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martes, mayo 27, 2014

Historia del Movimiento Obrero Sevillano-IX

Respecto a la cuarta base que se refiere a los jornales, dejan los patronos en libertad a las autoridades para que resuelvan el litigio, pero haciendo saber que con relacion al jornal sera el precio de venta del pan.

De la sexta que se refiere a que no se elabore el pan falto de peso y con harina de mala calidad, contestan que son las autoridades las llamadas a velar por lo pedido en este base.

La base once que se refiere a los accidentes de trabajo, en cuyo caso piden los obreros que se les abone el jornal integro, es contestada por los patronos remitiendo a la ley.

De esta manera minuciosa hemos seguido, a traves de la prensa local, la primer intervencion importante de Jose Diaz en la historia del movimiento obrero, actuando como lider destacado en la huelga de panaderos de 1920 en Sevilla.

A partir de mitad del año 20 se va a producir un hecho trascendente, no se celebran reuniones de los sindicalistas por gremios, y esto tiene una causa evidente. Las reuniones, por alentadores a movimientos huelgisticos y posturas de hermandad entre los obreros que llevan a actos de fuerza, son prohibidos por la autoridad. Es gobernador civil de Sevilla D. Luis Tur y Palau. Pero el que no haya noticias de dichas reuniones no quiere decir que no se celebren. Lo que ocurre es que ya no se da la presencia del delegado de la autoridad, que se hacen en clandestinidad, Y, por esto mismo, se potenciaron posturas mas rotundas y acciones mas duras. Era mucho lo que se jugaban. Esto se verá reflejado en que durante el último trimestre del año 20 menudean las huelgas en la ciudad.

En Octubre estan en la huelga los obreros de las tres fabricas militares de sevilla, los carpinteros, los cocheros sindicalitas que tienen su lugar de reunión en la calle Heliopolis. 8 y que se adhieren a Solidaridad Obrera, periodico anarquista y clandestino, los barberos y los plateros. En toda España, a pesar de ser perseguidos los sindicalistas y anarquistas, a pesar de ser encarcelados, como es el caso de Saturnino Barneto, amigo de Pepe Diaz, Jose Oliveira y siete mas, la lucha continua sin miedo a las consecuencias de la represión. El gobernador civil manifiesta que todos los presos politicos presos obreros estan en libertad pero no es cierto.La represión es fuerte y su consecuencia sera la lucha dura: se juegan mucho en la accion revolucionaria, por tanto se presiona brutalmente al considerado mal compañero para que acuda a la convocatoria de huelga: peleas, pistolas,heridos y muerte seran sus consecuencias. Hoy es un obrero confitero en la Campana que porta una parihuela, mañana es un obrero encargado de encender las lamparas de gas. Los ultimos centros de reuniones se van cerrando, como el Petit Cafe, en la plaza del Duque.

El 22 de noviembre estan en Sevilla, Salvador Segui, de la CNT y Trifon Gomez, de la UGT, despues de visitar Rio Tinto que lleva en huelga mucho tiempo y dicen que 26;"contra el actual estado de cosas iremos todos los trabajadores de España". Se trata de que ambas centrales sindicales se entienden y, por primera vez, van a actuar conjuntamente. El 4 de diciembre aparece en prensa la noticia de que Salvador Segui, Companys, Amador, Barrera, los hermanos Vidal y otros salen deportados para Rio Muni. En Sevilla se ha empezado la huelga general que durará hasta el día 8 inclusive. El gobernador civil afirma que la huelga fue decretada en el misterio y fue secundada por muchos con equivocada sumisión. Y que son "los profesionales del desorden" los que "sin causa que la justifique" tienen paralizada la vida material en la ciudad. Habrá atentados terrorista.
 En la calle Fabiola, en la casa de Ramon Ibarra, exploto una bomba, muriendo un soldado, siendo heridos otro dos. Por la noche estallan dos bombas en las proximidades de Eritaña. Y un petardo colocado en la cuarta ventana de la puerta de entrada al palacio de Arzobispal, a las 10,20 de la noche. Fueron detenidos el Doctor Vallina que vivia en la calle San Marcos y su ayudante, el estudiante Alfaya, y el dia 12 son extrañados con otros anarquistas y sindicalistas y conducidos camino de Extremadura.

Podemos afirmas que la huelga general de noviembre-diciembre de 1920 tiene su origen en que la CNT y la UGT firmaron el 3 de septiembre de 1920 una alianza a nivel nacional. Detenidos 64 cenetistas barceloneses por el gobernador Martinez Anido, se pide la huelga general en toda España en su apoyo, y la respuesta obrera sevillana no se hizo esperar. Sera el sindicato del metal el que concrete las peticiones.

Que sea reconocido el sindicato unico con sus delegados de fabrica, obras y talleres; solución de todos los conflictos de forma satisfactoria para los obreros; abolición del trabajo a destajo y extensión de la jornada de ocho horas a todos los trabajadores (recuerdese que desde el 3 de abril del año 19 estaba en decreto dicha disposición).

Su consecuencia sera que aparece el fenomeno terrorista. Y arrecia aun mas la represión de las fuerzas del orden con todo tipo de actuaciones, detenciones, clausuras, disparos de los soldados contra los grupos de sospechosos. En el entierro del soldado muerto no hay ninguna representación obrera. La dicotomia de la sociedad sevillana se ha consumado y se manifiesta publicamente.
El 8 de diciembre se vuelve al trabajo.

A partir del año 21 la lucha es total. Los sindicatos unicos imponen multas a los patronos, las autoridades inician una fuerte represión, con continuas detenciones que los van a desarticular. Los atentados continúan. El fabricante de corchos Enrique Barris es herido por la espalda gravemente en la calle Escarpín cuando iba camino de la Encarnación"por dos individuos de traza modesta"27, muriendo el dia 12.Habia huelga parcial de sus obreros. El dia 13 se celebra el entierro y la misma prensa afirmo que su muerte se debe "a un atentado sindicalista".

Comienzan a fracasar los pequeños intento de huelgas del año 1921. El dia 21 de enero es asesinado el policía Espejo cuando intento cachear a un sospechoso que le disparo a bocajarro. Ese mismo dia varios policias intentaron detener al presidente de uno de los sindicatos que huyo y fue perseguido y muerto bajo el mostrador de una farmacia. Otros tres sindicalistas fueron muertos por la policia y umo herido. "Suceso extraño", comenta el Liberal que no se quiere implicar en la explicación oficial que se da del hecho ocurrido. Siempre es igual: sindicalistas son llevados camino de la carcel por policias o por la guardia civil, aparecen presuentos pistoleros que van a disparar; la autoridad temiento que los presos aprovechan y se escapen les disparos y les dan a morir. Se cierran imprentas (Alhondigas,21), por trabajar para sindicalistas; se detiene a sindicalistas que clandestinamente cobran cuotas.

La carcel es denunciada por los propios presos como un lugar inhabitable. Es la Carcel del Populo que esta en el Arenal de Sevilla.. En una carta publicada el 5 de febrero se afirma:"El estado de la carcel es de lo peor que pueda imaginarse. En estas noches de agua, los presos tiene que permanecer de pie en el dormitorio en que esten alojados porque se llueve a cantaros". Y el dia nueve de febrero se da el dato de que hay en la carcel de Sevilla, 482 presos de los que 205 son sindicalistas y de estos estan a disposición del gobernador civil. 160. Se niegan a ser conducidos desde la carcel  y se amotinan.
El 9 de marzo del año 21 se da la noticia del atentado contra el Presidente del Consejo, Eduardo Dato, y su muerte28.

A manera de resumen final de la etapa historica, concluimos que los años que van de 1917 al 20, el llamado trienio bolchevique, van a significar para el movimiento obrero:
1. El auge del sindicalismo anarquista de la CNT, que en 1919 llego a su maximo apogeo.
2. Intentos movimientos huelguisticas y la aparición de la contrarreplica por el poder del Estado con la "ley de fugas" de Dato y la intensidad del pistolerismo(Dato asesinado por tres hombres, uno de ellos Casanellas que fue el unico que pudo huir y en Moscu se hizo comunista, regresando en el 36 a España). Muchos sindicalistas perderían la vida y la lucha llevaria a un sector al anarquismo terrorista.
3. Gran Protagonismo de la lucha obrera.Nunca el movimiento obrero ha estado tan imbricado en la historia de España y ha tenido repercusiones sus actuaciones en la vida nacional como es estos años.
4. El represión del Estado fue más duras que nunca. El Gobernador Militar de Barcelona, Martinez Anido, personifica la dureza de las actuaciones del Estado.
5. El triunfo de la revolución bolchevique en Rusia llevo a una mayor disgregación de los partidos y sindicales obreras.
Mientras los anarcosindicalista se mantienen en su alejamiento definitivo del politia burguesa, los socialistas del PSOE, adheridos al Congreso de Amiens, cada vez tienen mas representación parlamentaria. El sindicalista UGT esta tan unido al partido que practicamente en este periodo se confunden.

viernes, mayo 23, 2014

Las cooperativas en la URSS-I


Despues del XV Congreso, el partido intensifico la labor orientada a la cooperación de las masas campesinas. Había entonces en el país unas 35.000 poblaciones rurales, con una media de setenta hogares campesinos por unidad. El partido tomaba medidas para influir sobre todas las masas campesinas, que sumabna muchos millones de seres. En la prensa, por radio y en las asambleas campesinas se explicaban las ventajas de las cooperativas de distintos tipos.

Al comienzo, la más extendidas fueron las cooperativas de consumo. Estas se dedicaban a abastecer a la población rural de artículos industriales. Por lo común, los campesinos de una u otra aldea o de varias aldeas vecinas, fundaban sobre el principio de la voluntariedad, una cooperativa rural de consumo. Cada miembro aportaba su cuota. Estas participaciones constituian los fondos monetarios de la cooperativa, con los que se adquirian articulos industriales.Cada cooperativa tenia su tienda, en las que los socios compraban mercancias. La actividad de las cooperativas la dirigian en las repúblicas federadas sus consejos centrales de cooperativas de consumoñ
Sus organismos compraban mercancias al Estado y abastecian a las cooperativas de consumo.

Con el activo apoyo del Estado sovietico se desarrollaban asi mismo las cooperativas del credito. Estas se fundaban para prestar ayuda a los campesinos, otorgandoles creditos, en condiciones ventajosas, que les permitieron satisfacer las necesidades de su finca. El estado sovietico fundo el Banco Agricola Central y le asigno medios para el credito. Asi, pues, el fondo monetario lo constituian las participaciones voluntarias de los socios y los recursos que proporcionaba el Estado.
Las cooperativas de credito portegian a los campesinos trabajadores contra el avasallamiento por parte de los Kulaks.
En el otoño de 1929, dichas cooperativas agrupaban ya a cerca de diez millones de campesinos pobres y medios.

En el campo desempeñaban un papel particularmente importante las cooperativas agricolas. Al comienzo eran de todos los tipos de cooperativas: productores(arteles y sociedades de cultito conjunto de la tierra), de ayuda a la producción (sociedades de maquinas, mejoramiento y otras),cooperativas de venta y transofmracion de los productos agricolas(salineros, mantequeras, algodoneras, lineras,etc.). Estas ultimas eran las mas difundidas.

Las cooperativas de venta y transformaciones de productos agricolas dejaban intactas las bases de la produccion campesina. Los campesinos trabajaban en sus fincas y se agrupaban en las cooperativas unicamente para vender y transformar su produccion mercantil, Si se trataba pongamos por caso, de una produccion mercantil. si se trataba , pongamos por caso, de una cooperativa lechera, esta abria un punto de vent ade leche, a medida que se desarrollaban, las cooperativas agricolas se iban especializando mas y mas. En las republicas federadas se organizaron agrupaciones cooperativas de cultivadores de cereales, de remolacha azucarera, de algodon, de ganaderos, etc. El estado concertaba con ellas contratos, en virtud de los cuales se comprometica a proporcionar a los campesinos maquinas agricolas, apredo y distintos articulos industriales a cambio de productos del campo. En 1929, las cooperativas agricolas agrupaban a mas de la mitad de todos los campesinos pobres y medios del pais.

El partido utilizaba  las cooperativas de suministro y venta para crear formas elementales de cooperacion en la producion, persuadiendo a los campesinos de las ventajas que entrañaban la utilizacion colectiva de las maquinas y el trabajo mancomunado. Cada dia eran mas las cooperativas de maquinas y de cultivo conjunto de la tierra. Las uniones de cooperativas agricolas organizaban en las aldeas puntos de alquiler de maquinas, destacamentos colunmas y estaciones de tractores y otra maquinarias agricola que, en condicioens ventajosas para los campesinos, ayudaban a estos a trabajar la tierra y recoger la cosecha. Esto era ventajoso particularmente para lso campeisnos pobre carentes de caballo. Los campesinos trabajadores emprendian en camino de la edificacion koljosiana. En 1927 se crearon en las republicas centros koljosianas para dirigir las haciendas colectivas.

Los sovjoses desempeñaron un importante papel en el desarrollo de la edificacion koljosiana. Su ejemplo hacia ver a los campesinos las enormes ventajas del trabajo maquinizado.
Por ejemplo, el sovjos Guigant, dle Norte del Caucaso, lo visitaron mas de 100.000 campesinos, que se admiraban al ver trabajar los tractores y otra maquinas agricolas modernas.

Esos campesinos, al regresar a sus aldeas, era entusiastas propagandistas de la creacion de koljoses. Muchos sovjoses formban destacamenteos de tractores y otras maquinas para ayudar en el cultivo de la tierras a los campesinos de las aldesa del contorno. Para estos mismo fines, el sovjos ucraniano Shevechenko creo la primera estacion de maquinas y tractores del pais. En la zona de su actividad todos los campesinos se agruparon en koljoses. Los campesinos habian oido hablar mucho de la construccion de una fabrica de tractores a orillas del Volga. Cada dia visitaban las obras delegaciones campesinas, para ver con sus propios ojos como avanzaban la construccion de aquella empresa gigante. Visitaron la fabrica unos 150.000 campesinos.
Asi el partido, realizando el plan cooperativista de lenin, preparaba las condiciones para la edificacion koljosiana masiva en el campo, que se desplego en la segunda mitad de 1929

jueves, mayo 22, 2014

Gabriel Garcia Marquez: el historiador de la revolución chilena

El golpe contra Salvador Allende

Por politikaucab • octubre 9, 2013
Extraído de: Prodavinci | Autor: García Márquez

allende Chile, el golpe y los gringos. (Crónica de una tragedia organizada)

A fines de 1969, tres generales del Pentágono cenaron con cuatro militares chilenos en una casa de los suburbios de Washington. El anfitrión era el entonces coronel Gerardo López Angulo, agregado aéreo de la misión militar de Chile en los Estados Unidos, y los invitados chilenos eran sus colegas de las otras armas. La cena era en honor del Director de la escuela de Aviación de Chile, general Toro Mazote, quien había llegado el día anterior para una visita de estudio. Los siete militares comieron ensalada de frutas y asado de ternera con guisantes, bebieron los vinos de corazón tibio de la remota patria del sur donde había pájaros luminosos en las playas mientras Washington naufragaba en la nieve, y hablaron en inglés de lo único que parecía interesar a los chilenos en aquellos tiempo: las elecciones presidenciales del próximo septiembre. A los postres, uno de los generales del Pentágono preguntó qué haría el ejército de Chile si el candidato de la izquierda Salvador Allende ganaba las elecciones. El general Toro Mazote contestó: “Nos tomaremos el palacio de la Moneda en media hora, aunque tengamos que incendiarlo”
El escritor colombiano con Pablo Neruda
Uno de los invitados era el general Ernesto Baeza actual director de la Seguridad Nacional de Chile, que fue quien dirigió el asalto al palacio presidencial en el golpe reciente, y quien dio la orden de incendiarlo. Dos de sus subalternos de aquellos días se hicieron célebres en la misma jornada: el general Augusto Pinochet, presidente de la Junta Militar, y el general Javier Palacios, que participó en la refriega final contra Salvador Allende. También se encontraba en la mesa el general de brigada aérea Sergio Figueroa Gutiérrez, actual ministro de obras públicas, y amigo íntimo de otro miembro de la Junta Militar el general del aire Gustavo Leigh, que dio la orden de bombardear con cohetes el palacio presidencial. El último invitado era el actual almirante Arturo Troncoso, ahora gobernador naval de Valparaíso, que hizo la purga sangrienta de la oficialidad progresista de la marina de guerra, e inició el alzamiento militar en la madrugada del once de septiembre.

Aquella cena histórica fue el primer contacto del Pentágono con oficiales de las cuatro ramas chilenas. En otras reuniones sucesivas, tanto en Washington como en Santiago, se llegó al acuerdo final de que los militares chilenos más adictos al alma y a los intereses de los Estados Unidos se tomarían el poder en caso de que la Unidad Popular ganara las elecciones. Lo planearon en frío, como una simple operación de guerra, y sin tomar en cuenta las condiciones reales de Chile.

El plan estaba elaborado desde antes, y no sólo como consecuencia de las presiones de la International Telegraph & Telephone (I.T.T), sino por razones mucho más profundas de política mundial. Su nombre era “Contingency Plan”. El organismo que la puso en marcha fue la Defense Intelligence Agency del Pentágono, pero la encargada de su ejecución fue la Naval Intelligency Agency, que centralizó y procesó los datos de las otras agencias, inclusive la CIA, bajo la dirección política superior del Consejo Nacional de Seguridad. Era normal que el proyecto se encomendara a la marina, y no al ejército, porque el golpe de Chile debía coincidir con la Operación Unitas, que son las maniobras conjuntas de unidades norteamericanas y chilenas en el Pacífico. Estas maniobras se llevaban a cabo en septiembre, el mismo mes de las elecciones y resultaba natural que hubiera en la tierra y en el cielo chilenos toda clase de aparatos de guerra y de hombres adiestrados en las artes y las ciencias de la muerte.

Por esa época, Henry Kissinger dijo en privado a un grupo de chilenos: “No me interesa ni sé nada del Sur del Mundo, desde los Pirineos hacia abajo”. El Contingency Plan estaba entonces terminado hasta su último detalle, y es imposible pensar que Kissinger no estuviera al corriente de eso, y que no lo estuviera el propio presidente Nixon.

Ningún chileno cree que mañana es martes. Chile es un país angosto, con 4.270 kilómetros de largo y 190 de ancho, y con 10 millones de habitantes efusivos, dos de los cuales viven en Santiago, la capital. La grandeza del país no se funda en la cantidad de sus virtudes, sino el tamaño de sus excepciones. Lo único que produce con absoluta seriedad es mineral de cobre, pero es el mejor del mundo, y su volumen de producción es apenas inferior al de Estados Unidos y la Unión Soviética. También produce vinos tan buenos como los europeos, pero exportan poco porque casi todos se los beben los chilenos. Su ingreso per cápita, 600 dólares, es de los más elevados de América Latina, pero casi la mitad del producto nacional bruto se lo reparten solamente 300.000 personas. En 1932, Chile fue la primera república socialista del continente, y se intentó la nacionalización del cobre y el carbón con el apoyo entusiasta de los trabajadores, pero la experiencia sólo duró 13 días. Tiene un promedio de un temblor de tierra cada dos días y un terremoto devastador cada tres años. Los geólogos menos apocalípticos consideran que Chile no es un país de tierra firme sino una cornisa de los Andes en una océano de brumas, y que todo el territorio nacional, con sus praderas de salitre y sus mujeres tiernas, está condenado a desaparecer en un cataclismo.

Los chilenos, en cierto modo, se parecen mucho al país. Son la gente más simpática del continente, les gusta estar vivos y saben estarlo lo mejor posible, y hasta un poco más, pero tienen una peligrosa tendencia al escepticismo y a la especulación intelectual. “Ningún chileno cree que mañana es martes”, me dijo alguna vez otro chileno, y tampoco él lo creía. Sin embargo, aún con esa incredulidad de fondo, o tal vez gracias a ella, los chilenos han conseguido un grado de civilización natural, una madurez política y un nivel de cultura que son sus mejores excepciones. De tres premios Nobel de literatura que ha obtenido América Latina, dos fueron chilenos. Uno de ellos, Pablo Neruda, era el poeta más grande de este siglo.

Todo esto debía saberlo Kissinger cuando contestó que no sabía nada del sur del mundo, porque el gobierno de los Estados Unidos conocía entonces hasta los pensamientos más recónditos de los chilenos. Los había averiguado en 1965, sin permiso de Chile, en una inconcebible operación de espionaje social y político: el Plan Camelot. Fue una investigación subrepticia mediante cuestionarios muy precisos, sometidos a todos los niveles sociales, a todas las profesiones y oficios, hasta en los últimos rincones del país, para establecer de un modo científico el grado de desarrollo político y las tendencias sociales de los chilenos. En el cuestionario que se destinó a los cuarteles, figuraba la pregunta que cinco años después volvieron a oír los militares chilenos en la cena de Washington: “¿Cuál será la actitud en caso de que el comunismo llegue al poder? -La pregunta era capciosa. Después de la operación Camelot, los Estados Unidos sabían a cierta que Salvador Allende sería elegido presidente de la república.

Chile no fue escogido por casualidad para este escrutinio. La antigüedad y la fuerza de su movimiento popular, la tenacidad y la inteligencia de sus dirigentes, y las propias condiciones económicas y sociales del país permitían vislumbrar su destino. El análisis de la operación Camelot lo confirmó: Chile iba a ser la segunda república socialista del continente después de Cuba. De modo que el propósito de los Estados Unidos no era simplemente impedir el gobierno de Salvador Allende para preservar las inversiones norteamericanas. El propósito grande era repetir la experiencia más atroz y fructífera que ha hecho jamás el imperialismo en América Latina: Brasil.

Doña cacerolina se echa a la calle. El 4 de septiembre de 1970, como estaba previsto, el médico socialista y masón Salvador Allende fue elegido presidente de la república. Sin embargo, el Contingency Plan no se puso en práctica. La explicación más corrientes es también la más divertida: alguien se equivocó en el Pentágono, y solicitó 200 visas para un supuesto orfeón naval que en realidad estaba compuesto por especialistas en derrocar gobiernos, y entre ellos varios almirantes que ni siquiera sabían cantar. El gobierno chileno descubrió la maniobra y negó las visas. Este percance, se supone, determinó el aplazamiento de la aventura. Pero la verdad es que el proyecto había sido evaluado a fondo: otras agencias norteamericanas, en especial la CIA y el propio embajador de los Estados Unidos en Chile, Edward Korry, consideraron que el Contingency Plan era sólo una operación militar que no tomaba en cuenta las condiciones actuales de Chile.

En efecto, el triunfo de la Unidad Popular no ocasionó el pánico social que esperaba el Pentágono. Al contrario, la independencia del nuevo gobierno en política internacional, y su decisión en materia económica, crearon de inmediato un ambiente de fiesta social. En el curso del primer año se habían nacionalizado 47 empresas industriales, y más de la mitad del sistema de créditos. La reforma agraria expropió e incorporó a la propiedad social 2.400.000 hectáreas de tierras activas. El proceso inflacionario se moderó: se consiguió el pleno empleo y los salarios tuvieron un aumento efectivo de un 40 por ciento.

El gobierno anterior, presidido por el demócrata cristiano Eduardo Frei, había iniciado un proceso de chilenización del cobre. Lo único que hizo fue comprar el 51 por ciento de las minas, y sólo por la mina de El Teniente pagó una suma superior al precio total de la empresa. La Unidad Popular recuperó para la nación con un solo acto legal todos los yacimientos de cobre explotados por las filiales de compañías norteamericanas, la Anaconda y la Kennecott. Sin indemnización: el gobierno calculaba que las dos compañías habían hecho en 15 años una ganancia excesiva de 80.000 millones de dólares.

La pequeña burguesía y los estratos sociales intermedios, dos grandes fuerzas que hubieran podido respaldar un golpe militar en aquél momento, empezaban a disfrutar de ventajas imprevistas, y no a expensas del proletariado, como había ocurrido siempre, sino a expensas de la oligarquía financiera y el capital extranjero. Las fuerzas armadas, como grupo social, tienen la misma edad, el mismo origen y las mismas ambiciones de la clase media y no tenían motivo, ni siquiera una coartada, para respaldar a un grupo exiguo de oficiales golpistas. Consciente de esa realidad, la Democracia Cristiana no solo no patrocinó entonces la conspiración de cuartel, sino que se opuso resueltamente porque la sabía impopular dentro de su propia clientela.

Su objetivo era otro: perjudicar por cualquier medio la buena salud del gobierno para ganarse las dos terceras partes del Congreso en las elecciones de marzo de 1973. Con esa proporción podía decidir la destitución constitucional del presidente de la república.

La Democracia Cristiana era una grande formación inter-clasista, con una base popular auténtica en el proletariado de la industria moderna, en la pequeña y media industria moderna, en la pequeña y media propiedad campesina, y en la burguesía y la clase media de las ciudades. La Unidad Popular expresaba al proletariado obrero menos favorecido, al proletariado agrícola, a la baja clase media de las ciudades.

La Democracia Cristiana, aliada con el Partido Nacional de extrema derecha, controlaba el Congreso. La Unidad Popular controlaba el poder ejecutivo. La polarización de esas dos fuerzas iba a ser, de hecho, la polarización del país. Curiosamente, el católico Eduardo Frei, que no cree en el marxismo, fue quien aprovechó mejor la lucha de clases, quien la estimuló y exacerbó; con el propósito de sacar de quicio al gobierno y precipitar al país por la pendiente de la desmoralización y el desastre económico.
En Paris 1981 con Julio Cortazar y Hortensia
Allende.

El bloqueo económico de los Estados Unidos por la expropiaciones sin indemnización y el sabotaje interno de la burguesía hicieron el resto. En Chile se produce todo, desde automóviles hasta pasta dentífrica, pero la industria tiene una identidad falsa: en las 160 empresas más importantes, el 60 por ciento era capital extranjero, y el 80 por ciento de sus elementos básicos importados. Además, el país necesitaba 300 millones de dólares anuales para importar artículos de consumo, y otros 450 millones para pagar los servicios de la deuda externa. Los créditos de los países socialistas no remediaban la carencia fundamental de repuestos, pues toda industria chilena, la agricultura y el transporte, estaban sustentados por equipo norteamericano. La Unión Soviética tuvo que comprar trigo de Australia para mandarlo a Chile, porque ella misma no tenía y a través del Banco de la Europa del Norte, de París, le hizo varios empréstitos sustanciosos en dólares efectivos. Cuba, en un gesto que fue más ejemplar que decisivo, mandó un barco cargado de azúcar regalada. Pero las urgencias de Chile eran descomunales. Las alegres señoras de la burguesía, con el pretexto del racionamiento y de las pretensiones excesivas de los pobres, salieron a la plaza pública haciendo sonar sus cacerolas vacías. No era casual, sino al contrario, muy significativo, que aquel espectáculo callejero de zorros plateados y sombreros de flores ocurriera la misma tarde que Fidel Castro terminaba una visita de treinta días que había sido un terremoto de agitación social.

La última cueca feliz de Salvador Allende. El Presidente Salvador Allende comprendió entonces, y lo dijo, que el pueblo tenía el gobierno pero no tenía el poder. La frase más alarmante, porque Allende llevaba dentro una almendra legalista que era el germen de su propia destrucción: un hombre que peleó hasta la muerte en defensa de la legalidad, hubiera sido capaz de salir por la puerta mayor de la Moneda, con la frente en alto, si lo hubiera destituido el congreso dentro del marco de la constitución.

La periodista y política Rossana Rossanda, que visitó a Allende por aquella época, lo encontró envejecido, tenso y lleno de premoniciones lúgubres, en el diván de cretona amarilla donde había de reposar el cadáver acribillado y con la cara destrozada por un culatazo de fusil. Hasta los sectores más comprensivos de la Democracia Cristiana estaban entonces contra él. “¿Inclusive Tomic?” -le preguntó Rossana.-”Todos”, contestó, Allende.

En vísperas de las elecciones de marzo de 1973, en las cuales se jugaba su destino, se hubiera conformado con que la Unidad Popular obtuviera el 36 por ciento. Sin embargo, a pesar de la inflación desbocada, del racionamiento feroz, del concierto de olla de las cacerolinas alborotadas, obtuvo el 44 por ciento. Era una victoria tan espectacular y decisiva, que cuando Allende se quedó en el despacho, sin más testigos que su amigo y confidente, Augusto Olivares, hizo cerrar la puerta y bailó solo una cueca.

Para la Democracia Cristiana, aquella era la prueba de que el proceso democrático promovido por la Unidad Popular no podía ser contrariado con recursos legales, pero careció de visión para medir las consecuencias de su aventura: es un caso imperdonable de irresponsabilidad histórica. Para los Estados Unidos era una advertencia mucho más importante que los intereses de las empresas expropiadas; era un precedente inadmisible en el progreso pacífico de los pueblos del mundo, pero en especial para los de Francia e Italia, cuyas condiciones actuales hacen posible la tentativa de experiencias semejantes a las de Chile: Todas las fuerzas de la reacción interna y externa se concentraron en un bloque compacto.

En cambio los Partidos de la Unidad Popular cuyas grietas internas era mucho más profundas de lo que se admite, no lograron ponerse de acuerdo con el análisis de la votación de marzo. El gobierno se encontró sin recursos, reclamado desde un extremo por los partidarios de aprovechar la evidente radicalización de las masas para dar un salto decisivo en el cambio social, y los más moderados que temían al espectro de la guerra civil y confiaban en llegar a un acuerdo regresivo con la Democracia Cristiana. Ahora se ve con mucha claridad que esos contactos, por parte de la oposición no eran más que un recurso de distracción para ganar tiempo.

La CIA y el paro patronal. La huelga de camioneros fue el detonante final. Por su geografía fragorosa, la economía chilena está a merced de su transporte rodado. Paralizarlo es paralizar el país. Para la oposición era muy fácil hacerlo, porque el gremio del transporte era de los más afectados por la escasez de repuestos, y se encontraba además amenazado por la disposición del gobierno de nacionalizar el transporte con equipos soviéticos. El paro se sostuvo hasta el final, sin un solo instante de desaliento, porque estaba financiado desde el exterior con dinero efectivo. La CIA inundó de dólares el país para apoyar el Paro Patronal, y esa divisa bajó en la bolsa negra, escribió Pablo Neruda a un amigo en Europa. Una semana antes del golpe se había acabado el aceite, la leche y el pan.

En los últimos días de la Unidad Popular, con la economía desquiciada y el país al borde de la guerra civil, las maniobras del gobierno y de la oposición se centraron en la esperanza de modificar, cada quien a su favor, el equilibrio de fuerzas dentro del ejército. La jugada final fue perfecta: cuarenta y ocho horas antes del golpe, la oposición había logrado descalificar a los mandos superiores que respaldaban a Salvador Allende, y habían ascendido en su lugar, uno por uno, en una serie de enroques y gambitos magistrales a todos los oficiales que habían asistido a la cena de Washington.

Sin embargo, en aquel momento el ajedrez político había escapado a la voluntad de sus protagonistas. Arrastrados por una dialéctica irreversible, ellos mismos terminaron convertidos en ficha de un ajedrez mayor, mucho más complejo y políticamente mucho más importante que una confabulación consciente entre el imperialismo y la reacción contra el gobierno del pueblo. Era una terrible confrontación de clases que la habían provocado, una encarnizada rebatiña de intereses contrapuestos cuya culminación final tenía que ser un cataclismo social sin precedentes en la historia de América.

El ejército más sanguinario del mundo. Un golpe militar, dentro de las condiciones chilenas, no podía ser incruento. Allende lo sabía. No se juega con fuego, le había dicho a la periodista italiana Rossana Rossanda. Si alguien cree que en Chile un golpe militar será como en otros países de América, como un simple cambio de guardia en la Moneda, se equivoca de plano. Aquí, si el ejército se sale de la legalidad. habrá un baño de sangre. Será Indonesia. Esa certidumbre tenía un fundamento histórico.

Las fuerzas armadas de Chile, el contrario de lo que se nos ha hecho creer, han intervenido en la política cada vez que se han visto amenazados sus intereses de clase y lo han hecho con un tremenda ferocidad represiva. Las dos constituciones que ha tenido el país en un siglo fueron impuestas por las armas y el reciente golpe militar era la sexta tentativa de los últimos cincuenta años.

El ímpetu sangriento del ejército chileno le viene de su nacimiento, en la terrible escuela de la guerra cuerpo a cuerpo contra los araucanos, que duró 300 años. Uno de los precursores se vanagloriaba, en 1620, de haber matado con su propia mano, en una sola acción, a más de 2.000 personas. Joaquín Edwards Bello cuenta en sus crónicas que durante una epidemia de tifo exantemático, el ejército sacaba a los enfermos de sus casas y los mataba con un baño de veneno para acabar con la peste. Durante una guerra civil de siete meses en 1891, hubo 10.000 muertos en una sola batalla. Los peruanos aseguran que durante la ocupación de Lima, en la guerra del Pacífico, los militares chilenos saquearon la biblioteca de don Ricardo Palma, pero que no usaban los libros para leerlos, sino para limpiarse el trasero.

Con mayor brutalidad han sido reprimidos los movimientos populares. Después del terremoto de Valparaíso, en 1906, las fuerzas navales liquidaron la organización de los trabajadores portuarios con una masacre de 8.000 obreros. En Iquique, a principios del siglo, una manifestación de huelguistas se refugió en la teatro municipal, huyendo de la tropa y fue ametrallada: hubo 2.000 muertos. El 2 de abril de 1957 el ejército reprimió una asonada civil en el centro de Santiago causando un número de víctimas que nunca se pudo establecer, porque el gobierno escamoteó los cuerpos en entierros clandestinos. Durante una huelga en la mina de El Salvador, bajo el gobierno de Eduardo Frei, una patrulla militar dispersó a bala una manifestación y mató a seis personas, entre ellas varios niños y una mujer encinta. El comandante de la plaza era un oscuro general de 52 años, padre de cinco niños, profesor de geografía y autor de varios libros sobre asuntos militares: Augusto Pinochet.

El mito del legalismo y la mansedumbre de aquel ejército carnicero había sido inventado en interés propio de la burguesía chilena. La Unidad Popular lo mantuvo con la esperanza de cambiar a su favor la composición de clase de los cuadros superiores. Pero Salvador Allende se sentía más seguro entre los carabineros, un cuerpo armado de origen popular y campesino que estaba bajo el mando directo del presidente de la república. En efecto, sólo los oficiales más antiguos de los Carabineros secundaron el golpe. Los oficiales jóvenes se atrincheraron en la escuela de Sub-oficiales de Santiago y resistieron durante cuatro días, hasta que fueron aniquilados desde el aire con bombas de guerra.

Esa fue la batalla más conocida de la contienda secreta que se libró en el interior de los cuarteles la víspera del golpe. Los golpistas asesinaron a los oficiales que se negaron a secundarlos y a los que no cumplieron las órdenes de represión. Hubo sublevaciones de regimientos enteros, tanto en Santiago como en la provincia que fueron reprimidas sin clemencia y sus promotores fueron fusilados para escarmiento de la tropa. El comandante de los coraceros de Viña del Mar, coronel Cantuarias, fue ametrallado por sus subalternos. El gobierno actual ha hecho creer que muchos de esos soldados leales fueron víctimas de la resistencia popular. Pasará tiempo antes de que se conozcan las proporciones reales de esa carnicería interna, porque los cadáveres eran sacados de los cuarteles en camiones de basura y sepultados en secreto. En definitiva, sólo medio centenar de oficiales de confianza, al frente de tropas depuradas de antemano, se hicieron cargo de la represión.

Numerosos agentes extranjeros tomaron parte en el drama. El bombardeo del palacio de la Moneda, cuya precisión técnica asombró a los expertos, fue hecho por un grupo de acróbatas aéreos norteamericanos que habían entrado con la pantalla de la operación Unitas, para ofrecer un espectáculos de circo volador el próximo 18 de septiembre, día de la independencia nacional. Numerosos policías secretos de los gobiernos vecinos, infiltrados por la frontera de Bolivia, permanecieron escondidos hasta el día del golpe y desataron una persecución encarnizada contra unos 7.000 refugiados políticos de otros países de América Latina.

Brasil, patria de los gorilas mayores, se había encargado de ese servicio. Había promovido, dos años antes, el golpe reaccionario en Bolivia que quitó a Chile un respaldo sustancial y facilitó la infiltración de toda clase de recursos para la subversión. Algunos de los empréstitos que han hecho los Estados Unidos al Brasil han sido transferidos en secreto a Bolivia para financiar la subversión en Chile. En 1972, el general William Westmoreland hizo un viaje secreto a La Paz, cuya finalidad no se ha revelado. No parece casual, sin embargo, que poco después de aquella visita sigilosa, se iniciaran movimientos de tropa y material de guerra en la frontera con Chile y esto dio a los militares chilenos una oportunidad más de afianzar su posición interna y de hacer desplazamientos de personal y promociones jerárquicas favorables al golpe inminente.

Por fin, el 11 de septiembre, mientras se adelantaba la operación Unitas, se llevó a cabo el plan original de la cena de Washington, con tres años de retraso, pero tal como se había concebido: no como un golpe de cuartel convencional, sino como una devastadora operación de guerra.

Tenía que ser así, porque no se trataba de tumbar a un gobierno, sino de implantar la tenebrosa simiente del Brasil, con sus terribles máquinas de terror, de tortura y de muerte, hasta que no quedara en Chile ningún rastro de las condiciones políticas y sociales que hicieron posible la Unidad Popular. Cuatro meses después del golpe, el balance era atroz: casi 20.000 personas asesinadas; 30.000 prisioneros políticos sometidos a torturas salvajes, 25.000 estudiantes expulsados y más 200.000 obreros licenciados. La etapa más dura, sin embargo; aún no había terminado.

La verdadera muerte de un presidente. A la hora de la batalla final, con el país a merced de las fuerzas desencadenadas de la subversión, Salvador Allende continuó aferrado a la legalidad. La contradicción más dramática de su vida fue ser al mismo tiempo, enemigo congénito de la violencia y revolucionario apasionado y él creía haberla resuelto con la hipótesis de que las condiciones de Chile permitían una evolución pacífica hacia el socialismo dentro de la legalidad burguesa. La experiencia le enseñó demasiado tarde que no se puede cambiar un sistema desde el gobierno sino desde el poder.

Esa comprobación tardía debió ser la fuerza que lo impulsó a resistir hasta la muerte en los escombros en llamas de una casa que ni siquiera era la suya, una mansión sombría que un arquitecto italiano construyó para fábrica de dinero y terminó convertida en le refugio de un presidente sin poder. Resistió durante seis horas, con una metralleta que le había regalado Fidel Castro y que fue la primera arma de fuego que Salvador Allende disparó jamás. El periodista Augusto Olivares, que resistió a su lado hasta el final, fue herido varias veces y murió desangrándose en la Asistencia Pública.

Hacia las cuatro de la tarde, el general de división Javier Palacios logró llegar al segundo piso, con su ayudante, el capitán Gallardo y un grupo de oficiales. Allí, entre las falsas poltronas Luis XV y los floreros de dragones chinos y los cuadros de Rugendas del salón rojo, Salvador Allende los estaba esperando, estaba en mangas de camisa, sin corbata, y con la ropa sucia de sangre. Tenía la metralleta en la mano.

Allende conocía bien al general Palacios. Pocos días antes, le había dicho a Augusto Olivares que aquel era un hombre peligroso que mantenía contactos estrechos con la Embajada de los Estados Unidos. Tan pronto como lo vio aparecer en la escalera, Allende le gritó: “Traidor” y lo hirió en una mano.

Allende murió en un intercambio de disparos con esta patrulla. Luego, todos los oficiales, en un rito de casta, dispararon sobre el cuerpo. Por último, un suboficial le destrozó la cara con la culata del fusil. La foto existe: la hizo el fotógrafo Juan Enrique Lira, del periódico El Mercurio, el único a quien se permitió retratar el cadáver. Estaba tan desfigurado, que a la señora Hortensia Allende, su esposa, le mostraron el cuerpo en el ataúd, pero no permitieron que le descubriera la cara.

Había cumplido 64 años en el julio anterior y era un Leo perfecto: tenaz, decidido e imprevisible. Lo que piensa Allende sólo lo sabe Allende, me había dicho uno de sus ministros. Amaba la vida, amaba las flores y los perros y era de una galantería un poco a la antigua, con esquelas perfumadas y encuentros furtivos. Su virtud mayor fue la consecuencia, pero el destino le deparó la rara y trágica grandeza de morir defendiendo a bala el mamarracho anacrónico del derecho burgués, defendiendo una Corte Suprema de Justicia que lo había repudiado y había de legitimar a sus asesinos, defendiendo un Congreso miserable que los había declarado ilegítimo pero que había de sucumbir complacido ante la voluntad de los usurpadores, defendiendo la libertad de los partidos de oposición que habían vendido su alma al fascismo, defendiendo toda la parafernalia apolillada de un sistema de mierda que él se había propuesto aniquilar sin disparar un tiro. El drama ocurrió en Chile, para mal de los chilenos, pero ha de pasar a la historia como algo que nos sucedió sin remedio a todos los hombres de este tiempo y que se quedó en nuestras vidas para siempre.

La ciencia en la URSS-II

Satelite Sputnik

Centro computador del Instituto
de Cibernetica
El hospital de tratamiento en camarás de presión de Moscu

En 1920 se aprobo en el VII Congreso de los Soviets el Plan de
Electrificación leninista(GOELRO)


Centro biológico de la ciudad de Puschkino, cercanías de Móscu

La universidad estatal "M.V.Lomonosov" de Moscu
una de las grandes mayores ciudades, universitarios y cientificas
del mundo.

Eminente cientificos: Serguei Koriolov, diseñador general(a la izquierda)
abrio el camino al espacio cósmico. El academico Igor Kurchátov(a la derecha)
regaló a la humanidad "el atomo al servicio de la paz"


Modelo de casa "solar" y de bomba de agua accionada, por energia solar,
para zonas de Asia Central


Equipos en laboratorio del Instituto
de Soldadura Eléctrica"E.O.Patón" en Ucrania

Académico Viktor Amberlauman director del Observatorio
de Biukaran de la Academia de Ciencias de la RSS de Armenia, fue uno
de los más destacados astrofisicos del mundo

Instituto de Energia Siberiano

Acoplamiento de naves espaciales sovietica y norteamericana en el
marco de programa "Soyuz-Apolo"

Por primera vez se esamblo con una estación orbital dos naves del tipo "Soyuz", los
"hermanos estelares" V. Romanenko, G.Grechko, y V.Dzhanibekov y O.Makarov, quienes
llegaron a visitarlo en un vuelo de abastecimiento

Jovenes cientificos del Instituto
de Estudio de la Corteza Terrestre
de Siberia

Laboratorio de una oficina de diseño de aviones tiene
lugar un experimento médico en la cámara de presión

Camara de reproducción por analogía
de fenómeno atmósferico

Estación de investigaciones en la talga Ussurliskaya en el
Extremo Oriental sovietico

Instalación de laseres"Delfin"

Planta electrica magnetohidrodinamica industrial-
experimental, la instalación termonuclear
Tokamak-10"0

Academicos N.Basov y A.Projonov, creadores del laséres

Ensayos de una futura obra hidraulica en
un modelo similar de laboratorio 



Jovenes cientificos del instituto de Estudio de la Corteza Terrestre en
Siberia


Encuentro del Secretario general del CC del PCUS,Leonid Breznev, con dirigentes
de Academias de Ciencias de paises socialistas(febrero de 1977

Observatorio de Crimea: instalaciones destinadas
a realizar experimentos en el marco del programa Intercosmo

Prensa sovietica de 65 mil toneladas de esfuerzo, fabricada
por encargo de la empresa francesa "Interforge"

Complejo industrial quimico de Schoiokino


Modelo sovietico y norteamericano de corazón
artificial

Conferencia del academico Andreí Koimogorov dictando en la
escuela internado de física y matématicas en Moscu

Central Sayano-Shúshanskaya, futura planta piloto de la
hidróenergética


Clases de la escuela especial de matemáticas

Rompehielos atomico "Artica" fue el mas potente del
mundo.

Ingenios sovieticos destinados a exploraciones espaciales,laboratorio
orbital "Saliut.

Ingenio Sovietico destinado a exploraciones espaciales: "Marte"

Ingenio sovietico destinados a explotaciones espaciales"Martes":"Pronostico".




Critica a James Petras

extracto del articulo El socialismo más allá de la teoría Por Toni Solo y Jorge Capelán revista sandino vive
Para descargar la revista pulsar Aqui

A falta de un mejor marco de referencia política, Nazemroaya toma prestada la tipología de la izquierda en América Latina y el Caribe planteada por el distinguido sociólogo norteamericano James Petras. Pero éste es uno de los planteamientos más débiles de Petras. Con este esquema Petras cae en la tentación típica de los intelectuales occidentales de distribuir pequeñas estrellas de aprobación revolucionaria a los movimientos que a él en determinado momento le gustan, sin tomar en cuenta las circunstancias concretas de sus respectivas luchas.

Así, sin entender muchos de los verdaderos retos de la transformación social en el mundo real y los límites existentes del poder político, James Petras proyecta sus románticos ideales revolucionarios sobre diferentes movimientos y sujetos. Cuando esos movimientos en la vida real no se comportan de acuerdo con los deseos de Petras, él responde abandonándolos o advirtiéndoles de una manera condescendiente que se han vendido. Parece que no entiende el valor de la construcción nacional para materializar un proyecto socialista del tipo que sea. Así, por ejemplo en Argentina, él rechaza movimientos como el Peronismo, obviando el apoyo obstinado del que goza entre las masas obreras.

Frente a la realidad, la división esquemática de Petras entre "izquierda radical", "izquierda pragmática", "neo-liberales pragmáticos" y "regímenes neo-liberales dogmáticos" está muy equivocada. Si las FARC-EP estuviesen en la misma situación que el Partido Socialista Unificado de Venezuela, ciertamente actuarían en la misma línea que el PSUV. De hecho, las FARC-EP apoyan a la Revolución Bolivariana en Venezuela y comparten su fuente de inspiración que es el legado de Simón Bolívar.

En Brasil, el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) apoya al Partido de los Trabajadores (PT), aunque sea de una manera crítica. Mientras con razón critica la estrategia de desarrollo del partido de Lula y Dilma Rousseff orientada hacia las agro-empresas, el MST entiende los impedimentos que restringen las políticas del gobierno del PT por depender de alianzas con otras fuerzas políticas en un país de inmensa extensión territorial y en el que laoligarquía conserva mucho poder en diferentes niveles. Además, el MST entiende muy bien lo que implicaría el regreso al poder político en Brasil de la derecha neoliberal.

Con respecto a Argentina, a la vez que es un rotundo insulto llamar a Cristina Fernández una "neoliberal pragmática", también es una falta irresponsable de solidaridad con un gobierno progresista sujeto cada día a las más extremas campañas de desestabilización de parte de la oligarquía. Ningún régimen neoliberal aumenta el salario mínimo y las pensiones, mejora la educación pública o enfrenta la pobreza de manera decidida. Tampoco se ha visto ningún gobierno neoliberal decirle adiós al FMI de la manera que lo ha hecho Argentina bajo la conducción de los "neoliberales pragmáticos" Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Lo mismo se puede decir del gobierno de Mauricio Funes en El Salvador, donde el FMLN parece estar bien encaminado a ganar las elecciones en febrero del 2014 con su propio candidato. Incapaces de identificar acertadamente procesos y acumulaciones de fuerza, analistas dogmáticos como Petras o Nazemroaya ven solo traición, vendepatrias, neoliberales y capitalistas por todos lados. La naturaleza superficial del análisis de escritores como James Petras se vuelve pura mala fe en el caso de algunos países que nunca o rara vez menciona, como Nicaragua, donde las cooperativas aportan 40% del PIB y un 70% de la fuerza laboral.

En el caso de Nicaragua, se dio un incidente a medianos de 2008, cuando un grupo de intelectuales occidentales, entre ellos Noam Chomsky, escribieron una carta pública en apoyo a una huelga de hambre de la ex-dirigente del FSLN, Dora María Téllez. La señora Téllez estaba protestando contra el retiro, de parte del Consejo Supremo Electoral, de la personería jurídica, ya que su partido, el MRS, había incumplido las normas electorales. Esta decisión hizo imposible que la alianza política del MRS pudiera participar en las elecciones municipales en noviembre de aquel año.

Casi inmediatamente después de que Chomsky y los otros intelectuales publicaran su carta de apoyo a Téllez, el MRS entró en alianza electoral con el corrupto partido de derecha, el PLC de Arnoldo Alemán. Hicieron campaña con especial esmero a favor del banquero reaccionario Eduardo Montealegre, ahora del PLI, quien sigue evadiendo ser procesado por un fraude bancario multimillonario de sus tiempos como ministro en el gobierno del Dr. Arnoldo Alemán. Está muy claro que el MRS logró engañar a los intelectuales occidentales que apoyaron a Dora María Téllez en 2008 porque no conocían la realidad política de Nicaragua. Si alguien todavía duda de la lealtad el MRS al gobierno de los Estados Unidos, solo tiene que leer algunos de los cables diplomáticos relevantes filtrados recientemente por Wikileaks.

Ese caso solo ilustra los problemas provocados por depender en los esquemas demasiado nítidos de la clase
intelectual-gerencial que domina la producción intelectual en Norte América y Europa.

Así, cuando Nazemroaya cita a James Petras como su punto de referencia teórica en su reciente artículo sobre América Latina, se debe aplicar un escepticismo extremo a sus argumentos para lograr ver la realidad. Entre las típicas ausencias de James Petras y sus homólogos es entendible que una de las omisiones más evidentes sea Nicaragua. En una de sus raras menciones a la política actual de la Patria de Sandino, sobre las elecciones de noviembre de 2011 ganadas por amplio margen por el Frente Sandinista, Petras dice:
"No hay ningún cambio estructural en Nicaragua. Últimamente Ortega ha pactado zonas libres con los maquiladores de gran capital. Sigue formando alianzas con la derecha como el corrupto Arnoldo Alemán que se presentó como candidato. En este sentido Ortega es un político de políticas de parches: parches aquí, parches allá. Pero frente a la oposición de la ultra derecha los votantes prefieren los programas financiados por el presidente Chávez por sobre lo que ofrece la derecha que es simplemente palos sin zanahoria. No debemos confundirnos en este sentido de que la victoria de Ortega representa una gran victoria para la izquierda. Es una victoria más que nada del centro-derecha con apoyo de Chávez."

Aparte de la profunda ignorancia sobre la realidad política de Nicaragua (por ejemplo, nunca hubo una "alianza" entre el FSLN y Alemán, sino un pacto, que se rompió varios años antes de esas elecciones, con el fin de dividir a la derecha y lograr mayores oportunidades de ganar en primera ronda) el análisis de Petras deja de lado aspectos muy importantes de la política social y económica del Frente Sandinista que están ampliamente documentados. Pero además, Petras ignora que el Frente Sandinista suspendió las relaciones con Israel a raíz del atroz ataque sionista a la Flotilla de la Libertad, o decidió dar asilo político a las jóvenes mexicanas que fueron capturadas en el campamento de las FARC que Colombia bombardeó en territorio ecuatoriano en marzo de 2008. Si eso no es política de izquierda, entonces cabría preguntarse qué lo es para el doctor James Petras.

Analistas como Petras, ven que determinado gobierno se encuentra ejecutando un programa del FMI pero no ven que se está disminuyendo el dominio del FMI en ese mismo país. Ven que determinado gobierno depende de las agro-exportaciones pero no ven como está diversificando su economía y llegando a ser menos dependiente de una gama restringida de exportaciones. Ven capitalistas y exclaman "¡Neoliberalismo! ¡Extractivismo!" sin tan siquiera proponer una alternativa factible que le podría permitir a ese país desarrollar sus fuerzas productivas. Y cuando sí ven a un determinado gobierno implementar esas alternativas ¡dicen que no es suficiente!

A las revoluciones se aplica el viejo dicho latinoamericano, "Es fácil verla pasar de lejos, lo difícil es acercarse a platicar con ella."

Un trato así, superficial y poco respetuoso de los acontecimientos en América Latina, presenta dos tipos de
problemas: El primero es que hace mucho más difícil la solidaridad práctica, especialmente hoy cuando Washington está aumentando su campaña fascista a escala continental contra América Latina. El segundo tipo de problemas tiene que ver con la importancia crucial de la experiencia latinoamericana para los nuevos proyectos más alla del capitalismo que puedan surgir en muchas otras partes del mundo.