El imperialismo estadounidense ve en Carlos de Mesa a un títere necesario para que en nombre de la “democracia” convoque a la violencia con el objetivo de dar un golpe de Estado en contra el presidente Evo Morales.
Juan Guaidó es el producto de un proyecto de una década supervisado por los preparadores de “cambio de régimen” de élite de Washington en Venezuela. Mientras se hace pasar por un campeón de la democracia, ha pasado años al frente de una campaña violenta de desestabilización.
Igual que Guaidó, a Carlos De Mesa lo invitó CNN (el canal de la injerencia estadounidense) para que hable contra el “fraude electoral”, esa estrategia maquiavélica para desconocer resultados cuando gobiernos progresistas son legítimamente electos.
El imperialismo necesita poner títeres como Guaidó o De Mesa para impedir el avance de las fuerzas progresistas, pero el escenario en Bolivia es diferente.
El Comité Cívico Pro Santa Cruz anunció que reconocerá al exvicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada como presidente, tal cual hizo la derecha venezolana con Guaidó, quien quiere usurpar ilegalmente funciones en Venezuela.
En ese contexto, Canadá, naciones europeas, Israel y el bloque de gobiernos latinoamericanos de derecha conocido como el Grupo de Lima reconocieron a Guaidó como presidente de Venezuela. Paralelamente, en este momento Brasil, Argentina, Estados Unidos e Inglaterra no quieren reconocer la victoria de Evo Morales como legítima.
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