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sábado, abril 19, 2008

Una muerte que detonó la lucha guerrillera en Argentina


por Jorge Lewinger
El Che Guevara buscó multiplicar desde Bolivia la revolución en el continente, especialmente en la Argentina , pero lo que no pudo hacer por la derrota de su intento, lo logró su muerte, que puso ³en marcha por su cuenta³ en los años 70 a miles de guerrilleros en su patria de nacimiento.

³Los potenciales miles de combatientes que el Che había previsto, se pusieron en marcha por su cuenta en la mayor movilización subterránea de que se tenga conocimiento en la historia de América³, afirmó Ciro Bustos (1), integrante de los dos intentos del Che vinculados a la Argentina , el de Jorge Masetti en 1963 y el de Bolivia en 1967.


Así definió la aparición de las guerrillas urbanas argentinas de las
FAP, el ERP, las FAR, Montoneros y las FAL de fines de los 60 el dibujante Bustos, quien cargó con el estigma de haber sido el que informó de la presencia de Guevara en Bolivia, cosa que en realidad hizo -según el diario del Che y la CIA- el otro detenido en Camiri, el francés Regis Debray.




Las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), la organización político-militar más antigua de esa década y con mayor vinculación con los hombres de la resistencia peronista, intentó la última y rápidamente sofocada experiencia guerrillera rural en Taco Ralo, Tucumán, en 1968.
Algunos grupos que luego integrarían las Fuerzas Armadas.




Revolucionarias (FAR) viajaron a Cuba luego de conocerse la presencia del comandante Guevara en la zona de Vallegrande, para integrarse a su guerrilla boliviana, sin saber que ya estaba aislado y cercado por los militares bolivianos, asesorados por Estados Unidos.




Carlos Olmedo y Marcos Osatinsky encabezaban uno de esos grupos, escindidos del Partido Comunista Argentino, y Luís Piriz (luego se sumaría al ERP) y Arturo Lewinger, otro, distanciado del núcleo presidido por Silvio Frondizi.




Todos se enteraron de la muerte del Che en Cuba. En julio de 1968 se constituye el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP),
en un congreso del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) en el que se alejó el sector del trotskista Nahuel Moreno, discrepante con el camino de la lucha armada, y Mario Roberto Santucho asumió el liderazgo del PRT-El Combatiente, que se identificó con la Revolución Cubana.




Montoneros se dio a conocer con el secuestro del ex presidente Pedro Eugenio Aramburu en 1970, y afiches con la imagen de sus ³buscados³ líderes Fernando Abal Medina, Carlos Ramus, Mario Firmenich y Norma Arrostito, entre otros, inundaron las calles del país.




Ese bullir de jóvenes que pasaban a la acción directa tuvo al Che y a la desafiante revolución cubana, triunfante a las puertas del coloso imperial del norte, como ejemplos a seguir, a lo que sumaban, los provenientes del peronismo revolucionario, la figura de Evita.




Pero su crecimiento como fenómeno social estuvo indisolublemente vinculado a la clausura de la vida política legal que estableció la primera dictadura que se propuso guardar las urnas por 20 años, la de los generales Juan Carlos Onganía y Alejandro Lanusse. También a las masivas puebladas que la resistían, especialmente el Cordobazo y el Rosariazo. ³Objetivo estratégico: toma del poder político en la Argentina. ¿Estás de acuerdo?³, pregunta el Che a Bustos en el campamento guerrillero de Ñancahuazú.




³Por supuesto³, dice haber respondido quien finalmente no podrá cumplir el encargo de armar ³dos columnas de unos 100 hombres en un plazo no mayor de dos años³ en Salta, como le pedía el comandante, porque el inicio no querido y anticipado de las hostilidades le impide salir de la selva y luego será detenido.




Muchos más combatientes se pusieron en marcha a fines de los 60 y comienzos de los 70 que esas dos columnas que quería el Che en ³un plazo no mayor de dos años³, aunque la guerrilla rural había quedado relegada por el accionar armado en las ciudades y el surgimiento de agrupaciones sindicales, barriales, estudiantiles y villeras conducidas por las organizaciones guerrilleras.




³Podrá ser o no el momento actual el indicado para iniciar la lucha, pero no podemos hacernos ninguna ilusión, ni tenemos derecho a ello, de lograr la libertad sin combatir³, decía casi premonitoriamente el Che en su Mensaje a la Tricontinental de 1966 (2), en el que proponía la creación de ³dos, tres, muchos Vietnam³ para derrotar al ³imperialismo yanqui³.




A 40 años de su asesinato en la escuelita de La Higuera , Sudamérica es otra. No la que previó el Che, tampoco la que buscó imponer Washington: los gobiernos que dicen apuntar al socialismo del siglo XXI -Venezuela, Ecuador y Bolivia- se constituyeron democráticamente, pero en los tres casos precedidos de insurrecciones populares.

Hugo Chávez llegó al poder a caballo del Caracazo de 1989 que hizo estallar el neoliberalismo en Venezuela; Rafael Correa, tras el levantamiento indígena de 2000, y Evo Morales, después de la Guerra del Gas de 2003.Los tres, de una u otra manera, dicen inspirarse en el ejemplo del Che. (Télam)


(1)³El Che quiere verte³, Ciro Bustos.


(2)³Los caminos del Che³, Fernández Retamar, Martínez Heredia y otros.

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