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lunes, agosto 18, 2025

La Unión Soviética sirve como ejemplo de la firmeza necesaria en las negociaciones con Estados Unidos.

 

El primer vicepresidente del Comité Central del Partido Comunista de la Federación Rusa, Yu.V. Afonin, habló en el programa "60 minutos" del canal de televisión "Rusia-1".

Servicio de Prensa del Comité Central del Partido Comunista de la Federación Rusa

15 de agosto de 2025, 22:30

El tema principal de debate fue la próxima cumbre ruso-estadounidense en Alaska. Ya en la etapa preliminar, se pueden observar varios logros significativos, afirmó Yuri Afonin. En primer lugar, ni Ucrania ni los políticos europeos lograron interrumpir la reunión de los presidentes de Rusia y Estados Unidos. A pesar de ello, se realizaron enormes esfuerzos en todos los ámbitos: diplomáticos, propagandísticos y militares.

En segundo lugar, los líderes europeos no lograron imponer sus propias propuestas en las consultas con Trump, y mucho menos la ambiciosa agenda de Zelenski. Por lo tanto, Ucrania, presa de una furia impotente, solo pudo perpetrar ataques terroristas contra ciudades pacíficas de la Federación Rusa. En lugar de interrumpir la cumbre, Ucrania simplemente confirmó una vez más que es un Estado terrorista con el que es imposible mantener un diálogo constructivo.

Yuri Vyacheslavovich afirmó que la agenda global está siendo actualmente definida por Rusia, Estados Unidos y China. Si bien China no participa directamente en las negociaciones, su papel en los asuntos internacionales sigue siendo sumamente importante. En cuanto a los líderes europeos, cabe recordar la trama de la novela policíaca de Agatha Christie, "Diez negritos": pronto, uno a uno, desaparecerán del horizonte político. En el próximo ciclo electoral, ni Tusk, ni Macron, ni Merz, ni Starmer conservarán sus cargos. Quizás el astuto Meloni logre cautivar a Trump y conservar el poder, pero la mayoría de los líderes europeos no tienen perspectivas.

Rusia necesita defender su política exterior con la máxima claridad y coherencia, enfatizó el Primer Vicepresidente del Comité Central del Partido Comunista de la Federación Rusa. Los temas clave de la agenda no solo se refieren a la solución del conflicto ruso-ucraniano, sino, no menos importante, al restablecimiento y desarrollo de las relaciones bilaterales entre Rusia y Estados Unidos.

Yuri Afonin observó con satisfacción el gesto simbólico del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien llegó a Anchorage con un suéter con la inscripción "URSS". Recordó al gran ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, Andréi Andreyevich Gromyko, apodado "Sr. No" en Occidente por su intransigencia durante las negociaciones. Fue precisamente esta política de principios de la Unión Soviética la que permitió lograr avances reales en las relaciones internacionales, incluida la interacción con Estados Unidos. En la década de 1990, vimos un panorama completamente opuesto. Entonces, el traidor Kozyrev entregó a Occidente todas las posiciones conquistadas por la Unión Soviética y, por ello, recibió el apodo de "Sr. Sí". Yuri Vyacheslavovich expresó su esperanza de que Serguéi Lavrov, bajo el liderazgo del presidente ruso, continuara la línea firme y de principios de la diplomacia soviética. Y este era el significado simbólico del suéter con la inscripción "URSS".

Desarrollando el tema histórico, el Primer Vicepresidente del Comité Central destacó la dinámica de las cumbres soviético-estadounidenses. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, las partes no se reunieron al más alto nivel durante diez años. En aquel entonces, Estados Unidos esperaba lograr una superioridad militar, tecnológica y económica decisiva sobre la URSS y, debido a ello, forzar concesiones, de hecho, le infligió una derrota estratégica. Tras la Crisis de los Misiles de Cuba, hubo otro período de diez años sin cumbres. Pero en la década de 1970, ¡Brézhnev se reunió con presidentes estadounidenses en seis ocasiones! Para entonces, la URSS había alcanzado la paridad militar completa con Estados Unidos, y la tasa de crecimiento de la economía soviética seguía siendo superior a la estadounidense. Y los estadounidenses comprendieron: tenían que negociar. Como resultado de esas cumbres de la década de 1970, la URSS reforzó considerablemente su autoridad en el ámbito internacional. Quedó claro para todos: era un polo de poder, en absoluto inferior a Estados Unidos.

Hoy, una situación similar se está desarrollando, señaló Yuri Afonin: el plan para infligir una derrota estratégica a Rusia ha fracasado, y todas las fuerzas más o menos sensatas en Estados Unidos lo han comprendido. Y, al igual que a principios de la década de 1970, decidieron: tendrán que negociar. 

El significado simbólico de Alaska radica en que sirvió como puente de cooperación entre la URSS y Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, recordó Yuri Vyacheslavovich. Aviones estadounidenses suministrados bajo el programa de Préstamo y Arriendo fueron transportados a la URSS por la ruta aérea ALSIB (Alaska-Siberia). Pilotos estadounidenses los transportaron hasta Alaska, y pilotos soviéticos los transportaron desde Alaska y más allá. El ferry no era una operación segura. El clima en Alaska suele ser muy malo, y los sistemas de navegación de hace 80 años no eran tan perfectos como ahora. 115 pilotos soviéticos murieron durante el ferry. Están enterrados, entre otros, en Alaska.

La URSS recibió 14 mil aviones estadounidenses bajo el programa de Préstamo y Arriendo, y durante la Gran Guerra Patria produjo 112 mil, es decir, ocho veces más. Como resultado, las entregas bajo el programa de Préstamo y Arriendo representaron solo el 11% del número de aviones utilizados por el Ejército Rojo. Esto es lo que, ante todo, deberíamos aprender de la URSS: confiar principalmente en nuestras propias fortalezas, especialmente en las industrias de más alta tecnología, enfatizó Yuri Vyacheslavovich. Y, por supuesto, debemos recordar la historia conjunta soviético-estadounidense de victoria sobre el fascismo.

Para concluir, expresó su confianza en que el mundo seguirá con gran atención las próximas negociaciones. Rusia está dispuesta a restablecer las relaciones y establecer un mundo multipolar sólido, que se convertirá en la base del desarrollo sostenible de todo el planeta. La abundancia de paralelismos y símbolos históricos no hace más que subrayar la importancia del momento actual y la profunda responsabilidad de las partes.

 

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