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miércoles, mayo 31, 2006

Entrevista con Carmelo Suarez

Secretario General del PCPE
La clase obrera del Estado Español empieza a creer que es posible cambiar las cosas”

M.L. González
Rebelión

Hoy da comienzo, en Madrid, el VIII Congreso del Partido Comunista de los Pueblos de España, que se desarrollará en esta ciudad desde el 28 al 30 de abril y al que asistirán, además de sus delegados y delegadas, representantes de veinticinco partidos comunistas de diferentes países de Europa, Asia y América Latina.En palabras del Secretario General del PCPE, Carmelo Suárez, este Congreso se celebra en un momento político crucial en el que es urgente el rearme ideológico de la clase obrera y el cambio de su subjetividad para que ésta asuma que las mayorías pueden tomar el poder.

M.L.Gonzalez¿Cómo ha influído el análisis de la situación del Estado Español en el marco actual de la Unión Europea y del sistema capitalista en la preparación de este VIII Congreso del PCPE?

Carmelo Suarez:La referencia al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y a la demostración que está haciendo de representar los intereses de una fracción del capitalismo español que mira esencialmente hacia la Unión Europea y que, con una alta eficacia, está luchando por incorporarse a la cadena imperialista mundial, es inevitable en tanto se dibuja como la alternativa frente a esa otra fracción del capitalismo en España, la representada por el Partido Popular, que tiene sus intereses más centrados en América Latina y que está más empeñada en buscar alianzas con los Estados Unidos.

De ahí la confrontación que se escenifica, de manera cotidiana, en la vida política e institucional del país, que no es más que el enfrentamiento entre los intereses de ambas fracciones.Sin embargo, el Gobierno de Zapatero, al tiempo que apuesta por la UE, se ha visto obligado a darle la cara a alguna de sus contradicciones y, con ello, ha puesto sobre la mesa que son esas contradicciones las que determinan las políticas económicas y las alianzas de las grandes empresas multinacionales que se desarrollan en ese escenario. Eso es lo que refleja, por ejemplo, la forma en la que el ejecutivo socialista reaccionó ante la OPA de la empresa alemana E.ON a Endesa, en competencia con Gas Natural, que era la opción del Gobierno.

Aún así, con esas contradicciones, el Gobierno del PSOE representa en estos momentos una posición de gobierno que está siendo capaz, por un lado, de abordar problemas fundamentales del capitalismo español y, por otro, de cubrir el ala izquierda con una alta eficacia.A nivel parlamentario, ha estado incorporando todas esas opciones que pueden tener aires tan socialdemócratas y tan liberales como Izquierda Unida y Ezquerra Republicana dentro del mapa político y, al mismo tiempo, ha desarrollado todo un proyecto estratégico de alto alcance que trata de conseguir el pacto social en torno a lo que podría denominarse una segunda transición.

En definitiva, Zapatero representa una estrategia empeñada en recolocar el capitalismo español en un nuevo escalón de estabilidad igual al que se consiguió en 1978, en un momento en el que el pacto social de entonces está manifiestamente agotado.Para ello, no sólo ha colocado unas ciertas políticas sociales que tratan de difundir el lado progresista de este Gobierno, sino que ha hecho una apuesta muy fuerte en torno al gran tema pendiente de la transición, que es Euskadi. En esto, sin duda, se ha conseguido un gran avance con la declaración de alto el fuego permanente de ETA, que es producto de una negociación larga e intensa.Si este alto el fuego se consolida, dando margen a la articulación de un pacto con las fuerzas políticas vascas, se podría terminar de armar un nuevo consenso que alcanzaría a todos los partidos políticos con presencia institucional, menos al PP, y, a través del cual, se lograría otra vez un período de paz social de alto rendimiento para el capitalismo español.

M.L.G Ante todo esto, la izquierda revolucionaria tiene que responder y es en este contexto en el que el PCPE va celebrar su VIII Congreso.Frente al esbozo que ha hecho del panorama político español, ¿cuáles son las prioridades que se plantea el PCPE, en cuanto a su superación y también en lo que se refiere a su transmisión a la sociedad?

C.S.Para el PCPE, una de las cuestiones fundamentales es el reforzamiento del Partido como opción revolucionaria dentro del conjunto del Estado Español. En este VIII Congreso nos hemos puesto un objetivo: dar lo que llamamos el salto cualitativo en el desarrollo del proyecto político del PCPE.Es necesario que, a nivel del Estado, recuperemos una organización comunista fuerte, que coloque una propuesta para la clase obrera, para los pueblos y naciones del Estado, que sea independiente del pensamiento hegemónico burgués.

Este proyecto se desarrollaría en las claves de transformación de la sociedad y de toma del poder político por parte de la clase obrera en alianza con los otros sectores populares. Estas claves son el centro y el objetivo prioritario del VIII Congreso del PCPE, y, en la medida en que consigamos un avance efectivo de este objetivo ambicioso, la socialdemocracia se va a encontrar con la posición marcada del campo revolucionario, una posición que en la actualidad es mucho más débil.

Por otro lado, teniendo en cuenta la estrategia del capitalismo español, apoyado en la socialdemocracia liberal, es necesaria una política de alianzas que confronte con ese proyecto de segunda transición trazado por el Gobierno de Zapatero y por la fracción capitalista a cuyos intereses responde. Esta política de alianzas pasaría por conformar un Frente de Izquierdas en el que, juntas tanto la izquierda estatal como la izquierda de las diversas realidades nacionales, podamos articular una estrategia común basada en un proceso de unidad que tenga como programa central la derogación de la Constitución del 78 y la apertura de un período constituyente a nivel del Estado que cubriera los objetivos que fueron secuestrados con el pacto de la primera transición.

Estamos hablando de un proceso constituyente republicano, estamos hablando de un reconocimiento práctico del derecho de autodeterminación de los pueblos y naciones del Estado y estamos hablando de un proyecto avanzado de justicia social, democracia y soberanía popular.De la misma forma, en este proyecto estaría colocada la urgencia de la recuperación de la memoria y la rehabilitación de las víctimas de la dictadura franquista en torno a la cual levantar un amplio movimiento popular que pueda plantar cara a lo que hoy parece ser la opción hegemónica de la socialdemocracia.

Por otra parte, pensamos que todo lo que está sucediendo en Euskadi requiere que haya fuerza de izquierda estatal que impida que ese proceso termine por reforzar al capital, para que pueda derivar en un verdadero proceso de diálogo y de intercambio democrático, que fue lo que se impidió al final de la dictadura de Franco.Usted habla de un proceso republicano en un momento en el que, en torno precisamente a la República, se conforma en España un movimiento que está logrando unir muchas voluntades venidas de la izquierda.

Dos cuestiones surgen de aquí: la primera, referente a las bases sobre las que se estructuraría este proyecto; la segunda, en torno a la solidez de ese movimiento como ensayo quizás de esa unión de la izquierda que antes planteó como necesaria.En cuanto a la primera, la base principal es la derogación de la Constitución del 78 unida a la atracción de las fuerzas de izquierda a la causa de la democracia y a la causa de las mayorías en todo el Estado Español.

A partir de ahí, se abriría un proceso constituyente, con un programa político de amplia unidad popular y progresista que sería capaz de lograr el ascenso de la movilización popular y confrontar con el actual sistema de dominación, estructurado en base a una democracia coronada, una democracia tutelada, que se sustenta esencialmente en políticas neoliberales de privatizaciones, desarrolladas por los distintos gobiernos del capital desde la muerte de Franco.En lo relacionado con el segundo tema, es cierto que el movimiento por la República ha seguido apareciendo en esta escena del 75 aniversario de la proclamación de la II República cada vez con más fuerza, pero, evidentemente, es un movimiento deudor de la misma debilidad de las fuerzas políticas que lo protagonizan.

En este caso, la posibilidad de desarrollo del movimiento está en la capacidad que tenga de llegar a un acuerdo interno sobre los elementos básicos que deben configurar su unidad. Esos elementos básicos, acordados por las diversas expresiones políticas del movimiento -entendiendo que la lucha por la República es una fase táctica de un proceso de democratización y de justicia social que puede tener, para determinadas fuerzas políticas, objetivos más ambiciosos-, deberían propiciar un amplio frente de unidad capaz de convocar a la mayoría social y a la mayoría política progresista en torno a esa propuesta del período constituyente.En esa clave, el movimiento por la República puede fortalecerse en el futuro, si se libra de sectarismos y si se libra de los intentos de instrumentalización que se hacen del movimiento. En ese caso, tenemos la convicción de que, a medio plazo, el movimiento republicano va a tener la capacidad de poner en cuestión la actual hegemonía y la alternancia entre la socialdemocracia liberal y los gobiernos de la derecha bajo el paraguas del sistema monárquico, que usurpa la legitimidad democrática del Estado.

M.L.G:A partir del Congreso, ¿cuáles serán las perspectivas con las que se aborda el trabajo próximo? ¿Qué es lo que se quiere que salga de él?

C.S.:Lo que pretendemos es siempre la Revolución en el Estado Español y, en función de eso, el fortalecimiento del Partido dentro de esa estrategia. El debate central lo vamos a desarrollar concentrándonos en el proyecto de República de carácter confederal sobre las bases del socialismo y, también, en torno a la forma de abordar las condiciones en las que el capitalismo español consigue mantener su hegemonía.

Por tanto, tratamos de pensar en el mecanismo interno del capitalismo en España, para pertrechar a la clase obrera y a las clases populares de la capacidad crítica frente a esa hegemonía.Creemos que el debate que se ha dado dentro del Partido en todo el período precongresual nos va a permitir sacar una propuesta política muy elaborada de este proyecto republicano confederal, que será valiosísima para dar una respuesta a los intereses de la clase obrera y las clases populares pero también para dar respuesta a las realidades nacionales del Estado.

Desde nuestra visión, este proyecto es el que va a permitir el ejercicio del derecho de autodeterminación y la culminación de determinados procesos nacionales que la burguesía española ha sojuzgado de manera violenta.Paralelamente, el Congreso será el punto de partida de un trabajo muy serio en lo que respecta al fortalecimiento del Partido y al objetivo de convertir la organización en una referencia cercana para el pueblo, una organización cuya militancia tenga el reconocimiento de los trabajadores y de los sectores populares. Queremos romper las barreras que impiden los puentes y los nexos entre la clase obrera y el Partido.Esperamos que, al final del mismo, el Partido haya avanzado en su capacidad de hacer entender su propuesta por parte de la clase obrera y que, a nivel del Estado, ésta empiece a comprender la necesidad de una apuesta revolucionaria basada en una estrategia de toma del poder por parte las mayorías.

Del VIII Congreso, en suma, lo que pretendemos es que el Partido crezca en su capacidad de intervención política y que, de la misma forma, lo hagan las luchas obreras y populares. Si se logran estos objetivos, vamos a estar en la vía de establecer una nueva correlación de fuerzas en la lucha anticapitalista.

M.L.G¿Cuál es la situación actual de la clase obrera en España, sobre todo de cara a poder asumir el mensaje del Congreso y del Partido?

C.S.:El PCPE presta especial atención al elemento de cambio en la subjetividad de la clase obrera, que se pase a una situación en la que la clase obrera comience a creer en su propia fuerza y empiece a vivir un momento de inflexión desde el empeño de querer cambiar las cosas y de tener confianza en que puede cambiar el actual sistema de dominación.Ciertamente, la etapa protagonizada por el reformismo, las traiciones y los pactos de que ha sido víctima la clase obrera del Estado Español llevó a una desmoralización de esa clase en cuanto a sus posibilidades de transformar la sociedad. En este sentido, el VIII Congreso del PCPE debe significar un cambio en esta tendencia, debe significar que al menos una parte del pueblo y una parte de la clase empiece a comprender que hoy es posible que se alcance ese proyecto alternativo y, por tanto, que las cosas empiecen a cambiar.

El elemento esencial del proceso revolucionario es la confianza en la clase y la confianza en las grandes mayorías, y el PCPE es un proyecto que afronta este Congreso con una enorme confianza en la clase obrera y en la capacidad de lucha de esas mayorías. Lo hemos comprobado, por citar un ejemplo, con ocasión de la lucha contra la guerra imperialista contra Irak, la cual fue un indicador de la posibilidad de avanzar hacia una movilización sostenida del conjunto de la clase obrera.El PCPE confía en que este Congreso va a ser un aporte, junto a los que hagan otros sectores sociales de la izquierda, para que, a medio plazo, en la realidad del Estado Español -como ocurrió recientemente en Francia con la reacción popular contra el Contrato de Primer Empleo- empiece a haber un horizonte en el que la clase obrera crea que existen posibilidades de cambiar las cosas.

Historia del PCE(III)


APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA
3. El 14 de Abril

3.1 No por tirar de la planta crece más deprisa

3.2 Agravación del conflicto con la dirección de la IC

3.3 Algo más que intromisiones

3.4 Expulsión del "grupo de Bullejos"

3.1 El 14 de abril, al atardecer, mientras las masas celebraban en Madrid y otras ciudades en un ambiente festivo la proclamación de la II República, medio centenar de militantes del Partido, con su secretario general al frente, se dirigen al Palacio Real apiñados en un camión, gritando "¡Viva los sóviets!" y otras consignas revolucionarias. Pero, al llegar a la Plaza de Oriente, un obstáculo imprevisto se interpone en su camino: la Guardia Civil. Los recién reconvertidos guardianes de la República, que protegían al monarca y a su familia hasta su partida al exilio, cortan el paso del vehículo y detienen a sus ocupantes. De esta forma quedó frustrado su propósito de arriar la enseña monárquica, que todavía ondeaba en su pabellón habitual, para sustituirla por la bandera roja que portaban. Así concluyó el simbólico intento de "toma del Palacio de Invierno" por un puñado de comunistas españoles (56).
Este hecho, no por anecdótico menos verídico y testimonial, es el que mejor ilustra la desorientación del Partido y sus dirigentes ante los acontecimientos del 14 de abril.

Multitud congregada en la plaza de la Cibeles de Madrid para celebrar la proclamación de la II República, 14 de abril de 1931.

Como consecuencia de ello, el PCE se aisló en ese momento de las masas. En algunos lugares, como Madrid, los comunistas que intentan repartir octavillas o dirigir la palabra a la multitud son abucheados y acogidos con manifiesta hostilidad. Salvo en Sevilla, Bilbao y Barcelona, en las que sus militantes consiguieron arrastrar a unos cuantos centenares de trabajadores al asalto de las cárceles y forzar la liberación de los presos políticos, la actividad del Partido apenas tuvo alguna incidencia. Fue en Sevilla, donde la organización local mantenía vínculos más estrechos con la clase obrera, en la que únicamente se dejó sentir su dirección efectiva, viéndose obligadas las autoridades militares, a causa de las manifestaciones violentas de las masas obreras, de los asaltos a centros monárquicos y armerías, a decretar durante varios días el estado de guerra (57).

El que el Partido se encontrase tan desorientado, lanzase consignas erróneas mezclándolas con otras justas y no comprendiese el profundo sentido de los acontecimientos desarrollados el 14 de abril y días sucesivos era, en gran parte, consecuencia de los planteamientos erróneos que sus dirigentes venían manteniendo en torno a la estructura económica y social de nuestro país y, por consiguiente, acerca del carácter de la revolución. Al considerar --como ya hemos visto-- que España era un país capitalista desarrollado, perdiendo de vista los rasgos semifeudales aún predominantes en la base económica, en el régimen político y en otras instancias de la superestructura, los dirigentes del Partido se habían fijado como objetivo inmediato el llevar a cabo la revolución socialista. De ahí que no viesen en la sustitución de la Monarquía por la República más que un simple cambio de fachada gubernamental y lanzasen la consigna de "¡Abajo la república burguesa! ¡Viva la revolución proletaria!".
¿Qué representaba la República en las condiciones políticas de entonces? ¿Cuál debía haber sido la actuación del Partido?

En España, país industrialmente atrasado, no podía pensarse aún en una emancipación inmediata y completa de la clase obrera. Antes de eso, la revolución debía pasar por una etapa previa de desarrollo y eliminar toda una serie de obstáculos políticos, económicos y culturales propios del viejo régimen. La República, en la que se expresaba el carácter burgués de la revolución, suponía un avance histórico con respecto a la Monarquía, y brindaba la ocasión para quitar de en medio esos obstáculos y acortar ese proceso. Como decía Lenin, el régimen republicano era "la mejor forma de Estado para el proletariado bajo el capitalismo". "Una forma de lucha de clases y de opresión de clase más amplia, más libre, más abierta -insistía- facilita en proporciones gigantescas la misión del proletariado en la lucha por la destrucción de las clases en general" (58). Al mismo tiempo, como también advertía Lenin, no había que olvidar que el Estado de la república más democrática no dejaba de ser una máquina para la opresión de una clase por otra.

La misma instauración de la República era, principalmente, resultado de la lucha revolucionaria de masas encabezada por el proletariado que, a lo largo de 1930, debilitó al viejo régimen haciendo inevitable su caída.
Pero, en ese momento, la clase obrera no podía desempeñar el papel de guía de la revolución. La influencia política e ideológica que continuaban ejerciendo sobre ella la socialdemocracia y el anarcosindicalismo se lo impedían, pasando por este motivo la dirección del proceso revolucionario a manos de la burguesía que, de esta manera, con el apoyo de las fuerzas represivas, pudo conducirlo conforme a sus propios intereses y, finalmente, estancarlo.
Por medio del Gobierno provisional de la República, constituido en base al "Pacto de San Sebastián" -como en el caso de su sucesor, el formado por la coalición republicano-socialista-, la gran burguesía, la aristocracia terrateniente y el imperialismo se proponían llevar a cabo algunas reformas para contener la oleada revolucionaria en ascenso, utilizando para ello a los políticos pequeño-burgueses y a los jefes de la socialdemocracia.

Por todas esas y otras razones era evidente, pues, que no se podía meter en el mismo saco a la Monarquía y a la República. Las relaciones del gobierno republicano con las masas eran completamente diferentes a las mantenidas con anteriores gobiernos monárquicos, que eran odiados por el pueblo. El Gobierno provisional, aunque fundamentalmente contrarrevolucionario por toda su orientación política --ya que se proponía mantener y defender los intereses y privilegios de las fuerzas oligárquicas y castas reaccionarias--, había conseguido engañar a las masas, hasta el punto de ser aclamado por ellas como el gobierno de la revolución democrática. Esta diferencia importante entre la Monarquía y la República debía ser tenida muy en cuenta.

Además, existía otra mucho más esencial que el no comprenderla, como señalaba la IC, incapacitaba al Partido para encabezar a las masas en la lucha contra la burguesía: el hecho de que, a pesar de sus ilusiones en la república burguesa, los trabajadores perseguían objetivos revolucionarios y de que en la República encontraban mejores condiciones políticas para alcanzarlos. La abolición de los privilegios de la aristocracia, del clero y de la alta oficialidad, la reforma agraria, el mejoramiento de sus condiciones de vida y trabajo, la autodeterminación de las nacionalidades oprimidas, etc., seguían estando a la orden del día. Era ahí donde el Partido tenía su principal campo de batalla para disputar a la burguesía su influencia entre las masas, pues era claro que esas aspiraciones populares no tardarían en entrar abiertamente en conflicto con la política contrarrevolucionaria del Gobierno provisional y de los gobiernos republicanos que tomasen su relevo. Como manifestaba la Dirección de la IC en sus críticas, toda la política del Partido "debía basarse sobre este divorcio y este conflicto ineluctable entre la voluntad revolucionaria de las masas y la política reaccionaria del gobierno republicano y tender a provocarlos. El Partido, no subrayando la política reaccionaria del gobierno republicano y negando el comienzo de la revolución democrática no ha comprendido el proceso dialéctico de su desarrollo, ya iniciado desde antes del 14 de abril, pero considerablemente favorecido por la proclamación de la república que, aun sembrando las ilusiones democráticas entre las masas prepara al mismo tiempo su desilusión y el despertar de su acción revolucionaria" (59).

Al no tener todo esto en cuenta se explica que los dirigentes del Partido subestimasen la necesidad de la revolución agraria como forma esencial de la revolución democrático-burguesa y que tampoco prestasen atención a un problema tan importante de la revolución en nuestro país, como el de las nacionalidades oprimidas por el imperialismo español, o lo enfocasen incorrectamente.


3.1 No por tirar de la planta crece más deprisa

La IC acusaría igualmente al Partido de "pasividad", de realizar una "actividad exclusivamente propagandística" y de "incapacidad para comprender su papel dirigente", atribuyéndolas "a su gran debilidad numérica, a la ausencia de ligazón con las masas, a su sectarismo y falta de organización anterior" (60). Incluso, llegará a criticarle más de una vez el no haberse convertido todavía en un partido bolchevique. Comparación que se va a hacer de una manera abusiva y constante. Efectivamente, las experiencias bolcheviques eran válidas y debían ser tenidas en consideración. Pero hasta que los partidos comunistas madurasen y estuviesen en condiciones de asimilarlas se requería tiempo. Además, el Partido bolchevique había tenido su propio proceso desde principios de siglo y no había comparación posible.

El hecho de que el PCE no hubiese superado todavía su estadio propagandista no se podía reducir a una cuestión numérica, ni era cierto que no estuviese ligado a las masas. Tampoco se podía atribuir el estancamiento en esa fase de desarrollo al "sectarismo y falta de organización anterior", de los que no eran solamente responsables los comunistas españoles. Dado su origen en dos grupos dispares, la gran influencia de las corrientes anarquista y socialdemócrata en la clase obrera y el poco tiempo transcurrido desde su constitución, respecto a lo cual no se puede decir que la Dirección de la IC no fuese consciente --ella misma señalaba que se trataba de un "joven Partido... salido de las capas anarcosindicalistas y anarquizantes" (61) (y también socialdemócratas, añadiríamos nosotros para corregir ese lapsus)--, dicho estadio no podía ser superado de la noche a la mañana ni mucho menos se podía forzar la salida del mismo.

Como venimos señalando, la construcción del Partido requería de un prolongado período de trabajo entre las masas, de acumulación de experiencias y, sobre todo, de elaboración teórica. Y esta última era decisiva, ya que la maduración de un partido comunista está esencialmente vinculada al desarrollo de la línea política. Por tanto, la "incapacidad" del Partido para comprender su papel dirigente no era una cuestión de "masas", sino de línea o, más exactamente, de tener una línea justa. Pero, a lo que se ve, los dirigentes de la Internacional pasaban por alto este "detalle" a la hora de buscar las causas de la inmadurez del Partido. Para ellos, todo se reducía a fin de cuentas a una cuestión de número, ¡hasta el punto de comparar su desarrollo con el crecimiento de la CNT y la UGT! (62). ¿Es que ya habían olvidado los dirigentes de la IC las ideas leninistas en las que precisamente se combatía esa confusión entre el carácter y las tareas de una organización sindical (anarquista, para más señas, la primera, es decir, ultraespontaneísta; y socialdemócrata, la segunda) y las de un partido obrero revolucionario?

En estos planteamientos, ciertamente, se manifestaba el temor a que el PCE se aislase de las masas, pero también la impaciencia porque se desarrollase rápidamente. Ese voluntarismo, no cabe duda, respondía en parte también a que la Dirección de la Internacional contemplaba la posibilidad de que en España se produjese una segunda reedición de la revolución de Octubre, cosa que hasta cierto punto no era descartable en ese momento. Pero esa impaciencia la estaba llevando a cometer serios errores, como el de alentar una concepción tradeunionista y socialdemócrata, muy acorde con otros planteamientos, como su reiterada insistencia en la participación electoral.

Idéntico voluntarismo se traslucía en sus reproches al Partido por el hecho de que se mantuviese al margen de la mayoría de las luchas reivindicativas de las masas, no dirigiese los combates políticos revolucionarios de la clase obrera y de los campesinos y no hubiese creado los sóviets (63). Sin embargo, resultaba evidente que, pese a los errores que venía cometiendo, el PCE estaba haciendo progresos, aunque, eso sí, siguiendo su propio "ritmo".

A los tres meses de la instauración de la República, era capaz de dirigir por primera vez una huelga general revolucionaria de gran importancia, como la de Sevilla, en la que se hizo realidad la unidad de acción por la base con los obreros socialistas y anarquistas, lo que fue considerado por la IC como un "éxito" (64). Pero no sería la única. A partir de ese momento, el Partido dirige importantes huelgas obreras, principalmente en Vizcaya y Asturia y comienza a tener una destacada participación en algunas luchas campesinas.


Represión de la huelga general revolucionaria de Sevilla en agosto de 1931


Todos estos progresos fueron resaltados en el IV Congreso (marzo 1932). En apenas un año el PCE había pasado de 1.500 a 11.756 militantes, salto notable si consideramos que, a mediados de 1935, cuenta con 19.200. Otro tanto sucedía con la Unión de Juventudes Comunistas (UJCE) durante el mismo período: de tener 400 militantes pasaría a alcanzar los 6.000. Igualmente aumentaba la influencia de los sindicatos afectos al Partido. La asistencia al Congreso de 101 delegados de fábricas y sindicatos, en representación de 100.000 obreros, era una prueba evidente de ello. Por otra parte, la composición social de las delegaciones asistentes al mismo era un claro exponente del carácter de clase del Partido y de su vinculación con las masas y, en particular, con la clase obrera: 75% de obreros industriales y agrícolas, 11,7% de empleados y 8,2% de intelectuales y profesionales (65).

En suma, un balance muy positivo, aunque no cuadrase con los cálculos de la IC.
Al mismo tiempo, el IV Congreso puso en evidencia las debilidades y carencias del Partido en todos los terrenos, especialmente en lo que respecta a la elaboración de la línea política. Como acertadamente hacía notar la Internacional, el PCE no tenía aún una línea política "suficientemente justa" (66). No obstante, si bien este Congreso no representó el "viraje" que esperaba la IC, supuso un avance en el esclarecimiento y comprensión de las tareas a acometer. De esta forma, cuando el 10 de agosto de 1932 se produzca el golpe de Estado monarco-fascista del general Sanjurjo, el Partido desempeñará en Sevilla, independientemente de los errores que se cometieran, un papel de primer orden en su abortamiento, poniéndose al frente de las masas y encabezando la resistencia armada (67).

Claro que los dirigentes de la IC no podían ser insensibles a estos progresos y en más de una ocasión tendrán que reconocer que el Partido había obtenido "indiscutiblemente éxitos políticos y de organización", que su influencia "se ha acrecentado y sigue creciendo". Pero, eso sí, subestimándolos al pasarlos por el tamiz de su impaciencia, ya que, por lo visto, tales progresos sólo representaban "una gota de agua en un mar enfurecido" (68). Y es que la Internacional no entendía que el desarrollo del Partido no se podía forzar. O, como decía Mao, refiriéndose al mismo problema en el PCCh, "no por tirar de la planta crece más deprisa", pues de esa manera se le dañan las raíces y se ve afectado su crecimiento. Por el contrario, necesitaba un desarrollo independiente. Sólo así, en base a su experiencia directa, que necesaria e inevitablemente conllevaba cometer errores y aprender de ellos, podía el PCE ampliar su influencia, elaborar una línea política justa y, en definitiva, desarrollarse. Este era precisamente el problema fondo que de una u otra forma subyacía en las divergencias y enfrentamientos de los dirigentes comunistas españoles con la Dirección de la IC.


IV Congreso del PCE, inaugurado en Sevilla el 17 de marzo de
1932. Izda.: Bullejos. Dcha.: Adame.


Algunas de las críticas hechas por la IC iban bien encaminadas, pero eran insuficientes y hasta unilaterales. Las debilidades, incomprensiones y errores del Partido no sólo era preciso encuadrarlos dentro de una etapa de desarrollo, sino que, además, no se podían separar de algunas apreciaciones erróneas anteriores de la IC sobre la realidad española, de la labor desorientadora de delegados como Humbert-Droz, ni, por supuesto, de la línea errónea que se estaba siguiendo en la construcción del Partido. En todo caso, la responsabilidad en todos esos errores debía ser compartida.

Esto, claro está, no eximía al Partido y a sus dirigentes, en particular, de su propia responsabilidad en tan serios y graves errores. Por ello la lucha entre dos líneas que se venía librando desde 1927, entre los dirigentes españoles y la dirección de la IC y dentro del propio Partido, va a desembocar, tras la proclamación de la República, en una segunda gran batalla ideológica y política.

3.2 Agravación del conflicto con la dirección de la IC Como ya hemos visto en el capítulo anterior, los dirigentes de la IC se venían planteando desde hacía tiempo la necesidad de renovar o cambiar la dirección de la sección española, sin que se deba ver en ello una intención de "purgar" o expulsar a nadie del Partido. A ese fin iban encaminados sus reiterados intentos de poner al frente de la misma a Maurín, que nunca llegaron a concretarse ante su progresivo decantamiento por el trotskismo. Pero, sobre todo, va a ser tras la proclamación de la República, como consecuencia de la incomprensión de Bullejos y compañía del carácter y desarrollo de la revolución, cuando se empeñen en esa renovación con más decisión.

Sin duda, en ese propósito, más que las suspicacias hacia las "veleidades de independencia" de los dirigentes españoles, influía sobre todo el temor a que el Partido se aislase de las masas. De ahí que antes del IV Congreso, en el que Bullejos fue reelegido secretario general, la IC fomentase e impulsase la promoción y cooptación al Comité Central de cuadros obreros de reconocido prestigio entre las masas, como José Díaz, Dolores Ibarruri, Mije, Hurtado, Uribe y otros, en los cuales se apoyará más tarde para llevar a cabo la lucha contra el "grupo bullejista".
A todo esto se añadía otra preocupación: el que la revolución española, sobre la que la IC no cesaba de subrayar su "gran importancia internacional"(69), se quedase en el intento por la falta de un partido maduro, pues su fracaso no podía dejar de repercutir en el movimiento comunista internacional.

Estos problemas y preocupaciones, unidos a su impaciencia, empujaban a la dirección de la IC a estar más encima de la actividad de los comunistas españoles y contribuían a acentuar la tendencia, que ya de por sí tenían sus delegados, a sustituir a los dirigentes de las secciones nacionales. Esta era una de las razones de que fuesen más frecuentes durante este período los roces y conflictos con los dirigentes del PCE, sobre todo a partir de la llegada de Vitorio Codovila.

La crisis estallará inmediatamente después de frustrarse el golpe de Estado del general Sanjurjo. El porqué en ese momento y no antes o después tiene mucho que ver con el contexto en el que se produce, caracterizado por el auge de la lucha revolucionaria y la agravación de la crisis politica y económica.

Imágenes de la sublevación monárquica de Sanjurjo en Sevilla, 10 de agosto de 1932

Ambos hechos --la crisis interna del Partido y el golpe-- coinciden con el inicio de una nueva oleada de luchas obreras y campesinas, mucho más fuerte que la anterior, que no pasaría desapercibida en Moscú: el XII Pleno del CE de la IC (septiembre 1932) tendrá muy en cuenta que "en España se estaba produciendo un impetuoso avance del movimiento de masas con tendencia a desarrollarse en insurrección popular" (70). Esta tendencia era más pronunciada en el campo, donde en las zonas latifundistas se estaban produciendo cada vez más frecuentes ocupaciones masivas de tierras e insurrecciones locales. Esto explica el apoyo dado al golpe por la aristocracia terrateniente y un sector minoritario de la oligarquía financiera más ligada a aquélla.

En efecto, la lucha revolucionaria de las masas, por un lado, y la crisis económica, por otro, estaban agudizando las contradicciones entre las clases dominantes. Por eso mismo la burguesía, bajo la presión del campesinado y a fin de contener en primer lugar la revolución en el campo, va a aprovechar el fracaso del golpe para "expropiar", mediante indemnización, a la "Grandeza de España" e iniciar una reforma agraria a la manera burguesa, tan necesaria para el desarrollo capitalista, "a expensas" de sus aliados; aunque, en realidad, quienes verdaderamente debían pagar su coste, endeudándose con los bancos, iban a ser los jornaleros y campesinos pobres que se beneficiasen de ella.
Este conjunto de circunstancias será el que provoque el golpe militar anti-republicano y el que, finalmente, precipite el enfrentamiento del "grupo de Bullejos" con la dirección de la IC.

Lo que el PCE debía hacer en una situación semejante ya había sido advertido por el CE de la IC, tras el 14 de abril, ante la posibilidad de alguna intentona monárquica. "Inspirándose en el ejemplo de los bolcheviques en la lucha contra Kornilof --señala la IC en su Carta abierta al CC del PCE de mayo de 1931--, el Partido comunista debe, sin sostener jamás al gobierno, luchar con toda la energía posible, como una fuerza independiente, pero también como la vanguardia revolucionaria y el guía de las masas, contra todo complot contrarrevolucionario, aprovechando tales ocasiones para armar a las masas trabajadoras y para conquistar nuevas posiciones para el proletariado y la masa campesina" (71).

¿Qué hicieron los dirigentes del Partido? En vez de impulsar la lucha independiente del proletariado, desenmascarar al Gobierno republicano-socialista como instrumento de la contrarrevolución burguesa-terrateniente y llamar al campesino a la toma de la tierra, lanzaron la consigna de "defensa de la república" sin más. Una consigna que en ese momento suponía tanto como llamar a las masas a apoyar al Gobierno de la contrarrevolución y supeditarse a la burguesía. A este resultado les llevaba su incomprensión del carácter y desarrollo de la revolución y, desde luego, su interpretación esquemática de la consigna del gobierno obrero y campesino. Es decir, que así como el 14 de abril esa incomprensión les condujo a saltarse la etapa democrático-burguesa y a plantear como objetivo la toma del poder por el proletariado, ahora, esa misma visión les llevaba a hacer de la revolución democrático-burguesa un fin en sí misma, separándola de la revolución socialista (72).

El peligro de que con estos planteamientos el Partido se aislase de las masas era más que evidente. De ahí la reacción inmediata y contundente de la Dirección de la IC y de su delegación en España.
En la primera reunión del Secretariado posterior al golpe, la delegación, apoyada por dos miembros del mismo, acusó a Bullejos y compañía de "caciquismo" y de seguir una línea política errónea, oportunista y contrarrevolucionaria, y les exigió una "autocrítica". Por su parte, Bullejos y otros dos integrantes del Secretariado acusaron a la delegación de "intromisión" (73). Como ejemplos más recientes citaban la destitución del responsable de la secretaría de agitación y propaganda sin contar con ellos y el que la delegación, deliberadamente, no diese a conocer a la Dirección del Partido las tesis sindical y de organización hasta el momento de ser presentadas al IV Congreso. Ante estas evidencias poca credibilidad podían merecer las acusaciones de "caciquismo" dirigidas contra Bullejos y compañía.

No obstante, la crítica a los métodos "dirigistas" de la delegación no podía ponerse al mismo nivel que la crítica a las concepciones erróneas y a las prácticas correspondientes, pues era al oportunismo al que principalmente había que combatir. Mucho menos podía servir para encubrir los errores, como pretendían Bullejos y sus seguidores. Los problemas planteados exigían una discusión a fondo, utilizando para ello un método correcto. Pero, lejos de eso, la delegación no sólo no hizo ninguna valoración autocrítica de su actuación, sino que, al no tener en cuenta la estrecha relación entre la unidad y la lucha ideológica, enconó el enfrentamiento con sus descalificaciones, imposiciones y nuevas intromisiones. Así, después de una reunión del Buró Político, en la que la mayoría de sus miembros, en ausencia de los encausados, habían aprobado mayoritariamente una resolución en la que se hacía a la delegación responsable "de la situación de desquiciamiento de la dirección del Partido"; y después también de que se tomase el acuerdo de reunir al CC, a fin de exponerle "todo el proceso de las luchas habidas y las medidas de la naturaleza que sean, para que no vuelvan a surgir, y que el trabajo de la dirección discurra en las mejores condiciones"(74), al día siguiente, ese mismo Buró Político -evidentemente, bajo la presión de la delegación, pues no otra cosa cabe deducir-, acordaba "separar de todos sus cargos en el Partido a Adame, Bullejos y Vega" (75).

Ese mismo día también la delegación daba a conocer al Partido una declaración con el fin de situar política e ideológicamente las divergencias. Según ella, todo su trabajo estaba dirigido a ayudar al PCE a transformarse en un Partido verdaderamente comunista, a asegurar la línea política trazada por la IC y a crear una dirección colectiva y unificada. Finalmente, la declaración llegaba a la conclusión de que los tres dirigentes mencionados estaban llevando a cabo una lucha "contra la política de la IC, una lucha que ataca los principios fundamentales de la IC" (76).

Y de hecho así era. Sin embargo, resulta dudoso que se tratase de una lucha "consciente" contra los principios de la IC. Ni siquiera de ese rechazo a las "intromisiones" de la delegación, aun llevado hasta sus últimas consecuencias, se puede deducir que cuestionasen el papel de la IC como centro dirigente de la revolución mundial. Esta idea posiblemente ni se les pasó por la cabeza a Bullejos y compañía, aunque bien es verdad que dadas las posiciones en pugna resultaba fácil pensar que ello podía ocurrir. De todas formas, el problema de fondo que entonces se planteaba no residía tanto en el oportunismo de las posiciones que venían sustentando Bullejos y otros dirigentes ni en esa especie de juicio de intenciones que aparece expuesto en la declaración citada, sino en ese tipo de "ayuda" que la delegación estaba prestando. Esta "ayuda", aunque no fuese ésa su intención, conducía a eliminar cualquier atisbo de dirección colectiva y realmente unificada, de iniciativa y de lucha ideológica, cercenando desde la raíz cualquier posibilidad de que los comunistas españoles pudieran pensar por sí mismos. De ahí que trataran de "someter" a quien disintiese de los criterios de la IC, llevase o no-razón. Al final, a eso se reducía el cometido que se habían asignado los delegados.

Por esa razón y dado el papel tan destacado que desempeñó la delegación en el conflicto y, muy en particular, el argentino Vitorio Codovila, vamos a detenernos un poco más en este problema y en lo que del mismo se derivaba, pues pensamos que puede contribuir a esclarecer un poco más algunos aspectos de la crisis.

3.3 Algo más que intromisiones
Esta no era la primera vez que Bullejos y compañía tenían un conflicto serio con los delegados de la IC. Uno de los últimos había sido con Humbertz-Droz, al que la IC retiró de España a finales de 1931, accediendo a las demandas de los dirigentes españoles. Este delegado -de quien Stalin había dicho que era un "oportunista hipócrita" (77)--, no sólo hizo y deshizo a su antojo en el Partido durante su estancia en nuestro país, aprovechando que Bullejos y otros cuadros estaban encarcelados, sino que trató de imponerle una línea oportunista, como llegó a reconocer posteriormente la misma dirección de la Internacional. ¡Y éste era precisamente el "consejero" del PCE durante los meses anteriores y posteriores al 14 de abril! Luego, ¿puede uno extrañarse de que los dirigentes del PCE estuviesen tan desorientados? Lo raro es que no lo estuvieran más.

Es indudable que, independientemente de que la mayor parte de los delegados no fuesen unos oportunistas, como Humbert-Droz, por mucha voluntad que pusieran difícilmente podían orientar al Partido cuando lo desconocían todo sobre nuestro país, la mayoría de las veces incluso el idioma. Si encima pretendían dirigirlo, sin tomar siquiera en consideración la opinión de la Dirección del Partido, el resultado no podía ser más dañino para su propio desarrollo.
A ese respecto viene bien al caso remitirnos ahora a las consideraciones hechas por Togliatti -en sus informes a Moscú- acerca de los delegados de la IC que se encontraban en España durante la Guerra Nacional Revolucionaria; y, más concretamente, a las que se refieren a Vitorio Codovila. "No quiero ocultaros mi impresión en torno al hecho --escribe Togliatti-- de que la responsabilidad del mal trabajo del centro corresponde a nuestros 'consejeros'. En
Particular, es preciso convencer a L. (Vitorio Codovila) de la oportunidad de cambiar radicalmente sus propios métodos de trabajo. Los camaradas españoles han crecido, es necesario entenderlo y dejar que anden por su propio pie, limitándonos nosotros al papel de 'consejeros'... Esto daría a los camaradas un mayor sentido de la responsabilidad y les ayudaría mucho a trabajar mejor..." (78).







Palmiro Togliatti

Por esa razón Togliatti pedirá al CE de la IC que les llame al orden para que "no desorienten a los camaradas impulsándoles por un camino equivocado" y dejen de "considerarse los 'amos' del partido, partiendo de la base de que los camaradas españoles no valen nada, que dejen de ocupar su lugar con el pretexto de hacer las cosas más 'rápido' y 'mejor' "(79).

Si esto sucedía en 1937, cuando los dirigentes españoles estaban --según Togliatti-- "en condiciones de dirigir al Partido, e incluso de dirigirlo bien", qué no sucedería en 1932 con unos dirigentes puestos en la picota y con Vitorio Codovila de por medio; o incluso, posteriormente, durante su permanencia en nuestro país hasta bien entrada la guerra.

Claro que tampoco Togliatti era ajeno a esos métodos ni, por supuesto, a los errores que el PCE, bajo su influencia, estaba cometiendo en el momento de escribir sus informes. Por eso no nos merecen ningún crédito sus consideraciones sobre lo que era justo o equivocado. Ahora bien, eso no invalida el valor testimonial de sus observaciones, por cuanto en ellas se ponen palmariamente de manifiesto ya no sólo las intromisiones a las que se oponían los dirigentes del PCE, sino las concepciones que las inspiraban y que llevaban a "cortar las raíces" del desarrollo del Partido.

Otro tanto venía sucediendo en aquella época en el PCCH, con la diferencia de que Mao y sus seguidores, contrariamente a los Bullejos y compañía mantenían una línea justa frente a las concepciones dogmáticas de la Dirección de la IC. Y lo estaban demostrando en la práctica, lo que les permitía oponerse con más autoridad y fuerza política a esas y otras "intromisiones" e ir al fondo del problema. Esto, claro está, no les librará de ser tachados por los dirigentes de la IC y sus delegados de "nacionalistas pequeño-burgueses", calificativo que, salvando las distancias, también será aplicado a Bullejos y sus seguidores (80).

Naturalmente, el origen del problema no estaba en los delegados y en sus métodos, sino en la línea de construcción del Partido aplicada por la Dirección de la IC con respecto a sus secciones nacionales. Que el problema era general y no se limitaba al PCE y al PCCH se demuestra en que el XII Pleno del CE de la IC, coincidiendo precisamente con la lucha contra el "grupo de Bullejos", aprobase una resolución en la que se expresaba la necesidad de acabar con el "centralismo excesivo" (81). Señal de que los dirigentes comunistas españoles puestos en la picota no andaban muy descaminados en su oposición a los métodos "dirigistas" de la delegación. Métodos que, a fin de cuentas, no eran más que una flagrante conculcación del centralismo democrático en el que debían basarse, según los estatutos, las relaciones de los órganos directivos de la Internacional con las secciones nacionales.

También se volvió a abordar esta cuestión en el VII Congreso (julio/agosto 1935), cuyas actas nunca se publicaron, a juzgar por la resolución en la que se pronunció por una "modificación de las funciones del Comité Ejecutivo", en el sentido de una mayor "descentralización" y "autonomía" de las secciones nacionales para resolver las tareas que se les planteaban. En ella se subraya, además, la necesidad de que el Comité Ejecutivo de la IC, al solucionar todos los problemas del movimiento obrero internacional, "se basase en las condiciones y particularidades concretas de cada país, evitando como regla general inmiscuirse directamente en los asuntos orgánicos internos de los partidos comunistas" (82). Esta medida estaba justificada, al parecer, por la adopción de la táctica de Frente Popular, aplicable no sólo a los países capitalistas o semifeudales, sino también a los países coloniales y semicoloniales. A ese respecto, la IC comenzaba a tener más en cuenta, a diferencia de lo que venía sucediendo con la vieja táctica del gobierno obrero y campesino, la diversidad de condiciones en cada país y todo aquello que hacía imposible la uniformización de tácticas y estrategias. Esto cada día era más necesario, además, en una situación internacional caracterizada por el ascenso del fascismo y el repliegue del movimiento revolucionario, lo que conllevaba un período más o menos prolongado de acumulación de fuerzas y el prestar mucha más atención a las condiciones nacionales. O sea, una realidad muy diferente a la que había hecho necesaria la constitución de la IC en pleno ascenso de la revolución.

Sin embargo, todas esas resoluciones nunca pasaron de los buenos deseos, imponiéndose la inercia centralista. Por este motivo, al no ser afrontado el problema desde la raíz y no prestar más atención al desarrollo independiente de las secciones nacionales y movimientos revolucionarios respectivos, la Dirección de la IC tendrá que recurrir cada vez más a medidas burocráticas e impositivas para no verse desbordada.

3.4 Expulsión del "grupo de Bullejos"

Eso es lo que va a suceder en el PCE. Desde el momento en que el Buró Político acordó separar de sus cargos en la Dirección del Partido a Bullejos, Adame y Vega, la delegación puso en marcha una dinámica encaminada a su expulsión y al "sometimiento" de los miembros del Comité Central que les venían apoyando, hasta el punto de que la gran mayoría de ellos tuvieron que hacerse la correspondiente "autocrítica" a través de los órganos del Partido. A ello se va a reducir, en realidad, la "campaña de bolchevización" emprendida posteriormente contra el "sectarismo bullejista", sin que en ningún momento se plantee una verdadera lucha ideológica (83). En concordancia con esos métodos, el conjunto del Partido permanecerá, a lo largo del conflicto, como convidado de piedra; aunque, eso sí, convencido de que la IC no se podía equivocar dadas sus poderosas razones y la unilateralidad con la que se presentaban. O sea que más que el propio convencimiento y comprensión de los errores que el Partido venía cometiendo se impuso el prestigio y el peso de la Internacional. Esa es la razón, junto al hecho de que los encausados -contrariamente a lo que se les acusaba- no se propusiesen llevar a cabo una labor fraccional, de que una dirección que llevaba siete años como tal no arrastrase ni a un solo militante.
Es muy sintomático que el Secretariado de la IC, muy al contrario que Codovila y otros delegados, no viese en el "grupo de Bullejos" un propósito deliberado de fraccionar el Partido ni de cuestionar a la Internacional y que incluso esperara a que rectificasen sus errores. No otra cosa es lo que estaba tratando de conseguir desde hacía tiempo mediante un trabajo paciente, pues, si bien en sus posiciones había serios y graves errores, también en su labor se podían apreciar aspectos positivos que la IC debería tener en cuenta. Por eso trataba de recuperarlos. De ahí también la disparidad de los métodos aplicados por la delegación y la Dirección de la IC a la hora de tratar las contradicciones surgidas y el intento de esta última de buscar un acuerdo o solución de compromiso. Además, el peligro de ruptura interna del Partido --cosa que no era descartable, dada la influencia de los planteamientos de los dirigentes encausados en la inmensa mayoría de los miembros del CC-- aconsejaba recurrir más al convencimiento que al "sometimiento".

Y ése fue el criterio que, en un principio, adoptó el Secretariado de la IC. Tras prolongadas discusiones en Moscú con Bullejos, Adame, Vega y Trilla -este último representante del PCE en las instancias dirigentes de la Internacional-, los cuatro aceptaron sus propuestas: Adame se incorporaría a la Internacional Sindical Roja (Profintern); Trilla seguiría ocupando su cargo de delegado; Vega ingresaría en la Academia Militar Superior de Moscú y Bullejos se reincorporaría a la Secretaría general, propuesta que, a petición suya, fue sustituida por la de organizar el Partido en Cataluña, formando parte del B.P. (84). Pero bastó que en "Frente Rojo", órgano del Partido, se publicase -después de estos acuerdos- la resolución del B.P. del 5 de octubre, en la que se tomaba la medida de separarles definitivamente de la dirección y de exigirles una autocrítica pública para permanecer en el Partido, para que todos los pacientes esfuerzos del Secretariado de la IC se fuesen al traste. Ante tales condiciones -consentidas o no por la IC para no desautorizar a la delegación, su verdadera inspiradora-, los cuatro rechazaron de plano cualquier acuerdo (85).

La expulsión, por tanto, se hizo inevitable. A los pocos días, el Presidium del Comité Ejecutivo de la IC y la Comisión Internacional de Control tomaban la decisión de excluir de la Internacional y del PCE a Bullejos, Trilla, Adame y Vega, medida que sería corroborada por la nueva dirección (86).

¿Podía haberse evitado una solución tan expeditiva de la crisis de haber ido al fondo de los problemas y de haber adoptado unos métodos más justos, poniendo más el acento de lo que se puso en la lucha ideológica y una verdadera crítica y autocrítica? Nosotros pensamos que sí. Pero, incluso, independientemente de que no hubiese podido ser así, el Partido habría salido mucho más fortalecido en su unidad y cohesión interna y, sobre todo, mucho más esclarecido. Prueba de que la expulsión se podía haber evitado, al menos en algún caso, es el reingreso posterior de Trilla y Vega.

Tras la expulsión de Bullejos y compañía fue elegido como secretario general José Díaz, obrero sevillano, que en ese momento se encontraba en prisión. Su elección no cabe duda que estuvo determinada por el destacado papel que venía desarrollando al frente de la organización del Partido en Sevilla y Andalucía. Junto a él, Hurtado, Mije, Jesús Hernández, Dolores Ibarruri, Vicente Uribe y Pedro Checa fueron, entre otros, los que se hicieron cargo de las principales responsabilidades.

Comienza así, bajo su dirección, una nueva etapa en la vida del PCE y su "verdadera actuación comunista" (87). Con ello se puede decir que culmina el período inicial de su construcción --once años en total--, durante el cual se echaron las bases ideológicas, políticas y orgánicas, se establecieron vínculos con las masas, se difundió el marxismo-leninismo y la idea de la necesidad de un partido obrero revolucionario entre el proletariado y se forjaron en las dificultades de la lucha los cuadros que ahora tomaban en sus manos las riendas del Partido. -------------------------------------------------
(56) José Rodríguez Vega: "Notas autobiográficas". Estudios de Historia Social, núm.30, Madrid.

(57) "J. Humbert-Droz à D.Z. Manuilski" (17-V-1931) en "Les Partis Communistes et l'Internationale Communiste dans les années 1928-1932" (III. Archives de Jules Humbert-Droz), bajo la dirección de Siegfried Bahne. Kluwer Academic Publishers. Dordrecht (Holanda). 1986. Fondation Jules Humbert-Droz (La Chaux-de-Fonds, Suiza). "Al Comité Central del Partido Comunista de España" (Carta abierta del CE de la IC, mayo 1931) en "La lucha por la bolchevización del PCE". AHPCE.


(58) Lenin: "El Estado y la revolución", Obras Escogidas, tomo II, Editorial Progreso, Moscú.

(59) "Al Comité Central del Partido Comunista de España...", doc. cit. (60) Idem.

(61) "Discurso de Manuilski" (noviembre 1931) en "La lucha por la bolchevización...".

(62) "Discurso de Manuilski" (noviembre 1931) en "La lucha por la bolchevización...".

(63) "Discurso de Manuilski" (noviembre 1931) en "La lucha por la bolchevización...".

(64) "Discurso de Manuilski" (noviembre 1931) en "La lucha por la bolchevización...".

(65) "Tesis de organización del IV Congreso" (Junio 1932). AHPCE. "Relación de delegados que asistirán al IV Congreso. Composición social". AHPCE. "Informe político presentado por José Bullejos". "El Noticiero Sevillano" (19 y 20-II-32). HMS.

(66) "Carta abierta de la IC a los miembros del PCE" (enero 1932) en "La lucha por la bolchevización...", doc. cit. (67) "La Palabra" (11-VIII-32) AHPCE. "Frente Rojo" (27-VIII-32). HMM.

(68) "Carta abierta de la IC a los miembros del PCE..." , doc. cit.

(69) "Carta abierta de la IC a los miembros del PCE..." , doc. cit.

(70) "La situación internacional y las tareas de las secciones de la IC". "La Correspondencia Internacional", núm. 42 (14-X-32). HMM.

(71) "Al Comité Central del Partido Comunista de España...", doc. cit.

(72) "Resolución del Buró Político del 5 de octubre de 1932" en "La lucha por la bolchevización...", doc. cit. AHPCE. (73) "Acta de la reunión del Secretariado del CC del PCE" (17-VIII-32). AHPCE.

(74) "Resolución del B.P. del PCE" (18-VIII-32). AHPCE. José Bullejos: "La Comintern en España". México. 1972.

(75) "Acta de la reunión del B.P" (19-VIII-32). AHPCE.

(76) "Declaración de la Delegación" (19-VIII-32) en "La lucha por la bolchevización...", doc. cit.

(77) Jules Humbert-Droz: "De Lenine à Staline...", op. cit.

(78) Palmiro Togliatti: "Escritos sobre la guerra de España", Editorial Crítica, Barcelona.

(79) Palmiro Togliatti: "Escritos sobre la guerra de España", Editorial Crítica, Barcelona.

(80) "Hacia la bolchevización del Partido (La liquidación del grupo traidor sectario oportunista)", AHPCE.

(81) "La situación internacional y las tareas de las secciones de la IC", doc. cit.

(82) "Fascismo, democracia y frente popular. VII Congreso de la Internacional Comunista". Cuadernos de pasado y presente. México. 1984. "Resolución del Presidium del CE de la IC" (15-V-1943). AHPCE.

(83) "Acta de la reunión del B.P." (5 y 6-X-32). AHPCE.

(84) José Bullejos, op. cit. (85) "Resolución del B.P....", doc. cit. José Bullejos, op. cit.

(86) "Frente Rojo", núm. 1 (diario), 31-XI-32. HMM.

(87) "Discurso del camarada Díaz sobre el informe del camarada Pieck en el VII Congreso de la IC" en "La lucha por la Victoria", s.f. Barcelona. BNM.

lunes, mayo 29, 2006

Analisis de la Reforma Laboral

Contra la Reforma Laboral
Analisis de la jornada laboral
La estafa de la reforma laboral

Los abogados de Cuatrecasas analizan la aplicación de reforma laboral

Algunas conclusiones del elitista bufete de abogados Cuatrecasas (libre de toda sospecha de análisis izquierdista): colaboración sindical para mantener la temporalidad, generalización del contrato de despido de 33 días para en el futuro acabar suprimiendo el de 45 y nueva riada de millones de euros para la patronal (4.000 anuales). ¡Enhorabuena, Fidalgo y Méndez, por lo firmado!

Los convenios abrirán vías para esquivar los límites a la temporalidad
Antes de que la reforma laboral entre en vigor, previsiblemente el 1 de julio, los abogados laboralistas que tendrán que lidiar con la nueva ley a diario, ya han empezado a analizar su letra pequeña. Ayer varios socios del bufete Cuatrecasas desgranaron la futura ley y concluyeron que, aunque la reforma no es de gran calado, servirá para convertir en estable muchos contratos temporales que, según admitieron, ahora son fraudulentos.

Uno de los asuntos que, según estos expertos, será más controvertido en su aplicación, serán los nuevos límites al encadenamiento de contratos temporales. La futura norma establece que todo trabajador que acumule dos o más contratos por dos años de duración en un periodo de 30 meses, con o sin solución de continuidad y para el mismo puesto en la misma empresa
pasará a ser fijo.

Sin embargo, esta limitación no está aislada. Según explicó ayer Juan Antonio Linares, socio de Cuatrecasas, el propio texto de la reforma, abre la posibilidad de que la empresa y los sindicatos pacten en los convenios 'las peculiaridades de cada actividad y las características del puesto
de trabajo' para prevenir los casos abusivos en los que el empresario decida cambiar al
trabajador temporal por otro para el mismo puesto y evitar así hacerle fijo, tras tenerle contratado dos años. Esta posibilidad 'nos dará problemas en los juicios, cuando haya movilidad funcional', auguró ayer Linares.

Llegados a este punto, añadió que los empresarios y los sindicatos deberán analizar la actividad de la empresa y determinar 'honestamente', en los convenios, qué parte de dicha actividad es estructural y, por tanto, debe cubrirse con trabajadores indefinidos y cuál es extraordinaria y se
debe hacer con temporales. 'La ley no lo deja claro, pero sería conveniente que en los convenios (sectoriales y de empresa) se pactaran qué puestos deben cubrirse de forma temporal'.

Así, cuando haya puestos que la empresa y sindicatos acuerden que son temporales pero sirvan para desarrollar una actividad que vaya más allá de los dos años que establece la ley, el empresario podrá cambiar al trabajador para el mismo puesto y contará, en cierta manera, con la aquiescencia de los sindicatos, que lo han pactado en convenio. Además, si aún así el trabajador o el propio comité de empresa decidiera demandar a la empresa que cambia a un trabajador por otro, por fraude de ley, el juez contará con la herramienta del convenio en el que dice que ese puesto es temporal a la hora de determinar si se está cometiendo o no dicho fraude.

Los expertos creen que una de las intenciones de la reforma es hacer más fijos con despido de 33 días para llegar a eliminar el de 45 días para futuros trabajadores

En opinión de los abogados de Cuatrecasas, el otro gran pilar de esta reforma serán los incentivos para convertir a temporales en fijos y, sobre todo, la posibilidad de convertir estos contratos en uno fijo con indemnización por despido de 33 días por año con un máximo de 24 mensualidades, en lugar de uno ordinario con un despido de 45 días por año y 42 mensualidades. Según la interpretación de los abogados de Cuatrecasas, se trata de conseguir que un buen número de trabajadores tenga un contrato fijo de 33 días para que llegado el momento, dentro de unos años, sea menos traumático eliminar el contrato fijo ordinario y hacer que todos sean
con despido más barato. Pero Pilar Cavero, socia de Cuatrecasas, cree que la reforma debería haber sido más ambiciosa y haber rebajado la indemnización por despido, algo 'que nos demandan desde todas partes del mundo', dijo. Esto, en su opinión sí mejoraría la competitividad de las empresas.

Además, señalan algunas aspectos que no aclara la ley, como si las bonificaciones al empleo estable son acumulables o si es necesario que los trabajadores estén en paro para que el empresario reciba ayudas por contratarles.

Un coste de 4.000 millones al año

El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, anunció ayer que la reforma laboral tendrá un coste de 4.000 millones de euros este año y otros tantos en 2007. Fuentes del Ministerio de Trabajo precisaron que este coste se explica por los 2.700 millones de euros que se gastarán este año en bonificaciones ya existentes al empleo estable, y unos mil millones más, que será lo que prevén que cueste el plan de choque con ayudas a las conversiones de temporales en fijos hasta el 31 de diciembre de 2006.

En 2007 está previsto que las bonificaciones vuelvan costar una cantidad similar a la de este año (2.700 millones) a lo que habrá que sumar los efectos acumulados de las rebajas de cotizaciones por desempleo y del Fogasa, lo que supondrá unos 1.200 millones de euros más. En total, los 4.000 millones anuales citados por Caldera.

En cuanto a los beneficiarios, el ministro dijo en un desayuno organizado por Europa Press, que unos 400.000 trabajadores temporales podrían pasar a ser fijos con el plan de choque. A esto se sumará cerca de un millón que podrían pasar a indefinidos por los límites a encadenar contratos,
según Trabajo.

Republica y renta basica

Reivindicación republicana de renta básica
José Miguel Sebastián


El republicanismo vuelve a estar de actualidad. Y no sólo por el setenta y cinco aniversario de la proclamación de la II República que este año se conmemora. El republicanismo es hoy el lenguaje político común sobre el que las distintas izquierdas pueden articular una alternativa conjunta y coherente al neoliberalismo, ya que constituye la apuesta más segura por la regeneración democrática.

El discurso republicano se basa en una serie de propuestas, en las que coinciden todas las izquierdas, tanto las tradicionales como las alternativas, que pueden resumirse en el fomento de una ciudadanía comprometida y responsable, la democracia radical o participativa frente a la democracia liberal meramente delegativa, la desconcentración del poder, la rendición de cuentas por los representantes políticos, la defensa de los servicios públicos, de los derechos sociales y del medio ambiente frente al libre mercado, el laicismo como afirmación de la supremacía del poder civil democráticamente elegido frente a las interferencias de los poderes privados religiosos y económicos y la instrucción pública entendida como formación integral de la ciudadanía.

Pero, además, como han puesto de manifiesto Andrés de Francisco, Daniel Raventós o Antoni Doménech, el republicanismo democrático, que está presente, entre otros, en Paine, Jefferson, Robespierre y Marx, partiendo del concepto de la libertad como ausencia de dominación, se basa claramente en la independencia material o económica como criterio de ciudadanía plena. Desde este punto de vista, la republica es una comunidad de ciudadanos libres con capacidad económica suficiente para no estar sometidos o condicionados por la voluntad arbitraria de otros en el ejercicio de los derechos constitucionalmente reconocidos, es decir, ciudadanos que se autogobiernan tanto en su vida privada como en la pública.

Hoy, cuando hablamos de republicanismo nos referimos no sólo a la opción por la forma de gobierno republicana frente a la monárquica como garantía de una democracia plena, sino también a una visión de la sociedad y del Estado en la que se excluye todo tipo de dominación ya sea política, social, económica, religiosa, cultural o de genero. El concepto republicano de libertad es hoy un concepto activo, ligado a la igualdad y a la fraternidad. Ese ideal republicano de libertad no se limita a los derechos formales, sino que se basa en la creación de mecanismos institucionales que doten de seguridad material y económica a todos los ciudadanos, evitando que queden excluidos de la ciudadanía plena los que carecen de recursos. Sin independencia económica las posibilidades de disfrutar de la libertad de cualquier ciudadano se ven ciertamente limitadas.

Y por eso, la Renta Básica de Ciudadanía, con unos rasgos formales de laicidad, incondicionalidad y universalidad equiparables a los del sufragio universal, es una propuesta republicana, porque universalizaría un nivel razonable de independencia económica de todos los ciudadanos y aumentaría su libertad para vivir su vida con dignidad y respeto, especialmente para los sectores más vulnerables.

Sería un instrumento que facilitaría salir de la pobreza a buena parte de quienes están inmersos en ella, permitiría a los trabajadores asalariados ganar en poder de negociación frente a los empresarios o, al menos, en libertad de elección a la hora de poder rehusar un trabajo en condiciones precarias y facultaría a muchas mujeres, al gozar de cierta independencia económica, poner fin a situaciones de convivencia no deseada. Asimismo constituiría un reconocimiento de las otras formas de trabajo socialmente productivas distintas del trabajo asalariado, como el trabajo voluntario o de cuidado de otros.

Por otra parte, en los llamados Estados del bienestar el reconocimiento formal de la igualdad de derechos no ha comportado la igualdad real de las condiciones de vida de los ciudadanos. Los actuales sistemas de protección social y las políticas asistenciales no han acabado con la pobreza, la exclusión social y los espacios de dominación privados: la dominación económica, la dominación cultural o la dominación de género. Asimismo, los subsidios de cobertura de mínimos a los más necesitados han generado una importante espiral de dependencia en muchas personas, que no les permite desarrollar, ni muchas veces siquiera plantearse, sus respectivos planes de vida, han originado la estigmatización de quien tiene que demostrar su incapacidad para obtener recursos a fin de acceder a un determinado subsidio y han fomentado las llamadas trampas del paro y la pobreza.

La Renta Básica, por si sola, no basta para transformar las esa realidad y las desigualdades que el sistema capitalista conlleva. Pero, indudablemente, su implantación racionalizaría, objetivaría y mejoraría el sistema de protección social y sería compatible con el actual sistema de pensiones públicas contributivas y con la defensa de la universalidad e incondicionalidad de las prestaciones sociales, sanitarias, educativas y culturales públicas. En definitiva, la Renta Básica supondría una garantía de la efectividad de la igualdad y la libertad republicanas y su extensión a todos y a todas, que eso y no otra cosa, es la fraternidad republicana.

Asimismo pocas medidas podrían contribuir más a fomentar la participación en los asuntos públicos que la existencia de un ingreso de ciudadanía, que asegurase un mínimo de existencia social, es decir de incorporación material a la comunidad política con independencia de cualquier otra consideración. Para conseguir una democracia republicana deliberativa, en la que los ciudadanos se impliquen responsablemente en los asuntos públicos en condiciones de igualdad, es imprescindible garantizar primero la suficiencia económica que asegure la autonomía y la independencia frente a cualquier tipo de interferencia arbitraria y, después, establecer los instrumentos políticos que posibiliten el control y la intervención directa de los administrados en las decisiones políticas. Únicamente desde estas bases será posible construir la República de ciudadanos, “trabajadores de toda clase”, que los constituyentes de 1931 propugnaban.

Madrid, abril de 2006.

sábado, mayo 27, 2006

Andalucía:bolsas de analfabetismo


Más de 700.000 personas de entre 18 y 45 años carecen de la titulación básica, lo que limita sus posibilidades de promocionar en el empleo. El País.

Resulta sorprendente que en los grandes medios de comunicación al servicio del capital como EL País(conocido en los medios alternativos como Falsimedia) nos saquen esta noticia que desmiente la andalucia idilica que el PSOE nos vende diariamente con discursos como la tercera modernización,pero desconfiemos porque son hechos puntuales y publicados muy de tarde en tarde,la linea editorial no cambia,con esto buscan tapar lo otro que es lo principal en su diario. B.S.

En los tres últimos cursos, el porcentaje de aprobados ha sido casi residual. La horquilla oscila entre el 1% de las pruebas de septiembre de 2003 al 7,1% de la última convocatoria, en septiembre de 2005. A la consejería le preocupa también la enorme diferencia que se da entre los alumnos que se inscriben en la prueba y los que acaban examinándose, otro indicador de las dificultades y la falta de estímulos con las que ahora se encuentran.

Más de 5.000 personas mayores de 18 años se han inscrito para la próxima convocatoria de la prueba con la que obtener el título de Graduado en Educación Secundaria, que es la titulación básica para poder acceder a la mayor parte de los puestos de trabajo. La prueba tiene dos convocatorias a lo largo del año, en los meses de junio y septiembre, a las que hay que inscribirse del 10 al 30 de marzo y del 10 al 30 de junio, respectivamente.
Segun este diario, la Junta de Andalucia, tiene frente a esta situación, las siguientes medidas decididas a tomar:incidirán en aumentar las facilidades de aprendizaje, adaptando los contenidos y las pruebas a las competencias básicas que exige la Unión Europea.

La Educacion como una Mercancia

La educación en España


Jose.L.Quirante. PCPE

De la función social y moral de la enseñanza como derecho fundamental a la educación como soporte ideológico del sistema. De la masificación del saber a la mercantilización del conocimiento. Un largo camino impuesto por las necesidades del capital, y facilitado por sus crisis, sus consensos políticos y sus consecuentes reformas educativas. Una situación que se profundizará sin duda alguna con la consolidación de la actual construcción neoliberal de la Unión Europea.

A partir de ahora, al menos que un poderoso movimiento en su contra lo impida, el objetivo del integrismo privatizador será considerar la enseñanza, y por extensión los demás servicios públicos, como una mercancía más. Para de ese modo organizar su venta al mejor postor.

Un suculento mercado
“Desde el punto de vista del empresario la enseñanza constituye uno de los mercados más bastos y con mayor crecimiento(...) El sector resiste a la tecnología, y sus costos aumentan (y) hay demasiada poca competencia. Se hace cada vez mayor la distancia entre la demanda de formación y la capacidad de acogida de la enseñanza superior. Por estas razones, los empresarios consideran que la enseñanza es un extenso mercado por conquistar.”

Quien así se expresaba en París en septiembre de 1998 es Glenn R. Jones, presidente de la Global Alliance for Transnational Education (GATE), patrocinada por IBM y Coca Cola, suficientemente representativo de los deseos voraces con los que los empresarios observan el suculento mercado de más de 875.000 millones de euros al año que representa la educación en el conjunto de los países miembros de la OCDE. Algo así como el mercado mundial del automóvil. Sin embargo, el elemento económico, aunque fundamental no es el elemento determinante, sino que está acompañado de otros factores que lo complementan, entre ellos: el control del conocimiento convertido en mercancía y su consecuencia en la transformación de la conciencia colectiva, o el control de la investigación universitaria sometida a los dictados de las empresas, factor éste que facilita la adaptación de la enseñanza a las necesidades de “capital humano” de las empresas, además de crear desigualdades sociales y agudizar el individualismo y la competitividad. Algo bastante alejado, es verdad, de la trayectoria de la enseñanza a lo largo de su historia, pero que en todo caso demuestra la supeditación de la educación a los deseos del mercado. Pero hagamos un poco de retrospectiva para mejor comprender el actual proceso.



Al servicio de la economía
A principio del siglo XIX, en una Europa de desarrollo industrial incipiente, la educación, como la escuela primaria fundamentalmente, tenía una función social. Más tarde, en la segunda mitad de ese siglo, la educación se fue transformando en un soporte ideológico de los estados. Ahora bien, a partir de principios del siglo XX, debido en gran parte a los avances tecnológicos en las industrias y al crecimiento de la administración pública, se pasó de la función ideológica de la enseñanza a estar ésta al servicio de la infraestructura económica. De ahí la fuerte profusión, en ese tiempo, de escuelas secundarias. Tendencia que ha ido aumentando después de la 2ª Guerra Mundial y tras más de 30 años de crecimiento económico. Sin duda como consecuencia de las innovaciones tecnológicas exigidas por la industria, y que unidas a una notable disminución de sectores como la minería o la agricultura, han conducido, durante esos años, a una masificación de la escuela secundaria y, gradualmente, superior. Aumentándose al mismo tiempo el gasto público y los presupuestos educativos. Aspectos que, sin embargo, no han impedido las desigualdades sociales, ya que, a todas luces, masificación no significó nunca democratización real de la sociedad. Sin embargo, esta situación cambió radicalmente a partir de los años 70 con un contexto económico de crisis profunda que impuso progresivamente reforma tras reforma. Siendo a partir del final de la década de los 80, en un contexto más marcado por la crisis y la exacerbación de la competencia impuesta por la globalización neoliberal, que el sistema educativo en su conjunto fue sometido a fuertes presiones y reformas de todos conocidas. Y hasta aquí la historia...



La solución mágica
Según la filosofía de los “nuevos” mercaderes de la Unión Europea, pero se puede extender igualmente a otros continentes, lo que se impone a partir de ahora es la adaptación del sistema educativo a un sistema económico, que por otra parte se halla en crisis estructural y permanente. Esta exigencia obliga a que la educación forme a futuros trabajadores adecuándolos a las necesidades económicas del sistema, por más sometido continuamente a criterios de competitividad exacerbada. Sin embargo, las presiones por reducir las obligaciones fiscales conducen, como lo estamos viendo, a una disminución de los gastos en educación y con ello a una aparente contradicción entre la formación y la reducción de gastos. Contradicción que el sistema salda desarrollando, por un lado, unos conocimientos y aptitudes básicas de la mayor parte de la población (más del 60% de los nuevos puestos de trabajo no precisan un alto nivelde formación) que le permitan adaptarse al rápidamente cambiante ambiente de trabajo, dejando a la formación a lo largo de la vida el resto de una preparación más sólida. Y por otro lado, la nueva concepción de una educación flexible y adaptable a las necesidades del mercado, conduce a cómo formar a trabajadores si se reduce el gasto educativo. Y la solución la encuentra en la privatización y la liberalización de los sistemas educativos. De ahí el creciente desprestigio de la enseñanza pública y la simultánea aparición de centros y universidades que ofrecen cursos privados. Esta realidad va a imponer- impone ya- un freno a la masificación educativa, pues resulta demasiado cara para el sistema, y además innecesaria si se tiene en cuenta la función que debe cumplir la educación frente a las exigencias del mercado. En el futuro la liberalización y la privatización del sistema educativo determinarán con más agudeza todavía que en la actualidad las opciones académicas de cada uno en función de sus posibilidades económicas. Resolviéndose así la mencionada contradicción entre el derecho a una educación para todos y la disminución del gasto público: el trabajador, en ese futuro próximo, será - lo es ya- el responsable de formarse y adaptarse a las exigencias del mercado, y la privatización la solución mágica que anula los compromisos de los estados.



Otra educación es posible


Evidentemente, otra educación es posible. La crítica de la educación como mercancía no supone que el modelo anterior de masificación sea el deseado, como tampoco que necesariamente se deduzca de lo expuesto un simple ejercicio de nostalgia de tiempos pasados. Se trata ante todo, en este rápido análisis, de mostrar las fuertes presiones y los enormes intereses a los que está sometido el actual sistema educativo europeo y por ende el del Estado español. Al tiempo que denunciarlos. En adelante lo que se impone, a quienes luchan decididamente porque esta sociedad cambie, es defender una educación pública, laica, democrática, basada en fomentar el espíritu crítico, donde la inmensa mayoría logre una amplia cultura general que la anime a la participación en la sociedad, capaz igualmente de adaptarse a las necesidades sociales y donde el factor económico no sea el factor decisivo. Esta enseñanza nada tiene que ver, qué duda cabe, con la formación obediente y sumisa a las reglas de la competencia y del mercado, y que sólo un tercio de la población española - bueno es recordarlo - ha ratificado en el pasado referéndum de la Constitución europea... Por muchas milongas que nos canten, o nos quieran cantar.

Venezuela:Respuesta a Radio Nacional de España



Como oyente habitual de RNE1, R5 y R3 y como ciudadana, me dirijo a este servicio para comunicar a los principales responsables de la radio pública, mi opinión sobre el contenido de un noticiero emitido el Lunes 17 de Abril de 2006, antes de las nueve de la mañana, en Radio5. Me estoy refiriendo a un resumen informativo o comentario sobre Venezuela, tomando el tema de la (alta) delincuencia, a partir del cual se hacen comparaciones descontextualizadas y valoraciones sobre la situación del país y su presidente, sin aportar fuente alguna objetiva o fiable de información en las que se han basado las responsables de esta información o en las que contrastar, al menos, opiniones diferentes a la expresada por las dos periodistas de este informe.

El informe señala el alto grado de delincuencia y muertos de Caracas, y se dice que son anualmente más que las que “ha causado el derribo de las torres gemelas de N. York”, que, junto con Brasil, Venezuela tiene las más altas tasas de asesinatos, que el acceso a armas sofisticadas es fácil y extendido en los jóvenes, etc. A continuación se indica que el presidente Chávez ha sido electo democráticamente (pero no dice que ratificado por 8 veces consecutivas desde 1999, algo sin precedentes en los mandatarios de América entera y de la mayoría de los países del mundo) y que Venezuela tiene ingresos por petróleo muy altos, tratando de relacionar todo ello, con una negligencia institucional hacia la alta criminalidad y pobreza. Se entrevistan, como testigos de tal situación, a unas mujeres de Petare que dicen que hay olvido institucional hacia su estado de pobreza y que las drogas y los asesinatos de los jóvenes de Petare son un problema del que nadie parece ocuparse o preocuparse, etc.

Pero puestos a realizar una crónica de este tipo estableciendo comparaciones, R5 parece ignorar o se ha olvidado de relatar los informes de la ONU por los cuales sabemos que Estados Unidos sí el país que tiene el récord mundial de riqueza y de crímenes por armas de fuego en manos de ciudadanos (sean delincuentes o no), donde hay varias decenas y decenas de millones de pobres (40 y pico millones), los cuales la mayoría son afroamericanos, y, además, donde más grandes son las diferencias entre los más ricos y los más pobres, y en las cárceles tienen el mayor número de presos del mundo, casi todos negros, no blancos, donde es el país con mayor consumo de drogas y recepción de blanqueo de dinero, etc. (dejando al margen el que el actual presidente ha accedido a su cargo con fraude electoral y con respaldo electoral que es inédito en los países democráticos por su escaso índice de votación). Este caso, bien pudiera haber sido el paradigmático para explicar ampliamente en nuestras radios públicas, sobre el ejemplo negativo al que ningún país debería aproximarse. Frente a él, la delincuencia, crímenes, pobreza y riqueza de Venezuela, Brasil, México y similar, no dejan de ser casos desafortunados de contraste, si no fuera porque lo que se persigue con seleccionarlos, y en concreto a Venezuela, es hacer de ello una crítica de pura intencionalidad política o ideológica, y no dar información objetiva y contrastada.

Cualquier persona oyente, esté o no informada objetivamente de los hechos y la política de Venezuela, puede apreciar, probablemente como yo, que estamos ante una falta de rigor informativo, el cual puede ser debido, o a fines tendenciosos, o a falta de profesionalidad, en cualquiera de los dos casos es absolutamente inadmisible ese tipo de información en la radio pública (o en cualquier otro medio informativo).

Deja entrever que quienes han elaborado ese informe desconocen (o no le interesa dar a conocer) datos reales de las políticas que lleva a cabo el gobierno democrático bolivariano. ¿O estamos como en otras ocasiones en una edición de noticias trasferidas desde las producciones de los medios revanchistas y opositores al proceso bolivariano? Porque si algo tiene de destacable el cambio que ha introducido Hugo Chávez en la política nacional es notable el desarrollo de sus políticas sociales (a favor de los pobres) y de poder popular (formas de democracia participativa y control directo del pueblo en la economía, gestión, en la labor de los parlamentarios de Asamblea Nacional, cargos electos de los ayuntamientos, entes públicos, etc.). ¿Ignoran las periodistas de la radio pública que tienen el deber de informar la realidad del modelo de estado social y democrático que está construyendo ese país con el Plan Misiones o el Poder Popular? .

¿Saben que precisamente en el populoso y activo barrio de Petare -donde dice que ha estado una de ellas- uno de los fuertes y frentes bolivarianos más pro-chavistas junto a otros barrios emblemáticos y pobres como 23 de Enero, donde en ambos bajaron masivamente de los cerros en cascada para liberar a Chávez cuando la oposición golpista lo secuestra para asesinarlo en el frustrado golpe de estado de Abril de 2002? ¿Conocen como se aplican las Misiones en Petare u otro lugar? ¿Ha visitado las Misiones educativas infantiles, de primaria, secundaria, alfabetización de adultos, universidad? ¿Saben que se dan tres comidas gratuitas diarias en el nivel de secundaria y que los libros son gratis? ¿Ha visitado la periodista que dice estar en Petare las Misiones Barrio Adentro de salud pública que realizan los médicos y enfermeras cubanos y que es un servicio gratuito en los barrios pobres? ¿Se ha acercado a conocer los mercados populares donde los productos de la cesta de la compra o productos básicos son más de un 40% más baratos que en los supermercados? ¿Sabe lo que son las misiones por el empleo Vuelvan Caras, las Empresas de Producción Social o nueva economía social y endógena en absoluto capitalistas y sí orientadas a las necesidades sociales del país? ¿Sabe que fue en Petare donde la población votante alcanzó las colas de espera más impresionantes que se hayan visto para votar en el referendo presidencial de Agosto de 2004 porque los gobiernos anteriores ni siquiera tenían levantadas mesas electorales ni censados a la mayoría de sus habitantes?

Pero ¿realmente ha estado alguna periodista en Venezuela? Si es que ha estado alguien, no dudo que ha ignorado el país real. Pueden ignorarlo, pero profesionalmente en el cometido de la función pública, la manipulación y tergiversación no debería ser la norma.

Me siento engañada, burlada como ciudadana con el fraude informativo de R5 sobre Venezuela y rechazo firmemente el abuso de poder de la información bajo el ejercicio de la función pública, buscando dañar la imagen internacional del gobierno constitucional y popular de Hugo Chávez.

Si esta noticia tuviera como objetivo otro país, sería igualmente criticable, por su falta de rigor y mucha tendenciosidad.

Pero en Venezuela es año electoral y nuestra radio pública, pagada principalmente con dinero salido de los trabajadores entre los que me incluyo, se embarca en una campaña contra el gobierno democrático y popular de Hugo Chávez, del cual podría esta misma radio pública tomar buen ejemplo de como gestionar y reclamar las radios públicas para la participación de la ciudadanía o servicio democrático. Justo lo contrario que hacen las cadenas privadas venezolanas, auténticos caballos de Troya contra el gobierno constitucional, denunciadas internacionalmente por realizar un acoso inédito y golpista contra el proceso institucional.

La radio pública, como la privada, tienen la obligación de informar objetivamente y si desean hacer comentarios valorativos, al menos, han de ser contrastados democráticamente con otros comentarios valorativos de distinto signo al que se lanza, pero lo que es inaceptable para una radio pública -que su función es el servicio al ciudadano- es ser usada como plataforma ideológica a favor de comentarios políticamente tendenciosos y buscando perjudicar el proceso democrático en curso en Venezuela. ¿Pretende R5 emular el estilo de la COPE hacia los países o procesos que no son de su agrado político?

Magdalena Barahona Martín.
Socióloga y profesora universitaria.
Observadora Internacional del CNE en el Referendo Presidencial de Hugo Chávez de Agosto de 2004.
Miembro del Consejo Federal de Izquierda Unida.

RESPUESTA DE RN5TN al escrito:

Agradecemos su correo de fecha 20 de abril así como el análisis y puntualizaciones que realiza al informa emitido por R5TN del pasado 17 de Abril a las 8:47.

Hemos comprobado que el reportaje, aunque inicialmente previsto como denuncia sobre las dificultades de la población en una zona importante de Venezuela, el distrito de Petare, por razones de diversa redacción, exposición y contextualización, acaba provocando una impresión desafortunada de la sociedad y política venezolanas.

Esta perversión no intencionada del mensaje, que lamentamos tanto los profesionales que de algún modo participaron en su emisión como el resto de compañeros de los servicios informativos y de R5TN, nos anima a abordar más ampliamente y recurriendo a testimonios más diversos, la realidad social y política de este país que con tanto esfuerzo supera su proceso democrático.

Según nos solicita, hemos trasladado su escrito a la Directora de los Servicios Informativos de RNE, Mamen del Cerro, máxima “responsable de Noticias”.


viernes, mayo 26, 2006

Cuba:Entrevista con Ricardo Alarcon

presidente del parlamento cubano.

Hoy existe la posibilidad objetiva de articular a todo lo que se opone al capitalismo realmente existente


Néstor Kohan y Luciano Álzaga
Rebelión / La Haine


Luciano Álzaga: En los últimos meses se han conocido públicamente varios casos de traslados clandestinos de prisioneros de la cruzada estadounidense contra el “terrorismo” a través de varios países europeos, que alegaron desconocimiento de estos hechos, para ser torturados en terceros países o en cárceles secretas. Si la inteligencia y el resto de las fuerzas represivas de EEUU realizan estos vuelos clandestinos para torturarlos en países donde los apremios son legales o es aceptada la tortura, como si pretendieran respetar de alguna forma el orden jurídico internacional, ¿porqué no lo hacen directamente en una base de la CIA como ocurría antes? Esta combinación de vuelos clandestinos, tortura y “legalismo” jurídico ¿presupone un cambio de doctrina en la estrategia internacional de dominación imperial? ¿Implica esto, por otra parte, que se está produciendo un cambio de status de Guantánamo o que se dejó de torturar en esa base estadounidense?

Ricardo Alarcón: Me parece que hay varias trampas en el tema. La primera es que se presenta a Occidente como virginal en el tema de la tortura. ¡No es verdad!. EE.UU. ha practicado la tortura como algo normal y sistemático. Hay un artículo muy interesante, de Naomi Klein, que salió en The Nation, donde plantea algo parecido a lo que voy a decir ahora. ¿Qué es lo nuevo de Bush? ¿qué aporta ahora? Pues que reconoce abiertamente la tortura, la convierte en doctrina, y eso tiene que haber molestado a mucha gente del establishment. Estas cosas se han hecho siempre, pero ahora parece que tienen que montar un sistema clandestino para llevar a los prisioneros a los países “malos”, los que practican la tortura y se prestan a esto. Pero detrás hay una trampa, como que ellos, en EEUU, no torturan. En un país donde se dan casos como el de Rodney King, la persona negra a la que apalearon delante de las cámaras..., pues ¿qué no le harán a un ciudadano negro en privado, cuando lo detienen sin que haya una cámara de televisión delante? Cosas similares ocurrieron recientemente en New Orleans. Si así tratan a un ciudadano negro delante de las cámaras..., ¿quien me va a hacer creer a mí que en las prisiones o en las comisarías tratan a los negros conforme a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre?. ¡Es la misma sociedad, es el mismo país!.
Recordemos que en un discurso sobre el estado de la Unión, donde Bush hace un balance sobre la guerra contra el “terrorismo” y dice que han sido capturados varios miles de terroristas, agrega esta frase: “Otros tantos han sufrido un destino diferente, pero digámoslo así, ya no son un problema, ni para nosotros ni para nuestros aliados”. Sobre esto no he leído ninguna denuncia de políticos europeos, ningún editorial de periódicos europeos. Lo único que leí fue en la revista The New Yorker, de Nueva York, donde en un editorial escribieron que ese lenguaje no se empleaba en el mundo desde la época de Hitler. El presidente de los EE.UU. estaba reconociendo la práctica de ejecuciones extrajudiciales. Lo hizo delante del Congreso norteamericano, y obtuvo una ovación, no hubo protestas.

De pronto surge entonces toda esta historia de los vuelos y las cárceles clandestinas, que es verdad que se presta para muchas preguntas. Vamos por partes: primero, que los países europeos no sabían nada. A eso ya lo respondió Colin Powell, que sabe de lo que está hablando. Dijo que los europeos eran unos fariseos, que sabían perfectamente lo que estaba pasando. En cuanto a porqué no lo hacen en una base de la CIA como ocurría antes, yo creo que sí lo hacen. Quizás ahora lo pueden hacer con más facilidad, ya que mucha gente piensa que no lo hacen, los mandan a otros países donde, como dicen ustedes aquí...

Néstor Kohan: ...los apremios son legales o es aceptada la tortura...

R.A: En EE.UU. los apremios no son legales ni es aceptada la tortura, pero sí se practica. Inclusive el maltrato es una cosa normal. Yo he vivido allí muchos años, a nadie se le ocurre levantarle la voz a un policía, a cualquiera le meten un empujón o un bastonazo. Naomi, en ese artículo, recupera una cosa muy importante: la primera vez que Bush se refirió a este tema, lo hizo nada más ni nada menos que en Panamá City, que es la ciudad más cercana al lugar donde está la Escuela de las Américas, que durante muchos años ha entrenado torturadores latinoamericanos. ¿Y quién les enseñó? Oficiales yanquis. Todos los años van los pacifistas norteamericanos a ese lugar a exigir el cierre de la Escuela de las Américas, que le cambiaron el nombre pero es la misma vaina.

N.K: ¿Los militares colonialistas franceses en Argelia han sido los maestros de tortura de los yanquis?.

R.A:
Sí, pero los norteamericanos tienen también una historia propia de masacres. Fíjate lo que hicieron con los indios. Como señaló Susan Sontag hace 40 años en un lúcido ensayo. Los Estados Unidos constituyen una nación cuya raíz y cuya génesis es el genocidio. Son una sociedad profundamente racista. Bush se da el lujo de dar su discurso sobre la tortura a un pasito de la escuela de torturadores, y Klein remarca que ningún medio relacionó una cosa con la otra, a pesar de que les estaban regalando el posible comentario. EE.UU. no es tan “inocente” en este tema, por eso no es fácil explicar porqué hacen esto.

L.A: Están practicando una política de desaparecidos, como en los años 70. Esos son los que ya no van a molestar...

R.A: Ese es el otro aspecto que es muy importante. EE.UU. lo está haciendo, pero aparece un senador diciendo que hay que prohibirlo, que no es una cosa sistémica, es una aberración que se dio ahora por la lucha contra el terrorismo, pero que se debe corregir. ¿Cuál es el precio que se va a pagar? Que todas las víctimas de torturas en los años anteriores, las víctimas del Plan Cóndor, queden para toda la vida sepultados en el olvido, eso “no ha existido”... Hay que tener cuidado en cómo caerle a este bárbaro de Bush, porque es un modo de desconocer que antes que él, lo hacían los demás. En esos países, en las cárceles secretas bajo las dictaduras, se aplicaba la tortura asesorados y enseñados por EE.UU. Y eso lo hicieron bajo administraciones con neoconservadores, demócratas liberales, demócratas moderados, republicanos conservadores, republicanos moderados. Lo han estado haciendo toda la vida.
No creo que haya ningún cambio de doctrina en la estrategia internacional, ni mucho menos. Hay que ver que Bush puede ser lo que sea, pero detrás tiene asesores brillantes. Quizás lo quieren justificar con el terrible trauma que sufrió la sociedad norteamericana el 11/9, etc. etc., y dar a entender que no va a ocurrir más. Pero esto también es una forma de decir que no ocurrió nunca antes. “Así no es América”, decía un legislador; “así no actuamos nosotros”. ¡Eso no es verdad! Ese ha sido siempre el comportamiento de EE.UU. La única diferencia es que antes no se atrevían a decirlo, como lo hizo Bush ante el pleno del Congreso.

L.A: Pero el hecho de que usen a países europeos...

R.A: Esa es otra dimensión.

N.K: Incluso hablaban de países del Este...

R.A: Parece que es a donde los mandaron finalmente. Pasaron por países occidentales, que dicen que no sabían nada, pero ya a eso lo respondió [Colin] Powell: “son unos fariseos”. Se les explicó perfectamente la situación. Dicen que han ido a parar a algunos países de Europa Oriental. He oído mencionar lista de países.

L.A: Uno de los destinos es Egipto.

R.A: Se hablaba de Egipto, es cierto. Pero ¿cuál es el pecado de EE.UU.? Haberle entregado prisioneros a unos señores que son capaces de torturar. Y eso se supone que no lo debe hacer EE.UU. Pero está Abu Ghraib, está Guantánamo, por no hablar más que de lo reciente. Ellos llevaron latinoamericanos a EE.UU. para enseñarles a torturar. Está el famoso manual de tortura que usaron en la guerra sucia en Centroamérica, que enseña exactamente las mismas torturas que están aplicando ahora en Iraq. Estos de ahora se ve que son gente que pasó el curso.
Lo de la base de Guantánamo es más complicado, porque lo que ha ido evolucionando es su uso. Su status no ha cambiado.

N.K:
¿En qué momento transforman a Guantánamo en campo de tortura?

R.A: Yo creo que es ahora, con la guerra de Iraq. Ahí han metido a veces a emigrantes cubanos y haitianos, pero no he tenido noticia de que se hubiera practicado tortura con esa gente. Con los regímenes anteriores cubanos, la base se supone que era una estación naval. Después de la revolución, aparte de algunos incidentes de provocación, en ocasiones muy graves con compañeros asesinados, el objetivo de la base era mantener un símbolo de poderío norteamericano, mostrando que se quedaron en Cuba. Luego empezaron a usarla para campamentos de emigrantes. En el caso cubano es muy peligroso, porque algunas personas que quieren emigrar a EE.UU., en lugar de echarse a la mar trataron de entrar a la base. Y estamos hablando de una instalación militar, rodeada de instalaciones militares, entre dos ejércitos de dos países hostiles.

Desde el punto de vista operacional, se ha logrado establecer con Guantánamo una relación bastante civilizada entre ambos mandos militares; hace mucho tiempo que no hay incidentes. Incluso algunos mandos estadounidenses se molestaron cuando la empezaron a usar de depósito de emigrantes. Sobre todo cuando la estampida migratoria de haitianos, al caer Duvalier hijo. También parece que ha habido bastante negocio con el tráfico de personas. Normalmente a los cubanos que interceptan en alta mar los devuelven para Cuba, y a los que llegan a EE.UU. siempre los admiten. Pero en el caso de ciertas personas con las cuales no sabían qué hacer, empezaron a mandarlas a Guantánamo, con lo cual, de ser una base naval pasó a convertirse en otra cosa, en un centro migratorio. Para colmo, empezaron a mandar allí a la gente que capturaron en Afganistán.

¿Cuál es la lógica detrás de todo eso? Que se trata de un territorio que está bajo su autoridad, pero que no es parte de los EE.UU. Tiene lo peor de ambos mundos. En este caso ellos reconocen el principio jurídico: se trata de territorio cubano, pero no es un territorio en el cual Cuba ejerza soberanía, por lo que los prisioneros no tienen derecho alguno.

L.A: Hay algo de maquiavélico en usar Guantánamo para recluir prisioneros. EE.UU. tiene 700 grandes bases en el mundo, pero los ponen allí como una burla hacia los cubanos. Los titulares dicen “Se tortura en Cuba”, aunque después en el cuerpo del artículo aclaren que es en la base de Guantánamo.

R.A: Sí, pero hay diferencias. EE.UU. tiene bases en España, en Alemania, etc., y yo imagino que esos países no han cedido soberanía sobre los territorios de las bases, por lo que, al menos en el papel, los EE.UU. tienen que comprometerse a acatar las leyes de esos estados. Son bases instaladas en “países amigos”. En el caso de Guantánamo, ese territorio es jurídicamente una especie de limbo, lo que les viene como anillo al dedo para tener prisioneros sin procesos penales. Lo que es diabólico es tener a los prisioneros en este limbo, en el que no tienen ningún derecho, no se sabe si son culpables o inocentes, es lo mismo que si los tuvieran en una cárcel secreta. De hecho no han publicado las listas de prisioneros. Además los tienen metidos detrás de una colina, de forma que no se los ve ni siquiera desde el mirador del lado cubano.
Es verdad que en cierto sentido se lo puede tomar como una afrenta a Cuba, como un insulto. Aunque no deja de tener su lado gracioso. A Cuba la acusan de violar los derechos humanos, y cuando Cuba propone que se investigue a la otra parte del territorio cubano, ellos mismos reconocen que efectivamente es cubano. Y allí toda Europa, la misma Europa que vota la resolución contra Cuba, vota en contra de la resolución cubana sobre Guantánamo, escrita con el mismo lenguaje, sin pedir nada más. En otras palabras, si llegaran esos inspectores que Europa quiere mandar para investigar los derechos humanos en Cuba, podrían recorrer todo el país y tendrían que detenerse allí, donde sin embargo toda Europa sabe que se tortura. Lo que desenmascara la patraña y la hipocresía que hay en ese tema de los derechos humanos.
En resumen, lo importante es dejar claro que esto de la tortura no es un tema achacable a la maldad de este régimen norteamericano. ¡Todos las administraciones lo hicieron!. Este presidente sencillamente es el único descarado que lo proclama abiertamente. La Ley Patriota, el espionaje a los ciudadanos, son cosas que ningún norteamericano hubiera aceptado, y ahora ya son cosas más o menos normales.

N. K: ¿Cómo interpretar el hecho de que el complejo militar-industrial y los círculos más reaccionarios del Partido Republicano le hayan otorgado a Condolezza Rice, una mujer y además miembro de la comunidad negra, la tarea de defender internacionalmente la tortura en tanto secretaria de estado y en nombre de la “seguridad nacional” de EEUU? Aunque esa decisión pueda responder al discurso hegemónico del multiculturalismo, ¿no se estaría intentando cooptar y neutralizar los posibles desafíos internos que le presentan al poder la crítica de los movimientos sociales estadounidenses como el de mujeres y el de los afronorteamericanos?

R.A: El tema de la imagen ha funcionado mejor con Powell. Aunque también es negro, pero es un alto militar y con él sobre todo cultivaron la imagen de “razonable”. Es el más razonable de la administración Bush. Condoleeza es una mujer consecuentemente derechista. No tiene nada de negra, salvo la piel. Su mentalidad está muy distante de la inmensa mayoría del pueblo negro norteamericano. Recordemos cuando estaba comprando zapatos en la Quinta Avenida, en esas tiendas donde no se debe encontrar con ninguna persona negra, ni siquiera las empleadas, y una mujer, probablemente blanca, la insultó. Porque la secretaria de estado, precisamente la integrante negra del Gabinete, estaba aumentando su colección de zapatos cuando la “negrada”, el sector más humilde del pueblo, estaba sufriendo horrores en Nueva Orleans. La gente la ve como una persona de pensamiento muy conservador, representante de los intereses de la derecha norteamericana, por negra que sea.

De todas maneras, en las encuestas de aceptación del Gobierno se ve una línea racial clarísima: el 80, el 90% de los negros está en contra de Bush. Yo no veo que puedan utilizar a la Rice para confundir a los movimientos feministas o afroamericanos. El discurso de ella es el de un ultraconservador blanco. El caso de Colin Powell es distinto, ascendió en una institución donde no es raro encontrar negros, imagino que diciendo muchas veces “yes”, que debe ser la forma de que un negro ascienda. Pero él nunca ocultó su origen jamaicano. Rice es de las personas más inteligentes del equipo de Bush, con gran formación académica, pero claramente de derecha. Ante lo del Katrina ella reaccionó como una blanca millonaria, insensible.

L.A: Luego de las desgraciadas consecuencias del huracán Katrina en Nueva Orleáns y alrededores, mucha gente ha comparado esos resultados con los que se ven habitualmente en Cuba luego de un huracán, así como el trabajo previo a la aparición de estos fenómenos. Además, algunos analistas opinaron que la famosa “desidia” e “incompetencia” de la administración Bush en realidad no era tal, si no más bien un plan premeditado para dar otra vuelta de tuerca del neoliberalismo, con la que se deja claro que el Estado no está para atender las necesidades de la población de menores recursos, ni siquiera en caso de cataclismo. ¿Qué opinión le merece esto?

R.A: La actitud de la Administración Bush es una consecuencia lógica del neoliberalismo imperante. A mí me pareció muy ilustradora la petición de Bush: “recen y váyanse”. Muchos llegan a creer realmente que es una cuestión de que la gente tome su automóvil, le ponga gasolina y se vaya. Sin embargo en esa cuidad debe haber decenas de miles de personas que nunca han tenido automóvil. La idea de que en EE.UU. todo el mundo tiene coche es de las películas, pero no es la realidad de muchos lugares. El Estado se concibe como cada vez más prescindente, desprovisto de obligaciones sociales. Creo que también está el elemento del racismo: hay que ser profundamente racista para reaccionar como lo hicieron en Nueva Orleans. El speaker [Presidente] de la Cámara se expresó en contra de reconstruir la ciudad..., a él qué le importa..., él es blanco.

Esto tiene que ver también con el respeto al medio ambiente, en lo que hace a los pantanos, y con la utilización de los recursos, en cuanto a los diques. Y este tema todavía tiene cola, aún hay 1000 niños desaparecidos. Mi duda está en si se trata de algo deliberado, para acabar con los negros.

L.A: La pregunta no es tanto si es para acabar con los negros, si no para dejar claro que el Estado no está para ayudar a los pobres. Bush no sólo le dijo a la gente que se vaya, también dijo que los heroicos sureños, con su esfuerzo y con su sudor, van a reconstruir la ciudad. O sea, no es el Estado el que la va a reconstruir: es la gente, que se tiene que buscar la vida como pueda.

R.A: Ahí se ven muchas contradicciones del modelo actual. Está el tema de los seguros, ha habido montones de pleitos de ciudadanos contra las compañías, porque éstas alegan que las casas no las destruyó el huracán si no la inundación, lo que no está cubierto por las pólizas. Y el estado apoya a las compañías. Se ha ido perdiendo el estado benefactor, como se ha ido perdiendo en Europa también.

Un tema curioso es que Cuba actúa como una especie de escudo protector de EE.UU. Los huracanes atraviesan o recorren Cuba con fuerza 4 o 5, y llegan a EE.UU. debilitados. Pero la sociedad cubana está concebida de otra maneras. A nadie se le ocurre que la autoridad municipal, provincial o nacional no tenga que ver con eso. Nosotros tenemos un sistema de Defensa Civil que los norteamericanos no tienen. La Guardia nacional de EE.UU., que se supone que está para estos casos, la tienen ocupada con Iraq. Nuestras fuerzas armadas tienen dos características que no tienen las norteamericanas: primero, están concebidas para la defensa del territorio nacional; y segundo, están concebidas con un carácter popular, es decir que todo el mundo participa. Mientras que las norteamericanas están concebidas para proyectarse hacia afuera.

Todo cubano considera obvio que las fuerzas armadas participen en caso de calamidad natural. Para nosotros estas cosan actúan como una especie de preparación para la guerra. Por ejemplo, el tema de la evacuación. En Cuba hay un sistema por el que todo el mundo sabe, en caso de bombardeo, para dónde va a ser evacuado y qué tiene que hacer, aunque cada uno puede decidir evacuarse por sus propios medios. Toda la sociedad está organizada, ya sea por manzanas o a escala nacional, para la defensa. Al revés que en EE.UU. En un reportaje que vi en un medio alternativo norteamericano, se ve a un grupo de voluntarios intentando rescatar de la inundación a un viejo negro, que se niega a evacuar, y dice: “Lo que quiero es que me traigan a un médico cubano, si no no salgo de aquí”.

El capitalismo promueve y convierte al egoísmo, al individualismo, en teoría política, hasta en teoría de Estado. El socialismo tiene que ser lo contrario. Cuando llega un huracán es cuando se enfrentan ambos enfoques. Nadie puede creer que si esto hubiera ocurrido en un barrio de gente rica, se verían familias blancas en las azoteas pidiendo ayuda. Las familias que se veían allí todas eran negras, todas eran pobres. El racismo en el racista es algo natural, sale espontáneamente.

N.K. y L.A.: ¿El estrechamiento de vínculos entre el estado cubano y algunos gobiernos “progresistas” de América latina (como los de Lula, Kirchner o Tabaré Vázquez), aunque comprensible y hasta positivo en un sentido, ya que le permite a Cuba romper el aislamiento político en su enfrentamiento con Estados Unidos, al mismo tiempo no corre el riesgo de alejar a la revolución cubana de los movimientos sociales de protesta –como los piqueteros en Argentina o los Sin Tierra en Brasil- sobre los cuales ejerció un ejemplo a lo largo de muchos años? Por ejemplo, durante los eventos congregados en Mar del Plata [Argentina] a comienzos de noviembre de 2005, existieron diversas movilizaciones críticas del ALCA y de la visita de George W. Bush. Sin embargo, la delegación cubana sólo participó en una de ellas, la que contaba con el apoyo oficial del gobierno argentino, y estuvo totalmente ausente de la que protagonizaron los movimientos sociales y los piqueteros críticos de Kirchner...

R.A: Yo estuve en dos actividades: en la Conferencia de los Pueblos, y en la marcha y acto en que habló Hugo Chávez. En ambas actividades había gente crítica con algunos gobiernos de América Latina, y gente a favor. Había retratos de los presidentes, como había gente que repartía panfletos atacando al gobierno de Kirchner, al de Lula, etc. A mí lo que me impresionó fue el nivel de civilidad, no se vió ningún incidente, y en la marcha había gente contraria a los organizadores, con sus grandes carteles, pero a nadie empujaron para quitarle el cartel. Esa es una cosa importante.

La otra es que es normal que los movimientos sociales critiquen el ALCA; pero que lo hayan parado dentro de la conferencia, eso no se debe subestimar. Y lo pararon cinco gobiernos latinoamericanos. Ni fueron los piqueteros, ni fueron los comunistas cubanos, ni fueron los sindicalistas. Fueron cinco gobiernos latinoamericanos, independientemente de las diferencias que se pueda tener con cada uno de ellos. Preguntémosle a Bush si le molestó más lo que pasó adentro de la conferencia, o lo que estaba ocurriendo afuera de las vallas. El no pudo regresar a EE.UU. con una victoria que en ese momento le hacía mucha falta, con un calendario para avanzar en la concreción del ALCA. No fue Chávez sólo, con Chávez estaban otros gobiernos de América Latina que se articularon, se concertaron. No me voy a meter a juzgar la conducta y las estrategias de los distintos movimientos sociales, pero lo que no se puede ignorar es que el ALCA se paralizó. El discurso con que Kirchner abre la conferencia no fue normal, esa es la crítica que le hace [el presidente mexicano] Fox: un anfitrión está para dar la bienvenida, ayudar a que tenga éxito la conferencia.

N.K: La pregunta apunta más allá del hecho puntual de Mar del Plata. En los años '60 la política internacional de la revolución cubana consistía en privilegiar el vínculo con los movimientos revolucionarios y dejaba en un segundo plano a los gobiernos. Hoy la situación es otra, aparecen gobiernos “progresistas”. ¿Cómo puede la revolución cubana mantener los vínculos con esos gobiernos, pero sin abandonar a los movimientos?. Porque si privilegia sólo la relación con los gobiernos “progresistas”,¿no corre el riesgo de debilitar el ejemplo que significó durante décadas hacia esos movimientos? Recordemos que en la práctica los movimientos sociales de protesta no siempre coinciden con esos gobiernos...

R.A: No creo que sea un problema inevitable. Nosotros hemos tratado de mantener una actitud de respeto hacia unos y hacia otros. Hay gobiernos que francamente merecen respeto, y movimientos cuya autonomía nosotros respetamos. Hoy el centro por donde pasa la revolución, el camino hacia el progreso de América Latina, no es la guerrilla, no es la lucha armada, parece bastante obvio. Y seguramente habrá compañeros que siguen manteniendo esa concepción, nosotros los respetamos, no los condenamos por eso. Pero hay otra cosa importante: en los '60, lo único que en el discurso cubano separábamos del resto era el gobierno de México. Que era un gobierno conservador, muy vinculado a EE.UU., pero no podíamos dejar de reconocer que era el único que no se había plegado a la política de romper con Cuba.

N.K: Ese es precisamente un muy buen ejemplo, porque en otra coyuntura histórica vuelve a aparecer este dilema, con gobiernos que hacia afuera tienen muy buena actitud con Cuba, hoy en día también con Venezuela, y hacia adentro se parecen mucho a lo que hacía el PRI [Partido Revolucionario Institucional de México]. Sin hacer analogías forzadas, Cuba se veía obligada a relacionarse con el único gobierno —el mexicano— que no rompía relaciones con la isla. Pero, por ese motivo no se le podía pedir o aconsejar a los movimientos sociales mexicanos que respeten, apoyen o directamente se sumen al PRI...

R.A: Nunca lo hicimos, ni tampoco nos solidarizamos con la política del PRI. Lo que siempre dijimos es que, en ese aspecto concreto, tuvo una posición muy digna hacia Cuba. La razón por la que México mantuvo esa política fue por su respeto a la política de no-intervención, y nosotros hacíamos lo mismo.

N.K: Porque el PRI no se plegaba al mandato de EE.UU. en la Organización de Estados Americanos (OEA), pero al mismo tiempo ocurría la masacre de Tlatelolco, había desaparecidos, dominaba la burocracia sindical, a los indígenas los trataban como los trataban...

R.A: Pero hay que fijarse cómo ha cambiado América Latina. Eso era en aquel momento, pero hoy la situación es más compleja, o mejor dicho menos simple.

N.K: Cuba está menos aislada que en aquella época...

R.A: Llevamos muchos años rompiendo ese aislamiento, pero yo no creo que la cuestión sea el aislamiento de Cuba. Yo creo que lo central es contribuir a que se puedan articular acciones, coincidencias, que contribuyan a la independencia de la región, y a una integración alternativa. Lo que representa hoy la revolución bolivariana. Eso se concreta en este momento en la solidaridad con Venezuela, esa es la tarea principal. Hoy el punto de choque inmediato es Venezuela. Precisamente por lo que está significando de reactivación y de posibilidades para un movimiento que no sólo tiene una fuerte base en lo social, si no que además tiene posibilidades de interacción en lo gubernamental.

Yo estuve en los dos actos de Mar del Plata pero no estuve en el otro, el de dentro de la valla. El que estaba allí era Chávez. Como les dijo a los presidentes estadounidense y canadiense: “Ustedes se acuerdan que en Quebec yo estaba completamente sólo, pero ahora ya ven que estoy acompañado”. Por Lula, por Kirchner, por Tabaré Vázquez y por la canciller de Paraguay. Esa situación era impensable en los años '60. ¿Quién, que no fuera el Che Guevara, criticó a la Alianza para el Progreso? Además de eso está la victoria de Evo en Bolivia, y la perspectiva de otros cambios en América Latina que uno no puede desconocer. Hoy el tema no es la lucha armada...

N.K: Por eso, justamente, el interrogante apuntaba a los movimientos sociales...

R.A: El caso de los movimientos indígenas en Bolivia es interesante. Yo firmé varios acuerdos de cooperación, antes de las elecciones, con un montón de alcaldes, en una reunión alentada por el MAS, por la izquierda boliviana, el movimiento social. Y ya empezaron a ejecutarse. No eran clandestinos, tenían la anuencia del gobierno que estaba en ese momento en el poder en Bolivia. El primer lugar que visitó Evo fue La Habana, está claro que envió una señal. Y nosotros, todo lo que podamos hacer para ayudarlo lo vamos a hacer. Hay otra cosa importante, que yo la dije en un acto en Bamako [República de Malí, África]: No solamente es la primera victoria de un presidente que representa los intereses de los indígenas, si no que es la primera victoria de los movimientos sociales. Porque ante esta discusión que hay en el foro, de que hay que separar los movimientos de los gobiernos, yo les planteaba: ¿Vamos a dejar fuera a Evo y a su movimiento porque ganaron? Evo siempre habla en esos términos: más que la victoria de un partido es la de los movimientos sociales, que Evo fue capaz de canalizarlos con una perspectiva electoral, ganar y ganar además de calle, como ganó. Y eso inevitablemente va a tener repercusiones más allá de Bolivia.
La verdad es que no es fácil el equilibrio, pero no creo que se pueda encontrar ninguna declaración de ningún responsable cubano tomando partido por los sectores que critican a estos gobiernos amigos, o apoyando a los gobiernos. Yo sí he dicho, porque me lo han preguntado, que tengo la más alta opinión del compañero Lula como persona, creo que es un hombre honrado. Seguramente en Brasil hay gente que no coincide con eso, pero yo conozco a Lula desde que era un simple obrero metalúrgico y me resulta muy difícil asociarlo con la corrupción. Tampoco lo creo de Dirceu, me cuesta mucho trabajo ver a Dirceu como lo presentan.

N.K: Eso como individuos, pero ¿y su política económica?

R.A: Eso ya es otra cosa. Los cubanos valoramos mucho el principio de no intervención y el respetar la soberanía nacional. Por eso no nos gusta juzgar a otros. Pero creo que muchos brasileños pobres ven en el gobierno de Lula el que ha sido más sensible a sus problemas.

N.K: Porque, como es lógico, cualquier miembro de la dirección política cubana puede tener en alta estima a esos gobernantes. Ahora bien,¿ no podría haber alguna instancia dentro de la vida política cubana, como la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), o la Central de Trabajadores Cubanos (CTC), o la Federación de Estudiantes Universitaria(FEU), los movimientos sociales cubanos, que pudieran solidarizarse con los movimientos sociales latinoamericanos de protesta sin ser la voz oficial de Cuba? Es decir, solidarizarse con movimientos sociales que tengan posiciones críticas. A modo de hipótesis de trabajo, supongamos que Fidel hace una alianza en algún tema concreto con Kirchner. ¿No puede haber algún movimiento social cubano que tenga vínculos con algún movimiento piquetero argentino critico de Kirchner o que se solidarice con estos movimientos cuando Kirchner los encarcela o les abre causas judiciales para neutralizar la protesta?

R.A: No creo que sean dos cosas contradictorias. En La Habana hubo conferencias en las que han participado estos sectores, y han dado su opinión, han criticado duramente a algún gobierno de América Latina. De todas maneras, es cierto, existe algo así como una “autocensura”, que se refleja bastante en los medios nuestros. Tiene que ver con un estilo, un modo de trabajar que es una de las herencias negativas del modelo soviético. Un modo de operar, aunque no es exactamente así. Eso plantea un desafío a los cubanos, a nivel de dirección pero también de las organizaciones, porque ahora existe una realidad más compleja, con más matices.

No hay declaraciones ni de Fidel ni mías contrarias a Lula, pero tampoco contrarias al MST. He hablado de este tema con Stedile [Joao Pedro, dirigente del MST], pero ellos también tienen un problema: no pueden ver como el enemigo principal al gobierno. Era mucho más fácil antes, para ellos y para nosotros, para los sindicatos nuestros, para los estudiantes, etc.

Posiblemente la FEU [Federación Estudiantil Universitaria] tendría que salir muchas veces a hacer declaraciones que no son las que hubiera hecho la Cancillería, por relaciones de solidaridad. Estoy seguro de que en mi época lo hacía. Cuando estaba el tema de México con el voto en la OEA, si pasaba algo gordo contra los estudiantes mexicanos había inmediatamente expresiones de solidaridad. Y cuando se discutía o había que votar en la UIE [Unión Internacional de los Estudiantes, Praga], por supuesto que se actuaba con plena independencia, y era el caso más complejo en ese momento.

Pero era mucho más fácil cuando de una lado estaban los buenos y del otro estaban los malos. Hoy no es así. Nosotros ponemos el acento, dentro de la estrategia cubana, en propiciar un amplísimo frente de lucha contra el imperialismo, contra el ALCA, en defensa de Chávez, del ALBA y ahora de Evo. Y sumar todo lo que se pueda a eso. Esa es la línea central, y es lo que se va a escuchar constantemente desde nosotros. Y entonces, cuando se para un muchacho de la FEU o un sindicalista, repite eso mismo.

N.K. y L.A.: Algunos de estos gobiernos “progresistas” de la región se proponen explícitamente fortalecer a las burguesías autodenominadas “nacionales”. Sin embargo, en el debate de las ciencias sociales contemporáneas, pensadores como Samir Amin, James Petras, Immanuel Wallerstein, François Houtart y varios otros sostienen que en esta fase del capitalismo mundial es inviable construir un capitalismo nacional. Por otra parte, las posiciones históricas de la revolución cubana, desde la célebre Segunda Declaración de la Habana o la OLAS, pasando por numerosos discursos de Fidel y por los escritos del Che, siempre han cuestionado el papel dependiente, cómplice y subalterno de las burguesías nativas o “nacionales” y su supuesta capacidad emancipadora en nuestra América frente al imperialismo, su socio mayor. Teniendo en cuenta todo esto, ¿es posible pensar que sean realistas estos proyectos de reflotamiento de los capitalismos nacionales o capitalismos “con rostro humano?”

R.A: Yo coincido con los que creen que no es posible construir un capitalismo nacional. En América Latina han existido algunos casos, por ejemplo hay una burguesía nacional brasileña, como la hay en cierta medida en Argentina. En Cuba no tuvimos nunca una burguesía nacional en el sentido de que tuviera independencia, de que buscase afirmarse. En Brasil sí la hay. Pero en el contexto global de hoy, yo no apostaría por eso.
Ahora bien, ¿dónde está el problema desde el punto de vista de una estrategia revolucionaria? ¿Se debe excluir la posibilidad de converger en esfuerzos comunes con burguesías nacionales, entendiendo que defienden los intereses de la nación frente al imperio? Yo diría que no.

N.K: Pero el interrogante es si existen realmente esas burguesías nacionales. Porque pueden existir en el discurso, en las declaraciones, en las consignas, pero muchos economistas que conocen del tema y que lo han estudiado empíricamente, plantean que actualmente no existe una burguesía nacional. Existe una burguesía nativa o autóctona, pero por ejemplo en Argentina, desde la dictadura del general Videla [1976] en adelante, esa burguesía está demasiado asociada al capital financiero internacional... Ya ni siquiera tienen el proyecto de Perón de la segunda mitad de los años ‘40...

R.A: El caso de Argentina lo conozco menos, pero tomemos el caso de Brasil. Si el ALCA no se impuso antes, cuando no estaba ni Chávez, es porque había un obstáculo que se llamaba Brasil. A Fernando Henrique [Cardoso, anterior presidente de Brasil] no lo ponemos en la lista de gobiernos “progresistas” como dice la pregunta, pero el libre comercio, tal como lo propugna EE.UU. afecta a intereses brasileños, que siempre han buscado defenderse. Como mínimo habría que decir que hay sectores dentro de la burguesía brasileña que tienen voluntad de defender sus intereses frente a las fuerzas más poderosas del mercado. Como quizás en México lo hubo en otra época, aunque eso con el TLC se ha ido disolviendo.

Antes de Fernando Henrique Cardoso, en la época de la dictadura militar brasileña, yo era embajador en la ONU. El rival principal que teníamos los cubanos en América Latina, en el plano político, era Brasil. Nuestro enfrentamiento con ellos era completo, no teníamos ningún acuerdo. ¿Pero qué ocurría? Que más de una vez, en los temas económicos, los que tenían que ver con el desarrollo, muy discutidos en los años '70, teníamos las mismas posiciones. ¿Y el resto de América Latina? ¡Toda plegada a EE.UU.! Con los brasileños nos negábamos hasta el saludo, pero varias veces tuvimos las mismas posiciones en temas importantes, y hubo que inventar fórmulas diplomáticas para apoyarnos sin admitirlo. Lo que yo notaba era que esa gente era la única de la región que tenía intereses propios, no de la clase obrera ni de la revolución, pero si intereses propios como burguesía, con todo lo fascistas que fueran. Y ellos por su parte veían que coincidían con los comunistas y no con sus amigos burgueses.

A mí me parece que la contribución correcta es la que hace Chávez, cuando formula el Socialismo del Siglo XXI. Que tampoco es un socialismo cualquiera, tiene características de la propia Venezuela. Con datos empíricos se demuestra que la economía venezolana ha crecido, y lo que ha crecido más es la economía privada. En la Venezuela revolucionaria, bolivariana, hay un espacio para la burguesía nativa, que lo está usando. Pidiendo la cabeza de Chávez, pero a la vez haciendo negocio, invirtiendo y obteniendo beneficios, como parte de ese proceso. Rangel [el vicepresidente, José Vicente] me lo dijo, lo que más crece es la economía privada. Entonces, si está creciendo la economía privada, al mismo tiempo que se habla de un Socialismo del Siglo XXI, se abre una puerta para generar un debate, para generar conciencia. Para defender el socialismo como la alternativa real. El mundo mejor ese posible, o es socialista o no va a ser otro mundo.

Pero un socialismo diferente. Diría más, sería en plural, socialismos, formas de organización de la sociedad basadas en la solidaridad, la equidad, etc. Tendríamos que apartarnos del enfoque clásico, tradicional, del marxismo. Yo creo que eso no es lo que está hoy sobre el tapete. Un marxista, un revolucionario, lo que tiene que hacer en cada momento es lo que sea dable para hacer avanzar la revolución. Aunque al final terminará siendo una sociedad sin clases. Creo en el enfoque marxista.

La única explicación de todo este fenómeno del Foro Social Mundial es que hoy, con la globalización neoliberal, existe la posibilidad objetiva de tratar de articular a todo lo que se opone al capitalismo realmente existente. Lo que puede incluir, y de hecho teóricamente incluye, a sectores capitalistas que son víctimas del capitalismo tal como es.

El llamado socialismo real enfrentó problemas con algunos socialistas, el propio término “socialismo real” era la respuesta de algunos burócratas a los críticos. Decían que el socialismo real es este que tenemos aquí, lo demás son elucubraciones. Por lo tanto tú no eras socialista si no respaldabas el que “realmente” existía.

El capitalismo, en espejo, está enfrentando eso. Hay fuerzas que no son anticapitalistas, no están clasificadas en nuestros manuales como anticapitalistas, pero hoy están actuando contra el capitalismo que existe, el actual, el único que hay. Entonces, yo creo que uno debe elaborar tácticas para, en la medida de lo posible, marchar con toda esa gente. No pensando que sean realistas los proyectos de reflotamiento de capitalismos nacionales, yo no creo en eso. Pero sería absurdo negarse a marchar con esas fuerzas. Al revés, hoy existe la posibilidad de elaborar un discurso mucho más flexible, como la Declaración de Porto Alegre, una plataforma mínima, muy abarcadora, que puede sumar gente a la lucha contra el capitalismo realmente existente. Por ahí es por donde va a empezar a armarse el socialismo, que tiene que ser necesariamente, a mi juicio, los socialismos.

Las crisis que sufrimos en el pasado, la caída del campo socialista, ha tenido como aspectos positivos que ya no existe la contraposición de dos bloques, dos sistemas, y por lo tanto la necesidad de copiar un modelo. Ahora es la cosa de Mariátegui [pensador marxista peruano de principios del siglo XX]: “Ni calco ni copia, creación heroica”. Y si es creación, tendrá que ser cada uno diferente. Si logran el socialismo los venezolanos no va a ser como el cubano. Por eso me gusta la expresión de Chávez, Socialismo del Siglo XXI, porque es muy abierta, tiene en cuenta todas estas realidades.