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sábado, junio 24, 2006

El Genocidio Republicano

CARLOS HERMIDA
Cuando escuchamos o leemos la palabra genocidio, la asociamos inmediatamente al exterminio de seis millones de judíos en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Desgraciadamente, no ha sido ése el único genocidio de la Historia. Los pueblos armenio, kurdo, checheno, palestino y tantos otros han soportado -y muchos aún las soportan- prácticas genocidas que tendían, y tienden, a su aniquilación.

Y también ha existido un genocidio republicano, aunque nunca se emplee este término para referirse a la represión franquista contra todos los que defendieron la legalidad republicana en España entre 1936 y 1939.

Durante el primer tercio del siglo XX, se forjó en España un fuerte movimiento obrero que aspiraba a la emancipación económica, política y social. Paralelamente, una brillante generación de intelectuales se mostraba abiertamente crítica con la monarquía de Alfonso XIII y apostaba decididamente por el régimen republicano. La proclamación de la II República el 14 de abril de 1931, abrió una etapa histórica en la que las poderosas organizaciones obreras, CNT, UGT, PSOE, PCE y POUM, desafiaron abiertamente el orden social tradicional. La respuesta de las clases dominantes al reformismo republicano fue el golpe militar del 17-18 de julio de 1936.La guerra civil fue el campo escogido por la burguesía industrial, los terratenientes, la oligarquía financiera y la Iglesia Católica para aplastar a unas clases sociales que se atrevían a poner en práctica un mundo diferente.

Desde el inicio de la contienda, los militares sublevados desataron una represión brutal contra las organizaciones políticas de izquierda. Los fusilamientos masivos mostraban la voluntad de exterminio y aniquilación del adversario. El terror generalizado tenía como objetivo la extirpación de lo que la derecha consideraba la anti-España.El propio Franco, en una entrevista que concedió al corresponsal norteamericano Jay Allen en el mes de julio de 1936, aseguró que estaba dispuesto a matar a media España para conseguir sus objetivos. Las "instrucciones" de Mola en los primeros días de la guerra inciden en que la acción de los militares debe ser extremadamente violenta.

No se trataba únicamente de ganar la guerra, sino de borrar y arrancar de raíz todo lo que significase libertad de pensamiento, modernización, reivindicación social y progreso. Por ello, el terror alcanzó a poetas, maestros, líderes sindicales, dirigentes políticos y a cualquiera que se identificase con el ideal republicano. Fue una operación vastísima de limpieza ideológica y social que pretendía destruir hasta sus cimientos el entramado de organizaciones sociales y culturales de los trabajadores: periódicos obreros, ateneos libertarios, Casas del Pueblo, bibliotecas populares; en fin, todo lo que el proletariado había construido con enormes esfuerzos desde el último cuarto del siglo XIX fue arrasado.

El furor represivo no acabó con el final de la guerra. Lo peor estaba aún por llegar. Con el control total del país, la dictadura franquista pudo desplegar todo su arsenal represivo sin límite alguno. Nunca podremos saber las cifras exactas de la represión, pero los trabajos de investigación de historiadores honestos, que se esfuerzan por romper los muros de silencio en torno a este tema y que todavía hoy deben vencer trabas administrativas para consultar determinados archivos, o simplemente no pueden consultarlos, arrojan datos escalofriantes. [ 1 ]

En 1940,la cifra de encarcelados alcanzaba, como mínimo, las 300.000 personas. El número de fusilados se estima en 150.000 entre 1936 y 1945. Miles de presos murieron en las cárceles víctimas de las enfermedades, la desnutrición y el frío. Los detenidos eran brutalmente torturados en comisarías y cuartelillos. Muchas presas vieron como sus hijos les eran arrebatados y entregados en adopción o llevados a hospicios, originando un fenómeno de niños desaparecidos que ahora empieza a salir a la luz gracias a los trabajos de Ricard Vinyes [ 2 ]

Miles de presos trabajaron en colonias penitenciarias militarizadas. 16.000 maestros fueron depurados [ 3 ] y 200.000 españoles marcharon definitivamente al exilio, entre los que se encontraban los intelectuales más destacados del país. Partidos y sindicatos fueron prohibidos y sus bienes incautados.

Los hombres y mujeres que defendieron la legalidad republicana vieron destruidas sus vidas de muchas maneras. Los que se salvaron del fusilamiento pasaron buena parte de su vida en la cárcel. Y los que se libraron de la cárcel perdieron su trabajo. Eran los "rojos", los perdedores, los vencidos, para quienes no había clemencia. Vigilados, humillados y estigmatizados por la dictadura, millones de españoles vieron truncados los sueños y las esperanzas que trajo la República.

La dictadura terrorista de Franco, cometió un genocidio con los republicanos españoles. un genocidio que el pacto de silencio de la llamada transición democrática, ha mantenido oculto, pero que la tenacidad de investigadores y familiares de las víctimas está sacando a la luz. Cada vez que se abre una fosa común y se recuperan los restos de los fusilados durante la guerra y la posguerra, surgen voces que hablan de olvidar, de no remover el pasado. Son voces conocidas, las voces de la derecha, de los beneficiarios de la dictadura; las voces de los que no quieren que se sepa lo que realmente ocurrió en España durante el franquismo, porque ellos mismos o sus familiares tienen las manos manchadas de sangre.

Ni olvido ni perdón. Olvidar no sólo sería una injusticia histórica para todos los que dieron su vida defendiendo la libertad y para sus familias, sino que permitiría aflorar versiones dulcificadas y justificadoras del franquismo. El estudio de la represión franquista, su conocimiento exacto, permitirá mantener viva la conciencia antifascista de las jóvenes generaciones.

Y en cuanto al perdón, son los responsables de la rebelión militar y de la posterior guerra civil los que tienen que pedir perdón al pueblo español. El Ejército debe pedir perdón por sublevarse contra el régimen legal y legítimo que se dieron los españoles el 14 de abril de 1931: y pedir perdón por los fusilamientos y los Consejos de Guerra. También debe pedir perdón la Iglesia, por apoyar, justificar y santificar la dictadura fascista.
Los republicanos debemos trabajar para que se haga justicia con todos los antifascistas que combatieron contra la dictadura franquista, para que oficialmente se reconozca su lucha. Porque conservar la memoria histórica, es también mantener vivo el ideal republicano.

NOTAS: [ 1 ] Entre los trabajos sobre la represión franquista, destacamos los siguientes:• A.REIG TAPIA: Ideología e Historia (Sobre la represión franquista y la guerra civil. Madrid, Akal, 1990• J. CASANOVA; F.ESPINOSA; C.MIR y F. MORENO GÓMEZ: Morir, matar, sobrevivir, la violencia de la dictadura de Franco. Barcelona, Crítica, 2002.• S.JULIÁ (Coordinador): Víctimas de la Guerra Civil. Madrid, temas de Hoy, 1999.

[ 2 ] R.VINYES: Irredentas. Las presas políticas y sus hijos en las cárceles franquistas. Madrid, Temas de Hoy, 2002.

[ 3 ] Sobre este tema, véase F.MORENTE VALERO: La escuela y el Estado Nuevo. La depuración del Magisterio Nacional (1936-1943). Valladolid, Ámbito, 1997

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