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martes, diciembre 30, 2008

Gaza: una matanza que generará más muertes

Txente Rekondo
La rabia y estupor que genera esa política de genocidio contra el pueblopalestino contrasta con la condescendencia que algunos medios y sectoresmuestran ante tamaña brutalidad.


Llama la atención que aquellos quehipócritamente dicen defender el valor de la vida humana por encima de todoo que "ningún proyecto vale la vida de una sola persona", prefierenpresentar la muerte de cientos de palestinos como las consecuencias "de laguerra", en la que al parecer las únicas víctimas son los militarizados colonos que ocupan las tierras palestinas y los civiles que sostienen unrégimen fundamentalista y reaccionario como el sionismo israelita.

Cabría preguntar a esos sesudos analistas que desde la distancia pretenden abordar la realidad del pueblo palestino, si en el caso del estado de Israel, ese proyecto sí puede generarse a costa de las tierras y vidas de todo un pueblo.La distorsión malintencionada del proceso electoral en Palestina, dondeHamas logró la mayoría parlamentaria en unas elecciones que cumplieron loscánones exigidos en cualquier estado occidental, ha generado una divisiónformal entre los representantes palestinos, sobre todo entre Hamas y AlFatah. Y los dirigentes sionistas han aprovechado esa situación paraaumentar esa fractura política.



Las conversaciones y negociaciones entre Hamas y Al Fatal para buscar unasolución a la división política de facto entre Gaza y Cisjordania no erandel gusto de Tel Aviv y cualquier acercamiento palestino suponía un seriorevés para la política sionista de "divide y vencerás".Pero además hay otras claves para afrontar el ataque indiscriminado deIsrael y las probables consecuencias en el futuro más inmediato.La cercanía electoral es una de ellas.



El próximo mes de febrero se celebranlas elecciones parlamentarias israelíes y es muy probable que el vencedorsea el ultrareaccionario Likud, con su dirigente y halcón sionista, BenjamínNetanyahu, como el principal beneficiario de esta nueva crisis. Elposicionamiento de buena parte de la sociedad israelí hacia posturas másreaccionarias y militaristas es algo que se percibe sociológicamente, apesar de los esfuerzos de pequeñas minorías de ciudadanos que pretendenbuscar una salida negociada y definitiva al conflicto con Palestina.También la clave electoral sobrevuela buena parte de las disputas entreHamas y Al Fatah.



El nueve de enero acaba teórica y legalmente el mandato del presidente palestino, Mahmoud Abbas, quien debería ceder sus poderes alpresidente del Parlamento, Abd al-Aziz Dweik, miembro de Hamas. Sin embargo,Abbas no está por la labor y pretende convocar las elecciones presidencialesal mismo tiempo que las parlamentarias (que deberían celebrarse en enero del2010). Hamas se opone al adelanto de las elecciones parlamentarias, ya queen esta coyuntura, con sus dirigentes y representantes presos el margen parala celebración de unas elecciones libres es mínimo.



La radicalización del movimiento islamista, o de algunas manifestaciones de éste, pueden ser otra de las consecuencias de esta maniobra de Israel. Desde hace algún tiempo se ha venido constatando el flujo de militantes jihadistasdesde Iraq a otros países vecinos como Libano, Jordania o Siria. Si en elpasado era movimientos puntuales y de tránsito, ahora se ha podido observarque algunas formaciones han asentado sus operativos en esos estados, y sudisposición a actuar dentro de esas fronteras crece cada día.



La presencia de organizaciones salafistas en Palestina es pequeña demomento, pero el apoyo de Arabia Saudí a éstas les puede permitirdesarrollar una estructura estable en la zona. Grupos como Jaysh al-Islam(el ejército del Islam) son utilizados para debilitar a Hamas y buscardificultar la labor política y social del movimiento de resistencia. Estatáctica, ya utilizada en el pasado en Palestina, con otros actores, paradebilitar las fuerzas laicas y progresistas palestinas, se ha mostrado conel tiempo muy peligrosa. Alimentar este tipo de organizaciones y utilizarlasen una determinada dirección puede dar frutos a corto plazo, pero con eltiempo pueden acabar volviéndose contra las manos que les alimentan ysostienen.



Los países vecinos también se han mostrado preocupados por el cariz de losacontecimientos, no tanto por el sufrimiento de "sus hermanos palestinos" alos que hace tiempo abandonaron a su suerte, sino por las consecuencias quepueden generarse para sus propios intereses. El auge de vías electoralescomo la de los Hermanos Musulmanes en Egipto o Jordania, ponen muy nerviososa los gobiernos colaboracionistas de la zona, y este tipo de matanzas nohace sino alentar las posturas de las organizaciones islamistas, tanto lasde carácter armado como las electorales.Los "vendedores y apologistas" del cambio de Obama se van a encontrar conuna nueva oportunidad para la especulación interesada.



Una mirada detallada a los apoyos que ha recibido en campaña el futuro presidente de EstadosUnidos, y los nombramientos que ha realizado en su equipo de gobierno, nospermite observar cómo el lobby sionista ha movido fichas y ha colocadoimportantes figuras en el nuevo gobierno estadounidense.



De ahí que aventurar un giro o un cambio de Washington hacia la política en la regiónes una somera ingenuidad o una indeclarada mala fe.Unido al cambio presidencial en EEUU también cabría interpretar el ataqueisraelí. Ya que desde Tel Aviv se ha mandado un claro mensaje al futuroocupante de la Casa Blanca, y éste no es otro que los dirigentes sionistasen Israel están dispuestos a seguir con su genocidio contra el pueblopalestino, y para ello, Washington debe seguir siendo el colaboradorinternacional que esa política de aniquilamiento necesita.La "operación plomo sólido" lanzada por Israel tiene los visos de repetirlos errores del pasado, y más allá del dolor y la rabia esta estrategiasionista está condenada nuevamente al fracaso, como lo han estado lasanteriores campañas y masacres cometidas por Israel.



Hamas ha demostrado su capacidad para continuar celebrando manifestaciones masivas, como laconcentración de hace unos días en Gaza, además el movimiento islamista hasido capaz de reponerse a cada golpe asestado por las fuerzas israelíes, y"cada comandante o dirigente preso o muerto, es sustituido por otrosinmediatamente", dando muestras de la capacidad de generar una estructuracapaz de hacer frente a una de las maquinarias militares más poderosas delplaneta.A pesar de todo, el escenario futuro no seguirá el guión de los halcones deIsrael. Por un lado la capacidad de regeneración del pueblo palestino y demovimientos como Hamas se ha demostrado constantemente. Por otro lado, elapoyo de Tel Aviv a la política colaboracionista y corrupta de Abbas acabarásiendo la puntilla para un movimiento como al Fatah, al que algunos loconsideran "en situación terminal".



Sin un programa político reconocible,sin una dirección legitimada, al mismo tiempo fragmentada y corrupta; comobien señalaba un militante de al Fatah en Ramallah, "mientras nos estamosdesintegrando, Hamas espera a que esto ocurra. Tenemos unos dirigentes queno podemos reemplazar y unas bases a las que no podemos satisfacer".


Además, el acercamiento de Abbas a Israel le hace ser percibido cada vez máscomo un claro colaboracionista de la ocupación, algo que la mayor parte dela población palestina rechaza con contundencia, tal y como lo hacen todoslos pueblos sometidos y ocupados en otras partes del mundo.El proyecto fundamentalista y sionista que representa el estado de Israel haabierto nuevamente "las puertas del infierno" tras su ataque contra Gaza,pero esa dinámica genocida puede acabar volviéndose en su contra, y esefuego y dolor que tan alegremente lanza contra Palestina puede quemar elpropio proyecto sionista.Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN)

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