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jueves, agosto 03, 2006

Historia:relato de asalto al Moncada


En Cuba siempre es 26(Carlos Puebla)

Comandante Jesús Montane Oropesa

Publicado en Bohemia, No 30, 26 de Julio de 1963
A las cuatro de la madrugada ya estabamos preparados los 133 hombres y dos mujeres que nos encontrábamos en la granja Siboney, a quince minutos de Santiago.Había llegado el momento de salir para atacar. Fidel, minuto antes, nos había ordenado ponernos los uniformes militares, entregados las armas, y dato las instrucciones
necesarias.
Fidel pidió voluntarios para tomar la posta tres, y en honor a la verdad, todos dimos un paso adelante. Pero fue el doctor Castro quien escogió a los que integraríamos ese primer grupo: Carmelo Noa, de Artemisa; José Luis Tasende, obrero de una compañía productora de queso; Renato Guitart, de Oriente; Ramiro Valdés, un joven de Artemisa; José Suarez Blanco, líder del M-26-7 en Pinar del Río, tambin de Artemisa; Pedro Marrero, obrero de una cervecería; y quien les habla.

Renato Guitart era el jefe de la "Operación Posta Tres". A las 5 y 10 de la madrugada del 26 de julio partimos hacia nuestro objetivo. Quiero aclarar que no se distribuyen cargos algunos ni galones de ninguna clase, ya que estos-todos estabamos de acuerdo- había que ganárselos en la lucha. A las 5 y 10 minutos de la madrugada llegamos al cuartel Moncada. En la primera maquina, en el asiento delantero, íbamos Pedro Marrero, al timón; yo en el medio, y Renato Guitart a mi derecha, en la ventanilla. Renato con un arma larga y una pistola, yo con un rifle calibre 22 y Marrero con una 45. En el asiento trasero, Noa, Tasende, Ramiro Valdez y Suarez Blanco, con armas largas y cortas distribuidas.

Nadie en el asalto utilizo armas blancas, pues, sencillamente, no las llevamos. En la posta tres había soldados y un sargento. Nosotro parqueamos el vestidos de militares saludamos a los tres militares y ellos nos respondieron. Nos apeamos los siete del automóvil. Ramiro Valdés y quien había quitado las cadenas que cerraban la entrada de las maquinas al cuartel, mientras que Marrero, Guitart, Noa, Tasende y Suarez Blanco desarmaban a la posta. Los dos soldados no ofrecieron resistencia, pero el sargento intento tocar el timbre de alarma, a pesar de las advertencias que se le hicieron, y hubo necesidad de ultimarlo de un balazo.

La cara de sorpresa del sargento es tal, cuando cae herido, que le dice a Suarez Blanco: "¡Hijo, ¿qué has hecho...?", Pues pensaba que era un compañero del cuerpo. Pero aun herido, el sargento en su caída logra tocar el timbre de alarma, y con ello alertar al resto de la tropa. Casi simultáneamente el compañero Gustavo Arcos, tripulante del tercer auto, se le hace sospechoso a un militar y no le queda mas remedio que tirarle. También un posta cosaco-movible- que vigila los alrededores del cuartel, atrasado en su recorrido según los chequeos que habíamos realizado días antes, nos sorprendió y constituyo un factor importantisimo en el fracaso del asalto.
Después de desarmar a los dos soldados de la posta tres, que no hicieron resistencia, los llevamos encañonados hasta una barraca que esta a la izquierda del cuartel, después de entrar. Suarez Blanco, Ramiro Valdés y yo, logramos encañonar a mas de 50 soldados que se encontraban a medio vestir y semidormidos.Entonces se origina un tiroteo y la gente restatne del cuartel logra formar una resistencia.

Muchos compañeros que no conocían la topografía del Moncada, equivocadamente entraron en las casas aledañas al cuartel, creyendo que eran partes de la fortaleza. Cuando teníamos encañonados al grupo de 50 soldados comenzaron a tirarnos de distintos lugares.
A esa hora ya estaba formado el tiroteo en el Palacio de Justicia, que había sido tomado por Raúl Castro, habiendo emplazado una ametralladora en la azotea, cumpliendo así las ordenes de su hermanos Fidel, Abel Santamaria, conjuntamente con su hermana Haydee y la doctora Melba Hernandez-hoy mi esposa- habían ocupado el hospital Saturnino Lora.

En otras barricadas del cuartel los soldados comenzaron a tirarle a los demás autos que se encontraban fuera del Moncada .La resistencia duro hasta las 8 y 30 de la mañana del 26 de julio. El tiroteo fue intensisimo. Desde el Palacio de Justicia y desde el hospital nuestros compañeros disparaban hacia el cuartel.

En todo momento el compañero Fidel se mantuvo dirigiendo el ataque manteniéndose siempre en zona de peligro, saliendo con vida por verdadero milagro de Dios. Hubo un instante en que, cuando ya se había dado la orden de retirada, una ráfaga de ametralladora nos paso muy cerquita de nuestra cabezas, lanzándonos juntos al suelo.

Logre coger una maquina junto con Ciro Redondo y Suarez Blanco y nos dirigimos a Siboney, según las instrucciones que habíamos recibidos en caso de fracasar el ataque, Fidel también logro salir en otros auto, logrando mas tarde agrupar alrededor de 20 compañeros en Siboney, lugar donde nos conmino en un discurso a continuar la lucha, y animados por sus palabras nos dirigimos hacia las lomas de Siboney para allí continuar la resistencia armada.

De ese grupo, entre otros, recuerdo a las siguientes compañeros: Almeida, Oscar Alcalde, Mario Chanes, Francisco González, Eduardo Montano, Jaime Costa, Armando Mestre- muerto en el "Granma"- Israel Tapanes, Reynaldo Benitez, Vero, Lazo y otro mas hasta el numero de 20 justamente.

De los siete que íbamos en la primera maquina que asalto a la posta tres, murieron cuatro: Noa, Guitart, Marrero. Guitart fue muerto en combate. A Tasende lo vi herido en una pierna durante la lucha. De Marrero tengo la impresión que fue asesinado mas tarde, al igual que la mayoría de nuestro compañeros. De Noa realmente no sé, aunque pienso lo mismo que con Marrero.
El grupo de veinte que habíamos logrado reunirnos estuvimos dándole vueltas a las lomas aledaños a Santiago durante los días comprendidos entre el 26 y 29 de julio en que Fidel nos ordeno a Tapanes y a mi que bajáramos porque estabamos sumamente debilitados, y sin fuerza alguna para proseguir en los montes.

Cuando bajamos, Tapanes, los tres heridos y yo, nos detiene un grupo de militares y nos conducen al cuartel Moncada donde nos recibe una jauría de mas de 50 soldados, cercándonos y dándonos de patadas e insultándonos hasta llegar a las oficinas del SIR. Reynaldo Benitez fue también víctima de esas vejaciones.

Mientras, Fidel y los demás se internaban en los montes.
Se me acerco un sargento con los guantes ensangrentados y una navaja barbera amenazándome con extirparlo los testículos si no hablaba. Si decía que había combatido me iban a matar irremisiblemente.

No podía revelar el nombre de Fidel, para resguardarlo- al igual que a los demás-, ya que esa era la consigna hasta tanto no transcurrieran seis horas u ocho horas: el tiempo necesario para que lograron escapar.

Me dieron un galletazo y me hicieron una herida muy leve con la navaja, aplicándoseme mas bien torturas mentales, pero siempre negué mi participación en el ataque (hasta el día del juicio), con lo que logre salvar la vida. Me preguntaron si yo aspiraba a ser coronel, y le respondí que en la General Motors ganaba mas que un coronel, Chaviano le dijo al capitán Lavastida, refiriéndose a mi persona: "Este tiene tipo de profesor. Es un intelectual... Déjalo, que es incapaz de hacerle daño a nadie... ¡No hace falta fusilarlo. !....

Si logre despistar en los primeros momentos a los esbirros fue porque los guajiros del monte me habían dado una guayabera limpia y lo necesario para afeitarme y asearme, y por lo tanto no lucir como uno de los atacantes. En fin, me habían detenido por sospechas. Pero al enviarle al SIM, en La Habana, mis huellas dactilares y mi foto supieron que allí estaba fichado con motivo de la detención que me hicieron cuando un mal compañero nos delato a raíz de sacar el periódico El Acusador, en una tirada especial que hicimos de 10 000 ejemplares, de los cuales lograron ocuparnos 5.000. Todos los de ese grupo participabamos en el asalto al Moncada.

Entonces, Chaviano no tuvo dudas de que yo había participado en el ataque. Estuve preso en el Moncada hasta el primero de agosto, fecha en que fui trasladado para el vivac de Santiago de Cuba, llegando allí Fidel dos días después. De eso lugar nos trasladaron para la cárcel de Boniato, hasta el primero de octubre en que fuimos enviados a Isla de Pinos.

En todos los momentos nos estuvieron amenazando de muerte. Y se prepararon expediciones desde el cuartel Moncada para asesinarnos; hechos que no pudieron llevarse a efecto gracias a la intervención del teniente Llanes Pelletier, que era supervisor militar de la cárcel de Boniato.
Fue en la Isla de Pinos donde se funda la academia ideológica "Abel Santamaria" para adoctrinar a los 29 de compañeros presos que allí nos encontrábamos, y fue Fidel quien personalmente nos adoctrino.

Jesús Montane Oropesa es hombre que no le gusta hablar de sí mismo, al igual que las principales figuras de nuestra revolución. Gran esfuerzo nos costo que hiciera un paréntesis en sus agotadoras labores de la hora actual, pero cuando lo convencimos de lo imprescindible que resultaba para el periódico La Calle publicar un reportaje acerca del asalto al cuartel Moncada -primero por salir este periódico en tan señalada fecha y segundo porque con ello honraría la memoria de la revolución y de sus compañeros caídos- fue que accedió a concederme la entrevista que hemos comenzado con el vivido e impresionante relato que nos hizo de la gesta heroica del 26 de julio de 1953.

-Compañero Montane-le preguntamos- ¿donde lo sorprendió a usted el 10 de marzo de 1952?.
-Era el jefe de personal de la General Motors InterAmerica Corporation, donde llevaba seis años trabajando.

-¿Y como se inicio usted en las luchas revolucionarias?.
-A media cuadra de donde yo trabajaba conocí al compañero Abel Santamaria Cuadrado, que prestaba sus servicios en una fabrica de autos. Cambiamos impresiones sobre la situación política de Cuba y coincidimos en los ideales libertarios. Después hicimos contacto con un empleado de una cervecería y viejos revolucionarios del año 30, con quien dimos los primeros pasos revolucionarios editando el periódico tabloides(pequeños) que se llamaba son los mismos.

-¿Cuándo conoció usted al doctor Fidel Castro?.
-Lo Conocí fortuitamente. El primero de mayo de 1952, Abel Santamaria y yo fuimos al cementerio de Colon, donde coincidimos con el doctor Fidel Castro.A él se le había roto su automóvil, y como tenia que ir a la ciudad de Colon, en Matanzas, le pidió prestado sus auto al compañero Abel.

Continua diciendo Montane, mientras enciende un tabaco y nosotros lo imitamos. (Después relatare el simpático incidente que nos ocurrió con los tabacos.).
-Fidel tenia que ir a Colon para entrevistarse con el doctor María Muñoz, medico de esa ciudad, quien además era radioaficionados y piloto amateur, y con quien ya había establecido contacto para iniciar la lucha armada contra la tiranía. Nosotros acompañamos a Fidel en el viaje.
Fidel le pidió al doctor Muñoz que hiciera dos plantas de radio, clandestinas para transmitir desde la provincia de La Habana.Una de ellas fue utilizada el 8 de mayo, aniversario de la muerte de Guiteras, en la Universidad de La Habana.

Nuestro entrevistado se acomoda en el asiento como para ir recordando mejor aquellas actividades iniciales que al final darían al traste con el régimen usurpador, y prosigue:
-Editamos otro periódico: El Acusador, que estaba orientado por Fidel Castro, dirigido por Raúl Gómez García, joven estudiantes de Filosofía y Letras, quien era natural de Güines, y más conocidos entre nosotros como "El Poeta de la Revolución". Gómez García fue asesinado vilmente y torturado en el Moncada, Como subdirector fungía el compañero Abel Santamaria Cuadrado, joven contador de Encrucijada, también muerto en el Moncada. Como redactores estabamos Juan Martínez Tinguao y el que habla.

Con motivo del primer aniversario de la muerte de Chibas publicamos una edición extraordinaria de 10000 ejemplares con cinco hojas cada uno. A cada ejemplar le pusimos un sello con un gomigrafo, con un índice acusador. Imagínese usted sellar 10 000 ejemplares.
A continuación del relato que nos esta haciendo el veterano del Moncada y del "Granma", Jesús Montane lo recordamos la primera traición de que fue víctima el Movimiento 26 de Julio, y de cuyo traidor hablo recientemente el doctor Castro en una comparecencia televisada, cuando explicaba al pueblo la traición de un miembro de la Fuerza Área.

-Por la delación de un compañero que nos ayudaba en la distribución del periódico-no sigue diciendo Montane- todos fuimos apresados por la policía-el 16 de agosto de 1952- la que logro ocuparnos 5 000 ejemplares. Pero los otros 5 000 logramos distribuirlos.

Las compañeras Melba Hernandez y Haydee Santamaria también fueron apresadas pues ya se habían incorporado al movimiento y trabajaban activamente con nosotros. También fue detenida Elda Pérez. Solamente, ahora recuerdo, que el compañero Tinguao logro zafarse de las garras policiacas.

-¿Ya Fidel había ido a Artemisa a captar nuevos elementos?
Fidel fue a Artemisa, y entre otros había establecido contactos con el joven revolucionario José Suarez Blanco , Ciro Redondo, Ramiro Valdés, José Ponce Díaz, y otros compañeros más.
-¡Ah! Compañero Montaner, ¿pudiera decirnos el nombre del primer traidor?...
-No. No estoy autorizado para revelarlo....

En el año 1953, cuando se produjo el ataque al cuartel Moncada muchos se preguntaron por que no se escogió el antiguo campamento de Columbia u otra fortaleza habanera. Le hacemos la interrogación al compañero Montane, quien nos respondió sobre este particular.

-Se escogió el Moncada porque era la segunda fortaleza militar de la isla. Estimábamos que el tomar una posición de esa naturaleza haría un gran impacto en las huestes gobiernistas; además de que ello crearía confianza en el pueblo. Los efectos sicologicos de la toma del Moncada hubiera podido muy bien ser el comienzo del derrocamiento de la dictadura. Pensábamos hacernos fuertes en Oriente para después continuar la lucha en las demás provincias.

Con marcada expresión de energía en su rostro, Montane nos dice:-Fuimos al Moncada y a Bayamo no por el mero hecho de cambiar un régimen por otro, sino para liberar a Cuba de los lastres coloniales de los cincuenta años de vida republicana, como la politiquería, el latrocinio y el nepotismo, e implantar en el país un régimen que transformaría radicalmente nuestro sistema en lo económico, político y social. Y la prueba esta en que lo hemos hechos después, ahora, tal como lo habíamos prometido. Llevábamos en la mano un rifle, pero en la otra programa de la revolución, que fue redactado por Raúl Gómez García, bajo la dirección de Fidel.

Al fracasar el intento de insurrección del profesor García Barcenas el 5 de abril de 1953, en el cual no participamos-nos dice Montane- decidimos hacer la revolución dirigidos por la nueva generación, la que posteriormente se ha conocido como la del "Centenario del Apóstol".

Llegamos a la conclusión de que los partido políticos existentes-todos- y sus lideres-todos- estaban incapacitados para vertebrar un movimiento insurreccional que eliminaría la dictadura. Y al efecto, con fondos recaudados de nuestros propios ahorros, preparamos y organizamos el 26 de Julio.

En la manifestación del 28 de enero de 1953 logramos reunir seiscientos compañeros que iban perfectamente organizados, como pudieron ver los habaneros en aquella memoria fecha. En su gran mayoría eran miembros del Partido Ortodoxo y del estudiantado cubano. Por ejemplo, en la Universidad de La Habana se incorporaron al movimiento, Pedro Miret y Lester Rodríguez, el primero hoy ministro de Agricultura, y el segundo capital del Ejercito Rebelde, por cuyos conductos pudimos entrenar en armas a los hombres en la universidad.

-¿Quién dirigía el movimiento, compañero Montane?
-A la dirección del movimiento pertenecían los compañeros Fidel Castro, Abel Santamaria, Oscar Alcalde, Ernesto Tizol, José Luis Tasende, Mario Muñoz, Renato Guitart, Pedro Miret, y un servidor.

-¿Fue el doctor Castro a quien se le ocurrió escoger el cuartel Moncada para iniciar la lucha bélica contra la tiranía?.
-Si, fue a Fidel a quien se le ocurrió atacar en Oriente.Nuestro movimiento estaba dividido en dos grupos. Uno estaba ocupado de la parte militar- que era los únicos que sabían el lugar, hora y fecha del ataque-: y el otro que estaba encargado de las tareas financieras, al cual yo pertenecía.

En 17 automóviles salimos para Oriente. Yo iba en un carro de mi propiedad con cinco compañeros más. Entre ellos Gabriel Gil, quien después fuera expedicionario del "Granma".
En Oriente, Renato Guitart era el único que sabia lo que se estaba preparando. Ciento sesenta y cinco eran él numero de hombres que estabamos preparando para el ataque. Ciento treinta y cinco atacaríamos al Moncada. Y treinta al cuartel de Bayamos. Unos nos trasladamos en autos; otros en ómnibus y los restantes en tren. Entre estos últimos mi actual esposa, la doctora Melba Hernandez, y Haydee Santamaria, señora de nuestro compañero el doctor Armando Hart: las dos únicas mujeres que tomaron parte en la acción.

Todas las armas fueron trasladados por tren. Yo salí de La Habana el 24 de julio y llegue a Santiago el día 25 en horas de la mañana. Previamente había pedido 15 días de licencia en mi trabajo en la compañía Bauer anda Black (fabrica de curitas), de la cual era contador.
Fidel salió antes que yo en un auto también. A la una de la madrugada ya nos encontramos reunidos en la granja Siboney (a quince minutos del Moncada) los ciento treinta y cinco hombres que atacaríamos el cuartel. Fidel ordeno a todos que se fueran a dormir, menos el grupo que se quedo haciendo posta en la granja.

Al comandante Abelardo Crespo, hoy jefe de bomberos de la Habana, le toco hacer guardia con una ametralladora argentina, que era la única que teníamos. Las armas con que contábamos eran muy malas y viejas: rifles calibre 22, escopetas calibres 12, pistolas 38 y 45, un M-1 y una ametralladora como antes dije.

Las telas para los trajes se compraron en el propio cuartel de San Ambrosio, a través de un compañero que pertenencia al ejercito-no recuerdo su nombre- muchos de los trajes se hicieron en la casa de la doctora Melba Hernandez, en Jovellar 107. (Una de las dos casas donde comenzó el 26 de Julio. La otra fue la de Abel Santamaria, en 25 y O, las que frecuentaba mucho el doctor Fidel Castro Ruz.)

Las armas las adquirimos casi todas en La Habana, en armería. Aquí en la capital, antes de salir, hacíamos practicas de tiro en el Club de Cazadores, y en una finca de Nueva Paez, del compañero Hidalgo Gato.

Dirigió la costura de los trajes-del ejercito antiguo- la mama de Melba, la señora Elena Rodríguez del Rey de Hernande. Y la confección de los mismo estuvo a cargo de la viuda de Tasende, y la señora Delia Terry, una empleada del hogar de la doctora Hernandez.

De mas esta decir que fue Fidel Castro, cerebro dirigente del movimiento, quien organizo y ultimo todos los detalles del asalto al Moncada. Al mecionarle a nuestro entrevistado este particular, el nos responde:
-Al compañero Abel Santamaria se le ordeno que tomara el Hospital Civil Saturno Lora, en compañía de otros, entre ellos las dos únicas mujeres que había. Fidel estaba muy consciente de que el segundo de abordo en el movimiento lo era Abel, y quería salvarlguardarlo del peligro; y en el caso de que él-Fidel-muriera. Abel pudiera continuar dirigiendo la acción. A Raúl le ordenaron tomar el Palacio de Justicia, que está a un costado del Moncada (el hospital esta enfrente), y que empezara una ametralladora en la azotea.

Inteligentemente Fidel escogió la fecha del 26 de julio de 1953 para producir el ataque. He aquí las causas en labios del compañero Montane Oropesa:
-Se escogió dicha fecha por ser el domingo de Santa Ana, cuando se celebran los tradicionales carnavales santigueros, y que es natural que haya mucho bullicio y aglomeración de personas, por lo cual pasaríamos inadvertidos un grupo de ciento treinta y cinco hombres, por la ciudad santiaguera, y porque además no se darían cuenta de esa cantidad de hombres alojados en hoteles en casas y en la granja Siboney. Además en esos festejos se tirarían cohetes, voladores, etcétera, lo cual seria un factor a favor de nosotros.

-Montane. ¿Cuantas maquinas tomarían parte en el ataque a la posta tres?Siete y ocho, y unos cincuenta y más hombres, ya que nos dividimos en tres grupos.
Ya para terminar nuestra entrevista con Jesús Montané Oropesa, este nos explica cuales fueron a su juicio las causas del fracaso en el ataque al cuartel Moncada:-El timbre de alarma que hizo sonar el sargento de la posta, a quien hubo que ultimar; la posta cosaco-movible.que se encontraba atrasada en su recorrido y que nos descubrió por tal razón, ya que la teníamos chequeadas perfectamente-; y la equivocación de los tripulantes de algunos autos que en vez de ir al cuartel escogieron un camino equivocado.

Déjeme decirles, antes de terminar que solo ocho de nuestros hombres murieron en combate. Los demás en numero de ochenta mas-fueron asesinados-
Los sendos tabacos que fumábamos el compañero Montané y el que suscribe llegaron a la condición de "cabos". Durante sus consumos se había producido la entrevista, en la cual nuestro entrevistado relata por primera vez detalles ignorados del glorioso ataque.

Y por cierto, el caso simpático que nos ocurrió con los tabacos fue el siguiente: preocupado en los trajines de la entrevista. Montane, distraído, cogió nuestro tabaco que estaba en el cenicero. Nosotros, también distraídamente, cogimos el de él que estaba sobre la mesa, creyendo que era el nuestro. Al cabo de cinco minuto, Montané se dio cuenta de la equivocación, por desgracia para nosotros... ya que el tabaco primitivo de Montané era mejor que el original nuestro...
La causa 37 por el asalto al cuartel Moncada ya es conocida de todos y el doctor Fidel Castro en su histórico documento la historia me absolverá recoge brillantemente el juicio de aquellos sucesos que conmovieron a toda Cuba.

Como resultado del juicio de la causa 37 fueron condenados a trece años de prisión: Oscar Alcalde Valls, Ernesto Tizol Aguilera, Pedro Miret Prieto y Raúl Castro Ruz.
A diez años de prisión: Andrés García Díaz, Enrique Cámara, Agustín Díaz Cartaya, Rene Badia Morales, Eduardo Montano Benitez, José Suarez Blanco, Mario Chanet de Armas, Armando Mestre Martínez, Francisco González, Ciro Redondo, José Ponce Díaz,Ramiro Valdez Menéndez, Julio Díaz Gonzalez, Israel Tapanez, Jesús Montane Oropesa, Reynaldo Benitez, Fidel Labrador, Gabriel Gil y Juan Almeida Bosque.

A tres años de cárcel: Eduardo Rodríguez Alemán, Orlando Costez Gallardo y Manuel Lorenzo Costa.

A siete meses de reclusión en la cárcel de mujeres de Guanajay: la doctora Melba Hernandez y Haydee Santamaria Cuadrado.

También a diez años de cárcel: Gustavo Arcos Bergnes y Abelardo Crespo Arias.

Y quince años de prisión al doctor Fidel Castro Ruz.

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