Roberto R Dávila Cabrera
He podido leer en redes algunos artículos y menciones al llamado Período Especial, etapa anterior y posterior al desmerengamiento o derrumbe del socialismo europeo del antiguo campo socialista hoy inexistente hasta en el recuerdo de muchos, y desconocido por por generaciones actuales de cubanos y de muchos en el extranjero, aunque se escriba algo en el mundo académico y medios, especialmente en redes con sus campañas permanentes en contra de ese sistema europeo defenestrado para muchos, que se mantiene en la conciencia individual y social de los más viejos y de jóvenes, que se contrapone al capitalismo salvaje.
El asunto es, en las Directivas para el trabajo del Partido para ese periodo extraordinario de nuestra historia aprobadas por el Buró Político, con la visión y proyección de Fidel y el resto de los integrantes de ese organismo, con luz larga como se dice, fueron previstas las condiciones y circunstancias posibles de tener que vivir en Cuba sin renunciar al socialismo como única opción viable para nuestro pueblo sin perder la soberanía y la independencia de la Patria. Previendo vivir en el país sólo con lo que fuéramos capaces de producir, ante la imposibilidad de contar con ayuda de ningún tipo desde el exterior, solo con nuestros propios esfuerzos, como se expresó después en el contenido del concepto Revolución elaborado por Fidel.
Ante la carencia casi total de combustibles, no sólo gasolina o petróleo, sino también el de uso doméstico para cocinar alimentos, surgió la reutilización masiva de la leña donde ellos fue posible, la bicicleta, el reajuste y acondicionamiento de la fuerza de trabajo hacia lugares cercanos a sus residencias, la producción de alimentos hasta en las tierras que muchos solo utilizaban como jardines, o el uso de tracción animal para botar la basura y otros desechos. La creatividad popular estuvo siempre presente, de una a otra punta de la isla.
El fortalecimiento de nuestras opciones defensivas del país ante el peligro real de agresión directa de los yankees y de sus acólitos dieron lugar a la aprobación de documentos y reglamentos para tiempos de guerra, vigentes hasta hoy y seguro estoy que actualizados hasta donde ha sido necesario. El verde olivo de nuestros uniformes estuvo siempre presente, y los que debíamos utilizarlos siempre estuvimos listos para hacerlo, como seguro están hoy.
La expresión Opción Cero de entonces reflejaba tales realidades vividas y todos los organismos de dirección y sus integrantes, más los interesados directos, tuvieron que prepararse para esas posibilidades del desarrollo de los acontecimientos en la nación y en el exterior.
No sé como nombrarán a las circunstancias y condiciones que vivimos hoy, en variados casos, como los asuntos de combustibles, de la tierra improductiva en proporciones no aceptables, las insuficiencias de la labor de dirección como consecuencias de ajustes necesarios por la descentralización de las funciones estatales y de gobierno hacia provincias y municipios, de las que han surgido como consecuencia del surgimiento y desarrollo de las llamadas nuevas formas de gestión con la presencia de las insuficiencias estatales en el proceso de aprobación y funcionamiento de las mismas, incluidas aquellas que tienen que ver con los pagos de los tributos establecidos al Estado Socialista.
Pueden escribirse toneladas de papel sobre la corrupción, el delito, las ilegalidades y sus consecuencias físicas y mentales, así como también como de las respuestas a tales problemas, que como mínimo pueden ser catalogadas como tibias o inexistentes en la medida necesaria ante hechos que requieren presicion, claridad, inmediatez, veracidad, demostrando altos niveles de exigencia, lo que no se ve en algunos casos que se pueden mencionar.
Se publicaron los hechos del robo de toneladas de pollo, desviadas de sus objetivos, la alimentación del pueblo por las vías de distribución establecidas, pero a pesar del tiempo transcurrido desde entonces, no se saben las medidas de aplicación a los responsables directos ni quienes son.
O cuáles son las medidas aplicadas a los que evaden el cumplimiento de sus compromisos con el Estado, o de aquellos que han sido liberados de sus cargos por corrupción, desde la nación hasta las bases de nuestra sociedad.
Es preocupante que no se informe a las masas, al pueblo, sobre personas que asumen nuevas responsabilidades, ante todo, aquellas que las tenían y dejaron de tenerlas, sin explicar causas y consecuencias.
Leí en redes un razonamiento interesante, que debiera tenerse en cuenta. Porqué aparecen las caras y los nombres de los que aplican la ley y el orden en los medios de difusión, y se ocultan las de los transgresores de la ley?
Más serias son las opiniones que cada día escucho en la calle sobre las insuficiencias de nuestro Estado Socialista en cuanto a la aplicación rigurosa de la ley a quienes lo merecen, reflejándose impunidad en muchos casos, y especialmente de la falta de control oportuno para evitar que se produzcan desviaciones del camino trazado, dedicándose a apagar fuegos y no a evitar que se produzcan y sus consecuencias en pérdidas para el país y las personas. Por lo menos lo que se refleja es falta de información oportuna sobre estos temas, algunos de los cuales parecen tabú.
Hay fuertes campañas políticas e ideológicas contra nuestros dirigentes, algunas incluso con serias falta de respeto a las personas, que debían ser condenadas legalmente. También a otros que no son dirigentes, pero sí sus familiares, de los cuales se difunden tantas cosas que no se sabe si son reales o no.
Lo que más daño nos hace es actuar de forma tal que afectamos la confiabilidad y credibilidad no de personas, sino del sistema que hemos construido sobre principios y fundamentos a los cuales no se puede renunciar, porque en ello nos va la vida de la nación.
Y duele que no se den respuestas revolucionarias oportunas, tanto de esos dirigentes, como de sus familiares o de los organismos e instituciones de la revolución que debían hacerlo con total conocimiento de causa.
Estudiar y conocer la Historia es poderoso instrumento en nuestras manos para no olvidar el pasado, para transformar y construir el presente y prever el futuro.
La opción cero la vivieron nuestros mambises, muchos de la etapa de neo colonia imperial, y los cubanos de tiempos difíciles antes de los que ahora vivimos, y luchando siempre hemos sobrevivido y triunfado, aunque no hemos podido vivir en las realidades que soñamos, pero que confiamos en el futuro nuestros nuevos combatientes y continuadores sabrán lograr en la práctica, porque nuestro pueblo merece un futuro siempre mejor.
Y tanto la lucha como la creación tienen y tendrán que ser contra todo lo que interfiera y obstruya el camino trazado, sin que nos tiemble la mano ni el pensamiento que sostiene nuestras válidas razones. Y no es fácil tarea, sino muy difícil, pero lo asumimos, aunque existan muchos críticos de laboratorio de enemigos internos y externos, empeñados en derrotarnos por cualquier vía. Con mucho optimismo creo en ese futuro, y si luchamos y creamos, es segura la victoria, no lo dudes nadie.
No hay comentarios :
Publicar un comentario