Las protestas no tuvieron repercusión en Bolivia
Por la Redacción de APM
Distintas marchas opositoras confluyeron en la ciudad de La Paz, aunque las medidas no tuvieron la fuerza esperada.
Funcionarios del gobierno de Bolivia volvieron a negar la posibilidad de un golpe de estado, aunque no desconocieron la existencia de una campaña de desestabilización. Esto, en el marco de varias protestas de gremios opositores al presidente Evo Morales, que confluyeron en la ciudad de La Paz.
La Confederación de Choferes de Bolivia, la Central Obrera Boliviana (COB) el sindicato de transportistas de La Paz y maestros locales, coincidieron es sus protestas, aunque con distin
tos reclamos, y no lograron, como lo venían anunciado, bloquear la capital de Bolivia. Más allá de algunos incidentes aislados, las distintas medidas de fuerza no tuvieron alto acatamiento.
En el caso de la COB, la marcha fue convocada días pasados en relación con los incidentes ocurridos en la localidad de Huanuni, departamento de Oruro, donde se originó una batalla entre grupos mineros que se disputan el mayor yacimiento de estaño de Bolivia. La intención era efectuar un pedido de solución inmediata al conflicto, en medio de amenazas por parte del titular del gremio, Pedro Montes, de solicitar un juicio político contra Evo Morales por no evitar el choque.
De todas formas, la marcha que fuera anunciada con gran resonancia, llegó desde la ciudad aledaña de El Alto con tan sólo mil quinientas personas.
Algo similar ocurrió con la amenaza de bloqueo por parte de los transportistas, que apenas logró entorpecer el tránsito en el centro histórico. De la misma forma, el paro de trasporte público impulsado por la Confederación de Choferes de Bolivia (uno de los gremios más importantes del país) no tuvo un alto acatamiento, ya que varios taxis, radiotaxis y minibuses, circularon por las calles de La Paz prestando el servicio habitual.
Con respecto a las medidas de fuerza, el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Alfredo Rada, señaló que los dirigentes gremiales manipulan a sus bases con objetivos diferentes a los estrictamente sindicales y sostuvo que esto se debe "sólo a afanes de protagonismo".
Por su parte, la dirigente del MAS, Mirtha Jiménez, indicó que las protestas son “señales corporativas”, y que "hay una suerte de intento de desestabilización que está empezando por el desequilibrio de las fuerzas que apoyaban al MAS. Se está aprovechando el escenario para condenar al MAS e intentar desestabilizar al gobierno y eso es un golpe constitucional”.
Las declaraciones coinciden con las realizadas días pasados por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien afirmó que en Bolivia está en marcha un plan desestabilizador apoyado por el gobierno de Estados Unidos. "A Evo no le van a dar luna de miel... ya está en marcha un plan desestabilizador para impedirle gobernar" afirmó el mandatario. Asimismo, incluyó a las "huelgas de transporte y amenazas de secesión", dentro de la conspiración contra el gobierno de Morales.
Los dichos de Chávez se dieron luego de la firma de un convenio militar suscrito entre Venezuela y Bolivia, por el cual el país bolivariano financiará la construcción de dos bases militares en la frontera de la nación del altiplano, una en el límite con Brasil y otra en el límite con Paraguay.
Por otra parte, funcionarios del gobierno nacional salieron a desmentir que exista la posibilidad de un golpe de estado en Bolivia. Esto, en referencia a un artículo de Heinz Dieterich publicado en el medio digital “Rebelión”, que afirma la existencia de un plan de golpe de estado programado para hoy en Bolivia. El sociólogo alemán agregó que el uso de de francotiradores en la matanza en Huanuni indica la participación de los golpistas en los disturbios mineros y que militares chilenos estaría involucrados en la conspiración.
El vocero presidencial, Alex Contreras, declaró con respecto al artículo que resulta inverosímil una acción de ese tipo con fecha fijada, y subrayó que las condiciones internas y externas no favorecen a una situación como esa. Además, afirmó que el alto mando castrense y el policial ratificaron su apoyo y confianza en el proceso en marcha. "Están absolutamente de acuerdo con todas las medidas del gobierno y además estarán atentos a lo que pueda suceder" agregó.
Sin embargo, el vocero no descartó una campaña de desestabilización financiada por intereses petroleros transnacionales y empresarios y terratenientes locales. "Creemos que se trata de un plan de conspiración en marcha para generar desacreditación del Gobierno” afirmó. También se refirió a la existencia de una manipulación informativa, que obedece a una campaña de desprestigio contra el gobierno de Evo Morales.
Por la Redacción de APM
Distintas marchas opositoras confluyeron en la ciudad de La Paz, aunque las medidas no tuvieron la fuerza esperada.
Funcionarios del gobierno de Bolivia volvieron a negar la posibilidad de un golpe de estado, aunque no desconocieron la existencia de una campaña de desestabilización. Esto, en el marco de varias protestas de gremios opositores al presidente Evo Morales, que confluyeron en la ciudad de La Paz.
La Confederación de Choferes de Bolivia, la Central Obrera Boliviana (COB) el sindicato de transportistas de La Paz y maestros locales, coincidieron es sus protestas, aunque con distin
tos reclamos, y no lograron, como lo venían anunciado, bloquear la capital de Bolivia. Más allá de algunos incidentes aislados, las distintas medidas de fuerza no tuvieron alto acatamiento.En el caso de la COB, la marcha fue convocada días pasados en relación con los incidentes ocurridos en la localidad de Huanuni, departamento de Oruro, donde se originó una batalla entre grupos mineros que se disputan el mayor yacimiento de estaño de Bolivia. La intención era efectuar un pedido de solución inmediata al conflicto, en medio de amenazas por parte del titular del gremio, Pedro Montes, de solicitar un juicio político contra Evo Morales por no evitar el choque.
De todas formas, la marcha que fuera anunciada con gran resonancia, llegó desde la ciudad aledaña de El Alto con tan sólo mil quinientas personas.
Algo similar ocurrió con la amenaza de bloqueo por parte de los transportistas, que apenas logró entorpecer el tránsito en el centro histórico. De la misma forma, el paro de trasporte público impulsado por la Confederación de Choferes de Bolivia (uno de los gremios más importantes del país) no tuvo un alto acatamiento, ya que varios taxis, radiotaxis y minibuses, circularon por las calles de La Paz prestando el servicio habitual.
Con respecto a las medidas de fuerza, el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Alfredo Rada, señaló que los dirigentes gremiales manipulan a sus bases con objetivos diferentes a los estrictamente sindicales y sostuvo que esto se debe "sólo a afanes de protagonismo".
Por su parte, la dirigente del MAS, Mirtha Jiménez, indicó que las protestas son “señales corporativas”, y que "hay una suerte de intento de desestabilización que está empezando por el desequilibrio de las fuerzas que apoyaban al MAS. Se está aprovechando el escenario para condenar al MAS e intentar desestabilizar al gobierno y eso es un golpe constitucional”.
Las declaraciones coinciden con las realizadas días pasados por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien afirmó que en Bolivia está en marcha un plan desestabilizador apoyado por el gobierno de Estados Unidos. "A Evo no le van a dar luna de miel... ya está en marcha un plan desestabilizador para impedirle gobernar" afirmó el mandatario. Asimismo, incluyó a las "huelgas de transporte y amenazas de secesión", dentro de la conspiración contra el gobierno de Morales.
Los dichos de Chávez se dieron luego de la firma de un convenio militar suscrito entre Venezuela y Bolivia, por el cual el país bolivariano financiará la construcción de dos bases militares en la frontera de la nación del altiplano, una en el límite con Brasil y otra en el límite con Paraguay.
Por otra parte, funcionarios del gobierno nacional salieron a desmentir que exista la posibilidad de un golpe de estado en Bolivia. Esto, en referencia a un artículo de Heinz Dieterich publicado en el medio digital “Rebelión”, que afirma la existencia de un plan de golpe de estado programado para hoy en Bolivia. El sociólogo alemán agregó que el uso de de francotiradores en la matanza en Huanuni indica la participación de los golpistas en los disturbios mineros y que militares chilenos estaría involucrados en la conspiración.
El vocero presidencial, Alex Contreras, declaró con respecto al artículo que resulta inverosímil una acción de ese tipo con fecha fijada, y subrayó que las condiciones internas y externas no favorecen a una situación como esa. Además, afirmó que el alto mando castrense y el policial ratificaron su apoyo y confianza en el proceso en marcha. "Están absolutamente de acuerdo con todas las medidas del gobierno y además estarán atentos a lo que pueda suceder" agregó.
Sin embargo, el vocero no descartó una campaña de desestabilización financiada por intereses petroleros transnacionales y empresarios y terratenientes locales. "Creemos que se trata de un plan de conspiración en marcha para generar desacreditación del Gobierno” afirmó. También se refirió a la existencia de una manipulación informativa, que obedece a una campaña de desprestigio contra el gobierno de Evo Morales.
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