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domingo, noviembre 05, 2023

Solidaridad con palestina.


 

Partido Comunista de Israel: Esta escalada debe detenerse: Israel debe rendir cuentas


10/10/23 11:34.

Los crímenes del gobierno fascista de derecha israelí, destinados a sostener la ocupación, están conduciendo a una guerra regional. Hay que detener esta escalada.   

En estos tiempos difíciles, repetimos nuestra condena inequívoca de cualquier ataque contra civiles inocentes y exhortamos a todas las partes a sacar a los civiles del ciclo de violencia. Enviamos nuestras condolencias a las familias de las víctimas de la ocupación, tanto árabes como judías. 


El Partido Comunista de Israel responsabiliza al gobierno fascista de derecha de Israel por la escalada intensamente peligrosa de las últimas horas, que se cobró la vida de muchos civiles inocentes. 

La semana pasada, los colonos respaldados por el gobierno causaron estragos en los territorios ocupados, profanando Al-Aqsa y realizando pogromos en las calles de Huwara. Desde esta mañana hemos asistido a una grave escalada de hostilidades que corre el riesgo de convertirse en una guerra regional. La amenaza de tal guerra se vio alimentada persistentemente por las acciones de este gobierno de derecha desde el primer día. 

Los acontecimientos de hoy indican la peligrosa dirección hacia la que Netanyahu y sus socios en el gobierno están llevando a toda la región. Destacamos que es imposible “gestionar” el conflicto o resolverlo militarmente. Sólo hay una solución: luchar por poner fin a la ocupación y reconocer los derechos legítimos del pueblo palestino y sus demandas justificadas. Poner fin a la ocupación e instaurar una paz justa es el claro interés de ambos pueblos. 

El CPI advierte que el gobierno de Netanyahu está utilizando los acontecimientos para lanzar un ataque de venganza contra la Franja de Gaza y pedir a la comunidad internacional y a los estados vecinos que intervengan de inmediato para silenciar los tambores de la guerra e iniciar una solución política. 

El CPI está preocupado por posibles acciones de represalia contra ciudadanos palestinos en Israel, especialmente aquellos que viven en las ciudades conjuntas y en las aldeas no reconocidas de Al-Naqab/Negev. Estos últimos ya habían pagado un alto precio por la negligencia con la que el Estado los trata. En esta realidad, las fuerzas sensatas de Israel, tanto judíos como árabes, deben alzar una voz clara contra cualquier intento de incitar a la violencia contra grupos o de tomarse la justicia por su propia mano. Debemos promover actividades conjuntas que luchen por una vida normativa sin ocupación, discriminación o superioridad étnica. Debemos luchar por la paz, la igualdad y una verdadera democracia para todos. 

 

Haifa

de octubre de 2023

 

Amistoso, 

 

Comité de Relaciones Internacionales

Partido Comunista de Israel 

 

 www.maki.org.il/en

22°y 23°IMCWP, Contribución del PC portugues.


Contribución del Partido Comunista Portugués

22. Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros


“Solidaridad con Cuba y todos los pueblos en lucha.
Unidos somos más fuertes en la lucha antiimperialista, junto a los movimientos sociales y populares, frente al capitalismo y sus políticas, la amenaza del fascismo y la guerra; en defensa de la paz,
del medio ambiente, de los derechos de los trabajadores, de la solidaridad y del socialismo”

27 al 29 de octubre de 2022, La Habana, Cuba

 

Camaradas,

Con gran alegría saludamos al Partido Comunista de Cuba, anfitrión del día 22. Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (PICPT) en La Habana.

En esta ocasión queremos transmitir el saludo fraternal de Jerónimo de Sousa, Secretario General del PCP, a Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del PCC y Presidente de la República de Cuba, y por su conducto al Los comunistas y el pueblo cubano.



La celebración del Encuentro Internacional en La Habana tiene particular significado, no sólo porque se produce luego de una interrupción de dos años, en el contexto de la pandemia, constituyendo así una importante contribución del Partido Comunista de Cuba a la reanudación del proceso del IMCWP. y a la cooperación, la solidaridad recíproca y la unidad en la acción de los partidos comunistas, por cuanto representa una expresión oportuna y relevante de solidaridad de los comunistas de todo el mundo hacia Cuba y su pueblo que, sometido a un criminal bloqueo y sucesivos ataques del imperialismo, resistir, luchar y avanzar en la defensa de su Revolución socialista.

Cuba representa un notable ejemplo de valentía y determinación de un pueblo en lucha en defensa de sus conquistas y logros políticos, económicos, sociales y culturales, de firme conducta patriótica e internacionalista, de acción persistente en favor de los valores de la libertad, la democracia. , del progreso social, de la paz y la cooperación, de la causa de la emancipación de los pueblos del mundo.

Las más de seis décadas de bloqueo ilegal, actos de agresión, sabotaje y desestabilización terrorista, campañas de mentiras y desinformación, promovidas por Estados Unidos contra Cuba, no sólo pretenden afectar al pueblo cubano, obstaculizando su desarrollo económico y social y atacando su derechos humanos – sino también a todos aquellos en todo el mundo que persisten en la lucha por defender los derechos y la soberanía de los pueblos.

Valorando la heroica lucha de Cuba y su pueblo, queremos reafirmarles la solidaridad de los comunistas portugueses.

 

Camaradas,

Desde la celebración del día 21. IMCWP, en 2019, en Izmir, Turquía, y como resultado del aumento de la ofensiva explotadora y agresiva del imperialismo, la evolución de la situación internacional – que continúa marcada por una gran inestabilidad e incertidumbre – ha sido testigo de rápidos desarrollos y una situación muy grave. y peligroso empeoramiento, una situación en la que los trabajadores y el pueblo enfrentan crecientes amenazas.

En el contexto de la profundización de la crisis estructural del capitalismo, el gran capital instrumentalizó la situación de pandemia para imponer el agravamiento de la explotación y el retroceso social, promover la concentración y centralización de la riqueza, fomentar concepciones reaccionarias y el anticomunismo, atacar las libertades y la democracia, colocando a los trabajadores y a los pueblos los costos de una crisis anunciada, que agrava brutalmente las desigualdades sociales y de desarrollo entre los países.

Al mismo tiempo, y alcanzando un umbral cualitativamente nuevo y aún más grave, el imperialismo norteamericano aumentó peligrosamente su estrategia de imponer la dominación hegemónica mundial, apoyándose particularmente en el alineamiento y subordinación de la OTAN y la Unión Europea, pero también de Japón y otros países. en la región Asia-Pacífico –una realidad que representa la amenaza más grave que enfrentan los pueblos del mundo y sus promotores constituyen el principal enemigo de las fuerzas del progreso social y la paz.

Utilizando poderosos medios políticos, económicos y militares, Estados Unidos intenta, junto con las otras grandes potencias capitalistas reunidas en el G7, responder a la grave crisis que enfrentan y contrarrestar su relativo declive, buscando contener y revertir el proceso de reordenamiento. de fuerzas que tiene lugar en el escenario mundial y que objetivamente cuestiona el dominio hegemónico del imperialismo.

Desde Oriente Medio hasta América Latina, desde África hasta Europa y Asia, el imperialismo prosigue su política de injerencia y agresión contra países y pueblos que, independientemente de sus opciones económicas y sociales, no se someten a sus dictados. Una política que incluye la escalada de la confrontación y la guerra contra la Federación Rusa –incluida la continua expansión de la OTAN y la inclusión de Ucrania en su estrategia de calentamiento– y la intensificación de la confrontación contra la República Popular China –incluida la instrumentalización de Taiwán, la creación de AUKUS o el impulso de Quad.

Al proclamar un llamado “orden basado en reglas” determinado por él mismo –en abierta confrontación con los principios de las relaciones internacionales establecidos con la Victoria sobre el nazifascismo en la Segunda Guerra Mundial e inscritos en la Carta de la ONU–, el imperialismo redobla las amenazas, los chantajes , sanciones, buscando impedir opciones soberanas para el desarrollo y las relaciones internacionales, imponiendo el aislamiento político y económico de países y pueblos y el control sobre sus riquezas.

Ante las dificultades y contradicciones que enfrenta el capitalismo, los sectores más reaccionarios y agresivos del imperialismo apuestan cada vez más al fascismo y a la guerra, lo que aumenta el riesgo de un conflicto mayor, constituyendo una enorme amenaza a la paz, que no debe subestimarse.

Es en este contexto que observamos el empeoramiento de la situación en Europa y la guerra en Ucrania. Una guerra que se desarrolla desde 2014 y que, de hecho, es expresión de una guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia, en el marco de la estrategia de dominio hegemónico del imperialismo estadounidense, en la que Ucrania y la potencia xenófoba y militarista colocaron allí se utilizan como instrumento de esta peligrosa acción de calentamiento.

El hecho de que Rusia sea un país capitalista, con las opciones de clase que de él se derivan para definir su política, no limita los objetivos de confrontación entre Estados Unidos y ese país. Estados Unidos busca condicionar el desarrollo, dominar políticamente e imponer control sobre los vastos recursos naturales y territorio de Rusia, así como contrarrestar su papel a nivel internacional, incluido el desarrollo de relaciones bilaterales diversificadas y la dinamización de espacios de cooperación e integración multilateral.

Consciente de los graves peligros que implica para el mundo la escalada bélica del imperialismo, el PCP condena la instigación al enfrentamiento y a la guerra en Ucrania, lucha por la paz y defiende un proceso de diálogo con miras a una solución política del conflicto, una respuesta a los problemas de seguridad colectiva y desarme en Europa, de conformidad con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Acta Final de la Conferencia de Helsinki.

El PCP condena también el compromiso explícito del Gobierno portugués en la escalada del enfrentamiento, en una clara manifestación de sumisión a los intereses del imperialismo, y considera que Portugal debe desvincularse de la política agresiva de los EE.UU., la OTAN y la UE, y contribuir en el ámbito de sus relaciones exteriores a la resolución pacífica de los conflictos internacionales, la disolución de bloques político-militares y la paz, de conformidad con los principios establecidos en la Constitución de la República Portuguesa.

La escalada de la guerra en Ucrania, instigada por Estados Unidos, la OTAN y la UE, se está utilizando para encubrir decisiones y políticas que el imperialismo ha adoptado y persigue desde hace mucho tiempo, como el aumento del gasto militar, la promoción de la carrera armamentista, el aumento de las alianzas bélicas. y asociaciones, la banalización del militarismo en las relaciones internacionales, así como disfrazar la naturaleza y el camino de calentamiento de la OTAN y su carácter ofensivo, nuevamente amenazadoramente patente en las conclusiones de su Cumbre de los días 29 y 30 de junio en Madrid.

La guerra en Ucrania también se utiliza como pretexto para seguir atacando las libertades y los derechos, para falsificar, discriminar, manipular y censurar la información con el fin de imponer un pensamiento único, para blanquear y vulgarizar concepciones reaccionarias y fascistas, allanando el camino hacia la extrema derecha, y promover el anticomunismo, atacar la democracia, reprimir y criminalizar los procesos de lucha y las fuerzas que resisten la explotación y la opresión, una deriva peligrosa en la que las agencias y centros de información vinculados al imperialismo tienen un papel fundamental.

Al mismo tiempo, la instigación a la confrontación y la espiral de sanciones llevadas a cabo por Estados Unidos, la OTAN y la UE están arrastrando al mundo hacia una situación económica y social aún más deteriorada y hacia crecientes desigualdades sociales y de desarrollo entre países. Como ocurrió con la pandemia, el uso de sanciones por parte de los grandes capitales, que se traduce en un aumento colosal de los beneficios de las multinacionales, se hace cada vez más evidente con la espiral de especulación, el aumento de los precios de la energía y los alimentos y otros bienes esenciales, el ataque a condiciones de vida y el aumento de la pobreza y el hambre en todo el mundo.

La operación en curso de atribuir las causas de los principales flagelos que afectan a la Humanidad únicamente a la guerra en Ucrania tiene como objetivo quitarle responsabilidad al capitalismo, profundizar la explotación y la especulación y dar cobertura a la continuación de la política de confrontación y dominación.

En este contexto y a pesar del creciente número de contradicciones, es claro el alineamiento y subordinación de la Unión Europea a la estrategia de dominio hegemónico de Estados Unidos, aceptando los evidentes impactos económicos que se sienten en los países de Europa, mucho mayores que los de Europa. Estados Unidos, e imponer sacrificios a los trabajadores y pueblos que, bajo el impacto brutal del aumento de los precios de las necesidades básicas, ven sus condiciones de vida deteriorarse significativamente y sus derechos laborales y sociales siendo atacados –una realidad que revela el papel y las responsabilidades de la socialdemocracia, rendidos ante el neoliberalismo y el militarismo, junto con la derecha, en el avance de las concepciones y fuerzas más reaccionarias y belicistas.

El empeoramiento de la situación en Europa reafirma que la respuesta efectiva a las aspiraciones de los trabajadores y los pueblos pasa por una ruptura con las políticas neoliberales, federalistas y militaristas de la Unión Europea, y la conquista en Europa de una vía de cooperación entre Estados soberanos con iguales derechos, de progreso social y de paz, de una Europa de trabajadores y de pueblos.

 

Camaradas

Si la evolución de la situación internacional encierra acontecimientos serios y peligrosos frente al ataque explotador y agresivo del imperialismo, también pone de relieve que la resistencia y la lucha de los trabajadores y los pueblos continúa en todas partes - en las más variadas condiciones, adoptando diversas formas y apuntando a objetivos inmediatos diversificados-, comprobando la existencia de potencialidades para el desarrollo de la lucha por las transformaciones progresistas y revolucionarias-, resistencias y luchas que son de gran importancia y que es imprescindible valorar.

En el actual contexto internacional, es crucial fortalecer la lucha antiimperialista y la solidaridad internacionalista, sobre todo con los pueblos que resisten la acción violenta del imperialismo, así como con las muchas y diversas luchas de trabajadores y pueblos que se desarrollan en todo el mundo. , concretamente en América Latina y el Caribe, como en Cuba, Nicaragua, Venezuela o Colombia y Brasil, pero también en Palestina, el Sáhara Occidental, Siria, Yemen, entre muchos otros ejemplos.

Ante la gravedad del momento actual a nivel internacional y los graves peligros que enfrentan los pueblos, es particularmente importante desarrollar la lucha por la paz, contra el fascismo y la guerra, contra la escalada de confrontación, agresión e injerencia del imperialismo, contra la ampliación de la OTAN y por su disolución, contra la militarización de la UE, por acuerdos sobre control, limitación y reducción de armamentos, por la abolición de las armas nucleares, por el levantamiento de sanciones y bloqueos, por el respeto de los derechos y la soberanía de pueblos, por los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Acta Final de la Conferencia de Helsinki.

Para el PCP, la lucha contra la amenaza del fascismo, contra el militarismo y las agresiones del imperialismo, en defensa de la paz y el desarme, son inseparables de la lucha más amplia contra la explotación y la opresión, por la soberanía y la democracia, por el progreso social; son inseparables de la lucha de los trabajadores por sus intereses de clase y de la lucha del amplio frente social construido con la movilización de la clase trabajadora y otras clases y estratos antimonopolistas – una dinámica en la que la lucha por objetivos concretos e inmediatos es un elemento básico. y factor esencial de resistencia y avance de la transformación social, de la lucha por el objetivo estratégico de la superación revolucionaria del capitalismo.

Consciente de los peligros, pero también del potencial que implica la situación internacional, el PCP sigue comprometido a contribuir al fortalecimiento del movimiento comunista y revolucionario internacional y a la profundización de su cooperación, solidaridad recíproca y unidad de acción, así como la convergencia de un amplio frente antiimperialista, que frene la ofensiva del imperialismo y allane el camino para la construcción de un nuevo orden internacional de paz, soberanía y progreso social.

En opinión del PCP, el camino necesario para la profundización del conocimiento y la comprensión mutuos, del examen fraternal de las diferencias naturales de opinión, e incluso de las divergencias, de la aproximación de posiciones políticas e ideológicas, de la unidad en la acción de la comunidad comunista internacional y movimiento revolucionario, implica valorar lo que nos une y observar los principios básicos de las relaciones entre partidos comunistas, como la independencia, la igualdad, el respeto mutuo y la no injerencia en los asuntos internos de otros partidos.

El PCP considera también que la diversidad de situaciones, fases y etapas de la lucha revolucionaria en cada país, además de no constituir un obstáculo para la imprescindible unidad de acción contra el enemigo común, es un factor enriquecedor de la experiencia de todos y cada uno. una de las fuerzas revolucionarias.

Es con este camino de fortalecer el movimiento comunista y revolucionario internacional, de profundizar su unidad, cooperación y solidaridad, con el que el PCP seguirá comprometido.

Camaradas,

Portugal se ve fuertemente afectado por acontecimientos negativos a nivel internacional, cuyas consecuencias se reflejan en la vida del país.

Si bien en la realidad portuguesa se siguen expresando importantes cuestiones derivadas de la defensa, restauración y realización de derechos, conquistados mediante la lucha de los trabajadores y el pueblo y mediante la intervención del PCP en los últimos 6 años, la situación está marcada por la rápida degradación de la situación económica y social, concretamente con un grave empeoramiento de las condiciones de vida, como consecuencia de la política del actual Gobierno del Partido Socialista de mayoría absoluta, de compromiso con los intereses del gran capital, de sumisión a Los dictados de la Unión Europea y del servilismo responden a la estrategia de confrontación de EE.UU., UE y OTAN, insistiendo en opciones que no abordan los problemas de los trabajadores y el pueblo, y que ya estaban presentes en los Presupuestos Generales del Estado presentados en octubre de 2021. ,que el PCP rechazó.

En un contexto complejo y exigente, el PCP se compromete a organizar y movilizar a los trabajadores y al pueblo portugueses en la lucha contra el aumento del coste de la vida y los ataques que, bajo múltiples pretextos, se están llevando a cabo contra los derechos laborales, sociales y las libertades democráticas. . Valorando las pequeñas y grandes luchas que se están dando en nuestro país, como las grandes manifestaciones de la CGTP-IN, el pasado 15 de octubre, y promoviendo su ampliación y elevación a un nivel superior.

Al mismo tiempo, el PCP está comprometido con el desarrollo de la lucha por la paz, contra la guerra y las sanciones, contra la sumisión a la OTAN y por su disolución, por una política de independencia nacional, evidente en las manifestaciones por la paz celebradas el 26 de octubre y 27.

El Partido Comunista Portugués, un Partido con más de 100 años de historia, continúa con determinación el trabajo de los comunistas portugueses en defensa de los intereses y aspiraciones de la clase obrera y otras clases antimonopolistas, defendiendo y promoviendo las conquistas, los valores. ​y patrimonio de la Revolución de Abril, una de las mayores conquistas históricas de nuestro pueblo, que celebrará su cincuentenario en 2024.

El PCP, que celebró su centenario en 2021, continúa con confianza la lucha para romper con décadas de políticas de derecha, por una alternativa patriótica y de izquierda que allane el camino para la implementación de nuestro Programa de una democracia avanzada, con los valores de la Revolución de Abril en el futuro de Portugal, por el socialismo.

Un camino que plantea como cuestión fundamental el fortalecimiento orgánico del PCP, la profundización constante de sus raíces en la clase obrera, en los trabajadores y en el pueblo, de su conexión con la realidad portuguesa, articulando la lucha por los objetivos inmediatos con la lucha por sus objetivos más amplios, reafirmando su identidad comunista y su proyecto revolucionario –que será el lema de la Conferencia Nacional que nuestro Partido celebrará los próximos 12 y 13 de noviembre.

Este es el camino que el PCP continuará con determinación inquebrantable, arraigado en un firme compromiso con los trabajadores y el pueblo portugueses, honrando su dimensión y trayectoria como partido patriótico e internacionalista.

El capitalismo, la profundización de su crisis estructural, su carácter explotador, opresivo, agresivo y depredador, su incapacidad para responder a los problemas y aspiraciones de la Humanidad, las amenazas y peligros que implica, plantean con redoblada actualidad la necesidad de políticas antimonopolistas y antiimperialistas. transformaciones, para el desarrollo de procesos revolucionarios que apunten al socialismo. Articulando la lucha por los objetivos inmediatos con la lucha por el objetivo estratégico, independientemente de las fases y etapas y de las formas que lleguen a asumir los procesos, según la situación concreta de cada país, es la sustitución del capitalismo por el socialismo la que, en El siglo XXI, sigue inscribiéndose como la perspectiva más sólida de evolución de la Humanidad.

¡Viva el internacionalismo proletario!
¡Viva la solidaridad internacionalista!

 

https://www.pcp.pt/es/22.ª reunión-internacional-de-los-partidos-comunistas-y-trabajadores

23º IMCWP, Contribución del PC portugués

3/11/23 9:42
  •  Portugal, Partido Comunista Portugués  es  Europa  Partidos comunistas y obreros

Discurso del Partido Comunista Portugués

XXIII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros

19 al 22 de octubre de 2023, Izmir, Turquía

 

Saludamos fraternalmente al Partido Comunista de Turquía, anfitrión de nuestro Encuentro Internacional, así como a los partidos presentes. 

Desde aquí reafirmamos nuestra solidaridad con el pueblo palestino, que lucha por sus inalienables derechos nacionales, resistiendo durante décadas la política de ocupación y opresión de Israel. 

Exigimos el fin de la agresión cruel y criminal contra el pueblo palestino, particularmente en la Franja de Gaza, y la creación del Estado de Palestina, soberano e independiente, de conformidad con el derecho internacional y las resoluciones pertinentes de la ONU.

 

Camaradas, 

Se acentúan tendencias importantes en la evolución de la situación internacional, que continúa marcada por una gran inestabilidad e incertidumbre. 

En el contexto de la crisis estructural cada vez más profunda del capitalismo, se producen acontecimientos peligrosos como resultado de la escalada de la confrontación y la guerra del imperialismo. 

La lucha de los trabajadores y de los pueblos continúa, en las condiciones más diferenciadas, tomando diferentes formas y apuntando a diferentes objetivos inmediatos. 

También se están produciendo acontecimientos significativos en el proceso de reordenamiento de fuerzas que se está produciendo a nivel mundial. 

El gran capital promueve una acumulación y concentración de riqueza cada vez mayor, agravando la explotación, atacando los derechos, aumentando las injusticias y desigualdades sociales, la pobreza y el hambre. 

Una política que va acompañada de la promoción de conceptos y proyectos reaccionarios y fascistas, del anticomunismo y de ataques a las libertades y la democracia. 

Tratando de contrarrestar su relativo declive, Estados Unidos, con sus aliados –particularmente la OTAN y la Unión Europea–, intensifican su política de chantaje, saqueo, escalada armamentista, injerencia y agresión contra todos los países y pueblos que no se someten a su dominio. 

La Unión Europea acentúa sus políticas neoliberales, federalistas y militaristas, expresadas, entre otros aspectos graves, en la instigación y promoción de la confrontación y la guerra. 

Situación en la que, en el marco de la concertación-rivalidad interimperialista, prevalece la concertación entre las potencias imperialistas, evidenciada, a pesar de las contradicciones, en el actual alineamiento y sumisión a la estrategia e intereses estadounidenses. 

Por otro lado, se afirma cada vez más la necesidad de un mundo libre de medidas coercitivas, del chantaje de la deuda y del dólar, del saqueo de recursos, de relaciones desiguales y neocoloniales, con la exigencia de un nuevo orden internacional más equitativo. . 

Se están desarrollando relaciones bilaterales y multilaterales entre países con caminos y realidades muy diferentes, fuera del alcance del imperialismo. Una tendencia positiva que el imperialismo busca contrarrestar por todos los medios. 

En este contexto, cobra creciente importancia el desarrollo de la lucha de los trabajadores y los pueblos por sus derechos, intereses y aspiraciones, por la libertad, la democracia, la soberanía y el derecho al desarrollo, en el camino hacia la construcción de nuevas sociedades libres de injusticias y conflictos sociales. desigualdades, explotación y opresión. 

Objetivos inseparables de la lucha por la paz, contra el fascismo y la guerra, de la solidaridad con quienes resisten al imperialismo, de la amistad y la cooperación entre todos los pueblos. 

Saludamos la lucha del pueblo palestino, del pueblo saharaui, del pueblo chipriota, de Siria, de Cuba, de Venezuela o de Nicaragua, así como de muchas otras diversas luchas y movilizaciones populares que tienen lugar en todo el mundo. 

Consciente de los peligros, pero también del potencial que encierra la actual situación internacional, el PCP continúa contribuyendo al fortalecimiento del movimiento comunista y revolucionario internacional y a la profundización de su cooperación, solidaridad recíproca y unidad de acción; así como por el fortalecimiento de un amplio frente antiimperialista que, frente a las intenciones del imperialismo, abra el camino a un nuevo orden internacional de paz y progreso social.

 

Camaradas, 

La situación en Portugal está marcada por una rápida degradación económica y social, como resultado de la política del Gobierno del Partido Socialista, al servicio de los intereses del gran capital, sometido a los dictados de la Unión Europea y subordinado al imperialismo. 

Frente a una intensa ofensiva anticomunista con objetivos antidemocráticos más amplios, el PCP está comprometido con la lucha para defender los derechos de los trabajadores y del pueblo, para aumentar los salarios y las pensiones, para defender los servicios públicos de salud, educación y seguridad social, para la derecho a la vivienda, contra la política de derechas y por una alternativa patriótica y de izquierdas. 

En el que se articula la lucha por la paz, contra la guerra y la OTAN, por una política de amistad y cooperación con todos los pueblos del mundo. 

Luchando por los intereses y aspiraciones de la clase trabajadora y otras clases antimonopolio, defendiendo los valores de la Revolución de Abril –que celebrará su cincuentenario el 25 de abril de 2024–, el PCP continúa con determinación la lucha por una democracia avanzada, por socialismo. 

Un camino que sitúa el fortalecimiento orgánico del Partido, la profundización de su conexión con la clase obrera, los trabajadores y el pueblo, su conexión con la realidad portuguesa concreta, articulando la lucha por objetivos inmediatos con la lucha por objetivos más generales, reafirmando su identidad comunista, su proyecto revolucionario, su dimensión patriótica e internacionalista. 

Objetivos y camino reafirmados en la Conferencia Nacional que nuestro Partido celebró hace aproximadamente un año y cuyas conclusiones seguimos implementando.

 

Camaradas, 

El capitalismo, su carácter explotador, opresivo, agresivo y depredador, su incapacidad para responder a los problemas y aspiraciones de la Humanidad, las amenazas y peligros que entraña, hacen aún más relevante la necesidad de transformaciones antimonopolistas y antiimperialistas, del sistema de desarrollo. de procesos revolucionarios que –independientemente de las formas que adopten, según la situación concreta de cada país– apuntan al socialismo.

 

Camaradas, 

Por favor, transmitid el saludo fraternal del Partido Comunista Portugués a vuestros Partidos, a las luchas de vuestros pueblos.

 

¡Viva la causa nacional del pueblo palestino!

¡Viva el internacionalismo proletario!

¡Viva la solidaridad internacionalista!

 

https://www.pcp.pt/es/discurso-del-partido-comunista-portugués-23º-encuentro-internacional-de-los-partidos-comunistas-y-de-


X Congreso de los CDR.

 Celebracion Popular











El peronismo se crece en Argentina y mete al "león" en el corral

 


esrt.spaceOctober 24, 2023

La victoria lograda por el peronismo este domingo, en la primera vuelta presidencial de Argentina, sí es épica. Y recalcamos "épica" porque con este resultado logró lo que parecía impensable hace pocos días, como era cortocircuitar la emergencia fulgurante del "acontecimiento Milei", quien ya cantaba, antes de tiempo, una epopeya que este domingo no terminó de cuajar.

Después del resultado de las primarias, el 13 de agosto, Javier Milei venía desbocado. Pero el domingo el peronismo lo paró en seco. No solo porque le sacó casi siete puntos de ventaja, sino, sobretodo, porque le arruinó la imagen de líder único encumbrado.

El peronismo una vez más tuvo la capacidad de reformarse, de romper sus moldes y ganar.

La capacidad del peronismo para transformarse ha sido el asidero que le permite ejercer el dominio de la política argentina durante los últimos ochenta años, teniendo a todos los poderes fácticos en contra: medios, tribunales, poder económico, Iglesia.

El peronismo es, a veces, más de izquierda o radical; otras, más centrista o moderado; también puede convertirse en fórmula derechista, unas veces más liberal, otras veces más caudillista, pero siempre ha mantenido el carácter popular y eso le ha dado un nuevo triunfo, improbable hace pocos días cuando pronosticaban su extinción.

La capacidad del peronismo para transformarse ha sido el asidero que le permite ejercer el dominio de la política argentina durante los últimos ochenta años.

Nuevo escenario político

Con este resultado, Argentina ha dibujado un nuevo escenario político, que ya no es "poskirchnerista" —porque el kichnerismo puso a Axel Kicillof, con su victoria aplastante en la determinante provincia de Buenos Aires, en "posición anotadora", según el argot beisbolístico—, sino que más bien recrea una nueva atmósfera en la que el peronismo puede avanzar sobre nuevos predios, nichos fronterizos y otros públicos que hasta hace poco parecían distantes, como la derecha moderada, sectores del radicalismo, y probablemente, los votantes del candidato Juan Schiaretti —quien logró un sorpresivo 7 % y al que el candidato Sergio Massa ya le ha tendido la mano en medio de la suposición de que, como dijo, "la grieta se murió y empieza una nueva etapa"—.

Tanto avanza el peronismo que los votos del derechista moderado, Horacio Larreta, férreo opositor de Cristina Fernández de Kirchner, no se sumaron a los de Patricia Bullrich, y ahora para el balotaje se contemplan como "voto duro" de Massa.

De aquel esplendor de la melena de Milei solo queda su figura en el espejo roto, con apoyo fragmentado y discordante.

Hablamos de un frente, una amplia articulación de los sectores democráticos argentinos, en contra de la posibilidad de que gane ese derechismo radical y alocado que, por sobre todas las cosas, es mucho más populista que un templado Massa, quien ha sabido interpretar el papel de eje articulador y hoy es un jugador que lleva el balón y tiene la cancha abierta.

Así las cosas, de aquel esplendor de la melena de Milei solo queda su figura en el espejo roto, con apoyo fragmentado y discordante.

Los problemas de Milei

A Milei ya se le ven las costuras de su "carrera artística". Cuando todavía no había "tocado el cielo" de la fama, ya comienza a irse gente del concierto.

La noche del domingo, al saberse los resultados, en un discurso inusualmente parco, tuvo que, a regañadientes, ofrecer la mano a algunos de sus enemigos. La "casta" derechista, representada por una "montonera tira bomba" —como llamó a Patricia Bulrrich, quien sacó un 23%—, es ahora imprescindible para vencer.

Milei no tiene más opciones. Tendrá que llenarse de "castas", una más pesada que la otra, para poder ganar los votos moderados que requiere. Así, va a quedar en riesgos serios de perder al "peronismo extraviado" que estaba coqueteándole en los sectores populares. El "león" ya no podrá rugir tan fuerte, y en pocas semanas podría ser consumido por la "casta conservadora" que lo irá arropando las próximas semanas.

Milei requiere una estrategia política racional que acabe con las riendas sueltas a sus epifanías.

Independientemente del resultado del balotaje del 19 de noviembre, ya Milei tiene el futuro hipotecado. Si logra ser presidente le esperan dos años atados de mano, hasta que el medio término vuelva a ser implacable, como lo ha sido contra todas las gestiones presidenciales. Resumiendo, después de este 22 de octubre, a lo que más podría llegar Milei es a convertirse en el "nuevo Macri", que gana de manera fulgurante (ya ni tanto), pero se quiebra apenas empezado el camino.

La disculpa que Milei debe a Patricia Bullrich va a decir mucho de si se la seguirá jugando con "el salvajismo" para sobrevivir como ícono, o si, por el contrario, ya entró en los linderos del corral y se convertirá en un político tradicional más. Ahora, requiere una estrategia política racional que acabe con las riendas sueltas a sus epifanías. Ya no será tanto como un caudillo, si acaso un nuevo presidente con fecha de caducidad.

Los cambios obligados

El divo entra a rehabilitación antes de ser ídolo, así que veremos un Milei más "sensato", más político. Cada nuevo aliado, cada matiz que procure, cada corrección, va a obturar su brillo de 'superstar'. Ya no será una estrella, sino un actor político más, en procura de electores imprescindibles aunque no deseados.

En todo caso, va a tener que coser retazos de una colcha que ayer mostró todos sus costuras. A partir del resultado nadie sabe cómo votará la "derecha moderada", el macrismo "más popular", el radicalismo. El "larretismo", dirigiendo su posición hacia el "antimileisismo", demostró que Massa sí sirve como eje articulador, y que ahora este no parará de horadar las partículas moderadas que hasta ahora el conservadurismo había logrado capturar, con el discurso "antikirchnerista".

La centralidad "antikirchnerista" que requiere el discurso de Milei ha perdido su capacidad de referenciar, en tanto ese es un terreno que ya Massa tiene años trabajando, en su diáfano alejamiento de Cristina. El techo de Milei no es de paja, se va a ir cementando en la medida que recordemos el 'performance' alocado y extremista como se dio a conocer, ese que va a tener que saber medir muy bien durante la campaña del balotaje.

Ayer, el peronismo se convirtió en un referente para todos los movimientos políticos nacionales y populares que existen en América Latina, por su capacidad de sobrevivir a las peores circunstancias, abriendo el diálogo con las nuevas realidades y no cerrándose a los cambios políticos, impetuosos hoy en día.

‏Source esrt.space

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La división en el MAS: ¿faccionalismo o complejización social?


Por Arián Laguna

Septiembre 2023

Resumen: El hecho clave de la política boliviana actual es el fraccionamiento del Movimiento al Socialismo (MAS) entre un ala “evista” y otra alineada con el presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca. A diferencia de otros países – como Ecuador – en los que la lucha entre el líder del partido y el jefe del Ejecutivo llevó a una diferenciación de proyectos ideológicos, esto no ha ocurrido en el caso del MAS; por esto, la lectura generalizada es que el partido se encuentra atravesado por una pugna por liderazgos y cargos políticos. Este artículo propone una idea diferente, y ésta es que tanto esta lucha faccional actual como la propia salida de Evo en 2019 son evidencia de una crisis no solamente de su liderazgo individual, sino de la forma en la que el MAS articuló durante 15 años de gobierno a las organizaciones sindicales que lo componen. Por tanto, proponemos que, en el fondo, la crisis actual es una consecuencia del desajuste entre esta “forma articulatoria” política y las transformaciones sociales y económicas del mundo popular que el MAS representa.


La división faccional que hoy atraviesa al Movimiento al Socialismo (MAS) es el centro de las preocupaciones en el mundo político boliviano popular y de izquierda. Los análisis actuales diagnostican, de forma muy lógica, que, de ir dividido a las elecciones del 2025, el MAS abriría las puertas para una posible victoria de la derecha. La preocupación central de estos análisis son estas pugnas, el faccionalismo y el divisionismo interno; el correlato de estas preocupaciones ha sido comenzar a pensar y proponer cómo puede solucionarse esa fractura (han propuesto la unificación ya sea a través de la imposición de uno de los liderazgos, de medios institucionales o de una negociación personal). Sin embargo, creemos que la urgencia política ha hecho que se confunda el síntoma con la causa: la pregunta clave que se debe responder no es cómo solucionar la división, sino por qué el MAS está dividido.

Nuestra primera propuesta consiste en entender al evismo no como el poder de un individuo sino como un modo de articulación política de una diversidad de sectores sociales (sindicatos campesinos, mineros, obreros, maestros, juntas vecinales); siguiendo esta lógica, argumentamos que la actual crisis del evismo expresa el desfase entre esta forma de articulación política y aquello que articulaba. Nuestra segunda propuesta es que esta forma de articulación fue posible entre 2005 y 2019 por la predominancia de la forma sindicato en el mundo popular. El fundamento de su crisis radica no sólo en la siempre presente aspiración de las organizaciones sociales de ocupar el poder político, sino en la complejización de las formas de vida materiales, organizativas e ideológicas del bloque popular durante los 15 años del evismo, la cual hace necesaria una nueva forma de articulación política. Así, proponemos que el trasfondo de la división del MAS radica en la creciente contradicción entre la composición social e ideológica del bloque popular y la articulación “evista” bajo la cual el MAS ejerció el poder durante los últimos 15 años.

Evo Morales fue durante casi dos décadas el gran articulador de los “movimientos sociales”; su rol histórico fue el de ser una manera específica de organizar la aspiración histórica de los sectores populares a ocupar el poder. Uno de sus primeros éxitos fue lograr distribuir espacios a un gran número de organizaciones sociales que en muchos casos competían entre sí por los mismos espacios de poder. Esas formas de distribución incluyeron la combinación de sistemas de rotación[1] con el establecimiento de reductos apropiados por ciertas organizaciones; pero también incluyeron la aplicación de una serie de frenos sobre los intereses sectoriales de las organizaciones a través de un permanente tira y afloja entre el líder y las organizaciones.

Sin embargo, este modelo fue sufriendo una sutil pero importante transformación. En sus primeros años como presidente, Evo combinó en la primera línea del poder estatal tanto a dirigentes de las organizaciones sociales como a intelectuales de clase media; sin embargo, su experiencia durante esos primeros años lo llevó a interpretar que los dirigentes de las organizaciones eran más proclives a la corrupción y más ineficientes que los intelectuales de clase media – los denominados “invitados”. Como consecuencia de esta lectura, fue llenando esa primera línea del poder con estos “invitados” – tanto en los principales espacios del Ejecutivo como de la Asamblea Legislativa[2]. La clave de la articulación política está en que canaliza ciertas aspiraciones y formas de lo social, pero al mismo tiempo reprime y niega otras. En este caso, el modelo de articulación evista se asentó en la aspiración de las organizaciones sociales de ocupar el poder estatal, pero al mismo tiempo las fue relegando progresivamente a espacios de representación e intermediación sectorial, mientras que llenaba los puntos nodales de dirección de lo estatal con intelectuales de clase media vinculados personalmente a él (y sin ningún vínculo directo con las organizaciones sociales).

Durante casi 14 años, esta fórmula fue exitosa en el ordenamiento no sólo de esta complejísima “federación de federaciones”, sino también en su legitimación ante los sectores sociales externos al MAS. Sin embargo, este modelo hegemónico se fue resquebrajando interna y externamente. Aquí nos centraremos en las causas de su crisis interna.

Tras las denuncias de fraude electoral en octubre de 2019 y las movilizaciones de las clases medias en las ciudades bolivianas, y al percibir que las fuerzas externas al partido se estaban movilizando en contra suya, Evo acudió a las organizaciones sociales pues creyó que, al igual que en el año 2008, ellas se movilizarían para defender al MAS. Por ello, al día siguiente del inicio de las protestas se trasladó a su bastión – Cochabamba – y desde el balcón de la Prefectura, en un emotivo discurso, pidió a las “masas” que lo defendieran pues al hacerlo, se estaban defendiendo ellas mismas y a su proceso político. Sin embargo, la respuesta popular fue mínima; algo había cambiado, pero aún no se sabía qué.

Durante esos días Morales oyó las falsas excusas de los altos dirigentes sindicales para explicar la falta de respaldo y no las versiones bastante más honestas de los dirigentes de base: “que primero renuncie su entorno q´ara [blanco], y luego vamos a ir a La Paz”. Ese comentario sintetizaba con enorme brutalidad una tensión estructural del MAS – esa especie de división colonial del poder político – pero aún no se estaba en condiciones de interpretarla plenamente.

No es que la aspiración del bloque popular a ocupar la primera línea del poder estatal no hubiese estado presente, sino que había estado reprimida. Con la salida de Evo y su entorno intelectual de clase media en noviembre de 2019 quienes quedaron al mando de forma tácita en el MAS y en la Asamblea Legislativa fueron los dirigentes sindicales y nuevos intelectuales de origen popular cercanos a ellos. Pese a las llamadas de Evo desde Argentina, la cadena de mando se había roto y ahora había otro bloque con la aspiración de ocupar el protagonismo en el MAS. Aquí fue paradigmática la figura de Eva Copa – senadora y ex dirigente de la Universidad Pública de El Alto – quien de ser una figura desconocida se convirtió en una de las principales figuras del nuevo MAS. Durante los meses de la crisis ella sintetizó el problema estructural que había atravesado el poder del MAS durante casi 15 años en pocas palabras: “ellos en la Asamblea [Legislativa] no nos dejaban ni hablar”. Se refería no a los parlamentarios de la derecha boliviana, sino al liderazgo de clase media del MAS en la Asamblea Legislativa que habría marginado sutilmente por años a los parlamentarios de origen popular y sindical.

Esta tensión interna se expresó con más claridad en las disputas en torno a las listas de candidatos tanto a presidente y vicepresidente como a asambleístas para las elecciones nacionales de 2020. Las organizaciones sociales seleccionaron a David Choquehuanca y Andrónico Rodríguez como candidatos a presidente y vicepresidente; sin embargo, esa decisión fue resistida por Evo Morales, quien anticipaba una pérdida total de su poder en caso de que Choquehuanca fuese presidente, por lo que propuso a Luis Arce como candidato. Ante la resistencia de las organizaciones sociales, se produjo un pacto: se impuso el candidato de Evo Morales (Luis Arce), pero a cambio se incluyó a Choquehuanca como candidato vicepresidencial; asimismo, las organizaciones sociales tuvieron control total en la elección de candidatos a diputados y senadores, con lo que los intelectuales de clase media quedaron totalmente relegados y las organizaciones sociales pasaron a dominar totalmente la representación masista en la nueva Asamblea Legislativa. Así, la primera pugna faccional en el MAS se estructuró en torno a la oposición entre el liderazgo de Evo Morales y su antiguo modelo articulatorio, y una nueva camada de dirigentes, con especial asiento entre los aymaras del departamento de La Paz e – inesperadamente – organizaciones sociales de Santa Cruz, quienes portan y expresan las tensiones contenidas en el MAS, pero que aún no las han traducido en un nuevo modelo articulatorio con potencial hegemónico.

Uno de los errores de Evo – imposible de prever en su momento – fue justamente pensar que su poder era un poder personal; por ello, pensó que seleccionando a un hombre de su confianza como presidente garantizaba su poder en el Estado y en el bloque popular. Durante los primeros meses, Arce gobernó de forma relativamente fiel a Evo; sin embargo, al mismo tiempo todo el sistema articulatorio se iba desplazando en otras direcciones. Mientras Evo creía su control de la punta del iceberg, todo lo que estaba por debajo se continuaba moviendo: una nueva capa de dirigentes sociales se posicionaba tanto a la cabeza de las organizaciones sociales como del Estado. Asimismo, las propias correlaciones de fuerza entre las organizaciones se modificaban: las de El Alto, el altiplano de La Paz y de Santa Cruz fueron adquiriendo una posición protagónica en el Estado, en desmedro de los sectores más fieles a Evo (fundamentalmente el Chapare y regiones de Potosí). Así, no sólo se modificó la posición de poder de los líderes de las organizaciones sociales y sus intelectuales, sino la posición relativa de las organizaciones sociales en el esquema general de poder. La posterior fractura entre Arce y Evo hizo visible ese movimiento estructural.

Esta pugna entre el modelo de articulación evista y el de las organizaciones sociales ha tomado el peculiar nombre de la lucha entre “radicales” y “renovadores” ¿Expresan “radicales” y “renovadores” alguna división ideológica o modelo alternativo de desarrollo económico? A nivel explícito, aparentemente no, pero la idea que defendemos es que en esa pugna se expresan dos tensiones estructurales. La primera es entre la aspiración de las organizaciones sociales de ocupar el poder estatal y el modelo evista que, aunque les otorgó importantes espacios de poder, al mismo tiempo fungió como principal dique de contención. Los “renovadores” son esa capa de dirigentes de organizaciones sociales y de intelectuales – directamente vinculados a ellos por relaciones en muchos casos de parentesco o de largas trayectorias de apoyo técnico a sus organizaciones – demandando el control de las principales posiciones de poder. Si uno observa hoy la camada de individuos que controlan los ministerios, viceministerios y direcciones en el Estado – y ni que decir de la Asamblea Legislativa – no hay duda de que (paradójicamente cuando ya nadie habla del tema) ahora sí se trata del “gobierno de las organizaciones sociales”, o al menos más que en cualquier otro momento de la historia reciente. Antes en los seminarios indianistas y kataristas se denunciaba que el supuesto Estado indígena estaba gobernado por q´aras; ahora varios indianistas y kataristas han reconocido que los aymaras están controlando importantes posiciones estatales. Lo cierto es que, de una forma sutil y reticular, hoy el Estado está siendo controlado por centenares de individuos aymaras y quechuas vinculados al mundo de las organizaciones sociales.

Sin embargo, los “renovadores” no son los mismos de 2005, y aquí radica la segunda tensión contenida en esta pugna. El propio proceso de transformación material y simbólica llevado a cabo por el MAS transformó la composición social de este grupo. Hoy en día las organizaciones sociales ya no responden solamente a la estructura puramente sindical jerárquica (sindicato – subcentral – central – federación); si bien el sindicato continúa siendo el eje de la organización popular, la urbanización y la diversificación económica de los sectores populares han llevado al desarrollo de ramificaciones y redes de figuras individuales por fuera de los sindicatos que, aunque vinculadas a ellos, no necesariamente les responden orgánicamente. Esto se vincula con una complejización de la representación de las organizaciones sociales en el Estado: si en el 2005 las opciones principales para ocupar los altos puestos del Estado eran los dirigentes sindicales o intelectuales tradicionales, hoy décadas de formación de cuadros intelectuales y técnicos indígenas han hecho que tanto las organizaciones como los líderes estatales opten cada vez más por estos sujetos que provienen del propio mundo popular para la ocupación de cargos públicos (esto no significa que la escalera sindical haya desaparecido, sino que se ha combinado con esta nueva fórmula).

Así, nuestra hipótesis central es que la forma organizativa del mundo popular que Evo Morales pudo controlar, articular y representar de gran manera fue la que en última instancia radica en la forma sindicato[3] y en su expresión corporativa. Evo distribuyó espacios, limitó demandas – y además legitimó esos intereses sectoriales a través del uso de los intelectuales de clase media como cariz hegemónico del Movimiento al Socialismo – basado justamente en un mundo popular organizado bajo un esquema sindical de jerarquías y representación sectorial. En ese sentido, fue el gran articulador de la forma sindicato. Sin embargo, lo que no pudo ser controlado por esa forma de articulación – y que hoy implosiona y la desespera – es la forma civil[4] del poder de esas clases populares, y especialmente de los sectores que cada vez expresan sus intereses de forma preponderante bajo esa forma. Aunque esta otra forma del poder social ya estaba presente en 2005, nuestro argumento es que su importancia se ha ampliado enormemente como consecuencia de los procesos de complejización social que esbozaremos brevemente. 

El primero es la simbiosis rural – urbana. Más que un proceso de llana urbanización, como ocurre en otros países, en Bolivia lo que se ha producido es una simbiosis urbano – rural puesto que la fuerza organizativa y emotiva de las comunidades rurales ha hecho que, inclusive contra una racionalidad puramente económica, los migrantes mantengan fuertes y permanentes vínculos sociales y culturales entre la ciudad y las comunidades rurales de las que provienen ellos o sus familias. La sociedad aymara destaca en Bolivia porque es la que produjo la simbiosis rural-urbana más precoz desde la década de 1960. A nivel estructural, esto se tradujo en una rápida complejización social pues la vida económica y cultural ya no se desarrolla únicamente en la comunidad rural, sino que está distribuida entre la comunidad rural, la junta vecinal urbana, la fábrica y la universidad; en términos económicos, se cosecha y siembra, pero también se trabaja en una fábrica en El Alto o en el comercio informal; en términos culturales, se reciben marcos de interpretación tradicionales de la comunidad rural, pero también marcos occidentales en la universidad. Esta complejización y simbiosis social vividas con mayor claridad en el mundo aymara tuvo en el katarismo y el indianismo sus primeras y más potentes expresiones tanto intelectuales como políticas en las que lejos de rechazar el mundo rural y tradicional aymara, lo mistificaron y ensalzaron como sostén de un proyecto político en el que no sólo se reclamaban mejoras materiales, sino que se canalizaba una aspiración – con la que Evo Morales nunca pudo lidiar plenamente – al liderazgo tanto político como intelectual. Así, se combinaron las potencialidades de la ruralidad y la urbanidad sin abandonar ninguna de ellas. Sin embargo, este fenómeno no es exclusivo de los aymaras; esa simbiosis de lo urbano y lo rural – que se produjo tempranamente en el mundo aymara del altiplano – se ha desarrollado de forma acelerada en una diversidad de regiones durante los gobiernos del MAS debido al acelerado movimiento económico que este partido propició en regiones rurales y sectores populares. 

Este proceso ha tenido como correlato la emergencia de capas de intelectuales y técnicos vinculados por redes de parentesco con los sindicatos, pero que ya no responden orgánicamente a ellos. Esto generó dos problemas para las formas articulatorias evistas pues la lógica de estos nuevos intelectuales orgánicos y sus aspiraciones de dirección intelectual y política 1) entran en conflicto con el modelo evista que prefirió asentarse en la obediencia de la intelectualidad tradicional de clase media y 2) son menos controlables que el mundo sindical puesto que no responden a una estructura orgánica, sino reticular.

La segunda transformación es la complejización económica popular. Los procesos de complejización productiva y acumulación económica en sectores populares han aparecido en casi todas las regiones, y aquellos que las han experimentado con mayor densidad difieren enormemente en sus aspiraciones políticas y formas organizativas respecto a la sindical. Se ha producido una dualidad en la vida política popular. Por una parte, está la representación sindical, bajo la cual un propietario/trabajador = un voto. Sin embargo, cuando surgen las capas empresariales populares, esa voz empresarial está presente en el sindicato, pero también construye otras redes de canalización de intereses porque obviamente su poder económico y político excede esa representación sindical. Así, además de una creciente presencia de esos actores en el mundo sindical, han emergido otros circuitos de influencia a través de estas nuevas formas de organización social (invisibles para la opinión pública) y que también se dan a través de redes personales.

La complejización de la vida social produce una necesaria complejización en las formas de la representación. Una vida social y productiva concentrada principalmente en el espacio rural o en el enclave minero puede canalizar sus intereses y demandas de forma bastante eficiente a través del sindicato, pues éste puede sintetizar las demandas económicas, sociales y políticas de ese espacio social. Sin embargo, la diversificación de los espacios y formas de reproducción de la vida social complejiza la representación de intereses, y hace necesarias nuevas y más complejas formas de representación y mediación de lo social (de hecho, no cabe dudas de que el propio nacimiento del MAS es una primera expresión de esa necesidad estructural de expresar políticamente la simbiosis urbano – rural pero que aún no ha podido ir más allá de la representación sectorial-sindical).

Los lugares en los que este proceso de transformación social está más desarrollado – el mundo aymara de La Paz y los sectores migrantes y populares de Santa Cruz – se han convertido, en distintas versiones, en la vanguardia por cambiar la fórmula de poder del MAS. Son quienes desde hace tiempo reclaman sustituir el poder piramidal y corporativista del partido – en el que los sectores populares ocupan un rol de representación sectorial – por uno en el que ellos ocupen no sólo los espacios sectoriales, sino los generales o universales (una aspiración especialmente presente en las redes intelectuales aymaras), pero también los vínculos claves que organizan el rol del Estado en el potenciamiento de ciertos sectores empresariales. En el caso del mundo aymara, esto viene de una precoz formación de cuadros intelectuales que se hizo totalmente evidente con el katarismo ya en la década de 1970; en el caso de Santa Cruz, el proceso está mucho más vinculado a una aceleradísima transformación económica en la que se han articulado intereses campesinos, urbanos y de un emergente capitalismo rural de matriz popular.

Esta transformación estructural por ahora se ha evidenciado en sillazos y un cruce de fuego en la Asamblea Legislativa que los sectores intelectuales tradicionales han caracterizado como “vulgares”. Efectivamente, por ahora las nuevas vanguardias de origen popular están utilizando las formas con las que desplegaban sus luchas políticas (muchas de ellas en el mundo sindical). Sin duda están desprovistos de los altos capitales lingüísticos y simbólicos de la tradicional izquierda boliviana. Sin embargo, más allá de un refinamiento intelectual puramente formal – lo cual es simplemente una decadente expectativa señorial – lo cierto es que el nivel de la representación política – el MAS – requiere de una metamorfosis. El MAS del 2005 expresó el avance y creciente hegemonía del campesinado en el ámbito rural, representado bajo la forma sindical, y su lucha contra el neoliberalismo, multiplicando esa fórmula para una diversidad de sectores. Como hemos intentado esbozar, el MAS del 2023 contiene – y necesita articular – a una base social en la que las propias distinciones urbano rurales se han relativizado, y en la que el mundo indígena ha cooptado ya no sólo el ámbito rural, sino amplios circuitos urbanos, particularmente el comercial, del transporte, el educativo e inclusive el técnico e intelectual; por tanto, requiere una estructura que pueda expresar la coexistencia de las formas sindicales y comunales, y aquellas emergentes que hemos denominado “civiles”. El MAS del 2005 revistió esa base social y esa lucha por la transformación con un discurso intelectual amplio y universalista; el problema hoy en día es que están enfrentadas una fórmula articulatoria que vive del recuerdo de glorias pasadas, y otra que en realidad aún no es una forma articulatoria, sino que simplemente levantó el dique y permitió la toma de diversos espacios estatales por las organizaciones y sus intelectuales orgánicos. Sin embargo, eso no es una articulación con potencial hegemónico puesto que ésta requiere no sólo la construcción de discursos universalistas e interpelantes, sino de una nueva infraestructura política que justamente pueda reorganizar, canalizar y sintetizar las nuevas necesidades y composición de la base social del MAS. Sin entrar en fórmulas ni recetas – que no es para nada el objetivo de este texto – probablemente esa metamorfosis implique una ampliación de los espacios complejos de organización y mediación entre sociedad, partido y Estado que el MAS desdeñó durante décadas y que hoy parecen ser imprescindibles.


Arián Laguna es maestro en Ciencias Sociales por El Colegio de México.

[1] Véase Hervè Do Alto y Pablo Stefanoni, “El MAS: las ambivalencias de la democracia corporativa”, en Luis Alberto García Orellana y Fernando Luis García Yapur (coords.), Mutaciones del campo político en Bolivia, PNUD, La Paz, 2010, pp. 303-363.

[2] Por ejemplo, la proporción de ministros provenientes de organizaciones sociales bajó del 56% en 2006 al 15% en 2013 y no se elevó considerablemente hasta la salida de Evo en 2019 (cálculo propio con base en Fran Espinoza, Bolivia: La circulación de sus élites (2006-2014), Santa Cruz, El País, 2015, pp. 144-6).

[3] La “forma sindicato” fue trabajado por Álvaro García, pero específicamente para la condición obrera (“Sindicato, multitud y comunidad. Movimientos sociales y formas de autonomía política en Bolivia”, en Álvaro García Linera et al. Tiempos de rebelión, La Paz, Comuna y Muela del Diablo, 2001). Sin embargo, además de no sólo pensarla como una forma de organización obrera, sino campesina, gremial, magisterial, etc., también la planteamos no como simple forma organizativa, sino como una ideología que luego se expresa en una forma de organización social. Esta ideología tiene como núcleo la creencia de que el poder en Bolivia no puede darse sin la presencia de lo indio y lo popular. En su versión externa, se ha dado como un permanente asedio popular al Estado, bloqueando e inviabilizando su poder a través de movilizaciones, cercos y asedio; en su versión interna, es decir cuando el movimiento popular ha sido parte del Estado, se ha desplegado bajo la forma de un “asedio interno”: permanente demanda de obras sociales, espacios y puestos de poder a quienes detentan el poder central. Sin embargo, y aquí está la clave en el engranaje entre el evismo y la forma sindicato, ésta es una ideología en la que el movimiento popular se autoconcibe como asedio al poder, pero no como poder en sí mismo. Por ello, el evismo se asentó en la lógica de la forma sindicato que constituye a los sectores sindicales y populares como potentes contestatarios y receptores de recursos, pero no como dirigentes de la totalidad. 

[4] Las teorías sobre sociedad civil son un diagnóstico sobre el proceso específicamente moderno de separación de la política respecto a la sociedad, su concentración (e intento de monopolio) por parte del Estado y la autonomización de “lo social”. La lectura progresista liberal plantea que las organizaciones de la sociedad civil (partidos, ONGs, movimientos sociales, medios de comunicación, etc.) son una consecuencia de la libertad social, o sea un producto relativamente “natural” de las sociedades modernas con libre mercado y democracia liberal, y defienden esa separación de la esfera social, su autonomía y su rol como reguladora y supervisora externa tanto del Estado como del ámbito económico (la sociedad civil encarnaría así lo más puro en términos éticos pues estaría abstraída de los intereses privados). En cambio, la teoría marxista, especialmente a partir de la lectura que Gramsci hizo de Hegel (que es la que aquí retomamos) plantea que si bien la sociedad civil emergió como consecuencia de procesos de complejización socioeconómica y política, no es la simple consecuencia de la libertad social en su forma organizada ni está esencialmente separada del Estado o la economía, sino que es parte de la infraestructura política de las clases sociales y, por tanto, un espacio clave de lucha política. Aunque el campo de discusión es enorme, los textos clásicos son Friedrich Hegel, Filosofía del derecho, Buenos Aires, Editorial Claridad, [1821] 1968; Antonio Gramsci, 2023, Cuadernos de la cárcel (Vols. 1-3), especialmente C2N5 C3N16 C6N24 C6N87; Jürgen Habermas, Historia y crítica de la opinión pública: la transformación estructural de la vida pública, Barcelona, Gustavo Gili, 1981; Jean Cohen y Andrew Arato, Sociedad civil y teoría política, Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica, 2000.