La doctrina de la revolución proletaria es una parte integral de la teoría leninista del imperialismo.Según Lenin, el imperialismo es la etapa más alta del capitalismo conectada con la dominación de los monopolios y el capital financiero.Bajo el imperialismo la socialización de la producción alcanza enormes proporciones, lo que crea los requisitos previos necesarios para la transformación socialista de la sociedad. En esta etapa, el capitalismo se caracteriza por un desarrollo económico desigual, por lo que la revolución socialista puede ganar en varios o incluso en un país, el eslabón más débil del imperialismo mundial. Esto es confirmado por la Revolución de Octubre que arrancó a Rusia de la cadena imperialista.
En contraste con la definición de Lenin, Rosa Luxemburg y Karl Kautsky entendieron bajo el imperialismo una cierta política.Además, Luxemburgo en su libro «Acumulación de capital» repitió la estupidez populista del imperialismo como una política destinada a destruir a la comunidad campesina. Si la etapa suprema del capitalismo implica una lucha competitiva por los remanentes de un «entorno mundial no capitalista», como argumentó Luxemburgo, esto inevitablemente lleva a negar la posibilidad de implementar una revolución socialista en los países no capitalistas.A tales conclusiones llegaron los mencheviques y los socialdemócratas occidentales. Además, contra la voluntad del autor, el libro demuestra la imposibilidad del éxito de la acción para superar el capitalismo hasta que él no se agote.Aunque Luxemburgo mismo, por el contrario,que la insurrección de la clase obrera puede comenzar mucho antes de que el capitalismo choque con «los tabiques naturales».
Rosa Luxemburgo reduce el imperialismo a la relación entre el capitalismo y el entorno no capitalista.Su error radica en la incomprensión de la teoría de la reproducción ampliada de Karl Marx. Según Luxemburgo, para que el capitalismo exista se necesita un mercado externo.Y la teoría marxista, en su opinión, no deja espacio para el comercio exterior, por lo tanto, no puede explicar la lucha por los mercados y la exportación de capital, característica del imperialismo. De hecho, Marx se abstrae del comercio exterior y considera el capitalismo dentro del marco de una nación. Sin embargo, uno no puede concluir de esto que ahora él mismo subestima su significado. Los capitalistas buscan obtener una mayor tasa de ganancia a través del comercio exterior, pero esto no significa que sin eso el capitalismo no pueda existir. Si las tasas de ganancia para la venta de bienes en el hogar y en el extranjero fueran iguales, entonces el comercio exterior se explicaría solo por la división geográfica del trabajo. Pero el hecho es que el capitalismo se está desarrollando de manera desigual, de lo contrario no sería el capitalismo.
A pesar de que Lenin habló negativamente sobre el libro de Luxemburgo, en su obra «El imperialismo como la etapa más alta del capitalismo», no dice una palabra al respecto. Y hay varias razones para esto. Primero, él siempre simpatizó con ella como revolucionaria, a pesar de que criticaba como teórico. En segundo lugar, Luxemburgo repite los errores de los populistas a quienes Lenin ya había desenmascarado en sus primeras obras. Esto es lo que escribe en el trabajo «Para una caracterización del romanticismo económico» publicado en 1897.
«Ahora hemos abordado la pregunta de por qué un mercado extranjero es necesario para un país capitalista. No es porque el producto no pueda realizarse en absoluto en el sistema capitalista. Esto es una tontería. El mercado externo es necesario porque la producción capitalista se caracteriza por un deseo de expansión ilimitada, en oposición a todas las formas antiguas de producción, limitadas a los límites de la comunidad, el feudo, la tribu, el distrito territorial o el estado. Mientras tanto, bajo todos los viejos regímenes económicos, la producción se renueva cada vez en la misma forma y en las mismas dimensiones que antes, en el sistema capitalista esta renovación en la misma forma se vuelve imposible y la ley de producción se convierte en expansión ilimitada, un avance eterno «(VI Lenin, PSS, T. 2, página 156).
Las obras de Rosa Luxemburgo han servido de base para muchas teorías sociológicas modernas, por ejemplo, análisis de sistemas mundiales. En el marco de esta publicación no es posible criticar completamente esta teoría. Llamamos la atención del lector únicamente sobre algunas de las deficiencias del trabajo de uno de los fundadores del análisis del sistema mundial de Immanuel Wallerstein y sus similitudes con el trabajo de Rosa Luxemburgo.Alegaremos una de sus citas, la cual es muy similar a lo que estaba escrito en su tiempo en «Acumulación de Capital».
«La capacidad de la economía mundial capitalista para extenderse a nuevas áreas geográficas ha sido históricamente un elemento decisivo para mantener la tasa de ganancia y acumulación de capital. Esto fue un contrapeso significativo al creciente aumento en los costos del trabajo como resultado de la creciente fuerza de las clases trabajadoras, tanto en política como en producción. La incapacidad de reclutar nuevos trabajadores que aún no han ganado fuerza política y fuerza en la producción para aumentar la participación del producto excedente que pueden reclamar llevará a las mismas restricciones en el proceso de acumulación de capital y al agotamiento del medio ambiente. A medida que se alcanzan los límites geográficos y la población se desvirtúa, las dificultades asociadas con el proceso político de reducción de costos se vuelven tan grandes que el ahorro se vuelve realmente imposible.
Por lo tanto, Wallerstein repite el error de Luxemburgo sobre la importancia del comercio exterior para el capitalismo.Lenin en su obra «El desarrollo del capitalismo en Rusia» (1899), como anticipándose a ella, escribió, criticando a los populistas que la necesidad de un mercado extranjero para un país capitalista está determinado no por las leyes de la realización del producto social en general, y la plusvalía, en particular, y el hecho de que el capitalismo es el resultado de una circulación de mercancías desarrolladas que trasciende el estado. Por lo tanto, es imposible imaginar una nación capitalista sin comercio exterior.
Otro error Wallerstein — Luxemburgo es la cuestión del agotamiento del capitalismo. Si Luxemburgo creía que el capitalismo aún no había llegado a su límite, entonces Wallerstein lo señala directamente.Desde el título mismo del análisis del sistema mundial, se sigue que sus partidarios ven el capitalismo como un sistema. Como resultado, Wallerstein concluye que el capitalismo está condenado al fracaso, porque cualquier sistema tiene su propia duración. Pero el hecho es que los mirosists no revelan el mecanismo de la transición de un sistema a otro.
Es de notar que Marx comienza sus estudios no con el capitalismo como un sistema, sino con una mercancía, trazando todo el camino histórico de la formación de la producción mercantil. Llega a la conclusión de que el capitalismo se caracteriza por tal desarrollo de la producción mercantil, cuando la mercancía se convierte en trabajo. En consecuencia, con la superación de la producción mercantil el capitalismo también desaparecerá. Si tomamos una «concepción» preconcebida sin descubrir por qué reglas funciona, entonces el final del capitalismo no se derivará de su lógica interna, sino por otras razones.
«La capacidad de la economía mundial capitalista para extenderse a nuevas áreas geográficas ha sido históricamente un elemento decisivo para mantener la tasa de ganancia y acumulación de capital. Esto fue un contrapeso significativo al creciente aumento en los costos del trabajo como resultado de la creciente fuerza de las clases trabajadoras, tanto en política como en producción. La incapacidad de reclutar nuevos trabajadores que aún no han ganado fuerza política y fuerza en la producción para aumentar la participación del producto excedente que pueden reclamar llevará a las mismas restricciones en el proceso de acumulación de capital y al agotamiento del medio ambiente. A medida que se alcanzan los límites geográficos y la población se desvirtúa, las dificultades asociadas con el proceso político de reducción de costos se vuelven tan grandes que el ahorro se vuelve realmente imposible.
Por lo tanto, Wallerstein repite el error de Luxemburgo sobre la importancia del comercio exterior para el capitalismo.Lenin en su obra «El desarrollo del capitalismo en Rusia» (1899), como anticipándose a ella, escribió, criticando a los populistas que la necesidad de un mercado extranjero para un país capitalista está determinado no por las leyes de la realización del producto social en general, y la plusvalía, en particular, y el hecho de que el capitalismo es el resultado de una circulación de mercancías desarrolladas que trasciende el estado. Por lo tanto, es imposible imaginar una nación capitalista sin comercio exterior.
Otro error Wallerstein — Luxemburgo es la cuestión del agotamiento del capitalismo. Si Luxemburgo creía que el capitalismo aún no había llegado a su límite, entonces Wallerstein lo señala directamente.Desde el título mismo del análisis del sistema mundial, se sigue que sus partidarios ven el capitalismo como un sistema. Como resultado, Wallerstein concluye que el capitalismo está condenado al fracaso, porque cualquier sistema tiene su propia duración. Pero el hecho es que los mirosists no revelan el mecanismo de la transición de un sistema a otro.
Es de notar que Marx comienza sus estudios no con el capitalismo como un sistema, sino con una mercancía, trazando todo el camino histórico de la formación de la producción mercantil. Llega a la conclusión de que el capitalismo se caracteriza por tal desarrollo de la producción mercantil, cuando la mercancía se convierte en trabajo. En consecuencia, con la superación de la producción mercantil el capitalismo también desaparecerá. Si tomamos una «concepción» preconcebida sin descubrir por qué reglas funciona, entonces el final del capitalismo no se derivará de su lógica interna, sino por otras razones.
A pesar de las deficiencias antes mencionadas del análisis del sistema mundial, algunos comunistas consideran seriamente que Wallerstein es un continuador de la teoría leninista del imperialismo.De hecho, como pudimos ver, él es un seguidor pero no de Lenin, sino Luxemburgo.A diferencia de Vladimir Lenin, Rosa Luxemburgo no podía entender la principal contradicción de la Revolución de Octubre, por lo que no la aceptó. La razón de su miopía teórica es ontologismo, que se reduce a una incapacidad para llevar la idea del materialismo a la práctica, la transformación revolucionaria de la realidad. El enfoque sistémico mundial sufre del mismo inconveniente. Es por eso que no encontraremos nada inteligible para los «sistemaistas» del mundo sobre la conciencia de clase, el partido político y la revolución como una identidad de teoría y práctica.
En la sección anterior (click aquí para leer);hablamos sobre el hecho de que la idea fundamental leninista es la relevancia de la revolución.Es ella quien conecta principalmente a Lenin y Marx.Wallerstein, por otro lado, trata de oponerse al marxismo-leninismo.En su artículo «Lenin y el leninismo hoy y pasado mañana», llama al marxismo-leninismo la invención de los «líderes del partido soviético». En cuanto al leninismo en sí, es solo una «estrategia de apoderarse, fortalecer y retener el poder en un solo país». A continuación, se enumeran las características del partido leninista, pero ninguno de ellos habló sobre el partido como una «forma visible de la conciencia de clase del proletariado» (Lukács). Pero sobre esto ya para el próximo artículo, el cual estará dedicado al marxista húngaro.
Stanislav Retinsky, Secretario del Comité Central de la CPDPR
En la sección anterior (click aquí para leer);hablamos sobre el hecho de que la idea fundamental leninista es la relevancia de la revolución.Es ella quien conecta principalmente a Lenin y Marx.Wallerstein, por otro lado, trata de oponerse al marxismo-leninismo.En su artículo «Lenin y el leninismo hoy y pasado mañana», llama al marxismo-leninismo la invención de los «líderes del partido soviético». En cuanto al leninismo en sí, es solo una «estrategia de apoderarse, fortalecer y retener el poder en un solo país». A continuación, se enumeran las características del partido leninista, pero ninguno de ellos habló sobre el partido como una «forma visible de la conciencia de clase del proletariado» (Lukács). Pero sobre esto ya para el próximo artículo, el cual estará dedicado al marxista húngaro.
Stanislav Retinsky, Secretario del Comité Central de la CPDPR
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