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domingo, septiembre 24, 2006

Andalucía con el Pueblo Palestino

MANIFIESTO DE SOLIDARIDAD CON PALESTINA
Sevilla a 30 de Septiembre de 2006

El mundo ha contemplado despavorido cómo Israel asolaba Líbano, asesinando impunemente a civiles y aterrorizando a todo un pueblo, devastando sus infraestructuras económicas, sus hogares y sus ciudades. Las matanzas perpetradas por el estado israelí en Líbano no ha detenido, sin embargo, el genocidio planificado que realiza contra el pueblo palestino, perpetrado con la connivencia de la mal llamada “comunidad internacional” desde hace 60 años.

Los dirigentes sionistas han convertido a Israel en una nación prisionera de una ideología colonialista, racista y militarista, incapaz de convivir en paz con ningún pueblo vecino y haciendo de la limpieza étnica, del expolio, de los asesinatos de estado y de la agresión constante su razón de ser. Incluso ese 20 % de habitantes de Israel que son árabes viven tratados como ciudadanos de segunda o tercera categoría. El que fuera primer ministro de Israel, el carnicero de Sabra y Chatilla, Ariel Sharon expresaba en 1998, más allá de la retórica mística del “pueblo elegido”, la naturaleza del carácter racista y expansionista del sionismo: “Es el deber de los israelíes explicar a la opinión pública, claramente y con valor, un cierto número de hechos que con el tiempo se van olvidando. El primero de ellos es que no hay sionismo, colonización ni estado judío sin el desahucio de los árabes y la expropiación de sus tierras”.

El mundo lleva décadas asistiendo a la tragedia del pueblo palestino y a su heroica resistencia, el mismo tiempo que Israel lleva violando el Derecho Internacional y riéndose de las más de 47 resoluciones de Naciones Unidas que le condenan por impedir el derecho al retorno de miles de refugiados y deportados palestinos, por continuar su política de expulsión y robo de tierras y recursos, como el agua, por confinar a la población palestina en guetos aislados, auténticos campos de concentración, en donde se les impiden los movimientos naturales de las personas y la supervivencia económica, por la construcción de un Muro de anexión y apartheid que termina convirtiendo a esos guetos en auténticos campos de exterminio del pueblo palestino, en una trágica paradoja que recupera y actualiza la visión siniestra del Holocausto nazi. Israel, día tras día, secuestra y asesina impunemente a indefensos niños, mujeres, ancianos, hombres de Gaza y Cisjordania y a sus representantes democráticamente elegidos y, a diario también, su presencia militar en estos territorios palestinos se caracteriza por la demolición de casas y edificios sociales, por el robo de las mejores tierras para implantar en ellas colonias, por el acoso psicológico y por el estrangulamiento de la economía palestina.

Las cifras de la tragedia humanitaria son contundentes: en 2006, el 80% de la población palestina vive en condiciones de pobreza, con serias dificultades en el acceso a alimentos y medicamentos. Más de 9000 palestinos están secuestrados en siniestras prisiones de Israel, de ellos 800 son niños. Cinco millones son refugiados y viven fuera de su tierra. En Gaza y Cisjordania las infraestructuras civiles han sido sistemáticamente destruidas. Israel desprecia también la Convención de Ginebra que establece que “la potencia ocupante no podrá transferir parte de su propia población civil a los territorios que ocupa”.

¿Es otra cosa esto que genocidio, terror de estado y crímenes contra la Humanidad? Felicia Langer, abogada israelí y Premio Nobel Alternativo lo expresaba con estas palabras: “Si nuestros mártires del Holocausto se levantaran de sus tumbas y vieran lo que estamos haciendo con el pueblo palestino nos maldecirían para siempre. Es por eso que los malhechores que actúan contra el otro pueblo son también enemigos del nuestro”. Israel es una potencia ocupante destructiva y sin valores democráticos ni morales. Su fuerza proviene del apoyo político, económico y militar de los Estados Unidos, pero también de su aliada, la Unión Europea, que calla y acepta los crímenes de Israel y mantiene acuerdos e intercambios comerciales y militares. En esta lógica de apoyo y complicidad se inscribe la injusta Resolución 1701 impuesta a la ONU, que justifica y ampara la destrucción de Líbano por Israel y toda la barbarie ocasionada, que militariza y legaliza la ocupación y el belicismo sionistas e impide, mediante el envío de tropas, una solución justa y política a las verdaderas causas del conflicto.

Por todo esto:
Desde Andalucía, manifestamos nuestra solidaridad con el pueblo palestino, que, frente a la política criminal de Israel, muestra cada día al mundo su tenacidad para luchar por su dignidad y por su futuro. Decenas de organizaciones sociales, culturales y políticas constituyen la urdimbre plural y democrática de una sociedad palestina que, sin embargo, se presenta unida y firme en su resistencia contra la ocupación. Defendemos el derecho del pueblo palestino a defenderse y a resistir al feroz aparato militar sionista.

Denunciamos la complicidad occidental con las agresiones sionistas. Israel es un estado patológico, que rechaza todas las propuestas de paz, porque son un obstáculo a su lógica de expansión territorial y responde con atrocidades y con un absoluto desprecio por la vida y por la legalidad internacional. Los responsables sionistas de crímenes contra la Humanidad y genocidio deben ser juzgados por el Tribunal Penal Internacional e Israel debe ser obligado a reparar toda la destrucción realizada y a financiar la reconstrucción de Líbano y Palestina.

Exigimos el cumplimiento de lo dispuesto por la Corte Internacional de Justicia de La Haya con respecto a la construcción del Muro que obliga a todos los Estados “a no reconocer la situación ilegal resultante de la construcción del muro y a no dar ayuda o asistencia en el mantenimiento de la situación creada por dicha construcción”, así como están además en la obligación para la protección de las víctimas, “en tanto respetan la Carta de las Naciones Unidas y la legislación internacional, de asegurar el respeto de Israel a la legislación internacional humanitaria como está expresado en esa Convención”.

Reclamamos al gobierno andaluz que presione al español para la suspensión de relaciones diplomáticas y políticas con Israel, mientras siga cometiendo crímenes y violaciones de convenciones y leyes internacionales, y el cese total de intercambios comerciales y militares. Exigimos la suspensión del Acuerdo de Asociación Unión Europea-Israel y que los estados miembros y otros organismos como el Banco Mundial cesen en la financiación de ninguna infraestructura de la ocupación.

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