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sábado, junio 24, 2006

Sevilla:acampada de astilleros

Acampada de Izar en el Parlamento de Andalucía
Estrecho indimedia 22 jun 2006

El astillero sevillano se moviliza contra el preacuerdo alcanzado sobre las factorías entre la Sepi y los sindicatos CC OO y UGT.Los trabajadores de los astilleros de Sevilla se manifestaron ayer desde el puente de la Barqueta hasta el Parlamento, en cuyos jardines han iniciado una acampada de carácter indefinido. A partir de mañana, las movilizaciones serán todos los días.

El motivo de las movilizaciones es el rechazo al preacuerdo de CCOO y UGT con la SEPI para los centros civiles de Izar porque no contiene un plan industrial serio, no garantiza el empleo y el futuro de las factorías y es una 'privatización pura y dura'.Además, reclaman que la SEPI entre en el capital del consorcio previsto y que éste se cree antes de la venta por separado de los cuatro astilleros, lo que supondría el cumplimiento del acuerdo de diciembre de 2004.




Sevilla.ecologista denuncian al ayuntamiento

Los ecologistas denunciarán en la UE el mal uso de los fondos Feder en el PGOU
La organización Ecologistas en Acción va a denunciar ante la Unión Europea (UE) lo que entiende como un "mal uso" por parte del Ayuntamiento de Sevilla de los fondos comunitarios Feder otorgados para el convenio entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Gerencia de Urbanismo para las obras de mejora del cauce del río, proyecto ya firmado y que está incluido en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Dicho convenio plantea un nuevo encauzamiento del arroyo Tamarguillo al norte de Sevilla coincidiendo con el trazado previsto de la ronda S-35, cuyo principal objetivo es liberar suelo urbano, según exponen los ecologistas.
El coste del nuevo encauzamiento asciende, según el citado convenio, a casi 38 millones de euros (37.700.000), que serán financiados en un 75 por ciento con los fondos comunitarios. La financiación europea prevista para esta infraestructura proviene del apartado de los fondos Feder para la "Protección y Regeneración del Entorno Natural". "Una vez más -aseguran los ecologistas en un comunicado-, un proyecto financiado con fondos destinados a la recuperación de los ecosistemas ribereños y a la protección de cauces se emplea para contribuir a los procesos de especulación urbanística tan al uso.
Así, en la documentación ambiental del nuevo encauzamiento se reconoce tener como "primer objetivo liberar suelo al norte", lo que contraviene los objetivos de los fondos con los que se pretende financiar y es, además, una infraestructura totalmente innecesaria existiendo alternativas sostenibles viables para integrar el actual cauce en el diseño de la ciudad". Para esta organización, el nuevo cauce del Tamarguillo "representa otro caso más de despilfarro del dinero público con el único fin de alentar la expansión urbanística al servicio de intereses privados.
Ello se constata en la intención del proyecto del PGOU de recalificar para uso residencial una parte importante de los terrenos entre el antiguo y el nuevo cauce y la creación de una zona de uso industrial con riesgo de conurbación con La Rinconada". Como alternativa al actual proyecto, Ecologistas en Acción propone la creación de un corredor verde que conecte el área de Isla de Tercia, el parque del Alamillo, el de San Jerónimo, el de Miraflores y el del Tamarguillo a través de un cauce restaurado y reforestado en sus márgenes". Se suma esta iniciativa a la de los vecinos de la zona del Prado de San Sebastián, que recurrieron a la UE para denunciar los daños que dicen que sufrirán los jardines del Prado, financiado en su día con fondos Feder, por la construcción de la biblioteca de la Universidad, contemplada en el PGOU

El Genocidio Republicano

CARLOS HERMIDA
Cuando escuchamos o leemos la palabra genocidio, la asociamos inmediatamente al exterminio de seis millones de judíos en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Desgraciadamente, no ha sido ése el único genocidio de la Historia. Los pueblos armenio, kurdo, checheno, palestino y tantos otros han soportado -y muchos aún las soportan- prácticas genocidas que tendían, y tienden, a su aniquilación.

Y también ha existido un genocidio republicano, aunque nunca se emplee este término para referirse a la represión franquista contra todos los que defendieron la legalidad republicana en España entre 1936 y 1939.

Durante el primer tercio del siglo XX, se forjó en España un fuerte movimiento obrero que aspiraba a la emancipación económica, política y social. Paralelamente, una brillante generación de intelectuales se mostraba abiertamente crítica con la monarquía de Alfonso XIII y apostaba decididamente por el régimen republicano. La proclamación de la II República el 14 de abril de 1931, abrió una etapa histórica en la que las poderosas organizaciones obreras, CNT, UGT, PSOE, PCE y POUM, desafiaron abiertamente el orden social tradicional. La respuesta de las clases dominantes al reformismo republicano fue el golpe militar del 17-18 de julio de 1936.La guerra civil fue el campo escogido por la burguesía industrial, los terratenientes, la oligarquía financiera y la Iglesia Católica para aplastar a unas clases sociales que se atrevían a poner en práctica un mundo diferente.

Desde el inicio de la contienda, los militares sublevados desataron una represión brutal contra las organizaciones políticas de izquierda. Los fusilamientos masivos mostraban la voluntad de exterminio y aniquilación del adversario. El terror generalizado tenía como objetivo la extirpación de lo que la derecha consideraba la anti-España.El propio Franco, en una entrevista que concedió al corresponsal norteamericano Jay Allen en el mes de julio de 1936, aseguró que estaba dispuesto a matar a media España para conseguir sus objetivos. Las "instrucciones" de Mola en los primeros días de la guerra inciden en que la acción de los militares debe ser extremadamente violenta.

No se trataba únicamente de ganar la guerra, sino de borrar y arrancar de raíz todo lo que significase libertad de pensamiento, modernización, reivindicación social y progreso. Por ello, el terror alcanzó a poetas, maestros, líderes sindicales, dirigentes políticos y a cualquiera que se identificase con el ideal republicano. Fue una operación vastísima de limpieza ideológica y social que pretendía destruir hasta sus cimientos el entramado de organizaciones sociales y culturales de los trabajadores: periódicos obreros, ateneos libertarios, Casas del Pueblo, bibliotecas populares; en fin, todo lo que el proletariado había construido con enormes esfuerzos desde el último cuarto del siglo XIX fue arrasado.

El furor represivo no acabó con el final de la guerra. Lo peor estaba aún por llegar. Con el control total del país, la dictadura franquista pudo desplegar todo su arsenal represivo sin límite alguno. Nunca podremos saber las cifras exactas de la represión, pero los trabajos de investigación de historiadores honestos, que se esfuerzan por romper los muros de silencio en torno a este tema y que todavía hoy deben vencer trabas administrativas para consultar determinados archivos, o simplemente no pueden consultarlos, arrojan datos escalofriantes. [ 1 ]

En 1940,la cifra de encarcelados alcanzaba, como mínimo, las 300.000 personas. El número de fusilados se estima en 150.000 entre 1936 y 1945. Miles de presos murieron en las cárceles víctimas de las enfermedades, la desnutrición y el frío. Los detenidos eran brutalmente torturados en comisarías y cuartelillos. Muchas presas vieron como sus hijos les eran arrebatados y entregados en adopción o llevados a hospicios, originando un fenómeno de niños desaparecidos que ahora empieza a salir a la luz gracias a los trabajos de Ricard Vinyes [ 2 ]

Miles de presos trabajaron en colonias penitenciarias militarizadas. 16.000 maestros fueron depurados [ 3 ] y 200.000 españoles marcharon definitivamente al exilio, entre los que se encontraban los intelectuales más destacados del país. Partidos y sindicatos fueron prohibidos y sus bienes incautados.

Los hombres y mujeres que defendieron la legalidad republicana vieron destruidas sus vidas de muchas maneras. Los que se salvaron del fusilamiento pasaron buena parte de su vida en la cárcel. Y los que se libraron de la cárcel perdieron su trabajo. Eran los "rojos", los perdedores, los vencidos, para quienes no había clemencia. Vigilados, humillados y estigmatizados por la dictadura, millones de españoles vieron truncados los sueños y las esperanzas que trajo la República.

La dictadura terrorista de Franco, cometió un genocidio con los republicanos españoles. un genocidio que el pacto de silencio de la llamada transición democrática, ha mantenido oculto, pero que la tenacidad de investigadores y familiares de las víctimas está sacando a la luz. Cada vez que se abre una fosa común y se recuperan los restos de los fusilados durante la guerra y la posguerra, surgen voces que hablan de olvidar, de no remover el pasado. Son voces conocidas, las voces de la derecha, de los beneficiarios de la dictadura; las voces de los que no quieren que se sepa lo que realmente ocurrió en España durante el franquismo, porque ellos mismos o sus familiares tienen las manos manchadas de sangre.

Ni olvido ni perdón. Olvidar no sólo sería una injusticia histórica para todos los que dieron su vida defendiendo la libertad y para sus familias, sino que permitiría aflorar versiones dulcificadas y justificadoras del franquismo. El estudio de la represión franquista, su conocimiento exacto, permitirá mantener viva la conciencia antifascista de las jóvenes generaciones.

Y en cuanto al perdón, son los responsables de la rebelión militar y de la posterior guerra civil los que tienen que pedir perdón al pueblo español. El Ejército debe pedir perdón por sublevarse contra el régimen legal y legítimo que se dieron los españoles el 14 de abril de 1931: y pedir perdón por los fusilamientos y los Consejos de Guerra. También debe pedir perdón la Iglesia, por apoyar, justificar y santificar la dictadura fascista.
Los republicanos debemos trabajar para que se haga justicia con todos los antifascistas que combatieron contra la dictadura franquista, para que oficialmente se reconozca su lucha. Porque conservar la memoria histórica, es también mantener vivo el ideal republicano.

NOTAS: [ 1 ] Entre los trabajos sobre la represión franquista, destacamos los siguientes:• A.REIG TAPIA: Ideología e Historia (Sobre la represión franquista y la guerra civil. Madrid, Akal, 1990• J. CASANOVA; F.ESPINOSA; C.MIR y F. MORENO GÓMEZ: Morir, matar, sobrevivir, la violencia de la dictadura de Franco. Barcelona, Crítica, 2002.• S.JULIÁ (Coordinador): Víctimas de la Guerra Civil. Madrid, temas de Hoy, 1999.

[ 2 ] R.VINYES: Irredentas. Las presas políticas y sus hijos en las cárceles franquistas. Madrid, Temas de Hoy, 2002.

[ 3 ] Sobre este tema, véase F.MORENTE VALERO: La escuela y el Estado Nuevo. La depuración del Magisterio Nacional (1936-1943). Valladolid, Ámbito, 1997

Historia del PCE(IV)

APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA

4. Octubre de 1934: un giro en la situación

4.1 La unidad por la base y la táctica de frente único

4.2 La insurrección de Octubre de 1934

4.3 El Pacto del Bloque Popular

4.Octubre de 1934:un giro en la situación

Al mismo tiempo que se decide el conflicto con el "grupo de Bullejos" dentro del Partido, la oleada de la lucha revolucionaria de las masas no cesa de crecer en toda España y entra en una nueva fase. Esta oleada culminará en la huelga general campesina de junio y, sobre todo, con el movimiento insurreccional de octubre, en 1934.

La decepción de los trabajadores ante la labor contrarrevolucionaria del Gobierno republicano-socialista, los numerosos asesinatos que bajo su mandato estaban cometiendo las fuerzas represivas, el incremento del paro, del hambre y la miseria, empujan a los obreros y, sobre todo, a los jornaleros y campesinos pobres a una lucha espontánea cada vez más radical por el pan, la tierra y la libertad.Entre finales de 1932 y comienzos de 1933, ni una sola región del país queda al margen de esta oleada revolucionaria que en muchos casos desemboca en acciones insurreccionales.

Con estas luchas los trabajadores ponen de manifiesto que no están dispuestos a soportar por mucho tiempo las condiciones a las que eran sometidos. Esto confirmaba plenamente la apreciación hecha por el XII Pleno del CE de la IC de que "en España se estaba produciendo un impetuoso avance del movimiento de masas con tendencia a desarrollarse en insurrección popular" (88).

Imagen de la huelga general de 1932.

Tanto los líderes socialistas y ugetistas como anarcosindicalistas se veían cada vez más desbordados por sus bases. Por todas partes, especialmente en las zonas obreras más combativas, se iba haciendo realidad la unidad de acción entre los obreros de diversas tendencias.A este fenómeno de radicalización y polarización de fuerzas no era tampoco ajena la pequeña burguesía urbana. Amplios sectores de la misma, afectados por la crisis económica y desengañados de los partidos republicanos por su política de contemporización con las fuerzas más reaccionarias, se radicalizaban y, aunque con vacilaciones, tendían a pasarse al campo revolucionario arrastrados por el proletariado. Como señalaba el Partido, la profundización de la crisis revolucionaria estaba produciendo una delimitación más nítida del campo de la revolución y el de la contrarrevolución.

En el desarrollo de esta situación incidían también, aparte de la crisis económica mundial, otros factores internacionales como el ascenso del fascismo tras la subida de Hitler al poder en Alemania y la agudización de los antagonismos interimperialistas.El hecho de que la crisis interna del PCE coincidiese con el curso ascendente de la revolución no era una casualidad, sino que respondía a los propios requerimientos de la lucha de clases, que hacían inaplazable la construcción de un verdadero partido comunista que dirigiese el movimiento revolucionario. Alcanzar este objetivo resultaba vital en un momento en que la reacción más extrema se organizaba y ganaba posiciones, amenazando con tomar en sus manos el poder antes de que la mayoría de la clase obrera asumiera por completo el programa comunista.

Según el B.P., para situar al Partido en condiciones de encabezar y dirigir el movimiento revolucionario era preciso un "viraje del Partido hacia las masas, resuelto por el IV Congreso (Sevilla), pero no realizado hasta hoy en todos los terrenos, sin excepción" (89). Pero, ¿cómo llevar a cabo la transformación del PCE en "un partido bolchevique de masas", que venía siendo el caballo de batalla de los dirigentes de la IC? ¿Cómo dar ese "viraje" que los comunistas españoles a duras penas comenzaban a comprender? ¿Bastaba simplemente para realizarlo la conciencia de su necesidad y la voluntad de acometerlo?Como el mismo B.P. reconocía a comienzos de 1933, la gran simpatía con que ya contaba el Partido entre los trabajadores no se traducía en un reforzamiento de sus organizaciones. Incluso algunas de las más importantes, como la de Vizcaya, estaban retrocediendo (90). Era claro, pues, que no todo se podía atribuir al "sectarismo".

¿A qué atribuirlo entonces? : ¿al "sabotaje", a la ausencia de autocrítica o a la pervivencia de la influencia de los expulsados, como se decía? ¿No sería, más bien, independientemente de los errores de Bullejos y de los dirigentes de la IC, que ni antes ni ahora se daban las condiciones generales para que el PCE se convirtiese en un gran partido comunista de masas?Pero este aspecto, con ser importante, no era lo principal. Ante todo seguía planteado el problema de la elaboración de una línea política justa, y para ello se requería, además de acumular experiencias, aplicar una línea de masas. Es decir, que había que fundir el elemento consciente, el Partido, con el movimiento revolucionario de las masas obreras y campesinas, lo cual exigía, a la vez que el estudio sistemático y la asimilación del marxismo-leninismo, partir de un conocimiento profundo de las condiciones reales del país, de la situación de las masas, de su estado de ánimo y de sus experiencias de lucha, etc., a fin de elaborar la línea justa y poder dirigir el movimiento revolucionario.

O dicho en palabras de Mao, era preciso "recoger las ideas (dispersas y no sistematizadas) de las masas y sintetizarlas [...] para luego llevarlas a las masas, difundirlas y explicarlas, de modo que las masas las hagan suyas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción y comprobar en la acción de las masas la justeza de esas ideas [...] y así indefinidamente, de modo que las ideas se tornan cada vez más justas, más vivas y ricas de contenido" (91). Esta era la única forma de ligar el Partido a las masas y de no caer en la concepción seguidista o espontaneísta ni en los errores de subjetivismo. Lo que sí conducía al aislamiento de los comunistas eran precisamente los reiterados llamamientos del Partido a la participación electoral y las críticas constantes al "putchismo" y al "terror individual" cada vez que los obreros y campesinos pobres se lanzaban espontáneamente a la insurrección, siguiendo muchas veces las consignas anarquistas, como en Casas Viejas (92). De esta forma, los comunistas mal podían arrancar a los trabajadores de la influencia anarquista. En todo caso, lo que había que hacer era llamar al boicot, fomentar el espíritu de revuelta y crear organizaciones de combate, preparándose así para encabezar y dirigir el movimiento insurreccional, y no limitarse a hacer llamamientos a la formación de milicias obreras y campesinas que luego quedaban en el papel.

4.1 La unidad por la base y la táctica de frente único

Era indudable que, al instaurarse la República, la mayoría de la clase obrera se hallaba aún bajo la influencia socialdemócrata y anarquista o anarcosindicalista. Pero ésta se erosionaba cada vez más a medida que se desarrollaba la crisis revolucionaria, sobre todo en el caso del PSOE. En ello influían diversos factores, entre otros, el hundimiento de la socialdemocracia alemana con el ascenso del nazismo, el papel contrarrevolucionario desempeñado por los dirigentes socialdemócratas desde el Gobierno, que tuvo como colofón su corresponsabilidad en la masacre de Casas Viejas, el empeoramiento de las condiciones de vida y trabajo de las masas y, muy especialmente, la labor de denuncia y desenmascaramiento del Partido Socialista llevada a cabo por el PCE y su política de unidad por la base, la cual tendía a generalizarse.

Un índice claro del declive socialdemócrata era la pérdida de afiliados por parte del PSOE y de la UGT. En tan sólo un año (desde 1932 a 1933) el primero había perdido la cuarta parte de su militancia, pasando de 80.000 a 60.000, mientras que en la UGT la afiliación se redujo, durante el mismo período, a la mitad (de 800.000 a 400.000). Y algo parecido estaba sucediendo en las Juventudes Socialistas (93).Como consecuencia de esta pérdida de influencia de la socialdemocracia entre la clase obrera se produjo la ruptura de la coalición republicano-socialista y la salida del PSOE del Gobierno, así como su división interna en diversas corrientes, una de las cuales, la encabezada por Largo Caballero, se "radicalizará" bajo la presión de la base siguiendo el camino iniciado por las Juventudes Socialistas. En todo ello el Partido Comunista venía influyendo decisivamente.

Por esas mismas fechas (el 3 de marzo de 1933), días después de que los nazis subieran al poder en Alemania, la IC hizo público su primer llamamiento a la Internacional Obrera Socialista (IOS), emplazándola a formar un frente único. En el citado documento, la Dirección de la IC aconsejaba a sus secciones nacionales cambiar la orientación, de unidad de acción por la base, que venían siguiendo desde poco antes del VI Congreso (agosto/septiembre 1929), por la del frente único con las masas obreras socialistas por "intermedio de los partidos socialistas", a fin de impulsar "el programa de lucha contra la ofensiva del capital y del fascismo"(94).

¿Era justa esta táctica? ¿En qué condiciones debería aplicarse?A comienzos de los años veinte, en las condiciones de reflujo de la revolución, de debilidad de los partidos comunistas y división de la clase obrera, Lenin sostenía, como hemos visto, que para atraer a la lucha contra el capital a una masa cada día mayor de obreros no había que vacilar en hacer llamamientos incluso a los líderes socialdemócratas con la propuesta de sostener conjuntamente la lucha. Pero Lenin no condicionaba la realización del frente único con los obreros socialistas a un acuerdo con sus dirigentes ni establecía ningún compromiso que conllevase la renuncia a la lucha ideológica contra la socialdemocracia. Por eso dejaba bien sentado con respecto al frente único que se trataba de una fórmula intermedia, supeditada a una situación de reflujo del movimiento revolucionario y de división de la clase obrera.

Además, Lenin no perdía de vista, como le va a suceder a partir de ahora a la Dirección de la IC, que un frente se establece con una o varias clases, no dentro de la propia clase por mucho que se limite a realizarse por la base.Bien es verdad que en 1933 la situación se presentaba algo distinta. Los partidos comunistas eran, en general, más fuertes que entonces, mientras que, por otra parte, el movimiento de masas no se encontraba en una fase de reflujo sino de ascenso. No obstante, en algunos países capitalistas como Alemania, la instauración del régimen nazi había interrumpido el desarrollo del movimiento revolucionario de masas y se mantenía una clara división de la clase obrera. Además, había que tener en cuenta otro factor nuevo: la socialdemocracia, después de favorecer la implantación del fascismo, se estaba convirtiendo también en una de sus víctimas. Indudablemente todo esto aconsejaba la adopción de la táctica de frente único, siempre que no se perdiera de vista la necesidad de mantener dentro de él la lucha contra las concepciones y prácticas reformistas, ni su carácter transitorio. Había que tener presente, en función del objetivo de impulsar la revolución y de conseguir la unidad de la clase obrera, que la socialdemocracia, dada su naturaleza y los intereses de clase que defiende, no era ni podía ser en el futuro un aliado seguro ni duradero, y que esperaría la ocasión para pasarse a las filas enemigas y traicionar de nuevo la revolución.

De ahí el peligro de relajamiento de la lucha ideológica que suponía la recomendación de las instancias dirigentes de la IC a los partidos comunistas de establecer el frente único "por intermedio" de los líderes socialdemócratas y de "renunciar a los ataques contra las organizaciones socialistas durante la acción común" (95). No por casualidad advertirá posteriormente Dimitrov, en su informe al VII Congreso de la IC, contra las "tendencias que aspiran a disminuir el papel del partido comunista en el seno del frente único y a reconciliarse con la ideología socialdemócrata" (96).En la situación de crisis revolucionaria por la que atravesaba España en 1933, la unidad de acción entre los obreros socialistas y comunistas acabaría imponiéndose, por lo que la aplicación de la táctica de frente único, en los términos propuestos por la IC en su llamamiento del 3 de Marzo, resultaba más que discutible.

Por ese motivo cabe considerar que el Partido cometió un error al adoptarla, ya que le llevaba a enredarse en el juego oportunista y, a la postre, a atarse las manos para desarrollar un trabajo independiente entre las masas. Esto es lo que habría de suceder poco tiempo después con el efímero engendro de la Alianza Obrera, creada a iniciativa de socialdemócratas y trotskistas, en la que el PCE se verá obligado a ingresar (97). Por lo demás, suponer que los líderes reformistas se prestarían a facilitar ese frente único sólo podía confundir a los obreros y rehabilitarles ante sus ojos, cosa que hasta cierto punto va a suceder.Esta concepción errónea de la unidad va a traer consecuencias muy negativas a la hora de orientar correctamente la táctica de Frente Popular, de tal manera que la ampliación de ese frente único (sin lucha y por arriba) de la socialdemocracia a la burguesía republicana habrá de llevar al Partido a cometer serios y graves errores en su aplicación.

A la vez que el trabajo destinado a lograr la unidad y organización independiente de la clase obrera, ya por entonces el Partido desplegó una labor encaminada a desarrollar la lucha política y a despertar la conciencia de los trabajadores sobre el peligro que representaba el ascenso del fascismo. Desde su primer llamamiento a las organizaciones obreras a un frente único, el Partido situó la lucha contra el fascismo en un primer plano en todas las luchas y movilizaciones de masas por él promovidas. Paralelamente impulsó la creación de un embrión de frente unitario popular en el que, junto al PCE, Unión de Juventudes Comunistas (UJCE) y sindicatos afines, figuraban la Juventud de Izquierda Radical-Socialista y destacados intelectuales y artistas (98).

El mismo hecho de que esa iniciativa no se limitase a la clase obrera y que estuviese alentada y respaldada por la IC, revelaba que ya desde ese momento se estaba comenzando a perfilar la táctica del Frente Popular a partir de la ampliación del frente único. No obstante este temprano intento y la intensa actividad desplegada por todo el país para crear comités antifascistas que agrupasen a la clase obrera y a otros sectores populares, su realización sería por el momento incipiente. Las condiciones todavía no estaban maduras para ello. Por un lado, tanto la IC como el PCE seguían aferrados a la vieja táctica y todavía no se tenía muy clara la formulación de la nueva, sobre todo porque se requería experiencia y que las masas la hiciesen suya. Además, aún faltaba una condición esencial: fortalecer en la lucha la unidad e independencia de la clase obrera. Esto sólo podría lograrse con la culminación, en lo fundamental, del período de construcción del Partido.Por otro lado, era necesario profundizar todavía más en el conocimiento y caracterización del fenómeno fascista.

En ese sentido, el XIII Pleno del CE de la IC (diciembre 1933), en el que se hizo la primera convocatoria para la celebración del VII Congreso, supuso un paso importante: definió al fascismo como la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, chovinistas e imperialistas del capital financiero; consideró que su crecimiento era un índice del desarrollo de la crisis revolucionaria y del descontento de las masas, al mismo tiempo que de la incapacidad de las viejas formas democrático-parlamentarias para luchar contra el proletariado y las masas trabajadoras y de su necesidad de preparar la guerra imperialista, y refutó la tesis socialdemócrata de la inevitabilidad del fascismo y del comienzo de una "época fascista". Por lo que se refiere a España, el Pleno señaló que "la revolución y la contrarrevolución se encontraban frente a frente, aprestándose para combates decisivos" (99), lo que se habrá de confirmar plenamente.

Bajo esta orientación y ante la convocatoria de elecciones generales para noviembre de 1933, con las que las clases dominantes pensaban preparar el terreno para instaurar un gobierno fascista, el PCE propuso al Partido Socialista y a otras organizaciones obreras la formación de un "frente único electoral", ampliable a algunos partidos republicanos de izquierda, con el fin de establecer "candidaturas antifascistas" e impedir el triunfo de los partidos reaccionarios (100). Pero tal propuesta, en contra del criterio de algunas federaciones socialistas, como la de Asturias, no obtuvo ninguna respuesta y encontró poco eco entre la clase obrera. Esta, desengañada de los líderes socialistas y sin ninguna confianza en que los problemas se pudiesen resolver mediante los votos, se decantó en su mayoría por la abstención. Las elecciones fueron ganadas por las fuerzas reaccionarias.

El PCE consiguió, según sus estimaciones, 400.000 votos (en las anteriores de junio de 1931 sólo había obtenido 60.000), logrando un diputado por Málaga con una candidatura apoyada por socialistas y radical-socialistas. Con estos resultados y la alta abstención habida se ponía de manifiesto, una vez más, que la única táctica justa para llevar a las masas a la unidad en la lucha contra el fascismo, en una situación de auge revolucionario, era el boicot. En esas condiciones, la participación electoral sólo podía favorecer a los partidos reaccionarios y desmoralizar a las masas populares.El triunfo electoral envalentonó a la reacción.

El Gobierno presidido por Lerroux con el apoyo parlamentario de la CEDA comenzó inmediatamente a eliminar las escasas conquistas económicas y democráticas arrancadas por las masas desde comienzos de la República.La clase obrera respondió a esta ofensiva reaccionaria con una oleada de huelgas económicas, políticas y luchas insurreccionales espontáneas. Todas estas acciones de masas culminarían el 14 de septiembre de 1934 en el gran mitin del Stadium de Madrid, organizado conjuntamente por primera vez por el PCE, la UJCE, las Juventudes Socialistas y el ala izquierda del PSOE.

A la concentración acudieron más de 70.000 trabajadores, en su mayoría jóvenes, para mostrar su repulsa a la ley que impedía el asociacionismo juvenil, abiertamente dirigida contra las organizaciones obreras, así como a los recientes asesinatos de varios militantes socialistas y comunistas perpetrados por las bandas falangistas. En este acto multitudinario, en el que por primera vez desfilaron juntas las milicias socialistas y comunistas, se pusieron de manifiesto los deseos de unidad de la clase obrera y su disposición a tomar el poder antes de que se impusiese impunemente un régimen de terror como en Alemania y en Austria.Paralelamente, bajo la presión popular, se agudizaban las contradicciones entre la oligarquía financiero-terrateniente y otros sectores de la burguesía y, en particular, con la burguesía nacionalista catalana y vasca. Las relaciones entre la Generalitat y el Gobierno central eran cada vez más tirantes, hasta el punto de que se preveía un levantamiento popular en Cataluña.

Estas divisiones en el campo de la burguesía, unidas al temor a que el proletariado alcanzara en breve una real y efectiva concentración de sus fuerzas bajo la dirección del Partido Comunista, empujaban a la reacción a agruparse en torno a la CEDA, formación declaradamente fascista. Desde los monárquicos a los partidos republicanos más entroncados con la gran burguesía financiera, como el Partido Radical, pasando por los clericales-fascistas de la CEDA y grupúsculos nazis como las JONS o la Falange, todos compartían un mismo objetivo inmediato: implantar un "gobierno de mano dura" para dar la batalla a las fuerzas revolucionarias antes de que fuera demasiado tarde.

4.2 La insurrección de Octubre de 1934

En el mes de octubre de 1934, ante la entrada de la CEDA en el gobierno lerrouxista, se producía un acontecimiento que habría de tener una enorme importancia en el desarrollo posterior de la revolución en España: la insurrección de las masas obreras en Asturias y en otros lugares. En el movimiento, lanzado por los líderes reformistas bajo la presión del proletariado y con el claro propósito de desviarlo de sus objetivos revolucionarios, los comunistas desempeñaron un destacado papel.La insurrección alcanzó en Asturias su punto culminante.

Tras tomar por asalto en pocas horas más de medio centenar de cuarteles de la guardia civil, hacerse con el control de la fábrica de cañones de Trubia y algunos depósitos de armas, los insurrectos implantaron el poder obrero durante quince días. Al cabo de ese tiempo y tras cruentos combates el ejército, bajo la dirección del general Franco y de otros militares fascistas, se hizo de nuevo con la situación.Imágenes de Octubre de 1934Unos meses después de su aplastamiento, José Díaz reconocía en su intervención ante el VII Congreso de la IC que, en vísperas de la insurrección, el PCE estaba "muy poco preparado" desde el punto de vista técnico y orgánico para dirigir el movimiento insurreccional (101).

¿Cómo era posible --cabe preguntar-- que el Partido, que desde hacía dos años venía observando que el movimiento de masas tendía a desarrollarse en insurrección popular armada (y que había participado en numerosas revueltas campesinas y huelgas obreras de carácter insurreccional) no estuviera preparado para la insurrección y fuese a la zaga de las maniobras socialistas, esperando incluso a que los dirigentes socialdemócratas le proporcionasen las armas?Naturalmente, esa falta de previsión tenía mucho que ver con las concepciones que el Partido venía manteniendo sobre diferentes problemas tácticos, como la participación electoral o la unidad de la clase obrera y, en definitiva, con la nueva vía de desarrollo de la revolución que, de alguna manera, se estaba buscando.

A todo esto tampoco podían ser ajenos los métodos de lucha del proletariado y, más concretamente, la insurrección.En este terreno, también el subjetivismo estaba ejerciendo su influencia. De ello era un claro exponente el compendio elaborado en 1928 por la Dirección de la IC en colaboración con especialistas militares soviéticos, bajo el seudónimo de A. Neuberg, para que sirviese como guía de la organización y conducción de la insurrección armada. En el mismo no sólo se pasaba por encima de la experiencia bolchevique, sino que sus planteamientos, hechos al margen de cualquier análisis histórico concreto, suponían una vuelta atrás, a las posiciones putschistas, al golpe de mano de una minoría y al aventurerismo.

Con semejante "guía" se comprende que fracasasen todas las insurrecciones organizadas y dirigidas, después de Octubre de 1917, por diferentes partidos comunistas bajo el patrocinio de la IC (102).La causa principal de este retroceso en la teoría y práctica revolucionaria residía en que los dirigentes de la Internacional no comprendían que, en las condiciones del régimen político creado tras la revolución Soviética por la burguesía y el imperialismo para hacer frente a la lucha revolucionaria del proletariado, era imposible repetir otra insurrección como la de Octubre. Sin embargo, en vez de investigar en profundidad las causas de tantos fracasos insurreccionales y extraer enseñanzas para hacer avanzar la teoría y la práctica militar del proletariado, la IC tendía a evitar su repetición preconizando la marcha por caminos ya trillados como el parlamentarismo. Y es que, como señalaba Mao, el subjetivismo no podía más que conducir "inevitablemente o al oportunismo o al putschismo" (103).

A la vista de estas concepciones erróneas y debido, sobre todo, a que la estrategia insurreccional se daba por superada en la práctica sin que se viese otra alternativa que no fuese la "lucha parlamentaria", se explica que cuando estalle una insurrección espontánea de masas, como la de Asturias, el PCE no se encontrase preparado, fuese a remolque de los líderes socialistas y, al final, se viese forzado a intervenir en el movimiento insurreccional en las peores condiciones: sin preparación alguna, a la aventura, sabiendo que el Partido Socialista nada serio tenía preparado y que su propósito no era el de llevar a cabo una insurrección popular para la toma del poder, sino un movimiento limitado a provocar un cambio de Gobierno (104).

En estas circunstancias era claro que de no intervenir en la insurrección, "cuando los obreros estaban esperando el momento para alzarse a la batalla definitiva", hubiese supuesto no sólo la consolidación de un gobierno semifascista o fascista, sino también el tirar por los suelos en un sólo día y por mucho tiempo todo el prestigio político y moral del Partido y de la IC ante las masas obreras de nuestro país. Por eso pensamos que, ante semejante tesitura e independientemente de los errores y falta de experiencia que habían llevado al Partido a esa situación, fue justo -como señalaba José Díaz- participar en la lucha "dispuestos a corregir todas las faltas iniciales con las que se producía el movimiento en el propio curso de la batalla"; cosa que en parte se consiguió allí donde las fuerzas del Partido, como en Asturias, eran importantes o estaban niveladas con las del Partido Socialista.

De esta forma, si en Asturias pudo ondear victoriosa la bandera roja durante quince días, fue gracias a la iniciativa, valor y heroísmo de los comunistas, que supieron ganarse la confianza de las masas obreras. Fueron ellos los que asumieron toda la responsabilidad del movimiento de Octubre después de que los dirigentes socialistas, siguiendo su tradicional práctica oportunista de dejar a los obreros en la estacada, hubieran decidido desligarse de todo compromiso con la insurrección y las víctimas de la represión que le siguió. Con ello trataban, tras ser derrotado el movimiento insurreccional, de reemprender una vez más el camino de la política de chalaneo y colaboración con las clases dominantes.

Sin embargo, posteriormente, ni el PCE ni la IC pudieron extraer de forma consecuente las lecciones que se desprendían de esta experiencia, tanto en el terreno político como en el de la lucha armada, a consecuencia de las concepciones que venían manteniendo, lo que hoy podemos ver con más claridad a la luz de la experiencia histórica. Esta es, en última instancia, la razón de su incapacidad para comprender el fondo del problema y de que atribuyesen la causa principal de la derrota del movimiento insurreccional de Octubre a que no se hubiese asegurado el frente único con el Partido Socialista y la CNT (105).En suma, este movimiento fue el último intento de llevar a cabo una insurrección obrera siguiendo las pautas de la revolución soviética. Su fracaso no sólo puso de manifiesto una vez más la inviabilidad de la estrategia insurreccional (la llamada "vía de Octubre"), sino también que la táctica del gobierno obrero y campesino y de los sóviets no era la fórmula adecuada para llevar a cabo la revolución en España.

Entre otras razones, porque las condiciones internas e internacionales no permitían una rápida transformación de la revolución democrático-burguesa de nuevo tipo en revolución proletaria, como realmente pretendían en ese momento el PCE y la IC. ¿Acaso, por mucho que el Partido insistiera en contar con el campesinado y en buscar el apoyo de la pequeña burguesía urbana, no había intentado implantar en Asturias y en otros lugares, como Vizcaya, un poder soviético? Luego ésta era la demostración más palpable de que Bullejos y compañía no habían hecho otra cosa que tratar de seguir el 14 de abril los consejos de la Dirección de la IC, sólo que de una forma esquemática y sin poderlos llevar hasta sus últimas consecuencias como en Asturias. Por ello, si algo se desprendía de esta momentánea derrota, era la necesidad de adoptar una nueva táctica y en parte ésta será la enseñanza que sacarán los dirigentes de la IC.

Imagen de la Insurreción

4.3 El Pacto del Bloque Popular

Una vez aplastada la insurrección de Octubre y con toda España bajo un estado de guerra declarado, la contrarrevolución aprovechó el momento para desatar una orgía represiva sin precedentes. Dio comienzo así el llamado con toda justeza "Bienio Negro", durante el cual las masas tendrán una visión anticipada de lo que habrá de ser el régimen fascista del 18 de julio. A los más de 3.000 muertos, 5.000 heridos y 30.000 trabajadores encarcelados como consecuencia de la represión del movimiento insurreccional, seguirá un largo rosario de víctimas de la "ley de fugas", de las condenas a muerte, de la tortura y de las demás tropelías de las bandas de pistoleros falangistas. Con la anulación de los derechos de asociación, expresión, manifestación y huelga, las organizaciones obreras quedaron de hecho ilegalizadas; fueron cerradas las Casas del Pueblo, sedes de partidos y sindicatos e incautadas sus cajas de resistencia.

Aquellos ayuntamientos y diputaciones en los que los partidos de izquierda eran mayoritarios o tenían alguna presencia fueron depuestos o sustituidos por comisiones gestoras formadas por los partidos reaccionarios. En el caso de Cataluña fue suspendido el Estatuto de Autonomía, clausurado el Parlamento catalán y puesto al frente de la Generalitat un coronel del ejército.En fábricas, minas y tajos se multiplicaron los despidos por razones políticas o económicas, produciéndose las primeras huelgas de solidaridad con los represaliados y despedidos. El ejército de parados se aproximó al millón. En todas partes los patronos prolongaron la jornada de trabajo y rebajaron considerablemente los salarios. Estos descendieron en las ciudades de 12 y 11 a 4 y 5 pesetas, siendo mayor la caída de los jornales en el campo, donde pasaron de 6 a 9 pesetas a 1,50 para los hombres y 0,60 céntimos para las mujeres por jornadas de sol a sol.La contrarrevolución se hizo presente en el campo con inaudito rigor. Los campesinos pobres que habían sido beneficiados por la Reforma Agraria de Azaña fueron desposeídos de la tierra para devolvérsela a los grandes terratenientes.

En otros casos, éstos dejaban yermas sus fincas y despedían a los jornaleros con frases como la de "¡Comed República!". Por otra parte, como consecuencia de la nueva ley de Arrendamientos rústicos, más de 100.000 arrendatarios quedaron condenados a ser desahuciados.Pero la reacción estaba muy lejos de consolidar su régimen de terror. La represión desatada agudizó aún más las contradicciones en su seno. La coalición gobernante del Partido Radical y de la CEDA se mostró incapaz de superar sus disensiones internas. Esta situación de crisis dio paso, en septiembre de 1935, a un nuevo gabinete radical, presidido por Chapaprieta, que comenzó a restablecer las garantías constitucionales. Este retroceso, que se venía a sumar a otros (como el del indulto arrancado para los veinte dirigentes de la insurrección de Asturias condenados a muerte), hizo aún más patente ante las masas populares la debilidad de la reacción y las animó a redoblar la lucha. A través de ella fue prendiendo en los trabajadores la idea de la necesidad de un amplio frente antifascista.Cartel propagandístico del Bloque Popular, que reza: "¡Hermanos! Comunistas y socialistas van a unirse".

Es en estas condiciones, después de la heroica insurrección de Octubre, y como resultado de su consecuente actuación durante la misma, cuando el Partido Comunista pasó a ejercer la dirección del movimiento revolucionario del proletariado. El cada vez mayor eco que sus llamamientos encontraban entre las bases de otras organizaciones obreras y sindicales, como las del PSOE, UGT y CNT, obligaban a los dirigentes oportunistas a seguir a regañadientes las consignas que lanzaban los comunistas en pro del frente único, de la amnistía, etc. "Nuestro Partido Comunista de España --manifiesta José Díaz por esa época-- aunque se desarrolla y crece rápidamente, aún no es, numérica y orgánicamente, la fuerza decisiva del proletariado español, pero política e ideológicamente constituye la fuerza orientadora de todo el movimiento revolucionario de nuestro país"(106).

Recogiendo el sentir de las masas populares, y a fin de dotar al movimiento de unos objetivos de lucha claros, el PCE avanzó entonces un programa que resumía las principales reivindicaciones de la etapa democrática de la revolución: "

1.- Confiscación de la tierra de los latifundistas, de la Iglesia y del Estado, sin ninguna indemnización para entregarla inmediata y gratuitamente a los campesinos pobres y a los obreros agrícolas.

2. - Liberación de los pueblos oprimidos por el imperialismo español. Concesión del derecho de autodeterminación a Cataluña, Euskadi y a cuantas nacionalidades se sientan oprimidas.

3. - Mejoramiento general de las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera [...]

4. - Libertad para todos los presos revolucionarios. Amnistía total para los presos y perseguidos, de carácter político-social"(107).

El 2 de junio de 1935, por primera vez en un acto público, el Partido hizo un llamamiento a la formación de un amplio frente de todas las fuerzas obreras y antifascistas para luchar contra la reacción y exigir la disolución de las Cortes. En su intervención José Díaz definió con claridad cuáles eran los objetivos inmediatos y futuros del Partido: "Nosotros, Partido Comunista, luchamos y lucharemos siempre por la realización de nuestro programa máximo, por la implantación del Gobierno Obrero y Campesino en España, por la dictadura del proletariado en nuestro país.

Pero en estos momentos de grave peligro que amenaza a los trabajadores, con el fascismo dueño de los resortes principales del Estado, declaramos que estamos dispuestos a luchar unidos con todas las fuerzas antifascistas sobre la base de un programa mínimo de obligatorio cumplimiento para todos cuantos entren en la Concentración Popular Antifascista"(108).Estos planteamientos se vieron refrendados por las resoluciones del VII Congreso de la Internacional Comunista (celebrado finalmente en julio/agosto de 1935), en las que se sintetizaban las experiencias revolucionarias más avanzadas de las masas y de algunos partidos comunistas como el PCE.

El VII Congreso abogó por la necesidad de ampliar el frente único del proletariado a las masas campesinas y de la pequeña burguesía urbana a fin de aislar a los sectores reaccionarios, acabar con el fascismo y crear así las condiciones para la toma del poder por parte del proletariado. Se trataba, pues, de una táctica defensiva, de acumulación de fuerzas, a la espera de una situación interna e internacional más favorable que permitiese a las masas obreras tomar la iniciativa y pasar a la ofensiva. En el caso de los países coloniales y semicoloniales, la alianza del proletariado con otras fuerzas populares tomaba el carácter de un frente popular antiimperialista (109).

Dirigentes de la Comintern en Moscú, 1935. Sentados, de izda. A dcha. : J. Dimitrov, P. Togliatti, W. Florin, V. Min. De pie, de izda. A dcha. : O. Kuusinen, D. Manuilski, C. Gottwald y W. Pieck.

Con el respaldo del VII Congreso, la actividad del Partido recibió un fuerte impulso. Las masas hicieron suyas las consignas unitarias comunistas, obligando al Partido Socialista a estrechar relaciones con el PCE y a llegar a un acuerdo para realizar un pacto electoral antifascista con los partidos republicanos de izquierda.El anuncio de elecciones para el 16 de febrero de 1936 precipitó las gestiones que se venían realizando con los partidos burgueses de izquierda para llegar a una coalición electoral. Las negociaciones fueron laboriosas (110). Para facilitar su culminación el PCE tuvo que hacer importantes concesiones tanto en la asignación de las candidaturas como en cuanto al programa, pues lógicamente los partidos burgueses no iban a apoyar un programa que conducía a la hegemonía del proletariado en la revolución democrática. A ello también contribuyó la concepción errónea del frente único que había adoptado el Partido, que le llevaba a subestimar su propia fuerza e influencia.

Pese a todo, en el programa electoral se recogían algunas reivindicaciones muy sentidas por los trabajadores, como la amnistía. Finalmente, el 15 de enero de 1936, se firmaba oficialmente el "Pacto del Bloque Popular", que en Cataluña se haría unos días más tarde, adoptando el nombre de "Front d'Esquerres".Como señalaba José Díaz, dicho Pacto no era aún "un verdadero frente amplio de lucha antifascista [...] que tenga por fuerza-guía a la clase obrera y por garantía el frente único proletario [...] sino una especie de coalición electoral de las fuerzas obreras y republicanas de izquierda" (111). A excepción de los comunistas, los demás partidos no aspiraban a otra cosa por razones evidentes.

Pero, con el mismo se sentaban las bases para avanzar hacia dicho Frente. De ahí que el Partido Comunista insistiera en la trascendencia de las elecciones, manifestando que no se trataba como otras veces, de una simple contienda electoral, sino de un episodio clave en la lucha entre la reacción y las fuerzas revolucionarias en la perspectiva de la lucha por el poder. Por eso, justamente, en ese momento había que participar en las elecciones y no vacilar en establecer acuerdos o compromisos con los líderes socialistas y republicanos de izquierda.

El 16 de febrero las candidaturas del "Bloque Popular" se alzaron con el triunfo frente al "Bloque Nacional", asestándole un duro golpe a las fuerzas fascistas que vieron así cortado su acceso al poder por la vía parlamentaria. Esta victoria no hubiese sido posible sin la labor orientadora del Partido Comunista y sin la insurrección de Octubre de 1934 que debilitó a la reacción y forjó en la lucha la unidad e independencia de la clase obrera. Por eso el Partido fue el verdadero artífice de esta victoria popular con la que se abría un amplio cauce a la revolución.-------------------------------------------------------------

(88) "La situación internacional y las tareas de las Secciones de la Internacional Comunista".

"La Correspondencia Internacional", núm.42 (14-X-32). HMM(89)

"Resolución del BP del Comité Central del PCE". "Mundo Obrero" ná 57 (3-II-33). HMM.

(90) "En la vía de la bolchevización. La reunión del CC ampliado del PC de España" (Vicente Arroyo). "La Correspondencia Internacional", núm. 20 (12-V-33). HMM.

(91) Mao Zedong: "Algunas cuestiones sobre los métodos de dirección". Obras escogidas, tomo III. Ediciones en Lenguas Extranjeras. Pekín. 1976.

(92) "Mundo Obrero", núm.48 (24-I-33) y núm.65 (13-II-33). HMM.

(93) Dolores Ibarruri y otros: "Guerra y revolución en España (1936-39)". Editorial Progreso. Moscú. 1967. Amaro del Rosal: " Historia de la UGT (1901-1939)". Ed. Grijalbo. Barcelona. 1977.

(94) "Llamamiento de la IC para la organización de la lucha común de los trabajadores socialistas y comunistas". "Mundo Obrero", núm.87 (10-III-33). Ver también "Carta abierta del PCE al PSOE, UGT, FAI, CNT y al CC de Unidad Sindical" en "Mundo Obrero", núm.92 (16-III-33) HMM.

(95) Idem.

(96) "La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional Comunista en la lucha por la unidad de la clase obrera contra el fascismo" (Informe de G. Dimitrov) en "Fascismo, democracia y frente popular. VII Congreso de la Internacional Comunista". Cuadernos de Pasado y Presente. México. 1984.

(97) "Resolución del CC extraordinario del PC de España (Sección de la IC) sobre la participación en las Alianzas Obreras". "Mundo Obrero", núm.48 (17-IX-34). HMM.

(98) "Mundo Obrero", núm.107 (3-IV-33) y siguientes. HMM.

(99) "El fascismo, el peligro de guerra y las tareas de los partidos comunistas (Tesis adoptadas sobre el informe del camarada Kusinen)". "La Correspondencia Internacional", núm.27. HMM.

(100) "El PCE y la lucha por el gobierno obrero y campesino" (Informe presentado al XIII Pleno del CE de la IC por Jesús Hernández). "La Internacional Comunista", núm.1-2 (enero-febrero 1934). HMM. "Programa del Gobierno Obrero y Campesino" (30-X-33). AHPCE.

(101) "Discurso del camarada Díaz sobre el informe del camarada Pieck en el VII Congreso de la IC" en "La lucha por la Victoria", s.f. Barcelona. BNM.

(102) Enrique Collazo: "La guerra revolucionaria" Trabajo elaborado por el PCE (reconstituido).

(103) Mao Zedong: "Una sola chispa puede incendiar la pradera". Obras escogidas, tomo I. Ediciones en Lenguas Extranjeras. Pekín. 1976.

(104) "Discurso del camarada Díaz...", ya citado.

(105) "Informe al Comité Central del Partido Comunista de España de los sucesos desarrollados en Asturias durante el movimiento revolucionario de Octubre de 1934" (21-XI-34). "Notas complementarias al Informe elevado al CC del PCE por..." 21-XI-34). "Informe sobre el desarrollo del movimiento de Octubre en Madrid" (diciembre 1934). "Resolución del Buró Político del Partido Comunista sobre las batallas de Octubre", s.f. "A los obreros socialistas, comunistas, anarquistas y sindicalistas de España, de Cataluña, del País Vasco, de Galicia y de Marruecos", s. f. AHPCE. "Las lecciones de los combates de Octubre en España" en "Páginas de Historia Contemporánea", s.f.. BNM.

(106) José Díaz: "¡Hacia el Octubre español victorioso!". "La Correspondencia Internacional", núm. 1 (3-IV-36). AHNS.

(107) "Carta del PCE a la CE del PSOE" (11-VII-35). FPI.

(108) José Díaz: "Tres años de lucha". Bucarest. 1974.

(109) "La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional Comunista...", doc. cit.

(110) José Díaz, op. cit. Ver también Dolores Ibarruri y otros, op. cit.(111) "Alcance del triunfo del frente popular del 16 de febrero" en José Díaz, op. cit.


Venezuela y los medios de comunicación

EN UNA CLARA MUESTRA DE VOLUNTAD POLÍTICA
EL PRESIDENTE HUGO CHAVEZ ANUNCIÓ LA REVISION
DE CONCESIONES OTORGADAS A TELEVISORAS Y RADIOS
"El espacio radioeléctrico pertenece al Estado y al pueblo"

Desde el Patio de Honor del Ministerio de la Defensa, el presidente Chávez aseguró que "no podemos seguir dándole concesiones (a los medios de comunicación) para que usen el espacio radiofónico contra el pueblo. "Dentro de la Constitución todo, fuera de ella, nada", así lo reiteró el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, al anunciar que serán revisadas las concesiones otorgadas por el Estado venezolano a televisoras y radios para la explotación del espacio radioeléctrico, muchas de las cuales vencen el próximo año.


Desde el Patio de Honor del Ministerio de la Defensa, el presidente Chávez aseguró que "no podemos seguir dándole concesiones (a los medios de comunicación) para que usen el espacio radiofónico contra el pueblo. No me importa lo que digan los oligarcas del mundo, ellos se escudan en una supuesta libertad de expresión, pero ya he ordenado la revisión de las
concesiones".


Citó como la mayor prueba de la voluntad democrática de la Revolución Bolivariana el llamado al diálogo que se hizo a las empresas de comunicación que participaron en el golpe de Estado de 2002. Sin embargo consideró que "hay canales de los que estuvieron en el golpe, que fueron todos, que han cambiado. En ese entonces les pudimos quitar las concesiones, pero preferimos el diálogo, aunque hay algunos que nunca oirán".


El presidente Chávez aseguró que el pueblo es la prioridad de la Revolución. "Tenemos que proteger a nuestro pueblo y la unidad nacional contra la guerra psicológica para dividir la nación, debilitarla y destruirla de estos medios, son caballos de Troya en nuestras propias narices".


Nepal:acto guerrilla.


Demostración de fuerza popular maoísta.
Cientos de miles de personas (300.000 según fuentes independientes y 180.000 según diplomáticos occidentales) dejaron pequeña en Katmandú laexplanada reservada para la concentración del Partido Comunista de Nepal-Maoísta, que se levantó en armas hace diez años.Miles de personas trataban de buscar sin éxito un hueco para ver a los dirigentes de la guerrilla mientras se sucedían sus discursos, audiblesporun gigantesco sistema de altavoces.

Una estación de radio móvil propagaba sus palabras por todo el valle de Katmandú.Krishna Bahadur Mahara, jefe de la delegación maoísta en lasconversacionescon el Gobierno, denunció el incumplimiento, por parte del Ejército, delatregua bilateral y exigió las inmediata disolución del actual Parlamento,«incapaz de representar al país».La guerrilla maoísta ha visto reforzada su lucha por el triunfo de larevuelta popular que forzó la derrota del rey Gyanendra. Una derrota que no llevó a su derrocamiento.

viernes, junio 23, 2006

La lucha del Frente Sandinista

John Solar
La lucha del Frente Sandinista En 1962 Carlos Fonseca, TomásBorge y Silvio Mayorga fundaron el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), una organización armada que pretendía acabar con la dictadura de la familia Somoza. Los inicios de la lucha del Frente Sandinista estuvieron plagados de dificultades, pero poco a poco fue logrando implantación, sobretodo entre jóvenes estudiantes de la Universidad y obreros.

La oposición a los Somoza fue creciendo en los años 70 y las acciones de los sandinistas cada vez se hicieron más audaces. Así, por ejemplo, en 1974 una fuerza sandinista tomó como rehenes a importantes funcionarios del régimen que se habían dado cita en la casa de José María Castillo, un hombre de negocios amigo de Anastasio Somoza.

Los sandinistas consiguieron en aquella ocasión que fuesen liberados numerosos prisioneros políticos, a la vez que su causa era difundida por todo el mundo. En 1976 Carlos Fonseca murió en un combate con la Guardia Nacional. El Frente Sandinista se dividió en varias tendencias a la vez que el apoyo popular a su causa crecía. En 1978 una fuerza sandinista ocupó el Palacio Nacional de Managua (sede del congreso somocista) y consiguió la liberación de más presos políticos. La situación se hizo cada vez más tensa y estalló una insurrección popular que, finalmente, fue aplastada.



Combatientes sandinistas durante la insurrección contra Somoza

Fue en junio de 1979 cuando el FSLN se lanzó a la ofensiva final.De nuevo estalló la insurrección en toda Nicaragua y de nuevo fue reprimida por las tropas de la Guardia Nacional que no dudaron en bombardear a la población civil y en asesinar a cualquier sospechosos de apoyar a los sandinistas. Tras varias semanas de intensos combates que causaron numerosas víctimas,Somoza fue derrocado y huyó al extranjero. El 19 de julio de 1979 los sandinistas celebraron, por fin, el triunfo de su revolución.




Tropas sandinistas entran en una ciudad de Nicaragua

Historia:triunfo sandinista

19 de julio de 1979
Managua

El nieto de Somoza

Eduardo Galeano
Lo van y se va. Al alba, Somoza sube al avión hacia Miami. En estos últimos días, los Estados Unidos lo han abandonado, pero él no ha abandonado a los Estados Unidos:

En mi corazón, yo siempre seré parte de esa gran nación.

Somoza se lleva de Nicaragua los lingotes de oro del Banco Central, ocho papagayos de colores y los ataúdes de su padre y de su hermano. También se lleva, vivo, al príncipe heredero.

Anastasio Somoza Portocarrero, nieto del fundador de la dinastía, es un corpulento militar que ha aprendido las artes del mando y el buen gobierno en los Estados Unidos. En Nicaragua fundó y dirigió, hasta hoy, la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería, un juvenil cuerpo de ejército especializado en el interrogatorio de prisioneros y famoso por sus habilidades: armados de pinza y cuchara, estos muchachos saben arrancar uñas sin quebrar las raíces y saben arrancar ojos sin lastimar los párpados.

La estirpe de los Somoza marcha al destierro mientras Augusto César Sandino pasea por toda Nicaragua, bajo lluvia de flores, medio siglo después de su fusilamiento. Se ha vuelto loco este país: el plomo flota, el corcho se hunde, los muertos se escapan del cementerio y las mujeres de la cocina.

En toda Nicaragua

Milicianos del FSLN entran en Managua. (Foto: Pedro Valtierra)

Naciendo

Tiene una horas de edad la Nicaragua recién nacida en los escombros, verdor nuevito entre las ruinas del saqueo y de la guerra; y la cantora luz del primer día de la Creación alegra el aire que huele a quemado.

jueves, junio 22, 2006

Biografia de Augusto Cesar Sandino

Augusto Nicolás Calderón Sandino nace el 18 de mayo de 1895 en Niquinohomo, departamento de Masaya. De niño, trabaja con su madre recolectando café en las plantaciones del Pacífico nicaragüense. En octubre de 1909 una insurrección apoyada por Estados Unidos provoca la renuncia del presidente José Santos Zelaya. Asume el cargo José Madriz, pero en febrero de 1910 tropas norteamericanas desembarcan en Corinto y provocan también su renuncia. Luego de múltiples maniobras toma el poder Adolfo Díaz, tenedor de libros de una empresa minera norteamericana y aliado incondicional de Washington. Estados Unidos otorga un par de empréstitos a Nicaragua y toma, en garantía, el control de las aduanas, el Ferrocarril Nacional, los vapores del Gran Lago y fondos no utilizados de otro préstamo.

En julio de 1912 estalla una sublevación en contra del títere Díaz. Tropas norteamericanas desembarcan en Corinto. Benjamín Zeledón enfrenta a los invasores y muere en combate el 4 de octubre. A sus 17 años Sandino queda muy impresionado con la imagen del patriota.

En 1916 trabaja como ayudante de mecánica cerca de la frontera con Costa Rica. Viaja a Honduras en 1920 y a Guatemala en 1923, donde trabaja en las plantaciones de la United Fruit. Marcha a México y trabaja para empresas petroleras en Tampico y Cerro Azul.

En agosto de 1925, Estados Unidos retira sus tropas de Nicaragua; la ocupación ha durado 13 años. Permanecen, sin embargo, los instructores de la Constabulary, antecesora de la Guardia Nacional. Golpe militar del general Emiliano Chamorro en octubre. Washington se niega a reconocerlo.

En mayo de 1926 ocurre un alzamiento liberal en contra de Chamorro. Tropas norteamericanas desembarcan en Bluefields. Al enterarse del inicio de la Guerra Constitucionalista, Sandino parte rumbo a Nicaragua a donde llega el 1 de junio.

El 26 de octubre de 1926 se alza en armas con algunos trabajadores del mineral de San Albino y se incorpora a la causa constitucionalista. El 2 de noviembre, en su primer enfrentamiento contra las tropas conservadoras en El Jícaro, sufre su primera derrota.

El 24 de diciembre, tropas norteamericanas desembarcan en Puerto Cabezas. Al día siguiente, Sandino consigue armas y municiones con ayuda de prostitutas del puerto. El general José María Moncada le ordena regresarlas en una entrevista que sostienen en Prinzapolka; logra conservar las armas e inicia el retorno a Las Segovias.

En enero de 1927, tropas norteamericanas desembarcan en Corinto. En febrero, Sandino se instala en El Yucapuca e inicia en San Juan de Segovia una campaña militar victoriosa; participa en un gran número de combates. Las tropas conservadoras son totalmente derrotadas y Moncada trata de deshacerse de él enviándolo a Boaco.

A principios de mayo de 1927 mantiene un intercambio epistolar con Moncada sobre los términos del armisticio que éste ha logrado con Henry Stimson, delegado del presidente Calvin Coolidge en Nicaragua. El 12 de mayo de 1927 en una circular dirigida a las autoridades locales de todos los departamentos anuncia su determinación de continuar la lucha hasta el retiro de las tropas norteamericanas de ocupación. El 18 de mayo se casa con Blanca Aráuz.

El 1 de julio de 1927 emite su primer Manifiesto Político dirigido al pueblo de Nicaragua desde su campamento en Mineral de San Albino. El 14 de julio responde a la propuesta de rendición que le hiciera Gilbert Hatfield, capitán de los marines. El 16 de julio, después de una batalla de 15 horas, toma por unas horas El Ocotal. La aviación norteamericana bombardea y ametralla el poblado causando 300 muertos entre la población civil.

Combate en varias ciudades y se retira hacia su campamento de El Chipote; inicia la guerra de guerrillas. El 2 de septiembre de 1927 se constituye el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua. El 14 de noviembre suscribe el Acuerdo sobre los traidores a la Patria.

En diciembre, los gobiernos de Coolidge y Díaz acuerdan la transformación de la Constabulary en Guardia Nacional.

Después de varios días de «combate», el 26 de enero de 1928 los marines alcanzan finalmente la cumbre de El Chipote y encuentran sólo muñecos de zacate.

Farabundo MartíEl 22 de junio de 1928 el dirigente comunista salvadoreño Farabundo Martí se incorpora a las filas del sandinismo.

El 6 de noviembre de 1928, en elecciones organizadas y supervisadas por los marines, es electo presidente el traidor Moncada.

El 23 de mayo de 1929 sale de Nicaragua con rumbo a México buscando, infructuosamente, el apoyo del presidente mexicano Emilio Portes Gil. Sus generales prosiguen la lucha. Regresa a Nicaragua el 16 de mayo de 1930.

El 31 de diciembre de 1930 las tropas de Miguel Ángel Ortez emboscan una patrulla de marines en Achuapa.

El 15 de febrero de 1931 suscribe su manifiesto Luz y Verdad.

En noviembre de 1932, Juan Bautista Sacasa es electo presidente. Poco antes había solicitado la permanencia de los marines, sin embargo, en esta ocasión Washington se niega.

Sandino y Sacasa tras la firma del tratado de pazEl 1 de enero de 1933 triunfa la causa sandinista al retirarse los invasores norteamericanos de territorio nicaragüense. Sacasa asume la presidencia y el «general» Anastacio Somoza García la jefatura de la Guardia Nacional. Sandino viaja a Managua en febrero y firma un tratado de paz.

El 20 de mayo viaja nuevamente a Managua para quejarse con Sacasa por los constantes ataques de la Guardia Nacional en contra de su gente. Regresa el 30 de noviembre por la misma razón sin obtener resultados.

El 21 de febrero de 1934 al bajar la loma de Tiscapa, después de una cena con Sacasa, es capturado y posteriormente asesinado con los generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor por orden de Somoza García. Poco antes, su hermano Sócrates había corrido la misma suerte. El coronel Santos López, quién participará posteriormente en la fundación del Frente Sandinista de Liberación Nacional, logra escapar.

El 23 de agosto de 1934, el Congreso decreta una amnistía para todos los crímenes cometidos por la Guardia Nacional.

historia del FSLN

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), así denominado en honor de César Augusto Sandino héroe de la resistencia nicaragüense contra la ocupación norteamericana (1927-1933), fue fundado en 1962. Desde un principio se manifestó contra la dictadura de la familia Somoza, contra la influencia norteamericana y a favor de establecer un régimen socialista.

Sus tácticas guerrilleras, inspiradas en las que practicaron en Cuba, desencadenaron brutales y sangrientas represalias por parte de la Guardia Nacional del Somoza. Pese a problemas internos entre las tres grandes tendencias del movimiento, la creciente rebelión popular llevó al FSLN a unirse bajo el liderazgo de Daniel y
Humberto Ortega y a encabezar la revolución que finalmente derrocó la dictadura de Somoza en julio de 1979.

Aunque al llegar al poder el FSLN, dirigido por Directorio de nuevo miembros liderado por Daniel Ortega, confiscó las vastas posesiones de los Somoza y nacionalizó las principales industrias, no aplicó una política de economía centralizada de estilo soviético. Tampoco acabó totalmente con las libertades y permitió otros partidos políticos y celebró elecciones.

El principal problema fue la Contra, ejército guerrillero armado y
subvencionado por la administración de Ronald Reagan a veces de forma fraudulenta como demostró el denominado escándalo Irán-Contra. Esta agresión militarizó aún más al régimen que recibio apoyo de Cuba y la URSS

La perestroika, con su consiguiente desligamiento del apoyo militar al FSLN, y la presión de la Contra, llevaron finalmente a que en las elecciones de 1990 los sandinistas fueran desalojados del poder en las urnas.



martes, junio 20, 2006

Cuba y la Emigración

El caso de los falsos exilados políticos cubanos. Intoxicación mediática

Por Salim Lamrani*Febrero 10 de 20006
Durante el Forum Social de Caracas,

Salim Lamrani utilizó el ejemplo cubano, que tanto ha estudiado, para mostrar de qué manera la prensa alternativa tiene la posibilidad de contrarrestar las mentiras de la propaganda estadounidense. Ello es posible si se movilizan la capacidad y los medios necesarios en la realización de las investigaciones comparativas necesarias para situar los hechos en su contexto.

Gracias al control que ejercen sobre las transnacionales de la información, las élites mundiales imponen a la humanidad una visión de la realidad estrechamente circunscrita a un marco ideológico determinado. Las barreras doctrinarias establecidas tienen como objetivo la marginación de todo pensamiento alternativo capaz de poner en tela de juicio las buenas razones del actual orden mundial. O sea, el papel de los medios no es ofrecer a la ciudadanía información objetiva sino defender el orden político, económico y social establecido utilizando medios tan eficaces como la propaganda, la desinformación y la censura.


El papel de la prensa alternativa consiste en constituir una barrera contra la manipulación de la realidad. Hay un ejemplo clásico que debiera ser objeto de estudio en todos los centros de investigación sobre la desinformación debido a su inimaginable nivel de sofisticación. Se trata de Cuba, que constituye un caso único dada la diferencia abismal que existe entre la representación ideológica que transmiten los medios de prensa occidentales y la realidad del país. La intoxicación mediática en contra de la problemática cubana es tan eficaz que ha llegado incluso a contaminar a los sectores más progresistas del mundo desarrollado.

El caso de la emigración cubana hacia Estados UnidosAunque son muchos los ejemplos, uno sólo basta para demostrar el grado de desinformación organizada mediante los medios de prensa internacionales.El argumento migratorio es frecuentemente utilizado para estigmatizar el proceso revolucionario cubano. Se afirma que el «elevado» número de cubanos que han emigrado a Estados Unidos constituye la prueba misma de la falta de legitimidad del gobierno de La Habana.La mayoría de los medios internacionales de prensa nos lanza a la cara ese postulado sin que se considere necesario el menor análisis del fenómeno. Esto resulta extremadamente curioso cuando se sabe que las estadísticas disponibles sobre la emigración cubana hacia Estados Unidos van de 1820 a 2003, o sea que abarcan más de 18 décadas [1].

Entonces, ¿por qué la prensa internacional no basa su afirmación sobre la emigración cubana en cifras precisas comparativas entre el período prerrevolucionario y la época actual? ¿En nombre de qué principio simplificador se renuncia a la comparación entre los fenómenos migratorios latinoamericano y cubano para aclarar tan polémico debate?La prensa internacional evita cuidadosamente el análisis minucioso y detallado de la emigración cubana hacia Estados Unidos.

Teme sin dudas, y con toda razón, que las conclusiones establecidas a partir de los datos provenientes de los servicios estadounidenses de inmigración contradigan su famoso postulado de forma implacable, y saquen a la luz el carácter engañoso e ideológico del mismo.

Emigración masiva antes de 1959

Antes de la derrota de Fulgencio Batista en 1959, el flujo de emigrantes proveniente de Cuba hacia Estados Unidos era mayor que los de América Central y toda América del Sur juntas. La emigración cubana era incluso mucho más importante que la de África y Oceanía juntas y superaba a mastodontes demográficos como China, la India, Irán, Turquía, Pakistán o Indonesia.Legislación especial de incitación a la emigración.

La sede del «Cuban Refugee Center» en Miami
La misión del CRC consiste en incitar a los cubanos a emigrar a Estados Unidos. En 1966, el Congreso estadounidense adoptó la Ley de Ajuste cubano que concede a cualquier ciudadano cubano que emigre legal o ilegalmente el estatuto de residente permanente. Esa legislación tiene como objetivo incitar a la emigración ilegal para utilizarla como arma políticacontra el gobierno cubano. A esa ley hay que agregar la brutal guerra económica que Estados Unidos aplica contra Cuba desde 1960, que afecta enormemente a la población y

constituye un factor de incitación a la emigración.1993 y el «período especial»Es importante detenerse en el año 1993.Se trata del peor momento del período especial. En efecto, en 1991, año del derrumbe de la Unión Soviética, los cubanos pudieron beneficiarse aún, en cierta medida, del comercio con el bloque del Este.



Fidel en una marcha contra oficina de
intereses de Estados Unidos.

En 1992, las reservas nacionales permitieron a la población cubana resolver las primeras dificultades.Pero, en 1993, ya no quedaba nada. No resultaría sorprendente descubrir que el año 1993 fuese sinónimo de emigración masiva hacia Estados Unidos, a la luz de las condiciones económicas y geopolíticas que Cuba tuvo que enfrentar. Sin embargo, no fue así.En efecto, Cuba registró solamente 13 666 emigrantes en 1993 ante 17 156 de Canadá, 17 241 de Jamaica, 26 818 de Salvador –el doble–, 45 420 de República Dominicana –el triple- y 126 561 de México, o sea 10 veces más que Cuba. Eso implica que en 1993 Cuba ocupó solamente el sexto lugar entre los países emisores de emigrantes del continente americano.

1994 y la oleada de «balseros»
En cuanto a 1994, se trata de un año importante en la medida en que estuvo marcado por la gran oleada de «balseros», nombre con el que fueron bautizados los cubanos que trataban de emigrar en balsas o embarcaciones improvisadas. Aquellos hechos fueron ampliamente difundidos y politizados por la prensa internacional, que daba la impresión de que todos los cubanos estaban tratando de irse de la isla. ¿Cuál fue la realidad?En 1994, Cuba registró solamente 14 727 salidas quedando detrás de Canadá (16 068 salidas), Salvador (17 644), República Dominicana (51 189) –el triple de Cuba– y México (111 398 salidas). Cuba quedó solamente en quinto lugar entre todos los países de América en términos de salida de emigrantes hacia Estados Unidos.

La emigración actualResulta interesante realizar un balance migratorio sobre la base de las últimas estadísticas. En 2003, Cuba registró solamente 9 304 salidas hacia su vecino del norte. La Perla del Caribe ocupaba en 2003 solamente el décimo lugar en el continente americano en lo tocante a la emigración, detrás de Perú (9 444), Canadá (11 446),Haití (12 314), Jamaica (13 384), Guatemala (14 415), Colombia (14 777), República Dominicana (26 205), Salvador (28 296) México (115 864).

O sea, Cuba pasó del segundo lugar en 1959, al décimo en 2003.Politización de la cuestión migratoriaCuriosamente, no se le ha dado nunca un carácter político a la cuestión migratoria en el caso de las demás naciones.Por ejemplo, durante el año 2003, Salvador, país de 5,75 millones de habitantes –la mitad de la población de Cuba que cuenta 11 millones de habitantes–, registró tres veces más salidas que Cuba hacia Estados Unidos. Sin embargo, nadie ha utilizado nunca ese factor para calificar al régimen político de Salvador de totalitario.

Asimismo, República Dominicana, con sólo 8,5 millones de habitantes, registró el triple de salidas con relación a Cuba.Jamaica, con apenas 2,6 millones de habitantes, o sea, cuatro veces menos que la población total de Cuba), registró más salidas hacia Estados Unidos que Cuba. Haití, cuya población se eleva apenas a 6,8 millones de habitantes (la mitad de la población cubana), produjo más emigración hacia Estados Unidos que la mayor de las Antillas.

Agreguemos a esto que en el caso de los países mencionados no existe ninguna ley estadounidense de ajuste y que no están sometidos a ningún tipo de sanciones económicas. A pesar de ello, nadie se ha atrevido a utilizar el argumento de la emigración para calificar a las autoridades de esos países como regímenes dictatoriales.Todo ello demuestra simplemente que el argumento migratorio no es válido cuando se trata de presentar a Cuba como un país cuya población está tratando de huir. A pesar de todo, la prensa occidental sigue utilizándolo, lo cual demuestra a su vez que su objetivo no es otro que la stigmatización ideológica del país.

*Salim Lamrani - Periodista, investigador de la UniversidadDenis-Diderot en París y está especializado en las relaciones de Cuba y Estados Unidos…Intervención en el Forum Social Mundial de Caracas, el 27 de enero de 2006, sobre el papel de la prensa alternativa en la preservación de la memoria.[1]

Todos los datos sobre la emigración cubana y mundial de 1820 a 2003 provienen de Office of Immigration Statistics, «2003 Yearbook of Immigration Statistics», U.S. Department of Homeland Security, septiembre de 2004, pp. 12

lunes, junio 19, 2006

Mexico.Represión en Atenco

MAS SOBRE REPRESION POLICIAL EN SAN SALVADOR ATENCO
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En video, testimonios de brutalidad contra los detenidos en Santiaguito y La
Palma
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"Vi cuando a una mujer le bajaron los pantalones"
Por VICTOR BALLINAS
En video, desde el penal de Santiaguito, las y los detenidos en el operativo policial de San Salvador Atenco narran los abusos, la saña y la brutalidad con que fueron tratados: "desde que nos agarraron empezaron los golpes. Nos agarraron en varios lados, y nos metían a camionetas tipo van, amontonados.
Tirados, boca abajo, unos sobre otros. Nos golpeaban."Había gritos de desesperación, de dolor. Gritos con palabras obscenas de los policías; nos amenazaban", denuncia uno de los detenidos cuyo testimonio-tomado en el penal- fue grabado por la Comisión Civil Internacional de Observación por los Derechos Humanos (CCIODH). "Yo vi cuando a una mujer le bajaron los pantalones y su ropa interior. "Cuando un policía la iba a manosear, yo traté de impedirlo, y en respuesta como 15 agentes me golpearon, me descalabraron, me patearon. Se enojaron porque quise evitar que tocaran a la compañera."

Fragmentos de las entrevistas grabadas fueron exhibidas ayer en video con autorización de los detenidos por la CCIODH. Estos testimonios se presentarán en la ONU, en la Comisión Europea, en los parlamentos de España, Italia, en Barcelona, a organismos internacionales, al gobierno mexicano y a las organizaciones civiles nacionales e internacionales que lo requieran, se informó ayer.
Uno a uno fueron pasando las trozos de historias que daban cuenta de humillaciones, vejaciones y violaciones a los derechos humanos de los detenidos. Hombres y mujeres, unidos por el dolor, el miedo, la ansiedad y su demanda de justicia.

Mexico D.F:100.000 personas se manifiestan en solidaridad con atenco.

"Pues que pongan lo que quieran. Yo no he declarado nada. No voy a declarar
nada, porque no sé nada de leyes. Pedí un traductor y me lo negaron, un abogado y me lo negaron. No he declarado nada, que pongan ellos -los agentes
del Ministerio Público- lo que quieran", expresa la indígena mazahua
Magdalena García Durán.


"Me detuvieron; yo iba vestida con la ropa típica de mi pueblo. Me jalaron de la trenza y me dijeron que me iban a cortar la cabeza. Me golpearon y tirada en el camión en el que nos llevaban vi a mucha gente sangrando.'Tengan piedad', les dije, 'hay un señor con las costillas rotas'. Otro señor se quejaba de las brutales patizas, sangraba; 'tengan piedad', les decía. Estoy aquí por una enorme injusticia. Fuimos detenidos por haber estado en un lugar. No nos dan atención médica, sólo pastillas de paracetamol para el dolor", sostiene.


En los fragmentos de las historias, ellas y ellos denuncian que "nos tenían aquí detenidos, golpeados, humillados y no sabíamos de qué se nos acusaba. Estuvimos incomunicados; no nos dejaban hablar con nuestros familiares,
menos con abogados. Algunos de los hombres ahí encerrados sostienen, nos
detuvieron en Texcoco". Uno sostiene: "yo iba en una moto". Otro: "Yo iba en
bicicleta". Uno más: "también iba en bicicleta". "A éste ni lo metan, se muere aquí"
Arnulfo Pacheco, quien fue sacado de su casa, enfermo, parapléjico, que tiene cinco costillas rotas, también dio su testimonio: "cuando nos trajeron, todos golpeados, una mujer de aquí de la prisión les dijo a los policías: 'a éste ni lo metan -a la cárcel-; se muere aquí', por eso me llevaron al hospital, junto con otros, los más golpeados, pero ya nos tienen aquí, en el penal".


Estas historias se conocerán internacionalmente, dijo la CCIODH, para que la comunidad mundial se dé cuenta de lo que realmente pasó: hubo violaciones de
derechos humanos, agresiones sexuales, humillaciones, golpizas a gente
inocente.

Cuba:siempre es 26(II)

Relato de Melba Hernandez
El 26 de Julio.¿Las 24 horas del 26 de Julio de 1953? No puedo concentrarme a pensar en un espacio de tiempo tan cerrado. Para mi, el 26 de julio empezó el 25. Desde esa día supimos que estabamos en las ultimas horas antes de una acción de importancia.


Nos sabíamos exactamente lo que iba a ocurrir y no lo preguntábamos. Nos limitamos a trabajar. Haydee Santamaria y yo sabíamos que vendrían muchos automóviles con otros compañeros, a reunirse en la casa de Siboney.
Nos dedicamos a limpiar el patio, que había quedado lleno de clavos y pedazos de madera: eran resto de la cerca que se había levantado para que no se viera lo que ocurría dentro. Temíamos que los automóviles se poncharan con algún clavo olvidado: limpiamos el patio pulgada por pulgada.
Después colocamos las colchonetas que nos habían mandado para que descansaran los muchachos. Y en esto estabamos cuando empezaron a llegar los primeros: Gómez García venia en un automóvil agitando en la mano unos papeles donde había escrito un poema revolucionario.


Ernesto Tizol me puso riendo un paquetito en la mano, como si fuera un regalo: era una bandera del 4 de septiembre que había traído como camuflaje.
En unos momentos la casa se lleno de esa actividad concentrada de muchas personas moviéndose en silencio.
Del fondo del pozo sacaron los uniformes que estaban allí guardados. Estaban húmedos y arrugados: Haydee y yo empezamos a plancharlos, mientras Guitart me suplicaba: "Oye el primero que planchen es para mi".


Lo complacimos y desde las diez de la noche ya el paseaba por toda la casa, de completo uniforme, con gorra y todo. Comimos mangos, leche y galleticas.
Como a las once de la noche, llego Fidel y se repartieron las armas: había una atmósfera de disciplina como nunca la he visto antes ni después: un momento como ese no se puede ni describir...Mientras nosotras terminábamos de planchar uniformes, los muchachos empezaron a moverse con las armas.


Hubo un momento de terror: alguien vio a un hombre uniformado moviéndose en la sombra del patio. ¿Seria un oficial de la dictadura? ¿Estaríamos descubiertos? Alguien se asomo sigilosamente a mirar, mientras los demás esperábamos. El vigía se echo a reír: era Guitart, el primer uniformado que tomaba el fresco de la noche.
Y ese no fue el único susto: cuando Fidel termino de repartir las armas, a uno de los muchachos se le escapo un tiro de aire. Después del disparo cayo un gran silencio sobre todo el mundo; era posible que el tiro hubiera atraído la atención de alguien, pasamos minutos y minutos nada mas que oyendo chillar a los grillos. Después volvimos a respirar: estabamos de suerte. Nadie había oído.


Haydee y yo nos acercamos a Fidel para pedirle ordenes, nos dijo que esperáramos por ellos en la casa de Sibney hasta que hubiera noticias del resultado de la acción. Nosotras nos miramos decepcionadas. Hasta entonces habíamos estado seguras de que iríamos con ellos y ahora nos sentimos echadas a un lado.


Yo le protesto a Fidel de que nosotras éramos tan revolucionarias como cualquiera de los de allí y que era injusto que nos discriminaran por ser mujeres.Fidel titubeo: le habíamos tocado un punto sensible.


Nos dijo que el dejaba la responsabilidad en manos de Abel: el decidiría si su hermana y yo debíamos ir con ellos. Esperamos a Abel con impaciencia. No podíamos creer que nos dejaran atrás después de que nos habíamos considerado parte esencial del grupo. Cuando llego Abel, lo flanquearemos enseguida para pedirle su opinión. Pero ya entonces tuvimos un buen defensor : el doctor Mario Muñoz dijo que podíamos ir en calidad de enfermeras. Nos reclamo como necesarias, Abel y Fidel nos dieron permiso y empezamos a prepararnos.


Como a las cinco de la madrugada, Haydee y yo salimos en el último automóvil. El trayecto fue sin incidentes, excepto porque vimos algo que nos asusto de pronto: la maquina de Boris Luis abonada y con las puertas abiertas en la cuneta.

Comprendimos que había ocurrido lo que temíamos: se habían ponchado a propósito para calmarnos, fue a Boris Luis el primero que vimos disparando junto a un muro del Moncada. Entre ráfaga y ráfaga, extendió la mano para saludarnos.


Cuando nos bajamos en el hospital, ya tuvimos que atravesar el espacio hacia la puerta bajo fuego graneado. La batalla estaba andando. Casi enseguida que llegamos tuvimos que atender heridos: los dos primeros fueron soldados de la dictadura que levantamos del suelo inultilmente: estaban muertos. Mas tardes llego uno de los nuestros heridos de bala a sedal en el vientre.Luego llegaron mas y mas. Pero el ruido de los balazos disminuía y eso era un signo malisimo.


Entro Abel y nos hizo que los disparos venían de un solo frente de los que se había señalado para el ataque al Moncada. Esto era señal de que habíamos fracasados: por momentos el fuego eran menos y menos y menos...Eran como las ocho de la mañana. Abel nunca perdió la serenidad. Nos llamo a las dos aparte y nos dijo: " Estamos perdidos. Ustedes saben igual que yo lo que me va a pasar a mi y posiblemente a todos.


Pero lo que mas me interesa es que ustedes, las mujeres, no se arriesguen. Escóndanse por el hospital.Ustedes son los mas oportunidad tienen que salvar la vida. Conserven la vida de cualquier manera. Tiene que quedar alguien para contar lo que paso aquí".


No supimos que contestarle, se nos fue entre las manos.Minutos después lo vimos en el patio, cuando lo detuvieron y se lo llevaron entre varios soldados, a golpes y culatazos. Corrimos por los pasillos del hospital y nos refugiamos en la sala de niños, que era un infierno de chillidos y terror, los niños no habían tomado alimentos y gritaban de hambre y miedo. Ayudamos a la enfermera a preparar agua de cebada y eso nos ayudo a pensar en lo que podía estar ocurriendo afuera.


A las diez de la mañana nos encontraron en la sala de niños. Nos subieron a un automóvil y nos llevaron al cuartel. Allí nos encerraron en una gran habitación que posiblemente pertenecía al club de oficiales, porque recuerdo que había mesas de billar. Y bajo las mesas de billar los muchachos ya torturados se quejaban sangrando sobre las baldosas. Se los llevaban de cuatro en cuatro, los arrastraban con ellos y un rato después los traían, desmadejados para llevarse cuatro mas. ¿Que les hacia mas allá de aquella puerta? Nunca lo supimos, porque a todos les habían arrancado los dientes a culatazos y cuando querían hablarnos solo abrían la boca enseñando las necias ensangrentadas y murmurando cosas que no entendían.


A mi lado dejaron caer al muchacho que habíamos atendido en el hospital. El de la bala a sedal en el vientre. No estoy segura, pero creo que ya estaba muerto. Había quedado a mitad de camino por donde pasaban los soldados y trate de levantarlo para que no le pasaron por encima. Con mucho trabajo lo senté y le apoye la cabeza en mi hombro, pero pesaba mucho y se volvió a resbalar una y otra vez. Por fin no tuve mas fuerzas para alzarlo y los soldados, sin preocuparse de apartarlo le pasaron varios veces por encima. La herida del vientre se abrió completamente y por ella empezaron a salirse los intestinos. Cuando nos sacaron de allí seguía tirado en el suelo: nunca supe como se llamaba.


Varios soldados nos llevaron a la oficina de la comandancia. Por el camino, uno de ellos nos dijo: "¿Ustedes no querían sangre? Pues vengan para que vean sangre.
Nos llevaron a la barbería del cuartel, donde por lo visto habían torturado a muchos. Estaba completamente cubierta de sangre: nos solo el piso sino hasta las pareces y el techo. Nos arrastraron hasta un balconcito estrecho: allí parecía haber un tragante tupido y la sangre se había estancado en un charco de un centímetro de profundidad. De afuera soplaba una brisita de mañana, que hacia pequeñas olas en el laguito de sangre, como un mar muy tranquilo rompiendo en la arena.


Encerradas en la oficia de Sarria pasamos un espacio de tiempo que no se cuanto duro. No se, me acuerdo que un soldado iba y venia, horrorizado, hablando solo y muy bajito como un loco, con un sonsonete que no paraba: "Esto si que a mi no me gusta. Esto no puede ser". Me acuerdo que Haydee y yo comenzamos a tener arqueadas secas, con dolorosas contracciones del estomago vacío. Pedí agua y me dijeron que: "Íbamos en coche de que no nos hubieran matado y de contra pedíamos hasta agua".


Luego debe hacer pasado un día, porque nos llamaron para que viéramos el entierro de los militares muertos.Nos asomaron por una ventana y vimos salir los carros fúnebres, con banda militar y banderas del cuatro de septiembre. Buscamos para ver si veíamos algún ataúd que pudiera ser de los nuestros. Pero de ellos si que no volvimos a saber jamas. De afuera nos llegaban noticias que eran mejor ni oír. A través de la puerta oímos gritar a una mujer en el pasillo: "Me mataron a mi marido". Luego nos dijeron.:"Al cabecilla de ustedes, a Fidel Castro, lo hicimos tiritas" y hasta nos ofrecieron enseñarnos el cadáver.


En la noche un soldado le dio a otro: "¿Que se habrá creído ese de los zapatitos de dos tonos?" Y comprendí que había atrapado y torturado a Boris Luis; el llevaba los únicos zapatos de dos tonos. En el fondo ,creo que los dos estabamos seguras de que Abel había muerto, pero creíamos que si no lo decíamos lo mantendríamos vivo. Ni una sola vez hablo Haydee de su hermano, como para no matarle con el pensamiento.Solo lo menciono cuando nos trasladaron, una eternidad después al vivac de Santiago de Cuba.


Bajamos las dos desde la claridad de afuera hasta un sótano donde estaban hacinado los prisioneros. Y por primera vez Haydee dijo en voz alta lo que siempre había temido: "Mira bien. Si Abel no esta aquí, es que lo mataron" Instintivamente nos apretamos las manos en la oscuridad mientras bajamos la escalera.
Uno a uno empezamos a mirar a los muchachos, buscando el rostro de Abel. Haydee llego primero con sus ojos al ultimo de la fila, porque sentí que la presiden de su mano iba disminuyendo hasta cesar: Abel Santamaria estaba muerto. Después no se como alguien me dijo que ya era el 28 de julio. Así, setenta y dos horas de mi vida desaparecieron. Era el 28 de julio: la larga noche sin días del 26 de julio había terminado