  impersonal, como el destino o las leyes naturales. Quien dice Mercado casi dice Supermercado, tan abarrotado de bienes que casi olvidamos que hay que  pagar la factura.  Capital es la mano que aprieta. Mercado es la mano invisible que, como Dios, se ocupa de hacer el bien aunque el resultado sea que todo anda mal.



                                                        _*2*_
Si para venderse el capitalismo tiene que cambiarse el nombre, significa que no está dispuesto a cambiar nada, excepto nombres. Ya anotó Adolfo Bioy Casares en su _Diccionario del Argentino Exquisito_ que todas las indignidades  del capitalismo han sido rebautizadas con las palabras más dignas del idioma. Ya los precios no suben, se liberan. Los intereses no se alzan, se sinceran. Al trabajador no se lo despide, se flexibiliza su relación de trabajo.  Apoteosis de la confiscación  por el capitalismo del prestigio de lo que se le opone es  banalizar la Revolución como argumento de venta: hay revolución en la moda,  en los desodorantes, en las toallas sanitarias, en el papel higiénico. Revolución en todo, mientras no haya Revolución en nada.                                                                                                

_*3*_
Todo sistema elogia sus principios constitutivos.
La primera verruga que desaparece del lifting capitalista es el capitalista  mismo. En una época se hacían lenguas los medios de comunicación sobre los grandes agiotistas: Morgan, Carnegie, Vanderbilt,  Rockefeller, Getty. No tardaron los maquilladores  de imagen en darse cuenta de lo nefasto que resulta comunicarle a los habitantes del mundo que pertenecen a  unas decenas de vejetes avinagrados escondidos en bunkers impenetrables. Los amos del mundo son invisibles. Su máscara es el secreto Sus esclavos no necesitan conocerlos para servirles. Ahora lo que hay son Fundaciones. La culpa de lo que está mal recae sobre los  políticos.  Los amos del mundo figuran reducidos a símbolos corporativos, que aparentan multiplicarse y dividirse para no pagar impuestos y burlar las leyes antimonopolio. El sistema sin nombre avanza hacia la tiranía sin rostro.
                                               _*4*_
Dejemos el juego de las apariencias, que se acentúa a medida que las realidades se deterioran. Vayamos a los hechos. Demostraron  Marx y Engels que el capital tiende a concentrarse en un número cada vez menor de manos. Se fundamenta el capitalismo en un principio que no existe, el de la libre competencia. En realidad, los grandes capitales destruyen o devoran a los pequeños. Según estimación del Credit Suisse Research Institute, el 1% de la población posee hoy más propiedad que la mitad de los habitantes del planeta; el 10% más rico posee el 88% de la propiedad del mundo _(https: //globalpolicywatch.org)_.
Nunca tanta miseria produjo tanta riqueza para tan pocos.
Puede que todo el planeta termine perteneciendo a una sola persona. A menos que antes, como profetizó Marx, los expropiados expropien a los expropiadores.
                                                        _*5*_
John Maynard Keynes advirtió en 1936 en _'The General Theory of Employmen, Interest and Money'_,  que para evitar la instauración de gobiernos socialistas en Europa eran indispensables medidas intervencionistas del Estado para vencer las crisis capitalistas, tales como  incrementos redistributivos del gasto público para activar el empleo, expandir el consumo y revitalizar la economía. En aras de esta confesión de que el capitalismo no funciona  se hicieron concesiones a los trabajadores y se publicitó la creación de un _“Estado del Bienestar”_ en algunos países europeos. Era como un socialismo sin socialismo.
El maquillaje duró hasta que la desintegración de la Unión Soviética lo hizo innecesario. Muerto el perro, se acabó la rabia.
Gobiernos neoliberales privatizaron  empresas públicas, realizaron  despidos masivos, aniquilaron sindicatos y retiraron a los trabajadores todas sus conquistas, que ya no parecían necesarias para evitar revoluciones. En lugar del socialismo sin socialismo, mostró su rostro feroz el capitalismo con capitalismo.
                                                        _*6*_
En 1930 el mismo John Maynard Keynes había profetizado en una conferencia que para el 2030 la automatización resolvería íntegramente el problema de la producción de bienes, pero crearía un desempleo inmanejable. En otras palabras, se resolvería la producción, mas no su distribución.
En efecto, hoy en día se producen alimentos de sobra para toda la humanidad, y sin embargo 944 millones de personas sufren desnutrición _(Programa Mundial de Alimentos)_.
Para 2020 la tasa de desempleo fue de 9,4%, con 187,7 millones de desempleados, más 165 millones de subempleados, más 119 millones que dejaron de buscar empleo _(Portafolio.co.economia)_.
El capitalismo no puede proporcionar alimento ni empleo a los trabajadores que explota. Y en pocas décadas la automatización de la Cuarta Revolución Industrial sustituirá con máquinas a todos los trabajadores no creativos.
                                                        _*7*_
Es el momento para un nuevo maquillaje; la panacea de la Renta Básica Universal, cantidad que sería entregada a todo habitante para que satisfaga sus necesidades básicas, trabaje o no trabaje. La apoyan Billy Gates, Mark Zuckenberg, Jeff Bezos, Elon Musk, el Papa Francisco y la Mafia del World Economic Forum.
Suena lógica, necesaria e inevitable, pero es  de nuevo el socialismo sin socialismo.
Si los dueños del mundo otorgan una  subvención, la retirarán en cuanto los trabajadores  dejen de ser una amenaza, así como les arrebataron el Estado de Bienestar.
Sólo la propiedad social de los medios de producción garantiza la distribución social del producto.
                                     _*8*_
El capitalismo, en fin, surge y se mantiene gracias a  una colosal destrucción y dilapidación de los recursos naturales, en particular de la energía fósil, la cual se agotará en pocas décadas. Ahora pretende presentarse como ecologista, recetando energías alternativas sin explicar cómo las habilitará sin recurrir a los hidrocarburos. Y su tasa de beneficios desciende progresiva e inexorablemente.
No tiene el capital solución para ninguna de estas contradicciones. Su solución corresponde al género humano, que deberá resolverlas o acompañar al capital a su última morada.  Pero no enterrarse con él.