ldos.Pero este año el gobierno del Estado de Oaxaca no podía cumplir: se había gastado el presupuesto de educación en la campaña del candidato del PRI (Partido Revolucionario Institucional) a las elecciones presidenciales.
El 1 de junio el Congreso del Estado cierra el diálogo y exige el retorno sin pretexto a las aulas el 5 de junio o de lo contrario amenaza con aplicar descuentos y cancelar los contratos laborales. También se hace una petición expresa de intervención a los órganos de seguridad pública nacional para que procedan al desalojo de los miles de maestros y maestras que permanecen en el plantón en el centro de la ciudad; 3500 efectivos de la PFP, miembros de la Policía Preventiva estatal, la Unidad Policial de Operaciones Especiales (UPOE, grupo de elite) y la Policía Municipal se trasladan a Oaxaca. El SNTE (sindicato del magisterio) decide en asamblea no aceptar el ultimátum y continuar con el plantón y las acciones de resistencia: bloqueo de carreteras y del aeropuerto, bloqueo de las instalaciones de PEMEX, de la Cámara de Diputados, de la Procuraduría General de Justicia del Estado, toma de una caseta de cobro de la carretera, retiro de todos los parquímetros, tubos de las bocacalles y cámaras de seguridad, quema de propaganda electoral, movilizaciones masivas (el 7 de junio se movilizaron 120.000 personas). Asimismo exigen la renuncia del gobernador por la negativa al diálogo.
La respuesta del gobernador de Oaxaca, Ulises Ruíz Ortiz, fue (y sigue siendo) la represión. El 14 de junio se desaloja al magisterio del centro de la ciudad con cientos de efectivos policiales. El resultado es confuso, pero se habla de al menos dos personas muertas, decenas de detenidas, y se denuncian 5 casos de abusos sexuales a mujeres. A las 5:05 a.m., armados con pistolas, armas largas, bombas aturdidoras y gases lacrimógenos, avanzaron desde varios puntos y comenzaron a arrojar gases lacrimógenos, golpeando brutalmente a hombres y mujeres (varias de ellas embarazadas), niños y ancianos por igual.
Representantes de organismos civiles de derechos humanos como el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria O.P., Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh), Consorcio para el Diálogo Parlamentario, y Salud Integral para la Mujer (Sipam), entre otros, emitieron un comunicado para repudiar la violencia y la represión del gobierno del estado de Oaxaca y del gobierno federal, como método para resolver las demandas legítimas del movimiento magisterial.
Al poco tiempo, el magisterio vuelve a tomar el centro de la ciudad. Pero a partir de ese día no está sólo, se le ha unido todo el pueblo de Oaxaca. Su petición unánime es la destitución de Ulises Ruíz. Desde entonces en Oaxaca no hay gobierno, no funciona la administración, están tomados la mayoría de los edificios oficiales, la Procuraduría de Justicia, la Cámara de Diputados, la Casa de Gobierno, la Secretaría de Finanzas y todas las del poder Ejecutivo de este Estado mexicano, el nuevo edificio del poder Legislativo y el del Tribunal Superior de Justicia. Se realizan marchas con miles de personas, plantones por toda la ciudad, toma de televisiones y radiodifusoras y la formación de la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca). También desde entonces, el gobierno no ha parado de reprimir: secuestros, golpes, tiroteos, detenciones... La última noticia fue el secuestro de un estudiante de derecho, después de ser disparado desde un coche.
La APPO, que agrupa a un conjunto de organizaciones sociales de diversa procedencia, ha rebasado las reivindicaciones de los enseñantes, y pretende constituirse como un embrión de gobierno popular En los medios de comunicación españoles solo se habla de radicalismos, aplicaciones violentas de la justicia popular y nada se dice de las motivaciones de este movimiento. Los intereses de los empresarios españoles en la zona condicionan la visión del gobierno y de los medios informativos.
Ahora un nuevo paso parece darse, un paso hacia la represión mas brutal. El ejército se está desplegando en la zona. Parece que al gobierno de Vicente Fox no le importa terminar con un baño de sangre su mandato. Desde Oaxaca nos llega un grito de ayuda ante la inminente represión.
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