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lunes, septiembre 11, 2006

80 Agosto

Por Armando Hart Dávalos

El hombre que se enfrentó a la dictadura de Batista desde el mismo 10 demarzo de 1952, que organizó el asalto al Cuartel Moncada, que sufrió prisióny salió de Cuba rumbo a México, en 1955, para preparar el desembarco de los82 expedicionarios del Yate Granma, que dirigió la lucha armada contra elejército de la dictadura (auspiciada y apoyada por el gobierno de EstadosUnidos), que condujo masivamente al pueblo hacia la victoria del 1ero deEnero de 1959, y ha encabezado durante más de 47 años la revolución másradical del siglo XX frente al imperio más poderoso que recuerda lahumanidad, arribará próximamente a 80 años de vida.

Toda persona interesada en la historia y en la política debe sentirseobligada a reflexionar cómo esto ha sido posible. Muchos se sentiránmotivados a escribir sobre la hazaña colosal de esta destacada personalidaddel siglo XX y que continúa asombrando con su accionar en el siglo que estácomenzando. Entrego aquí mi modesta contribución a ese objetivo. En primer lugar, Fidel se propuso, con métodos martianos, lograr la unidadde nuestro pueblo sobre el fundamento de los intereses de la inmensa mayoríade la población e inspirado en la tradición revolucionaria cubana ylatinoamericana de vocación universal.

Era el único camino de la victoria.Dos hombres en la historia patria: Martí y Fidel fueron los que hicieronfactible esa unidad. Es necesario que los jóvenes estudien los métodos yformas políticas que permitieron alcanzarla. Por ahí podremos encontrar lapista para entender la originalidad de la contribución de Fidel. Propongo seestudie a partir de la cultura de hacer política. Quiero detenerme en este apasionante tema que considero es el fruto másútil y original de la historia de las ideas cubanas y que encuentra en Martíy en Fidel su más elevada expresión.

No me estoy refiriendo sólo a culturapolítica, que, desde luego, constituye la fuente de la cual se nutrió estepatrimonio cultural sino a las maneras prácticas de su materialización y devencer los obstáculos que se levantan ante todo proyecto revolucionario.Esta práctica tiene fundamentos filosóficos y está presente con fuerza en lamuy singular influencia ejercida por Fidel Castro en el mundo de los últimoscincuenta años. Las formas de hacer política de Martí y de Fidel, en diferentes momentos,constituyen un elemento sustantivo de la identidad nacional cubana y son unaporte original al pensamiento y a la cultura política universales.

Setrata, en efecto, de una cultura que constituye la esencial contribucióncubana al acervo del saber político de Occidente. Consiste en superarradicalmente la vieja fórmula reaccionaria de divide y vencerás y hacertriunfar la idea de unir para vencer. Para las nuevas situaciones internacionales, ya no es eficaz la viejapolítica de dividir para dominar que caracterizó al Imperio romano y queMaquiavelo retomó en la época de ascenso de la burguesía. En épocas deglobalización se necesita integrar fuerzas solidarias para enfrentar losdramáticos desafíos de la centuria recién comenzada. Ahí está la riqueza dela política fidelista.

Este nuevo aniversario de nuestro Comandante en Jefe suscita en el pueblo cubano profundos sentimientos de regocijo, y no solo entre los cubanos, sino en todos los revolucionarios del mundo, y aún más, en todas las personassensatas y honestas que aspiran a un mundo mejor, porque lo cierto es que laobra de Fidel Castro, desde los tiempos del Moncada hasta hoy, su sabiduríay crisol de ideas han contribuido de manera sustancial a concebir y avanzarhacia ese mundo mejor al que aspiran cientos de millones de personas en todoel planeta.

La tradición revolucionaria, política, social y cultural que él representano es patrimonio exclusivo de Cuba, sino de toda América, la bolivariana y martiana, y esta tradición tendrá una fuerza creciente en la medida en queel imperio norteamericano en su decadencia vaya demostrando, con los hechos,su torpeza y maldad que, como decía José Martí, van muy relacionadas. Martí proclamó que Patria es Humanidad y en Fidel, como su mejor discípulo,se revela esta vocación de abrazarse al mundo.

Desde los tiempos de Cayo Confites, en 1947, hasta la más reciente ayuda internacionalista brindada enPakistán por nuestros médicos ha sido una constante en la política de Fidel.Los ejemplos están también en el aliento y apoyo a los movimientos de liberación nacional en varios continentes, que se personifican en su gradomás alto en el Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara; y en loscombatientes cubanos que lucharon y murieron en África y en América Latina.

Las ideas de libertad, igualdad y fraternidad habían tenido en el Viejo Continente una expresión formal, sin que jamás se materializasen de formaintegral ni propiamente se concibiesen en su dimensión verdaderamenteuniversal. En América Latina y el Caribe, en cambio, se forjó una culturacon una altísima sensibilidad en relación con el Hombre y la Naturaleza, quese desarrolló sobre la base de tres grandes categorías: la ética, la educación y la práctica política.

La raíz de esta ética se encuentra en ladefinición dada por José de la Luz y Caballero cuando caracterizó lajusticia como ese sol del mundo moral. De esta forma, la nación cubana,desde su alumbramiento (1868), materializó en la vida real los principioshumanistas de la mejor tradición espiritual universal.

Los decretos deindependencia, abolición de la esclavitud e igualdad para todos se dictaronentonces. Fidel asume todo el legado del pensamiento democrático de lasrevoluciones europeas del siglo XVIII desde la óptica de los intereses delos pobres de la Tierra. Martí afirmó: Dígase hombre y se han dicho ya todoslos derechos. Y también nos dejó como mandato: Injértese en nuestrasRepublicas el mundo pero el tronco ha de ser el de nuestras Repúblicas. Desde la forja de la nación cubana aquellos ideales de la Ilustración y dela Revolución francesa fueron asumidos en Cuba por el pensamiento cristiano,es decir, el que representan Félix Varela y Luz y Caballero, sin ponerlo encontradicción con los grandes descubrimientos de la ciencia.

Se asumió asíla ética del cristianismo en nuestra cultura como una de las clavesesenciales de la identidad nacional. Se dejó el tema de Dios como un asuntopropio de la conciencia individual. Por esta razón, un poeta y escritor comoLezama Lima, desde su sensibilidad cristiana, nos habla de Martí como de un misterio que nos acompaña y Julio Antonio Mella, comunista, se refiere a la necesidad de descubrir el misterio del programa ultrademocrático de José Martí. En realidad se trata del misterio de Cuba que es posible descubrircon el rigor de la ciencia.

También en ese misterio de Cuba puede hallarse la verdad objetiva de que Fidel es hijo de una historia, de una memoria largamente abrazada pornuestro pueblo, síntesis superior de lo cubano. Pudiéramos decir que en élse expresa la combinación genial de Maceo y de Martí; en estos dos grandespatriotas hay cultura y hay disposición hacia la acción en un gradoexcepcional, pero cada uno tiene sus características específicas.

Fideltiene la de ambos: genio militar, genio de la política y además capacidadexcepcional para organizar y dirigir los problemas de carácter económico ysocial. Hay quienes han calificado a Fidel de extremista porque confundenradicalidad con extremismo. Él es un hombre radical, lo que significa, como señaló Martí, ir a la raíz, y ella no está en los extremos, sino en elcentro de la verdad y de la acción revolucionaria. Y es al propio tiempo un hombre armonioso que se empeña en la búsqueda del mayor apoyo posible paracualquier obra que emprende.

En esto consiste su genio político, en combinar acertadamente la radicalidad con la búsqueda de la armonía. En el pensamiento y la práctica de Martí y de Fidel están presentes amboscomponentes. En cierta ocasión de grandes debates en el seno de losrevolucionarios Fidel fijó, como posición de principio, que no debíamos serni implacables ni tolerantes. Martí al concebir la política como un arte nos da una definiciónaleccionadora: La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de loscontrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse al momentopresente, sin que la adecuación, cueste el sacrificio, o la merma importantedel ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre elenemigo, antes de que tenga sus ejércitos en fila, y su batallapreparada.[1]

Como se aprecia, para Martí la política es una categoría de la prácticapero que se relaciona con las aspiraciones éticas de valer universal. EnFidel, como mejor discípulo del Apóstol, vemos también un claro sentido dedistinguir y relacionar la práctica y las aspiraciones ideales y siempreteniendo como categoría más alta: la justicia. Ha sido, por educación y fundamentos éticos, defensor de lainstitucionalidad y de los principios del derecho. Sería muy útil investigary estudiar la historia de la tradición jurídica cubana y dentro de ellatambién la de Fidel. Porque desde los tiempos en que aspiraba a ser elegidocomo representante al Parlamento antes de 1952 concibió proponer unalegislación complementaria a la Constitución de 1940 para hacer efectiva ladisposición que establecía la abolición del latifundio.

Cuando se produjo elgolpe de Estado de Batista, el 10 de marzo de 1952, publicó un trabajodesenmascarando la afirmación del dictador de que se trataba de unarevolución. Fidel tituló aquel trabajo O¹Revolución no, Zarpazo¹¹.Posteriormente en su alegato de autodefensa O¹La historia me absolverá¹¹,presentó un programa revolucionario que tenía sólidos fundamentos jurídicos.Esta ha sido una constante que hay que estudiar y que está presente en todasu acción política. Un ejemplo sobresaliente se produjo también en 1976 cuando fue aprobada por abrumadora mayoría, en plebiscito popular, laConstitución Socialista y más recientemente la ratificación radical de esecarácter por la Asamblea Nacional siguiendo los procedimientos previstos enla ley vigente.

Esa ratificación fue acompañada de una amplísima movilización popular con un destacado papel de las organizaciones de masas.Esto debe tomarse en cuenta no solo hoy sino para cuando por ley de la vidaotros revolucionarios asuman la dirección en un tiempo que desearíamos fuerabien lejano. Entonces, quien intente gobernar en Cuba sin fundamentosjurídicos o con artimañas legales le abriría el camino a lacontrarrevolución y al imperialismo. Esto, desde luego, no ocurrirá, entreotras razones, porque hemos educado a generaciones de cubanos en el respetoa la juridicidad y el socialismo está ensamblado en la más rigurosa culturamoral y de derecho de la nación cubana. Posee también entre sus virtudes una enorme capacidad para involucrar a lasmasas en la solución de los problemas.

Esa capacidad le viene de latradición martiana, de su compromiso de servicio público y de una muycultivada sensibilidad social. En su personalidad se entrelazan en una identidad lo ético y lo político yalcanzan en él un sentido universal. Este rasgo le confiere en nuestros díasuna estatura internacional como estadista que incluso aquellos que nocomparten sus ideas se ven obligados a reconocer. Es depositario de unatradición intelectual cubana que se asume en lo individual por unainteligencia creadora superior. Fidel no se puede explicar sin Martí, como tampoco sin la cultura delpensamiento euro-occidental que tuvo sus cumbres en el legado científico social revolucionario de Carlos Marx, Federico Engels y Vladimir IlichLenin. Es el más importante representante en los últimos 53 años, contadosdesde el Moncada, de la política, la cultura y la historia del país. Está junto a Martí en la cima de este inmenso saber.

En Fidel está presente, de manera sintetizada, la eticidad de Nuestra América, representada, en grado supremo, por el verbo y la acción martianos,con lo más avanzado de las concepciones filosóficas, políticas y sociales dela edad moderna. Se trata de una síntesis ejemplar que desdichadamente,después de la muerte de Lenin, faltó en la práctica política del llamadosocialismo real del siglo XX. La historia ha confirmado de manera trágica la certeza de Fidel cuandodesde los años iniciales de la Revolución Cubana destacó el papeldeterminante de los factores morales en la lucha en favor del socialismo.

Estudiar el papel de la subjetividad en la historia constituye uno de losdesafíos claves del siglo que comienza. Es nuestro compromiso intelectualcon el Che. Lo hemos hecho y se continuará haciendo a partir de la tradiciónética y de la cultura de hacer política heredadas del Maestro para, comoaspira Fidel, cumplir el mandato martiano de convertir a Cuba en universidaddel continente.

Sobre esos fundamentos y con el antecedente de los grandes forjadores delsocialismo de Nuestra América, que podemos reconocer, entre otros, en JulioAntonio Mella y José Carlos Mariátegui, y con las ideas y sentimientosantiimperialistas que nos representamos en Antonio Guiteras y Augusto CésarSandino, Fidel logró, en la segunda mitad del siglo XX, articular latradición revolucionaria latinoamericana del siglo XIX con el pensamientosocialista de Marx, Engels y Lenin.
Pudo hacerlo porque asumió el marxismoen tanto método de investigación y guía para la acción, tal como locaracterizaron Engels primero y más tarde Lenin.. Sobre estas bases, Fidel ha podido unir al pueblo y conducir al país hacia la revolución victoriosaen el nuevo milenio. Fue posible por su inmensa cultura. Si Cuba resiste y no ceja en su camino, es porque los principios éticos quesustentan a la Revolución, y que Fidel expresa en su práctica política ysocial, son carne y sangre de nuestras más profundas convicciones y denuestro proyecto revolucionario.

La ética del socialismo cubano no sedestruye como los estados o los muros. Conocí al Comandante en Jefe cuando yo tenía 15 o 16 años. Fue a mi casa enMatanzas con un grupo de la F.E.U. para conversar con mi hermana Marina yotros estudiantes de derecho de aquella ciudad y obtener su apoyo en laselecciones estudiantiles. Recuerdo que mi padre, refiriéndose a Fidel, dijoque le parecía un joven noble por su rostro y su palabra y expresó el temorde que algunos de los que en la Universidad actuaban al servicio delgansterismo lo echaran a perder. La historia demostró que él fue quiendominó, desde la ética martiana, a aquellos personajes existentes alrededor del mundo estudiantil. Muchos de ellos devinieron después abiertos contrarrevolucionarios.

El muchacho noble que mi padre percibió tuvo elvalor y el corazón abierto para vencer al mundo corrompido que inclusosalpicaba hasta la misma universidad. Antes del 10 de marzo de 1952, Fidel era ya una figura ampliamente conocidapor los sectores juveniles y estudiantiles por sus luchas y sus ideasradicales. Después del golpe de estado se fue convirtiendo en uno de losdirigentes más destacados de la juventud cubana. Recuerdo que me encontrécon Fidel en una reunión en el local del Partido Ortodoxo en el céntricoPaseo del Prado y que en aquella reunión tuve el honor de coincidir con suplanteamiento de que las direcciones corrompidas perderían vigencia y seríandesplazadas por otros dirigentes totalmente nuevos y diferentes.

Del Paseodel Prado salimos caminado y, como era su costumbre, me puso el brazo sobreel hombro y me sorprendí cuando se interesó por el hecho de que yo visitabael local de la F.E.U. con un grupo de compañeros para aprender el manejo delas armas. Me pregunté entonces quien le habría informado a Fidel del asuntoporque era algo que manejábamos con mucha discreción. Después del asalto alMoncada, al conocer que el responsable estudiantil del adiestramiento dejóvenes que tenia la F.E.U., Pedro Miret, era uno de los participantes deaquel hecho heroico, me percaté que Fidel conocía, a través de él, a los queíbamos a las oficinas de la organización estudiantil con intencionesinsurreccionales.

Ya desde entonces se puso de manifiesto, junto a su genio político, sucapacidad para sumar voluntades, garantizar la unidad de la nación en lasmás difíciles circunstancias y movilizar al pueblo hacia objetivos concretosy posibles. Capaz de dirigir y conducir una guerra y llevarla a la victoria,ha sido también un genio de la cultura de hacer política. Lo recibió de lamejor tradición latinoamericana, es decir, de la cultura de Nuestra América,la que puede brindar un aporte esencial en el mundo de hoy en el que se ponede manifiesto una pobreza intelectual y cultural, bien conocida por todos,sobre lo que significa hacer política. En esas circunstancias Fidel seconvierte en un elemento clave de la política internacional.

Audacia, realismo, firmeza en los principios, sabiduría estratégica e inteligencia para asumir la táctica correcta ante cada coyuntura son loselementos que configuran la enorme dimensión de su extraordinaria actuaciónpolítica. José Martí dijo: Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otrosque tienen en sí el decoro de muchos hombres. Estos son los que se rebelancon fuerza terrible contra los que le roban a los pueblos su libertad, quees robarle a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Estos hombres son sagrados.

La universalidad de Fidel Castro está en que contiene en su corazón todo eldecoro político y moral de la mejor tradición cubana y que ésta se corresponde con las exigencias más profundas de la humanidad del siglo XX ydel recién iniciado siglo XXI. Dos ideas suyas nos dan una visión clara deesa proyección hacia el futuro. La primera caracteriza la realidad del mundoen esta centuria recién comenzada: O cambia el curso de los acontecimientos o no podría sobrevivir nuestraespecie. La segunda idea suya que quiero subrayar es la siguiente: El gran caudal hacia el futuro de la mente humana consiste en el enormepotencial de inteligencia genéticamente recibido que no somos capaces deutilizar. Ahí está lo que disponemos ahí está el porvenir [2]

Esta visión viene de la más profunda herencia martiana. Recordemos aquelpensamiento del Apóstol: Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vidafutura, en la utilidad de la virtud (...). También cuando subrayó lanecesidad de instruir el pensamiento y de educar los sentimientos. Lafilosofía martiana que Fidel ha venido desarrollando parte de relacionar lainteligencia con el amor y cuyo resultado sería alcanzar la felicidad. Estose halla en la propia conciencia humana y puede ser fundamentado con elrigor de la ciencia. Luz y Caballero dijo que Varela fue el que nos enseñó apensar primero.

Podríamos afirmar hoy que el maestro del Colegio El Salvador fue el que nos enseñó a conocer y Martí el que nos enseñó a actuar. Fidel,heredero de esta historia, nos ha enseñado a vencer. Pensar, conocer, actuar y vencer, he ahí la clave y ello solo es posible sipartimos de que ³el secreto de lo humano² está en la facultad de asociarse.Pensamiento martiano comparable a lo que Carlos Marx en los Manuscritosfilosóficos afirmó acerca de que el sujeto se hace objetivo en su relacióncon los demás sujetos. Estas ideas, que están en la esencia del pensamiento de Martí y de Fidel,abren el camino para el socialismo del siglo XXI y con ellas hacer frente ala aguda crisis por la que atraviesa hoy la humanidad

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