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viernes, septiembre 24, 2021

Curso basico marxismo-leninismo maoismo(naxalita)-2.




Capítulo 10: Las lecciones de la Comuna de París.

La Comuna de París fue la primera vez en la historia que el proletariado alcanzó el poder y fue capaz de establecer su dominio. La Comuna no pudo consolidar su poder y fue aplastada tras un período de 72 días. Sin embargo, esta experiencia fue de una importancia histórica mundial. Durante su corta existencia, trajo consigo un punto de vista de la nueva sociedad. A través de sus ejemplos, positivos y negativos, proporcionó inconmensurables y valiosas lecciones para las clases trabajadoras de todos el mundo. Marx, en su papel de líder de la Primera Internacional, sintetiza las lecciones de esta gran experiencia para el proletariado internacional.

Las condiciones para la aparición de la Comuna de París fueron construídas por la guerra franco-prusiana de 1870-71. Esta comenzó en julio de 1870, con la orden del reaccionario emperador francés Napoleón III de llevar a cabo un ataque contra Prusia (que al unirse a otras provincias más pequeñas, se convirtió en Alemania en enero de 1871), debido a su pensamiento erróneo de que los prusianos estaban en una posición inferior. Sus ejércitos fueron rápidamente derrotados y el propio Napoleón III se rindió, siendo hecho prisionero por los prusianos en septiembre de 1870. Su rendición fue seguida de la instauración de una República dirigida por un político llamado Thiers. Thiers, en marzo de 1871, firmó un tratado de paz con los alemanes. París, sin embargo, que había sido rodeada por los ejércitos prusianos desde septiembre de 1870, no reconoció a Thiers como su gobernante. Estaba bajo el control de la Guardia Nacional de París, que estaba compuesta principalmente por trabajadores. El 18 de marzo de 1871, Thiers envió sus fuerzas armadas a desarmar a la Guardia Nacional. Entonces hubo una revuelta en la que dos de los generales franceses fueron asesinados y el ejército fue obligado a retirarse. El poder pasó a manos de la Guardia Nacional, que, en una semana, convocó elecciones y estableció un consejo constituído por 92 delegados. El consejo, que tenía un gran número de trabajadores, se convirtió en el órgano del gobierno popular. Promovió numerosas medidas progresistas para la reorganización de la vida social y administración de la ciudad, teniendo el apoyo total del pueblo trabajador. Sin embargo, la Comuna de París fue un gobierno bajo ataques constante. Por temor a la fuerza de las clases trabajadoras, los opresores franceses y alemanes se unieron inmediatamente con el fin de destruir la Comuna. Alemania ayudó directamente al gobierno provisional de Thiers, liberando una gran parte del ejército francés que se había rendido y había sido hecho prisionero en 1870. Alentado por los refuerzos, el gobierno de Thiers puso en marcha una campaña a gran escala para conquistar París. Los trabajadores lucharon con valentía, pero no eran rivales para un ejército profesional y bien equipado. Tras varios días de batalla heroica, habiendo miles de mártires, las Comuna fue aplastada el 28 de mayo de 1871. Incluso después de la reconquista de la ciudad, cerca de 30.000 Communards fueron masacrados a sangre fría. Más de 45.000 fueron sentenciados a un consejo de guerra, de los cuales muchos fueron ejecutados y otros enviados a la cárcel o al exilio. Era como si la burguesía estuviese decidida a enseñar una lección inolvidable a los trabajadores, para que nunca soñasen de nuevo con tomar el poder.

La Primera Internacional tuvo su pico más alto de apoyo popular en la época de la guerra franco-prusiana y de la Comuna de París. Tenía una amplia base de lucha entre los trabajadores y regularmente proporcionaba orientación sobre las cuestiones políticas. Cuando estalló la guerra franco-prusiana, Marx inmediatamente formuló un documento en nombre del Comité Central de la Primera Internacional. Este documento es una de las primeras aplicaciones de los principios tácticos marxistas sobre la guerra. Clamaba por la solidaridad internacional de los trabajadores al culpar a los gerentes de Francia y Alemania por la guerra. Gracias a la propaganda de la Internacional, un fuerte espíritu internacionalista apoyó a los trabajadores alemanes y franceses. De hecho, Bebel y Wilhelm Liebknecht, dos miembros del parlamento y dirigentes del partido proletario alemán, miembros marxistas de la Internacional, fueron detenidos por el gobierno prusiano por votar contra los créditos de guerra en el parlamento.


En los primeros tiempos de la guerra, Marx la definió como defensiva por parte de Alemania debido a la naturaleza reaccionaria de la agresión del régimen de Napoleón III. Sin embargo, predijo la caída de su gobernante. Cuando se hizo realidad, Marx elaboró inmediatamente un documento llamando a los obreros alemanes a oponerse a lo que se había convertido en una guerra de conquista alemana. Abogó por la paz con Francia y el reconocimiento de la nueva República. Entendió que la República era dirigida por la aristocracia financiera y por la gran burguesía. Sin embargo, consideró que sería prematuro tratar de derrocar la República y formar un gobierno de trabajadores. De hecho, Marx se opuso a cualquier acto insurreccional en París. Esto se debía a que la enemiga Alemania ya había rodeado la ciudad, habiendo pocas posibilidades de sobrevivir a cualquier insurrección debido a tales circunstancias.

A pesar de las advertencias de Marx, los activistas de diversas corrientes anarquistas y conspiracionistas, que tenían ciertos seguidores en París, trataron de organizar varios levantamientos. Cuando la insurrección realmente ocurrió, Marx, a pesar de su inicial oposición, declaró su total apoyo y dedicó su militancia a la Comuna. Inmediatamente reconoció su valor histórico y envió miles de cartas por el mundo tratando de conseguir apoyo internacional. A través de mensajeros, mantuvo contacto con los commundars, enviando consejos a los Internacionalistas miembros de la Comuna. Consultando a Engels, que era un experto en asuntos militares, envió también sus puntos de vista sobre la defensa militar de la Comuna. Aunque la dirección de la Comuna estaba en manos de miembros de otros grupos y corrientes, los miembros marxistas de la Comuna hicieron de todo para reforzar su actividad y defensa. Después de la derrota de la Comuna, la Internacional fue la principal organización que encontró refugio y ayuda en la búsqueda de puestos de trabajo para los Communards, que tuvieron que huir de la brutal represión de la burguesía francesa.

Marx, que había caracterizado a la Comuna como un acontecimiento de una colosal magnitud histórica, realizó un análisis profundo de esta para aprender las valiosas lecciones de su experiencia. Esta obra, “La guerra civil en Francia“, fue escrita durante la Comuna, pero sólo pudo ser publicada dos días después de su caída. Este trabajo sirvió para propagar los hechos y construir el enfoque correcto de la Comuna entre los revolucionarios y los trabajadores de todo el mundo.

Marx, en primer lugar, puso de relieve las principales medidas positivas y revolucionarias tomadas por la Comuna, que definiría como la incubación de la nueva sociedad. Destacó las decisiones políticas centrales como la separación entre la Iglesia y el Estado, la abolición de subsidios a la iglesia, la sustitución del ejército permanente por una milicia popular, la elección y el control de todos los jueces y magistrados, el límite salarial para todos oficiales del gobierno y haciéndolos estrictamente responsables ante sus electores, etc. Las principales medidas socioeconómicas fueron la educación general y gratuita, la abolición del trabajo nocturno en las panaderías, la cancelación de multas de los empresarios en los talleres, el cierre de las casas de empeño, la expropiación de tiendas cerradas a expensas de un control por parte de las cooperativas de trabajadores, la asistencia a los parados, las casas racionadas y ayuda a los deudores. Todas estas medidas anteriores mostraron que, sin una dirección clara para la Comuna, todas las decisiones tenían una clara orientación activa del proletariado. A pesar de estar constantemente enfrentados por su supervivencia, la Comuna, a través de sus acciones, proporcionó los primeros atisbos de qué tipo de sociedad llegaría con la venidera revolución proletaria. Trajo la experiencia pionera de los trabajadores ejerciendo el poder del Estado, lo que Marx y Engels definieron como la primera dictadura proletariado.

La Comuna, con sus defectos, también proporcionó las más valiosas lecciones para las futuras luchas de la clase obrera. Fue señalado por Marx. La debilidad de la Comuna se debió a la inexistencia de un liderazgo claro y centralizado de un único partido proletario. A partir de esto, Marx llegó a la conclusión de que para el éxito de la revolución, sería del todo necesario el liderazgo de un partido obrero fuerte, cohesionado y disciplinado. El otro punto que Marx subrayó en repetidas ocasiones era la necesidad de aplastar completamente la antigua maquinaria estatal. Con el fin de construir un nuevo Estado obrero, no se puede contar con la predecesora máquina estatal burguesa y sus viejos empleados, que estaban totalmente obligados a mantener el viejo orden social. De hecho, con el fin de construir el Estado obrero, es necesario, en primer lugar, destruir el viejo aparato estatal y deshacerse de todos los altos funcionarios asociados a este.

En el período de reacción y represión posterior a la llegada de la Comuna, hubo un considerable desorden entre las fuerzas revolucionarias, en como asimilar las experiencias y resumir las conclusiones correctas. Los anarquistas, que participaron en gran cantidad en la Comuna, estaban particularmente perdidos. El análisis de Marx ofreció una posición lúcida, aclarando todo tipo de confusión. Marx también ayudó a propagar la correcta comprensión en lo que se refiere a la Comuna alrededor del mundo. Después de la Comuna, la burguesía retrató a Marx como el verdadero líder de la Comuna, y fue incluso entrevistado por la prensa mundial. A través de estas entrevistas, Marx fue capaz de presentar las posiciones correctas para varios países. El marxismo, nuevamente, estaba proporcionando las respuestas correctas

Capítulo 11: Proliferación del Marxismo y ascensión del oportunismo.

El período posterior a la Comuna de París fue caracterizado por una violenta ofensiva reaccionaria de la burguesía contra el movimiento obrero. Este fenómeno tuvo impacto en la Primera Internacional. La sección francesa sufrió las peores agresiones, con la mayoría de sus miembros convertidos en refugiados en otros países, habiendo también severas batallas de facciones entre ellos. Del mismo modo, el movimiento obrero alemán sufrió un descenso debido a la detención de sus principales líderes marxistas, Bebel y Liebknecht, que se opusieron a la guerra y la anexión de los territorios franceses. Esto significa que dos de las secciones más importantes de la Internacional fueron duramente afectadas. Al mismo tiempo, hubo una escisión en la sección británica, con algunos líderes dejando la Internacional en oposición a las posiciones militantes de Marx en su apoyo a la Comuna. Esto, sumado a las manipulaciones políticas llevadas a cabo por los anarquistas, debilitó la Internacional. Marx y Engels decidieron trasladar el cuartel general de la Internacional de Londres a Nueva York. Esta decisión fue tomada en el Congreso de 1872. La debilitada Internacional, sin embargo, no consiguió revivir y finalmente fue disuelta en 1876.

La disolución de la Primera Internacional no8 impidió el avance del marxismo y la creación de nuevos partidos del proletariado. El período posterior a la Comuna de París contó con un período pacífico de casi 35 años, sin ninguna guerra significativa entre las principales potencias capitalistas en suelo europeo. Durante este tiempo, el movimiento obrero se expandió rápidamente en la mayoría de los países industrializados. Partidos socialistas, que tenían básicamente una composición proletaria, construyeron largas y elaboradas estructuras. Bajo su dirección, crecieron los sindicatos, los periódicos, las cooperativas de trabajadores, etc. Trabajando constantemente en la legalidad, participaron con cierto éxito en los parlamentos burgueses. Varios de estos partidos se unieron para fundar la Segunda Internacional en 1889. La fundación de la Segunda Internacional dio ánimo y estimuló el crecimiento de nuevos partidos socialistas proletarios en varios rincones del mundo.

Hasta el final de sus vidas, Marx y Engels continuaron desempeñando el papel de líderes ideológicos y organizadores prácticos de este creciente movimiento de la clase obrera. Proporcionaban constantemente avances teóricos al emergente movimiento para fortalecer sus bases. Marx se concentró en el estudio de la economía política y en los temas más profundos del estudio del capitalismo. El primer volumen de “El Capital” fue lanzado en 1867. Después de eso, Marx continuó luchando contra sus severas enfermedades con el fin de completar los volúmenes restantes de su obra. No obstante, quedaron sin terminar debido a su muerte el 14 de marzo de 1883. Engels, sin embargo, completó la monumental tarea de recoletar las notas y fragmentos de Marx, editarlas y, finalmente, publicar el segundo y el tercer volúmen de “El Capital“. De hecho, Engels realizó sustanciales aportaciones teóricas después de dedicarse integramente a este trabajo, a partir de 1869. Junto con Marx, así como de forma individual, dio a luz a numerosas obras de filosofía, teoría socialista, evolución, origen de las instituciones políticas y sociales, etc. Después de la muerte de Marx, desempeñó el papel central en la conducción y construcción del movimiento obrero en varios países. A través de una regular correspondencia, desempeñó el papel de una especie de centro que, en cierto sentido, no existía durante este período. Estas actividades se llevaron a cabo hasta el día de su muerte, el 5 de agosto de 1895.


Gran parte de las obras de Marx y Engels fueron destinadas a la lucha ideológica contra las corrientes del oportunismo, que comenzaron a ganar fuerza con el crecimiento del movimiento. Entre estas tendencias, una importante fue el lassalleanismo, que surgió durante la Primera Internacional, pero continuaría sus actividades años más tarde. Su creador, Ferdinand Lassalle, fue el fundador del primer partido socialista de la clase trabajadora, fundada en 1863 en Alemania. Los principales aspectos oportunistas del lassalleanismo eran el desaliento de los trabajadores para luchar por mejores salarios y hacer llamamientos al Estado para la ayuda gubernamental con el fin de crear cooperativas de trabajadores, en la que Lassalle veía como la principal forma de reformar la sociedad, trayendo el socialismo de forma gradual. Con el objetivo de combatir el mal entendimiento respecto a las luchas por salarios más elevados, Marx escribió su obra titulada “Salario, precio y ganancia“, presentándolo en el Consejo General de la Primera Internacional en 1865. La lucha contra el lassalleanismo, sin embargo, continuó en 1875, cuando Marx escribió la “Crítica al programa de Gotha“. El programa de Gotha fue el programa formulado en la época de la unificación de los partidos proletarios marxistas y lassalleistas de Alemania en un único partido. En aquel momento, los marxistas estaban tan interesados en la unidad que acabaron por firmar varios compromisos con las políticas oportunistas del lassalleanismo. Marx, en su obra, criticó los puntos que abogaban por políticas oportunistas. Sin embargo, la Crítica dio sólo un puñado de los principales miembros marxistas del partido alemán. En 1891, cuando un nuevo programa se está redactado, Engels insistió en la publicación de la Crítica, a pesar de la oposición de algunos líderes del partido. Esta vez, los aspectos lassalleanistas no aparecieron en el nuevo programa.

Otras corrientes oportunistas que aparecieron fueron igualmente combatidas por Marx y Engels mientras estaban vivos. Después de la muerte de Engels, uno de los mayores ataques al marxismo surgió en el mismo vientre del movimiento trabajador. Ya que la oposición directa al marxismo era muy problemática, este ataque vino de forma furtiva y camuflada, en un intento de “revisar” el marxismo. Esta tendencia, caracterizada como revisionismo, fue llevada a cabo principalmente por Bernstein, uno de los líderes del partido alemán y también de la Segunda Internacional. Presentó sus perspectivas en 1898-99 junto con el partido alemán. Bernstein defendía que, debido a los cambios en las condiciones materiales, era necesario cambiar todos los elementos básicos formulados por Marx. Propuso que no era necesario que hubiese una revolución violenta para traer el socialismo y que las reformas de las instituciones capitalistas lo traerían poco a poco. Como el oportunismo estaba creciendo dentro del movimiento de las clases obreras, el revisionismo de Bernstein logró encontrar seguidores en muchos países. Al mismo tiempo, sin embargo, varios revolucionarios auténticos se unieron a la defensa y apoyo del marxismo genuino. El debate fue retomado en el congreso de la Segunda Internacional, celebrado en 1904. El Congreso condenó el revisionismo por 25 votos contra 5, contando con 12 abstenciones. También hubo otra resolución que no condenó tan firmemente el revisionismo y no fue aprobada debido a un empate de 21 votos en ambos posicionamientos. Así, en las dos resoluciones, hubo una gran sección que apoyó o optó por no oponerse al revisionismo. A pesar de que el Congreso, en última instancia, condenó el revisionismo, se hizo evidente que en 1904 el oportunismo y el revisionismo habían construido una base sólida y sustancial en los más altos niveles del movimiento internacional de la clase obrera. La oposición al oportunismo en diversos países, sin embargo, también fue muy fuerte. Un grupo de oposicionistas particularmente fuerte, fuera de Rusia, donde los bolcheviques, bajo la dirección de Lenin, habían luchado numerosas batallas contra las variables rusas del oportunismo.

Capítulo 12: El Marxismo en Rusia: La juventud de Lenin

Rusia fue uno de los países donde el Marxismo y la literatura marxista se extendieron más temprano. Hay que recordar que la primera traducción de la principal obra de Marx, “El Capital” (“Das Kapital“), fue a la lengua rusa. La edición rusa de 1871 (cinco años después del lanzamiento de la edición original en alemán) fue un éxito inmediato, generando buenas ventas y numerosas críticas positivas en periódicos de prestigio. Su impacto fue tan grande que, en 1873-1874, frases de “El Capital” aparecieron en materiales de propaganda de movimientos estudiantiles radicales en las grandes ciudades rusas. La traducción al ruso de otros trabajos marxistas también fue adoptada rápidamente por revolucionarios rusos atraídos por el Marxismo.

Una de estas revolucionarias fue Vera Zasúlich, una mujer conocida por su intento de asesinato contra el gobernador de San Petersburgo. Comenzó a cartearse con Marx en 1881, y después de su muerte mantuvo el contacto con Engels. En 1883 se unió a la primera organización marxista rusa, el Grupo para la Emancipación del Trabajo, liderado por Georgi Plejanov. Plejanov participó en el 1º Congreso de la Segunda Internacional, en 1889, en el cual se encontró con Engels por primera vez. Después de este encuentro, Plejanov continuó manteniendo contacto y recibiendo consejos de Engels.

Plejanov tuvo un papel fundamental en la consolidación del marxismo en Rusia. Tradujo y popularizó muchas obras de Marx y Engels. Mientras combatía las visiones anarquistas y socialistas campesinas de los Narodniks, también hacía importantes contribuciones teóricas al Marxismo. En aquella época, Rusia estaba bajo el régimen tiránico del Zar contra el que muchos revolucionarios independientes y organizados ya llevaban a cabo actividades. Sin embargo, muchas de estas organizaciones tendían al anarquismo y al terrorismo. Plejanov y el Grupo para la Emancipación del Trabajo fueron cruciales en la conversión de amplios sectores de estos grupos al marxismo. Sin embargo, Lenin, que más tarde se convertiría en socio de este grupo, vino a ser la figura más destacada y la que propulsó el Marxismo y el movimiento proletario como un todo.

Lenin era el nombre de partido de Vladimir Ilich Ulianov, nacido el 22 de abril de 1870, en la ciudad de Simbirsk, capital de la provincia del mismo nombre. Simbirsk estaba situada en las orillas del río Volga, el mayor río de Rusia. Incluso siendo una capital de provincia, la comunicación con el mundo exterior era difícil. No había ningún tren y el principal medio de transporte eran los barcos de vapor que iban y venían en el río Volga. Durante el invierno, incluso ese movimiento cesaba, ya que el río estaba congelado y los viajes largos terminaban siendo hechos a caballo.


El padre de Lenin era un hombre de buena educación que había ascendido del campesinado a la enseñanza a través de un trabajo muy duro. Fue maestro, inspector de escuelas, y llegó finalmente a ser director de las escuelas primarias de la provincia de Simbirsk. También le fue concedido el noble título de Asesor Civil en 1874. Murió en 1886. La madre de Lenin era hija de un médico rural, y, sin haber podido asistir a la escuela, fue educada en casa. Se desenvolvía bien en varios idiomas, los cuales enseñó a sus hijos. Murió en 1916. La pareja tuvo ocho hijos, dos de los cuales murieron en la infancia y un tercero en la adolescencia. Lenin fue el cuarto hijo. Todos sus hermanos y hermanas crecieron para convertirse en revolucionarios.

Lenin fue el más influenciado por su hermano mayor Alexander. Alexander era un estudiante brillante y medallista de oro en la Universidad de San Petersburgo (ciudad capital del Imperio Ruso). Fue miembro de los círculos secretos de estudio de la juventud revolucionaria de San Petersburgo y lideró la propaganda política entre los trabajadores. Ideológicamente, se situaba entre los Narodniks y el Marxismo. Alexander fue detenido en 1887 junto con su hermana mayor, Anna, además de otros camaradas, debido a un intento de asesinato contra el Zar. Anna fue puesta en libertad y expulsada de San Petersburgo. Alexander, por ser el líder del grupo, fue condenado a la horca el 8 de marzo de 1887, junto con cuatro de sus camaradas. Con tan solo 17 años de edad, Lenin juró vengar el martirio de su hermano.

Lenin fue un estudiante modelo desde su juventud, y poseía un método sistemático de estudio. A diferencia de los otros estudiantes, nunca hacía sus trabajos a última hora. Al contrario, se preparaba un borrador inicial y continuaba haciendo notas, adiciones y cambios constantemente antes de llegar a la versión final. Lenin poseía un alto nivel de concentración y no hablaba con nadie que lo interrumpiese mientras estudiaba. Era un gran admirador de su hermano y de joven trató de imitar todo lo que hacía Alexander. Un mes después de que su hermano fuese ahorcado, a pesar de la severa tensión y el dolor, Lenin tuvo que enfrentarse a sus exámenes finales de la escuela. En los que ganaría la medalla de oro al mejor estudiante.

A pesar de la medalla, Lenin no consiguió entrar en las universidades de Petersburgo y de Moscú debido a su parentesco con el conocido revolucionario. Sólo consiguió ser admitido en la pequeña Universidad de Kazan. Sin embargo, en menos de tres meses fue expulsado de la ciudad de Kazán por participar en una protesta contra las nuevas regulaciones que limitaban la autonomía de las universidades y la libertad de los estudiantes. El policía que escoltó a Lenin hasta los límites de la ciudad trató de convencerle de que estaba frente a un muro infranqueable, un camino sin retorno. Lenin respondió que este muro estaba en descomposición y que caería de un sólo golpe. Al año siguiente, 1888, Lenin volvió a ser aceptado en la ciudad, pero no fue readmitido en la universidad. Fue entonces cuando se unió a los círculos secretos de estudio del Marxismo.

En este período, y posteriormente, cuando su familia se trasladó a la provincia de Samara, Lenin pasó gran parte de su tiempo leyendo y estudiando. Además de leer las obras de los revolucionarios rusos, Lenin, a los 18 años, empezó a leer muchas obras de Marx y Plejanov. En poco tiempo comenzó a difundir su conocimiento del Marxismo. Primero en Anna, su hermana mayor, y más tarde en pequeños grupos de estudio que organizaba con amigos. Lenin también tomó los hábitos de la natación, el esquí, el montañismo y la caza.

Al mismo tiempo, su madre intentaba que lo readmitiesen en la universidad. A pesar de sus esfuerzos, fue rechazado de nuevo en Kazán. También le negaron el pasaporte extranjero para poder estudiar en el exterior. Después de muchos intentos, Lenin fue finalmente aceptado como alumno externo de Derecho en la Universidad de San Petersburgo en 1890. La condición de estudiante externo le permitió hacer pruebas, pero no asistir a clases. Lenin estaba decidido a terminar el curso al mismo tiempo que sus amigos de Kazan, así que se puso a estudiar solo vorazmente. Después de un año terminó el curso, un curso que normalmente se realiza en cuatro años. En las pruebas finales de 1891 recibió las puntuaciones más altas del curso, que le otorgaron un diploma de primera clase. En enero de 1892 fue aceptado como abogado y empezó a ejercer en el Tribunal Regional de Samara.

Lenin, sin embargo, estaba poco interesado en la práctica de la ley. Había acumulado contactos marxistas, mientras realizaba sus pruebas en San Petersburgo, y de esa forma adquirió una buena cantidad de literatura marxista. En Samara, Lenin pasó gran parte de su tiempo dando clases en círculos ilegales de estudio. También fundó el primer círculo de estudios marxistas en Samara. La provincia era considerada el centro de los Narodniks, por lo que Lenin concentró sus energías en la lucha contra la ideología Narodnik de la época, que ya se había transformado en liberalismo. Al mismo tiempo, albergaba un gran respeto por los heróicos revolucionarios Narodniks de la década de 1870, muchos de los cuales todavía vivían en Samara después de retirarse de la política. De ellos, Lenin estaba siempre dispuesto a aprender sobre trabajo revolucionario, técnicas secretas y también sobre el comportamiento de los revolucionarios en los interrogatorios y juicios. Fue en Samara que llevó a cabo sus primeros escritos, los cuales circulaban en los grupos de estudio. Además de traducir el “Manifiesto Comunista” al ruso. Las actividades e influencia de Lenin comenzaron a extenderse más allá de Samara a otras provincias de la región del Volga.

Después de desarrollar opiniones sólidas, Lenin quería ahora aumentar el alcance de su trabajo revolucionario. Con esto en mente, se trasladó a San Petersburgo en agosto de 1893, ciudad que se había convertido en un importante centro industrial con una enorme cantidad de trabajadores. De forma anónima, consiguió un empleo de abogado asistente de un defensor público. Tenía poco trabajo legal y se concentraba en actividades revolucionarias. Lenin se convirtió rápidamente en la figura que trajo vida nueva a los numerosos grupos de estudio de San Petersburgo, influyendo también en Moscú. Además de dar clases a los círculos, también estaba interesado en aprender cada detalle de la vida de los trabajadores. En los círculos convenció a gran parte de los revolucionarios para intercambiar propaganda selectiva entre pequeños grupos (similares a las clases de educación política) a través de la agitación de masas en medio de las multitudes de trabajadores.

Fue durante este período que conoció a su futura esposa, Krupskaya, que ya había tenido contacto con el Marxismo y, en aquel momento, estaba yendo a clases nocturnas, sin remuneración, en una escuela para trabajadores. Muchos de ellos, incluso, ya se habían convertido en estudiantes en los círculos de Lenin. Personalmente, siempre estaba dispuesto a conocer la vida y las condiciones de trabajo de los obreros de Petersburgo. Cuando Lenin enfermaba, Krupskaya solía visitarlo, y dicha amistad se convirtió gradualmente en amor.

Lenin continuó expandiendo sus contactos por muchas otras ciudades rusas. En febrero de 1895, un encuentro de grupos de estudio de varias ciudades decidió enviarlo al extranjero para mantener contacto con el Grupo para la Emancipación del Trabajo. Su primera visita a Europa fue en abril y hasta septiembre de 1895. Durante este período conoció a Plejanov y a Axelrod del Grupo para la Emancipación del Trabajo, entre otros líderes de las organizaciones clasistas alemanas y francesas. A pesar de desear haber conocido a Engels, este ya estaba en su lecho de muerte.

A su regreso a Rusia, Lenin unió a todos los círculos marxistas de S. Petersburgo en una gran organización política llamada Liga de la Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera. La Liga comenzó inmediatamente a preparar agitaciones y huelgas en las grandes fábricas de la ciudad. También hizo planes para publicar una revista ilegal de los trabajadores. Esta idea, sin embargo, no se materializó. La policía secreta mantenía a Lenin bajo vigilancia y finalmente logró detenerlo con la ayuda de un informante. Esta vez, la policía tenía pruebas. Fue detenido en diciembre de 1895, junto con el manuscrito de la primera edición de la revista ilegal, y enviado a la cárcel.

Incluso en prisión, Lenin logró mantener un estrecho contacto con sus camaradas de fuera. Su madre y su hermana Anna le llevaron varios libros, en los que Lenin metía cartas escritas en un lenguaje codificado que le había enseñado a su hermana. Lenin también escribía cartas usando leche, que servía como tinta invisible y sólo podía ser leída después de calentar el papel. Usaba pan negro como tintero, porque de esa manera podía engullirlo rápidamente si un guardia se acercaba. Desde la cárcel, Lenin escribía panfletos y dirigía huelgas, las cuales estaban en aumento en Rusia en el año 1896. Llegó a ser conocido como el verdadero líder de la Liga. Al mismo tiempo, comenzó a trabajar en su primera gran obra, la obra “El desarrollo del capitalismo en Rusia“. Estudiando intensamente desde la mañana hasta la noche, Lenin se mantenía en forma haciendo ejercicios físicos antes de acostarse.

Después de un año detenido, Lenin fue puesto en libertad, pero condenado a tres años de exilio en Siberia, donde llegó en mayo de 1897. Al mismo tiempo, Krupskaya también fue detenida, y Lenin le propuso matrimonio mientras estaba en Siberia. Ella simplemente dijo, “Si mi destino es ser tu esposa, entonces que así sea“. Se le permitió unirse a él en Siberia, donde llegó en mayo de 1898. Lenin pasó la mayor parte de su tiempo mejorando el trabajo teórico. Con la ayuda de Krupskaia, tradujo el libro inglés titulado “Democracia Industrial“. También terminó su trabajo sobre el desarrollo del capitalismo en Rusia, que fue publicado legalmente en 1899. Pronto comenzó su lucha contra los economicistas, una tendencia oportunista ligada al revisionismo bernsteiniano, mencionado en el capítulo anterior. Esto lo llevó a escribir ampliamente sobre cuál debería ser el programa y las tareas inmediatas de la revolución rusa. Al salir del exilio en 1900, Lenin comenzó a trabajar en estas areas. 

Capítulo 13: Lenin y el Partido Comunista de nuevo tipo.

La cuestión más urgente cuando Lenin dejó el exilio, fue construir un verdadero Partido Proletario revolucionario. El Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) fue formalmente establecido en un Congreso realizado en 1898 por 9 delegados. Sin embargo, el Comité Central elegido en el Congreso fue detenido repentinamente. La bandera del partido anunciada en el Congreso, de unificar todos los grupos y construir un solo partido estructura organizada, no fue cumplida. Así, en 1900, esta tarea estaba pendiente.

El plan de construir el partido fue elaborado en detalle durante el exilio. Lenin sintió que la clave para esto sería la creación de un periódico para todos los rusos. Lenin propuso que la única forma de organización política y organizativa de unir a los ciclos y grupos de estudios marxistas sería a través de este periódico. Este periódico sería capaz de unir políticamente a las diversas células del partido en toda Rusia, presentando la línea correcta y luchando contra todo tipo de desvíos oportunistas. Sin embargo, la tarea más difícil de distribuir clandestinamente el periódico, sería crear una organización clandestina capacitada para enfrentar el represivo servicio militar ruso. Lenin se proponía, en primer lugar, poner en marcha su plan antes de la convocatoria del Congreso del POSDR, ya que esto también era necesario en la lucha contra el oportunismo y el revisionismo que surgió en el movimiento a lo largo de años.

El plan de Lenin había sido discutido y aprobado por la Liga de la Lucha en varias ciudades rusas y en la conferencia de los socialdemócratas, la cual organizó para discutir este plan. Sus principales aliados en este plan eran Martov y Postresov, miembros del grupo central de San Petersburgo, con el que había sido exiliado a Siberia en la misma época. El plan era publicar el periódico primero en el extranjero, ya que era demasiado peligroso publicarlo en Rusia. Lenin también planeaba para este fin unirse al Grupo para la Emancipación del Trabajo de Plejánov, que ya existía en el extranjero. Las directrices editoriales requerían de seis miembros -tres del Grupo para la Emancipación del exterior y tres de Rusia-, Lenin, Martov y Postresov. Después de todos los preparativos, la primera edición del periódico salió en diciembre 1900.

Fue llamado “Iskra“, que significa Chispa. Este título llevaba las palabras de la primera burguesía revolucionaria rusa de 1825, “Una chispa puede encender la llama“. “Iskra” fue publicado en varios países y en varias épocas, Alemania, Inglaterra y Suiza. Jamás fue enviado directamente a Rusia, sin embargo, fue transferido hasta ser alcanzado por el comité secreto de “Iskra” en Rusia. Los distribuidores tenían muchas dificultades ante la policía secreta, y si los colaboradores de “Iskra” fuesen, por casualidad, atrapados, serían desterrados a Siberia inmediatamente. “Iskra” fue un buen punto de partida para la educación de la clase obrera con lecturas y grupos de estudio que consistían principalmente en artículos del periódico. Los militantes de “Iskra” aprovechaban todas las oportunidades que tenían para distribuir el periódico en secreto. Estos se distribuían no sólo en fábricas, sino también en las calles, en los teatros, en los cuarteles del ejército y a través de correos. En las grandes ciudades eran ampliamente difundidos a través de las calles y de los salones de teatros. En los lugares de trabajo eran distribuidos a altas horas de la noche o por la mañana temprano, almacenados en los patios de las fábricas y cerca de las bombas de agua, donde serían vistos por la mañana. En las pequeñas ciudades y pueblos, los panfletos del “Iskra” eran llevados en carrozas de campesinos en los días de mercado y colocados en las paredes. Todo esto era un trabajo peligroso y si era descubierto podría ser interceptado y sus colaboradores serían detenidos y enviados a Siberia. Los camaradas que participaban en este trabajo comenzaron lentamente a construir el núcleo de revolucionarios profesionales, núcleo que en la planificación de Lenin fue una de las bases en la construcción del Partido Comunista.


En cuanto a la estructura y composición del propio partido, Lenin consideró que este debería constar de dos partes: a) círculo cerrado de trabajadores dirigentes del partido, revolucionarios principalmente profesionales, es decir, trabajadores del partido libres de toda ocupación, excepto del trabajo del partido que requería el mínimo necesario de conocimiento teórico, experiencia política, práctica organizativa y experiencia en enfrentar y combatir la policía zarista; y b) Una extensa red de partidos y organizaciones locales y un gran número de miembros de partidos aprovechando la simpatía y el apoyo de cientos de miles de trabajadores. Todo el proceso de construir tal partido vino de la ayuda del “Iskra“, Lenin dio la dirección de este proceso a través de libros y artículos. Especial significado tienen los escritos “¿Por dónde empezar?“, “¿Qué hacer?” y “Carta a un camarada sobre cuestiones de organización“. En estas obras explora la ideología y la organización central del Partido Comunista.

A pesar de las cuestion organizativas, la lucha contra los economicistas fue una gran batalla librada por Lenin. Éstos querían restringir el POSDR simplemente a la lucha económica de los trabajadores. Su fuerza había crecido en Rusia durante el período en el que Lenin estuvo en el exilio, y se dio cuenta de que este economicismo debería ser ideológicamente derrotado antes de la convocatoria del Congreso del Partido. Lanzó un ataque directo a través de su libro “¿Qué hacer?“. Lenin expuso cómo la visión de los economicistas significaba ceder a la espontaneidad del movimiento de la clase trabajadoras, dejando de lado toda conciencia y el papel de liderazgo del partido. Mostró como esto llevaría la esclavitud de la clase obrera al capitalismo. Mientras manchaban el marxismo, los economicistas querían convertir el partido revolucionario en un partido reformista. Lenin también demostró como los economicistas eran, en realidad, representantes rusos del oportunismo que tendían al revisionismo de Bernstein. El libro de Lenin fue ampliamente distribuído en Rusia, consiguiendo derrotar definitivamente el economicismo. Esto también estableció los principios que más tarde serían pilares de la cimentación ideológica del Partido Bolchevique.

El nacimiento de la fracción bolchevique dentro del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso en el segundo Congreso del Partido ocurrió en julio/agosto de 1903. El principal debate en el Congreso fue en relación a cual debería ser la naturaleza del partido y también quien debería formar parte del mismo. Lenin tenía en mente una fuerte, eficaz y revolucionaria concepción de la organización, basada en el propósito de que todos los miembros del partido deberían trabajar en organizaciones partidarias. Martov, por el contrario, tenía como modelo el vago funcionamiento de partidos legales, lo que se hizo común en la Segunda Internacional en la época. Martov propuso también eliminar el criterio de aceptación, permitiendo así que cualquiera que aceptase el programa del partido y lo apoyase financieramente pudiera ser elegido dentro el mismo. También estaba preparado para unir al partido a cualquier simpatizante. En la votación de su proposición la mayoría estaba con Martov. Sin embargo, más tarde, cuando algunos grupos oportunistas salieron del Congreso, la mayoría se puso del lado de Lenin. Esto se reflejó en las elecciones al Comité Central y a la cúpula editorial del “Iskra“, que entonces apoyaron las propuestas de Lenin. Las diferencias entre los dos grupos, con todo, se mantuvieron firmes y persistieron incluso después del Congreso. Dado que los seguidores de Lenin recibieron el mayor número de votos en las elecciones en el Congreso, fueron llamados bolcheviques (que significa “mayoría” en ruso). Los adversarios de Lenin, que recibieron la minoría de los votos, fueron llamados mencheviques (que significa “minoría” en ruso).

Inmediatamente después del Congreso, los mencheviques llevaron a cabo actividades manipuladoras y divisionistas. Esto generó tremendas confusiones. Con el fin de terminar con tales confusiones, Lenin, en mayo de 1904, publicó entonces su famoso libro, “Un paso adelante, dos pasos atrás“, que era un análisis detallado de la lucha interna del partido, tanto durante, como después del Congreso, y sobre esa base explicó los principales principios organizativos de un Partido Comunista, que más tarde se transformaron en las bases organizativas del partido bolchevique. La circulación de este libro trajo a la mayoría de las organizaciones locales del partido al lado de los bolcheviques. Apesar de eso, los órganos centrales y el Comité Central pasaron a las manos de los mencheviques, que estaban decididos a derrotar las decisiones del Congreso. Los bolcheviques se vieron entonces obligados a formar su propio comité, y comenzaron su propio órgano organizacional. Los dos grupos también comenzaron a hacer preparaciones separadas para organizar sus propios congresos y conferencias. Esto sucedió en 1905. La división del partido en dos fue entonces completa. Los fundamentos, sin embargo, ya habían sido expuestos para la construcción de un verdadero partido revolucionario, el Partido Comunista de Nuevo Tipo.

Capítulo 14: La Revolución Burguesa Rusa de 1905: Desarrollo de las tácticas proletarias.

La división en el POSDR se produjo en un momento de grandes cambios en la situación mundial. El período de 35 años de paz en Europa entre los países capitalistas fue roto con una serie de guerras. La era del imperialismo había comenzado y las nuevas potencias imperialistas comenzaron la lucha por el nuevo reparto del mundo. Estas potencias entraron en una serie de guerras regionales a causa de esto. Una guerra importante entre estas potencias fue la guerra ruso-japonesa de 1904-1905. Estas guerras regionales eran sólo una manera en la que las potencias imperialistas se preparaban para el nuevo reparto del mundo con la Primera Guerra Mundial de 1914-1918.

En este mismo período hubo un nuevo estallido de revoluciones. El sitio con la más alta incidencia de estas revoluciones fue en el Este de Europa y en Asia. La primera de ellas fue la revolución burguesa rusa de 1905, que fue seguida por la revolución turca, persa y la revolución burguesa en China. La más importante de estas revoluciones, desde el punto de vista de la proletariado y del desarrollo de las tácticas revolucionarias marxistas, fue la revolución rusa 1905. El punto de partida de esta revolución fue la guerra ruso-japonesa.

La guerra ruso-japonesa, que comenzó el 8 de febrero de 1904, terminó con la derrota del zar y un tratado de paz humillante el 23 de agosto de 1905. Los bolcheviques adoptaron una posición revolucionaria para la guerra, oposición a su propio gobierno y oposición a cualquier falsa noción de nacionalismo o patriotismo. Su enfoque fue el de que la derrota del zar sería útil, ya que debilitaría el zarismo y fortalecería la revolución. Esto es lo que realmente ocurrió. La crisis económica de 1900-1903 ya había agravado las dificultades de las masas trabajadoras. La guerra intensificó aún más este sufrimiento. Mientras la guerra continuaba y las fuerzas armadas rusas se enfrentaban a derrota tras otra, el odio del pueblo contra el zar aumentó. El pueblo reaccionó con la gran revolución de 1905.


El movimiento histórico se inició con una gran huelga dirigida por los bolcheviques, de los trabajadores del petróleo de Bakú, en diciembre de 1904. Esta fue la “señal” para una ola de huelgas y acciones revolucionarias en toda Rusia. En particular, la chispa de la tormenta revolucionaria fue el fusilamiento indiscriminado por parte de las fuerzas del zar contra un grupo de trabajadores, que protestaban desarmados en San Petersburgo, el 22 de enero de 1905. El intento del zar de aplastar a los trabajadores violentamente inspiró una respuesta aún más feroz de las masas. El conjunto de 1905 fue un período creciente del poder político de los trabajadores, la toma de granos de los terratenientes por los campesinos, e incluso una revuelta de los marineros rusos, del barco Potemkin, mostraban este crecimiento. El zar trató de desviar la lucha dos veces, ofreciendo por primera vez una “consulta popular” y, luego, un “medio legal”: la Duma (la Duma es el parlamento ruso). Los bolcheviques rechazaron las dos propuestas, mientras que los mencheviques decidieron participar en la Duma. El punto álgido de la revolución fue entre octubre y diciembre de 1905. Durante este período, el proletariado, por primera vez en la historia del mundo, creó los Soviets de Diputados Obreros, que eran asambleas de delegados de todas las fábricas y empresas. Los soviets fueron el embrión del poder revolucionario, y se convirtieron en el modelo para el poder soviético, creador después de la revolución socialista de 1917. Con una fuerte acción política en toda Rusia en octubre, las luchas revolucionarias continuaron subiendo hasta que se produjeron los levantamientos armados dirigidos por los bolcheviques en diciembre en Moscú, y otras ciudades y nacionalidades en todo el país, fueron brutalmente aplastadas y la marea de la revolución comenzó a recular. La revolución sin embargo no fue aplastada, y los obreros y campesinos revolucionarios recularon lentamente, siempre luchando con el viejo Estado. Más de un millón de trabajadores participaron en huelgas en 1906 y 740.000 en 1907. El movimiento campesino abrazó cerca de la mitad de los distritos de la Rusia zarista en la primera mitad de 1906, y alrededor de una quinta parte en la segunda mitad del año. Mientras, la cresta de la revolución había pasado. El 3 de junio de 1907, el zar llevó a cabo un golpe de estado, disolvió la Duma que había creado, y retiró incluso hasta los derechos limitados que se había visto obligado a conceder durante la revolución. Un período de intensa represión bajo el primer ministro zarista, Stolypin, llamada reacción Stolypin, comenzaba. Periodo que se prolongó hasta la próxima ola de huelgas y luchas políticas en 1912.

A pesar de que la revolución de 1905 había sido derrotada, sacudió los cimientos del régimen zarista. En el corto espacio de tres años, la clase obrera y el campesinado ganaron una rica educación política. Fue también el período en el que bolcheviques, debido a su práctica, hicieron correcciones y desarrollaron mejor su comprensión revolucionaria en cuanto a la estrategia y a la táctica del proletariado. Fue en el transcurso de esa revolución que el entendimiento bolchevique respecto a los amigos y enemigos de la revolución, a las formas de lucha y a las formas de organización quedó firmemente establecido.

Los bolcheviques y mencheviques tuvieron una comprensión opuesta de todas las cuestiones anterioremente mencionadas. La comprensión menchevique era la comprensión reformista y legalista que había crecido en muchos miembros de la Segunda Internacional. Se basaba en el entendimiento que la revolución rusa, siendo una revolución burguesa, tenía que ser conducida por la burguesía liberal, y, por lo tanto, el proletariado no debería tomar medida alguna que asustase a la burguesía y la llevase a los brazos del zar. Y la comprensión bolchevique, por otra parte, fue la comprensión revolucionaria de que el proletariado no podía esperar que la burguesía liderase la revolución y tendría que tomar él mismo el liderazgo de la revolución. Fue sobre esta base revolucionaria que los bolcheviques desarrollaron su comprensión sobre todas las demás cuestiones estratégicas y tácticas importantes de la revolución.

Así, los bolcheviques convocaron al pueblo a continuar y aumentar la revolución y derrocar al zar mediante la insurrección armada; los mencheviques intentaron controlar la revolución dentro de un marco pacífico y trataron de reformar y mejorar el zarismo; los bolcheviques llamaban al liderazgo del proletariado, el aislamiento de la burguesía liberal y una fuerte alianza con el campesinado; los mencheviques aceptaron una alianza con la dirección de la burguesía liberal y no consideraron al campesinado como una clase revolucionaria que debía ser aliada. Los bolcheviques estaban dispuestos a participar en un gobierno revolucionario provisional que se formase en base a la revuelta del pueblo victorioso y llamó al boicot de la Duma ofrecida por el zar; los mencheviques estaban dispuestos a participar en la Duma y propusieron que ésta se convirtiese en el centro de las “fuerzas revolucionarias” del país.

La comprensión menchevique no era un ejemplo aislado de una tendencia reformista. De hecho, la comprensión menchevique estaba completamente representada por las posiciones de los principales partidos y líderes de la Segunda Internacional en aquella época. Por lo tanto, Lenin y los bolcheviques no sólo estaban luchando contra el reformismo de los mencheviques, sino también contra la comprensión reformista que entonces dominaba a los llamados partidos marxistas de la Internacional. Las formulaciones de Lenin eran una continuación y desarrollo de la comprensión revolucionaria de Marx y Engels. Fue un mayor desarrollo de las tácticas revolucionarias marxistas aplicadas en las nuevas condiciones provocadas por la nueva fase del capitalismo, el imperialismo. Lenin sintetizó estas tácticas en muchos escritos durante el curso de la revolución, y, en particular, en su libro, “Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática“. Este libro escrito en julio de 1905, después de que los bolcheviques y los mencheviques se separaran en el Congreso del POSDR, sacó a la luz las diferencias en la estrategia y en la táctica propuestas por los dos grupos.

Los principios tácticos fundamentales presentados por Lenin en esta y otras obras son:

1) El principio táctico más fundamental en el que se basan todos los escritos de Lenin es que el proletariado puede y debe ser el líder de la revolución democrático-burguesa. Y para hacer esto eran necesarias dos condiciones. En primer lugar, era necesario que el proletariado tuviese un aliado que estuviese interesado en una victoria decisiva sobre el zarismo y que estuviese dispuesto a aceptar la dirección del proletariado. Lenin consideraba que el campesinado era ese aliado. En segundo lugar, era necesario que la clase que estaba luchando contra el proletariado por dirigir la revolución (la burguesía liberal), fuese forzada a salir de la lucha por el liderazgo y al aislamiento. Así, la esencia fundamental del principio táctico de Lenin, la dirección del proletariado, significaba, al mismo tiempo, la política de alianza con el campesinado y el aislamiento de la burguesía liberal.

2) En los que respecta a las formas de lucha y de organización, Lenin consideraba que el medio más eficaz para derrocar al zarismo y fundar una república democrática era un levantamiento armado victorioso del pueblo. Llevando esto a la práctica, Lenin llamó a las masas a las huelgas políticas y al continuo armamento de los trabajadores. También reclamó la jornada de trabajo de 8 horas y otras demandas inmediatas para la clase obrera, alcanzando estas medidas de una forma revolucionaria al ignorar las autoridades y las leyes zaristas. De la misma forma, defendió la formación de comités revolucionarios de campesinos para lograr cambios como la apropiación de la tierra de una manera revolucionaria. Básicamente, tácticas para desprestigiar a las autoridades, paralizando la máquina estatal del zar y lanzándose a la iniciativa las masas. Esto llevó a la formación de comités de huelga revolucionarios en las ciudades y en el campo (a través de los comités revolucionarios de campesinos), que más tarde evolucionaron en los Soviets de diputados obreros y Soviets de Diputados Campesinos.

3) Lenin consideró también que la lucha revolucionaria no debía detenerse tras la victoria de la revolución burguesa y la fundación de la república democrática. Propuso que era deber del partido revolucionario hacer todo lo que fuese posible para que la revolución democrática burguesa fue seguida de la revolución socialista. De esta manera estaba dando forma concreta al concepto de revolución ininterrumpida de Marx.

Estos principios tácticos se convirtieron en la base para la práctica bolchevique durante el período siguiente. Dirigieron la victoria del proletariado en la revolución de octubre de 1917 y el establecimiento del primer Estado por el proletariado.

Capítulo 15: Primera Guerra Mundial: Oportunismo vs Tácticas revolucionaria.

Los albores del imperialismo desde el cambio de siglo trajeron consigo las guerras de las potencias imperialistas por capturar colonias. Un ejemplo fue la guerra Ruso-Japonesa, que fue mencionada en el capítulo anterior. Esta guerra se llevó a cabo debido a que tanto Rusia como Japón querían ejercer el control de Manchuria en el norte de China y Corea. Comenzaron a estallar guerras similares, para capturar o recapturar colonias, en varias partes del mundo. Se hizo crucial para el movimiento proletario internacional adoptar la posición revolucionaria correcta sobre las cuestiones del colonialismo y de la guerra. Estas cuestiones, por lo tanto, tomaron fuerza en los Congresos de la Segunda Internacional.

Sin embargo, el oportunismo se había extendido ampliamente, hasta entonces, dentro de los partidos de la Segunda Internacional. Muchas de las principales secciones de los partidos de los países imperialistas habían comenzado, de hecho, a adoptar el punto de vista de la burguesía sobre varias cuestiones políticas cruciales. Esto se vio claramente en el Congreso de 1907 de la Segunda Internacional, donde las cuestiones del colonialismo y de la guerra fueron retomadas.

Sobre la cuestión del colonialismo, el órgano dirigente del Congreso -la comisión del Congreso- adoptó una resolución sobre la política colonial y la llevó al cuerpo general para su aprobación. Esta resolución, al tiempo que criticaba la política colonial de la burguesía, no rechazaba totalmente el principio de captura de colonias. Y, de hecho, argumentaban que bajo un régimen socialista, podría ser de “interés de la civilización” la captura de colonias. Tal posición, abiertamente imperialista, de estos llamados marxistas, fue fuertemente impugnada por los revolucionarios del cuerpo general, y la resolución fue derrotada por un pequeño margen de diferencia, 127 votos a 108.

Sobre la cuestión de la guerra se vio un oportunismo similar de la dirección. Bebel, un líder conocido y un estrecho colaborador y seguidor de Marx y Engels, preparó la resolución. La resolución, sin embargo, era vaga, sin ningún rumbo o curso de acción específica que debería ser adoptada por los miembros en caso de guerra. De nuevo, esta resolución fue fuertemente impugnada por los revolucionarios, particularmente por Rosa Luxemburgo de Alemania y Lenin. Estos propusieron un cambio que dio una dirección clara para los miembros de la Internacional, luchar para prevenir la guerra, luchar para poner fin a la guerra rápidamente en el caso de que se iniciase y hacer pleno uso de la crisis económica y política en caso de guerra para despertar al pueblo y hacer agitación y propaganda de la revolución. Esta fue una continuación de la posición proletaria y revolucionaria sobre la guerra que Marx ya había claramente establecido. Dado que los oportunistas no pudieron oponerse abiertamente a este entendimiento, la resolución fue aprobada por el Congreso. Como el peligro de guerra se aproximaba, alrededor de 1910 y 1912, los Congresos de la Internacional discutieron y aprobaron nuevamente resoluciones en relación con la guerra. Decidieron que todos los socialistas en el Parlamento deberían votar en contra de los créditos de guerra. También repitieron en sus resoluciones la redacción de la enmienda propuesta en 1907 por Rosa Luxemburgo y Lenin.


Sin embargo, el oportunismo que había en la Segunda Internacional era tan grande que la mayoría de los líderes que aprobaron estas resoluciones no tenían absolutamente ninguna intención de mantener estas decisiones. Esto se vio cuando la Primera Guerra Mundial estalló realmente en julio-agosto de 1914. El Partido Socialdemócrata de Alemania, que fue el líder indiscutible de la Segunda Internacional, abrió el camino. Los burócratas de los sindicatos, en lugar de tratar de despertar a los trabajadores contra la guerra y por la revolución, llegaron inmediatamente al acuerdo con los patronos de no hacer huelgas. En la reunión del partido caucus (fracción), que se celebró antes de la votación parlamentaria sobre los créditos de guerra, la gran mayoría votó a favor de la guerra. Sólo un puñado de revolucionarios dirigidos por Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo se opusieron. Kautsky, que en la época era el principal líder ideológico de la Segunda Internacional, se abstuvo. De este modo, el 4 de agosto de 1914, el Partido Socialdemócrata de Alemania dejó de lado todas las resoluciones anteriores del Congreso de la Internacional y votó en unanimidad en el Parlamento por apoyar la guerra imperialista. Para el proletariado revolucionario, la Segunda Internacional dejó de existir a partir de esa fecha. El partido Alemán fue seguido inmediatamente por la mayoría de los socialistas en Francia, Gran Bretaña, Bélgica y otros países. La Segunda Internacional terminó dividida con los partidos socialchovinistas en guerra unos contra otros.

Los bolcheviques eran prácticamente el único partido en defender las resoluciones contra la guerra. En el contexto de la derrota total de los dirigentes de la Segunda Internacional sobre el oportunismo, residió en Lenin y los bolcheviques la tarea de apoyar e implementar la posición marxista correcta sobre la Primera Guerra Mundial. Lenin presentó inmediatamente los escritos que demostraban esta comprensión correcta. El Comité Central del POSDR (Bolchevique) llamó a “transformar la guerra imperialista en guerra civil” y construir una nueva Tercera Internacional en lugar de la Segunda Internacional. Lenin comenzó el proceso de construcción de la Tercera Internacional uniendo todas las fuerzas de izquierda antiguerra. A pesar de que estas fuerzas habían celebrado conferencias desde de 1915, todavía había mucha confusión. Lenin tuvo que asumir la tarea de limpiar este desastre y establecer entre estos elementos la posición revolucionaria correcta sobre los principios del socialismo en relación a la guerra y también las tareas de los comunistas a nivel internacional y en Rusia. Lenin hizo esto a través de sus diversos escritos, propagados tanto dentro de Rusia como a nivel internacional.

Los principios y las tareas que describe Lenin pueden presentarse de la siguiente manera:

En primer lugar, los comunistas no son pacifistas, sino que se oponen a todas las guerras. Los comunistas quieren establecer el socialismo y el comunismo, que, mediante la eliminación de toda explotación, eliminará la propia posibilidad de la guerra. Sin embargo, en la lucha por edificar el sistema socialista siempre habrá posibilidad de guerras, y que las guerras libradas por las clases explotadas contra los explotadores son necesarias y poseen significado revolucionario.

En segundo lugar, para decidir la actitud a adoptar en lo relativo a una guerra en particular, la cuestión principal para los comunistas es la siguiente: por qué razón se está llevando a cabo la guerra, y qué clases la organizan y la dirigen. Lenin señaló que durante el período de la revolución democrático-burguesa, Marx había apoyado las guerras llevadas a cabo por la burguesía, que eran contra el feudalismo y los reyes reaccionarios. Debido a que estas guerras tenían como fin abolir el feudalismo y establecer o fortalecer el capitalismo, fueron guerras justas o progresistas. Adoptando criterios similares, Lenin señala que, en la época del imperialismo y de la revolución proletaria, los comunistas deben apoyar todas aquellas guerras que ayuden a desarrollar la revolución socialista mundial. De acuerdo con esta comprensión, Lenin dio ejemplos de los tipos de guerras que pueden ser llamadas justas o progresistas: 1) las guerras nacionales libradas por un país colonial o semicolonial contra su explorador imperialista, 2) las guerras civiles libradas por el proletariado y otras clases oprimidas contra sus clases dominantes feudales o capitalistas, 3) las guerras socialistas para la defensa de la patria socialista.

En tercer lugar, Lenin señaló que, en base a una comprensión superior, no había nada de justo ni progresista en la Primera Guerra Mundial. Comparó la guerra imperialista con una guerra entre un esclavista que posee 100 esclavos y un esclavista que posee 200 esclavos para una redistribución más “justa” de esclavos. El principal objetivo de la Primera Guerra Mundial era la redistribución de los esclavos coloniales. Así, no puede haber nada de progresista, defensivo o justo en semejante guerra. Fue una guerra injusta, una guerra reaccionaria. La única actitud hacia ella era llamar a convertir la guerra imperialista en guerra civil. La única utilidad, por lo tanto, de tal guerra, era aprovecharla para hacer la revolución. Debido a esto, Lenin señaló que era ventajoso para el propio país (Rusia) que fuese derrotado en la guerra. La derrota debilitaría la clase dominante y facilitaría la victoria de la revolución. Por lo tanto, cualquier revolucionario comunista debe trabajar por la derrota de su propio gobierno durante la guerra.

Finalmente, Lenin señaló que era deber de los comunistas unirse al movimiento por la paz. Sin embargo, como participantes en el movimiento por la paz, es su deber señalar que no hay paz verdadera y duradera posible sin un movimiento revolucionaria. De hecho, cualquiera que quiera una paz justa y democrática, debe estar a favor de la guerra civil contra los gobiernos y la burguesía.

Aunque estos principios y tácticas fueron propagados por todos los partidos de la Segunda Internacional, los únicos en llevarlos a la práctica fueron los bolcheviques. Este fue el punto de vista en relación a la guerra que les ayudó a hacer uso de la situación de crisis revolucionaria creada por la guerra y en el plazo de tres años lograr la victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917.Capítulo 16: Análisis de Lenin sobre el imperialismo, la fase superior del capitalismo.

El análisis de Marx sobre las leyes del funcionamiento del capitalismo pertenece al capitalismo de libre competencia, donde un gran número de capitalistas podían competir en el mercado. Analizó, en cierta medida, el proceso de centralización del capital. Sin embargo, Marx no vivió lo suficiente para ver el surgimiento de una nueva fase del capitalismo, el imperialismo. El surgimiento de esta nueva fase se produjo a principios del siglo XX, y Lenin fue el encargado de analizar este proceso. En 1897-1898 Lenin hizo algunos análisis iniciales sobre el desarrollo del mercado capitalista mundial, pero no profundizó en el análisis del imperialismo. Sin embargo, con el inicio de la Primera Guerra Mundial, que fue una guerra provocada por el imperialismo, era necesario un análisis exhaustivo sobre el imperialismo para comprender las bases económicas de la guerra y las consecuencias políticas para el proletariado.

Esta cuestión se hizo más urgente cuando en 1915, el líder oportunista y revisionista de la Segunda Internacional, Karl Kautsky, escribió un libro sobre el imperialismo donde defiende la teoría de que el sistema económico mundial se encaminaba hacia el “ultraimperialismo”, donde habría estabilidad y ningún riesgo de guerra. Su teoría era igual a la idea que muchas personas defienden hoy en día sobre la globalización, que, debido al crecimiento de las grandes corporaciones multinacionales y su expansión por todos los países, estarían contra cualquier guerra y por lo tanto no habría ningún peligro de una Tercera Guerra Mundial. La tesis de Kautsky presentada en la Primera Guerra Mundial nos da una imagen falsa del imperialismo. Una vez que esta falsa teoría fue presentada por Kautsky, que entonces era considerado el principal teórico marxista, fue necesario oponerse a esta teoría y presentar una visión correcta del imperialismo. Para acabar con la confusión creada por la Segunda Internacional, era necesario presentar el análisis correcto y las tácticas correctas para la clase obrera. Con este objetivo, en 1916, Lenin hizo una extensa investigación y produjo su famosa obra “El imperialismo, fase superior del capitalismo“. Además de esta importante obra, también escribió muchos otros artículos vinculando este análisis económico básico con la táctica del proletariado.

En primer lugar, Lenin trató de aclarar la confusión provocada por Kautsky y otros oportunistas en “¿Qué es el imperialismo?“. Respondiendo a esto, señaló que el imperialismo es una fase histórica específica del capitalismo. Su carácter específico es triple: el imperialismo es (1) capitalismo monopolista; (2) parasitario, o capitalismo decadente; (3) capitalismo moribundo o capitalismo en su lecho de muerte. La sustitución de la libre competencia por el monopolio es el rasgo económico fundamental, la esencia del imperialismo.

El capitalismo monopolista se manifiesta principalmente en cinco formas: (1) carteles, sindicatos, trusts. -La concentración de la producción llegó a un grado que da lugar a estas asociaciones monopolistas de los capitalistas que se unen para aplastar a los demás competidores. Fijan los precios, se asignan la producción y hacen otros arreglos y acuerdos para evitar que otros entren y tener éxito en el mercado. Desempeñan un papel decisivo en la vida económica. (2) La posición monopolista de los grandes bancos y la creación del capital financiero a través de la fusión del capital industrial monopolista y del capital bancario. -Durante la época de Lenin, los grandes bancos ya habían alcanzado un nivel en el que cuatro o cinco controlaban toda la vida económica de los principales países industrializados. (3) La exportación de capitales, que gana especial importancia. -Este recurso, que es diferente de la exportación de mercancías bajo el capitalismo no monopolista, está estrechamente vinculado al reparto económico y político mundial. (4) El reparto económico del mundo por los carteles internacionales. -En la época de Lenin ya había más de un centenar de estos carteles internacionales, que mandaban y se repartían entre ellos de una forrma “amigable” todo el mercado mundial. Claro que esta “simpatía” sólo era temporal y duraba hasta que la guerra era llevada a cabo para un nuevo reparto de los mercados. (5) El reparto territorial (político) del mundo (colonias) entre las mayores potencias capitalistas. -Este proceso de colonización de todos los países atrasados del mundo fue básicamente completado en el momento de surgimiento del imperialismo. Cualquier otra colonia solamente podía ser obtenida a través de un nuevo reparto del mundo, a través de la guerra.

Basándose en las características anteriores, Lenin definió el imperialismo de la siguiente manera: “El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en la cual ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido una importancia de primer orden la exportación de capital, ha empezado el reparto del mundo por los trusts internacionales y ha terminado el reparto de todo el territorio del mismo entre los países capitalistas más importantes“.

El hecho de que el imperialismo es el capitalismo decadente o parasitario se manifiesta ante todo en la tendencia a la descomposición, que es característica de todo monopolio bajo el régimen de la propiedad privada de los medios de producción. En comparación a la rápida expansión bajo la libre competencia, hay una tendencia a que la producción, como un todo, disminuya bajo el monopolio. El progreso tecnológico se desanima y nuevas invenciones y patentes se suprimen deliberadamente. En segundo lugar, la decadencia del capitalismo se manifiesta en la creación de una enorme clase de rentistas, los capitalistas que viven sólo en base a intereses o dividendos que ganan en sus inversiones, sin trabajar. En tercer lugar, la exportación de capital es el parasitismo aumentado y llevado a un nivel más alto, pues significa la abierta explotación de la mano de obra barata de los países atrasados. En cuarto lugar, el capital financiero lucha por la dominación y no por la libertad. Entre los políticos, la corrupción, el soborno a gran escala y todo tipo de fraudes se hacen comunes en el imperialismo. En quinto lugar, la explotación de las naciones oprimidas, y en especial la explotación de las colonias por un puñado de grandes potencias, transforma cada vez más el mundo imperialista en un parásito en el cuerpo de cientos de naciones atrasadas. Alcanza la etapa en la que una clase privilegiada del proletariado, en los países imperialistas, también vive, en parte, a costa de cientos de millones de trabajadores de las colonias.

El imperialismo es el capitalismo moribundo, ya que es el capitalismo en la transición hacia el socialismo. El monopolio, que crece más allá del capitalismo, ya es el capitalismo agonizante, el inicio de su transición al socialismo. La enorme socialización del trabajo por el imperialismo produce el mismo resultado. La contradicción básica del capitalismo entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la propiedad sólo se ha intensificado bajo el imperialismo. Así, Lenin dice: “El imperialismo es la víspera de la revolución social del proletariado“.

Capítulo 17: La Gran Revolución Socialista de Octubre

Como se ha mencionado en el capítulo 14, el período después de la derrota de la Revolución de 1905 fue de extrema represión y reacción bajo el mando del Primer Ministro del Zar, Stolypin. La clase obrera fue el principal objetivo del ataque. Los salarios fueron reducidos de 10 a 15%, y la jornada diaria aumentó de 10 a 12 horas. Se hicieron listas negras de trabajadores activistas y estos no consiguieron empleo. Se llevaron a cabo sistemas de multas a los trabajadores. Cualquier intento de organización era reprimido con violencia por parte de la policía y de los matones agentes del Zar. En esta situación, muchos intelectuales y pequeño-burgueses comenzaron a retirarse y algunos se fueron al lado del enemigo.

Para hacer frente a esta nueva situación, los bolcheviques cambiaron sus tácticas ofensivas (tales como huelgas generales e insurreciones armadas, utilizadas en el periodo de la Revolución de 1905) por tácticas defensivas. Las tácticas defensivas eran las tácticas de reunir fuerzas, eliminar los escuadrones de la clandestinidad y continuar el trabajo del partido de forma clandestinidad, combinando el trabajo ilegal con el trabajo legal de organizaciones de la clase trabajadora. La lucha revolucionaria abierta contra el zarismo fue reemplazada por métodos indirectos de lucha.

La supervivencia de las organizaciones legales sirvieron de disfraz para que las organizaciones clandestinas del partido siguieran teniendo conexiones con las masas. Para preservar tales conexiones, los bolcheviques utilizaron los sindicatos y otras organizaciones públicas legales, como sociedades benéficas debilitadas (hoy en día conocidas como ONGs), cooperativas de trabajadores, clubes, organizaciones educativas y hasta el parlamento. Los bolcheviques utilizaron la plataforma de la Duma Estatal para exponer la política del gobierno zarista, la política de los partidos liberales y para ganar el apoyo de los campesinos por parte del proletariado. La preservación de las organizaciones ilegales del partido permitió a este obtener una corriente precisa y reunir fuerzas para la preparación de una nueva insurreción de marea revolucionaria.


Mediante la implementación de este tipo de tácticas, los bolcheviques tuvieron que luchar contra dos variaciones de propio movimiento, los liquidadores y los otzovistas (revocadores). Los liquidadores, que eran mencheviques, querían cerrar la estructura ilegal del partido y poner a punto un partido ‘trabajador’ legal, con el consentimiento del gobierno. Los otzovistas, una vez bolcheviques, querían la retirada de todos los bolcheviques de la Duma, de los sindicatos y de todas otras formas de organizaciones legales. Sólo querían formas ilegales de organización. Los resultados de ambas tácticas servirían para que el partido reuniese fuerzas ante el avance de la revolución. Rechazando ambas variaciones, los bolcheviques utilizaron tácticas correctas de combinar métodos legales e ilegales y lograron una fuerte presencia en muchas organizaciones de trabajadores y también lograron conquistar algunas organizaciones de trabajadores mencheviques. Esto fortaleció el partido y lo preparó para la próxima ascensión del movimiento revolucionario, que comenzó a partir de 1912.

Los bolcheviques hicieron un Congreso del Partido de forma independiente en enero 1912 y formaron un nuevo partido, el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (Bolchevique) (POSDR(b)). En ese mismo Congreso se discutió el ascenso del movimiento revolucionario, evidenciado por el aumento del número de huelgas en 1911. En ese Congreso y en reuniones posteriores del Comité Central, fueron decididas nuevas tácticas de acuerdo con la nueva situación. Se trataba de extender e intensificar la lucha trabajadora.

Un aspecto importante de las tácticas durante este período fue la creación de un periódico diario, “Pravda” (La Verdad), que ayudó a fortalecer las organizaciones bolcheviques y a propagar su influencia por las masas. Antes, los bolcheviques tenían un periódico semanal, que era para obreros avanzados. Sin embargo, Pravda era un periódico político diario para las masas, que estaba dirigido a los sectores más amplios de los trabajadores. El periódico nació el 5 de mayo de 1912 y duró dos años y medio. Durante este período, se enfrentó a numerosos problemas y a altas multas por parte de los censores del gobierno. Fue cerrado ocho veces, pero al poco tiempo aparecía de nuevo con un sutil cambio en el nombre. Tenía una circulación media de 40.000 copias. Pravda estaba respaldado por un gran número de trabajadores avanzados, 5600 grupos de trabajadores captaba la prensa bolchevique. A través del periódico, la influencia bolchevique se propagó no sólo entre los trabajadores, sino también entre los campesinos. De hecho, durante el período del levantamiento del movimiento revolucionario (1912-1914), se formó una base sólida para un partido bolchevique de masas. Como dijo Stalin, “El Pravda de 1912 fue el pilar de la victoria Bolchevique en 1917“.

Con el inicio de la guerra en 1914, la situación revolucionaria maduró. Los bolcheviques hicieron una extensa propaganda entre los trabajadores, contra la guerra y en favor de la caída del zarismo. También se formaron unidades y células en el ejército y en la marina, tanto en el frente como en las capas inferiores, y se distribuyeron folletos fomentando la lucha contra la guerra. En el frente, después de la intensa agitación del Partido por la solidaridad y fraternidad entre los soldados de los ejércitos, aumentó el número de casos de negativas de unidades del ejército a realizar ataques ofensivos en 1915 y 1916. La burguesía y los terratenientes estaban gastando fortunas con la guerra, sin embargo, los obreros y los campesinos estaban sufriendo cada vez más privaciones. Millones murieron a causa de heridas o de epidemias causadas por la condición de los campos de batalla. En enero y febrero de 1917, la situación se volvió particularmente tensa. El odio y la rabia por el gobierno zarista se propagaba.

Incluso la burguesía imperialista rusa desconfiaba del zar, cuyos asesores trabajaban por una paz independiente con Alemania. Ellos también, con el apoyo de los gobiernos del Reino Unido y Francia, planeaban reemplazar al zar a través de una golpe de Estado. Sin embargo, el pueblo actuó primero.

A partir de enero de 1917, un fuerte movimiento huelguista revolucionario comenzó en Moscú, Petrogardo, Bakú y otros centros industriales. Los bolcheviques organizaron grandes manifestaciones en las calles en favor de una huelga general. Mientras que el movimiento huelguista ganaba fuerza, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las mujeres trabajadoras de Petrogardo fueron llamadas por los bolcheviques a protestar contra el hambre, la guerra y el zarismo. Los trabajadores apoyaron a las mujeres trabajadoras con huelgas, y el 11 de marzo, las huelgas y manifestaciones adquirieron carácter de insurrección armada. El servicio del Comité Central, el 11 de marzo, emitió una declaración a favor de la continuación de la insurreción armada para derrocar al zar y establecer un gobierno provisional revolucionario. El 12 de marzo, 60 mil soldados se pusieron del lado de la revolución, lucharon contra la policía y ayudaron a los trabajadores a derrocar al zar. Con la difusión de las noticias, trabajadores y soldados de todas partes comenzaron a deponer a los oficiales zaristas. La revolución democrático-burguesa había ganado. (Este episodio es llamado Revolución de Febrero, ya que el calendario ruso de la época era de 13 días por detrás del calendario de las otras partes del mundo y la fecha de la victoria fue el día 27 de febrero, según el calendario ruso).

Una vez que el zarismo fue derrocado, con la iniciativa bolchevique, se formó el Soviet de Diputados de Obreros y Soldados. Sin embargo, a pesar de que los bolcheviques estaban liderando directamente la lucha de masas en las calles, los partidos oportunistas, mencheviques y eseristas (un partido pequeño-burgués, continuación de los antiguos Narodniks) estaban reivindicando lugares en los Soviets, y constituyendo allí una mayoría. Así, llegaban a los Soviets a Petrogrado, Moscú y otras ciudades. Mientras ocurría esto, los liberales burgueses miembros de la Duma hicieron un acuerdo secreto con los mencheviques y los eseristas y formaron un gobierno provisional. El resultado fue la formación de dos grupos representando dos dictaduras: la dictadura de la burguesía, representada por el Gobierno provisional, y la dictadura del proletariado y del campesinado, representada por el Soviet de Diputados de Obreros y Soldados. Lenin llamó a esto poder dual.

Después de la revolución burguesa, Lenin estaba en el exilio en Suiza y allí escribió sus famosas “Cartas desde lejos“, en las que analizaba ese poder dual. Mostró cómo los Soviets eran los embriones del movimiento obrero, que necesitaba continuar y obtener la victoria en la segunda etapa de la revolución, la revolución socialista. Sus aliados en la misión serían las grandes masas de semiproletarios y las pequeñas masas de campesinos, además del proletariado de todos los países.

El 16 de abril de 1917, Lenin llegó a Petrogrado después de un largo período de exilio, y al día siguiente publicó sus famosas “Tesis de Abril” antes de una reunión Bolchevique. Pedía la oposición al gobierno provisional, la obtención de una mayoría bolchevique en los Soviets y la transferencia del poder estatal a los Soviets. Presentó un programa solicitando paz, tierra y pan. Por último, llamó a la creación de un nuevo partido congresista con un nuevo nombre, el Partido Comunista, y la construcción de una nueva Internacional, la Tercera Internacional. Los mencheviques atacaron de inmediato las tesis de Lenin y le advirtieron que “la revolución está en peligro“. Sin embargo, en tres semanas, el Congreso de los Soviets de Todas Las Rusias (VII Congreso) del POSDR (Bolchevique), aprobó el informe de Lenin basado en la misma tesis, ganando la consigna “¡Todo el poder a los Soviets!”. El Congreso también aprobó una resolución muy importante, promovida por Stalin, que reclamaba el derecho a la autodeterminación de las naciones, incluido el derecho a la secesión.

En los meses siguientes, los bolcheviques trabajaron energicamente de acuerdo a las órdenes del Congreso, convenciendo a las masas de obreros, soldados y campesinos de la veracidad de sus posiciones. El VI Congreso del Partido se llevó a cabo en agosto de 1917 tras una pausa de diez años. Debido al peligro de un ataque del Gobierno Provisional, el Congreso tuvo que llevarse a cabo de forma clandestina en Petrogrado, sin la presencia de Lenin. Stalin presentó los principales informes políticos, que urgían a la preparación de una insurrección armada. El Congreso también aprobó un nuevo Reglamento del Partido, que garantizaba que todas las organizaciones del partido fuesen construidas sobre los principios del centralismo democrático. Los informes también admitieron la entrada del grupo liderado por Trotsky en el Partido.

Poco después del Congreso, el comandante en jefe del ejército ruso, el general Kornilov, organizó una revuelta del ejército para derrotar a los bolcheviques y los Soviets. Sin embargo, los soldados de muchas divisiones fueron convencidos por los bolcheviques para que no obedeciesen las órdenes y la revuelta fracasó. Tras el fracaso de la revuelta, las masas se dieron cuenta de que los bolcheviques y los Soviets eran la única garantía de paz, tierra y pan, que eran sus urgentes demandas. Se llevó a cabo una rápida bolchevización de los Soviets, la marea revolucionaria estaba en alza y el partido comenzó a preparar una insurrección armada.

Lenin, durante este período, se vio obligado a permanecer en Finlandia por razones de seguridad, lejos del principal campo de batalla. En esa época terminó su libro “El Estado y la Revolución“, que defendía y desarrollaba la doctrina de Marx y Engels sobre la cuestión del Estado. Además de exponer las distorsiones teóricas hechas por oportunistas como Kautsky, la obra de Lenin tuvo una tremenda importancia, tanto teórica como práctica, a nivel internacional. Esto se debió a que, como Lenin vio claramente, la revolución burguesa de febrero fue un eslabón en la cadena de revoluciones proletarias socialistas causadas por la Primera Guerra Mundial. La relación entre la revolución proletaria y el Estado no era sólo una cuestión teórica. Debido a la situación revolucionaria creada por la guerra, ahora era una cuestión de importancia práctica inmediata, siendo necesario educar correcta y urgentemente al movimiento proletario internacional y a las masas.

Con el alza de la marea revolucionaria, Lenin llegó a Petrogrado el 20 de octubre de 1917. Tres días después de su llegada, en una histórica reunión del Comité Central se decidió comenzar la insurreción armada en pocos días. Los representantes fueron inmediantamente enviados a todas las partes del país, sobre todo a los batallones del ejército. Tan pronto conocieron el plan de la insurrección, el Gobierno Provisional comenzó a atacar a los bolcheviques, el 6 de noviembre de 1917, en la víspera del II Congreso de los Soviets de Todas Las Rusias. Los guardias rojos y la unidades revolucionarias del ejército se defendieron, y el 7 de noviembre de 1917, el poder del Estado pasó a manos de los Soviets.

Al día siguiente, el Congreso de los Soviets aprobó el Decreto sobre la Paz y el Decreto sobre la Tierra. Esto formó el primer gobierno soviético -el Consejo de Comisarios del Pueblo- en el que Lenin fue elegido el primer presidente. La Gran Revolución Socialista de Octubre estableció la dictadura del proletariado.

Sin embargo, fue una batalla prolongada hasta conseguir consolidar el poder de los trabajadores. En primer lugar, se necesitaba poner fin a la guerra con Alemania. Esto sucedió con la firma del tratado de Brest-Litovsk en febrero de 1918. A pesar de eso, la paz no duró mucho. Una vez que la Primera Guerra Mundial terminó, las potencias imperialistas vencedoras -Gran Bretaña, Francia, Japón y Estados Unidos- comenzaron a desarrollar intervenciones directas e indirectas para ayudar a las viejas clases dominantes de Rusia a iniciar una guerra civil contra el Estado soviético. Esta guerra civil duró hasta finales de 1920. El Estado soviético salió victorioso, pero al final de la guerra, la economía estaba en ruinas.

Capítulo 18: La formación de la Tercera Internacional

El final de la Primera Guerra Mundial fue un período de ascenso revolucionario en todo el mundo. El éxito de la Revolución de Octubre tuvo impacto en muchos países, incluso donde el marxismo tenía poca o ninguna influencia. En Europa, el principal campo de batalla de la guerra estaba en una crisis revolucionaria creciente. La guerra acabó con el derrocamiento de cuatro emperadores y la caída de sus cuatro grandes imperios, el ruso, el alemán, el austrohúngaro (Habsburgo) y el turco (otomano). El estado de las estructuras estaba por los suelos y las masas estaban en un clima de revuelta. Las protestas masivas comenzaron incluso antes de que terminara la guerra. En enero de 1918, una ola de huelgas políticas de las masas y manifestaciones contra la guerra se extendieron por toda Europa Central. Fue seguida de revueltas en las fuerzas armadas de varios países. Hubo también un alzamiento nacional, lo que dio lugar a la formación de varios estados nuevos después del desmembramiento de los antiguos imperios.

En Alemania y en Hungría, sin embargo, la crisis condujo a la revolución. En noviembre de 1918, los marineros alemanes se amotinaron, y esto se extendió a una ola de revueltas en toda Alemania como resultado de la caída del emperador y el establecimiento de una República bajo la dirección del Partido Socialdemócrata (KPD). Los Soviets fueron inmediatamente establecidos en Berlín y en otras ciudades. Estos, sin embargo, fueron aplastados en enero de 1919 tras dos semanas de combates en las calles contra las fuerzas militares reaccionarias, que habían sido reorganizadas por el anterior gobierno socialdemócrata. Más tarde, se formó una república soviética en Baviera (una provincia de Alemania) en abril de 1919. Pero esta también fue aplastada. En Hungría, los comunistas lideraron una coalición con los socialdemócratas y tomaron el control del gobierno en 1919. Pero fueron derribados después de cinco meses por la presión militar de los gobiernos aliados.

Las luchas obreras continuaron durante al menos otros cuatro años, pero ambas revoluciones fracasaron.

Sin embargo, la creciente ola de la revolución y el éxito de la revolución en Rusia llevaron a la formación de partidos comunistas en muchos países.

Ahora existía la base real para una unión de los partidos comunistas, para la formación de la Tercera Internacional Comunista. Como se mencionó anteriormente, Lenin y los bolcheviques habían hecho el llamamiento a la formación de la Tercera Internacional en 1914. Ahora tomarían la iniciativa para hacerla en realidad.


En enero de 1919, Lenin dirigió una carta abierta a los trabajadores de Europa y América instándolos al encuentro de la Tercera Internacional.

Poco después, se enviaron invitaciones para un congreso internacional. En marzo de 1919, en Moscú, se llevó a cabo el Primer Congreso de los partidos comunistas de varios países, fundando la Internacional Comunista. El Congreso creó un Comité Ejecutivo de la Tercera Internacional Comunista.

Un mes después del primer congreso, Lenin explicó el significado histórico de la Tercera Internacional de la siguiente manera:

“La Primera Internacional sentó las bases de la lucha internacional del proletariado por el socialismo. La Segunda Internacional marcó un período en el que se preparó el terreno para la amplia difusión del movimiento de masas en varios países. La Tercera Internacional reunirá los frutos de la labor de la Segunda Internacional, descartando la escoria oportunista, social-chovinista, burguesa y pequeño-burguesa, y comenzara a poner en práctica la dictadura del proletariado“. Señaló que el aspecto más significativo de la Tercera Internacional era que ahora representaba al proletariado que había logrado hacerse con el poder estatal y empezado a establecer el socialismo.

Después de un intenso trabajo preparatorio, el Segundo Congreso de la Internacional Comunista se llevó a cabo en julio de 1920, siendo un gran éxito, con una amplia representación de 41 países. Lenin hizo importantes contribuciones a la teoría marxista respecto a este Congreso. Preparó lo que pretendía ser un manual de estrategia y táctica del Partido Comunista, el cual fue distribuído entre los delegados del Congreso. Este fue llamado “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo“, y se centró en corregir los errores de los “izquierdistas” que prevalecían entonces en muchos partidos que se habían unido a la Internacional. Lenin también preparó las “Tesis sobre la cuestión nacional y colonial” adoptadas en el Congreso. Este documento sentó las bases teóricas marxistas-leninistas para la comprensión y orientación de las luchas de liberación nacional, ganando fuerza en todas las colonias y semicolonias. Además de eso, Lenin definió las tareas básicas de la Internacional Comunista y las “Tesis sobre la cuestión agraria” adoptadas en este Congreso. El Congreso también adoptó las tesis sobre el papel del Partido Comunista en la revolución proletaria, en el movimiento sindical, en el parlamento y en el Estatuto y las condiciones de admisión de la Internacional Comunista. En los estatutos, la Comintern (Internacional Comunista) indicaba claramente que se debía “romper de una vez por todas con las tradiciones de la Segunda Internacional, para la que sólo existían las personas de piel blanca“.

Además de las formulaciones teóricas, la Internacional, a través de su Comité Ejecutivo, comenzó a desempeñar un papel destacado en la conducción de los partidos y de los movimientos en los distintos países miembros. En particular, se intentó sacar el máximo provecho de la situación revolucionaria de la posguerra en los países capitalistas, que continuó hasta 1923.

Sin embargo, debido principalmente a la traición de los socialdemócratas de la Segunda Internacional y también a las debilidades ideológicas y organizativas de los Partidos Comunistas en estos países, la revolución no pudo finalizarse con éxito en ningún otro país capitalista.

La Comintern, sin embargo, desempeñó un importante papel en el establecimiento, desarrollo y orientación de los Partidos Comunistas recién formados en las colonias y semicolonias. Durante los años 20, como los movimientos de liberación nacional en estos países avanzaban rápidamente, la Comintern trató de orientar y capacitar a los Partidos Comunistas para proporcionar liderazgo a estos movimientos. Fue la primera vez que el marxismo estaba construyendo una base entre los pueblos de los países atrasados del mundo.

Capítulo 19: La cuestión nacional y colonial

Los primeros movimientos nacionales surgieron en Europa Occidental. Estos movimientos nacionales fueron conducidos principalmente por la burguesía en su lucha contra el feudalismo. El objetivo principal de los movimientos nacionales era unificar la nación en un único estado de gran territorio, que en aquel momento estaba fragmentado por numerosos señores feudales. Esto era necesario para que la burguesía pudiese establecer un gran mercado unificado, evitando el desgaste que se produce cuando se trata con el dominio de varios señores feudales, cada uno con sus reglas mercantiles particulares. Entonces, la revolución burguesa contra el feudalismo y el movimiento nacional para establecer un Estado-nación unificado, a menudo se convertía en uno. Por lo tanto, el movimiento nacional no era una lucha para liberar a una nación de la opresión de otra. En toda Europa Occidental, el único lugar donde un movimiento nacional de independencia tuvo éxito fue en Irlanda, cuya población luchó para liberarse de Inglaterra.

Marx y Engels vivieron en ese período, cuando los movimientos nacionales tardíos aún estaban por surgir y explotar, causando un gran impacto. Por eso no dedicaron mucho tiempo y atención al desarrollo de la teoría marxista sobre la cuestión nacional. Marx, sin embargo, formuló la posición básica sobre este tema cuando se pronunció sobre la cuestión irlandesa, llamando al proletariado inglés a apoyar la lucha nacional del pueblo irlandés y a oponerse a la opresión nacional.

La siguiente fase de los movimientos nacionales surgió en Europa del Este, con la expansión del capitalismo y el debilitamiento de los imperios ruso y austrohúngaro. Comenzaron a crecer movimientos nacionales y organizaciones en toda Europa del Este, incluyendo Rusia. Tener una buena comprensión de esta cuestión era absolutamente necesario para el movimiento proletario internacional y el POSDR. Fue durante este período que Stalin, en 1913, hizo la primera presentación sistemática del marxismo sobre la cuestión nacional. Stalin era georgiano, miembro de una nacionalidad oprimida en Rusia, donde se estaba desarrollando rápidamente un movimiento nacional. En Georgia, por lo tanto, era necesario presentar la comprensión marxista correcta y la posición política correcta. Eso fue lo que Stalin trató de hacer con su obra pionera, “El marxismo y la cuestión nacional“.

En su obra, Stalin comenzó definiendo lo que es una nación. Él define nación como “es una comunidad humana estable, históricamente formada y surgida sobre la base de la comunidad de idioma, de territorio, de vida económica y de psicología, manifestada ésta en la comunidad de cultura”. Stalin rechazaba el concepto de nación basado sólo en la religión o la cultura, como los judíos. Insistía en que una comunidad debía tener todas las características anteriores para ser llamada nación. Propuso que todas estas naciones deberían tener derecho a la autodeterminación. Este derecho a la autodeterminación no podría, sin embargo, reducirse a la autonomía o al agrupamiento en una federación, como algunos partidos de la época estaban proponiendo. El derecho a la autodeterminación debía incluir el derecho a la separación, es decir, a separarse y existir como un Estado independiente. Sin embargo, Stalin señaló que la forma de ejercer tal derecho dependía de las circunstancias históricas concretas de un determinado período en el tiempo. Estaba en las manos de los revolucionarios influenciar a la nación respecto a su decisión sobre la autodeterminación. La decisión del partido revolucionario estaría basada en qué camino (autonomía, federación, separación u otro) sería mejor para servir a los intereses de las masas trabajadoras, especialmente del proletariado.


A pesar de que la presentación de Stalin aclaró muchos puntos, todavía era incompleta, pues no vinculaba la cuestión nacional al imperialismo y a la cuestión de las colonias. Esto sólo fue hecho tras el análisis de Lenin sobre el imperialismo en 1916. Teniendo como base el análisis sobre el imperialismo, Lenin vinculó la cuestión de la autodeterminación de las naciones a las luchas de liberación nacional que estaban en curso en los países coloniales. De esta forma, vino a cubrir la mayor parte de los pueblos del mundo. No era sólo un simple problema interno de algunos países que oprimían naciones dentro de su territorio. La cuestión nacional se convirtió en una problema mundial, una cuestión de liberación de los pueblos oprimidos de la carga del imperialismo en todos los países dependientes y colonias.

Entonces, cuando Lenin presentó en 1916 su “Tesis sobre la Revolución Socialista” y “El derecho de las naciones a la autodeterminación“, incluyó a todos los países del mundo en su análisis. Dividió a los países en tres grupos principales:

En primer lugar, los países capitalistas avanzados de Europa Occidental y los Estados Unidos de América. Estas son naciones opresoras que subyugan colonialmente a otras naciones en todo el mundo y también dentro de su propio territorio. El deber del proletariado de las naciones dominantes es oponerse a la opresión nacional y apoyar las luchas nacionales del pueblo oprimido por sus clases dominantes imperialistas.

En segundo lugar, Europa del Este y Rusia en particular. El deber del proletariado en estos países es apoyar el derecho de las naciones a la autodeterminación. En relación con esto, la tarea más difícil, pero más importante, es unir la lucha de clases de los trabajadores de las naciones opresoras con la lucha de clases de los trabajadores de las naciones oprimidas.

En tercer lugar, los países semicoloniales como China, Brasil, Persia (Irán), Turquía y todas las colonias, que entonces tenían una población que sumaba más de un billón. Con relación a estos países, Lenin asumió la posición de que los comunistas no sólo deben exigir la liberación inmediata, incondicional y sin compensación de las colonias, sino también dar un decidido apoyo a los movimientos de liberación nacional en estos países, ayudando a la rebelión y la guerra revolucionaria contra las fuerzas imperialistas que los oprimen.

Esta fue la primera vez dentro del movimiento socialista internacional que se tomó una posición tan clara respecto a las cuestiones nacionales y coloniales. Hubo, naturalmente, cierto debate y confusión. Una de las posiciones argumentaba que apoyar la autodeterminación y la liberación nacional era ir en contra del internacionalismo proletario. Se decía que el objetivo del socialismo era unir a todas las naciones. Lenin estuvo de acuerdo en que el objetivo del socialismo era abolir la división de la humanidad en pequeños estados, aproximar las naciones e incluso unirlas. Sin embargo, comprendía que sería imposible lograr este objetivo a través de la unificación forzada de las naciones. La fusión de las naciones sólo podría llegar después de atravesar el período de transición de liberación completa de todas las naciones oprimidas, es decir, su libertad de separación. Al presentar el programa del partido en 1917, Lenin dijo, “Queremos la unificación libre, y es por eso que debemos reconocer el derecho a la separación. Sin libertad de separación, la unificación no puede ser tildada de libre“. Esta era la posición proletaria democrática sobre la cuestión nacional, que fue opuesta a la política burguesa de la opresión nacional y la anexión.

Capítulo 20: La juventud y las contribuciones revolucionarias de Stalin hasta la revolución de 1917

En los primeros años después de la Revolución de Octubre, Lenin dirigió directamente todas la tareas del Partido y del Estado. En agosto de 1918, una mujer del Partido Socialista Revolucionario atentó contra la vida del dirigente, dejando dos balas en su cuerpo. Lenin se debilitó por el ataque, pero continuó con su rigurosa agenda de trabajo, que le dejaba cerca de tres a cuatro horas de sueño al día. Todo este exceso de trabajo no tardó en afectar a su salud, especialmente a su cerebro. A finales de 1921, Lenin comenzó a sufrir fuertes dolores de cabeza y señales de vértigo (enfermedad que causa irreflexión), lo que interfirió en su rutina de trabajo. En mayo de 1922, sufrió un derrame cerebral que afectó a la mano y la pierna derecha, y también a su oratoria. A partir de ese momento hasta su muerte, Lenin fue incapaz de continuar con sus importantes contribuciones, a pesar de su espléndido esfuerzo para recuperarse y volver al trabajo. Justo antes del derrame de Lenin, en abril de 1922, el Comité Central elegió a Stalin como Secretario General. Así fue como Stalin asumió la dirección del Partido durante la enfermedad de Lenin e incluso después de su muerte, el 21 de enero de 1924.

Stalin ( “hombre de acero” en ruso), fue el más popular de los muchos nombres de Partido de Joseph Vissariónovich Dzhugashvili, nacido el 21 de diciembre de 1879, en una pequeña ciudad de Georgia, llamada Gori. Sus padres eran pobres y analfabetos, descendientes de esclavos. Su padre, pocos años después de ser liberado de la esclavitud de su señor feudal, se trasladó, en 1875, de su pueblo cerca de Tiflis a la capital del Cáucaso (una región atrasada del Imperio Ruso, que albergaba a Georgia y otros países oprimidos). Construyó una pequeña zapatería en Gori, que era equivalente a un distrito municipal. Sin embargo, no era posible ganar mucho con este negocio, por lo que tuvo que dejar a su esposa e hijo para ser empleado en una fábrica de zapatos en Tiflis, donde murió en 1890.

Como el padre de Stalin no contribuyó mucho a las tareas del hogar, este fue criado casi exclusivamente por su madre, Ekaterina. Trabajó duramente como lavandera, siendo sus ganancias la única manera de costear las cosas de la casa. Tuvo tres hijos antes de Stalin, pero todos murieron prematuramente. Por esta razón, Ekaterine hizo todo lo posible para dar a Stalin una educación apropiada. A pesar de las dificultades financieras, no obligó a Stalin a trabajar, como sería de esperar. Al revés, envió a Stalin a la escuela de la iglesia local cuando cumplió nueve años. Ekaterina se esforzó en aprender a leer y escribir a una edad avanzada. Fue un gran ejemplo de valor y determinación dentro de las masas trabajadoras.

Stalin experimentó personalmente la pobreza desde su infancia. Su casa tenía dos habitaciones muy pequeñas, que servían como tienda, taller y hogar. Aunque Stalin era fuerte y resistente, acabó sufriendo de un ataque de viruela a los seis o siete años de edad, lo que dejó cicatrices por todo su rostro. También sufrió una infección en la sangre, lo que paralizó, permanentemente, su brazo izquierdo.


Durante sus cinco años en la escuela de Gori, Stalin fue reconocido por su inteligencia y por su notable capacidad de memorización. Aquí fue la primera toma de contacto de Stalin con las ideas racionalistas, y fue también cuando negó la religión. Comenzó escribiendo poesías, inspirándose en la literatura de la propia Georgia, las cuales poseían fuertes tendencias nacionalistas. Durante este período, Stalin estaba lleno de fuertes sentimientos de lucha contra la injusticia social y contra la opresión de su pueblo.

Debido a su situación de pobreza, era imposible que Stalin alcanzase una educación superior. Sin embargo, fue nombrado mejor estudiante por el director de la escuela y por el sacerdote local, para poder recibir una beca. Esto le permitió continuar con sus estudios, a partir de 1894, en las mejores instituciones de educación superior del Cáucaso. Luego cursó el seminario teológico (un curso para formación de sacerdotes). Los cinco años de seminario en Tiflis fueron esenciales para que Stalin se hiciese marxista.

Georgia, durante la juventud de Stalin, estaba en un constante estado de agitación. Una de las razones de esto era el sentimiento de rebelión del campesinado, pues la abolición de la servidumbre se había retrasado, incluso aunque se hubiese producido en Rusia. Otra razón fue el flujo constante de ideas revolucionarias de Rusia. Esto ocurrió debido a que el gobierno zarista tenía el hábito de expulsar a los rebeldes y burgueses revolucionarios al Cáucaso. Después, entre estos deportados se encontraban trabajadores marxistas revolucionarios, como Kalinin, el futuro presidente de la Unión Soviética, y Alliluyev, organizador bolchevique y más tarde suegro de Stalin.

El seminario de Tiflis fue uno de los centros de agitación. Fue el terreno más fértil para la inteligencia local, y también el mayor centro de oposición al zar. En 1893, sólo un año antes de que Stalin se uniese al seminario, hubo una huelga que llevó a la expulsión de 87 estudiantes. Los principales líderes del ataque se convirtieron más tarde en marxistas y revolucionarios. Uno de los líderes, Ketsjoveli, que también era de la escuela de Gori, como Stalin, y sólo tres años más mayor, pronto se convirtió en el primer mentor político de Stalin.

Stalin, durante su primer año en el seminario, comenzó a leer por cuenta propia todo tipo de literatura radical. Pero tuvo que hacerlo a escondidas, porque la mayoría de los libros no religiosos y con contenido político eran prohibidos en el seminario. Su poesía, de naturaleza política y radical, fue publicada, por primera vez, bajo un seudónimo, en una importante revista de Georgia. Fue en esa época también, a los quince años, que Stalin tuvo sus primeros contactos con colectivos secretos de estudios marxistas. Pronto Stalin estuvo bajo la vigilancia de las autoridades del seminario, e incluso fue enviado a las celdas de detención por el delito de lecturas prohibidas. En esa época, Stalin también ingresó en un colectivo secreto de debates en el propio seminario. Eso aumentó aún más sus actividades, dando lugar a conflictos más constantes con las autoridades del seminario.

A los dieciocho años, en agosto de 1898, Stalin se unió al primer grupo comunista de Georgia, llamado Messane Dassy (El Tercer Grupo, en ruso), en el que la mayoría de los líderes se convertirían más tarde en mencheviques. Un tiempo después, Stalin diría “Me hice marxista debido a mi posición social (mi padre era trabajador en una fábrica zapatos y mi madre era también una mujer trabajadora), pero también… debido a la ardua intolerancia y la disciplina jesuítica que me oprimió sin piedad en el seminario… El entorno en el que vivía estaba repleto de odio contra la opresión zarista“. En este periodo, fuera del seminario, en la ciudad de Tiflis, los trabajadores estaban en movimiento. Estos años fueron testigos de las primeras huelgas en el Cáucaso. Tan pronto como Stalin se unió al Messane Dassy, se le dio la tarea de construir algunos colectivos de estudios para trabajadores. Y lo hizo realizando pequeñas reuniones clandestinas con los trabajadores durante el tiempo libre que tenía del seminario. Sin embargo, las autoridades del seminario estaban buscando una manera de lidiar con Stalin. Finalmente, fue expulsado del seminario en mayo de 1899, por no haber asistido a los exámenes.

Sin embargo, la expulsión de Stalin no acarreó muchos cambios en sus actividades revolucionarias. Después de un breve periodo de tiempo con su madre, en Gori, regresó a Tiflis, organizando y educando a los trabajadores, al tiempo que convivía con ellos. En diciembre de 1899, Stalin consiguió un trabajo de recepcionista en el observatorio geofísico de Tiflis. En este trabajo le pagaban muy poco, pero le quitaba poco tiempo y era la tapadera perfecta para la policía secreta del zar.

Bajo esta tapadera, Stalin continuó expandiendo sus actividades. Al año siguiente, en 1900, organizó y habló en la primera reunión del Primero de Mayo realizada en el Cáucaso. Debido a la represión zarista, esta fuerte reunión de 500 personas tuvo que ser realizada en las montañas de Tiflis. La reunión fue un evento inspirador que dio lugar a varias huelgas en las fábricas y ferrocarriles en los meses siguientes. Stalin fue uno de sus mayores organizadores. Al año siguiente, se decidió que el Primero de Mayo se llevaría a cabo abiertamente en medio de Tiflis, pero los principales líderes fueron detenidos en marzo de 1901. La habitación de Stalin también fue allanada, pero logró escapar. A partir de entonces, Stalin llevó una vida clandestina como revolucionario profesional. Su primera tarea fue tomar el liderazgo de la organización y organizar el primero de mayo sin tener en cuenta la pérdida de sus principales dirigentes. Lo hizo con éxito, a pesar de las detenciones y de los ataques violentos por parte de la policía. Se vio una fuerte demostración de 2000 personas.

Estos primeros años de Stalin en la organización socialista también fueron tiempos de intensos debates sobre economía y otros asuntos. Dentro de la organización georgiana, Stalin siempre se opuso a los oportunistas y se estableció como el representante de la izquierda. Cuando comenzó “Iskra“, el grupo de Stalin fue el primero de sus divulgadores en Tiflis. Luego comenzaron a hacer un periódico clandestino en idioma georgiano, en septiembre de 1901, llamado “Brdzola” (La Lucha). Stalin era uno de sus principales autores, con muchos artículos en apoyo a la línea política de Iskra. En diciembre de 1901, el artículo detallado “El Partido Socialdemócrata Ruso y sus tareas inmediatas” fue de una importancia fundamental.

En noviembre de 1901, Stalin fue elegido para el Comité Socialdemócrata de Tiflis. Fue enviado inmediatamente a Batum, una pequeña ciudad de 25.000 habitantes, que era el nuevo centro de la industria petrolera unido por oleoductos a la ciudad más antigua en esta rama, Bakú. Pronto formó un comité en la ciudad bajo el disfraz de la fiesta de Año Nuevo. También montó una imprenta clandestina en la habitación individual donde estaba alojado. Se distribuyeron muchos folletos, lo que llevó a luchas de trabajadores. Una de estas luchas llevó a la represión policial, que mató a quince trabajadores. Todas estas acciones se llevaron a cabo en contrapartida a los socialistas locales, que más tarde se convertieron en mencheviques. Finalmente, después de cuatro meses y medio en Batum, Stalin fue detenido en abril de 1902 durante la reunión clandestina del comité secreto de Batum, pero su imprenta se mantuvo en secreto. Fue durante su período en Batum que Stalin adoptó uno de sus muchos seudónimos revolucionarios, por el que fue famoso durante sus años de trabajo en el Cáucaso. Se llamó Koba, que significa indomable o invencible en turco, y era el nombre del héroe de uno de los poemas de su escritor favorito durante su juventud.

Stalin pasó un año y medio en varias prisiones. Y en ellas mantuvo una rutina estricta: se levantaba temprano, trabajaba duro, leía mucho, y era uno de los principales polemistas en la comuna de la prisión. También era conocido como un camarada paciente, atento y servicial. Después de su período en la cárcel, incluso cuando no se podía esgrimir ninguna acusación contra él, acabó siendo exiliado a Siberia Oriental en 1903. Mientras estaba en prisión, en marzo de 1903, fue elegido para el ejecutivo de la recién formada Federación Caucasiana de Grupos Socialdemócratas. Puesto que es muy raro que un camarada prisionero sea elegido para un comité, este hecho demuestra la importancia de Stalin en la organización caucasiana. El exilio de Stalin a Siberia coincidió con el inicio de la guerra ruso-japonesa. Stalin y sus camaradas aprovecharon la confusión para escapar, casi inmediatamente, después de aterrizar en Siberia. A finales de 1904 estaba de vuelta en Tiflis.

Tan pronto como regresó, fue llamado a tomar posición sobre las cuestiones que llevaron a la escisión entre bolcheviques y mencheviques. La mayoría de los socialistas del Cáucaso eran mecheviques, e incluso los bolcheviques lo eran por compromiso. A pesar de esta gran mayoría de mencheviques, Stalin pronto se sumó a Lenin y a los bolcheviques. Comenzó a escribir en la prensa del Partido de Georgia como soporte vigoroso a los bolcheviques. En su primer artículo, escribió que el partido es “un grupo de líderes militantes” y “necesita ser una organización centralizada y coherente“. Su fuerte posición política le puso en contacto directo con Lenin que, desde el extranjero, pidió copias del artículo de Stalin. Además de su batalla ideológica contra los mencheviques, Stalin estaba profundamente implicado en las luchas revolucionarias que se estaban dando en todo el país como parte de la revolución de 1905. El centro de actividades de Stalin fue el Cáucaso.

Además de participar en la organización de la huelga de los trabajadores, Stalin comenzó inmediatamente la aplicación práctica de la llamada bolchevique para la preparación de la insurreción armada. Se convirtió en el principal organizador, inspiración y guía de la organización militar del Cáucaso. También construyó un laboratorio secreto y eficiente para explosivos. A través de las luchas, se crearon varios escuadrones de lucha. Participaron en los numerosos disturbios, en ataques a las bandas de la clase dominante Goonda, y mantuvieron contacto con las guerrillas campesinas. En el período posterior a la desaceleración de la revolución, cuando el partido sufrió una aguda escasez de fondos, algunos de los mejores escuadrones fueron utilizados en acciones audaces para recaudar dinero. Stalin desempeñó el papel principal en la dirección y organización de esa rama técnica clandestina del Partido. En esa época, también escribió artículos sobre el enfoque marxista para la insurreción.

En diciembre de 1905, Stalin participó en su primera reunión de la Conferencia Rusa de los Bolcheviques. Fue aquí donde Lenin conoció a Stalin por primera vez. Él también participó en el Congreso Unido de abril de 1906, donde fue el único delegado bolchevique de once delegados del Cáucaso. Los demás eran todos mencheviques. También fue el único bolchevique en participar en el Congreso de 1907. En ambos Congresos, uno de los puntos de discusión fueron hechos por Trotsky y por los mencheviques, llamando a detener las acciones armadas para obtener dinero. Sin embargo, el Cáucaso continuó siendo el principal centro de estas acciones con una estimación de 1150 entre 1905-1908.

A finales de 1907, Stalin fue elegido en el comité de Bakú. Esta ciudad petrolera de 50.000 trabajadores tenía trabajadores de varias nacionalidades y religiones que sufrían la explotación. Stalin unió a los trabajadores y desarrolló el centro de la lucha solidaria contra el período oscuro de la reacción de Stolypin. Bajo la adopción de una nueva identidad, estableció su residencia y una prensa clandestina en la región musulmana de la ciudad. Fue en esta época en la que Stalin comenzó a escribir por primera vez en ruso. En 1908, Stalin fue arrestado, pero continuó escribiendo artículos y liderando las actividades del partido desde dentro de la prisión. En 1909, fue desterrado de nuevo, pero escapó después de cuatro meses.

Stalin volvió vía San Petersburgo y encontró la sede del Estado del Partido en la capital desorganizada. A su regreso a Bakú, escribió sobre la situación y pidió la posición de los camaradas sobre la actuación del Partido en toda Rusia. Más tarde, también pidió la transferencia del centro de dirección práctica en toda Rusia. Después de muchos meses de intenso trabajo en Bakú y de escribir artículos para el órgano del partido en el extranjero, Stalin fue nuevamente detenido en marzo de 1910. Después de algunos meses en prisión, fue nuevamente desterrado y permaneció hasta julio de 1911. En esta ocasión, teniendo imposible volver al Cáucaso o a cualquier gran ciudad, decidió instalarse en una pequeña ciudad cerca de San Petersburgo y Moscú. Sin embargo, fue detenido de nuevo en un período de dos meses. Al cabo de algunos meses, Stalin fue liberado de nuevo, pero tuvo que permanecer lejos de las grandes áreas urbanas.

Fue durante este período que el primer Comité Central bolchevique captó a Stalin para la organización, a través de elecciones. Una de sus primeras tareas como miembro era distribuir el primer número del periódico bolchevique “Pravda“. Sin embargo, fue casi inmediatamente arrestado de nuevo, pero después de tres meses de prisión y dos meses en Siberia, logró escapar. Llegó a San Petersburgo a tiempo de organizar la campaña de las elecciones para la Duma. A pesar de que los bolcheviques habían ganado solamente en seis lugares, representaban más del 80% de los trabajadores industriales.

A finales de 1912 y principios de 1913, Stalin pasó algunas semanas en el extranjero, donde conoció y mantuvo conversaciones con Lenin y otros camaradas. Fue durante este período que escribió su famoso libro sobre la cuestión nacional. Volvió a San Petersburgo en febrero de 1913, pero fue traicionado por otro miembro del Comité Central, Malinovsky, que era un agente de la policía secreta zarista. Este agente también traicionó a otro compañero, Sverdlov. Tanto Sverdlov como Stalin fueron exiliados a las partes más remotas de Siberia, lo que hacía difícil escapar. Durante este período, Lenin ideó planes para la fuga de Stalin, pero los planes acabaron pasando por las manos de este agente secreto, que en lugar de ayudar en el plan original, sólo transfirió los dos para que fuesen mejor vigilados. Así, Stalin permaneció en el exilio durante cuatro largos años, hasta que la revolución burguesa de 1917, cuando el régimen zarista fue derrocado. Fue entonces cuando se le permitió regresar a San Petersburgo, donde llegó el 12 de marzo de 1917. Desde entonces, y hasta la llegada de Lenin en abril, Stalin lideró la dirección del partido.

Haciendo una retrospectiva en la vida política de Stalin, veinte años antes de la Revolución se erige como un ejemplo de coraje, abnegación, dedicación y devoción a la Revolución. Además de los largos años de exilio y prisión, la vida de Stalin pasó casi completamente en la clandestinidad, en contacto estrecho y directo con las masas. En una vida tan dura, Stalin casi no tuvo tiempo para mantener una “vida privada”. Se casó por primera vez cuando era jóven, con Ekaterina Svanidze, la hermana de uno de sus compañeros socialistas en el seminario de Tiflis. Tuvieron un hijo, que después de la muerte de Ekaterina en la revolución de 1905, fue educado por sus padres. Su segundo matrimonio fue con Nadezhda Alilúyeva, la hija de uno de los compañeros de trabajo más próximos de Stalin. Mantenía fuertes lazos con la familia, y siempre le estaban enviando ropa, alimentos y libros durante sus días de exilio. Este segundo matrimonio, a su vez, sólo se produjo cuando ambos fueron enviados a Tsaritsin (posteriormente Stalingrado) durante la guerra civil. Esto sólo se produjo después de la Revolución de Octubre.

Capítulo 21: La construcción del Socialismo: La experiencia rusa.

En la época de la Revolución de Octubre había dos puntos de vista supuestamente marxistas respecto a la construcción del socialismo.

Uno de estos puntos de vista era representado por los mencheviques y otros como ellos. Este grupo se oponía a continuar y llevar a cabo la revolución socialista y quería que el poder se mantuviese en manos de la burguesía. Su argumentación era que, dado que el capitalismo no se había desarrollado lo suficiente y se concentraba en los medios de producción, particularmente en la agricultura, el momento no era adecuado para que el proletariado conquistase el poder. Entonces propusieron que el proletariado debería esperar cierto tiempo hasta que el capitalismo se desarrollase en cierto grado sobre el control de la burguesía. Eso crearía las condiciones para la nacionalización de los medios de producción y para la construcción del socialismo. Los mencheviques eran como vemos, completamente contrarios a que el proletariado socializara los medios de producción y continuara el camino del programa de la construcción del socialismo.

El otro punto de vista era representado por un grupo interno del partido bolchevique de personas entonces llamadas comunistas “de izquierdas”. Su posición era que el poder debía ser conquistado y que todos los medios de producción debían ser inmediatamente nacionalizados hasta la socialización de la propiedad de los pequeños y medios campesinos y otros pequeños productores. Estos comunistas “de izquierdas” querían, como vemos, tomar una posición antagónica con el campesinado, y así alejar al principal aliado de la revolución.

Lenin luchó contra ambos puntos de vista, y trazó la línea correcta para la construcción del socialismo. Los principales aspectos del camino trazado por Lenin para la construcción del socialismo pueden ser resaltados en las siguientes formulaciones:

a) El proletariado no debe perder sus oportunidades, sino utilizarlas a su favor para conquistar el poder. Esperar sólo tendrá como resultado el avance del capitalismo que arruinará a millones de pequeños y medios productores individuales;

b) los medios de producción industriales deben ser confiscados y convertidos en propiedad estatal;


c) Los pequeños y medios productores individuales deben unirse de forma gradual en cooperativas agrícolas, es decir, en grandes empresas agrícolas, granjas colectivas;

d) La industria debe ser desarrollada al más alto nivel y las granjas colectivas deben ser introducidas en las modernas y tecnológicas bases de la producción a gran escala. La propiedad de las granjas colectivas no debe ser confiscada, sino por el contrario, generosamente suministradas con tractores de primera clase y otras máquinas;

e) Intercambio mediante la compra y venta, es decir, la producción de mercancías debe ser preservada por un cierto período, ya que los campesinos no aceptarían ninguna otra forma de conexión económica entre el campo y la ciudad. Pero estos intercambios deben ser realizados únicamente a través de la forma de intercambios soviéticos, entre el Estado, las cooperativas y las granjas colectivas. Esto debe ser máximamente desarrollado y los capitalistas de todos los tipos y descripciones deben ser exteriorizados de la actividad del intercambio.

De estos cinco puntos, los dos primeros pasos, la toma del poder y la nacionalización de la gran industria, fueron completados en los primeros meses. Sin embargo, las siguientes etapas de la construcción del socialismo no podrían llevarse a cabo de inmediato por culpa de las condiciones extremadamente difíciles, creadas por los ataques por todos lados que el primer estado proletario enfrentaba. Debido a la guerra civil, la propia continuidad del Estado estaba en cuestión. Para enfrentarse a este ataque universal, el Partido tenía que movilizar a todo el país para luchar contra el enemigo. Un paquete de medidas de emergencia llamado “comunismo de guerra” se puso en marcha.

Sobre el comunismo de guerra, el gobierno soviético tomó el control de la media y pequeña industria, además de la gran industria; Introdujo el monopolio del estado de todo intercambio de granos y prohibió el intercambio de granos; Estableció el sistema de apropiación del excedente, en que toda producción de excedente era luego comprada por el Estado en precios fijados; y finalmente introdujo el servicio de trabajo universal para todas las clases, haciendo el trabajo manual obligatorio para la burguesía, liberando así a los trabajadores de las responsabilidades de mayor importancia en el frente. Esa política de “comunismo de guerra” fue, sin embargo, un Estado temporal para cumplir con las necesidades de la guerra. Ayudó a movilizar a toda la población para la guerra y dio como resultado la derrota de todos los intervencionistas extranjeros y reaccionarios nacionales a finales de 1920 y la preservación de la independencia y libertad de la nueva república soviética.

En 1921 hubo un nuevo giro en la situación en Rusia. Después de lograr la victoria en la guerra civil, la tarea era entonces establecer un trabajo de pacificación de la restauración económica. Con este fin, se hizo un cambio de política, del comunismo de guerra a la Nueva Política Económica (NEP). De acuerdo con este cambio, la apropiación obligatoria del excedente fue suspendida, se reintrodujeron los intercambios privados y fueron permitidas las manufactura privadas para abrir pequeños negocios. Esto era necesario porque las medidas del comunismo de guerra habían ido demasiado lejos e hicieron resentirse a algunas fracciones de la masa de la base del Partido, sobre todo el campesinado. Sin embargo, los trotskistas se opusieron fuertemente a la NEP, considerándola un retroceso. Lenin, en el X Congreso del Partido, en marzo de 1921, rompió con los trotskistas y convenció al Congreso del cambio político, que fue adoptado. Más tarde, Lenin dio entonces la sustancia teórica de la exactitud de la NEP en su informe “Sobre la táctica del Partido Comunista de Rusia“, presentado ante el Tercer Congreso de la Internacional Comunista en julio de 1921. La NEP continuó hasta finales de 1925, cuando el XIV Congreso del Partido tomó la decisión de entrar en la nueva fase de construcción del socialismo, la industrialización socialista.

La industrialización socialista: En aquel momento, la Unión Soviética estaba todavía relativamente atrasada, era un país agrario, con dos terceras partes de toda la producción procedente de la agricultura, y sólo una cuarta parte procedente de la industria. Para avanzar hasta ser el primer estado socialista, el obstáculo de ser económicamente independiente del imperialismo era de gran importancia. Por lo tanto, el camino para la construcción del socialismo debía en primer lugar centrarse en la industrialización socialista. En palabras de Stalin, “transformar nuestro país de un país agrario en un país industrial, capaz de producir con sus propios medios las máquinas y herramienta necesarias: en esto consiste la esencia, el fundamento de nuestra línea general“. Por lo tanto, el objetivo principal era la industria pesada, que produce máquinas para otras industrias y para la agricultura.

Esta política tuvo éxito en la construcción de una poderosa base industrial independiente del imperialismo. También permitió la defensa de la base socialista en la Segunda Guerra Mundial. Además, expandió la industria mucho más rápido que muchos países imperialistas, demostrando así la inmensa superioridad del sistema socialista. El factor principal de esto fue la plena participación en el aumento de la producción por parte de toda la clase proletaria. En aquella época, todo el mundo capitalista estaba sufriendo una severa crisis económica, mientras que la industria socialista estaba marchando hacia adelante sin ningún problema.

Sin embargo, gracias al especial énfasis del desarrollo prioritario de la industria pesada, la agricultura fue descuidada en los planes. Por eso, en el período en que la producción industrial se multiplicó por nueve, la producción de cereales no creció ni 1/5 de la producción original. Esto mostró que el crecimiento de la agricultura era mucho menor en comparación con el crecimiento de la industria. Esto también ocurrió en la propia industria en la que la industria pesada creció mucho más rápido que la industria ligera. Mao, en su “Crítica de la economía soviética“, criticó este énfasis y llamó a la promoción simultánea tanto de la industria como de la agricultura. Dentro de la rama de la industria, llamó al desarrollo tanto de la industria ligera como de la pesada.

La colectivización de la agricultura: El primer paso en este proceso fue llevado a cabo en el período de restauración de la propia NEP, así como en la formación de las primeras cooperativas entre pequeños y medianos campesinos. Sin embargo, debido a la resistencia de los kulaks (campesinos ricos) no hubo muchos avances. Además, los kulaks tomaron una posición de oposición activa y sabotaje contra el proceso de construcción del socialismo. Se negaron a vender sus excedentes de producción al Estado Soviético. Entonces recurrieron al terrorismo contra las granjas colectivas, contra trabajadores del partido y funcionarios del gobierno en el campo, y quemaron varias granjas, así como reservas de cereales del Estado. En 1927, gracias a esta acción de sabotaje, la parte comercializada de la cosecha fue de sólo el 37% del total de la comercialización antes de la guerra. Por lo tanto, en aquel año, el partido tomó la decisión de emprender una ofensiva para poner fin al sabotaje de los kulaks. Apoyándose en los campesinos pobres y alineándose con los campesinos medios, el Partido fue capaz de alcanzar el éxito en la compra de cereales y avanzar el proceso de colectivización. Sin embargo, el mayor avance llegó a finales de 1929.

Incluso antes de 1929, el Gobierno soviético había puesto en práctica la política de restringir los kulaks. La consecuencia de esta política fue el congelamiento del crecimiento de la clase Kulak, que en algunas secciones, incapaces de resistir la presión de esas políticas, fueron forzadas a salir del servicio y se arruinaron. Sin embargo, esta política no consiguió acabar con las bases económicas de los kulaks, destruirlos como clase, o eliminarlos. Esa política fue esencial para un período de tiempo en el que las granjas colectivas y las granjas del Estado eran todavía débiles e incapaces de sustituir a los kulaks en la producción de granos.

A finales de 1929, con el crecimiento de las granjas colectivas y las granjas estatales, el Estado soviético cambió rápidamente de dirección para la potítica de eliminación de los Kulaks, destruyéndolos como clase. Retiró las leyes de arrendamiento de tierras y contratos de trabajo en el campo, privando así a los Kulaks tanto de tierra como de sus asalariados, y retiró la prohibición de la confiscación de la propiedad de los Kulaks. También permitió a los campesinos confiscar el ganado, máquinas y otras propiedades de las granjas de los Kulaks en beneficio de las granjas colectivas. Los Kulaks, por lo tanto, perdieron todos sus medios de producción. Fueron expropiados, así como los capitalistas habían sido expropiados en el ámbito industrial en 1918. La diferencia, sin embargo, era que los medios de producción de los Kulaks no estaban en manos del Estado, sino en manos de los campesinos, unidos en granjas colectivas.

Se adoptó un plan de “paso a paso” para la aplicación de esta política. Dependiendo de las condiciones de las distintas regiones, se establecieron diferentes tasas de colectivización, y se fijó el tiempo máximo de un año para la completa colectivización. La producción de tractores, cosechadoras y otras máquinas agrícolas fue extremadamente alta. Se multiplicaron los préstamos del Estado a las granjas colectivas en el primer año. Se seleccionaron 25.000 trabajadores con conciencia de clase y fueron enviados a las zonas rurales para ayudar a la ejecución del plan. El proceso de colectivización, a pesar de sus errores, avanzó de forma rápida a su éxito. Alrededor de 1934, el noventa por ciento de todas las zonas rurales fueron dirigidas a las agricultura socialista, es decir, granjas estatales y granjas colectivas.

Todo el proceso de colectivización agrícola no fue más que una revolución donde el proletariado se alió con los campesinos pobres y medios para acabar con el poder de los Kulaks.

Esta revolución, de un solo golpe, resolvió tres problemas fundamentales en la construcción del socialismo:

a) Eliminó la clase explotadora más numerosa del país, los Kulaks, el gran pilar de la restauración capitalista;

b) Transfirió la clase obrera más numerosa del país, la clase campesina, del camino de la agricultura individual, que hace crecer el capitalismo, al camino de la agricultura colectiva y socialista;

c) Proporcionó al régimen soviético una base socialista en la agricultura, la más extensa y vitalmente necesaria, pero al mismo tiempo menos desarrollada, parte de la economía nacional.

Con la victoria del movimiento por la colectivización, el Partido anunció la victoria del socialismo. En enero de 1933, Stalin anunció que “la victoria del socialismo en todos los brazos de la economía nacional abolió la explotación del hombre por el hombre“. En enero de 1934, el Informe del XVII Congreso del Partido Comunista declaró que “la forma de estructura económica y social del socialismo, ahora permanece indivisible y es por si misma la fuerza de mando de toda la economía nacional“. La ausencia de cualquier clase antagonista fue una vez más reiterada en la presentación de la Constitución del 36 y en otros informes políticos.

Los errores en la experiencia rusa: La experiencia rusa en la construcción del socialismo fue de especial importancia para el proletariado internacional, y en particular para todos los países donde el proletariado conquistó el poder. Stalin, en su libro “Problemas económicos del socialismo en la URSS“, intentó teorizar de acuerdo al proceso de construcción del socialismo y las leyes económicas del socialismo, pero, sin embargo, no consiguió realizar un análisis autocrítico de la experiencia rusa. Posteriormente, Mao hizo un análisis de la experiencia rusa y señaló algunos errores en su práctica, así como en las formulaciones Stalin.

Mao señaló los siguientes errores principales en la experiencia rusa:

1) No haber dado la debida importancia a la contradicción entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas. Esto se reflejó en la prolongada convivencia entre los dos tipos de propiedad. Por un lado la propiedad de todo el pueblo, que representaba las industrias nacionalizadas y granjas estatalizadas, y por el otro la propiedad colectiva (o cooperativa). Mao veía que la coexistencia prolongada entre las formas de propiedad de todo el pueblo y por colectivos estaba destinada a ser cada vez menos adaptable;

2) No haber dado la debida importancia a la línea de masas durante la construcción del socialismo. Mao señaló que en los primeros años la línea de masas fue adaptada, pero después, el Partido Comunista de la Unión Soviética tuvo cada vez menos confianza en las masas. Las líneas donde se hacían mayor hincapié eran la tecnología y sus cuadros técnicos, en lugar de políticas de masas;

3) Rechazar la lucha de clases. Después del éxito del proceso de colectivización, no se le dio suficiente importancia a la contínua lucha de clases que todavía existe dentro del socialismo;

4) El desequilibrio entre la industria pesada por un lado, y la industria ligera y la agricultura por otro;

5) La desconfianza en el campesinado. Mao criticó las políticas soviéticas por no haber dado la debida importancia a los campesinos. Además de trazar tales lecciones de Stalin y de la experiencia rusa, Mao también aprendió con la experiencia china. Intentó, entonces, desarrollar la teoría marxista sobre la construcción del socialismo

Capítulo 22: La lucha contra el Trotskismo y otras tendencias oportunistas.

Durante todo el período de la revolución rusa, e incluso después de la toma del poder, la línea bolchevique tuvo que librar una lucha contra diversas líneas oportunistas. Una de las más importantes tendencias antimarxistas fue el trotskismo, llamado así por su creador, Leon Trotsky. Trotsky era un miembro del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso que en la época de la escisión entre bolcheviques y mencheviques, se alineó con los mencheviques. Más tarde trató de formar un bloque separado de las dos tendencias, bolchevique y menchevique, e incluso se presentó como el “centro” que uniría los dos grupos. Tras el éxito de la revolución de febrero, hizo autocrítica por sus errores y fue admitido en el Partido Bolchevique, entrando directamente en el Comité Central. Después de la Revolución de Octubre fue Comisario de Asuntos Exteriores (1917-1918) y Comisario de Asuntos Militares y Navales (1918-1924), cargo del que fue retirado debido a sus actividades oportunistas y separatistas.

En el período de la construcción socialista, el trotskismo desempeñó un papel muy perturbador y separatista. Stalin lideró el partido en una lucha firme contra el oportunismo trotskista. Las tres características específicas del trotskismo, las que fueron esbozadas por Stalin en su discurso “Trotskismo o Leninismo“, son:

1) La teoría de la revolución permanente: Según esta teoría, Trotsky propone que el proletariado debe pasar rápidamente de la etapa democrático-burguesa a la etapa socialista de la revolución sin la ayuda de los campesinos. De esta forma se oponía a cualquier idea de dictadura del proletariado y del campesinado. Rechazaba el papel de los campesinos, el aliado más fuerte del proletariado. Esta teoría, que parece muy “de izquierdas”, en realidad, en esencia, significaba la traición de la revolución, porque sin el campesinado no había ninguna esperanza de éxito para el proletariado y la revolución estaba destinada a terminar en fracaso. Otro aspecto de esta teoría era que la revolución en los países capitalistas avanzados era necesaria para la construcción del socialismo. Su teoría de la revolución permanente fue también una teoría de la revolución mundial, que proponía que, a pesar de que la revolución comenzase a nivel nacional, los revolucionarios deberían trabajar de inmediato para difundirla en otros países. De nuevo, esta propuesta parece muy “de izquierdas”, pero en realidad significa una comprensión muy derrotista que se opone a la posibilidad de construcción del socialismo en un sólo país.

Lenin se opuso a esta teoría antimarxista nada más ser planteada, en el período inmediatamente después de la revolución de 1905, cuando Trotsky no era parte de la fracción bolchevique. Sin embargo, la teoría apareció en muchas formas y tuvo que ser combatida en diversos momentos después de la Revolución de Octubre, cuando Trotsky se había unido al Partido Bolchevique y se había convertido en uno de sus principales miembros.


El primer caso fue inmediatamente después de la Revolución, durante las negociaciones de paz con Alemania. Trotsky, basándose en su teoría, quería que la guerra continuase, pues pensaba que esta ayudaría a la situación revolucionaria en Alemania, y el éxito de la revolución en Alemania, un país capitalista avanzado, era más importante que la consolidación de la revolución en Rusia. Lenin y Stalin se opusieron vigorosamente a este argumento, pero se tuvo que convocar el VII Congreso especialmente para discutir y derrotar este pensamiento.

Otro ejemplo de esta teoría fue la lucha de la oposición capitaneada por Trotsky contra la introducción de la NEP (Nueva Política Económica). Al ser contrario a la alianza con el campesinado, sintió que la NEP no era más que una retirada. No aceptaba la necesidad de preservar esta alianza y preparar el terreno para la construcción del socialismo. De nuevo, esta comprensión tuvo que ser combatida y derrotada en el X Congreso del Partido.

Un tercer ejemplo fue cuando se sustituyó la NEP por la industrialización socialista. En aquella época, Trotsky se unió con otros elementos para proponer la idea de que no era posible construir el socialismo en un solo país. Esta propuesta, basada en la idea de la “revolución permanente” de Trotsky y en la comprensión de la “revolución mundial”, habría significado un enfoque derrotista y oportunista para la construcción socialista, la que supuestamente basaría el éxito del socialismo en Rusia en el éxito de la revolución en los países capitalistas desarrollados. Stalin reunió al Partido contra esta comprensión en el XIV Congreso del Partido, en 1925.

2) La segunda característica del trotskismo es su oposición a los principios del Partido Bolchevique. La oposición de Trotsky al centralismo democrático y al concepto del Partido leninista fue evidente desde el principio, con su apoyo a los mencheviques durante la división con los bolcheviques. Incluso más tarde, en 1912, unió todas las tendencias oportunistas, como los liquidadores y otsovistas, para formar una fracción denominada Bloque de Agosto. Mientras fingía ser un “centrista” que servía para unir a los bolcheviques y a los mencheviques, Trotsky realmente apoyaba a los mencheviques y trabajaba con ellos. Lenin, con el apoyo de Stalin y otros, se opuso y luchó contra este bloque oportunista.

En 1923, cuando Lenin estaba gravemente enfermo, Trotsky aprovechó el vacío en la dirección para exigir la retirada de todas las normas del centralismo democrático en el partido. Se unió a todos los elementos más diversos de la oposición para formular la “Declaración de los cuarenta y seis“, que exigía la libertad de fracciones y tendencias en el Partido Comunista. Esta demanda divisionista también fue derrotada.

Sin embargo, las demandas de Trotsky de “libertad” y “democracia” eran totalmente oportunistas y dependía de él estar en una posición de toma de decisiones o no. Así que, cuando estaba en el centro de la toma de decisiones, en 1920, Trotsky propuso la “militarización” de los sindicatos y someterlos a la disciplina del ejército. Se opuso a que la democracia se extendiese a los sindicatos y a la elección de los órganos sindicales. Lenin, Stalin y otros camaradas lideraron la lucha contra esta opinión y declararon que los sindicatos debían basar todas sus actividades en los métodos de persuasión.

3) La tercera característica del trotskismo fue su falsa y repetida propaganda contra la dirección bolchevique. Al principio, Trotsky concentró todos sus ataques contra Lenin. Luego, Stalin se convirtió en el foco de todas las formas de difamación.

Después de no obtener éxito en la conquista del Partido respecto a su idea en el debate abierto, comenzó las manipulaciones secretas. En 1926, creó una fracción secreta con una prensa clandestina y propaganda secreta. Todo esto fue descubierto y finalmente acabó siendo expulsado del partido. Se fue al extranjero, pero siguió manteniendo vínculos con otros oportunistas dentro del partido. En 1929, otro grupo (la oposición de derecha) fue formado bajo el liderazgo de Bujarin, miembro del Politburó, y se opuso a la lucha contra los kulaks y el avance del proceso de colectivización agrícola. Esta línea fue también derrotada.

En la década de 1930, sin embargo, el trotskismo dejó de ser una tendencia política dentro de la clase obrera. Renunció a los intentos de propaganda abierta de su línea antimarxista, y en su lugar, se dedico a hacer planes y maniobras secretas. Trotsky, y los principales trotskistas de la Unión Soviética, desarrollaron vínculos con los servicios de inteligencia extranjeros y comenzaron a trabajar en planes para asesinar a algunos de los principales líderes del partido y asumir su liderazgo. Fue como parte de este plan que el camarada Kirov, segundo en la época después de Stalin, en la dirección del partido, fue asesinado en 1934. En las investigaciones llevadas a cabo, los principales conspiradores, muchos de los cuales eran miembros del Comité Central, fueron descubiertos. Se realizaron juicios abiertos en los que admitieron sus crímenes. Muchos fueron condenados a muerte y ejecutados

Capítulo 23: Las tácticas llevadas a cabo durante la Segunda Guerra Mundial.

Durante la mayor parte del periodo entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, la economía capitalista mundial se encontraba en estado de colapso. La producción industrial mundial creció a un ritmo muy lento, y el comercio mundial se mantuvo estancado. De hecho, el comercio total mundial en 1948 (tres años después del final de Segunda Guerra Mundial) fue el mismo que en 1913 (un año antes de comenzar la Primera Guerra Mundial). La peor fase fue la llamada Gran Depresión, entre 1929 y 1933, de la que el capitalismo realmente no se recuperó hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, en 1939. Fue una crisis que afectó a prácticamente todo el mundo, desde el país más industrializado al más atrasado. La producción industrial cayó y el desempleo alcanzó los niveles más altos de la historia. En Alemania, casi la mitad de la clase trabajadora estuvo sin trabajo. Los precios cayeron, afectando a las economías de casi todos los países.

A medida que las dificultades económicas aumentaban, las contradicciones se acentuaban y había agitación social y política generalizada en muchos países. En América Latina, hubo intentos de derrocar a los gobiernos en casi todos los países, muchos de los cuales fueron exitosos. También hubo una explosión de movimientos de independencia en muchos países, incluida en la India. Así, en todas las colonias y semicolonias hubo luchas y un giro a la izquierda. En los países imperialistas, las clases dominantes trataron desesperadamente de controlar los efectos sociales de la crisis. Algunos de ellos introdujeron planes de bienestar para desviar a las masas de la lucha. La mayor parte las clases dominantes, sin embargo, utilizaron medidas represivas para reprimir al pueblo. Muchos países trajeron regímenes de derechas y fascistas. Italia fue el primer país en traer el fascismo. Japón pasó de un gobierno liberal a un régimen nacional-militar en 1930-1931. Alemania llevó a los nazis al poder en 1933. En muchos otros países imperialistas también hubo un crecimiento de los partidos de derecha y una retirada de los partidos reformistas.

La Internacional Comunista analizó este crecimiento del fascismo. Mostró cómo tres factores en la situación de la posguerra habían afectado a las clases imperialistas y dieron lugar a la ascenso del fascismo. En primer lugar, el éxito de la Revolución de Octubre y la victoria del socialismo habían hecho a la burguesía temer el avance del proletariado y el éxito de la revolución en sus propios países. En segundo lugar, se estaban enfrentando a la crisis económica más severa de la historia del capitalismo. En tercer lugar, los primeros dos factores estaban haciendo que las masas trabajadoras de todo el mundo se pusiesen del lado de la revolución. La respuesta de las clases dominantes imperialistas a estos tres factores fue sacar el fascismo a la superficie.

En el VII Congreso de la Internacional Comunista, que se llevó a cabo en 1935, el fascismo y el peligro de guerra fueron analizados detalladamente. El fascismo fue definido como la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, chovinistas e imperialistas del capital financiero. Se explicó cómo los imperialistas planeaban aumentar drásticamente el saqueo de las masas trabajadoras. Se preparaban para librar una nueva guerra mundial imperialista, para atacar a la Unión Soviética, para dividir China entre las potencias imperialistas, y, así, impedir el avance la revolución. Mientras que los principales países imperialistas comenzaban a establecer gobiernos fascistas, llevaban a cabo guerras locales como preparación para una nueva guerra mundial para la división del mundo. Como Alemania y Japón comenzaron a atacar e invadir nuevas áreas, las otras potencias imperialistas como Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos iniciaron una política de transigencia y concesiones en relación a los agresores fascistas y trataron de utilizarlos para destruir la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Fue en el contexto de este tipo de tácticas peligrosas usadas por los imperialistas que el proletariado internacional tenía que trabajar y poner en práctica sus tácticas.


Las tácticas del proletariado fueron directamente opuestas a las tácticas de los imperialistas. Los objetivos de la clase obrera internacional eran la defensa de la Unión Soviética, la derrota del fascismo y de los belicistas, la victoria de las luchas de liberación nacional y el establecimiento del poder soviético en tantos países como fuese posible.

Con el fin de alcanzar estos objetivos, la Tercera Internacional adoptó tácticas con principios marxistas de tácticas de guerra. Al igual que durante la Primera Guerra Mundial, la Internacional llamó a todos los comunistas a tratar de evitar el estallido de la guerra, y en el caso de que realmente estallase, la Internacional dio instrucciones de que todos los comunistas debían trabajar para convertir la guerra injusta e imperialista en una guerra civil, y de este modo, completar la revolución. Sin embargo, la principal diferencia en comparación con la situación de la Primera Guerra Mundial era que ahora había una única base socialista, la Unión Soviética. Era el deber de todo comunista defender esta base socialista. Así, en el caso de que Ejército Rojo Soviético se viese obligado a entrar en la guerra, en defensa de la Unión Soviética, la naturaleza de la guerra cambiaría. Se convertiría en una guerra justa para la defensa del socialismo y convertiría la tarea de todos los comunistas en movilizar a los trabajadores y a las masas trabajadoras de todos los países para la victoria del Ejército Rojo sobre el imperialismo. Así, el enfoque comunista para la guerra y las tareas de los Partidos Comunistas del mundo quedaron claras en 1935, cuatro años antes de la aparición real de la guerra.

La Tercera Internacional elaboró tácticas detalladas del frente unido, con el fin de combatir el fascismo e implementar el objetivo citado. En los países capitalistas se crearían dos tipos de frentes. Uno era el frente de los trabajadores antifascistas, que sería formado con los partidos socialdemócratas. El otro era los frentes populares antifascistas, que serían formados donde fuese necesario, con otros partidos antifascistas, además de los socialdemócratas. En las colonias y semicolonias, la tarea era formar frentes populares antiimperialistas, incluyendo la burguesía nacional. El objetivo final de los comunistas, al participar en todos estos frentes, era lograr la victoria de la revolución en sus propios países y la derrota mundial del capitalismo.

En los años previos a la guerra, la mayoría de los Partidos Comunistas intentaron poner en práctica las tácticas mencionadas anteriormente. Se formaron frentes unidos y se desarrollaron movimientos en muchos países. Sin embargo, durante los diversos giros y revueltas en la situación y en las diferentes condiciones concretas en varios países, algunos de los partidos no tuvieron éxito en la aplicación de las tácticas correctas.

El gobierno soviético, sin embargo, que se enfrentó a la situación más peligrosa, fue capaz, bajo el mando de Stalin, de emplear las tácticas correctas en la situación concreta de la Segunda Guerra Mundial. En los años previos a la guerra se hicieron numerosos intentos de construir un frente unido de los gobiernos no fascistas contra el grupo de países agresores fascistas. Sin embargo, más tarde se hizo evidente que esos países no estaban interesados en un frente unido, sino que estaban haciendo todo lo posible para utilizar a Alemania para aplastar a la Unión Soviética. Para derrotar estas tácticas, Stalin firmó un pacto de no agresión con Alemania en agosto de 1939, obligando a que la primera parte de la guerra fuese una guerra entre las potencias imperialistas. Así, Partidos Comunistas de todo el mundo trabajaron según las tácticas de “hacer de la guerra una guerra civil” durante los dos primeros años de la guerra. La Unión Soviética empleó este período para hacer todos los preparativos posibles para su defensa en el caso de cualquiera de los países imperialistas lanzase un ataque.

Esto ocurrió en junio de 1941, cuando Alemania atacó la base socialista. Debido a este ataque, el Ejército Rojo se vio obligado a responder, y la naturaleza de la guerra cambió a la de una guerra popular antifascista, y las tácticas previamente planificadas por la Tercera Internacional entraron en vigor. Algunos partidos, empleando las tácticas correctas y haciendo uso de la grave crisis revolucionaria, pudieron lograr la revolución. En particular, el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), fue capaz de dirigir el Ejército Rojo y todo el pueblo soviético a una victoria heroica en la guerra. La URSS derrotó al todopoderoso ejército alemán y extendió las manos a los partidos y luchadores comunistas de los países de Europa del Este para liberarlos de la ocupación alemana. Así, utilizando estas tácticas, el proletariado internacional no sólo consiguió proteger su base socialista, sino que, en 1949, pudo romper la cadena imperialista en varios lugares, saliendo del sistema imperialista mundial y construyendo un campo socialista que cubría un tercio de la humanidad. Por lo tanto, la estrategia y las tácticas trazadas por la Tercera Internacional, durante el período de la Segunda Guerra Mundial, demostraron ser correctas en la práctica.

Sin embargo, también hubo fallos graves. Esto se debió principalmente a la educación incompleta impartida por la dirección de la Tercera Internacional sobre el enfoque correcto en la aplicación de estas tácticas, y a los fuertes restos de la perspectiva reformista de la Segunda Internacional en muchos de los partidos de Europa y los partidos formados por ellos, como el Partido Comunista de la India. Partidos como el PCI y el Partido Comunista de Gran Bretaña pasaron la mayor parte de su tiempo, en el período de la guerra popular, tratando de aumentar la producción. Muchos de estos partidos rompieron varias huelgas y quedaron al margen de la clase obrera. Otros, como el Partido Comunista de Francia, que se unió en frentes unidos con los partidos de las clases dominantes, ni siquiera intentó mantener ningún tipo de diferencia entre comunistas y otros reaccionarios en el frente unido. Este enfoque llevó a estos partidos a convertirse en las colas de las clases dominantes en los frentes unidos en los que participaban. Esto también condujo al desarrollo de tendencias derechistas, que en el período siguiente daría lugar a que los líderes de casi todos estos partidos tomasen el camino del revisionismo.

La Tercera Internacional no fue capaz de combatir estas tendencias revisionistas y perdió su eficacia en la orientación de las condiciones, muy diferentes, enfrentadas por varios partidos miembros. A excepción de la publicación periódica de sus diarios, la actividad de la Comitern se redujo en gran medida a partir de 1940 y hasta incluso se interrumpieron los habituales manifiestos del Primero de Mayo y la Revolución de Octubre entre mayo de 1940 y mayo de 1942. Finalmente se decidió disolver la Internacional Comunista. Una vez que el Congreso no podía ser convocado en condiciones de guerra, la Junta de Gobernabilidad del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (CEIC) envió una resolución recomendando la disolución de la Internacional a todas sus secciones. Después de recibir la aprobación de la mayoría de las secciones, incluyendo todas las secciones importantes, la Comintern se disuelta el 10 de junio de 1943Capítulo 24: Los primeros años de Mao

Mao Tse-tung nació el 26 de diciembre de 1893, en la aldea de Shaoshan Chung, en el fértil valle de Shaoshan, en la provincia de Hunan, en China. El distrito donde nació Mao era rico en agricultura. También era una zona estratégica con todas las principales rutas por carretera y por río que pasaban por la provincia de Hunan. Estando en el medio, el comercio del pueblo de Hunan era conocido por sus comerciantes campesinos. Al final el siglo XIX y principios del siglo XX, Hunan también se convirtió en un centro intelectual y un centro de disidencia y revuelta, creando algunos de los hombres más sabios de China. Formando tanto a los generales militares que ayudaron a los emperadores chinos como a los revolucionarios que derrocaron su gobierno. También fue un importante centro de la mayor revuelta campesina del siglo XIX, la gran revuelta campesina de Taiping. Hunan proporcionó cientos de miles de combatientes para la rebelión, que duró 14 años, de 1850 a 1864. Este amplio apoyo a la revuelta campesina fue debido a la severa pobreza de los campesinos, por la explotación de los propietarios y los impuestos excesivos. Aunque el levantamiento fue brutalmente aplastado, la memoria de la revuelta se mantuvo firme en los pueblos en donde Mao pasó su infancia y juventud.

El padre de Mao, Mao Jen-shen, fue un campesino pobre que se vio obligado a convertirse en soldado durante siete años, con el fin de pagar las deudas de su padre. Más tarde, gracias al trabajo duro y al cuidadoso ahorro, pudo comprar de nuevo sus tierras. Llegó a convertirse en un campesino medio y un pequeño comerciante. El patrón de vida familiar, sin embargo, fue muy pobre. Hasta los dieciséis años de edad, Mao sólo comía un huevo por mes y carne alrededor de tres o cuatro veces al mes. El padre de Mao puso a sus hijos a trabajar tan pronto como fue posible. Así, Mao comenzó a trabajar en el campo a los seis años. La madre de Mao, Wen Chi-mei, era el distrito Xiangxiang, sólo a 16 millas de Shaoshan. Mao era el hijo mayor. Tenía dos hermanos y una hermanastra. Los tres estaban entre los miembros de la primera rama campesina del Partido Comunista que formó Mao. Todos se convirtieron en mártires de la Revolución.

Mao fue un rebelde desde muy temprano. Llamaba a su padre Poder Dominante. A menudo se unía con su madre, su hermano y los trabajadores contra la autoridad de su padre. En la escuela también se opuso a las viejas costumbres. Una vez, en protesta contra su maestro, a la edad de siete años, huyó y estuvo durante tres días en las montañas que rodeaban su pueblo. Después de esta protesta -la cual Mao define como su primer ataque con éxito- no fue readmitido en la escuela.

La primera escuela de Mao fue la escuela primaria del pueblo, en la que ingresó a los siete años. Tan pronto como aprendió a leer lo suficiente, desarrolló pasión por la lectura. Prefería los libros románticos de rebeldía y de aventura. A menudo, leía toda la noche, a la luz de una lámpara de aceite. El padre de Mao, que tenía muy poca educación, no estaba interesado en que Mao continuase su educación durante mucho tiempo.

Necesitaba a alguien para trabajar en los campos y para mantener sus cuentas. Por lo tanto, en 1906, sacó a Mao de la escuela del pueblo.


Mao, sin embargo, continuó su interés por la lectura y le pidió constantemente ser enviado a la escuela secundaria. Su padre no podía entender ese interés de su hijo, y pensaba que la solución estaba en concertarle matrimonio. Con catorce años, Mao se casó con una chica de la misma zona. Sin embargo, este se negó a completar el matrimonio.

Mientras tanto, la atmósfera revolucionaria estaba creciendo rápidamente en las áreas cercanas. Se llevaron a cabo dos rebeliones en ese período, lo que tuvo un impacto duradero en Mao. Una de ellas fue la revuelta de Hunan, en 1906, dirigida por los revolucionarios del partido nacionalista de Sun Yat-sen. La otra fue una revuelta contra un propietario de tierras por un grupo de campesinos del propio Shaoshan. Las dos fueron detenidas por la fuerza y los líderes decapitados. Mao se vio afectado en gran medida por la injusticia y anhelaba algo radical para el país y su pueblo. También anhelaba continuar su educación. Finalmente, en 1910, fue enviado a la escuela secundaria, en el distrito en el que estaba la casa de su madre, en Xiangxiang.

Los estudiantes de esta escuela eran todos de familias de terratenientes y de semejantes riquezas que, inicialmente, despreciaban a Mao. Mao, sin embargo, superó rápidamente a todos los otros estudiantes por su superior intelecto, trabajo duro, y estudio. Se sentaba a leer durante largas horas en el salón de clase después de que todos se habían marchado. Sus maestros estaban extramadamente impresionados por su habilidad. Después de unos meses, sin embargo, se le animó a aspirar a un nivel más alto. Después de un año, superó fácilmente los exámenes de admisión para la escuela superior, que estaba ubicada en Changsha, capital de la provincia de Hunan. En septiembre de 1911, Mao anduvo cuarenta millas hasta Changsha. Tenía casi dieciocho años y estaba viendo una ciudad por primera vez.

Changsha, la ciudad de los sabios, estaba en estado de agitación extrema en los días en que Mao llegó allí. Profesores y estudiantes habían formado organizaciones revolucionarias bajo diversos nombres. Se estaba distribuyendo literatura clandestina y se esperaba una explosión en cualquier momento. Mao, que ya había desarrollado algún pensamiento radical, estaba ansioso por participar en los acontecimientos. Después de un mes de la llegada de Mao, estalló la revolución burguesa de 1911 bajo la dirección de Sun Yat-sen. Inmediatamente decidió unirse a las fuerzas revolucionarias. La revolución, sin embargo, fue rapidamente traicionada y cayó en las manos de las fuerzas contrarrevolucionarias. Mao, después de cinco meses, renunció al ejército y volvió a Changsha.

A su regreso, Mao estaba buscando qué hacer y qué dirección tomar en su vida. Viendo anuncios en los periódicos, se inscribió a una cierta cantidad de cursos en escuelas que iban desde la fabricación de jabón y la academia de policía, a la escuela de derecho y de comercio. Finalmente pasó el examen de admisión para la Primera Escuela Provincial de Educación Superior en Changsha logrando el primer lugar. Después de seis meses, sin embargo, dejó la escuela y organizó un programa de enseñanza propio, el cual consistía en leer todos los días en la Biblioteca Provincial de Hunan. Durante seis meses, pasó todos los días, desde la mañana hasta la tarde, en la biblioteca, con apenas un desayuno y dos bolas de arroz. Este período de lectura intensiva cubrió una gama muy amplia de temas sociales y científicos de Occidente, así como autores de origen chino. Esto sentó las bases de la formación de Mao. Seis meses de tanto estudio dejaron a Mao sin dinero. Su padre, el cual no podía concebir que el único deseo de su hijo fuese seguir adelante con lectura, rehusó ayudarle, a menos que entrase en una escuela real.

Así, en 1913, Mao entró en la Primera Escuela Normal de Hunan, la cual era una escuela de profesores. Permaneció allí durante cinco años, de 1913 a 1918. El colapso del gobierno central chino y el estallido de la Primera Guerra Mundial había creado condiciones de extrema agitación en toda China y el mundo. En China, las guerras entre ejércitos provinciales, bajo los señores de la guerra, se convirtieron en algo común. Fue también el período en que Japón, haciendo uso de la participación de otros poderes imperialistas en la Gran Guerra, trató conseguir la dominación total sobre China. Esto llevó a una fuerte oposición entre los sectores intelectuales y revolucionarios de China.

Fue durante estos años que las ideas políticas de Mao tomaron forma. En 1915 se convirtió en secretario de la Sociedad de Estudiantes de la Escuela Normal, y creó la Asociación de Estudiantes para el Auto-gobierno. Esta organización llevó a cabo numerosas agitaciones contra las autoridades universitarias por demandas de los estudiantes. Mao también lideró esta organización en manifestaciones callejeras contra la dominación japonesa y sus marionetas chinas. Esta organización se convirtió más tarde en el núcleo de las futuras organizaciones estudiantiles en la provincia de Hunan.

En cuanto los ataques de los señores de la guerra crecieron, los estudiantes de diversos lugares formaron una milicia para la autodefensa. En 1917, Mao se convirtió en jefe del batallón de su facultad. Obtuvo algunas armas de la policía local y lideró a los estudiantes en ataques de guerrilla contra los grupos de los señores de la guerra para recolectar más armas. Haciendo uso de su conocimiento de las tácticas de guerrilla utilizadas anteriormente por los combatientes Hunanenses, así como del estudio de la teoría militar, Mao hizo del batallón de su facultad una fuerza de combate eficaz. Mao también tuvo cierto interés en todas las principales campañas militares de la Primera Guerra Mundial en curso. Enseñó y escribió artículos sobre estrategia y táctica.

Mao también estuvo implicado en otras actividades. Luchó contra los males sociales como el opio y la prostitución. Luchó contra la opresión de las mujeres e intentó garantizar la máxima participación de las mujeres en el movimiento estudiantil. Escribió y animó a practicar la natación, los deportes y la formación física entre estudiantes y jóvenes. Él mismo se mantiene en una buena y extrema condición física, toma baños de agua fría durante todo el año, nada en agua fría, anda descalzo y sin camisa durante largos paseos por las colinas, etc. En 1917, comenzó a ir a la escuela por la noche, donde él y otros estudiantes y maestros daban lecciones a los trabajadores de las fábricas de Changsha gratuitamente.

En 1918, Mao inaugura la Nueva Sociedad de Estudio del Pueblo, la cual venía planeando alrededor de un año. Fue uno de muchos grupos de estudiantes, pero se convirtió en algo más, en el núcleo de un partido político. Desde el principio insistió en la acción, así como en el debate. No sólo hablaba de revolución, sino que la practicaba, antes de nada, revolucionando a sus propios miembros, convirtiéndolos en “hombres nuevos”. Tenía a mujeres entre sus miembros que enfrentaban diversos problemas, por ejemplo, la opresión de la mujer en sistema tradicional de matrimonio. Sus actividades se regían al programa de debate, el estudio y la acción social. La acción social incluía escuelas nocturnas para trabajadores, visitas a fábricas, manifestaciones contra el imperialismo japonés, escribir artículos, luchar por nuevas ideas y el uso de la lengua nativa. En los años posteriores, los trece miembros originales de la sociedad se unieron al Partido Comunista de China (PCCh), fundado en 1921. En 1919, había ochenta miembros, de los cuales más de cuarenta se unirían al Partido.

En la época de la graduación de Mao en la escuela normal, en 1918, se juntó con su madre en Changsha, que fue para allí después de su tratamiento. Sin embargo, no se pudo curar y murió en octubre de 1918. Después de su muerte, Mao se traslada a Pekín, la capital de China, donde durante seis meses trabaja por un salario bajo como ayudante de bibliotecario en la Universidad de Pekín. Obtuvo este trabajo a través de Li Ta-chao, el bibliotecario de la universidad, que fue el primer intelectual chino que elogió la Revolución Rusa y uno de los primeros en introducir el pensamiento marxista en China. Bajo Li Ta-chao, Mao se desarrolló rápidamente hacia el marxismo. Empezó a leer las obras de Lenin, que habían sido traducidas al chino. A finales de 1918 se incorporó al Grupo de Estudios Marxistas formado por Li. También conoció a muchos intelectuales y marxistas. Alguien que tuvo un gran impacto en él fue Chen Tu-siu, que más tarde se convertiría en el primer secretario del PCCh. Chen, en aquella época, era editor de la revista radical “Nueva Juventud“, en la que Mao ya había escrito y que había tenido influencia en él.

Mao pasó seis meses en Pekín. Durante este período se enamoró de Yang Kai-hui, la hija de uno de sus profesores de la Universidad de Changsha, que ahora era profesor en la Universidad de Pekín. Ella estaba estudiando un curso de periodismo en la universidad. Fue su primer amor. Su amor era el que entonces se denominaba como amor “nuevo”, donde ambos tomaban su decisión de ir contra el sistema tradicional de matrimonios concertados. Durante algún tiempo, mantuvieron su amor en secreto. No estaban seguros de que fuese el momento para el amor cuando el país los necesitaba tanto. Decidieron esperar algún tiempo antes de tomar una decision final.

En abril de 1919, Mao regresó a Changsha justo antes de la explosión del histórico 4 Mayo de 1919. Este movimiento democrático antiimperialista sacudió toda China. Aunque iniciada por los estudiantes, fue rápidamente apoyada por un amplio sector de trabajadores, comerciantes, tenderos, artesanos y otros sectores. Mao se involucró en cuerpo y alma a la agitación política. A su llegada consiguió trabajo, con un sueldo bajo, de maestro de escuela primaria. Todo su tiempo libre lo gastó en la organización de agitaciones y la difusión del marxismo. Estimuló el estudio del marxismo en la Nueva Sociedad de Estudio del Pueblo y otras sociedades de estudio en las que tenía contacto. Al mismo tiempo, construyó la Asociación de los Estudiantes Unidos de Hunan, que abarcaba desde jóvenes escolares a muchachas. Uniendo todas las secciones, Mao organizó un movimiento para la incautación y la quema de productos japoneses. Creo una revista semanal, “El Río Xiang“, que rápidamente tuvo una gran influencia en los movimientos estudiantiles del sur de China. Cuando la revista fue prohibida en octubre de 1919, Mao continuó escribiendo en otros periódicos. Luego consiguió trabajo como periodista para varios periódicos de Hunan y se fue a la gran ciudad de Wuhan, Pekín y Shanghai a conseguir apoyo para los movimientos de Hunan.

Cuando aterrizó en Pekín en febrero de 1920, se involucró rápidamente en los planes para construir el Partido Comunista de China. Mantuvo debates con sus compañeros bibliotecarios universitarios, Li Ta-chao y otros intelectuales. Visitó fábricas y estaciones ferroviarias y debatió de marxismo con los trabajadores. Hizo estudios profundos de las obras de Marx y Engels y de otros comunistas. También se reunió con Yang Kai-hui, que estaba estudiando el marxismo. Hablaban de su dedicación a los demás y a la revolución. Se comprometieron.

Después de Pekín, Mao permaneció cuatro meses en Shanghai, la ciudad más grande de China y su mayor centro comercial e industrial. Allí mantuvo conversaciones con Chen Tu-hsiu y otros marxistas de Shanghai. Para poder comer aceptó un trabajo de 24 horas en una lavandería. Fue durante este período, en mayo de 1920, que se creó el primer grupo comunista en China, en Shanghai.

Cuando Mao regresó a Hunan, en julio de 1920, comenzó a trabajar para crear un grupo comunista similar en su región. Su padre murió a principios de año y, entonces, Mao hizo su hogar en Shaoshan. Sus dos hermanos y su hermanastra estaban entre sus primeros reclutados. A continuación, regresó a Changsha, donde continuó el reclutamiento. Allí consiguió trabajo como director en una escuela primaria y también dio clases en la universidad “normal” por la que recibió un sueldo cómodo por primera vez.

A finales de 1920, Mao se casó con Yang Kai-hui y vivieron juntos durante el año y medio que Mao estuvo en Changsha como director de una escuela primaria. Eran considerados como la pareja ideal, con Yang también involucrada en el trabajo del partido, del que se convirtió en miembro en 1922. Tuvieron dos hijos, uno de ellos murió en 1950 como voluntario en la guerra de Corea contra el imperialismo norteamericano. El otro se convirtió en contable. Yang, que llevó a cabo un trabajo clandestino para el partido, fue arrestada en 1930 y ejecutada.

Aunque Mao participó en varias agitaciones durante este período, el foco principal de su trabajo fue la formación y la creación del PCCh. Después de formar un grupo comunista en Hunan, Mao se fue a Shanghai para presenciar el primer congreso nacional del PCCh en julio de 1921, que fue organizado de forma clandestina. Él fue uno de los doce delegados que representaban a los apenas 57 miembros del partido hasta la fecha.

Después del congreso, Mao se convirtió en Secretario Provincial del Partido de Hunan. Desde el principio dio especial atención a la creación del partido en Hunan, en base a los principios del partido leninista. Reclutó a jóvenes de organizaciones revolucionarias, así como a obreros avanzados que desarrollaban la lucha de los trabajadores. Creó dos revistas semanales para elevar el nivel ideológico y político de los miembros del partido y de la liga juvenil, y para ayudarles a continuar con la educación comunista entre las masas.

Fue durante este período, hasta 1923, que Mao concentró un gran reconocimiento en la organización de los trabajadores en Changsha, la mina de carbón de Anyuan (en la provincia vecina de Kiangsia) y en la mina de plomo de Shuikoushan. En agosto de 1921 creó el primer sindicato comunista. En 1922, fundó la sede de la Federación de Todos los Trabajadores de China en Hunan, de la que fue presidente. El movimiento y la organización de la mina de carbón de Anyuan fue un excelente ejemplo de organización comunista. El partido hizo que por primera vez, en el tiempo libre de las escuelas, los trabajadores de la mina de carbón continuasen la educación marxista. Luego organizó un sindicato. Mientras tanto, se formó una rama de la Liga Socialista Juvenil entre los trabajadores, los mejores miembros de ella fueron posteriormente reclutados por el partido. La mina de carbón de Anyuan vio grandes huelgas, que tuvieron una gran repercusión en el país. Tenía una organización fuerte, que sobrevivió incluso en períodos de represión. Los trabajadores dieron un valioso apoyo y participaron en diversas etapas de la guerra revolucionaria. Anyuan fue el centro de conexión para la primera base comunista en las montañas de Chingkang.

Mao no participó en el Segundo Congreso Nacional del PCCh, celebrado en julio de 1922, perdiendo así su cargo. Participó en el Tercer Congreso Nacional del PCCh, celebrado en junio de 1923, en el que fue elegido miembro del Comité Central. Ese Congreso decidió promover un frente nacional antiimperialista y antifeudal en cooperación con el Partido Kuomintang, entonces dirigido por Sun Yat-sen. Esto llevó a los miembros del partido comunista a unirse con el Kuomintang como individuos. Mao hizo lo mismo y fue elegido como miembro suplente del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang entre el Primer y Segundo Congreso Nacional realizados en 1924 y 1926. Trabajó como Jefe del Departamento Central de Propaganda del Kuomintang, editando la revista “Political Weekly” y dirigiendo la sexta clase del Instituto del Movimiento Campesino.

Capítulo 25: La lucha de Mao contra las líneas de derecha e ‘izquierda’ y la victoria de la Revolución China

La Primera Guerra Civil Revolucionaria: Desde 1924 hasta principios de 1926, la Revolución China avanzó rápidamente con el proletariado y el campesinado en gran efervescencia. En 1925, la protesta contra la matanza de manifestantes del 30 de mayo, por la policía británica en Shanghai, se convirtió en un movimiento popular antiimperialista en el que participaron todas secciones de masas de todo el país. El país estaba al borde de una batalla decisiva entre la revolución y la contrarrevolución.

Con todo, sin embargo, dos desvíos plagaban el PCCh. La camarilla de la derecha oportunista fue liderada por el entonces Secretario General del Partido Chen Tu-hsiu. Tomó la posición de que la revolución democrático-burguesa debería ser dirigida por la burguesía y el objetivo de la revolución debería ser la formación de una república burguesa. Según su línea, la burguesía era la única fuerza democrática con la que la clase obrera debería unirse. No vio ninguna posibilidad de construir una alianza con el campesinado. Por el otro lado, estaban los oportunistas de “izquierdas” que eran representados por Chang Kuo-tao, el líder de la Federación del Trabajo de Toda China. Sólo veia el movimiento de la clase obrera, y argumentaba que esta era suficientemente fuerte para hacer la revolución sola. Por lo tanto, su camarilla también ignoraba el campesinado.

Mientras luchaba contra estas dos desviaciones, Mao hizo sus primeras e importantes contribuciones para el desarrollo de la teoría marxista. En marzo de 1926 desarrolló su famosa “Análisis de las clases de la sociedad china” y en marzo de 1927 presentó su “Informe sobre una investigación del movimiento campesino en Hunan“. En estas obras intentó responder a las cuestiones más básicas la Revolución China. ¿Quiénes son los amigos y los enemigos de la revolución? ¿Quién es la fuerza dirigente? ¿Quiénes son los aliados de confianza y los que vacilan? Argumentó que era el proletariado y no la burguesía el que debía dirigir la revolución. Pero el proletariado no sería capaz de ganar la lucha solo. Hizo hincapié en el papel del campesinado, que era el aliado más cercano y más numeroso del proletariado. También señaló que burguesía nacional era un aliado vacilante con la posibilidad de que el ala derecha se convirtiese en un enemigo y el ala izquierda restante, en una amiga de la revolución. Mao también presentó sus ideas sobre cómo deben ser movilizadas las masas, establecer un gobierno revolucionario y organizar a las fuerzas armadas campesinas. Esta fue la clara perspectiva de Mao para la dirección que las fuerzas revolucionarias deberían tomar.

Este fue la época de la Expedición al Norte, que fue una parte crítica de la primera fase de la Revolución China, la Primera Guerra Civil Revolucionaria. Fue una marcha llevada a cabo por el ejército revolucionario bajo la dirección del Frente Revolucionario Único (la alianza KMT-PCCh). Comenzó en julio de 1926 en Kwantung, en el sur de China, su objetivo era destruir el gobierno reaccionario de los señores de la guerra del norte, títeres del imperialismo, en una guerra revolucionaria y lograr la independencia y la unidad de China. La Expedición al Norte fue inicialmente un gran éxito en todo el Sur de China y muchos de los señores de la guerra del sur fueron derrotados o conquistados. Bajo la influencia de la Expedición al Norte, hubo un gran revuelo entre el campesinado. El proletariado organizó muchos levantamientos armados en la ciudad para corresponder al progreso del Ejército revolucionario. Incluso Shanghai, la mayor ciudad industrial y comercial de China, fue liberada en marzo de 1927, después de tres intentos de rebelión de los trabajadores armados.


Después de alcanzar grandes victorias, sin embargo, la camarilla burguesa representada por Chiang Kai-shek (el principal dirigente del Kuomintang después de la muerte de Sun Yat-Sen, en 1925), rompió el Frente Único. En abril de 1927, se llevaron a cabo matanzas, apoyadas por los imperialistas, contra los cuadros comunistas en diferentes partes del país. El oportunista de derechas Chen Tu-hsiu, líder del PCCh, sin embargo, en lugar de movilizar a los trabajadores y a los campesinos contra los reaccionarios del Kuomintang, se sometió a ellos. En julio 1927, otra camarilla del Kuomintang llevó a cabo masacres contra los comunistas. Esto dio como resultado la ruptura del Frente Único y la derrota de la Primera Guerra Civil Revolucionaria.

La línea de derecha de Chen Tu-hsiu, que gobernaba durante el periodo de la Primera Guerra Civil Revolucionaria, fue una de las razones principales del fracaso de la revolución durante este período. Aunque Mao luchase contra esta línea de derecha, no podría ganar el apoyo de la mayoría del partido. De hecho, en el V Congreso Nacional, realizado durante este período, en abril de 1927, Chen logró eliminar a Mao del Comité Central.

El Período de la Segunda Guerra Civil Revolucionaria: En agosto de 1927, al comienzo del siguiente período -el período de la Segunda Guerra Civil Revolucionaria- Chen Tu-hsiu fue retirado del puesto de Secretario General después de una firme crítica de su oportunismo de derecha. Mao regresó al Comité Central y se convirtió en miembro suplente del Politburó provisional. Sin embargo, la crítica correcta de la línea de derecha dio lugar, en noviembre de 1927, a la dominación de la línea oportunista de “izquierda” en el Comité Central, bajo el liderazgo de Chu Chiu-pai, camarada intelectual que volvió de la URSS tras su formación. Esta línea formuló la evaluación errónea de que la revolución china estaba en un “aumento constante”, y así era exigido por rebeliones armadas en muchas ciudades. Chu Chiu-pai criticó a Mao por defender y liderar una rebelión campesina y oponerse a las rebeliones armadas en las grandes ciudades. Mao fue de nuevo apartado de su puesto en el Comité Central. También fue apartado como miembro del Comité Provincial de Hunan. La línea oportunista de “izquierda” dio lugar a grandes pérdidas y al abandono de esta línea en abril de 1928.

El VI Congreso del PCCh, celebrado en Moscú en junio de 1928, corrigió esta primera línea oportunista de “izquierda” y adoptó una comprensión básicamente correcta, repudiando ambas posiciones oportunistas, tanto la de derecha como la de “izquierda”. Aunque Mao no asistió al Congreso, apoyó su posición en muchos puntos. En su ausencia, fue nuevamente elegido nuevamente como miembro del Comité Central. Fue durante la puesta en práctica de esta comprensión y mientras reforzaba de nuevo el Ejército Rojo tras los fracasos de la Expedición al Norte, y las revueltas de la ciudad, que Mao hizo sus contribuciones adicionales para el desarrollo de la teoría marxista-leninista. Escribió “Por qué puede existir el poder rojo en China” en octubre de 1928, y “La lucha en las montañas Chingkang” en noviembre de 1928. Estos obras históricas proporcionaron la base teórica para el proceso de construcción y desarrollo del Ejército Rojo hasta entonces en curso. Mao, comenzando con un pequeño grupo de combatientes compuesto de obreros y campesinos, formado tras el fracaso del levantamiento campesino en 1927, creó la primera base en las montañas de Chingkang en octubre de 1927. Durante el período desde 1927 hasta principios de 1930, la zona de las rebeliones campesinas y las bases revolucionarias rurales crecieron firmemente. Muchas de las secciones de combatientes, bajo el liderazgo comunista, se unieron a las fuerzas de Mao. El Ejército Rojo aumentó a 60.000 soldados, y un poco más tarde, a 100.000.

Pero las ideas de la línea oportunista de “izquierda” comenzaron de nuevo a surgir, y a partir de 1930 tomó la dirección del partido. Dos líneas oportunistas de “izquierda” dirigidas por Li Li-san en 1930 y Wang Ming en 1931-1934 dominaron el partido y causaron un daño incalculable. Li Li-San, en junio de 1930, ideó un plan para organizar levantamientos armados en las principales ciudades de todo el país y concentrar todas las unidades del Ejército Rojo para atacar estas ciudades. El intento de poner en práctica este plan, entre junio y septiembre de 1930, dio lugar a graves pérdidas y una demanda de cuadros para su rectificación. Durante este período, Mao lideró un ataque a Changsha, pero se retiró para evitar grandes pérdidas en favor de las superiores fuerzas imperialistas y el Kuomintang. Después de la retirada hubo una represión brutal en Changsha, durante la cual Yang Kai-hui, esposa de Mao, que estaba haciendo trabajo clandestino en el local, fue ejecutada. Li Li-san hizo autocrítica en la Conferencia de septiembre de 1930 y se retiró de las posiciones de liderazgo. Mao y Chu Teh (comandante del Ejército Rojo) asumieron el recién formado Politburó.

Este Politburó fue, sin embargo, vencidao en una conferencia realizada en enero de 1931 por Wang Ming, del grupo de los veintiocho, supuestamente llamados “bolcheviques”, que habían regresado después del entrenamiento en la URSS. No llamaron a Mao y a Chu Teh para el Plenario, pero aún así, entre ellos y otros, eliminaron el Comité Central. En agosto de 1932, Mao también fue revocado de sus cargos como secretario de la Comisión del Frente y como comisario político del Ejército Rojo. Con el Partido y el Ejército Rojo bajo su control, la camarilla de Wang Ming cometió numerosos errores que llevaron a pérdidas severas. Durante este período, su principal ataque fue contra Mao, que representaba, según ellos, el oportunismo de derecha y el mayor peligro dentro del Partido. La línea correcta de Mao fue llamada “línea de los campesinos ricos”. Se usaron métodos sectarios y fraccionarios por parte de la línea oportunista de “izquierda” para atacar no solamente a Mao, sino también a los líderes de las líneas oportunistas de “izquierda” anteriores, Li Li-San y Chu Chiu-pai. Mientras que la camarilla de Wang Ming estaba creando estragos en el Partido, Chiang Kai-shek estaba organizando campañas de cerco y aniquilamiento contra las bases rojas de apoyo. Las cuatro primeras campañas fueron derrotadas gracias a la dirección de Mao y a la influencia de sus principios estratégicos antes de que la dirección oportunista de “izquierda” adquiriese el control total sobre el Partido y el Ejército Rojo en las bases de apoyo. Sin embargo, cuando la dirección oportunista de “izquierda” se trasladó a una base de apoyo, su liderazgo condujo a graves errores y a la derrota de las fuerzas comunistas en la Quinta Campaña de las fuerzas del Kuomintang. Con el fin de romper el cerco de Chiang Kai-shek y obtener nuevas victorias, se decidió que a partir de octubre de 1934, se llevaría a cabo la estrategia que sacudió el mundo del Ejército Rojo, la Larga Marcha. Mao estaba acompañado por su mujer, Ho Tzu-chen, un cuadro del Partido de una familia campesina de la base de apoyo de Jiangxi. Se casaron en 1931, después de la muerte de la anterior esposa de Mao, Yang Kai-hui. Tuvieron dos hijos a los que dejaron con los campesinos en la base de apoyo de Jiangxi, al comienzo de la Larga Marcha.

Fue durante la Larga Marcha, en el Pleno del PCCh de Zunyi, en enero de 1935, que la dirección del Partido pasó a las manos de Mao y sus políticas. Fue un punto de inflexión para la Larga Marcha y para la Revolución China. Se decidió continuar la Larga Marcha hacia el norte con el fin de coordinar mejor el movimiento antijaponés en todo el país, que había crecido continuamente desde el ataque japonés y la ocupación del noreste de China en 1931.

Durante la Larga Marcha, el Partido tuvo que hacer frente, además de a los repetidos ataques de las tropas del Kuomintang, a la línea de los señores de la guerra dirigida por Chang Kuo-tao. Se realizaron dos conferencias del Comité Central durante la Larga Marcha, en las que se derrotaron las propuestas de Chang Kuo-tao de recular a las zona de minoría nacional en Xinjiang y el Tíbet. Se negó a seguir las decisiones del Partido y trató de formar un nuevo Comité Central. Lideró una sección del Ejército Rojo, llevándola a ser atacada y destruida por las fuerzas del Kuomintang. Chang se convirtió en un traidor y se unió al Kuomintang. La principal fuerza del Ejército Rojo llegó a su destino, a la provincia de Shaanxi, al noreste de China, en octubre de 1935, un año después de haber iniciado la Larga Marcha. El Ejército Rojo, que tenía alrededor de 300.000 efectivos justo antes del inicio de la “Quinta Campaña de Cerco”, ahora se había reducido a poco más de 20.000. Este fue el núcleo que creó la base de apoyo de Shensí-Kansú-Ninghshia (en las áreas de la frontera de estas tres provincias en el norte de China). El nombre de esta capital se hizo famoso y conocido como Yenan. Esta fue la base desde la que Mao dirigió el Partido y el Ejército Rojo a la victoria en 1945, en la guerra contra Japón.

Fue durante este periodo cuando Mao y Ho Tzu-chen se divorciaron, en 1938. En abril de 1939 Mao se casó con Chiang Ching. Chiang Ching fue el seudónimo utilizado en el partido por Lan Ping, una actriz de cine y de teatro que se unió al partido en 1933 y se trasladó a Yenan en 1937, para enseñar teatro en la Academia de Arte y participar en los equipos de propaganda entre los campesinos. Mao, que tenía un gran interés en el arte y la literatura, conoció a Chiang Ching en su trabajo, se enamoraron y decidieron casarse.

El Período de Guerra de la Resistencia contra Japón: Inmediatamente después de completar la Larga Marcha, Mao se centró en adoptar y aplicar una nueva dirección táctica para poner fin a la Guerra Civil y unir el máximo de fuerzas en la Guerra de Resistencia contra Japón. La presentación de la obra “Sobre la táctica de la lucha contra el imperialismo japonés” fue un importante desarrollo de la táctica marxista-leninista del Frente Único. Este sería desarrollado más tarde en su informe “Las tareas del Partido Comunista de China en el período de la resistencia al Japón“, en mayo de 1937. Haciendo una brillante exposición de la etapa de desarrollo de las contradicciones externas e internas de China, Mao explicó el cambio de la contradicción principal causada por la agresión japonesa, y, por lo tanto, el cambio en la táctica del Frente Único, necesaria para hacer frente a la nueva situación. Llamó a un Frente Único con el Kuomintang, con el fin de acabar conlos agresores japoneses. Pero Chiang Kai-shek no estaba de acuerdo en formar el Frente Único hasta que se vio forzado a hacerlo por la propaganda del PCCh y por la presión de algunas fracciones de su propio partido. Finalmente accedió cuando fue detenido en diciembre de 1936 por dos de sus propios generales, que insistían en formar un Frente Único con el PCCh. El Frente Únicoantijaponés fue construido en agosto 1937.

Durante el período de la Guerra de Resistencia, Mao tuvo que luchar de nuevo contra tendencias erróneas, aunque estas no llegaron a conquistar la dirección de Partido y la lucha. Una de ellas fue la tendencia pesimista de la subyugación nacional presente en algunas secciones del Kuomintang en el Frente Único. Éstas, después de algunas derrotas a manos de los japoneses, sintieron que los chinos estaban obligados a ser subyugados y gobernados por los japoneses y otros imperialistas. Una facción incluso se preparó para rendirse. En el otro lado estaba la tendencia de algunos sectores del PCCh, que creían que desde que se formase el Frente Único habría una rápida victoria sobre los japoneses. Estos camaradas sobreestimaron la fuerza del Frente Único y no vieron el lado reaccionario de la camarilla de Chiang Kai-shek. Con el fin de corregir estas teorías erróneas y señalar el curso correcto de la guerra, en mayo de 1938, Mao publicó su obra “Sobre la Guerra Prolongada“, en la que señalaba que la guerra iba a terminar finalmente en victoria, pero que esta victoria no sería rápida. En esta y en otras obras aportó más principios militares de guerra.

También escribió varias obras filosóficas para ayudar a educar a los cuadros del Partido y eliminar los efectos perjudiciales de las anteriores líneas oportunistas de derecha y de “izquierda”. Basada en estos escritos, entre 1941 y 1944, se llevó a cabo la larga Campaña de Rectificación para combatir los principales errores en el partido. Fue combinada con debates en profundidad para examinar la historia del partido. Chou En-lai, que había sido un compañero importante durante este período, participó particularmente en este proceso. Esto llevó a un completo y abierto rechazo de las erradas líneas anteriores. Esta comprensión fue adoptada en la “Resolución sobre ciertas cuestiones en la historia de nuestro Partido“, en el Congreso del PCCh, realizado en abril de 1945.

Armados con la línea correcta y con las tácticas correctas, el PCCh dirigió al pueblo chino a la victoria por primera vez en la Guerra de Resistencia contra el Japón, y después contra los reaccionarios liderados por Chiang Kai-shek. Con una fuerza de combate de poco más de 20.000 soldados al final de la Larga Marcha, el Ejército Rojo creció hasta un millón al final de la guerra contra el Japón, en 1945. En aquella época, en el VII Congreso del PCCh realizado en abril de 1945, Mao, en su informe “Sobre el Gobierno de Coalición“, presentó un resumen detallado de la guerra antijaponesa y un análisis de la actual situación internacional y nacional. Dio un programa específico para la formación de un gobierno de coalición con el Kuomintang después de la victoria sobre las fuerzas japonesas.

El período de la Tercera Guerra Civil Revolucionaria: Sin embargo, después de la victoria sobre los japoneses, Chiang Kai-shek, debido al apoyo imperialista de los Estados Unidos y la superioridad de sus fuerzas militares, se negó a aceptar la formación de un gobierno de coalición bajo ninguna condición razonable. En aquella época, incluso Stalin quería que el PCCh llegase a un acuerdo, diciendo que no deberían llegar a una guerra civil, sino cooperar con Chiang Kai-shek, ya que de lo contrario, la nación china perecería. Sin embargo, el PCCh, bajo la dirección de Mao, siguió adelante y luchó en lo que más tarde sería conocida como la Tercera Guerra Civil Revolucionaria. Contando con el pleno apoyo de las masas y, especialmente, del campesinado, el Ejército Rojo fue capaz de alterar el equilibrio militar de las fuerzas y, en julio de 1947 cambiar de la estrategia defensiva a la estrategia ofensiva. En octubre de 1949, el PCCh, tras un plazo de cuatro años, obtuvo la victoria a nivel nacional sobre el Kuomintang, apoyado por los EE.UU..

Debido a la victoria obtenida por China, marxistas-leninistas y el proletariado de todo el mundo estaban llenos de alegría y de orgullo por la formación de un campo socialista aparentemente invencible, que cubría un tercio de la humanidad. Mao, sin embargo, dio una idea de los desafíos y los peligros del próximo periodo. En 1949, durante el XXVIII aniversario de la fundación del PCCh, en su discurso “Sobre la Dictadura Democrática Popular“, dijo,”Los veintiocho años de vida de nuestro Partido constituyen un largo período, en el cual sólo hemos hecho una cosa: hemos logrado la victoria fundamental en la guerra revolucionaria. Ella merece celebrarse, porque es la victoria del pueblo, porque es una victoria conquistada en un país tan grande como China. Pero aún nos queda mucho por hacer; si lo comparamos con un viaje, nuestro trabajo ya realizado es tan sólo el primer paso dado en una larga marcha de diez mil li“.


















Capítulo 26: El camino de la revolución para las colonias y semicolonias.

Capítulo 26: El camino de la revolución para las colonias y semicolonias.

Inmediatamente después del establecimiento de la República Popular de China, el movimiento comunista internacional reconoció la importancia del la senda china de la revolución para las colonias y semicolonias. El 27 de enero de 1950, el editorial “¡Por una paz duradera, por una democracia popular!“, el órgano del Kominform, dijo: “el camino tomado por el pueblo chino… es el camino que debe tomarse por los pueblos de los muchos países coloniales y dependientes en su lucha por la independencia nacional y la democracia popular“.

“La experiencia de la exitosa lucha de liberación nacional del pueblo chino enseña que la clase trabajadora debe unirse con todas las clases, partidos, grupos y organizaciones dispuestas a luchar contra los imperialistas y sus mercenarios y formar un frente unido de escala nacional, dirigido por la clase obrera y su vanguardia, el Partido Comunista…”

“Una condición decisiva para el resultado victorioso de la lucha de liberación nacional es la formación, cuando las condiciones internas necesarias lo permitieron, de ejércitos populares de liberación bajo la dirección del Partido Comunista“.

Por lo tanto, la aplicabilidad universal de la teoría marxista-leninista desarrollada por Mao (Pensamiento Mao Tse-tung) fue reconocida y comenzó a convertirse en la guía de verdaderos revolucionarios de todo el mundo, particularmente en las colonias y semicolonias.

La formulación de la senda de la Revolución China de Mao había sido desarrollada en sus numerosos escritos durante el avance de la revolución. Lenin ya había señalado que, en la era del imperialismo y de la revolución proletaria, era el proletariado y no la burguesía el que lideraría la revolución democrático-burguesa. Mao, en su obra, “Sobre la Nueva Democracia“, llevando este planteamiento de Lenin adelante, señaló además que, en esta época, ninguna revolución en una colonia o semicolonia que fuese dirigida contra el imperialismo formaría parte de la vieja categoría de la revolución mundial democrático-burguesa, sino de una nueva categoría; ya no formaría parte de la vieja revolución burguesa o capitalista, sino que sería parte de la nueva revolución mundial, la revolución socialista proletaria mundial. Esas colonias y semicolonias revolucionarias ya no pueden ser consideradas como aliadas del frente contrarrevolucionario del capitalismo mundial; serían aliadas del frente revolucionario del socialismo mundial. Por lo tanto, con el fin de diferenciar a la revolución democrático-burguesa, llamó a la revolución en las colonias y semicolonias Revolución de Nueva Democracia. Sobre esta base elaboró la política, la economía y la cultura de la Nueva Democracia.

Mao también desarrolló el concepto del frente único que Lenin y Stalin habían formulado. Demostró que la burguesía en las colonias y semicolonias se dividía en dos partes, la burguesía compradora y la burguesía nacional. La burguesía compradora, que dependía del imperialismo para su existencia y crecimiento, siempre fue un enemigo de la revolución. La burguesía nacional era un aliado vacilante, a veces ayudaba a la revolución y a veces se unía a los enemigos. Así, el Frente Único, bajo la dirección del proletariado, consistiría en una alianza de cuatro clases, el proletariado, el campesinado, la pequeña burguesía urbana y la burguesía nacional. Los enemigos de la revolución fueron el imperialismo, la burguesía compradora y los terrateniente.


Según Mao, la revolución en las colonias y semicolonias no seguiría el camino de la insurrección llevada a cabo por la revolución rusa, donde las principales ciudades fueron capturadas antes que el campo. Mostró el camino chino de la guerra popular prolongada, el cual implicaba la construcción de áreas revolucionarias en zonas rurales, la construcción de zonas de guerrilla, bases de apoyo, del cerco final y captura de las ciudades. Para ello Mao estableció los principios militares de la guerra revolucionaria. Enseñó cómo construir el Ejército Rojo, que era un arma absolutamente necesaria de la revolución. Comenzando por la guerra de guerrillas, pasando por la guerra de movimientos y acabando por la guerra de posiciones, Mao mostró el camino para que una pequeña fuerza pueda contar con las masas para construir las fuerzas necesarias y derrotar a un enemigo formidable.

Finalmente, basándose en la comprensión marxista-leninista del Estado y de la dictadura del proletariado, Mao desarrolló la teoría sobre la forma del Estado en las revoluciones en los países coloniales y semicoloniales. Sobre la base de la teoría de la Nueva Democracia, formuló la comprensión de la República de Nueva Democracia.

Mao explicó que esta República de Nueva Democracia sería diferente de la vieja forma europea-americana de república capitalista bajo la dictadura de la burguesía, que es una vieja forma de democracia ya desfasada. Además, también sería diferente de la República Socialista de tipo soviético bajo la dictadura del proletariado. Durante un cierto período histórico, esta forma tampoco era adecuada para las revoluciones en los países coloniales y semicoloniales. Durante este período, por lo tanto, era necesario que se adoptase una tercera forma de Estado en las revoluciones de todos los países coloniales y semicoloniales: la República de Nueva Democracia bajo la dictadura conjunta de varias clases de antiimperialistas. Una vez que esta forma se adapte a un determinado período histórico, es, lógicamente, transitoria. Sin embargo, según Mao, es una fase necesaria, a la que no se puede renunciar.

Este Estado fue establecido después de la victoria de la Revolución China, bajo la forma de Dictadura Democrática Popular. Mao explicó la esencia de la dictadura democrática popular como la combinación de dos aspectos, la democracia para el pueblo y la dictadura para los reaccionarios. El pueblo era la clase obrera, el campesinado, la pequeña burguesía urbana y la burguesía nacional. Estas clases, lideradas por la clase obrera y el Partido Comunista, se unen para formar su propio Estado y elegir su propio gobierno; ejercer su dictadura sobre los lacayos del imperialismo, es decir, los terratenientes, la burguesía burocrática y sus representantes.

Mao también señaló que el Partido Comunista tenía que dirigir el proceso de transformación de la Dictadura Democrática Popular en Estado Socialista. La Dictadura Democrática Popular, liderada por el proletariado y basada en la alianza obrero-campesina, necesita la unión, a través del Partido Comunista, de las principales fuerzas de la dictadura, que es toda la clase obrera, todo el campesinado y las grandes masas de intelectuales revolucionarios. Sin esta unidad, la dictadura no puede ser consolidada. También es necesario que el Partido se una con el mayor número posible de representantes de la pequeña burguesía urbana y de la burguesía nacional que esté dispuesta a cooperar con sus intelectuales y grupos políticos. Esto es necesario para aislar las fuerzas contrarrevolucionarias. Si esto se lleva a cabo, después de la victoria de la revolución, será posible restaurar y desarrollar rápidamente la producción, luchar contra el imperialismo, transformar una economía agrícola semicolonial atrasada en un país industrial y construir un Estado socialistas

Capítulo 27: Mao en la filosofía

Los escritos de Mao sobre filosofía están dirigidos a educar a los cuadros y a las masas del Partido en el marxismo-leninismo, con el fin de cambiar la forma de pensar y la práctica. El propio Mao fue un ferviente estudiante de filosofía. Cuando cogía libros de filosofía, los consumía con una intensa y concentrada lectura. Debido a la influencia anterior de los dogmáticos que habían regresado después de estudiar en la URSS y no conseguían relacionar su conocimiento con la realidad, Mao estaba constantemente ansioso por hacer estudios y enseñar al Partido cómo unirse a la práctica. Quería hacer filosofía marxista, y en particular, el método dialéctico marxista que sería de utilidad para todos los cuadros y activistas del partido y para las masas comunes.

La teoría del conocimiento: las enseñanzas de Mao sobre la teoría del conocimiento eran de gran importancia. Un trabajo importante fue su ensayo “Sobre la práctica, sobre la relación entre el conocimiento y la práctica, entre el saber y el hacer“. Aunque sólo le llevó dos horas leerlo, Mao dijo que le había llevado semanas escribirlo. El punto central que explica Mao es que el conocimiento no cae del cielo, sino que proviene de la práctica social. El verdadero conocimiento, o ideas correctas, provienen de tres tipos de práctica social: la lucha por la producción, la lucha de clases y la experiencia científica.

La teoría depende de la práctica. Es impensable, dice Mao, que la teoría no deba ser medida y verificada por la práctica. A su vez, la práctica cambia la teoría, cambia nuestro método de trabajo y el pensamiento. A través de esto se consigue la transformación y la obtención de más conocimiento. Nadie nace sabio, tampoco nace estúpido. El conocimiento no puede venir antes de la experiencia material; nadie puede convertirse en un experto antes de no hacer prácticamente nada.

Mao explicó el proceso de obtención de conocimiento. Comienza a partir del conocimiento sensorial, la etapa de percepciones e impresiones de los sentidos, donde el hombre, en primer lugar, ve sólo los aspectos separados, las relaciones exteriores de las cosas. Al avanzar la práctica social, las cosas que dan lugar a percepciones e impresiones de los sentidos humanos en el curso de su práctica, son repetidas muchas veces; en seguida, un cambio repentino (salto) tiene lugar en el cerebro en el proceso de comprensión, y se forman los conceptos. Los conceptos no son sólo los fenómenos, los aspectos individuales y las relaciones externas de las cosas; captan la esencia, la totalidad y las relaciones internas de las cosas. Entre los conceptos y las percepciones sensoriales no sólo existe una diferencia cuantitativa, sino también una diferencia cualitativa. El conocimiento conceptual o lógico o racional es una etapa más elevada que la etapa del conocimiento sensorial.


Hay dos aspectos importantes en esto. Uno es que el conocimiento racional depende del conocimiento sensorial. Es absurdo pensar que el conocimiento racional puede ser desarrollado sin que alguien primero experimente y obtenga conocimiento sensorial. El segundo aspecto importante es que el conocimiento sensorial continúa desarrollándose en conocimiento racional. Esto significa que el conocimiento sensorial debe ser profundizado y desarrollado a la etapa del conocimiento racional.

La adquisición del conocimiento racional, sin embargo, no es en sí mismo un fin. Como plantea siempre el marxismo, el punto esencial de todo conocimiento es ponerlo en práctica. Como dijo el Presidente Mao, “Descubrir la verdad a través de la práctica y, nuevamente a través de la práctica, comprobarla y desarrollarla. Partir del conocimiento sensorial y desarrollarlo activamente convirtiéndolo en conocimiento racional; luego, partir del conocimiento racional y guiar activamente la práctica revolucionaria para transformar el mundo subjetivo y el mundo objetivo. Practicar, conocer, practicar otra vez y conocer de nuevo. Esta forma se repite en infinitos ciclos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del conocimiento se eleva a un nivel más alto. Esta es en su conjunto la teoría materialista dialéctica del conocimiento, y ésta es la teoría materialista dialéctica de la unidad entre el saber y el hacer”.

Sobre las contradicciones: La otra gran contribución de Mao a la filosofía marxista fue en la dialéctica, y particularmente en relación a la comprensión y aplicación de las contradicciones. La comprensión y aplicación de las contradicciones aparecen en varios puntos de casi todos análisis y escritos de Mao. Su obra principal es “Sobre la contradicción“, que es un ensayo sobre filosofía escrito en agosto de 1937, después de su ensayo “Sobre la Práctica“, y tiene el mismo objetivo de superar el grave error que era el pensamiento dogmático que se encontraba en el Partido en la época. Originalmente, este ensayo fue presentado en dos conferencias en el Instituto Político y Militar Antijaponés de Yenán.

El trabajo de Mao era, en cierto modo, la continuación del trabajo realizado por Lenin, que hizo un estudio profundo de las contradicciones. Lenin definió la contradicción como “la sal de la dialéctica” y afirmó que “la división de un todo y el conocimiento de sus partes contradictorias es la esencia de la dialectica“. Lenin, en sus “Cuadernos Filosóficos“, dice: “En pocas palabras, la dialéctica puede ser definida como la doctrina de la unidad de los opuestos. Esta es la esencia de la dialéctica, pero esto exige explicaciones y desarrollo“.

Estas “explicaciones” y este “desarrollo” fueron hechos unos veinte años más tarde por Mao. El trabajo de Mao fue un salto en la comprensión de las contradicciones. Examinó la cuestión de las contradicciones detalladamente y las aclaró de tal manera que resultaban fácilmente comprensibles y utilizables por cualquier persona.

En primer lugar, afirmó que la ley de la unidad de los contrarios es la ley fundamental de la naturaleza y de la sociedad y, por lo tanto, también la ley fundamental del pensamiento.

A raíz de esto, explicó el principio de la universalidad y del carácter absoluto de la contradicción. De acuerdo con este principio, la contradicción está presente en todos los procesos de cada objeto y de cada pensamiento y existe en todos estos procesos de principio a fin.

A continuación, nos da el principio de la particularidad y de la relatividad de la contradicción. Según este principio, cada contradicción y cada uno de sus aspectos tienen sus respectivas características.

Un concepto muy importante dado por Mao en este sentido fue el de la unidad y la lucha entre los contrarios en una contradicción. Mao señala que la unidad o la identidad de los contrarios es condicional; por lo tanto, siempre es temporal y relativa. Por otra parte, la lucha de los contrarios es interminable; es universal y absoluta.

Otro principio importante que dio Mao y utilizó a menudo en su análisis, fue la comprensión de la contradicción principal y el aspecto principal de una contradicción. Según este principio, hay muchas contradicciones en el proceso de desarrollo de una cosa compleja, y una de ellas es necesariamente la contradicción principal, cuya existencia y edesarrollo determinan o influyen en la existencia y desarrollo de otras contradicciones. Así, si en cualquier proceso hay una serie de contradicciones, una de ellas debe ser la contradicción principal que actúa como papel principal y decisivo, mientras que el resto ocupa una posición secundaria y subordinada. Por lo tanto, al estudiar cualquier proceso complejo en el que haya dos o más contradicciones, debemos dedicar todos los esfuerzos en encontrar su contradicción principal. Una vez que se conozca esa contradicción principal, todos los problemas se podrán resolver fácilmente.

Del mismo modo, en cualquier contradicción el desarrollo de los aspectos contradictorios es desigual. A veces parecen estar en equilibrio, lo que es, sin embargo, sólo temporal y relativa, mientras que la desigualdad es básica. De los dos aspectos contradictorios, uno debe ser el principal y el otro el secundario. El aspecto principal es aquel que actúa como papel principal en la contradicción. La naturaleza de una cosa es determinada principalmente por el aspecto principal de la contradicción, el aspecto que ganó la posición dominante.

Mao siempre dio mucha importancia a la comprensión de la contradicción principal en sus análisis. Así, en su análisis de la sociedad china siempre analizaba la contradicción principal. Esto fue un avance en relación al anterior análisis marxista-leninista, que no entraba particularmente en un análisis de la contradicción principal en un país o una revolución. Mao, sin embargo, afirmó que a menos que examinanemos dos aspectos -las contradicciones principales y no principales de un proceso, y los principales y no principales aspectos de una contradicción- no atascaremos en abstracciones, seremos incapaces de entender la contradicción concreta y, por lo tanto, seremos incapaces de encontrar el método correcto para resolverll. La importancia de comprender la contradicción principal y el aspecto principal de una contradicción era porque representaban el desnivel de las fuerzas que están en contradicción. Nada en este mundo se desarrolla absolutamente uniforme y, por lo tanto, era necesario comprender el cambio en la posición de las contradicciones principales y no principales y de los aspectos principales y no principales de una contradicción. Sólo mediante la comprensión de las diferentes etapas de desnivel en las contradicciones y del proceso de cambio en estas contradicciones puede un partido revolucionario decidir sobre su estrategia y táctica, tanto en los asuntos políticos como militares.

Por último, Mao aclaró la cuestión del antagonismo en una contradicción. Según Mao, el antagonismo es una forma, pero no la única forma, de lucha de los opuestos; la fórmula de antagonismo, por lo tanto, no puede ser aplicada de forma arbitraria en todas partes. Algunas contradicciones se caracterizan por el antagonismo abierto, otras no. Según el desarrollo concreto de las cosas, algunas contradicciones que fueron originalmente no antagónicas, se desarrollarán en antagónicas, mientras que otras, que fueron originalmente antagónicas, evolucionarán a no antagónicas. Las formas de lucha difieren según las diferencias en la naturaleza de las contradicciones. Las contradicciones no antagónicas pueden resolverse por medios pacíficos y amigables. Las contradicciones antagónicas requieren de medios no pacíficos.

Mao regresó a la cuestión de las contradicciones antagónicas y no antagónicas durante el período de la construcción del socialismo y durante la Gran Revolución Cultural Proletaria. Señaló que, a pesar de la victoria de la revolución, era un error pensar que las contradicciones ya no existían en la sociedad china. Mostró que había dos tipos diferentes de contradicciones aún existentes, las contradicciones con el enemigo y las contradicciones entre el pueblo. Las contradicciones con el enemigo son antagónicas y deben ser tratadas a través de la supresión. Por otro lado, las contradicciones entre el pueblo que son no antagónicas deben ser tratadas de tal manera que no se conviertan en antagónicas. Mao siempre hizo hincapié en la necesidad de un manejo correcto de las contradicciones. Señaló que si las contradicciones no eran entendidas y manejadas adecuadamente, siempre habría el peligro de la restauración del capitalismo.

Capítulo 28: Mao en el Partido.

Desde el momento en que Mao asume el liderazgo del PCCh, se esfuerza al máximo para desarrollar el Partido en líneas verdaderamente leninistas. Debido a la dominación de las anteriores líneas incorrectas, en particular la tercera línea oportunista de “izquierda” de Wang Ming, hubo varias desviaciones en el funcionamiento del Partido. Debido a la comprensión sectaria, no había normas de centralismo democrático en funcionamiento y si un enfoque totalmente equivocado de la lucha de dos líneas. Se tomaban decisiones sin consultar, sin la participación de los cuadros del Partido y manipulando las sesiones plenarias y otras reuniones. La lucha de dos líneas no se llevó a cabo de manera abierta y muchos representantes de otros puntos de vista fueron acosados y castigados. Debido al dogmatismo, no había aplicación de la línea de masas. Mao lo intentó todo para corregir estas desviaciones, también construir foros y órganos adecuados. En el proceso, Mao también aclaró y desarrolló muchos conceptos de organización. También trató de corregir comprensiones erróneas que habían crecido dentro del movimiento comunista internacional y también en el PCUS bajo la dirección de Stalin.

El centralismo democrático: El intento de Mao de corregir las desviaciones sectarias y burocráticas se ve en su explicación sobre el centralismo democrático. La comprensión de Mao sobre el centralismo democrático es evidente, “primero la democracia, después el centralismo“. Explicó esto de diferentes maneras: “si no hay democracia, no habrá ningún centralismo“, “el nuestro es un centralismo que se basa en la democracia; el centralismo proletario se basa en una amplia democracia“.

Esa visión de Mao fue basada en la comprensión de que el centralismo significaba la primera centralización de las ideas correctas. Para que esto funcionase, era necesario que todos los camaradas expresasen sus posiciones y opiniones y no siguiesen atrapados dentro de sí mismos. Esto sólo sería posible si hubiese la democracia más completa, donde camaradas pudiesen sentir la voluntad de exponer lo que ellos quisieran decir e incluso expresar su ira. Por lo tanto, sin democracia, sería imposible sintetizar las experiencias correctamente. Sin democracia, sin ideas de las masas, sería imposible formular buenas líneas, principios, políticas o métodos. Sin embargo, con la democracia proletaria era posible lograr la unión de la comprensión, la política, la planificación, el mando y la acción sobre la base de la concentración de las ideas correctas. Esto es unidad a través del centralismo.

Mao no restringió la comprensión del centralismo democrático sólo al funcionamiento del Partido. Amplió la comprensión de la cuestión de la administración del Estado Proletario y la construcción de la economía socialista. Mao sentía que, sin centralismo democrático, la dictadura del proletariado no podía ser consolidada. Sin amplia democracia para el pueblo, era imposible que la dictadura del proletariado fuese consolidada o el poder político estabilizado. Sin democracia, sin incitar a las masas y sin supervisión de las masas, sería imposible ejercer la dictadura sobre los reaccionarios y los malos elementos, o remodelarlos de manera efectiva. Mao estaba haciendo estas observaciones después del ascenso del revisionismo moderno en la Unión Soviética y vio que las masas no eran movilizadas para ejercer la dictadura del proletariado. También vio el surgimiento de tendencias revisionistas dentro del PCCh al más alto nivel y reconoció que la única garantía contra estas tendencias era la iniciativa y la vigilancia de los cuadros de base y de las masas.


Mao, en un discurso pronunciado en enero de 1962, dijo: “A menos que pongamos en pleno juego la democracia popular y la democracia al interior del partido en nuestro país, y a menos que implantemos plenamente la democracia proletaria, será imposible lograr un verdadero centralismo proletario. Sin un alto grado de democracia, no podrá haber un alto grado de centralismo, y sin un alto grado de centralismo, es imposible establecer una economía socialista. ¿A qué tipo de situación llegaremos si nuestro país no establece una economía socialista? Nos convertiremos en un país como Yugoeslavia, un país que, en realidad, se ha convertido en un país burgués; la dictadura del proletariado se transformará en dictadura de la burguesía, en una dictadura reaccionaria de tipo fascista. Este es un problema que exige la máxima vigilancia y espero que los camaradas reflexionen seriamente sobre él“.

La lucha de dos líneas es otro aspecto de los principios de organización del Partido, lo que Mao desarrolló de la comprensión y teoría marxista. El enfoque de Mao, basado en el materialismo dialéctico, era identificar las opiniones incorrectas dentro del Partido Comunista como reflejo de clases extrañas (al proletariado) en la sociedad. Así, mientras la lucha de clases continúa en la sociedad, debe tener su reflejo en la lucha ideológica dentro del Partido. Su enfoque respecto a estas contradicciones también era diferente. Inicialmente las veía como contradicciones no antagónicas, que a través de una “lucha seria” deberíamos tratar de rectificar. Debemos dar amplias oportunidades para la rectificación, y sólo si las personas que cometen errores “persisten” o “los empeoran”, entonces habrá la posibilidad de que la contradicción se convierta en antagónica.

Esta fue una corrección de la comprensión de Stalin, que había presentado en “Fundamentos del leninismo“. Stalin se opuso a rectificar las tendencias erróneas a través de la lucha dentro del Partido. Calificaba estos intentos de “teoría de ‘vencer’ a los elementos oportunistas mediante la lucha ideológica interna del Partido“, que según él era “una teoría podrida y peligrosa, que amenaza con condenar al Partido a la parálisis y a una dolencia crónica“. Dicha representación negaba aceptar la existencia de una contradicción no antagónica y trataba de luchar contra el oportunismo con una contradicción antagónica desde el principio.

Extrayendo lecciones de la misma experiencia histórica, Mao presentó los métodos de lucha interna del Partido de la siguiente manera: “Todos los miembros dirigentes dentro del partido deben promover la democracia y dejar que la gente se exprese. ¿Cuáles son los límites? Uno es que debemos observar la disciplina del partido, la minoría debe obedecer a la mayoría y el todo el partido debe obedecer al centro. Otro límite es la prohibición de organizar fracciones secretas. No tememos a los grupos de oposición abierta, sólo le tememos a los grupos de oposición secreta. Esa gente no dice la verdad de frente; lo que dicen de frente es engaño y falsedad. No expresan sus verdaderos objetivos. Pero, mientra no rompan la disciplina, mientras no lleven a cabo actividades secretas de fracción, debemos permitirles siempre hablar y aún cuando digan cosas incorrectas no debemos castigarlos. Si la gente dice cosas erróneas puede ser criticada, pero debemos utilizar la razón para convencerlos. ¿Qué debemos hacer si los persuadimos pero ellos no están convencidos? Podemos dejarlos que mantengan sus opiniones“.

La comprensión de Mao se basaba claramente en que, mientras exista la lucha clases en la sociedad, habrá lucha de clases en el partido, es decir, la lucha de dos líneas. Por lo tanto, era justo que esta lucha se llevase a cabo de manera abierta y de acuerdo con los principios del centralismo democrático. Así, Mao, a través de su comprensión y aplicación del concepto de lucha de dos líneas, trató de llevar a cabo un enfoque dialécticamente correcto a las clases, a la lucha de clases y a la lucha interna del Partido.

Línea de masas: Otra área donde Mao avanzó el marxismo fue en lo relativo a la línea de masas. A partir de la comprensión marxista-leninista básica del Partido, manteniendo estrechos vínculos con las masas, Mao desarrolló cualitativamente el concepto de la línea de masas y lo llevó a un nuevo nivel. A nivel filosófico, mostró cómo esta era un aspecto esencial de la teoría del conocimiento marxista. A nivel político y organizativo, mostró cómo ésta era la base de la línea política correcta y también cómo era la línea organizativa esencial de las relaciones internas del Partido.

Mao explica que en el trabajo práctico del Partido, todo el liderazgo correcto es necesariamente “de las masas, a las masas“. Esto significa: tomar las ideas de las masas (ideas dispersas y no sistemáticas) y concentrarlas (a través del estudio convertirlas en ideas sintetizadas y sistemáticas), y luego ir a las masas y propagar y explicar estas ideas hasta que las masas las asimilan como propias, se aferren a ellas y las lleven a la acción. Entonces, de nuevo, concentrar las ideas de las masas e ir a las masas para que las ideas sean llevada a cabo. Y así sucesivamente, una y otra vez en una espiral infinita, con las ideas cada vez más correctas, más vitales y más ricas. Esto, como dice Mao, es la teoría marxista del conocimiento.

Con el fin de ajustar la práctica al principio de “de las masas, a las masas“, Mao explica que es necesario tener una relación correcta entre la dirección y las masas en una organización o en una lucha. Es necesario que el partido reuna a los activistas para formar un núcleo de liderazgo y unir ese liderazgo a las masas. Si esto no se hace, el liderazgo del partido se convierte en burocrático y se divorcia de las masas. También es necesario que el liderazgo no se contente con simplemente hacer llamadas generales. Las llamadas generales deben seguir una dirección particular y concreta para ser ejecutadas correctamente. “Tomar las ideas de las masas y concentrarlas, luego ir a las masas, perseverar en las ideas y llevarlas a cabo, para formar ideas correctas de liderazgo.Tal es el método básico de liderazgo“. De esta forma, Mao explica que la línea de masas es el método básico de liderazgo del Partido sobre las masas.

Por último, Mao dice que la línea de masas no debería solo ser vista en el contexto de la dirección del partido sobre las masas. De hecho, Mao insiste en la aplicación de la línea de masas también para las relaciones internas del partido. También veía la línea de masas como una línea de organización. Mao señala que para asegurar que la línea realmente venía de las masas y que realmente volvía a las masas, debe haber estrechos lazos no sólo entre el Partido y las masas de fuera del partido (entre la clase y el pueblo), pero sobre todo entre los cuadros avanzados y las masas dentro del partido (entre los cuadros con rango y las bases). De esta forma, Mao muestra que era de vital importancia mantener estrechos vínculos entre los niveles altos y más bajos de Partido. Cualquier ruptura de los lazos internos del Partido se traduciría en una brecha en las relaciones entre la dirección del partido y las masas. Sería contrario a la aplicación de la línea de masas.

Capítulo 29: La construcción del Socialismo: La experiencia china

La implementación del nuevo programa económico democrático comenzó incluso antes de la victoria de la revolución en todo el territorio nacional. Poco después de que el Ejército Rojo y la Revolución China entrasen en la ofensiva estratégica, en 1947, Mao anunció y comenzó a poner en práctica lo que se denominó como las tres principales políticas económicas de la Revolución de Nueva Democracia. Ellas fueron: 1) La confiscación de la tierra de la clase feudal y su distribución entre los campesinos, 2) La confiscación del capital de la burguesía compradora y 3) protección de la industria y el comercio de la burguesía nacional. Estas políticas fueron inmediatamente implementadas en amplias zonas del norte de China que ya estaban bajo control revolucionario, y la reforma agraria se completó en esa región a mediados de 1950. A continuación, el programa de la reforma agraria se completó en el resto del país.

La línea general y la colectivización paso a paso: En 1951, el Partido adoptó lo que vino a ser conocido como línea general de la construcción del socialismo, para el período de la transición entre el capitalismo y socialismo. El objetivo principal para este periodo era lograr la industrialización de China junto con la transformación de la agricultura, la manufactura y comercio y la industria capitalista. El objetivo fjado para la conclusión de este proceso fue de, aproximadamente, dieciocho años. Este se dividía en tres años de rehabilitación para que el país se recuperase de la destrucción causada por la guerra civil, más de quince años que cubrían los tres planes quinquenales para el desarrollo planeado de la economía.

De acuerdo con esta línea general, el plan de “paso a paso” se desarrolló para la transformación socialista de la agricultura. El primer paso era llamar a los campesinos a organizar equipos de ayuda mutua para la producción agrícola, limitados a aproximadamente doce familias cada uno. Estos equipos actuaban de acuerdo con algunos de los principios más básicos del socialismo, como la asistencia y la cooperación entre los miembros. El segundo paso era llamar a los mismos agricultores a formar cooperativas agrícolas, basándose en los equipos de ayuda mutua. Estas cooperativas eran de naturaleza semisocialista y se caracterizaban por la agrupación de la tierra y por la gestión unificada. Y por último, el tercer paso era llamar de nuevo a los campesinos a agruparse aún más teniendo como base las cooperativas, para organizar de este modo cooperativas de producción a gran escala totalmente socialistas. Los principios básicos que sustentaban este plan de paso a paso eran la participación voluntaria y el beneficio mutuo. Los campesinos debían ser persuadidos para participar voluntariamente en el proceso de colectivización.

El primer paso de los equipos de ayuda mutua se había iniciado en las bases de apoyo de la revolución, mucho antes de la victoria a nivel nacional. El segundo paso hacia las cooperativas elementales se materializó entre los años 1953-55. El tercer paso de transición a las cooperativas avanzadas llegó en 1956. Hubo una explosión de transformación socialista en el campo. Al mismo tiempo, a principios de 1956, un movimiento relacionado tomó ventaja y completó el proceso de nacionalización de la producción. Así, la industria y el comercio chino salieron de la la propiedad privada y se convirtieron en propiedad de todo el pueblo mucho antes de lo planeado.


El enfoque dialéctico de Mao sobre el proceso de construcción socialista: La línea general estaba inspirada fundamentalmente en el modelo soviético de la construcción del socialismo. El énfasis en la industria, en particular en la industria pesada, era la dirección central de los primeros planes quinquenales de 1953 a 1957. Además, había una tendencia a la adopción acrítica de todas las políticas soviéticas. Con el auge del revisionismo moderno en la Unión Soviética (especialmente después del revisionista XX Congreso del PCUS en febrero de 1956), las tendencias revisionistas en el PCCh fueron inmediatamente fortalecidas. En 1956, se inició una campaña de “oposición a los avances precipitados” dentro del Partido, es decir, para retrasar el proceso de socialización. Al mismo tiempo, la teoría revisionista de las fuerzas productivas ascendió dentro del Partido, teniendo como principal representante al Secretario General Liu Shiao-chi. Los representantes de esa corriente aprobaban a los Kruschevistas, negaban la lucha de clases y concentraban sus esfuerzos en la modernización de las fuerzas productivas a través de la industria pesada. El argumento era que las fuerzas productivas serían el principal motor del cambio, y que la tecnología atrasada de China era el principal factor que sostenía el país en el atraso. Los cambios en las relaciones de producción deberían esperar hasta que las fuerzas productivas estuviesen desarrolladas lo suficiente. La cooperativización de la economía debía esperar hasta que las industrias se hubiesen desarrollado lo suficiente como para promover un sistema de mecanización rural. Todas estas propuestas negaban la importancia de las relaciones de producción y de la lucha de clases. Ellos conducirían al crecimiento de las tendencias revisionistas y burocratistas y el surgimiento de una nueva clase explotadora.

Observando la experiencia soviética y percibiendo el peligro revisionista, Mao inmediatamente puso en marcha una campaña para derrotar estas tendencias, que en esa época ya controlaban el Partido. El primer paso en esta lucha fue el discurso de abril de 1956, “Sobre las diez grandes relaciones“. En ese discurso, por primera vez, Mao hizo una crítica clara y directa del modelo soviético de la construcción socialista. Al referirse a la relación de fuerzas productivas, que tenían por un lado la industria pesada y por el otro la industria ligera y la agricultura, Mao recalcó: “Hicimos mejor que la Unión Soviética y un gran número de países de Europa del Este. (…) Su foco en la industria pesada en detrimento de la industria ligera y de la agricultura ha dado lugar a la escasez de productos en el mercado y una moneda inestable“. Del mismo modo, criticó la política soviética de “exprimir a los campesinos excesivamente“. También atacó a los dogmáticos dentro del PCCh que “copian todo indiscriminadamente y lo trasplantan mecánicamente” cuando aprenden de la experiencia soviética y de otros países socialistas. También criticó a los que estaban siguiendo el ejemplo de Kruschev y atacaban a Stalin de forma indiscriminada. Rindió homenaje a Stalin como un gran marxista con “un 70% de aciertos“. Entonces, a través de su extensa crítica de los revisionistas soviéticos y los errores en la construcción soviética socialista, Mao lideró la lucha contra la línea dominante y revisionista de las fuerzas productivas dentro del PCCh.

Sin embargo, la mayor contribución del discurso de Mao fue su gran avance en la comprensión del proceso de construcción del socialismo y de la planificación socialista. Al presentar los problemas de la construcción socialista en forma de diez relaciones principales, Mao llevó la dialéctica y la teoría de las contradicciones al centro del proceso de construcción de la sociedad socialista. Mostró cómo la construcción del socialismo implica no sólo la aplicación mecánica de objetivos de producción y distribución, sino también una comprensión dialéctica de las principales contradicciones que intervienen en el proceso, y la movilización de todas las fuerzas positivas para la realización del socialismo. Luego dijo, “Estos diez problemas están siendo llevados a cabo para que podamos centrarnos en una política básica, la política de la movilización de todos los factores positivos, externos e internos, para servir a la causa del socialismo… Estas diez relaciones son todas contradicciones. El mundo se compone de contradicciones. Sin contradicciones el mundo dejaría de existir. Nuestra tarea es manejar correctamente las contradicciones“.

Mao continuó al año siguiente con su trabajo titulado “Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo“. En este trabajo continuó el desarrollo de la comprensión dialéctica de los proceso de construcción del socialismo. En primer lugar situó la lucha de clases en el centro del proceso. Hizo hincapié en que “la lucha de clases no ha terminado todavía…aún no ha sido zanjada definitivamente la cuestión de quién vencerá a quién en este terreno: si el socialismo o el capitalismo“. Debido a esto, comenzó su lucha contra los sectores revisionistas del Partido, que decían que la lucha de clases ya no existía bajo el socialismo. Esto marcó el inicio de un Movimiento de Rectificación a nivel nacional, el Movimiento Antiderechista. Durante este período, muchos cuadros de alto nivel tuvieron que hacer autocrítica frente a las masas, millones de estudiantes se involucraron en el trabajo manual para integrarse con los obreros y campesinos, todos los cuadros del partido tuvieron que participar en las fábricas y cooperativas agrícolas, los trabajadores comenzaron a participar en los procesos de decisión en sus fábricas y la campaña de educación socialista comenzó entre el campesinado. A través de este proceso, el Partido se acercó más al pueblo y las tendencias derechistas que estaban creciendo en su seno fueron contenidas.

El Gran Salto Adelante y el Nacimiento de las Comunas Populares: Con el progreso del movimiento de rectificación, los derechistas del Partido se pusieron a la defensiva. Eso condujo, en 1958, a la rectificación de la teoría errónea de las fuerzas productivas, que había dominado el VIII Congreso del Partido en 1956. Ante la Segunda Sesión del VIII Congreso del Partido en mayo de 1958, el exponente principal de esta teoría, Liu Shao-chi, se vio obligado a admitir que durante el período anterior a la consolidación de la sociedad socialista, la principal contradicción era entre el proletariado y la burguesía, entre el camino socialista y el camino capitalista. En su confesión también mencionó el Gran Salto Adelante, que había comenzado por entonces. Se observaron avances en todos los frentes de la construcción socialista. La industria, la agricultura y todos los otros campos de actividad registraron un crecimiento mayor y más rápido.

Además del rápido crecimiento, el Gran Salto Adelante también representó un importante cambió en las prioridades de los planes iniciales y en la línea general. La línea general del Gran Salto Adelante había sido formulada en una reunión del Comité Central, celebrada en noviembre de 1957. Se rebajó el énfasis que había sobre la industria pesada y se dirigió al desarrollo simultáneo de la agricultura y de las industrias ligeras y pesadas. Su objetivo era reducir la brecha que existía entre la ciudad y el campo, entre el campesino y el obrero por un lado y entre el trabajador intelectual y el administrador por otra. El Gran Salto no era sólo una revolución económica, sino también tecnológica, política, social y cultural para transformar la ciudad y el campo.

En 1958 se inició la construcción de las comunas populares. En un principio, este proceso surgió de manera espontánea, cuando dos asociaciones campesinas afectadas por la sequía decidieron hacer un plan y unir sus esfuerzos para llevar a cabo un gran proyecto de riego. Esta unión fue llamada “Comuna” de Mao. Fomentaba dichas formaciones, y esto llevó a una rápida propagación de las comunas por todo el país. Fueron formadas por la unión de cooperativas vecinas, con el fin de realizar proyectos a gran escala tales como el control de inundaciones, conservación del agua, deforestación, pesca y transporte. Además, muchas comunas abrieron sus propias fábricas de tractores, fertilizantes químicos y otros medios de producción. El movimiento para la creación de las comunas populares creció rápidamente. El Comité Central del PCCh anunció, en su famosa Resolución de Wuhan, de diciembre de 1958, que “Dentro de los escasos meses que comenzaron en el verano de 1958, más de 740.000 cooperativas de producción agrícola, respondiendo a la demanda entusiasta de las grandes masas campesinas, se reorganizaron a sí mismas en más de 26.000 comunas populares. Más de 120 millones de familias, o sea, más del 99% de las familias campesinas chinas de las diferentes nacionalidades, se han unido en las comunas populares“. Resumiendo la esencia política, el Comité Central declaró:

“La comuna popular es la unidad básica de la estructura social socialista de nuestro país, unidad básica que combina la industria, la agricultura, el comercio, la educación y los asuntos militares; al mismo tiempo es la organización básica del poder del Estado socialista. La teoría marxista-leninista y la experiencia inicial de las comunas populares en nuestro país nos capacitan para prever hoy que las comunas populares acelerarán el ritmo de nuestra construcción socialista y constituyen la mejor forma de realizar en nuestro país las dos transiciones siguientes:

Primero, la transición de la propiedad colectiva a propiedad de todo el pueblo, en el campo, y

Segundo, la transición de la sociedad socialista a la sociedad comunista en nuestro país. También puede preverse que en la futura sociedad comunista las comunas populares continuarán siendo la unidad básica, de nuestra estructura social“.

Entonces, el movimiento de las comunas representó un avance tremendo que prácticamente completó el proceso de colectivización de la agricultura. Sin embargo, la expectativa de que la comuna llevaría adelante el proceso de transición a la propiedad totalmente colectiva y al comunismo, no se realizó plenamente. Los intentos de establecer comunas urbanas tampoco fueron fructíferos.

En los primeros tiempos del movimiento de la comuna durante el Gran Salto hubo algunos errores “izquierdistas”. Mao, en su discurso de febrero de 1959, lo llamó el “viento comunista”. Estos errores de izquierda, que Mao identificó, fueron principalmente de tres tipos: El primer error fue igualar las brigadas pobres y ricas dentro de la comuna, transformando la comuna en una única unidad individual. Esto significaba que los ingresos de los campesinos miembros de las brigadas ricas (las antiguas cooperativas avanzadas) terminaron siendo menores de lo que habían sido antes de la formación de la comuna. De esta forma, algunos lamentaban la formación de la Comuna y su participación no era enteramente voluntaria. El segundo error fue en la acumulación de capital de la comuna, que fue demasiado alta, y su demanda de trabajo no remunerado también era demasiado alta. Cuando una cantidad de dinero muy grande está reservada para la acumulación, la parte que reciben los agricultores disminuye. Del mismo modo, más trabajo sin remuneración sólo puede existir si la conciencia está elevada hacia este punto. El tercer error fue la “comunalización” de todos los tipos de “propiedad”. En algunas areas se llevaron acabo intentos de colectivizar hasta las pequeñas propiedades de los campesinos, como gallinas y cerdos. A este movimiento también hubo oposición.

Estos errores se corrigieron con agilidad. La brigada de producción (anteriormente cooperativa avanzada), fue mantenida como unidad contable básica, y en 1962 fue llevadas a un nivel aún más bajo, al del equipo de producción. Sin embargo, como la perspectiva continuó siendo la de elevar siempre el nivel de propiedad y de colectivización (como un proceso de socialización y transición al comunismo), esta idea no fue más allá. La unidad contable básica y la propiedad continuaron hasta 1976 en su nivel más bajo, el del equipo de producción.

Lucha contra los seguidores de la vía capitalista: A pesar de haber corregido rápidamente los errores de “izquierda”, la posición de los seguidores de la vía capitalista, liderado por Liu Shao-chi, se mantuvo fuerte dentro de los más altos niveles del Partido. La lucha de dos líneas estaba representada de maneras directas e indirectas. En julio de 1959, Peng Ten-huai, entonces ministro de defensa, atacó directamente el Gran Salto Adelante, criticando lo que él tachó de “fanatismo pequeño-burgués” y deseó “entrar en el comunismo con un solo paso“. Mao rechazó estos ataques y defendió las políticas del Gran Salto. Sin embargo, incluso con Peng derrotado, los otros seguidores de la vía capitalista continuaron sus ataques por medios indirectos.

Uno de sus métodos fue defender a Peng veladamente y atacar a Mao en los medios de comunicación. Lo hicieron a través de artículos, obras de teatro y otros espectáculos culturales que pretendían mostrar como Peng era un camarada correcto, que sólo era una víctima. Otro método consistía en atrasar la implementación de políticas cruciales que habían sido decididas en los altos estamentos del Partido. Un ejemplo importante fue el sabotaje del programa de educación socialista y de la decisión de poner en marcha una Revolución Cultural, tomada por el X Pleno del Comité Central en 1962. A pesar de que estos programas fueron aceptados formalmente por los seguidores de la vía capitalista, intentaron asegurar que su control dentro de la estructura del partido siguiese igual, asegurándose de que no hubiese movilización de masas. Trataron de girar la dirección de la Revolución Cultural al debate académico e ideológico, en lugar de a la lucha de clases.

Mao, durante este período (1959-1965), libró la batalla en varios niveles. Se dio cuenta, basándose en la experiencia rusa, del verdadero peligro de la restauración capitalista. Por lo tanto, sobre la base de un amplio estudio de la política y economía del revisionismo kruschevista, trazó las lecciones teóricas de esta experiencia para la educación del proletariado chino e internacional. A través de la lucha del Gran Debate contra el revisionismo moderno de Kruschev, Mao trató de unir a los revolucionarios de todo el mundo y en China. Con sus obras “Crítica de la economía soviética“, y el análisis del PCCh “Acerca del falso comunismo de Kruschev y sus lecciones históricas para el mundo“, trató de inculcar en las filas del Partido las bases teóricas para una batalla contra el revisionismo y la restauración.

Mao trató principalmente de movilizar a las masas para defender y desarrollar el socialismo, tratando de impedir la restauración capitalista. Además de su mencionado programa para la educación socialista, también creó slogans para la reproducción socialista de las experiencias del Tachai Tach’ing, tomándolas como modelos. Pero cuando todos los intentos de movilización popular fueron suprimidos por la burocracia del Partido, Mao salió victorioso después de enormes esfuerzos por liberar la energía de las masas a través de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Esta fue resultado práctico del desarrollo de Mao de los principios marxistas de construcción del socialismo

Capítulo 30: El Gran Debate: La lucha de Mao contra el revisionismo moderno de Kruschev

En 1953, tras la muerte de Stalin, una camarilla revisionista encabezada por Kruschev, llevó a cabo un golpe de Estado y tomó el control del PCUS, el entonces partido dirigente del proletariado internacional. Purgaron y mataron a los revolucionarios en el Partido, iniciaron el proceso de restauración capitalista en el primer país socialista y pasaron a desarrollar lazos con el campo imperialista, en particular con el imperialismo norteamericano. En 1956, después de asegurar un control firme sobre el Partido, en el XX Congreso del PCUS, comenzaron a difundir su veneno revisionista entre otros Partidos Comunistas. Al mismo tiempo atacaron el llamado culto a la personalidad de Stalin e introdujeron su teoría revisionista de las ‘tres pacíficas’: transición pacífica, coexistencia pacífica y emulación pacífica.

La transición pacífica significaba la transición pacífica al socialismo por la vía parlamentaria. Kruschev propuso que en aquel momento histórico era posible alcanzar el socialismo ganando una mayoría pacífica en el parlamento y, luego, realizar reformas para traer el socialismo. De este modo, negó la necesidad de una revolución. Esta teoría fue simplemente una repetición del revisionismo de Bernstein y otros socialdemócratas.

La coexistencia pacífica entre Estados con diferentes sistemas sociales fue propuesta por Kruschev como la línea general de la política exterior del Estado socialista. De este modo, distorsionó la política de Lenin de coexistencia pacífica con los Estados capitalistas, que era sólo un aspecto de la política exterior del Estado socialista y del internacionalismo proletario. Kruschev subordinó todas las demás políticas a su deseo de mantener una coexistencia pacífica con el imperialismo. Convirtió las relaciones de ayuda a otros países socialistas y las luchas de los pueblos oprimidos dependientes de los requisitos de coexistencia pacífica con potencias imperialistas. Esto no era más que una política de cooperación con el imperialismo.

La emulación pacífica era la teoría de que la contradicción entre el imperialismo y el socialismo sería resuelta a través de la competencia económica entre el sistema capitalista y el socialista. Así, esta teoría rehusó reconocer el carácter reaccionario y belicista del imperialismo. Creó la ilusión de que la contradicción entre el campo socialista y el imperialista era una contradicción no antagónica que sería resuelta a través de formas pacíficas de lucha.


La teoría de las ‘tres pacíficas’ de Kruschev era una teoría revisionista que quería imponer al movimiento comunista internacional. Iba dirigida a la creación de una estrecha relación con el imperialismo. Con el fin de poner en práctica sus planes y ganar la aceptación de las potencias imperialistas, Kruschev lanzó simultáneamente un ataque vicioso a Stalin, bajo el nombre del culto a la personalidad. Para demoler los principios revolucionarios que Stalin puso en pie y por los que luchó, primero fue necesario destruir la imagen de Stalin entre los revolucionarios y las masas en todo el mundo. Esto se hizo a través de una degenerada campaña de mentiras y propaganda.

Muchos de los líderes de los Partidos Comunistas del mundo apoyaron la línea revisionista de Kruschov. Muchos líderes y partidos prominentes ya habían comenzado a tomar la línea revisionista en sus propios países. Browder, en los Estados Unidos, ya había presentado teorías de colaboración entre el socialismo y el capitalismo, rompiendo con el movimiento comunista internacional; Thorez, el ex líder de la Tercera Internacional en Francia, que desarrolló estrechas relaciones con la burguesía después del período del frente antifascista, había tomado, en los años de la posguerra, posiciones nacional-chovinistas relativas a los pueblos de las colonias francesas, convirtiéndose en un lacayo de la burguesía imperialista francesa; Togliatti, de Italia, otro gran líder de la Tercera Internacional, quería “reformar” y “reestructurar” el capitalismo para llegar al socialismo a través del parlamento; el liderazgo del Partido Comunista de la India ya había cambiado su línea táctica para reconocer la vía pacífica. De esta forma, las fuerzas revisionistas que anteriormente no habían sido criticadas y derrotadas, colaboraron con Khruschev de forma eficaz.

Sin embargo, algunos partidos que intentaron poner en práctica la “transición pacífica” a través del sistema electoral y llegaron a amenazar el orden social vigente, fueron eliminados a través de golpes militares y represión salvaje, como en Brasil (1964), Indonesia (1965) y Chile (1973).

Entre las recién formadas democracias populares, la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, liderada por Tito, a partir de 1948, inició el camino revisionista y rompió con el campo socialista. Kruschev, sin embargo, pronto comenzó a trabar amistad con él. La mayoría de los otros líderes también se alinearon con Kruschev. Dentro del campo socialista, fueron sólo el PCCh y el Partido del Trabajo de Albania los que identificaron y reconocieron el revisionismo kruschevista y llevaron a cabo una valiente y decidida defensa del marxismo-leninismo.

El PCCh, bajo la dirección de Mao, estaba a la vanguardia de esta lucha. Después de dos meses de la celebración del XX Congreso del PCUS, el PCCh publicó un artículo llamado “La experiencia histórica de la dictadura del proletariado“, que confirmaba a Stalin como un destacado marxista-leninista. Este artículo fue seguido por otro, en diciembre de 1956, “Una vez más, sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado“, que insistía en que el campo socialista hay que delimitar claramente quiénes son tus amigos y enemigos. Esto se combinó con un largo intento de 7 años para luchar y derrotar la línea revisionista kruschevista dentro de los partidos, en particular en las reuniones de los 60 partidos hermanos en 1957 y 81 partidos hermanos en 1960, y en las reuniones lideradas por el PCUS.

A medida que la lucha se agudizaba, los revisionistas soviéticos, en junio de 1959, retiraron de China la asistencia técnica en el área de defensa, y en julio de 1960, retiraron de repente a todos los expertos técnicos soviéticos que estaban trabajando allí. Lo mismo se hizo con Albania. En abril de 1960, el PCCh publicó “Larga vida al leninismo” y otros dos artículos defendiendo los principios básicos del leninismo sobre el imperialismo, la guerra y la paz, la revolución proletaria y la dictadura del proletariado. Estos artículos se oponían a las posiciones revisionistas del PCUS sin mencionarlas por su nombre.

Los revisionistas, sin embargo, continuaron con sus intentos de sistematizar aún más sus posiciones. Así, en el XXII Congreso del PCUS, celebrado en 1961, el Programa adoptado revisó la esencia del marxismo-leninismo, es decir, las enseñanzas sobre la revolución proletaria, sobre la dictadura del proletariado y sobre el partido del proletariado. Declaró que la dictadura del proletariado ya no era necesaria en la Unión Soviética y que la naturaleza del PCUS, como vanguardia proletaria, había cambiado. El Congreso desarrolló las absurdas teorías de “Estado de todo el pueblo” y “Partido de todo el pueblo”. En el Congreso, Kruschev lanzó un ataque abierto y público contra el Partido de Albania e incluso llamó a derrocar a su líder, Enver Hoxha. Este ataque fue rechazado por la delegación del PCCh, encabezada por Chou En-lai.

Kruschev también comenzó a animar a otros partidos comunistas a lanzar ataques públicos contra el PCCh. Numerosos artículos, en la Unión Soviética, también atacaron el liderazgo chino. El PCCh finalmente comenzó a responder a algunos de los ataques de Togliatti, del partido italiano, a Thorez, del partido francés, a Gus Hall del PCUSA y a otros, en una serie de siete artículos que salieron a finales de 1962 y principios de 1963.

Un resumen de los principales puntos de vista del PCCh fue hecho en la famosa carta del 14 de junio de 1963, titulada “Propuesta relativa a la línea general del movimiento Comunista Internacional“. El PCUS respondió a ésta con una carta abierta al PCCh. Dado que el asunto era público, el PCCh decidió llevar a cabo el debate a través de la prensa abierta. Publicó nueve comentarios sobre la carta abierta del PCUS y aclaró todas las cuestiones a las masas.

Esta lucha, que se hizo pública en 1963 y continuó hasta 1964, llegó a ser conocida como el Gran Debate. El Gran Debate fue de una importancia histórica inmensa. Fue una lucha de principios contra el revisionismo moderno. Proporcionó el punto de encuentro para todas las fuerzas proletarias revolucionarias en todo el mundo. También fue un desarrollo científico del marxismo-leninismo, que dio al movimiento comunista internacional su línea revolucionaria general para ese período. Mao fue la fuerza impulsora detrás de la lucha. A través del Gran Debate, Mao hizo avanzar la ciencia del marxismo-leninismo proporcionando las respuestas a las preguntas más importantes del movimiento proletario: las contradicciones internacionales fundamentales en el mundo, quienes son los amigos y los enemigos, los objetivos del movimiento y el camino para alcanzar la victoria de la revolución socialista mundial. Estas formulaciones fueron desarrolladas principalmente en la carta del 14 de junio. Los nueve comentarios describieron y desarrollaron la posición revolucionaria sobre varias cuestiones cruciales para el movimiento comunista internacional tras la Segunda Guerra Mundial: el neocolonialismo, la guerra y la paz, la convivencia pacífica, Yugoslavia, el revisionismo de Kruschev y las lecciones históricas a extraer de ella. Fue a través del Gran Debate que el Maoísmo ganó mayor aceptación como ideología guia de los sectores revolucionarios del proletariado internacional

Capítulo 31: La Gran Revolución Cultural Proletaria.

La Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP) fue la respuesta del Marxismo a los obstáculos y al sabotaje del proceso de construcción socialista creado por los kruschevistas y los seguidores de la vía capitalista. Después del ascenso del revisionismo en la Unión Soviética, particularmente, Mao se dio cuenta de que uno de los mayores peligros de restauración del capitalismo venía desde dentro del propio Partido. A lo largo del Gran Debate, Mao, mientras luchaba contra el revisionismo, trató de encontrar la respuesta a la cuestión de cómo prevenir la restauración del capitalismo. Al mismo tiempo, estaba profundamente involucrado en la lucha contra los kruschevistas chinos como Liu Shao-chi y Deng Xiao-ping. Así, concluyendo el Gran Debate en el último documento del PCCh, que fue llamado “Acerca del falso comunismo de Kruschev y sus lecciones históricas para el mundo“, Mao hizo incapié en algunos puntos sobre la cuestión de la prevención de la restauración del capitalismo.

Mao señaló, en primer lugar, el reconocimiento de la necesidad de continuar con la lucha de clases durante todo el período de la sociedad socialista, hasta el final. Explicó que el cambio en la propiedad de los medios de producción, es decir, la revolución socialista en el frente económico, no es suficiente por sí mismo. Insistió en que tenemos que hacer una revolución socialista profunda en los frentes políticos e ideológicos, con el fin de consolidar la revolución. Y esta revolución debe continuarse bajo la dictadura del proletariado.

Otro punto que Mao subrayó en repetidas ocasiones fue que, para llevar a cabo esta revolución, era necesario perforar la línea de masas, despertar audazmente a las masas y desplegar los movimientos de masas a gran escala. Para ello, el partido tendría que confiar, conquistar y unirse a las masas del pueblo, que constituyen el 95% de la población, en una lucha común contra los enemigos del socialismo. Mao también hizo hincapié en la necesidad de “llevar a cabo amplios movimientos de educación socialista repetidamente en las ciudades y en el campo“. En estos movimientos continuos para educar a la población, Mao volvió a insistir en la necesidad de organizar las fuerzas de clase revolucionarias, y de “librar una aguda lucha contra el anti-socialismo, el capitalismo y las fuerzas feudales“. De esta forma, Mao vio claramente que la amplia participación de las masas era un requisito previo esencial para prevenir la restauración del capitalismo. Esto surgió de la experiencia de Mao de que eran los revisionistas de dentro de la dirección del propio Partido los principales elementos que traían la restauración del capitalismo.

Sin embargo, dentro del propio PCCh hubo una fuerte resistencia en los niveles más altos, liderada por Liu Shao-chi, contra la aplicación de estas teorías y del programa concreto que estaba proponiendo Mao. De esta forma, aunque la “revolución cultural socialista” fue aceptada oficialmente en la X Reunión Plenaria del VIII Comité Central en 1962, su ejecución fue hecha a medias y en una dirección opuesta a la línea dada por Mao. De hecho, la burocracia del Partido, bajo el control de Liu, comenzó a criticar a Mao por las acciones que estaba tratando de llevar a cabo y se opusieron al tratamiento dado a los seguidores de la vía capitalista, como Peng Dehuai. Esta crítica se realizó a través de artículos en la prensa, obras de teatro y otros foros culturales que estaban bajo su total control. Su control era tal, que Mao no conseguía ni siquiera publicar un artículo defendiéndose a sí mismo en la prensa en Pekín. Tal artículo defendiendo a Mao y sus políticas, fue finalmente publicado en noviembre de 1965 en la prensa de Shanghai, que era un centro mucho más radical que el de Pekín. Esto fue lo que Mao llamo, más tarde, la “señal” para la Gran Revolución Cultural Proletaria, que comenzó un flujo de crítica a la burocracia del Partido y de soporte a la línea de Mao en los medios y en el ámbito cultural. También surgieron demandas de autocrítica por parte de los principales culpables. La burocracia del Partido, sin embargo, hizo todo lo posible para impedir este movimiento de asumir un carácter de masas. El Grupo de la Revolución Cultural, que debía iniciar y dirigir la Gran Revolución Cultural Proletaria, acabó intentado controlar la disidencia y canalizarla a través de líneas académicas.


Finalmente, el Comité Central, bajo la dirección de Mao, emitió una circular el 16 de mayo de 1966, disolvió el “Grupo de los Cinco”, bajo cuya responsabilidad la Revolución Cultural estaba siendo saboteada, y creó un nuevo “Grupo de la Revolución Cultural” directamente bajo las órdenes del Comité Permanente del Politburó. Esta circular del 16 de mayo llamó a criticar y a romper la resistencia de los seguidores de la vía capitalista, especialmente aquellos dentro del Partido. Esta acción llevó al inicio real de la Gran Revolución Cultural Proletaria y la convirtió en un fenómeno de masas que involucró a millones de personas.

El 25 de mayo, el primer mural con grandes letras (Dazibao) fue colocado en la Universidad de Pekín, criticando a su rector y el sistema educativo. Este fue sólo el primero de miles de grandes carteles colocados por los estudiantes y por las masas en todo el país, en los que expresaban su opinión y criticaban lo que consideraban que estaba mal en la sociedad. Se llevaron a cabo manifestaciones y críticas por parte de las masas criticando a maestros, burócratas del Partido y otros, por sus equivocadas políticas. Pronto hubo una demanda de una sección de estudiantes para la abolición de los exámenes de ingreso. El Comité Central, en junio, ordenó la suspensión de nuevas admisiones a los colegios y universidades durante seis meses, para que los estudiantes y los jóvenes pudiesen participar más plenamente en la Gran Revolución Cultural Proletaria. Sin embargo, el período de seis meses resultó ser demasiado corto, y las universidades sólo se abrieron de nuevo después de cuatro años.

Mao también comenzó a participar personalmente en la GRCP. El 17 de julio participó, junto a otros diez mil nadadores, en un cruce a nado de una milla a través del río Yangtsé. Este fue su acto simbólico para indicar que estaba participando en la corriente de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Nuevamente, el 5 de agosto, durante la XI Reunión Plenaria del PCCh, Mao dio una señal mucho más simple. Mostró su propio dazibao. Su lema principal era “¡cañonear el cuartel general!“. Fue una clara llamada a atacar el cuartel general capitalista de los seguidores del capitalismo en el Partido, liderados por Liu Shao-chi. La llamada de Mao dio un nuevo impulso a las acciones y a la militancia del movimiento.

El 18 de agosto, Mao estaba presente en la primera reunión de los Guardias Rojos en Pekín, en la que había un millón de personas. Los Guardias Rojos eran miembros de miles de organizaciones de masas que habían surgido en todo el país para participar en la GRCP. Las primeras organizaciones de masas estaban compuestas principalmente de estudiantes y de jóvenes, pero como el movimiento creció, estas organizaciones crecieron entre los obreros, campesinos y empleados de oficina. La reunión del 18 de agosto fue la primera, de muchas, de este tipo de manifestaciones. Algunas veces había más de dos millones de Guardias Rojos de todo el país reunidos en la capital.

El XI Pleno definió la GRCP como “una nueva etapa, aún más profunda y más amplia, en el desarrollo de la revolución socialista de nuestro país“. Mao, en su discurso de clausura del Pleno dijo, “La Gran Revolución Cultural Proletaria es, en esencia, una gran revolución política bajo condiciones socialistas del proletariado contra la burguesía y todas las demás clases explotadoras. Es la continuación de la larga lucha contra los reaccionarios del Kuomintang librada por el PCCh y las grandes masas revolucionarias bajo su dirección. Es la continuación de la lucha entre el proletariado y la burguesía“.

El XI Pleno adoptó lo que llegó a ser conocido como el documento de los Dieciséis Puntos de la Revolución Cultural. Se repetía lo que se había dicho en la circular del 16 de mayo, de que la actual revolución debía tocar el alma de la gente, cambiar al hombre. Las viejas ideas, la cultura, la costumbres y los hábitos de las clases explotadoras todavía moldeaban la opinión pública, proporcionando un terreno fértil para la restauración del pasado. La perspectiva mental debía ser transformada y debían crearse nuevos valores.

Identificaron el objetivo principal como “aquellos que están dentro del partido que ocupan puestos dirigentes y que siguen la vía capitalista“. Identificaron las principales fuerzas de la revolución como “las masas obreras, los campesinos, los soldados, los intelectuales revolucionarios y los cuadros revolucionarios“.

El objetivo de la revolución era “aplastar, mediante la lucha, a los que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista, criticar y repudiar a las “autoridades” reaccionarias burguesas en el campo académico, criticar y repudiar la ideología de la burguesía y demás clases explotadoras, y transformar la educación, la literatura y el arte y los demás dominios de la superestructura que no corresponden a la base económica del socialismo, a fin de facilitar la consolidación y el desarrollo del sistema socialista“. El objetivo de la revolución era incitar a las masas, en sus cientos de millones, a expresar sus opiniones libremente, escribir dazibaos, y mantener grandes debates de manera que los seguidores de la vía capitalista en el poder fuesen expuestos y sus planes para restaurar el capitalismo pudieran ser aplastados.

El aspecto esencial de la Revolución Cultural fue el avance y la aplicación práctica de la línea de masas de Mao. El objetivo no sólo era eliminar los elementos hostiles al socialismo, sino permitir que la clase trabajadora “ejerciese el liderazgo en todo”, para “poner la política al cargo de la administración” y para asegurar que todos sirven como funcionarios públicos, deberían “seguir siendo personas comunes”. Con el fin de alcanzar estos objetivos, fue necesario lanzar una ofensiva total contra la ideología burguesa, de tal forma que las masas estuviesen activamente implicadas.

De este modo, la resolución del XI Pleno instruyó:

“En la Gran Revolución Cultural Proletaria sólo se puede adoptar el método de dejar que las masas se liberen a sí mismas y no el de manejar los asuntos en su nombre“.

“Hay que confiar en las masas, apoyarse en ellas y respetar su iniciativa. Hay que desechar el temor. (…) No se debe temer que se den casos de desorden. Hay que dejar que las masas se eduquen a sí mismas en este gran movimiento revolucionario y aprender a distinguir entre lo justo y lo erróneo, entre la forma correcta de proceder y la incorrecta“.

A medida que las masas entraron con toda su fuerza en la revolución, crearon incluso una nueva forma de organización: el comité revolucionario. Se basa en la combinación “tres-en-uno”, es decir, sus miembros, que fueron elegidos, sujetos a la revocación, y directamente responsables ante el pueblo, fueron retirados del Partido, del Ejército de Liberación Popular y de las organizaciones de las masas (la Guardia Roja, cuyos miembros alcanzaron los treinta millones). Surgieron en todos los niveles, desde la fábrica o la Comuna a los organismos del gobierno provincial y regional, y su función era proporcionar la conexión a través de la cual las masas podían participar directamente en la administración del país.

Este órgano de tres-en-uno de poder permitió que el poder político del proletariado lograse raíces profundas en las masas. La participación directa de las masas revolucionarias en el funcionamiento del país y la ejecución de la supervisión revolucionaria desde abajo sobre los órganos del poder político en distintos niveles, desempeñó un papel muy importante en el sentido de asegurar que los principales grupos de todos los niveles se adheriesen a la línea de masas. De este modo, este refuerzo de la dictadura del proletariado también fue el más extenso y profundo ejercicio de democracia proletaria conseguido hasta hoy en el mundo.

Bajo el barrido inicial de la Revolución Cultural, en 1966-67, la sede burguesa dentro del Partido fue eficazmente aplastada, y la mayoría de los principales seguidores de la vía capitalista como Liu Shao-chi, Deng Xiao-ping y sus seguidores, fueron retirados de sus puestos en el Partido y obligados a hacer autocrítica ante las masas. Fue una gran victoria que no sólo inspiró a las masas chinas, sino que también creó una ola de entusiasmo revolucionario entre los revolucionarios comunistas de todo el mundo.

Durante el Gran Debate, muchas fuerzas revolucionarias se reunieron en torno a la línea revolucionaria del PCCh dirigido por Mao, pero fue principalmente durante la Revolución Cultural que estas fuerzas, en todo el mundo, llegaron a aceptar que el Maoísmo podría proporcionar las respuestas a los problemas de la Revolución Proletaria Mundial. La Gran Revolución Cultural Proletaria demostró que el Marxismo tenía una respuesta a los enemigos de la restauración capitalista. Este avance en el Marxismo llevó a la consolidación de numerosos grupos revolucionarios y partidos basados en el Marxismo-Leninismo-Maoísmo en todo el mundo, y al lanzamiento de luchas revolucionarias bajo su liderazgo.

Sin embargo, Mao advirtió: “La presente gran revolución cultural es sólo la primera, y en el futuro habrá sin duda muchas otras. En la revolución , el problema de quién vencerá a quién sólo será resuelto en un largo período histórico. Si no se resuelven adecuadamente las cosas, en cualquier momento habrá posibilidad para una restauración capitalista“.

Además de eso, recordó al IX Congreso del Partido en 1969: “Hemos ganado una gran batalla. Pero la clase derrotada seguirá luchando. Sus miembros todavía están próximos y se mantienen vigentes, por lo que no podemos hablar de victoria final, no por décadas. No debemos perder nuestra vigilancia. Desde el punto de vista leninista, la victoria final en un país socialista no sólo requiere los esfuerzos del proletariado y de las amplias masas en casa, sino que también depende de la victoria de la revolución mundial y de la abolición del sistema de explotación del hombre por el hombre en la tierra, para que toda la humanidad sea emancipado. En consecuencia, no es correcto hablar de la victoria final de la revolución en nuestro país con indiferencia; es contrario al leninismo y no se corresponde con los hechos“.

Las palabras de Mao resultaron ser ciertas en un corto período de tiempo. Primero, en 1971, Lin Piao, entonces vicepresidente, que en el IX Congreso del PCCh había sido nombrado sucesor de Mao, conspiró para tomar el poder a través del asesinato de Mao y de la organización de un golpe militar. Este fue frustrado gracias al estado de alerta de los revolucionarios en el Partido.

Después de esto, sin embargo, revisionistas como Deng fueron rehabilitados de nuevo en altas posiciones dentro del aparato del Partido y del Estado. Durante el último período de la Revolución Cultural, hubo de nuevo una lucha contra estos seguidores de la vía capitalista y contra Deng, que fue nuevamente criticado y expulsado de todos sus cargos algunos meses antes de la muerte de Mao, el 9 de septiembre de 1976. Sin embargo, tenía muchos agentes en las posiciones de poder. Fueron estos renegados los que diseñaron el golpe para asumir el control del Partido y llevarlo por la vía de la restauración capitalista, poco después de la muerte de Mao. Fueron ellos los que sabotearon la Revolución Cultural y luego anunciaron formalmente su fin en 1976.

Este golpe y la restauración capitalista, sin embargo, no pudieron repudiar la validez de la verdad de la Revolución Cultural. En vez de esto, en cierta forma, confirma las enseñanzas de Mao sobre la naturaleza de la sociedad socialista y la necesidad de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado. La Revolución Cultural es una herramienta científica desarrollada en la lucha contra la restauración capitalista y en la lucha teórica para desarrollar el Marxismo-Leninismo-Maoísmo. Su validez científica fue establecida en la prueba de la práctica de la Revolución China. Su eficacia como arma para movilizar a las grandes masas en la lucha contra el peligro de la restauración capitalista en un país socialista, también fue probada. Sin embargo, como el propio Mao subrayó, ningún arma puede proporcionar una garantía de victoria final. Por lo tanto, el hecho de que los seguidores de la vía capitalista lograran una victoria temporal, no disminuye en modo alguno la verdad objetiva de la necesidad y de la eficacia de esta arma en la lucha por la construcción del socialismo y de la defensa el socialismo.

La Gran Revolución Cultural Proletaria es una de las contribuciones más importantes del Marxismo-Leninismo-Maoísmo para el arsenal del proletariado internacional. Representa la aplicación en la práctica de la mayor contribución de Mao al Marxismo; la teoría de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado para consolidar el socialismo, luchar contra el revisionismo moderno y prevenir la restauración del capitalismo. Su importancia para el proletariado internacional es incalculable en el mundo actual, donde todas las bases socialistas se perdieron debido a los esquemas de manipulación de la burguesía dentro del propio Partido Comunista. Por eso ha llegado la hora de revisar la definición de Lenin de un Marxista.

Lenin, definiendo lo que es ser marxista, dijo que no era suficiente con aceptar la lucha de clases para llamarse marxista. Dijo que sólo aquellos que reconocen tanto la lucha de clases como la dictadura del proletariado pueden ser llamados marxistas. Hoy en día no basta con reconocer la lucha de clases y la dictadura del proletariado para ser marxista. Un marxista debe aceptar la comprensión básica de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Por lo tanto, sólo es un marxista aquel que hace extensivo el reconocimiento de la lucha clases y de la dictadura del proletariado al reconocimiento de la revolución contínua de la superestructura con el objetivo de la realización de la revolución mundial y de la construcción de la sociedad comunista tan pronto como sea posible

Capítulo 32: Después de la muerte de Mao

A finales de los años 60 -el período de la GRCP y el establecimiento del Maoísmo como una nueva etapa del Marxismo-Leninismo- fue un período de fermentación revolucionaria en muchas partes del mundo. La guerra revolucionaria en Indochina (el área que cubre Vietnam, Kampuchea y Laos) se enfrentaba a fuertes golpes debido a la tremenda potencia militar de los imperialistas norteamericanos. Al mismo tiempo, los revolucionarios rompieron con el revisionismo moderno e iniciaron luchas armadas bajo la guía del Maoísmo, especialmente en muchas partes del Tercer Mundo. Las luchas armadas en las Filipinas y en la India continúan desde entonces. También se llevaron a cabo, en muchos lugares, guerrillas de liberación nacional, así como luchas armadas bajo la ideología Guevarista (ideología que sigue las ideas y las prácticas del Che Guevara, que desempeñó un rol principal en la lucha revolucionaria de Cuba y de Bolivia) en partes de América Latina.

La guerra de Indochina, las afiladas luchas en el Tercer Mundo y la GRCP fueron algunos de los principales factores para la gran ruptura de los movimientos estudiantiles y antiguerra con el mundo capitalista a finales de los años 70. La revuelta estudiantil de París en mayo de 1968 fue la más importante, pero no la única, ola de revueltas estudiantiles que iban desde EE.UU. a Italia, pasando por Polonia, Checoslosvaquia y Yugoslavia. Esta ola también tuvo su impacto en diversos lugares del Tercer Mundo. Al mismo tiempo, las protestas contra la guerra de Vietnam comenzaron a ganar adeptos en Estados Unidos y en otras partes del mundo, con grandes movimientos por la paz, contra la guerra y la carrera armamentística nuclear en las principales ciudades europeas. Los imperialistas estadounidenses fueron efectivamente aislados, ya que ni siquiera sus aliados se pusieron de acuerdo para enviar tropas a combatir en Vietnam. Tras los movimientos estudiantiles, hubo también un importante aumento de las luchas de la clase obrera industrial en el Este de Europa, particularmente en Italia y Francia, a pesar de que las demandas sólo eran económicas. Enormes olas de huelgas por mayores demandas salariales paralizaron muchas veces toda la economía de los países imperialistas.

A mediados de los años 70, tras largas guerras de guerrillas, se vio la caída final de muchos viejos regímenes coloniales. De este modo, los EE.UU. y sus marionetas fueron expulsados de Vietnam, Kampuchea y Laos en 1975. En África, las repúblicas de Mozambique, Angola, Etiopía, Congo y Benin fueron formadas durante este período. Sin embargo, la mayoría de estos países estuvieron en manos de títeres o satélites del nuevo imperialismo, es decir, el socialimperialismo soviético. La destacable excepción fue Kampuchea, donde los auténticos revolucionarios comunistas -los Jemeres Rojos- se mantuvieron independientes hasta que fueron invadidos en 1978 por Vietnam, bajo las órdenes de los imperialistas soviéticos.


El período posterior también continuó siendo una excelente situación revolucionaria con la agudización de todas las contradicciones fundamentales y el debilitamiento del imperialismo. En particular, las colonias y semicolonias continuaron siendo el centro de la tempestad de la revolución mundial. A principios de este periodo, la guerra de guerrillas continuó en Zimbabwe, Nicaragua, Eritrea y en otros países. La Guerra Popular comenzó en Perú en 1980 bajo la dirección comunista revolucionaria. El Sha de Irán fue derrocado y se instauró una República Islámica antiestadounidense. La guerra de liberación nacional estalló en Afganistán tras la instalación de un régimen títere soviético en 1978 y tras la ocupación por parte del ejército socialimperialista soviético en 1979. La lucha heroica del pueblo Afgano causó muchas muertes al régimen soviético y fue un factor importante en el colapso final de la URSS.

La importancia histórica de las luchas populares de las colonias y semicolonias cambió para siempre la naturaleza de las relaciones entre el imperialismo y las naciones oprimidas. Las guerras de Vietnam y Afganistán demostraron que ni siquiera una superpotencia podía ocupar un país, aunque fuese pequeño y débil. Esta verdad se hizo más visible en los años 90, en muchos lugares donde las fuerzas de la ONU intentaron intervenir. Somalilandia, que había sido controlada durante muchos años, sin mucha dificultad, por los colonialistas británicos e italianos, se convirtió en Somalia, donde miles de tropas americanas y de otros países se vieron obligadas a retirarse en desgracia, al ser atacadas por el pueblo. Incluso los contínuos bombardeos a gran escala en Irak y en Yugoslavia, sin el compromiso de las tropas terrestres, son el reconocimiento del imperialismo de que ningún país, nación o pueblo de este periodo estaba dispuesto a aceptar un ejército de ocupación.

Desde el colapso de los regímenes burocráticos de Europa del Este y de varias repúblicas que formaban la antigua Unión Soviética, se ha producido una contínua crisis revolucionaria. Incluso en los países imperialistas de Occidente, el agravamiento de la crisis llevó a la intensificación de la contradicción entre el trabajo y el capital, y a repetidas oleadas de huelgas dirigidas por la clase obrera. Sin embargo, las fuerzas revolucionarias no se han organizado lo suficientemente fuerte como para utilizar la excelente situación mundial revolucionaria para avanzar a la revolución proletaria mundial.

Tras la muerte de Mao, en 1976, los capitalistas que permanecieron en el partido llevaron a cabo un golpe bajo la dirección del revisionista Deng Xiao-ping y tomaron el control del partido bajo la dirección nominal de Hua Kuo-feng, que se considera a sí mismo un centrista. Como ya Mao había enseñado varias veces, con el control político en manos de los revisionistas, la base socialista dejó de estar en las manos del proletariado. Al mismo tiempo, la dirección del Partido del Trabajo de Albania comenzó a seguir una línea oportunista, atacando al Maoísmo y tachando a Mao de revolucionario pequeño-burgués. A pesar de que los Jemeres Rojos continuaron manteniendo el poder en Kampuchea, hubo una guerra constante contra los enemigos internos y externos de la Revolución y el país no fue capaz de recuperarse de los problemas económicos de la guerra y consolidar su poder cuando fueron derrotados por el ejército vietnamita, apoyado por los soviéticos. Por lo tanto, no había ningún país en el mundo en el que el proletariado hubiese consolidado su posición en el poder estatal y desempeñado su rol bajo una base socialista para el proletariado internacional.

En los años inmediatamente posteriores a la muerte de Mao, había una considerable confusión ideológica en el movimiento comunista internacional, con los revisionistas de Deng, a través de Hua Kuo-feng, tratando de proyectarse como defensores legítimos del Maoísmo. Particularmente, vendieron la falsa y revisionista idea de la Teoría de los Tres Mundos como la línea general de Mao para el proletariado internacional. Muchos sectores revolucionarios aceptaron estas posiciones, y sólo después de la abiertamente revisionista Resolución Histórica del PCCh en 1981 y del XII Congreso de 1982, la mayor parte de las fuerzas revolucionarias del mundo comenzaron a oponerse abiertamente al revisionismo de Deng. Sin embargo, algunos sectores continuaron siguiendo la corriente revisionista de Deng y abandonaron las enseñanzas revolucionarias de Mao. Algunos sectores se unieron al ataque del Partido del Trabajo de Albania contra el Maoísmo. Sin embargo, más tarde, estos partidos se desintegraron o comenzaron a revelar su verdadera naturaleza revisionista.

Aquellos que se oponían resueltamente al revisionismo de Deng y defendían el Maoísmo, conseguían hacer progresos considerables en la práctica. Hoy en día, estas fuerzas forman el núcleo del proletariado revolucionario internacional. Lideran las luchas armadas en Perú, Filipinas, Turquía, Nepal y la India. Aunque estas fuerzas son todavía muy débiles organizativamente, continúan creciendo.

La principal fuente del crecimiento de sus fuerzas es la justa ideología Marxista- Leninista-Maoísta. La cadena de importantes acontecimientos históricos de los últimos veinte y tantos años confirmó la mayoría de los principios maoístas. En particular, el colapso de la Unión Soviética y su retirada de condición de superpotencia frente a la lucha popular y el grave debilitamiento de superpotencia estadounidense frente a las luchas de los pueblos oprimidos de todo el mundo, han confirmado el principio de Mao de que estos imperialistas han sido sólo tigres de papel, y han aprendido una lección a través del pueblo.

Del mismo modo, el maoísmo continuó siendo la mejor herramienta en las manos del proletariado internacional y de los pueblos oprimidos para formular y aplicar la revolución en sus respectivos países. El Maoísmo también tuvo una gran influencia en las luchas armadas por la liberación nacional en varios rincones del mundo. Aunque en este período no ha habido avances significativos en la ciencia y en la teoría marxista, el MLM continúa adaptándose a las condiciones cambiantes en todo el mundo. Proporciona la única teoría científica y correcta para el proletariado internacional.

El movimiento comunista internacional está pasando por un proceso de victoria-derrota-victoria en el camino a la victoria final de la revolución proletaria mundial. Para aquellos que están desanimados con las subidas y bajadas de este proceso, sería bueno recordar lo que dijo Mao durante el Gran Debate y también durante la Revolución Cultural: “Incluso la revolución burguesa, que sustituyó una clase explotadora por otra, tuvo que someterse a diversos reveses y ser testigos de muchas luchas (revolución), después la restauración y luego el derribo de la restauración. Varios países europeos tardaron cientos de años en completar sus revoluciones burguesas, comenzando con los preparativos ideológicos hasta la toma final del poder. Como la revolución proletaria es una revolución que pretende derrocar de forma permanente todos los sistemas de explotación, es aún menos concebible que las clases explotadoras vayan dócilmente a permitir que el proletariado los prive de todos sus privilegios sin tratar de restaurar su poder”.

Se esperan derrotas temporales en el largo y sinuoso camino de la Revolución Socialista Mundial. Los 150 años de historia del desarrollo del Marxismo-Leninismo-Maoísmo demostraron de manera concluyente que el destino histórico de esta doctrina es liderar y guiar al proletariado internacional hasta la victoria final.

ÍNDICE:

Capítulo 1: Introducción.

Capítulo 2: ¿Qué es el Marxismo-Leninismo-Maoísmo?

Capítulo 3: Condiciones socioeconómicas que llevaron al nacimiento del Marxismo.

Capítulo 4: Los primeros años de Marx y Engels hasta que se hicieron marxistas.

Capítulo 5: Las tres fuentes del Marxismo.

Capítulo 6: Los fundamentos básicos de la filosofía marxista: El materialismo histórico y dialéctico.

Capítulo 7: La lucha contra el socialismo utópico y el establecimiento del socialismo científico.

Capítulo 8: La economía política marxista.

Capítulo 9: Marx se une a la clase trabajadora.

Capítulo 10: Las lecciones de la Comuna de París.

Capítulo 11: Proliferación del Marxismo y ascensión del oportunismo.

Capítulo 12: El Marxismo en Rusia: La juventud de Lenin.

Capítulo 13: Lenin y el Partido Comunista de nuevo tipo.


Capítulo 14: La Revolución Burguesa Rusa de 1905: Desarrollo de las tácticas proletarias.

Capítulo 15: Primera Guerra Mundial: Oportunismo vs Tácticas revolucionarias.

Capítulo 16: Análisis de Lenin sobre el imperialismo, la fase superior del capitalismo.

Capítulo 17: La Gran Revolución Socialista de Octubre.

Capítulo 18: La formación de la Tercera Internacional.

Capítulo 19: La cuestión nacional y colonial.

Capítulo 20: La juventud y las contribuciones revolucionarias de Stalin hasta la revolución de 1917.

Capítulo 21: La construcción del Socialismo: La experiencia rusa.

Capítulo 22: La lucha contra el Trotskismo y otras tendencias oportunistas.

Capítulo 23: Las tácticas llevadas a cabo durante la Segunda Guerra Mundial.

Capítulo 24: Los primeros años de Mao.

Capítulo 25: La lucha de Mao contra las líneas de derecha e ‘izquierda’ y la victoria de la Revolución China.

Capítulo 26: El camino de la revolución para las colonias y semicolonias.

Capítulo 27: Mao en la filosofía.

Capítulo 28: Mao en el Partido.

Capítulo 29: La construcción del Socialismo: La experiencia china.

Capítulo 30: El Gran Debate: La lucha de Mao contra el revisionismo moderno de Kruschev.

Capítulo 31: La Gran Revolución Cultural Proletaria.

Capítulo 32: Después de la muerte de Mao.



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