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sábado, junio 29, 2013

Raul Castro, el verdadero disidente

Salim Larami
Contrariamente a una idea ampliamente difundida, particularmente en Occidente, el debate crítico está presente en la sociedad Cuba. Así, el crítico más virulento del país se llama Raúl Castro.
En Occidente Cuba se representa como una sociedad cerrada sobre sí misma, donde el debate crítico es inexistente y la pluralidad de las ideas está prohibida por el poder. En realidad, Cuba está lejos de ser una sociedad monolítica que compartiría un pensamiento único. En efecto, la cultura del debate se desarrolla cada día más y la simboliza el Presidente cubano Raúl Castro que se ha convertido en el primer crítico de las vicisitudes, contradicciones, aberraciones e injusticias presentes en la sociedad cubana.

La necesidad de cambio y del debate crítico

En diciembre de 2010, en una intervención ante el Parlamento cubano, Raúl Castro tuvo un discurso más alarmista y puso al gobierno y a los ciudadanos frente a sus responsabilidades: “ O rectificamos o ya se acabó el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos y nos hundiremos” (1). También agregó poco tiempo después: “es imprescindible romper la colosal barrera psicológica que resulta de una mentalidad arraigada en hábitos y conceptos del pasado” (2).

Raúl Castro también fustigó la debilidad del debate crítico en Cuba. También fustigó los silencios, la complacencia y la mediocridad. Lanzó un llamado a más franqueza. “No hay que temer a las discrepancias de criterios […], las diferencias de opiniones, que […] siempre serán más deseables que la falsa unanimidad basada en la simulación y el oportunismo. Es por demás un derecho del que no se debe privar a nadie”. Castro denunció “el exceso de secretismo a que nos habituamos durante más de 50 años” para ocultar errores, fallos y yerros. “Es necesario cambiar la mentalidad de los cuadros y de todos los compatriotas”, agregó (3).

Sobre los medios, dijo lo siguiente:

Nuestra prensa habla bastante de eso, de los logros de la Revolución, en los discursos también abundamos; pero hay que ir a la médula de los problemas […]. Soy un defensor de la lucha contra el secretismo, porque detrás de esa adornada alfombra es donde se ocultan las fallas que tenemos y los interesados en que sea así y siga así. Y yo recuerdo algunas críticas; "sí, saquen en el periódico tal crítica", le orienté yo mismo […]. Inmediatamente la gran burocracia empezó a moverse: "Esas cosas no ayudan, desmoralizan a los trabajadores”. ¿A qué trabajadores van a desmoralizar? Como en una ocasión, en la gran empresa estatal lechera, El Triángulo. Se llevaba semanas, porque uno de los camiones de esa vaquería que estaba ahí en Camagüey estaba roto, y entonces toda la leche que se producía en las vaquerías de esa zona, de ese lugar, se la echaban a unos cerdos que estaban criando. Fue entonces que le digo a un secretario del Comité Central para atender la agricultura en esa etapa, mete en Granma, cuenta todo esto que está pasando, haz una crítica. Algunos vinieron y hasta me comentaron que: "Esas cosas no ayudan, porque desmoralizan a los trabajadores". Lo que no sabían que era yo el que lo había orientado (4)

El 1 de agosto de 2011, durante su discurso de clausura de la VII Legislatura del Parlamento Cubano, Raúl Castro reiteró la necesidad del debate crítico y la controversia en la sociedad: “ Todas las opiniones deben ser analizadas, y cuando no se alcance el consenso, las discrepancias se elevarán a las instancias superiores facultadas para decidir y además nadie está habilitado para impedirlo” (5). Llamó a acabar con “el hábito del triunfalismo, la estridencia y el formalismo al abordar la actualidad nacional y generar materiales escritos y programas de televisión y radio que por su contenido y estilo capturen la atención y estimulen el debate en la opinión pública” para evitar “materiales aburridos, improvisados y superficiales” en los medios de comunicación (6).

La corrupción

Raúl Castro tampoco eludió el problema de la corrupción: “ Ante las violaciones de la Constitución y de la legalidad establecida no queda otra alternativa que recurrir a la Fiscalía y los Tribunales, como ya empezamos a hacer, para exigir responsabilidad a los infractores, sean quienes sean, porque todos los cubanos, sin excepción, somos iguales ante la ley” (7). Raúl Castro, consciente de que la corrupción también afecta a los altos funcionarios, ha mandado un mensaje claro a los responsables de todos los sectores: “Hay que luchar para desterrar definitivamente la mentira y el engaño de la conducta de los cuadros, de cualquier nivel”. De modo más insólito se ha apoyado en dos de los diez mandamientos bíblicos para ilustrar sus puntos: “No robarás” y “no mentirás”. Del mismo modo, ha evocado los tres principios éticos y morales de la civilización inca: “no mentir, no robar, no ser holgazán”, los cuales deben guiar la conducta de todos los responsables de la nación (7).

La libertad religiosa
Del mismo modo, Raúl Castro condenó severamente las derivas sectarias. Así, denunció públicamente por televisión algunos atentados a la libertad religiosa debidos a la intolerancia “ enraizad[a] en la mentalidad de no pocos dirigentes en todos los niveles” (8). Evocó el caso de una mujer, cuadro del Partido Comunista, con trayectoria ejemplar, que fue apartada de sus funciones, en febrero de 2011, por su fe cristiana y cuyo salario fue reducido en un 40%, en violación del artículo 43 de la Constitución de 1976 que prohíbe todo tipo de discriminación. El presidente de la República denunció así “el daño ocasionado a una familia cubana por actitudes basadas en una mentalidad arcaica, alimentada por la simulación y el oportunismo”. Recordó que la persona víctima de esta discriminación había nacido en 1953, fecha del ataque al cuartel Moncada por los partidarios de Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista, Raúl Castro expresó lo siguiente:

Yo no fui al Moncada para eso […]. De la misma forma, recordábamos que el 30 de julio, día de la reunión mencionada, se cumplían 54 años del asesinato de Frank País y de su fiel acompañante Raúl Pujol. Yo conocí a Frank en México, lo volví a ver en la Sierra, no recuerdo haber conocido un alma tan pura como esa, tan valiente, tan revolucionaria, tan noble y modesta, y dirigiéndome a uno de los responsables de esa injusticia que cometieron, le dije: Frank creía en Dios y practicaba su religión, que yo sepa nunca dejó de hacerlo ¿Qué hubieran hecho ustedes con Frank País? (9)

La productividad, el salario mensual y la libreta de abastecimiento
En cuanto a la productividad y la política económica, Raúl Castro admite “una ausencia de cultura económica en la población”, así como los errores del pasado. “No pensamos volver a copiar de nadie, bastantes problemas nos trajo hacerlo y porque además mucha veces copiamos mal” (10). El gobierno cubano da prueba de lucidez en cuanto a las carencias en materia económica. Reconoce que “la espontaneidad, la improvisación, la superficialidad, el incumplimiento de los alcances, la falta de profundidad en los estudios de factibilidad y la carencia de integralidad al emprender una inversión” atentan gravemente contra la nación (11).

En cuanto al ingreso mensual de los cubanos, Raúl Castro da prueba de lucidez: “El salario todavía es claramente insuficiente para satisfacer todas las necesidades, por lo que prácticamente dejó de cumplir su papel de asegurar el principio socialista de que cada cual aporte según su capacidad y reciba según su trabajo. Ello favoreció manifestaciones de indisciplina social” (12).

Del mismo modo, el presidente cubano no vaciló en subrayar los efectos negativos de la libreta de abastecimiento en vigor desde 1960, particularmente “su nocivo carácter igualitarista”, la cual se ha convertido en “una carga insoportable para la economía y en un desestímulo al trabajo, además de generar ilegalidades diversas en la sociedad”. También apuntó las siguientes contradicciones: “Como la libreta está diseñada para cubrir a los más de 11 millones de cubanos por igual, no faltan ejemplos absurdos como que el café normado se abastece hasta a los recién nacidos. Lo mismo pasaba con los cigarros hasta septiembre del 2010 que se surtía sin distinguir a fumadores y no fumadores, propiciando el crecimiento de este dañino hábito en la población”. Según él, la libreta “ contradice en su esencia el principio de la distribución que debe caracterizar al socialismo, o sea, “De cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”. Por ello, “ será imprescindible aplicar para erradicar las profundas distorsiones existen tes en el funcionamiento de la economía y la sociedad en su conjunto” (13).

El relevo generacional
Por otra parte, Raúl Castro también subrayó la presencia de un problema crucial en Cuba: el relevo generacional y la falta de diversidad. Denunció “ la insuficiente sistematicidad y voluntad política para asegu rar la promoción a cargos decisorios de mujeres, negros, mestizos y jóvenes, sobre la base del mérito y las condiciones personales”. Expresó su despecho sin eludir su propia responsabilidad: “ No haber resuelto este último problema en más de medio siglo es una verdadera vergüenza, que cargaremos en nuestras conciencias durante muchos años”. Por lo tanto, Cuba sufre “las consecuencias de no contar con una reserva de sustitutos debidamente preparados, con suficiente experiencia y madurez para asumir las nuevas y complejas tareas de dirección en el Partido, el Estado y el Gobierno” (14).

Todas estas declaraciones se hicieron en vivo en la televisión cubana a una hora estelar. Permiten ilustran la presencia del debate crítico en Cuba al más alto nivel del Estado. Así, Raúl Castro no sólo es el Presidente de la nación, sino también – según parece – el primer disidente del país y el más feroz crítico de las derivas e imperfecciones del sistema.(16)






Notas:

(1) Raúl Castro Ruz, « Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular», República de Cuba , 18 de diciembre de 2010.

(2) Raúl Castro Ruz, «Intervención del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba en la Clausura del X Periodo de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular», 13 de diciembre de 2012.

(sitio consultado el 2 de enero de 2013.

(3) Raúl Castro, « Discurso…», 18 de diciembre de 2010, op.cit.

(4) Ibid.

(5) Raúl Castro, «Toda resistencia burocrática al estricto cumplimiento de los acuerdos del Congreso, respaldados masivamente por el pueblo, será inútil», Cubadebate, 1 de agosto de 2011.

(6) Raúl Castro, «Texto íntegro del Informe Central al VI Congreso del PCC», 16 de abril de 2011

Informe al VI Congreso

( sitio consultado el 20 de abril de 2011).

(7) Raúl Castro, «Toda resistencia…», op. cit.

(8) Raúl Castro, « Discurso…», 18 de diciembre de 2010, op.cit.

(9) Raúl Castro, «Toda resistencia…», op. cit. 

(10) Ibid.

(11) Raúl Castro, « Discurso…», 18 de diciembre de 2010, op.cit.

(12) Partido Comunista de Cuba, «Resolución sobre los lineamientos de la política económica y social del partido y la Revolución», op. cit.

(13) Raúl Castro Ruz, « Discurso…», 18 de diciembre de 2010, op. cit.

(14) Raúl Castro, «Informe central al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba», 16 de abril de 2011
(sitio consultado el 2 de enero de 2013).

(15) Ibid.

(16) VI Congreso del Partido Comunista.



PCC y el Frente Popular-II

Con la fecha de 15 de noviembre, después de la solución de la crisis conocida como"del estraperlo", el P.C. de Cataluña os envió un proyecto de Plataforma para constituir el Frente Popular Antifascista.

Las causas que motivaron nuestra propuesta continúan, mas imperiosas que nunca. La caída del gobierno Chapaprieta-Gil Robles, minado interiormente por los antagonismos económicos y políticos, ha sido, ante todo, el fruto de la actividad de las masas populares y especialmente obreras en toda España y en Cataluña, y fruto también del impetuoso y el fascismo, movimiento que, a pesar de la cruenta represión, no ha hecho más que desarrollarse desde octubre.

Una vez más, después de los intentos de golpe de Estado de los días 2 y 21 de septiembre, Gil Robles y los generales reaccionarios no han podido llevar a cabo sus baladronadas y han tenido que retroceder ante la vigilancia y voluntad de lucha de los trabajadores y de las demás masas populares. Pero sí el golpe de Estado ha sido descartado, la reacción fascistizante no renuncia a sus planes. Las declaraciones y el contenido del manifiesto de Gil Robles y la actitud de todas las fuerzas monárquicos y fascistas son bien categóricas. Se proponen presentar batalla no sólo en el terreno electoral sino en el frente económico, politico y social, constituyendo el Frente Nacional Antirrevolucionario que abarque desde los tradicionalistas hasta los radicales y la Lliga Catalana.

No es posible que el gobierno Portela Valladares, aunque se proponga decididamente la disolución de las Cortes y el restablecimiento de la garantías constitucionales, pueda ser una garantizas contra el desarrollo de las fuerzas reaccionarias , ni que facilite la libre expresión de las masas obreras y democráticas, ni que anúle la ley del 2 de enero, permitiendo así el restablecimiento del Estatuto y el funcionamiento del Parlamento de Cataluña, poniendo en vigor toda su legislación. Siendo como es un gobierno de centroderecha y habiendo participado todos sus componentes en los gobiernos de la coalición de derechas, hará todo lo posible para que las próximas elecciones sean las más clara expresión del soborno y de la coacción y den una mayoria conservadora. En el aspecto social ofrece aún menos garantías. Desde el poder entorpecerá sistematicamente el desarrolló de las organizaciones sindicales serán escamoteadas y los campesinos seguirán sometidos al yugo de los antiguos contratos semi-feudale. Continuarán los desahucios en el campo catalán.

La situación es absolutamente clara. Los fuerzas políticas tiendene a polarizarse en dos grandes frentes de combates: el de la revolución y el de la contrarevolución. No hay lugar para la lucha aislada de los partidos que no se cohesionan en cualquiera de estos dos frentes. Contra el Frente Nacional Antirrevolucionario de Gil Robles y todo el conciliábulo monárquico-radical hay que oponer el FRENTE POPULAR ANTIFASCISTA de todas las fuerzas obreras y democráticas con un programa de puntos minimos de coincidencia que lo hagan realmente eficiente. Debemos tener en cuenta la experiencia que nos ofrecen los países en los que, por no haberse constituido,en el momento oportuno, un amplio Frente Popular que lo impidiese, se ha instalado en el poder el fascismo.

Para conseguir que este Frente Popular Antifascista esté integrado por todas las fuerzas populares, obreras, campesinas y democráticas de Cataluña y que su acción quede subordinada con las masas populares de España, el Partido Comunista de Cataluña propone como base de discusión para la organización del Frente Popular Antifascist los siguientes puntos:
1. La inmediata amnistia y liberación de todos los presos políticos y sociales del 6 de octubre, de antes y después de octubre. la lucha por impedir las ejecuciones de los trabajadores actualmente condenados a muerte y la abolición de la pena capital.
2. Que las próximas elecciones se celebren con un Gobierno que ofrezca garantías para las masas populares.
3. Restablecimiento inmediato y total del Estatuto de Cataluña, con los servicios correspondientes. Restablecimiento de las funciones legislativas del Parlamento de Cataluña, derogando, por consiguiente, la ley del 2 de enero.
Restitución de los ayuntamientos de elección popular. Restablecimiento de la Universidad Autónoma y restitución para el servicio escolar de los edificios ilegalmente devueltos a los jesuitas.
4. Derogación de todas las leyes reaccionarias establecidas por las Cortes de la contrarrevolución. Restablecimiento inmediato de la Constitución y las libertades de prensas, reunión, asociación y huelga. Reapertura de todos los sindicatos y centros políticos clausurados.
5. Lucha enérgica para conseguir el desarme y disolución de la organizaciones fascistas y reaccionarias.
6. Lucha para la defensa de todas las revindicaciones y mejoras obtenidas por los trabajadores. Defensa de las revindicaciones economicas de la clase obrera a fin de elevar su nivel de vida. Lucha para eliminar el paro forzoso mediante un amplio plan de obras públicas con aportación del capital necesario por parte de los grandes capitales. Subsidio a los obreros en paro forzoso. Readmisión en las empresas y la administración de todos los obreros, empleados y funcionarios despedidos por represalias. Lucha para impedir la persecución de las organizaciones obreras.
7. Aplicación integra de la ley de Contratos de Cultivo aprobada por el Parlamento de Cataluña. Anulación de la ley de Arredamientos Rústicos y de los desahucios efectuados en el campo catalán. Restitución de todas las cantidades que en los campesinos,aparceros, medianeros y arrendatarios han sido obligados a pagar por la fuerza a los propietarios.
Saludos fraternales.
Por el C.C. del PCC
el secretariado.

¿Qué pasó en Islandia?

Vicenc Navarro

 Para muchas opciones de izquierdas, Islandia era un punto de referencia, mostrando el camino que las fuerzas progresistas debían seguir. Esta visión, ampliamente extendida, estaba basada en una lectura de lo que había ocurrido en aquel país durante el periodo entre 2008 y 2009, cuando la población se rebeló en contra de que el Estado salvara a los bancos que habían llevado el país a la ruina mediante sus actividades especulativas. En lugar de salvarlos, la población exigió que se llevara a los tribunales a los dirigentes de los bancos y al gobierno que los había supervisado y ayudado en sus especulaciones, demandando también que se estableciera una nueva Constitución basada en una amplia participación popular, eligiendo una coalición de un partido de izquierda, el Partido Socialdemócrata, con el Partido Verde, para que se constituyera en gobierno y dirigiera el país en el periodo de Transición.

Tal versión de los hechos permitía un optimismo a las fuerzas progresistas y democráticas de otros países europeos que habían experimentado crisis financieras semejantes, consecuencia también del comportamiento especulativo de la banca, facilitado por la desregulación financiera, en boga durante el periodo neoliberal iniciado en los años ochenta. Es más, en esta versión se suponía que si un país tan pequeño como Islandia (320.000 habitantes) había hecho lo que había hecho, otros podrían también hacerlo.
Cinco años más tarde, sin embargo, la coalición de izquierdas fue masivamente derrotada y salió vencedora la única coalición de partidos de derechas, la misma que había sido prácticamente expulsada del gobierno por considerársela responsable de la enorme crisis que llevó al país al desastre. ¿Por qué? ¿Qué había pasado? La respuesta conservadora y liberal 

La respuesta que han dado la mayoría de medios conservadores y liberales a esta pregunta es la de que considera la derrota de las izquierdas a su falta de realismo y experiencia de gobierno que, intentando aplicar medidas utópicas e irreales, antagonizaron a la población, votando de nuevo a aquellas fuerzas políticas más realistas, más pragmáticas y con mayor experiencia gubernamental, terminando con el periodo experimental iniciado en las revueltas bien intencionadas (las derechas siempre son muy condescendientes hacia las izquierdas y hacia los movimientos sociales) pero excesivamente ingenuas y poco realistas, del periodo 2008-2009. 

La votación en la última elección, pues, traduciría una vuelta a la realidad. Tal versión muy sesgada a favor de las derechas carece, sin embargo, de credibilidad. Lo que ha ocurrido es muy distinto a lo que se refleja en esta versión de los hechos. En realidad, es casi opuesto a lo que tales voces indican. Lo que pasó fue un indicador más del desfase entre los movimientos sociales que tuvieron un enorme impacto en lo acaecido en el periodo 2008-2009 y los partidos políticos con representación parlamentaria, incluyendo los de izquierda, que intentaron canalizar tales movimientos. 

Este desfase y distancia explica que, una vez elegidos, los partidos gobernantes de izquierda (el Partido Socialdemócrata y el Partido Verde), aunque sensibles a algunas de las demandas de los movimientos sociales y del enorme movimiento popular, siguieron políticas distintas, e incluso opuestas, a las que tales movilizaciones habían exigido, creando una gran frustración y decepción, que explica su merecida derrota en las últimas elecciones, las primeras en las que la población pudo expresar su desagrado. 

Veamos los datos. El colapso de los tres bancos (que se dejaron colapsar por parte del Estado) –Glitnir, Kaupthing y Landsbanki- en 2008 era inevitable y hubiera sido imposible para el Estado poder absorber su deuda (que era diez veces mayor que su PIB). La exigencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que Islandia pagara a los acreedores –principalmente bancos británicos y holandeses- era irrealizable. De ahí el enfado e indignación de la mayoría de la población que salió a la calle.

 Tal exigencia del FMI era, además, profundamente injusta, pues demandaba que fuera la población islandesa la que pagara a los acreedores por deudas contraídas por responsables bancarios islandeses en complicidad con personalidades políticas, que carecían de mandato popular para llevarlas a cabo (una situación idéntica a la ocurrida, por cierto, en España). En respuesta a este enfado, la estructura de poder (banqueros, magnates de flotas pesqueras y grandes empresas) se vio en la necesidad de ceder, pues la situación había alcanzado niveles amenazantes para sus intereses. Pero su intento se basó en diluir la aplicación de tales exigencias. 

Un banquero, por ejemplo, fue llevado a los tribunales, pero muchos otros (la mayoría) salieron ilesos. Y la coalición elegida contribuyó en gran manera a esta dilución. Lo que los conservadores y liberales definieron como realismo era una moderación y practica pactista parlamentaria que frustró a los movimientos sociales que les votaron. Ni que decir tiene que tal coalición hizo reformas que paliaron algo la situación desastrosa que la crisis había creado entre la clase trabajadora. (ver Laurie Penny “Iceland’s elections: A shattered fairy tale”, New Stateman, 08/05/2013). El desfase entre el Nuevo gobierno y los movimientos sociales Pero el gran error de la coalición gobernante fue creer que el futuro de Islandia estaba en la Unión Europea.

 Tal creencia estaba reflejada en su programa electoral, elemento no compartido por la mayoría de la población, que estaba en contra de la integración de Islandia en la UE. La coalición de izquierdas que se había opuesto a las exigencias del FMI (a que se pagara a los acreedores europeos) aceptaba ahora, en cambio, las políticas de austeridad que dictaba la Troika (el mismo FMI junto con el Banco Central Europeo y la Comisión Europea) como condición para su entrada a la Unión Europea. La aceptación de tales prácticas de austeridad fue la causa de la enorme frustración y desencanto de la población hacia el gobierno de coalición de izquierdas y su posterior derrota electoral. Fue este movimiento a la derecha del gobierno de izquierdas el que causó su fracaso electoral, tal como ha ocurrido en todos los gobiernos de izquierda que han seguido tales políticas de austeridad en la UE (ver José M. Tirado “Iceland’s Crippling Elections”,CounterPunch, 29.04.13). 

Este gran desfase entre los movimientos sociales (que exigían cambios más profundos, e incluso opuestos en algunos puntos importantes, a los que se estaban realizando) por una parte, y los partidos de izquierda (que se caracterizaron por su gran moderación y escasa vocación transformadora, temerosos de enfrentarse con la estructura de poder del país) por la otra, originaron este debacle electoral. Contribuyó a ello la desmovilización de los movimientos sociales tras la elección del gobierno de coalición de izquierdas. 

Fue esta derrota de las izquierdas la que causó la victoria de las derechas, las cuales no compartían el entusiasmo de las izquierdas por la Unión Europea. El partido mayoritario dentro de las derechas era el partido agrícola y de la pesca, temeroso de la integración en la UE. Y un elemento central de sus campañas fue prometer reducir el enorme endeudamiento familiar a base de concesiones públicas que, con carácter de rentabilidad, tenían gran atractivo popular. Ahora bien, la mayor causa de la derrota de la coalición de izquierdas fue la enorme decepción que sus políticas crearon. País tras país, partidos gobernantes de izquierda han sido expulsados del poder por aplicar políticas de austeridad que carecían de apoyo y mandato popular. Así de claro.

La vida cotidiana en la Unión Sovietica-VI