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sábado, octubre 20, 2007

1Infantilismo de ‘izquierda’: un golpe bajo contra el socialismo científico




La causa fundamental de su bancarrota –la de la II Internacional- consiste en que se han dejado "encandilar" por una forma determinada de crecimiento del movimiento obrero y del socialismo, olvidándose de su unilateralidad; han tenido miedo a ver la brusca ruptura, inevitable por las circunstancias objetivas, y han seguido repitiendo las simples verdades aprendidas de memoria y a primera vista indiscutibles: tres son más que dos. Pero la política se parece más al álgebra que a la aritmética y todavía más a las matemáticas superiores que a las matemáticas simples. En realidad, todas las formas antiguas del movimiento socialista se han llenado de un contenido nuevo y un nuevo signo ha aparecido por lo tanto delante de las cifras, el signo "menos", mientras nuestros sabios seguían (y siguen) afirmando tenazmente a todo el mundo que "menos tres" es mayor que "menos dos".

Hay que procurar que los comunistas no repitan el mismo error en el otro sentido, o mejor dicho, que ese mismo error, cometido, aunque en un sentido contrario, por los comunistas "de izquierda" sea corregido y curado con el máximo de rapidez y el mínimo de dolor para el organismo. No sólo el doctrinarismo de derecha constituye un error, también lo constituye el doctrinarismo de izquierda”V.I Lenin. “La enfermedad Infantil del ‘izquierdismo’ en el Comunismo”
ÍNDICE:Página1. Antecedente histórico: el socialismo utópico.......................................................................................
22. El peligroso molde burgués de izquierda-derecha................................................................................
23. El izquierdismo: una errónea utilización del método dialéctico...........................................................
44. Las etapas principales de la historia del bolchevismo..........................................................................
55. Lenin y la III Internacional combaten la táctica izquierdista...............................................................
66. La política leninista de liderazgo de masas no entiende de izquierdismo............................................
87. El izquierdismo borra las particularidades nacionales...........................................................................
88. Un debate pendiente en los aledaños del izquierdismo: la revolución permanente..............................
99. Búsqueda permanente de la síntesis superadora en la lucha entre líneas............................................
1010. Dialéctica..........................

Pablo G. V. (Militante de Corriente Roja)
Madrid, 24 de Octubre de 2006* NOTA: Para situar al lector, le informo que mi militancia la desarrollo fundamentalmente en Corriente Roja (CR). Donde explícitamente, en teoría y práctica, ha rechazado el revisionismo de derecha o el institucionalismo de cara dura, representado por el postmodernismo ‘de la Multitud’ (Negri y Hard) o el PCE-IU (en España), respectivamente. Al PCE le daré de comer aparte, por lo que fue en los años 30 y por lo que es ahora. Nada queda de leninismo o marxismo en el Partido de Paco Frutos por su perseverante defensa de la democracia burguesa, que le lleva a renunciar a todo tipo de praxis revolucionaria.

El PCE se ha convertido en una ‘sala de espera’ para el control de una IU que objetivamente cumple una función de colchoneta del sistema para absorber y paralizar el movimiento popular. En la construcción de la identidad de CR, como es natural, y como ocurrió con diferentesmovimientos revolucionarios, incluido el bolchevismo, tiene tensiones de debate donde aparecen posiciones izquierdistas. Esto, en principio, no es malo. Lo importante, históricamente, es haber cortado el cordón umbilical con esa socialdemocracia desorientada que busca amigos en el socialliberalismo y en la corrupta clase política. Desde luego, no comparto las falsas críticas a CR por ‘izquierdismo’, expresadas por sospechosos sectores del PCE que cohabitan con Frutos la dirección, por los que como República.es u Octubre buscan ‘parlamentizar’ la lucha por la III República, o los que desde el trotskismo entrista “antiderecha” (El Militante) nos intentan dar lecciones de leninismo cuando ellos hacen justo lo contrario.

Aquí dejo la declaración de principios de CR

Lo expresado en el actual esto, es sólo atribuible a un posicionamiento personal.2Antecedente histórico: el socialismo utópicoAunque la referencia central del presente texto sea el conocido folleto de Lenin: “La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo”, que originariamente se llamó en 1920 “Ensayo de discusión popular sobre la táctica y la estrategia marxista”1, conviene recordar que no es un tema nuevo para el movimiento obrero.La crítica al ‘izquierdismo’ sobrevuela en las batallas contra los socialistas utópicos incluyendo los anarquistas2 (Saint-Simon, Fourier, Owen, Proudhon, Blanc, Bakunin,...). Marx y Engels, sin negar la contribución histórica de los utópicos al pensamiento socialista, critican la ausencia tanto de un análisis científico de la Historia como de un estudio riguroso de las bases materiales necesarias para construir esa sociedad sin clases.

Paradigmáticos, en ese sentido, eran los comuneros blanquistas, quienes en un manifiesto argumentaban: ". . . Somos comunistas porque queremos alcanzar nuestro fin, sin detenernos en etapas intermedias y sin compromisos, que no hacen más que alejar el día de la victoria y prolongar el periodo de esclavitud'.Engels les contestó lo siguiente:“Los comunistas alemanes son comunistas porque, a través de todas las etapas intermedias y de todos los compromisos creados no por ellos, sino por la marcha del desarrollo histórico, ven claramente y persiguen constantemente su objetivo final: la supresión de las clases y la creación de un régimen social en el cual no habrá ya sitio para la propiedad privada de la tierra y de todos los medios de producción.

Los blanquistas son comunistas por cuanto se figuran que basta su buen deseo de saltar las etapas intermedias y los compromisos para que la cosa quede ya arreglada, y que si -- ellos lo creen firmemente -- 'se arma' uno de estos días y el Poder cae en sus manos, el 'comunismo estará implantado' al día siguiente. Por consiguiente, si no pueden hacer esto inmediatamente, no son comunistas. ¡Qué ingenua puerilidad la de presentar la propia impaciencia como argumento teórico!"3El peligroso molde burgués de izquierda-derechaAntes de desmenuzar el debate es necesaria una aclaración inmediata.

No estará de más recordar que el razonamiento dialéctico se basa en la “ascensión de lo abstracto a lo concreto”. Es decir, lo particular es lo abstracto, y la interrelación es lo concreto. Un concepto aislado no es nada sin el medio que lo relaciona.

En el caso a tratar: “el izquierdismo”, contiene una indefinición añadida por dos motivos: 1) porque establece una distancia entre una “desmesurada izquierda” y un centro (de referencia). Por tanto, necesitamos una ‘brújula’ con un ‘norte’, que por otra parte, no está exento de polémica por las amplias dosis de subjetivismo que se cuelan en este tipo de orientaciones; y 2) El término “izquierdismo”, está altamente contaminado por el molde burgués de izquierda-derecha.

La primera indefinición la solucionaremos, usando el “norte” de Lenin, y con la segunda, no nos quedará más remedio que destruir ese esquema lógico burgués que nos han metido en la cabeza. Lo intentaremos.Adelanto la tesis general para que nos situemos. La dualidad izquierda-derecha funciona actualmente como una pantalla ideológica que busca dar protagonismo a los partidos políticos, utilizándose de parapeto de su retaguardia dominante, su amo: la oligarquía; que a pesar de estar legitimada electoralmente, sigue siendo oligarquía. Me explico.La dualidad izquierda-derecha implica una relación de necesidad entre esos dos polos. La izquierda sin la derecha no existe, ni viceversa.

Si seguimos escarbando, nos encontraremos dos problemas: uno de forma, dos categorías son pocas para encasillar los intereses del bloque dominante reaccionario y del bloque revolucionario; y otro de contenido: ¿Qué políticas son de izquierda y cuales de derecha?.1 El título se cambió en vida de Lenin. El antiguo título es más descriptivo sobre la línea de debate, en cambio, el segundo, da énfasis a la falta de preparación y la inmadurez de esa tendencia.2 Ante la crisis de la II Internacional. Lenin, a modo de excepción, hace un reconocimiento concreto al anarquismo por lo acertado de su crítica a la socialdemocracia como mera gestora del Estado burgués. Kautsky había olvidado el carácter de clase del Estado.

Pero ese error no había que adjudicarlo al marxismo, como afirmaban los anarquistas; únicamente iba a cargo de los revisionistas de la II Internacional.3 F. Engels, "Programa de los comuneros blanquistas", en el periódico socialdemócrata alemán "Volksstaat", 1874, núm. 73. Marx y Engels siempre subrayan que los intereses del partido obrero coinciden con los intereses del movimiento. Pues el comunismo es el movimiento real que quiere superar el estado de las cosas teniendo en cuenta las leyes objetivas de la Historia.3El lector inquieto se preguntará: ¿Estas políticas dependerán del desarrollo histórico?.

Evidentemente, si. La relación izquierda-derecha proviene de la Revolución Francesa, y entonces, los situados más a la derecha, eran los más reaccionarios en la medida que portaban los intereses del Antiguo Régimen. Esa derecha fue liquidada por la burguesía revolucionaria y el campesinado popular. Se barrió de la Historia a los señores feudales en tanto que clase, y con ello, se llevó por delante a todos sus representantes políticos. Siguiendoesta lógica, el mismo lector inquieto podrá traspasar la línea de lo políticamente correcto si se para a comparar esa situación con la actual sociedad burguesa.

Lo digo más claro: la eliminación de los capitalistas en tanto que clase. Ya hemos tocado el botón rojo: esta idea, no se puede explicar en términos de izquierda y derecha. ¡Se nos jodió el invento!, o si somos mal pensados, hemos encontrado la trampa de quien hace la ley.Si nos damos un baño de lucidez a través del materialismo histórico, éste nos dirá que los intereses de los capitalistas tienen una caducidad histórica, en contraste con la categoría de derecha que permanece en el esquema lógico.

Es en ese terreno, cuando las categorías manipulan a la lógica dialéctica, donde la confusión alimenta la idea revisionista de convivencia pacífica, sobre bases capitalistas, entre izquierda y derecha.Para el marxismo las ideologías no son un enorme abanico de opciones con sus correspondientes tonalidades (del rojo al azul), donde el espectro comienza en la extrema izquierda, y gradualmente, se va acercando a la extrema derecha, su final. Este razonamiento, aparentemente tan simplón, es un producto sofisticado de la superestructura de la democracia burguesa para romper la conciencia de clase4.

Debemos ser conscientes de que las ideologías se sostienen por intereses materiales de clase, y lo que no sea eso: es un cascarónpolíticamente hueco.Nos apoyaremos en dos ejemplos muy gráficos para romper con los esquemas mecanicistas burgueses: una metáfora y un análisis espacial.a) El interés de clase es un río que atraviesa la historia; en algunos momentos el río estará enemergencia (sujetos históricos de progreso), con mayor o menor caudal (situación revolucionaria), con mejor o peor canalización (organización de clase), pero de nada sirve estar parado en la orilla izquierda del río (izquierdismo), si no estás montado en el torrente del mismo.b) La distancia entre ideologías (que no de opciones políticas) no son medibles en metros; su distancia no es geográfica, ya que están en planos totalmente distintos.

Nada explica, pues, que una formación política esté un poco más a la izquierda o un poco menos a la derecha. ¿Dónde está la clave? Está en que todo análisis riguroso nunca puede soslayar el posicionamiento con respecto a las clases sociales. En definitiva, el marxismo tiene su propio ‘plano’ ideológico independiente de cualquier opción política que haya dentro del estrecho marco5 (‘plano’) de la ideología burguesa; son dos ‘planos’ que se enfrentan cuando se produce un choque entre los intereses de clase (‘vectores’), en este caso antagónicos.

Estos ‘planos’ conviven en un mismo mundo donde opera la lucha de clases, pero funcionan con diferentes lógicas internas.Para no alarmar al lector, dejaré claro que no se trata de renunciar a la autodenominación “de izquierdas” ni a sus tradiciones, sino de destruir el esquema lógico burgués de los parámetros izquierda-derecha. Es cierto que formalmente se utiliza para señalar hacia donde apunta la discusión, si hacia la derecha (revisionismo, reformismo) o hace la izquierda (dogmatismo, sectarismo), pero debe quedar claro que esos parámetros no son suficientes para describir una realidad política.4 Existen varias versiones burguesas que desarrollan esta idea en el sentido de promocionar el interclasismo. La versión socialdemócrata-liberal (“los extremos se tocan”), o la versión extremista-sentimental de izquierdas o derechas: “la izquierda es el gin, y la derecha el gan, o viceversa”), en los dos casos obvian el curso de los intereses de clase y establecen implícitamente una relación de necesidad entre derecha e izquierda, reproduciendo el esquema lógico burgués al uso “éste es menos malo que aquel de allá”.

Ideas que llevan, por ejemplo, al nefasto razonamiento del “voto útil” en condiciones de un régimen burgués desarrollado, o a la idea de ir “todos contra la derecha” que tanto ‘le pone’ a ‘El Militante’ y a la IU Llamazarista.Asimismo también existe otra versión, la de Julio Anguita, donde se diferencia ‘izquierda’ con realizar ‘políticas de izquierda’, donde ésta última estaría definida por los intereses de la clase trabajadora. Razonamiento correcto, pero de poca utilidad si no se desmarca del plano ideológico burgués.

5 Durante un tiempo se pensó que el keynesianismo pudiera ser una opción ideológica diferenciada, basándose en la suposición de que éste pudiese ser un contrapeso a los intereses del capital, pero esto se ha demostrado que es falso. El keynesianismo fue útil para la burguesía en una determinada época de desarrollo del capitalismo, hoy, los mismos que lo defendieron, lo desechan, pero por una mera cuestión técnica.

En consecuencia, sólo es problema de vanguardia intelectual en la alimentación del programa económico de la burguesía; el programa que sea más eficiente para el conjunto del régimen burgués en función de sus necesidades históricas, ese triunfará.4Una primera conclusión marxista sería la siguiente: el revolucionario no eleva su nivel de conciencia por ser el más crítico con el régimen imperante, por tener la retórica más utópica o por ser el más ‘purista’ en los medios a utilizar para derrocar a la clase dominante. En caso de defensa del argumento contrario, visite los libros del doctor Lenin.

El izquierdismo: una errónea utilización del método dialécticoHistóricamente el izquierdismo ha parido muchos ‘hijos desviacionistas’, entre ellos, los famosos: voluntarismo, sectarismo, dogmatismo, subjetivismo de vanguardia o de masas,...; todos ellos utilizan un esquematismo, como deformación de la lógica dialéctica, cuya perturbación viene dada por obviar condiciones objetivas y subjetivas. Todas estas etiquetas mencionadas no son más que la caracterización del efecto, pero no su causa.

El error ideológico, como siempre, lo encontramos en la metodología del análisis.Vayamos por partes, primero caractericemos los fallos del izquierdismo, y a continuación, el camarada Mao nos explicará con más detalle los errores que pueden darse en el proceso de conocimiento y la aplicación de políticas.Caracterización de los fallos del izquierdismo:- Confundir deseo con realidad: idealismo.- No saber marcar los tiempos ni enlazar correctamente la táctica y estrategia. En la táctica, como la lucha por la conquista de reformas parciales, está siempre supeditada a que ascienda “el nivel general de conciencia y el espíritu revolucionario”.- Estilo de trabajo sectario hacia las masas. Lenin sostiene que no saben maniobrar ni ganarse a las masas vacilantes.- Elevar una “contradicción secundaria” a categoría de “contradicción principal”6.

Generalmente estos errores suelen ir en beneficio de un agente reaccionario externo al partido o al régimen socialista.- Partir de modelos teóricos puros que no encajan sobre una realidad dialéctica.- Sentenciar apriorísticamente el futuro de un proceso revolucionario en virtud de una previsión“ortodoxa”. Según ellos, no puede existir un periodo de disputa interna de lucha de clases en el seno de los movimientos populares.

En resumen, si no tienen suficiente pedigrí comunista desde el comienzo, indefectiblemente será un brazo político al servicio de la burguesía.- Ausencia de autocrítica y rectificación, persistiendo en el error.- Confundir comunismo con socialismo.- Sustraer la ciencia del análisis marxista, quedando la lucha de clases huérfana de las leyes del materialismo histórico y la economía política.En resumen, los izquierdistas transforman al marxismo en religión (dogma), perturbando el carácter científico de su análisis y su función política de mera “guía para la acción”.

Mao Tse-Tung en su folleto ‘¿Dónde provienen las ideas correctas?’ nos ayuda a descifrar las causas del izquierdismo a través de la teoría marxista del conocimiento:“Al comienzo, el conocimiento es puramente sensitivo.

Al acumularse cuantitativamente este conocimiento sensitivo se producirá un salto y se convertirá en conocimiento racional, en ideas. Este es el proceso del conocimiento. Es la primera etapa del proceso del conocimiento en su conjunto, la etapa que conduce de la materia objetiva a la conciencia subjetiva, de la existencia a las ideas. En esta etapa, todavía no se ha comprobado si la conciencia y las ideas (incluyendo teorías, políticas, planes y resoluciones) reflejan6 Un trabajo donde se detallan las contradicciones principales del sistema mundial “Apuntes para una línea internacionalista”. Francisco García Cediel (2006). Publicado en num 4 de Fahrenheit 451. También disponible: civilización socialista

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