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lunes, diciembre 02, 2013

Discurso de Nexhmije Hoxha pronunciado en el Seminario en Bruselas


1 de mayo de 1998

Queridos camaradas:

Después de haber estado por varios años en un régimen de aislamiento en la cárcel y después de haber sido impedida de participar en la vida política y pública, tengo el gran placer de participar en este encuentro con los amigos sinceros de Albania y camaradas de nuestro único ideal, el marxismo-leninismo.


Aprovecho esta ocasión para saludarles y agradecerles, a ustedes y a sus partidos, así como a los grupos representados, por el apoyo que han dado a mi país y a todos nosotros, los comunistas albaneses, en los momentos más difíciles que hemos pasado y seguimos pasando.

Permítanme saludar y agradecer especialmente a los camaradas del PTB y al camarada Ludo Martens por el honor que me han conferido al invitarme a los eventos por el ciento cincuenta aniversario del Manifiesto Comunista, así como a este seminario.

El tema de este seminario es muy interesante, y en esta ocasión quien hablará es el camarada Hysni Milloshi, representante del PCA, recientemente legalizado.

Me gustaría hacer hincapié en que estaré muy feliz si puedo hablar de la lucha de la clase obrera, de su éxito durante estos últimos años y sobre las perspectivas que se le abren en la víspera del siglo XXI. Por desgracia, en Albania, por el momento, no existe una clase obrera en el verdadero sentido de la palabra. Hay mucha gente desempleada, proletarios listos para vender su fuerza de trabajo, pero de hecho no hay más clase obrera y sin duda no está más en el poder. Las fuerzas oscurantistas han revertido el sistema socialista en Albania con una ferocidad bárbara y, contrariamente a lo que ha ocurrido en los otros países ex socialistas, estas fuerzas han arruinado completamente nuestra industria, así como toda la riqueza que el pueblo albanés creó a costa de grandes sacrificios durante los cincuenta años de Poder popular bajo la dirección del PCA (PTA) y Enver Hoxha. A excepción de algunas centrales hidroeléctricas, ninguna fábrica se mantiene en pie. Las máquinas y las herramientas fueron destruidas y revendidas en el extranjero como vulgar chatarra, destinada a ser fundida. Incluso se removieron las vías ferroviarias para revenderlas en Yugoslavia, vía Montenegro.

¿Cómo llegaron los albaneses a este punto? No es fácil de entender. Son ellos los que construyeron el país con gran entusiasmo. Durante 45 años, trabajaron y vivieron tranquilamente, honestamente, unidos. Una persona se suicida cuando está muy desesperada. Esta autodestrucción del pueblo albanés parece ser el síntoma de una inmensa desesperación. Se sintieron abandonados en la encrucijada. Pero los albaneses siempre han sido un pueblo fuerte, valiente, orgulloso y honesto. Es un pueblo muy unido, con virtudes y una cultura milenaria, y nadie puede cambiar este carácter en cinco años. Sin embargo, lo que pasó con Albania muestra la naturaleza inhumana del capitalismo y el imperialismo.

Albania es el único país de Europa en el que el 60% de la población es rural. La colectivización de la tierra (aparte de las parcelas privadas) se extendió a todo el territorio. La vida de los habitantes era modesta, sobre todo en las localidades de montaña (debe saberse que 2/3 de Albania es montañosa), pero su existencia había cambiado por completo en comparación con la época del rey Zog. Cada pueblo tenía su escuela, su centro médico y su clínica de maternidad. El teléfono y las calles pavimentadas dieron a los campesinos la posibilidad de modificar profundamente su existencia. La electrificación de todos los pueblos, incluso los más lejanos, la difusión de la radio, la televisión y todos los demás aparatos, fueron una verdadera revolución.

Hoy en día, las cooperativas agrícolas han sido liquidadas, todas las plantaciones de cítricos y los olivares se han convertido en un páramo. Los campesinos son propietarios de la tierra, pero, al igual que los pequeños capitalistas en una sociedad capitalista primitiva en proceso de dar el primer paso, no pueden cultivar sus tierras debido a la falta de medios mecánicos y de fertilizantes químicos, ya que no tienen forma de adquirirlos. Todo el sistema de asignaciones que se había establecido durante el Poder popular, ha sido destruido. Los pantanos han resurgido y la malaria ha reaparecido, mientras que en nuestro tiempo era imposible encontrar un solo caso para ilustrar a los estudiantes de medicina. Otras enfermedades endémicas, como la tuberculosis, han reaparecido. Los centros médicos en las aldeas ya no existen y las escuelas tampoco pudieron escapar de la destrucción general. El Poder popular, de conformidad con el programa del Partido del Trabajo, los había construido en toda Albania, incluso en las zonas montañosas más remotas; y cientos de profesores y médicos trabajaron con pasión para desarrollar estas zonas. En el momento en que el Partido Comunista tomó el poder, el 85-90% de la población albanesa era analfabeto, y sólo había 360 intelectuales que se habían graduado en universidades extranjeras. En muy poco tiempo, se eliminó el analfabetismo y, dos o tres décadas más tarde, todos los jóvenes en las ciudades y pueblos terminaron al menos el curso de la educación obligatoria (octavo grado). A principios de los años noventa, el plan preveía que el 70% de los alumnos debían asistir a la escuela secundaria, ya sea de educación general (escuelas secundarias) o de educación técnica o profesional. Hay una característica en el campo de la educación en Albania.

Históricamente, los cinco siglos de yugo otomano no fueron capaces de acabar con la lengua albanesa. Los albaneses se vieron obligados a cambiar su fe por la fuerza, pero siempre lucharon por preservar su lengua, que era el símbolo de la unidad nacional, y siempre lo será. Sin embargo, el fanatismo musulmán dejó sus huellas. Cuando Albania se liberó en 1944, en ciertas regiones y sobre todo en las ciudades, las mujeres llevaban el “chador” (como en Argelia), que en nuestro país era negro. En las aldeas, las mujeres no usaban el chador, pero seguían siendo oprimidas por los hombres. El Partido Comunista hizo todo por las mujeres. Sus militantes trabajaron con celo y ardor para atraerlas a las escuelas, y las escuelas no demoraron en convertirse en mixtas (chicas y chicos). Fue un gran paso hacia la emancipación no sólo de las mujeres, sino también de toda la sociedad albanesa. Durante los 45 años del Poder popular, las universidades de nuestro país y en parte las universidades extranjeras capacitaron a más de 300,000 mil especialistas, hombres y mujeres, en todos los campos científicos, sociales y culturales.

En los siete años del actual régimen democrático, el analfabetismo ha vuelto a aparecer, los niños ya no van a la escuela, pero deben atender al ganado o trabajar en los campos. Incluso en la capital, Tirana, uno ve a las niñas con el velo impuesto por misioneros islámicos, que quieren hacernos volver a los tiempos del oscurantismo medieval. En nombre de supuestas libertades democráticas, como las setas venenosas, están apareciendo muchas iglesias y mezquitas, así como diversas sectas religiosas que nunca se habían conocido en Albania.

La religión siempre trató de dividir a nuestro pueblo, pero nuestros grandes hombres del Renacimiento nos dejaron un proverbio: “la religión de los albaneses es Albania”. Fieles a esta máxima histórica, de carácter patriótico y también revolucionario por la unidad emancipadora nacional, el Partido del Trabajo y Enver Hoxha decidieron hacer de Albania un Estado ateo.


En la actualidad, en Albania, los jóvenes no ven ninguna perspectiva para el estudio o el trabajo. Albania es un país donde la edad media de la población es de 26 años, a diferencia de otros países de Europa donde la población es mucho mayor. Esta es la razón del éxodo masivo de jóvenes, que toman por asalto los barcos que atracan en nuestros puertos para huir a Italia o incluso arriesgan sus vidas para llegar a Grecia. Todos estos jóvenes han seguido el camino a Europa o Estados Unidos, donde ahora trabajan como esclavos. Para ocultar esta lamentable realidad, el clan de Sali Berisha, con la ayuda de sus padrinos, sentó las bases del fraude de las pirámides, que absorbieron todos los recursos del pueblo albanés. La gente vendió sus casas y su ganado con el fin de invertir su dinero en estos ardides piramidales que fueron presentados como el milagro del capitalismo albanés. Y lo peor es que incluso el dinero enviado por los emigrantes, ganado por los albaneses a costa de grandes sacrificios, fue absorbido por estos engaños piramidales. Se dice que en total se perdieron cerca de mil millones de dólares. Imagínense lo que eso significa para un pequeño país como Albania. Con ese dinero, Berisha compró votos, jueces y fiscales corruptos; pagó a mercenarios para defenderlo; liberó a los delincuentes de la prisión, a los que utilizó para golpear y lesionar a los militantes socialistas y comunistas y otros opositores cuando se manifestaron en contra de él, y para poner explosivos en edificios públicos y privados con el fin de aterrorizar a la gente.


De espalda Sali Berisha
Sali Berisha fue demasiado lejos con sus métodos anticomunistas y dictatoriales, tanto que el pueblo se rebeló. La revuelta estalló en Vlora, nuestra capital en 1912, donde se proclamó la independencia, y en todas las ciudades del sur de Albania, luego se extendió desde el sur hacia el norte del país. La población que se rebeló tomó las armas y finalmente consiguió forzar a que el clan de Sali Berisha, llamado “el clan de mafiosos”, abandone el poder. Una vez más, las grandes potencias, muy preocupadas por la revuelta popular y por el hecho de que el pueblo estuviera armado, intervinieron a través de sus instituciones euro-atlánticas, la OSCE [Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa]. Con la asistencia de todos los partidos políticos de la izquierda y de la derecha, con sus líderes socialdemócratas y reaccionarios, formaron un gobierno de emergencia de “contención”. Hicieron un llamamiento a la ayuda de las fuerzas militares internacionales de la ONU, con el pretexto de mantener la paz en Albania. El Presidente Berisha, a quien ellos habían puesto en el poder y que no es más que un dictador y un criminal, fue salvado mientras que el pueblo que se había rebelado era traicionado.

Pero nuestro pueblo, consciente de su papel en situaciones catastróficas para la existencia y el futuro de Albania, decidió en el momento de las elecciones dar, con su voto, un golpe decisivo al Partido Demócrata y a su líder Sali Berisha. Las elecciones se convirtieron en un plebiscito popular que dio 2/3 de los escaños al Partido Socialista, que ejerce el poder hoy en coalición con otros partidos pequeños. El Partido Demócrata no ganó un solo diputado en la capital, lo que demuestra suficientemente el resentimiento de la gente hacia Sali Berisha.

El Partido Socialista ha estado en el poder durante diez meses, pero las capas enteras de la población no están contentas con el gobierno de Fatos Nano, el líder del PS. Hizo todo lo posible para asegurarse el apoyo de las grandes potencias y de las fuerzas anticomunistas internas y ha roto completa y definitivamente con la herencia del Partido del Trabajo de Albania. Con la legalización del Partido Comunista, el Partido Socialista sin duda perderá una buena parte de sus votantes, desilusionados con su política. Los albaneses han comprendido desde hace mucho tiempo que las grandes potencias quieren perpetuar la crisis de Albania. Los albaneses se preguntan: ¿por qué prometieron tantas cosas para Albania y no hicieron nada? Se organizaron reuniones en Roma, Londres, Estrasburgo y aquí, en Bruselas; se habla de ayuda, inversiones, de mini-Planes Marshall, etc., pero hasta ahora nada concreto ha salido de esto.

Se dice: es necesario garantizar el derecho público, pero esto es imposible si la mafia internacional sigue alimentando la delincuencia, el contrabando y toda una serie de otros fenómenos que no se conocían antes, como el tráfico de drogas, la prostitución, etc. Para los albaneses, es inaceptable que algunas de las grandes potencias de Europa y del otro lado del Atlántico defiendan a esos políticos, a los mismos que destruyeron Albania.

Se ha sumado otra angustia para los albaneses. Debido a masacres bárbaras por parte de la Serbia de Milosevic contra nuestros hermanos de Kosovo, se han eliminado familias y pueblos enteros. Eso constituye un presagio de los viejos planes serbios para llevar a cabo la limpieza étnica de los territorios en los que los albaneses han vivido durante siglos, desde mucho antes del siglo VII, que es cuando los eslavos serbios aparecieron en el territorio de Kosovo.
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¿Por qué, en la reunión de Bonn y recientemente en Roma, el Grupo de Contacto de las grandes potencias concedió tiempo a Milosevic? Debido a la indiferencia y el tiempo perdido en no adoptar severas sanciones contra Serbia, este país chovinista y el más agresivo de la antigua Federación Yugoslava continúa aterrorizando a la población albanesa de Kosovo y así prepara el terreno militar y amenaza no sólo a Albania sino a toda la región de los Balcanes, e incluso más allá. La mayoría socialista [albanesa] y la coalición que lidera hacen llamamientos a la OTAN para que envíe fuerzas militares a Kosovo.

Los partidos de derecha vinculados al Partido Demócrata van aún más lejos, exigen que se concedan facilidades a la OTAN para que ingrese a Albania a través de sus puertos. Tal es el objetivo de los Estados Unidos y la Comunidad Europea al alimentar la crisis en Albania: poder poner sus pies en Albania, que es el punto estratégico donde los caminos de tres continentes se cruzan. Tal es la desgracia que siempre ha perseguido a Albania. Este pequeño país, a lo largo de su historia, siempre ha sido la víctima de las potencias de Oriente, Occidente, Norte y Sur, que la codician con el fin de dividírsela entre ellos y tener así un lugar que les permita el acceso a tres continentes.

Pero el pueblo albanés ha luchado contra los fascistas y ha vencido, ha construido el socialismo con grandes sacrificios y se merece plenamente este socialismo.

Tengo la firme convicción de que el pueblo no ha olvidado y que va a luchar de nuevo por la independencia y la soberanía de Albania y por el socialismo.


Fuente: mltranslations.org


Traducido para “Crítica Marxista-Leninista” por S. Fiume.

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