Translate,translator,traducteur,Übersetzer, traduttore,tradutor,переводчик

lunes, noviembre 17, 2025

Las sombras del éxito económico de España: por qué no revierte el crecimiento en la clase trabajadora


Un camarero atiende a una mesa en las Ramblas, en Barcelona, en una imagen de archivo.
Un camarero atiende a una mesa en las Ramblas, en Barcelona, en una imagen de archivo.David Zorrakino | Europa Pre


domingo, noviembre 16, 2025

Ecuador: vence el NO en el referéndum y consulta popular


 

Fidel en dos momentos. Fidel eterno

 Alejandro Sánchez.




Esta reflexión la tenía pendiente hace casi un año. ¿Cómo lograr encontrar la esencia entre dos discursos de Fidel que considero imprescindibles? Un artículo que leí con devoción el 1ro de Mayo, me lo dejó en claro. Todo fue más fácil  (Una pelea cubana)

Fidel en dos momentos. Fidel eterno.

“Revolución es…”

Veinticinco años se cumplieron de esa frase. Un Concepto de Revolución ya de por sí inusual pues no recuerdo que Fidel volviera a citarlo posteriormente como tal. Así mismo, existen otros “conceptos” de revolución anteriores; desde el proyecto esbozado en “La Historia me Absolverá”, pasando por aquella, “Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes”.

Y no se trata de hablar específicamente del “concepto”. De por sí se le dedicó la jornada. Otros lo han hecho de manera admirable, como el artículo titulado; “Cuesta arriba”, publicado por Cubadebate. Cualquier elogio a ese texto sería nimio pues más allá de la limpieza y pasión del verbo, del contenido histórico que soporta, de la sutileza de algunos mensajes insertos; la autora nos expone dos esencias en su escrito. Espero que muchos las hayan comprendido pues, personalmente, he encontrado la guía para exponer un pensamiento que llevaba meses meditando solo después de leer:

“Fidel lo había sintetizado para nosotros, a partir de la experiencia, de la práctica revolucionaria, sin perder la coherencia en su pensamiento y la sensibilidad”.

“Quizás, por ser un cuerpo de ideas que señalan futuro a veces nos parezca difícil cumplir cada una de sus líneas y habrá hasta quienes se aferran solamente a una o dos de ellas creyendo que con “cambiar lo que debe ser cambiado” ya están cumpliendo, cuando en realidad es incoherente dejar fuera el altruismo, la modestia, la solidaridad, el internacionalismo, el humanismo y la defensa de los valores” al precio de cualquier sacrificio”.

No fueron solo la significación y sencillez de ese fragmento de aquel discurso, que lo grabaron en la Historia sino, como la autora misma plantea: “una idea que en absoluta coherencia de pensamiento retoma también en otro discurso memorable y que en noviembre tendrá ya 20 años: el del Aula Magna de la Universidad de La Habana”.

Coherencia, en esa palabra se centra todo.

Tanto el Concepto de Revolución, como el discurso del 16 de noviembre de 2005, constituyen un cuerpo teórico infaltable para cualquier comunista cubano. Solo puede aquilatarse el legado de Fidel desde una profunda convicción marxista-leninista; entendida esta como; la sumatoria de la teoría científica descrita por Marx y Engels, con el estudio y la práctica revolucionaria leninista. Quien cuestione el marxismo-leninismo está, directamente, impugnando al Comandante en Jefe y su legado. Es así de sencillo.

No puede reducirse el marxismo-leninismo de Fidel a esa caricatura que mucha propaganda ajena al ideal socialista encasilla en el “cómo” ejecutado por la dirigencia de la ex-URSS y otros países del antiguo campo socialista, en la parametración de una teoría que es inequívocamente antidogmática, dialéctica.

“¿Por qué me hice socialista? Más claramente, ¿por qué me convertí en comunista?”, preguntaría el 19 de abril de 2016.

Para entender a Fidel se debe, conceptualmente, estar claro de qué era para él; marxismo-leninismo, revolución, socialismo y comunismo, todo en uno. Cuando Fidel habla de cualquiera de estas categorías; lo hace, indefectiblemente, refiriéndose a una Revolución Socialista inspirada en la teoría y práctica marxista-leninista para la construcción del Comunismo. No de revoluciones burguesas, no de socialdemocracia, eurocomunismo, o socialismo cultural. Y antes de que alguien pueda aducir que esto es un razonamiento dogmático; el dogma en el marxismo-leninismo es, precisamente, el antidogma, pues el comunista es esencialmente dialéctico en su lectura de la realidad y aplicación de la ideología que lo guía:

“Con dogmatismo no se hubiera jamás llegado a una estrategia. Lenin nos enseñó mucho, porque Marx nos enseñó a comprender la sociedad; Lenin nos enseñó a comprender el Estado y el papel del Estado”. 17 de noviembre de 2005. Aula Magna de la Universidad de La Habana.

Explicado lo anterior, es sencillo entender el Concepto de Revolución, siempre y cuando asumamos de que cada uno de los conceptos que expone: igualdad, libertad, solidaridad…, parten de la visión de Revolución Socialista en Cuba; con una coincidencia brutal del ideario martiano con los principios comunistas.

Y por ser un cuerpo de ideas, como nos propone la autora de; “Cuesta arriba”. El concepto no puede interpretarse por partes, sino como un todo único, y además como continuidad de todo el ideario de Fidel, desde “La Historia me Absolverá”, hasta su última intervención en el 7mo Congreso de PCC.

“Sentido del momento histórico” y “cambiar todo lo que deba ser cambiado”, no son por casualidad las dos primeras líneas del Concepto. Fidel razonó que esa dicotomía era la base de una construcción inteligente del socialismo en Cuba.

Y el primer factor a tener en cuenta en ese “momento histórico”, no solo como concepción temporal, o básicamente temporal, sino como concepción existencial. Porque la dialéctica marxista-leninista tiene una visión estrictamente estratégica. Y aunque tácticamente, nuestra política puede adecuarse a una agresividad mayor o menor de Estados Unidos contra Cuba, según sea, es nuestro papel como baluarte del antimperialismo, un principio básico del marxismo-leninismo, pero que es también la esencia de la doctrina martiana, lo que define nuestro “Momento Histórico”.

Es entonces, primeramente el papel que juega Cuba en un tiempo universal, que trasciende períodos determinados y que define la continuidad de nuestra lucha por la Independencia desde 1868 hasta la fecha. Luego, deben evaluarse las condiciones de cada momento.

La línea del discurso del 1ro de mayo del 2000 que sigue al Concepto, no por gusto es la siguiente:

“En términos reales y concretos, nos hemos enfrentado durante 41 años a la más poderosa potencia que jamás haya existido en el mundo, vecina nuestra a sólo 90 millas, que en la actualidad asume carácter unipolar y hegemónico”.

Y su continuidad en la Universidad, 20 años después:

“¿Qué mundo es ese? ¿Qué mundo es ese donde un imperio bárbaro proclama el derecho de atacar sorpresiva y preventivamente a 70 o más países, que es capaz de llevar la muerte a cualquier rincón del mundo, utilizando las más sofisticadas armas y técnicas de matar? Un mundo donde impera el imperio de la brutalidad y de la fuerza, con cientos de bases militares en todo el planeta, y entre ellas una en nuestra propia tierra, en la que intervino arbitrariamente cuando el poder colonial español no podía sostenerse y cuando cientos de miles de los mejores hijos de este pueblo, que apenas tenía un millón de habitantes, habían perecido en una larga guerra de alrededor de 30 años; una Enmienda Platt repugnante en virtud de una resolución de igual repugnancia que, de forma traidora, otorgaba el derecho a intervenir en nuestra tierra cuando a su criterio no existiese suficiente orden”.

Por tanto, todo lo que representa al Imperialismo; sus valores, su cultura, su ideología, sus formas de relación mercantil y de explotación humanas, es totalmente antagónico a los principios revolucionarios. Solo la independencia de Cuba, puede mantenerse con una revolución genuinamente comunista. No solo en términos económicos, sino en la creación de sus normas jurídicas con la aplicación del principio coercitivo en manos del Pueblo y a favor del Pueblo; en la creación y educación de ideología…

“Cambiar todo lo que debe ser cambiado…”, no puede ser la máxima a la que se acoge cualquiera acríticamente, o peor, intencionalmente. Esa línea de Fidel no incluye abandonar las ideas del Marxismo-leninismo, ni modificarlas a conveniencia, o dar cabida a viejas formas de pensar o hacer, llamándolas nuevas. Por el contrario. Solo es posible lograrlo con la convicción clara de que solo el Socialismo, con la dirección activa, (y subrayo esta palabra), del Partido Comunista, lo puede.

“Estamos viviendo días de intensa y trascendental lucha. Cinco meses llevamos batallando sin tregua. Millones de compatriotas, todos casi sin excepción, han participado en ella. Nuestras armas han sido la conciencia y las ideas que ha sembrado la Revolución a lo largo de más de cuatro décadas”.

Así comienza realmente el discurso de Fidel donde expone el Concepto. Se refería a la Batalla de Ideas, que en el contexto de la lucha por el regreso del niño Elián Gonzáles, libraba nuestro país. Pero la Batalla de Ideas no era por solo por Elián. Mucho antes, en 1993, cuando se debieron adoptar en Cuba las medidas que se idearon para enfrentar el Período Especial, Fidel advirtió sobre las consecuencias de dar cabida a las formas mercantiles del capitalismo en nuestra sociedad, a la inversión extranjera, al aumento de la propiedad privada sobre determinados medios de producción y sectores.

Cinco años después, en la Universidad, Fidel decía:

“Como ustedes saben, estamos envueltos en una batalla contra vicios, contra desvíos de recursos, contra robos, y ahí está esa fuerza, con la que no contábamos antes de la batalla de ideas, diseñada para librar esa batalla”.

Y dedicaría una larga parte de este discurso a explicar la situación social que vivía el país a causa de la aplicación de modos capitalistas en nuestra economía.

En la década de los 90, la realidad determinó que Cuba abriera su economía a viejas formas capitalistas (ya basta de llamarlas nuevas), una situación que no ha podido cambiar.  Fue el contexto económico, la incruenta guerra de 4ta Generación, y la introducción acrítica e incontroladas en nuestra economía de formas de producción capitalistas, las que crearon las condiciones actuales.

“Pero no piensen que el robo de materiales y de recursos es de hoy, o del período especial; el período especial lo agudizó, porque el período especial creó mucha desigualdad y el período especial hizo posible que determinada gente tuviera mucho dinero”.

El marxismo-leninismo comprende en su dialéctica los retrocesos, pero siempre con el principio de que son transitorios y nunca deben superar a las formas de relación socialistas.

Más adelante, expresaría una esencia del marxismo-leninismo, y una enseñanza para los dirigentes futuros de la Revolución, vinculándolas al antagonismo entre sistemas capitalista y socialista; a conceptos vivos aún en Cuba como Clases Sociales, Lucha de Clases…, que no pueden echarse al olvido, ni por irresponsabilidad, ni por desidia:

“Soñó el imperio que en Cuba se establecieran muchas más paladares, pues puede ser que no quede ninguna; o qué creen, ¿que nos hemos vuelto neoliberales? Ninguno de nosotros se ha vuelto neoliberal; pero les vamos a demostrar irrefutablemente las crisis de sus teorías, como les hemos demostrado el fracaso de su bloqueo, de sus agresiones, de sus desestabilizaciones”.

Para el Socialismo no es esencial la existencia de propiedad privada, de negocios privados… Este sector es básicamente y por convicción, el germen de la contrarrevolución. A esas «fuerzas internas», y otras, se refería Fidel en el Concepto, porque esas, más que ninguna, fueron y están siendo hoy, causa de desunión de nuestra sociedad.

Y dedicaría parte de ese discurso en el Aula Magna a destacar todos los programas que con la ayuda y colaboración de la República Popular China se comenzarían a aplicar. ¿Estaba ya Fidel al tanto de las potencialidades que un modelo de control partidista total de la economía, dirigido al desarrollo con el objetivo de elevar el nivel de vida de la población tendría para Cuba? Seguro vislumbraba en ese momento que China estaba encaminada a desplazar a Estados Unidos como potencia económica. ¿Estaría ya ahí lo de “con nuestros propios esfuerzos”?

El Concepto de Revolución reúne todos los valores que deben guiar a los comunistas y sobre los cuales tiene que trabajar el Partido, al mismo tiempo que crea las condiciones materiales dignas, e incluso más, que el Pueblo se merece. Fidel en el Aula Magna ya esbozaba algunas de las estrategias que todavía hoy se están aplicando, o se intentan aplicar, no sin algún que otro error. A saber:

-Modernización de la matriz energética de Cuba y también la readecuación de nuestros principales rubros y vías de enriquecimiento.

-La explotación de recursos propios para elevar la economía; turismo, la biotecnología y los servicios médicos, la soberanía alimentaria.

-La presencia de una economía parcial en divisas, así como de un sector privado en determinadas áreas de la economía pero, con un altísimo control por parte del Estado.

Aquí me quiero detener un poco, porque en el discurso del Aula Magna, Fidel dedica mucho tiempo a exponer el enriquecimiento del sector privado de la sociedad a raíz de su uso de monedas fuertes, con todo lo que eso generaba en el índole ideológico y planteó la necesidad de que ese sector pagara servicios y tributos en correspondencia con sus ganancias. En eso, nos hemos visto obligados a rectificar.

Y por último:

-Concientización de la sociedad en cuanto a; participación popular, ideas, ahorro de recursos…

“Hoy tenemos ideas, a mi juicio, bastante claras, de cómo se debe construir el socialismo, pero necesitamos muchas ideas bien claras y muchas preguntas dirigidas a ustedes, que son los responsables, acerca de cómo se puede preservar o se preservará en el futuro el socialismo”.

Esa es la estrategia que tenía trazada la Revolución desde ese 2005, pero que es continuidad de políticas anteriores, de una convicción ideológica profunda de Fidel hasta su muerte, partiendo de la síntesis de ese Concepto que llama constantemente a la ideología, a la cultura y preservación de valores comunistas. Sin ellos no seremos nunca capaces de preservar la Revolución que nos legó Fidel y ante cuya posibilidad nos colocara ese 17 de noviembre cuando preguntó si creíamos posible la autodestrucción.

“Resulta asombroso que, a pesar de la diferencia entre los seres humanos, puedan ser uno en un momento o puedan ser millones, y solo pueden ser millones a través de las ideas. Nadie siguió la Revolución por culto a nadie o por simpatías personales de nadie. Cuando un pueblo llega a la misma disposición de sacrificio que cualquiera de aquellos que con lealtad y sinceridad traten de dirigirlos y traten de conducirlos hacia un destino, eso solo es posible a través de principios, a través de ideas”.

“Ustedes constantemente están leyendo hombres de pensamiento, constantemente leen la historia, y en la historia de nuestra patria leen a Martí, leen a otros muchos destacados patriotas, y en la historia del mundo, en la historia del movimiento revolucionario leen a los teóricos, a los grandes teóricos que nunca claudicaron de los principios revolucionarios. Son las ideas las que nos unen, son las ideas las que nos hacen pueblo combatiente, son las ideas las que nos hacen, ya no solo individualmente, sino colectivamente, revolucionarios, y es entonces cuando se une la fuerza de todos, cuando un pueblo no puede ser jamás vencido y cuando el número de ideas es mucho mayor; cuando el número de ideas y de valores que se defienden se multiplican, mucho menos puede un pueblo ser vencido”.

Esa es la respuesta. Esos son los valores que debemos defender y creer al precio de cualquier sacrificio.


 

La situación de la guerra de Sudan

 


Que el pueblo sudanés camine hacia la paz | Boletín 46 (2025)
Con el respaldo de potencias extranjeras, las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) están enfrentadas en una guerra sangrienta con consecuencias devastadoras para el pueblo sudanés.

Reem Aljeally (Sudán), Ribbon Line [Línea de cinta], 2025.

Queridas amigas y amigos,

Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.

A principios de noviembre, el Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, se refirió a la “horrible crisis en Sudán, que se está saliendo de control”, instó a las partes en conflicto a “poner fin a esta pesadilla de violencia, ahora”. Existe un camino para terminar la guerra, pero simplemente no hay voluntad política para hacerlo cumplir. En mayo de 2025, escribimos sobre la historia del conflicto. En 2019, explicamos el levantamiento que tuvo lugar ese año, así como sus consecuencias. Ahora, desde el Instituto Tricontinental de Investigación Social, la Asamblea Internacional de los Pueblos y Panafricanismo Hoy, llega la Alerta Roja n° 21 sobre la necesidad de paz en Sudán.

¿Cuál es la situación real en Sudán?

El 15 de abril de 2023 estalló la guerra entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF, por su sigla en inglés), lideradas por el jefe del Consejo Militar de Transición, el general Abdel Fattah al-Burhan y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por su sigla en inglés), dirigidas por el teniente general Mohamed ‘Hemedti’ Hamdan Dagalo. Desde entonces, con el apoyo de diversos gobiernos fuera de Sudán, ambas partes han librado una terrible guerra de desgaste en la que la población civil es la principal víctima. Es imposible saber cuántas personas han muerto, pero claramente el número de víctimas mortales es significativo. Una estimación determinó que solo entre abril de 2023 y junio de 2024 el número de víctimas fue de hasta 150.000 y varias organizaciones de derechos humanos ya han documentado diversos crímenes contra la humanidad cometidos por ambos bandos. Al menos 14,5 millones de sudaneses de una población de 51 millones han sido desplazados. Las personas que viven en la franja entre El Fasher, Darfur del Norte y Kadugli, Kordofán del Sur, luchan contra el hambre aguda y la hambruna. Un análisis reciente de la Clasificación integrada de la seguridad alimentaria en fases de la ONU reveló que alrededor de 21,2 millones de sudaneses, el 45% de la población, se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda y que 375.000 personas en todo el país se enfrentan a niveles “catastróficos” de hambre (es decir, al borde de la inanición).

Desde que inició la guerra, cientos de miles de personas desplazadas internamente buscaron refugio en El Fasher, entonces controlada en gran medida por las SAF. Aproximadamente 260.000 civiles todavía estaban allí en octubre de 2025 cuando las RSF vencieron la resistencia, entraron a la ciudad y llevaron a cabo una serie de masacres documentadas. Entre las personas asesinadas se encontraban 460 pacientes y sus acompañantes en la Maternidad Saudita. La caída de la ciudad ha significado que las RSF ahora controlan en gran medida la vasta provincia de Darfur, mientras que las SAF controlan gran parte del este de Sudán, incluyendo Puerto Sudán, el acceso del país al mar y al comercio internacional, así como la capital, Jartum.

Por el momento no hay indicios de que la situación vaya a mejorar.

Salah Elmur (Sudán), Farewell Wall [Muro de despedida], 2024.

¿Por qué luchan las SAF y las RSF?

Ninguna guerra de esta magnitud tiene una causa simple. La razón política es clara: esta es una contrarrevolución contra el levantamiento popular de 2019 que logró derrocar al presidente Omar al-Bashir, quien gobernó desde 1993 y cuyos últimos años en el poder estuvieron marcados por el aumento de la inflación y la crisis social.

Las fuerzas populares y de izquierda detrás del levantamiento de 2019 –que incluían al Partido Comunista Sudanés, las Fuerzas del Consenso Nacional, la Asociación de Profesionales Sudaneses, el Frente Revolucionario Sudanés, las Mujeres de los Grupos Cívicos y Políticos Sudaneses y muchos comités de resistencia locales y vecinales– obligaron al ejército a aceptar supervisar la transición a un gobierno civil. Con la asistencia de la Unión Africana, se estableció el Consejo de Soberanía de Transición, compuesto por cinco miembros militares y seis civiles. Abdalla Hamdok fue nombrado primer ministro y la jueza Nemat Abdullah Khair, presidenta del poder judicial, con al-Burhan y Hemedti también en el consejo. El gobierno cívico-militar arruinó aún más la economía al provocar la fluctuación monetaria y privatizar el Estado, haciendo así más lucrativo el contrabando de oro y fortaleciendo a las RSF (este gobierno también firmó los Acuerdos de Abraham, que normalizaron las relaciones con Israel). Las políticas del gobierno militar-civil exacerbaron las condiciones que condujeron al enfrentamiento por el poder (control sobre el aparato de seguridad del Estado) y por la riqueza (control sobre el comercio de oro).

A pesar de sus funciones en el consejo, al-Burhan y Hemedti intentaron dar golpes de Estado hasta que lo consiguieron en 2021. Una vez apartados los civiles, los dos líderes militares se enfrentaron entre sí. Los oficiales de las SAF intentaron mantener su control sobre el aparato estatal, que en 2019 absorbió el 82 % de los recursos presupuestarios del Estado (según confirmó el primer ministro Abdalla Hamdok en 2020). También tomaron medidas para mantener el control de sus empresas, administrando más de 200 compañías a través de entidades como el Sistema de Industrias de Defensa controlado por las SAF (con ingresos anuales estimados en 2.000 millones de dólares), capturando una participación significativa de la economía formal de Sudán en los sectores de la minería, las telecomunicaciones y la importación y exportación de materias primas.

Las RSF, con raíces en la milicia Janja’wid (demonios a caballo), intentaron aprovechar la economía de guerra autónoma centralizada en torno a la Corporación Al Junaid de Actividades Múltiples, que controla las principales zonas productoras de oro en Darfur y alrededor de media docena de yacimientos mineros, incluido Jebel Amer. Dado que, a partir de 2022, entre el 50 y el 80% de la producción total de oro de Sudán, en lugar de exportarse oficialmente, se contrabandea, principalmente a los Emiratos Árabes Unidos; y como las RSF dominan la producción en las zonas de minería artesanal del oeste de Sudán (que representan entre el 80 y el 85% de la producción total), las RSF capturan enormes sumas de los ingresos del oro cada año (estimados en 860 millones de dólares solo de las minas de Darfur en 2024).

Bajo estas disputas políticas y materiales subyacen presiones ecológicas que agravan la crisis. Parte de la razón del largo conflicto en Darfur ha sido la desertificación del Sahel. Durante décadas, las lluvias irregulares y las olas de calor provocadas por la catástrofe climática han expandido el desierto del Sahara hacia el sur, convirtiendo a los recursos hídricos en una causa de conflicto, provocando enfrentamientos entre la población nómada y lxs agricultores sedentarixs. La mitad de la población de Sudán ahora vive con inseguridad alimentaria aguda. La incapacidad de crear un plan económico para una población devastada por los rápidos cambios en los patrones climáticos, junto con el robo de recursos por parte de una pequeña élite, deja a Sudán vulnerable a un conflicto a largo plazo.

No se trata solo de una guerra entre dos personalidades fuertes, sino de una lucha por la transformación de los recursos y su saqueo por parte de potencias extranjeras. Una vez más se ha puesto sobre la mesa un acuerdo de alto el fuego, pero la probabilidad de que sea aceptado o respetado es muy baja mientras los recursos sigan siendo el premio más codiciado por los distintos grupos armados.

Omer Khairy (Sudán), Market Scene [Escena de mercado], 1975.

¿Cuáles son las posibilidades de paz en Sudán?

Un camino hacia la paz en Sudán requiere seis elementos:

  1. Un alto el fuego inmediato y supervisado que incluya la creación de corredores humanitarios para el tránsito de alimentos y medicinas. Estos corredores estarían bajo el liderazgo de los Comités de Resistencia, que cuentan con la credibilidad democrática y las redes para entregar ayuda directamente a quienes la necesitan.
  2. El fin de la economía de guerra, concretamente cerrando las rutas de oro y armas. Esto incluiría la imposición de sanciones estrictas sobre la venta de armas a los Emiratos Árabes Unidos y la compra de oro de ese país hasta que rompa todas las relaciones con las RSF. También deben implementarse controles de exportación en Puerto Sudán.
  3. El regreso seguro de las personas exiliadas por motivos políticos y el inicio de un proceso para reconstruir las instituciones políticas bajo un gobierno civil elegido o apoyado por las fuerzas populares, principalmente los Comités de Resistencia. Las SAF deben ser despojadas de su poder político y activos económicos y sometidas al gobierno. Las RSF deben ser desarmadas y desmovilizadas.
  4. La reconstrucción inmediata del poder judicial superior de Sudán para investigar y procesar a los responsables de las atrocidades.
  5. La creación inmediata de un proceso de rendición de cuentas que incluya el enjuiciamiento de los “señores de la guerra” a través de un tribunal debidamente constituido en Sudán.
  6. La reconstrucción inmediata de la comisión de planificación de Sudán y su ministerio de Finanzas para transferir el excedente de los enclaves de exportación hacia bienes públicos y protecciones sociales.

Estos seis puntos desarrollan los tres pilares de la Unión Africana y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD por su sigla en inglés) de la Hoja de ruta conjunta para la resolución del conflicto en Sudán (2023). La dificultad con esta hoja de ruta –al igual que con propuestas similares– es que depende de donantes, incluidos actores que están implicados en la violencia. Para que estos seis puntos se conviertan en realidad, las potencias externas deben ser presionadas para que terminen su respaldo a las SAF y las RSF. Estos incluyen a Egipto, la Unión Europea, Qatar, Rusia, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos. Ni esta hoja de ruta ni el canal de Jeddah, una vía de mediación saudí-estadounidense lanzada en 2023 que se centra en treguas cortas y acceso humanitario, incluyen a grupos civiles sudaneses y mucho menos a los Comités de Resistencia.

Kamala Ibrahim Ishaq (Sudán), Loneliness [Soledad], 1987.

Aunque Sudán ha dado poetas que cantan sobre el dolor y el sufrimiento, terminemos con una nota diferente. En 1961, el poeta comunista Taj el-Sir el-Hassan (1935-2013) escribió Una canción afroasiática, que comienza conmemorando la masacre de Kosti en Joudeh, en 1956, cuando 194 campesinos en huelga fueron asfixiados hasta la muerte mientras estaban bajo custodia policial. Pero nos centraremos en el final de la canción, donde la voz del poeta resuena por encima de los disparos:

En el corazón de África estoy en la vanguardia,
y hasta Bandung se extiende mi cielo.
El retoño de olivo es mi sombra y mi patio,
oh, compañeras y compañeros:
oh, compañeras y compañeros de vanguardia, guiando a mi pueblo hacia la gloria,
sus velas están empapando mi corazón en luz verde.
Cantaré la estrofa final,
a mi amada tierra;
a mis compañeras y compañeros en Asia;
a Malasia,
y el vibrante Bandung.

Al pueblo de El Fasher, a aquellos en Jartum, a mis compañeras y compañeros en Puerto Sudán: caminen hacia la paz.

Cordialmente,

Vijay

Síguenos en X
Síguenos en Instagram
Email